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ADMINISTRACIÓN

Estudiante: Ingrith Natalia López Acosta

Código: 201611506

4. Tema escogido: Desarrollo sostenible

Video: https://www.youtube.com/watch?v=I4wj61hScUQ Los dueños del Cerrejón. Con la


compra de Intercor, las mineras BHP Billiton, Glencore y Anglo American

Este es un concepto definido en el Informe Brundtland de 1987, elaborado por distintas naciones,
y que se refiere al desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente, sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.

En cuanto a mi perspectiva en cuanto a este tema, no estoy muy de acuerdo con el significado de
este concepto, ya que para que exista ese desarrollo entendido como un crecimiento económico
constante sería necesario tener recursos naturales que deberían ser limitados y no lo son. Nuestro
afán de consumismo se está incrementando cada vez más y el capitalismo es quien está en el
corazón de estas transformaciones de todos los eufemismos que quieren borrar su estela de
muerte. Antes de acuñar el término se le decía “eco-desarrollo”, pero cabe recordar el rechazo a
que en los foros internacionales se hable de eco-desarrollo, sobre todo manifestado por parte de
Estados Unidos. El término eco-desarrollo fue convertido en tabú cuando se advirtió que implicaba
la idea de terminar con el libre mercado y sugería límites no sólo economicistas a la explotación de
la tierra. “Desarrollo sustentable” es ahora el término políticamente correcto que reemplaza a
“eco-desarrollo.

Cualquier actividad económica produce una degradación energética que por más de que se traten
de mitigar los impactos en el medio ambiente, siempre van a terminar en generación de residuos y
de contaminación. Pero, si reaprendemos el significado de “desarrollo” quizás podamos alcanzar
algo tan ambicioso y «desarrollarnos» como especie de forma sostenible. Así que, desde un punto
de vista social, debemos cambiar nuestra forma de pensar. Complicado, pero no imposible.

Entonces, para poder hablar de sostenibilidad ambiental en un país como Colombia debemos
partir de esa premisa, un país cuya economía es sostenida principalmente por la explotación de
sus recursos naturales y por la eliminación de varios renglones económicos, como la industria y
agricultura, dentro de un modelo mundial de liberalización comercial y de mercado. También vale
la pena señalar que de manera paradójica, nunca se ha escrito tanta normatividad para regular el
ambiente, tanto así, que la constitución también dio para ser llamada la "Constitución verde”, pero
como dice el adagio popular, el papel lo aguanta todo.

 Sin embargo hay que señalar que las tasas de afectación sobre los recursos naturales
disminuyeron considerablemente después de 1990. Ejemplos como el del Chocó, donde la
deforestación estaba disparada, disminuyó después de la Constitución y de leyes como la 99 del
1993, que crearon el Minambiente y el Sistema Nacional Ambiental (SINA), que permitieron hasta
cierto punto fortalecer la institucionalidad ambiental colombiana. A pesar de las nuevas realidades
institucionales y de los nuevos recursos imprimidos a las instituciones ambientales, se perdió en
cierto grado,  la autonomía que manejó el sector ambiental frente al ejecutivo y la línea
programática que los gobiernos de turno asignan según sus prioridades empezó a ponerse en
práctica en el sector ambiental, a través de dichas entidades. La política ambiental empezó a ser
discrecional según los intereses del gobierno de turno.

A raíz de esto, se presentó un declive ambiental en la primera década del siglo, en los dos
gobiernos de Álvaro Uribe Vélez, evidenciado en varios hechos, como por ejemplo, y según lo
señaló el Ideam, tres millones de hectáreas (30.000 kilómetros cuadrados) fueron deforestadas en
el período 2000-2009, habiéndose casi triplicado la tasa de deforestación anual en este período en
comparación con la década anterior. También en el otorgamiento de títulos mineros a lo largo y
ancho del país, incluso en zonas donde están prohibidas tales actividades productivas. Durante la
primera administración del presidente  Uribe, el área titulada para minería prácticamente se
duplicó, pasando de 1,1 millones a 1,9 millones de hectáreas. Pero a partir de 2006, la titulación
minera se disparó de forma totalmente descontrolada, pues se multiplicó por más de cuatro veces
entre ese año y 2009, para sumar 8,4 millones de hectáreas[3]. 

Los recursos económicos para la gestión ambiental se redujeron sustancialmente, los dineros
asignados por el presupuesto general de la Nación al sistema ambiental, cayeron
intempestivamente en los gobiernos de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe,  pues pasaron de un 0,19
por ciento del PIB en 1998, a entre un 0,06 y un 0,09 por ciento del PIB a partir de 1999[5]. Pero
más importante aún y de fondo, por el papel de neocolonia de Colombia en el mundo de la
globalización.

Mientras el camino de lo ambiental es precario, por otro lado nos convierten a la minería en
"locomotora de desarrollo”, es decir un cambio en el ordenamiento territorial colombiano, que va
a terminar, de no existir un cambio de rumbo, en un ordenamiento dictado por el mercado, que
no es cualquier mercado sino uno cuya actividad es de las de más alto riesgo ambiental. 

Entonces, ¿Desarrollo sostenible en Colombia? Cuando la plata que normalmente se asigna para
cubrir daños ambientales, es decir las regalías, van a ser centralizadas para cubrir déficit fiscal y
pago de deuda, dejando a municipios y departamentos con menor posibilidad de solucionar las
lacras sociales dejadas por proyectos de “desarrollo”[6].

Bibliografía

https://www.acciona.com/es/desarrollosostenible/#:~:text=La%20sostenibilidad%20es%20el
%20desarrollo,ambiente%20y%20el%20bienestar%20social.

https://www.youtube.com/watch?v=I4wj61hScUQ

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