Você está na página 1de 5

2020

CORPORACION UNIVERSITARIA UNIMINUTO DE DIOS- CAPITALISMO:


SISTEMA EN CRISIS
CAPITALISMO: SISTEMA EN CRISIS

La economía es tan antigua como la propia humanidad. Hace cinco mil años, cuando dos
pastores intercambiaban una cabra por cinco gallinas, estaban haciendo economía. Desde entonces
se han sucedido, uno tras otro, diferentes sistemas económicos. ¿Podemos entonces, mirando al
pasado,  intuir lo que nos depara el futuro?
Ahora bien, cada sistema económico, se ha visto precedido de un cambio en la filosofía de
la sociedad, además, dicho sistema ha respondido a una serie de necesidades e inquietudes propias
de la época en la que fue creado. En este sentido, el capitalismo como sistema económico, en teoría,
no apareció hasta el siglo XVII en Inglaterra sustituyendo al feudalismo.
Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a «realizar
trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras». De esta forma al capitalismo, al igual
que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de
la edad moderna. De igual forma este economista escocés plantea como característica esencial del
capitalismo la motivación para obtener utilidades. Es decir, “No es de la
benevolencia del carnicero, cervecero o panadero de donde obtendremos nuestra cena, sino de su
preocupación por sus propios intereses”.
En su teoría del valor del trabajo, Smith distingue entre el valor de cambio y el valor de uso.
El primero es el precio pagado en el mercado por un bien. Según el economista, este depende de la
cantidad de trabajo empleado para producir la mercancía.
Por su parte, el economista británico John Maynard Keynes considerado como uno de los
más influyentes del siglo xx donde sus ideas tuvieron una fuerte repercusión en las teorías y
políticas económicas; su pensamiento radicaba en considerar que el sistema capitalista no tiende
al pleno empleo ni al equilibrio de los factores productivos, sino hacia un equilibrio que solo de
forma accidental coincidirá con el pleno empleo. Keynes y sus seguidores de la posguerra
destacaron no solo el carácter ascendente de la oferta agregada, en contraposición con la visión
clásica, sino además la inestabilidad de la demanda agregada, proveniente de los shocks ocurridos
en mercados privados, como consecuencia de los altibajos en la confianza de los inversores. La
principal conclusión de su análisis es una apuesta por la intervención pública directa en materia
de gasto público, que permite cubrir la brecha o déficit de la demanda agregada.
Es este orden de ideas, para el Estadounidense Schumpeter el capitalismo es por
naturaleza una forma o método de cambio económico, y nunca puede mantenerse
estacionario. Su aspiración fue crear una teoría que pudiese explicar el funcionamiento de
este cambio económico, que en tan corto lapso ha revolucionado profundamente la
existencia humana. Acostumbraba denominar como "ventarrón de destrucción creativa" al
proceso mediante el cual el capitalismo revoluciona constantemente sus propias
condiciones de existencia.
Schumpeter parte de una distinción fundamental entre diferentes tipos de cambio
económico. Por una parte, están los cambios exógenos, causados por factores sociales o
políticos. Por la otra, los de carácter endógeno, que surgen de la misma dinámica
económica del sistema capitalista. Son solo estos últimos los que constituyen el desarrollo
económico propiamente tal, y sobre los que trata su teoría.
Por otro lado, el economista y sociólogo estadounidense Thorstein Veblen creía
que la economía estaba moldeada por la cultura y que no existía una naturaleza humana
universal que pudiese explicar la enorme variedad de normas y comportamientos
descubiertos por la antropología. La teoría de la clase ociosa y La teoría de la empresa
económica son una construcción alternativa a las teorías marginalistas del consumo y la
producción, donde critica de forma apasionada la evolución de la sociedad y la economía
de su país.
Otro pionero de la economía del desarrollo fue Francois Perroux un economista
francés del siglo XX. Partiendo de una crítica de las teorías neoclásica, keynesiana y
marxista, Perroux propone una visión dinámica del equilibrio general de las unidades
activas. Esta visión la considera particularmente bien adaptada al análisis de los países
subdesarrollados que emprende en los años cincuenta con sus “Tres útiles para el análisis
del subdesarrollo”: la dependencia, la desarticulación y la no cobertura de los costos del
hombre.
Para Perroux es justamente una situación de ausencia de cobertura de los costos del
hombre lo que caracteriza al subdesarrollo. Plantea desde una perspectiva humanista un
nuevo desarrollo más global, endógeno e integrado para superar las diferentes formas de
dominio y la desarticulación, con el objetivo de alcanzar una buena cobertura de los costos
del hombre.

Luego analizar las posturas de los precursores del sistema capitalista, es importante
acotar, que fábricas, sindicatos, producción en cadenas, partes intercambiables, internet;
con la llegada del capitalismo la riqueza dejó de ser un medio para acercarse a dios y se
convirtió en un fin en sí mismo.
Enriquecerse era la meta de la versión económica de la evolución de Darwin: los
más listos era los que se enriquecían. El capitalismo se basó, en sus inicios, en la falsa
creencia de que las materias primas eran ilimitadas. La falsedad de esta premisa se puso de
manifiesto con la crisis del petróleo de 1973. Lógicamente, las materias primas parecían
ilimitadas cuando la Tierra tenía 100 millones de habitantes, pero con más de 6.000 la cosa
cambiaba.
Por otra parte, como buena utopía, el comunismo funcionaba bien sobre el papel
pero fallaba en uno de sus pilares básicos: el ser humano y su altruismo para con sus
semejantes. Todo se basaba en la planificación centralizada, la supremacía del bien
común y el estado sobre el individuo.
¿Podemos entonces, mirando al pasado,  intuir lo que nos depara el futuro?
Si bien el capitalismo estaba basado, entre otras cosas, en el individualismo y la idea
de que los recursos son ilimitados, el próximo sistema económico, debería basarse en todo
lo contrario (cooperación y reciclaje). Puesto que los recursos se han demostrado escasos,
se debería optimizar su uso. Puesto que cada vez hay más población en el planeta, si
queremos trabajar todos habría que reducir los horarios y procurar que el valor añadido
aportado por cada trabajador fuera enorme. Un ingeniero diseñaría algo, otro optimizaría su
diseño y un tercero lo construiría de un modo más eficiente. De modo que al final, el
producto acabado hubiera sido construido de la forma más económica y aprovechando al
máximo los recursos disponibles.
Otro aspecto importante es lo concerniente a la política económica. Esta puede
definirse como el conjunto de directrices y lineamientos mediante los cuales el Estado
regula y orienta el proceso económico del país, define los criterios generales que sustentan,
de acuerdo a la estrategia general de desarrollo, los ámbitos fundamentales e instrumentos
correspondientes al sistema financiero nacional, al gasto público, a las empresas públicas, a
la vinculación con la economía mundial y a la capacitación y la productividad. Todo ello
pretende crear las condiciones adecuadas y el marco global para el desenvolvimiento de la
política social, la política sectorial y la política regional.
En este sentido el proceso de globalización se efectúa a través de los flujos
comerciales de capital, información y conocimiento, que circulan alrededor del mundo y
que involucran, en mayor o menor medida, a la mayoría de los países.

Sin embargo, este proceso es profundamente asimétrico y favorece a un pequeño


grupo de naciones altamente desarrolladas, quienes controlan la economía mundial,
mientras la mayoría de países debe conformarse con el papel de actores pasivos y altamente
vulnerables a los cambios internacionales, influenciados por las políticas aplicadas por los
centros de poder económico, político, cultural y militar.

En síntesis, como resultado de las crisis capitalista, se observa en el escenario


mundial una serie de cambios estructurales que en teoría deberían conducir finalmente a la
implantación de un nuevo orden internacional, que a la fecha pareciera estar aún lejos de
concretarse.
Lo anterior, por la falta de coordinación de políticas económicas y el rezago en
materia de apoyo institucional a la gestión macroeconómica de los estados nacionales, es un
claro indicio de que la economía mundial se encuentra en transición y que por tanto es
apremiante seguir insistiendo en la reestructuración capitalista.

Ahora bien, los conflictos asociados a esta transición, nos revelan la fragilidad y el
estado de indefensión de las actuales condiciones económicas, tecnológicas y sociales (por
ejemplo las repercusiones que ha tenido el COVID – 19); que por el momento han
demostrado ser incapaces de impulsar una onda ascendente que describa un ciclo expansivo
en la actividad económica.

Você também pode gostar