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b) a manera de introducción directa al escrito debe definir cómo entiende que va
a desarrollar el tema, qué se propone, a qué quiere llegar, cuáles son los temas a
desarrollar, en cuáles fuentes principales se va a fundar y luego, entrar
directamente al tema. (Es la modalidad de un artículo muy breve).
c) reseñe la bibliografía consultada y sólo la que tenga relación con el tema, debe
hacerse al final del trabajo. Debe contener la indicación de la bibliografía
consultada y que guarde nexo de causalidad con el tema desarrollado.
d) el escrito debe contener máximo diez (10) páginas y mínimo seis (6), tamaño
carta, letra new romans tamaño 12, espacio 1.5.
e) en principio, no debe citar textos sino hacer paráfrasis. Las citas pueden ser
excepcionalísimas y sólo cuando casi sea imposible parafrasear por la precisión y
brevedad del texto del autor como cuando se trata de un aforismo.
4.- Los temas y la forma de abordarlos: El tema general es la crisis del siglo XX,
que continúa en la actualidad, sobre todo en nuestro mundo latinoamericano,
motivada por la aparición de regímenes políticos autoritarios (fascismo, nazismo,
comunismo), la que ocasionó una catástrofe social e individual sin precedentes en
la historia de la humanidad. En términos de la evolución del derecho
constitucional, esta época representa el socavamiento de los principios esenciales
del constitucionalismo, tales como la garantía de los derechos, el pluralismo, la
dignidad humana, la doctrina de la separación de los poderes, el límite frente al
ejercicio del poder político, entre otros.
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A propósito de esta situación, Stefan Zweig escribió lo siguiente:
Me crie en Viena, metrópoli dos veces milenaria y supranacional, de donde tuve que huir
como un criminal antes de que fuese degradada a la condición de ciudad de provincia
alemana. En la lengua en la que había escrito y en la tierra en que mis libros se habían
granjeado la amistad de millones de lectores, mi obra literaria fue reducida a cenizas. De
manera que ahora soy un ser de ninguna parte, forastero en todas; huésped, en el mejor
de los casos. También he perdido a mi patria propiamente dicha, la que había elegido mi
corazón, Europa, a partir del momento en que ésta se ha suicidado desgarrándose en dos
guerras fratricidas. Para mi profundo desagrado, he sido testigo de la más terrible derrota
de la razón y del más enfervorizado triunfo de la brutalidad de cuantos caben en la
crónica del tiempo; nunca, jamás (y no lo digo con orgullo sino con vergüenza) sufrió una
generación tal hecatombe moral, y desde tamaña altura espiritual, como la que ha vivido
la nuestra. Desde que me empezó a salir barba hasta que se cubrió de canas, en ese breve
lapso de tiempo, medio siglo apenas, se han producido más cambios y mutaciones
radicales que en diez generaciones, y todos creemos que ¡han sido demasiados! (Zweig,
Stefan. El mundo de ayer. Memorias de un europeo. Traducción de J. Fontcuberta y A.
Orzeszek. Barcelona, Acantilado, 2011, pp. 10-11).
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Hannah Arendt. Eichmann en Jerusalén.
Tzevetan Todorov. Frente al límite.