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Manuel G. Romana
Prof. Titular de Universidad
Departamento de Ingeniería Civil: Transportes
Universidad Politécnica de Madrid
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN 1
2. TIPOS DE PAVIMENTO 2
3. CLASIFICACIÓN DE TÚNELES 3
3.1. Clasificación de la UE 3
5. LA CONSTITUCIÓN DE LA SUBRASANTE 11
5.1. Introducción 11
6. EL AGUA EN EL TÚNEL 19
10. BIBLIOGRAFÍA 23
PAVIMENTOS EN TÚNELES:
FACTORES A CONSIDERAR
PARA SU TIPO Y DISEÑO
Manuel G. Romana
Prof. Titular de Universidad
Departamento de Ingeniería Civil - Transportes
Universidad Politécnica de Madrid
1. INTRODUCCIÓN
Esta introducción comienza con una nota terminológica: para este documento, se
empleará pavimento en el sentido que se le da a la palabra en Latinoamérica, esto
es, al conjunto de capas superpuestas de materiales manufacturados de elevada
calidad y algunos centímetros de espesor cuya finalidad es conseguir dos finalidades:
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2 CONGRESO DE PAVIMENTOS ASFÁLTICOS DE VENEZUELA
2. TIPOS DE PAVIMENTO
• flexibles: son los formados por capas de materiales de rigidez creciente desde
el cimiento, cuyas capas inferiores suelen ser granulares, con espesores del
orden de 0,25 m, y con un conjunto de capas de mezclas bituminosas o riegos
con gravilla que no superan los 15 cm de espesor.
• inversos: son los que tienen una constitución similar a los semirrígidos hasta
las capas tratadas con ligantes hidráulicos, pero sobre éstas y bajo las capas
bituminosas se dispone una capa granular que impide la transmisión de
esfuerzos tangenciales a las capas bituminosas.
• rígidos: son aquellos en los que se dispone una losa de hormigón que
constituye al mismo tiempo la capa de rodadura y la resistente. Esta losa
reparte los esfuerzos en un área muy grande, pero su espesor es importante
(entre 22 y 35 cm, sea cual sea la intensidad de tráfico pesado). La losa de
hormigón puede ser en masa (en este caso la losa tiene una longitud de unos
4 ó 5 m) o ligeramente armado, para que el acero impida la fisuración del
hormigón.
3. CLASIFICACIÓN DE TÚNELES
3.1. Clasificación de la UE
Longitud en km
• La longitud mínima de un túnel son 500 m, según esta clasificación. Este valor
es razonable para redes de carreteras, generalmente en campo abierto, en las
que es raro que existan estructuras de soterramiento de entre 60 y 500 m. En
entornos urbanos sería conveniente tratar como un túnel a cualquier tramo de
vía tipo carretera soterrada de más de 200 m.
Los incendios han supuesto una auténtica revolución en los criterios de seguridad que
se aplican en túneles, comenzando por una revisión completa de la infraestructura y
su funcionamiento y resultando en unos cambios en la filosofía de diseño y,
especialmente, en las necesidades de infraestructura de detección de incendios y de
información y evacuación de usuarios en caso de incidente. Es de desear que este
esfuerzo tenga continuidad en la información y educación de los usuarios, para que
esta ingeniería de diseño sea verdaderamente eficaz.
Otros factores que deben ser considerados a la hora de elegir el tipo de pavimento de
un túnel son el terreno en el que se excava, el entorno (montañoso, rural, periurbano
o urbano), la longitud del túnel, la existencia o no de desvíos alternativos, la
posibilidad de corte de la circulación, la escasez de espacio disponible en la sección
(alternativamente, el coste de construir espacio adicional), el firme del resto del eje y
la comprensión de la sección por parte del conductor. A continuación se pasa revista
a estos factores, pero deben recordarse dos cosas:
restringidos a los camiones grandes y los 5 o 5,5 m de los túneles más espaciosos.
Por otro lado, hay que considerar que tanto el espacio como el gálibo inicialmente
disponibles para la construcción del pavimento (las instalaciones, como ventiladores,
conductos de ventilación, luminarias, etcétera, se pueden y se suelen construir
después) pueden ser considerablemente mayores que en las tareas de conservación y
rehabilitación, con todas las instalaciones en su sitio.
El tipo de pavimento adoptado para el resto del eje influye el la elección del
pavimento de los túneles ubicados en él. En un eje de montaña con numerosos
túneles y estructuras, lo que debe pesar son los túneles. En casos en los que un túnel
tiene un peso relativamente bajo, el pavimento del túnel debe ser del mismo tipo que
en el resto, para facilitar no ya la construcción, sino la conservación y eventuales
rehabilitaciones.
Las características que ha que considerar de un pavimento para túneles son las
siguientes (siempre se considera, evidentemente, que tanto el dimensionamiento
como la construcción son correctos) :
• Vida útil
Los pavimentos flexibles tienen una vida útil de más de diez años, son sencillos de
reparar, y existe maquinaria disponible de gálibo normal o reducido para las tareas de
conservación y rehabilitación. Por el contrario, las necesidades de rehabilitación son
mayores que en los pavimentos rígidos. Las demás características de estos firmes se
comentan a continuación, al tratar los pavimentos semiflexibles.
Los pavimentos más frecuentes en túneles en el mundo son los semiflexibles, con
más de 15 cm de mezcla bituminosa sobre una o varias capas granulares. Presentan
una vida útil prolongada, gracias al espesor de las mezclas. Sin embargo, deben
apoyarse sobre un cimiento estable y compacto, siendo desaconsejable que el
cimiento tenga un índice CBR inferior a 10, y debe intentarse que se supere el valor
CARRETERAS DE DOS CARRILES 9
de 20. Las condiciones de saturación son perjudiciales para estos cimientos, como lo
son para la resistencia de las bases granulares que se emplean en estos pavimentos.
Los pavimentos semirrígidos cuentan con capas inferiores de gran rigidez, que
reparten mucho las cargas y, consecuentemente, pueden apoyarse sobre materiales
más endebles. En cambio, su resistencia depende de su espesor, de manera que
reducciones de espesor del 10 % pueden resultar en pérdidas del 90% de la vida útil.
Por tanto, las capas inferiores deben tener una gran regularidad y no se puede jugar
con los espesores. Los materiales tratados con conglomerantes hidráulicos tienen un
árido de buena calidad, se fabrican en central y se diseñan de manera que cuenten
con un esqueleto mineral resistente. Los contenidos de conglomerante son pequeños.
Estos pavimentos suelen contar con una rodadura bituminosa, una base de
gravacemento y una subbase de suelocemento, apoyados sobre explanadas
granulares o estabilizadas in situ con cemento. Su vida útil es muy prolongada,
especialmente si se consigue una buena adherencia entre la capa bituminosa y a
base, y el cimiento puede ser relativamente débil. Se construyen con máquinas de
tamaño medio, y la conservación consiste en el sellado de las grietas transmitidas por
la retracción de las capas de base y súbase. Si el dimensionamiento es adecuado, no
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Los pavimentos inversos reúnen las ventajas de resistencia de los semirrígidos con
las de los semiflexibles, dándose además la circunstancia de que, como se verá, son
muy adecuados en túneles, por las condiciones constructivas de la solera del túnel.
Las principales desventajas son la mayor necesidad de conservación y la carga de
fuego. La disposición de la capa granular reduce las necesidades de acabado de las
capas tratadas con conglomerantes hidráulicos, pero no las del acabado del cimiento
y de espesores mínimos.
Sin ser específicamente una desventaja, hay que considerar que la construcción de
estos pavimentos conlleva una elevada exigencia de calidad, y que se construyen con
maquinaria especializada que requiere una determinada longitud para resultar
competitiva.
CARRETERAS DE DOS CARRILES 11
5. LA CONSTITUCIÓN DE LA SUBRASANTE
5.1. Introducción
La calidad de la subrasante
permiten predecir las trayectorias de tensiones que sufren los elementos del cimiento,
los segundos evaluar la respuesta de los materiales bajo cargas repetidas y los
terceros medir la respuesta de un cimiento real ante una solicitación dinámica. La
combinación de estos elementos puede modificar el diseño y la evaluación de los
cimientos de los firmes en el futuro próximo.
En los túneles en roca, aun cuando esta sea muy blanda, no tiene demasiado sentido
el empleo del índice CBR, ya que el módulo de deformación del cimiento será muy
superior al mínimo requerido para el pavimento. Debe recordarse, además, que el
índice CBR es muy representativo del material cuando su resultado está entre 3 y 40,
y escasamente significativo para valores superiores. Si el túnel está excavado en roca
conviene estimar el módulo mediante correlaciones y ensayos en testigos de sondeo,
o, más raramente, mediante mediciones in situ con placas de carga.
En túneles en roca buena (índice “Rock Mass Rating” de Bieniawski, RMR > 40) el
material tiene una rigidez sobrada para ser el cimiento del pavimento (un ejemplo de
sección transversal típica de un túnel en estos materiales se presenta en la figura 2).
En estos casos las mayores dificultades residen en lograr un acabado suficientemente
regular del cimiento y contar con un material que no tenga piedras sueltas. Si se
logra al menos lo segundo, puede construirse la subrasante de cuatro maneras
diferentes:
1. Esta superficie puede ser muy adecuada para recibir una capa granular que
sirva de regularización y de subbase del pavimento, que podrá ser en este
caso de cualquiera de estos tipos: flexibles, semiflexibles o semirrígidos. En el
caso de pavimento rígido es aconsejable que la base esté tratada,
especialmente cuando es difícil la compactación adecuada de materiales
granulares (por ejemplo, si los finos pasantes por el tamiz #200 de la ASTM, o
0,080 mm, no superan el 10% en peso) o cuando haya agua en este nivel. Por
ello debe desaconsejarse en principio esta opción en este caso: si el pavimento
es de hormigón, es preferible optar por alguna de las otras tres soluciones.
2. La segunda opción es rellenar las irregularidades con hormigón pobre (de unos
5 MPa de resistencia a compresión simple). Esta tarea lleva un componente
importante de mano de obra, frente a la opción anterior que es más fácilmente
mecanizable.
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4. Finalmente, puede optarse por disponer una solera de hormigón que cierre la
sección del túnel. De esta manera la solera constituye una explanada de
calidad excelente para el pavimento.
Las tuneladoras, conocidas con los nombres de topos, escudos o, más comúnmente,
como máquinas tuneladoras integrales (TBM en inglés, “tunnel boring machine”),
permiten la ejecución del túnel en un proceso continuo a sección completa y con un
proceso limpio y seguro, con rendimientos muy elevados (con una media superior a
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los 500 m al mes). Sin embargo, su empleo está lastrado con las siguientes
circunstancias:
Las nuevas exigencias de equipamiento de seguridad hacen que pueda ser necesaria
una galería de acceso y evacuación estructuralmente independiente. Con el objeto de
evitar elevado coste de una excavación nueva independiente, es normal disponer esta
galería en una gran trinchera en la parte inferior de la sección, normalmente cuando
el material tiene una cohesión o resistencia a compresión simple elevada, y esta
trinchera es estable a corto plazo.
En estos casos la trinchera puede constituir una subrasante de rigidez muy diferente
a la del resto de la sección transversal. Para evitarlo se suele rellenar la clave de esta
trinchera con hormigón en masa de unos 15 MPa de resistencia característica. Esta
solución resulta ideal para el pavimento, pero constituye una sobrecarga importante
para la galería inferior, cuya estructura debe estar calculada para soportarla. Otra
solución posible es minimizar el espesor de hormigón, y colocar un relleno aligerado
(arlita, polietileno, etc) entre la galería y la losa de la subrasante.
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6. EL AGUA EN EL TÚNEL
Si, por el contrario, la infiltración es muy generalizada, son posibles dos soluciones:
La figura 6 muestra el detalle lateral de la capa drenante para túneles en roca con
afluencia moderada de agua. Si la longitud de surgencia es importante, o lo es el
caudal infiltrado, es importante disponer un colector de diámetro importante, superior
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• tipo de pavimento
Ya puede apreciarse que las restricciones de sección (con una duración total
correspondiente al tercer punto citado) suelen obligar a usar el arcén en túneles
únicos bidireccionales en los que no sea aconsejable el corte total del túnel.
Si la longitud de túnel es algo mayor (lo que suele ocurrir en carreteras de calzadas
separadas) y la intensidad de tráfico pesado es importante puede ser muy interesante
construir un pavimento semirígido. En este pavimento la vida de las capas inferiores
es muy elevada si la calidad del material y el espesor responden a los criterios
usuales de dimensionamiento. Además, es posible rehabilitar el pavimento mediante
el fresado y reposición de parte o toda la capa bituminosa.
En un túnel doble excavado con tuneladora, en ámbitos urbanos y con una intensidad
de circulación muy elevada (incluso sin contar con los camiones) es difícil encontrar
períodos adecuados para el corte de uno de los túneles. En este caso es muy
interesante la opción por una solución de “mantenimiento cero”, meta que so ben no
es alcanzable si puede aproximarse. Además, ya se ha mencionado el elevado coste
del espacio, que anima a disminuir los cantos. Por tanto, la solución más adecuada es
el pavimento de hormigón amado continuo, de manera que existan tramos muy
largos sin juntas. Este tipo de pavimento puede no tener juntas salvo en el contacto
con las estructuras, y en un túnel como el mencionado puede ser aconsejable
disponer algunas juntas adicionales.
Un túnel con contrabóveda tiene una solución clara, mientras que no sea de una
longitud muy importante (más de 10 km de calzada en túnel), y cuando el pavimento
tiene una rodadura bituminosa fuera del túnel, una solución clara es un pavimento
inverso o semirrígido, aprovechando el relleno con hormigón pobre como subrasante,
y un espesor del orden del medio metro superior del relleno se construye con
suelocemento y gravacemento.
cultura técnica local, de los criterios disponibles (una buena fuente es la AIPCR), las
características del tráfico ligero pesado, el análisis de riesgos de incendio y el terreno
cruzado.
10. BIBLIOGRAFÍA
[9] GRATA, J. (2004) “Contractor set to fix Squirrel Hill Tunnel repaving job”.
Pittsburgh Post-Gazette, 2 de septiembre de 2004
[10] SCHREFLER, B.A: et al. (2002) “Concrete at high temperature with application
to tunnel fire”. Computational Mechanics número 29 , pp. 43–51, Springer-Verlag.