Você está na página 1de 4

Las formas de organización colectiva: Estado y Nación

Tal como anticipé la clase anterior, esta clase estará destinada a intoducirnos
en el análisis del concepto de Estado-Nación.

Espero que hayan logrado reinsertarse en este segundo cuatrimestre.


Pareciera que son pocas las posibilidades de reencontrarnos en clases
presenciales, de modo que es muy probable que concluyamos el año con esta
modalidad de trabajo. Tal vez, ante esta confirmación, logren animarse a exigir
explicaciones y aclaraciones de los temas. Ojalá ocurra de ese modo.

Consigno la cita de uno de los textos centrales para el abordaje de este tema.
Asimismo acompaño el enlace.

-OSZLAK, Oscar. La formación del Estado Argentino. Buenos Aires, Editorial


Belgrano, 1985, cap. 1: Lineamientos conceptuales e históricos, pp.15-43.

https://blogs-fcpolit.unr.edu.ar/administracionpublica2/files/2015/05/U2-Oszlak-
la-formaci%C3%B3n-del-E.-Arg.-Cap-1.pdf

Empecemos a introducirnos en el tema. En principio realizaré una introducción


general para luego pasar al análisis de la bibliografía indicada.

Se denomina Estado-Nación a una forma histórica específica del Estado: el


tipo que nació de las revoluciones liberales, en particular de la revolución
francesa, y que acompañó el ascenso y consolidación del capitalismo. En esa
etapa, el desarrollo de las relaciones de producción y propiedad capitalistas
necesitaba de un poder centralizado y ejercido de manera uniforme en todo un
territorio, para constituir el marco de un mercado de trabajo y facilitar la
circulación de bienes y dineros sin trabas aduaneras o de otro tipo. El Estado-
Nación, que constituye un poder centralizado que no reconoce otro tipo de
poderes soberanos o compartimentos estancos en su seno, fue la
superestructura adecuada para impulsar este proceso. En el plano ideológico-
político el Estado-Nación se basa en la idea de una fuerte unidad de estos dos
conceptos: Estado y Nación. Se trata de un poder estatal que ejerce su
soberanía sobre un territorio cuyos habitantes adscriben a una identidad común
y se sienten parte de una comunidad de destino.
El rasgo más importante de esta nueva forma de estado era el hecho de que
se identificaba con la nación y basaba el pacto social en la pertenencia del
conjunto de sus miembros a una colectividad con una cultura, una historia y
una lengua comunes. En esta nueva sociedad nacional los hombres ya no son
súbditos de un rey sino que se han convertido en miembros iguales ante la ley
de una colectividad de ciudadanos. Para fortalecer ese sentido de identidad se
inventaron los himnos nacionales , las banderas y toda la retórica destinada a
consolidar los sentimientos patrióticos.

En forma ideal, la formación de los modernos Estados nacionales europeos se


produjo en sociedades donde existía previamente esta voluntad de constituir
una comunidad de destino. Esto quiere decir que, al menos en algunos casos,
en Europa, la Nación fue previa a la formación del Estado moderno y constituyó
su base. La realidad histórica muestra situaciones más matizadas: en Gran
Bretaña y España, por ejemplo, por citar dos situaciones representativas, para
alcanzar la centralización del poder estatal debió existir un centro hegemónico
capaz de vencer fuertes tendencias regionalistas que siguen actuando hoy día.
La situación es más clara en aquellos Estados de constitución más tardía,
como Italia y Alemania. Estos casos serán analizados en historia mundial
oportunamente, por ese motivo no me detengo en esta oportunidad.

En Hispanoamérica, como ya lo hemos analizado a partir del texto de Safford,


la población estaba constituida por grupos separados por grandes barreras
geográficas y atravesados por profundas contradicciones étnicas, por lo que no
constituían comunidades de destino reconocidas alrededor de una identidad.
Durante la revolución de la independencia y como parte del proceso
independentista, los primeros gobiernos habían intentado fomentar una
voluntad de nación. Pero el comienzo de las guerras entre regiones impidió la
consolidación de las identidades nacionales que abarcaran las antiguas
divisiones administrativas coloniales e hizo surgir con fuerza identidades
regionales y locales. Por eso, en Hispanoamérica, la Nación no precedió al
Estado. Es más, el Estado formó a la Nación, impulsando de diversas maneras
la voluntad de constituir una comunidad de destino. Así la nación es
progresivamente la toma de conciencia de un pasado tradicional, de forma
voluntaria o a la fuerza, ante la acción cohesionadora cotidiana de la vida en
común.
Para constituir un Estado-Nación, que diera el marco jurídico y político para
formar un mercado de trabajo y la incorporación de las economías
exportadoras al mercado mundial, hacía falta la acción de un sujeto político que
se propusiera crear un aparato estatal para utilizarlo como instrumento de su
hegemonía. Alianzas de élites regionales, burguesías mercantiles, minorías
ilustradas, etc, fueron los actores sociales que en distintos puntos del
continente sentaron las bases de los bloques hegemónicos en los nuevos
Estados Nacionales. Este proceso duró décadas y tuvo que vencer las distintas
resistencias sociales originadas en intereses regionales que se veían
perjudicados por el proceso de centralización estatal e incorporación plena al
mercado mundial. En este contexto, el Estado nacional fue considerado por los
sectores dominantes como la única institución capaz de movilizar recursos y
crear condiciones para superar el desorden y atraso imperantes.

¿Qué realizaciones debieron concretarse para lograr la consolidación de los


Estados Nacionales?

Fueron muchas y en próximas clases, cuando analicemos el caso argentino,


serán desarrolladas detenidamente, pero podemos anticipar las fundamentales:

. Conformación de un poder de hecho que dictara una constitución y sentara


las bases de la organización política del país.

. Organización de un aparato militar indispensable para vencer las resistencias


locales y regionales.

. Desarrollo de un sistema fiscal que dotara de fondos al Estado.

. Ocupación efectiva de todo el territorio, delimitando las fronteras con los


Estados vecinos.

. Creación de un aparato de penetración ideológica, por ejemplo el sistema


escolar, para infundir a la población la pertenencia a una comunidad de destino
y a una ciudadanía nacional.
Progresivamente estos objetivos fueron alcanzados en los diferentes países
latinoamericanos. En algunos este proceso estuvo concluido o bastante
adelantado hacia fines del siglo XIX, en otros casos, hasta bien avanzado el
siglo XX seguía verificándose el carácter incompleto del proceso.

Ante estas transformaciones, la pregunta que se impone es por qué empezó a


producirse en esos años, ese proceso que antes había sido imposible… De la
respuesta ya hemos anticipado algún comentario a través del capítulo de
Safford, en el punto que el autor analiza las razones de la inestabilidad para
luego concluir en los motivos que permitieron superarla, de modo que el
concepto no es nuevo. Vamos a recordarlo. Tanto la revolución industrial
europea como la revolución tecnológica instalaron las condiciones para que
América Latina se integrara a la economía mundial, con lo cual el comercio y
las inversiones aumentaron, y con ellos, los ingresos de los Estados, que
contaron con los recursos para consolidar su propia autoridad. En segundo
término, aunque no menos importante, tuvo lugar un compromiso entre las
élites políticas basado en el común interés por el orden social, la estabilidad
política y el progreso económico.

Con este texto doy por concluida la clase de hoy. El próximo martes
incorporaré la guía destinada al análisis de Oszlak. Me parece conveniente,
antes de incorporar esta nueva lectura que puede generar alguna dificultad,
finalizar con el foro. Recuerden que se espera la participación de ustedes. Ese
capítulo de Safford es muy importante en el desarrollo de esta materia, de
modo que es indispensable que se comprometan con su lectura y
comprensión. Como ya saben, ante cualquier dificultad, no duden en
consultarme.

Você também pode gostar