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DR.

ALEKHINE

GRAN TORNEO
INTERNACIONAL
DE AJEDREZ
MADRID, OCTUBRE DE 1943

I!I>ICJON PUBLICADA CON LA COLABORACION

DI! LA

FEDERACION ESPAÑOLA
DE AJEDREZ

AFJt.ODISIO AGUADO, S. A.
BARQUILLO, ' • MADRID
1 9 4 4
------------------·
Afrodisio Aguado, S. A.-Madrid.-3036-1244
UNAS PALABRAS DE LA F. E. D. A.

La Federación Española de Ajedrez se complace en ofre-


cer a la afición española la publicación de este libro. J,a
palabra y el comentario del campeón del mundo respecto
al Torneo Internacional celebrado en Madrid en octubre
de 1943 constituyen el mejor epílogo de aquel memorable
certamen, y en la ocasión presente la autoridad del doctor
Alekhine sobrepasa su función didáctica para abarcar un
aspecto especialmente interesante en el momento actual del
ajedre7. español.
Con visible interés y curiosidad era esperado en nues-
tros medios ajedrecístic:os un concurso que enfrentase a los
nuevos valores del tablero hispano con los grandes maes-
tros europeos. Entonces podría calibrarse experimental-
mente cuanto en orden a un posible progreso era lícito es-
timar el nivel general de juego de nuestros ajedrecistas. En
corto espacio de tiempo los torneos y campeonatos oficiales
habían elevado a puestos relevantes nuevos jugadores, acu·
sando, al mismo tiempo, mayor valoración en el estilo y en
los conocimientos de otros ajedrecistas ya conocidos. Unos
y otro8, unidos en este nuevo plano del ajedrez español,
jnstificahllD con sobrado motivo la esperanza de que la si-
tuación de nuestro ajedrez sería, con respecto al tablero in·
ternacional, algo superior a la que hasta entonces había
sido considerada. Mas para comprobar y hacer patente tan

S
grata nueva se hacía necesario que un conjunto de nues-
tras primeras figuras fuese pulsado por aquellos grandes
maestros. Y aquí está explicado el interés y la curiosidad
que supo despertar en los numerosísimos Centros de aje-
drez de España el anuncio del gran torneo. No fué posible,
pese a las inteligentes iniciativas de don Manuel Fernán-
dez Balhuena y de don Francisco Ojeda Cohos -a cuyas
personales gestiones se debe en gran parte el florecimiento
y estimación que hoy se aprecia en nuestra Patria por el
deporte mental·-, que el certamen convocado y celebrado
en los salones del Círculo de Bellas Artes reuniese a todo&
los grandes maestros a quienes se invitó, y ello debido a las
anormales circunstancias europeas, fáciles de comprender
por todo~. Sin embargo, la presencia de Keres y también
de Brinckmann y Samisch resultó suficiente para que la
valía del conjunto hispano fuese apreciada, aquilatada y
definida en su real extensión. Prueba de ella la constituyen
las palabras de elogio y el juicio pronosticador para Espa·
ña de gran porvenir mundial en ajedrez, pronunciadas y
emitido por los maestros extranjeros visitantes; la acogida
de que fué objeto el Torneo en la prensa y revistas especÍ·
ficas de todo el mundo y la resonancia que en todos los
drculos ajedrecísticos ha alcanzado este certamen.
Pero la mejor prueba permanece en las partidas juga-
das, y ellas, por sí mismas, son más elocuentes que toda otra
consideración. Los jugadores españoll".s se examinaron en
un buen tribunal : ante Keres y otros grandes maestros. Y
la calificación que ese examen merece nos la va a decir en
este libro el juez supremo del tablero : el campeón del
mundo. Una a una, el doctor Alekhine expone la totalidad
de las partidas jugadas, sometiéndolas al peso de su crítica.
Inútil fuera destacar aquí la importnacia que para nosotros
tiene esta labor, ni tampoco hablar del gran maestro, sufi-
cientemente conocido y admirado incluso por las personas
más apartadas del ajedrez. Nos resta tan sólo congratular-
nos nuevamente del suceso que significa para la afición de
habla española la aparición de este volumen, representa-
tivo del primer trabajo que el genial Alekhine dedica a las
ooell8 de España.

La Federación Española de Ajedrez.

Madrid, marzo 1944.

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PROLOGO

Cualquier conato de justificación o de disculpa por escribir


eetBS líneas al frente de un libro de ajedrez, podría interpre-
tarse sin violencia en el sentido de que yo pensaba en la exis-
tencia de alguien para quien tal atrevimiento o incongruencia
no fueran notorias. Lo es mi falta de autoridad, y asimismo el
desconocimiento de mi nombre en los medios ajedrecísticos a
loa que, principalmente, se dirige este libro; pero era tan ten-
tador unir mi nombre en la portada de un libro al del gran
ajedrecista que le escribe, y ha sido talla benevolencia de ami-
go8 que deseaban que así fuese, que he cedido a la tentación de
aceptar la empresa, superior al mismo tiempo, a mis mereci-
mientos y a mi competencia.
Siempre es. el aficionado el que busca la sombra y la auto•
ridad del maestro para lanzarse a la publicidad. Aquí se invier·
ten Jos términos y es el aficionado, y aficionado menos que me·
diano, el que al arrimo del mayor maestro que ha conocido el
pueblo del Ajedrez, proclama, porque otra cosa no puede ha·
,:er, su resuelta pasión por el noble juego y su admiración ha·
cia Alejandro Alekhine, que en sus partidas sabe infundir un
aliento espiritual que participa tanto de la técnica como do la

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estética, y hace que a ellas podamos aproximarnos con prove-
cho hombres que profesamos estudios, si distantes a lo que el
ejedrez tiene de sabiduría, más que tangentes a lo que tiene de
belleza.
Porque la estética del ajedrez no reside tan sólo en la armo-
nía que se deduce de la lógica constructiva de una partida, se-
creto bien sabido de todas las arquitecturas. El resorte artístico
del ajedrez está en la pasión contenida que llena el transcurrir
de la partida, como el de toda lucha, y que constantemente
amenaza desbordarse, y de hecho se desborda, en el jugador
incontinente o precipitado. Pasión contenida es el buen juego
ajedrecístico, y tal fórmula es la de todo clasicismo, el canon
inexorable de las mejores creaciones del espíritu humano.
Es instructivo observar que el ajedrez, ciñéndonos a su evo-
lución de los últimos cien años, cubre las mismas etapas y si-
gue unas alternativas parejas a las de las demás artes, y ello
es lógico, ya que las artes que tienen una intención de belleza
son el exponente más lino y fiel de la evolución del espíritu y
de la sensibilidad. Un conocimiento suficiente, aunque como en
mí sea poco profundo, de esta historia, nos muestran los viejos -
maestros del siglo XVIII practicando un juego lógico, neoclási-
co, que hoy tiene el encanto de todo lo arcaico y que encontra-
ría bien su parangón en el arte musical de un Haydin o un
Scarlatti. La evolución del romanticismo en el ajedrez es cro-
nológicamente más tardía que en las demás artes, pero no me-
nos clara y significativa. Un Andersen, un Morphy, por ejem·
plo, practican un juego combinativo, violento y hasta inconti-
nente en muchos casos, que podemos calificar de genial, pero

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inservible como ejemplo. Tal es el destino de todos los artistas
románticos, votados a la admiración pero no a la imitación de
los venideros. Su genialidad no puede ser escuela, sino chis-
pazo individual, personalidad incomunicable, y por ello al des-
aparecer estos nombres señeros quedan los de jugadores sóli-
dos, posicionalistas, que han de llevar al ajedrez, como la ge·
neración naturalista llevó a la literatura, a un término técnico
y árido, de estudio, más intelectual que cordial. La venerable
técnica de la que los grandes románticos del ajedrez arranca-
ron, parece entonces diminuta. De un Filidor a un Lasker hay
la migma distancia que de un Boileau a un Zola. Los princi-
pios del buen gusto, de la agudeza ajedrecística, estaban ya en
los viejos análisis y tratados, y acabará abriéndose paso entre
el amazacotado saber de tales maestros, pero el área del cono·
cimiento técnico se ha ensanchado desmesuradamente y las nue-
vas generaciones parten de un saber más amplio y más sólido.
En este trance de la evolución del juego del ajedrez, apa-
rece Alekhine que a los veintidós años se clasifica en los tor-
neos de San Petersburgo y Manhein delante de todos los maes-
tros que a ellos concurren, excepción de Lasker y Capablanca.
Es el momento en que el gran maestro alemán va a ceder su
título a la juvenil genialidad del gran jugador cubano. El vir-
tuosismo técnico de Capablanca triunfa de la manera sólida y
lenta de Lasker, y en tanto empuña Capablanca el cetro mun
dial del ajedrez, continúa Alekhine la serie de sus triunfos. En
Troberg, en Budapest, en La Haya, hacia 1921, logra victorias
tan resonantes e ininterrumpidas que merece la consideración
indiscutida de campeón de Europa. F:l gran torneo de Baden-

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Baden, la más importante competición jugada en Europa desde
la terminación de la anterior gran guerra, transcurre sin que
Alekhine se.a batido en una sola partida. En 1927 conquista el
título de campeón mundial, que atin conserva, sin más eclipse
que el breve en que tal título pasó a manos de Euwe.
Ciertamente todos estos sucesos son demasiado conocidos
para que yo tenga que incidir en su relato, tantas veces y más
autorizadarnente hecho. Sobre lo que sí quisiera detenerme es
sobre las características de su juego, tal como a un profano
se presenta a través de sus· partidas, ya que sería pueril hacerlo
por experiencia directa de las exhibiciones de simultáneas, pues
ni la ocasión ni el enemigo daban pie para la comprobación de
toda su genialidad y de toda su fuerza. Pero aun en éstas su
aspecto macizo y seguro, ese su mover las piezas atornillándolas
en su casilla, corno designándolas su sitio definitivo e incon-
testable en el tablero, la ausencia total de cualquier vacilación,
su aire de capitán seguro de la victoria, componen la traza del
enemigo invulnerable que intimida con su presencia aun antes
de experimentarse su fuerza, como los viejos germanos que nos
describe Tácito, que se presentaban al combate atemorizando
con su aspecto antes de rendir con sus armas.
El punto de partida del juego de Alekhine queda indicado
y ha de sobreentenderse que es el mayor progreso técnico logra-
do por los sólidos ajedrecistas, que he equiparado a los artistas
literarios del tiempo del naturalismo. El saber, la técnica, el
análisis (que análisis se llamaba también el procedimiento lite-
rario naturalista) predominaban sobre la imaginación. La arhi·
trariedad o la aventura estaban tan gravemente penadas que

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morían en flor. Los gambitos, analizados hasta sus últimas con-
secuencias, habían dejado de proporcionar ventajas y tan sólo
podía obtener el que les ofrecía la mera pérdida de lo que
ofrecía como ventaja propia o la mala posición resultante del
rehusamiento. Se sabía al céntimo lo que Wla posición deter-
minada podía dar de sí. Frente a dos líneas de juego tentadoras
no cabía dudar en la preferencia por la más cauta. De este
criterio y de estas prácticas arranca el juego de Alekhine;
pero yo no me persuado de que en su juventud, cuando triWl-
faba en Manhein o en San Petersburgo, poseyera esta técnica
con la perfección bastante para sólo en virtud de ella triunfar
de los maestros que tan bien sabida la tenían. Pienso que frente
al juego solidísimo de ellos una chispa de genialidad, una inter-
vención inesperada de su sutileza ajedrecística, debía decidir
las partidas. Es indudable que su sabiduría del juego había de
ser definitiva en torneos sucesivos, cuando jugaba unos tras
otros sin conocer la derrota. De este jugador maduro conoce-
mos las partidas que alcanzan la cima de perfección técnica que
explica triunfos tan singulares. Pero la técnica aprendida no
era sino la base de avances futuros. No solamente Alekhine
sabía cuanto podía saberse en su tiempo, sino que el juego iba
a deberle en seguida adelantamientos, acendramientos más bien,
de aperturas y posiciones lucidísimamente analizadas por él
que habían de llevarle a descubrimientos como el de la defensa
que lleva su nombre, por él propugnada y analizada, y adoptada
al fin por los grandes maestros, incluso en campeonatos mun-
diales, como en las memorables par6das Maroczy-Lasker, o
Yates-Capablanca, y que ha suscitado una verdadera erupción

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de comentarios y análisis que forman ya una considerable
bibliografía.
Pero el verdadero encanto de las partidas de Alekhine esca-
pa a las pinzas del análisis y a los escalpelos de la anatomía.
Los comentarios a una de sus partidas geniales, aun hechos por
ajedrecistas insignes, por él mismo acaso, no dan idea sino de
un asyecto externo, sin duda meritísimo, pero no esencial, de
su arte de ajedrecista. En las partidas de Alekhine a través de
movimientos al parecer previsibles, de aperturas aparentemente
académicas, acecha siempre el misterio. Algo inaprensible para
la crítica y el comentario y que sólo puede expresarse en una
impresión de conjunto de la partida y con palabras probable
mente alejadas de los tecnicismos usuales al tratar del ajedrez.
En ese misterio agazapado tras un movimiento que se juzgaría
tímido o vulgar, reside la sugestión del arte de Alekhine. Las
consecuencias de tal movimiento surgen mucho después, inespe-
radamente, y entonces se palpa que tal jugada que pudo pasar
inadvertida, era pieza fundamental de una combinación sólo
por él presentida. Porque la arquitectura de sus partidas está
concebida en un solo vuelo de su imaginación genial de ajedre-
cista, como si las jugadas sucesivas se le aparecieran en un
solo presente, con simultaneidad evidente; como si vencedor del
tiempo hubiera suprimido su sucesión y la jugada cuarenta y
dos de una partida estuviera implícita, y para él patente, en
el movimiento inadvertido número siete. Para él es claridad lo
que para nosotros misterio, y ello da a su juego una naturali-
dad y una lógica que, al amenazar con una partida rutinaria
va a desembocar en los lances menos previsibles y más bellos.
Tal el espectáculo singular de este gran artista: alojar el
misterio en la más lúcida lógica. ¿Y no es este el caso de las
obras más geniales del espíritu creador de los hombres?

•••
Pero Alekhine sabe no sólo jugar, sino ver cómo juegan
los demás, y producto de esta actitud es el presente libro en
el que da una sobria impresión de conjunto de las partidas
jugadas en el torneo intemacional de Madrid de 1943. Impre-
siones y no análisis demorado. Pero en estas impresiones, ¡qué
cúmulo de observaciones, de sugestiones valiosas, de rasgos
felices, de despejado acierto para expresarlas!
No ya loa maestros extraños que participaron en el torneo,
un Keres o un Brickmann a quienes tan bien conoce, los espa-
ñoles aparecen retratados a veces con una sola pincelada llena
de sagacidad e intención. Así Sanz, nuestro actual campeón, ex-
plotando la ventaja de un peón en su partida con Pérez, de-
mues'tra en tal realización ((Una gran tenacidad y una aprecia·
hle habilidad técnica)), características indudables de su estilo.
O bien Pérez, jugad(Jr plicológico, que ((no habiendo obtenido
ventaja en el planteo (en su partida con De Agustín), pierde
todavía tiempo para inducir a su adversario a colocar un al.fil
en 60)), O De Agustín mismo, que «persigue siempre y a toda
costa tomar la iniciativa,, O Medina, «cuya calidad de actua·
ción en este torneo puede calificarse de muy buenall, sobrio
elogio que sabrá estimar el que conozca lo parco de ellos que
e! el campeón mundial. O, en fin, el niño Pomar, de quien da

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este juicio, creo que a estas alturas de su desarrollo a jedrC:
clstico, definitivo: su partida con Sanz «demuestra un hecho
del todo natural a su edad, que todavía lo que más le cuesta es
concebir un plan. El ve jugadas, amenazas del enemigo, posibili·
dades de cambios y desventajas -lo que para un jugador que
es casi un niño es ya much~. La idea del plan le llegará
seguramente, y bien pronto, con la experiencia>>.
Tiene, pues, este libro el interés y el valor de un panorama
de nuestro campo ajedrecístico visto y reproducido por la más
alta autoridad. Ni faltan en él los rasgos de humor o de inge·
nio, ni un juicio sintético, a mi ver exacto y no deshonroso
para la psicología de los españoles, y no sólo de los que juegan
al ajedrez. "Aquí en España -observa- se juegan los medios
de partida bastante mejor que los finales.))
Bienvenido sea este presente de Alejandro Alekhine al aje-
drez español, que para mayor satisfacción de todos viene en
las manos de Manuel Golmayo, su traductor, maestro venera-
ble del ajedrez hispánico, a quien tanto debe su desarrollo, y
que tras ostentar merecidísimamente tantos años su títuio de
campeón y haber medido sus armas con los más insignes maes-
tros, sin excluir al propio Alekhinc, y merecer el respeto uná
nime de todos los aficionados españoles, aun aparece por nues-
tras peñas dispuesto a intervenir alegremente en toda partida,
y a dar una lección de buen estilo ajedrecístico burla-burlando,
jovialmente, con humor de camarada y no con ceño o severidad
de maestro.
JosÉ M.• DE Cossío
Madrid, febrero de 1944.

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EL GRAN TORNEO INTERNACIONAL

CONFIRMACION DE LA MADUREZ
AJEDRECISTICA DE ESPA~A

El Gran Torneo Internacional de Ajedrez, organizado


por la Federación con motivo del Primer Congreso Na-
cional de Educación Física, ha venido a significar el fruto
óptimo de las extraordinarias conquistas alcanzadas por
nuestro deporte en los últimos años. El suceso ha ofrecido
resonancia nacional e internacional en diferente..<; aspectos.
Desde el punto de vista técnico-profesional podría de.
cirse-, la trascendencia del hecho era bien percibida por
todos los ajedrecistas españoles. Desde hada largos años
-191 t, San Sebastiál); 1934, Sitges-, España no había
llamado a las mundiales figuras del gran ajedrez. Desgra-
ciadamente, la falta de asistencia de varios ele los maestros
convocados restó sensible importancia al certamen. Sin
embargo, el hecho de figurar Keres en la prueba ofrecía
a todos la garantfa de la mejor emoción ajedrecística y a
España la seguridad de la resonancia exterior del gran
torneo, Brinckmann y Samisch, por otra parte, consti-
tuían un complemento de gran estima, que despertaba en
los jugadores españoles la idea de que un grupo de nota-
bles maestros extranjeros venían a España a comprobar
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el progreso que necesariamente había de haber expeti-
mentado nuestro ajedrez como consecuencia de la crecien-
te afición despertada por el deporte intelectual en todns
los sectores cultos del país.

EXTENSION Y FAMA DEL AJEDREZ

Pero este gran concurso nos brindó otra consecuencia


curiosa y de auténtico valor. Hizo llegar la palabra «aje-
drez» y el vocabulario de nuestro deporte a numerosos sec-
tores ajenos al mismo y a los más apartados rincones,
donde el ajedrez no sólo no era practicado, sino que in-
cluso se desconocía. Los nombres de los maestros extran-
jeros, unidos a los de nuestros jugadores, bailaron en el
oído de millares de personas como figuras del día, de im-
portancia reconocida y de ambiente y significación popu-
lares. El valor propagandístico del gran certamen creó, de
esta forma, una atmósfera de prestigio para el ajedrez en
todas partes, acentuando y consagrando lo que constituía
ya, por las notables campai'ías emprendidas, un espectácu-
lo de bien definido valor estético, capaz de atraer y agitar
considerables masas de espai'íoles.

ALGUNOS GRANDES MAESTROS NO PARTICI-


PARON, Y, SIN EMBARGO ...

Debido a las dificultades actuales, varios maestros con-


vocados al concurso no pudieron ofrecer a los españoles,
con su prr:sencia, la alta calidad de sus producciones. Lo
más sensible que la inasistencia de tales maestros ha teni-
do para la significación y trascendencia del torneo ha sido
la imposibilidad de enfrentar de nuevo ante el tablero a
Alekhine y Keres, los dos más grandes rivales de nuestro
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tiempo, sin duda alguna. Ambos se hallan en pleno auge
de sus facultades; Alekhine, en la madurez de sus cono-
cimientos, con un caudal de experiencia considerable y
manteniendo vivo su sentido creador y la fuerza irresisti-
ble que impulsa a sus concepciones en la moderna escuela
de los trebejos; Keres, cada día más sólido y vario en su
estilo, reservando cada vez más prolongadamente aquel
espíritu agresivo que informó sus primeras producciones,
para mostrar en cada partida el progreso completo de su
formación de gran maestro, dominaqdo conjuntamente to-
das las fases del combate, ya sea considerándolas desde el
punto de vista teórico, ya del intuitivo y práctico.
No fué posible, repetimos, este sensacional encuentro
por el retraso en la llegada del campeón del mundo, si
bien pudimos gozar de la presencia del gran Alejandro
-como se le conoce en los medios del ajedrez-e incluso
de su actuación en los tableros ante nuestros titulares y
acionados. Alekhine nos mostró que aún conserva sus pe-
culiares facultades en las partidas simultáneas y en las de
consulta y contra reloj. El coeficiente obtenido es el mejor
testimonio de ello.

ESPECTACULARIDAD DEL TORNEO

La espectacularidad que ha distinguido tan gran cer-


tamen no creemos que tenga precedentes en la historia del
Ajedrez español. El público asistió a las rondas en un vo-
lumen insospechado. Los cuatro grandes tableros mura-
les y el gran salón que tan galantemente cediera el Círcu-
lo de Bellas Artes, eran realmente insuficientes para cum-
plir las exigencias de tan crecido número de aficionados.
Entre los miles de asistentes que animaron la Sala ca-
bría establecer categorías en orden al motivo que les im-
pulsaba y despertaba su afán espectacular. Un buen tanto
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por ciento-quizá el mayor-acudía atraído por las notas
singulares del concurso : la presencia de los grandes maes-
tros visitantes y, sobre todo, la del niño español Arturito
Pomar, cuyo nombre quizá no exista un solo rincón de
España donde no haya sido pronunciado. En este tanto
por ciento puede admitirse un conocimiento muy superfi-
cial del juego y una práctica deportiva esporádica y débil,
pero precisamente el hecho de haber atraído al campo del
ajedrez a esta masa de «il)diferentesu constituye la me-
jor victoria que podía alcanzarse. Ello, al mismo tiempo,
es síntoma de que en nuestro país un nuevo ideal deporti-
vo arraiga en muy considerable sector, acusando con ello
una sensibilidad colectiva que eleva culturalmente a nues-
tra Patria.

EL VALOR INSTRUCTIVO DE LA GRAN


PRUEBA

Una minoría muy crecida-más numerosa, sin duda,


que en ninguna otra ocasión-acudió también a "sabo-
rear en su salsa>• la producción del gran ajedrez. Las
partidas de Keres, Brinckmann y Siimisch informan los
mejores tratados didácticos, y frecuentemente a todos ha
servido el ejemplo y enseñanza. ¡Cómo no había de ser
interesante analizar el pensamiento que daba forma a
estas producciones geniales, siguiendo sus alternativas
en el momento mismo en que tenían lugar ! Los cuadros
murales permitían seguir, paso a paso, el desarrollo de
los combates más interesantes de la ronda, y los mo-
mentos de emoción e interés se sucedían frecuentemente,
y frecuentemente también daban lugar a manifestaciones
de entusiasmo, desusadas y desconocidas hasta ahora
en esta clase de espectáculos.
20
LOS FRUTOS DEL TORNEO

Grato y perdurable recuerdo nos deja este gran cer-


tamen, cuyo brillante éxito en lo que a proyecto y orga-
nización respecta, corresponde a D. Manuel Fernández
Balbuena, verdadero propulsor del ajedrez nacional, y a
sus compañeros directivos. Pero el éxito mrmorable y
trascendente reside, de manera esencial, en los frutos qu-e
de tan importante prueba ha obtenido el ajedrez español.
Considerado el número de ajedrecistas españoles como
equipo ante el cuadro de jug-adores visitantes (los extran-
jeros rrsidentes en España encuadrados en nuestros
((clubs» cuentan como españoles a estos efectos) el coefi-
ciente obtenido es realmente prometedor. Nueve victorias
y siete tablas fueron obtenidas contra los maestros euro-
peos, alg-una de cuvas partidas resultó de factura ma-
~<istral. Hay que destacar singularmente el éxito magni-
fico de Antonio Medina, el español mejor calificado
frente a Samisch, Brinckmann y Keres. Pero separada-
mente nos ocupart>mos de cada· uno de los participantes
en el trascl:'ndental torneo de Madrid, octubre de 1943.

21
do, el de la variedad. En el campo de batalla adopta siem-
pre la postura indicada de acuerdo con las circunstancias
y la uadmósferan del combate. El preciso dominio de la
lucha complicada y de la situación expuesta y difícil de
las armas-<:ualidad que primeramente pregonó la gran
calidad de su juego-lo subordina siempre el joven esto-
nieno a las necesidades del momento, estimando concre-
ta y sencillamente el estado de la partida y absteniéndose
de toda consideración psicológica o intuitiva. Usa de
aquella difícil sencillez que sólo es patrimonio de los ce-
n·bros superiores y los espíritus elegantes. Keres o la
variedad, lo inesperado. Así es su estilo.

LAS CATORCE PARTIDAS DEL INVENCIBLE


ESTONIANO
Solamente Medina logró conmover su seguro anda-
miaje ajedrecístico, y aquello sirvió para hacerle pensar
que la lucha se presentaba con más peligros de lo pre-
visto. Fué un aviso poco útil, sin duda, para los rivales
de Keres, pues el simpar estooiano tomó bien sus medi-
das. Diversas tácticas fueron ensayadas por sus enemi-
gos, animados todos por el acicate que una victoria o un
empate con Keres significaba. Unos usaban de la partida
cerrada, tratando de impedir la victoria del estoniano;
otros se lanzaban a la aventura en audaces combates, por
ver si la fortuna favorecla su arrojo. Pero Keres tuvo
siempre a mano la receta indicada para cada caso y la
usaba sencilla y fríamente. Ofrecía la sensación de una
impenetrable barrera de granito ante la que se estrella-
ban débilmente, sin ruido alguno, esfuerzos enanos. Ven-
ció con todos los sistemas y nunca tuvo-salvo su en-
cuentro con Medina- una partida desfavorable. El asom-
broso dominio !!Obre sus rivales se fundamenta en una
virtud que a nuestros ojos creemos se muestra clara y
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terminante. Keres domina porque sabe dominarse. Su
aspecto exterior nos habla elocuentemente de ello. Keres
es el jugador completo por excelencia, y la corona mun.
dial de ajedrez, para la que generalmente se señala al
joven estoniano, no resulta, en r:tuestro concepto, un pre-
mio excesivo a sus conocimientos, a su ejecutoria ni a
sus virtudes.

BRINCKMANN, UN lVIAESTRO JOVIAL Y


SIMPATICO
Brinckmann nació en el
año 1890. Es un hombre de
carácter abierto, de gran jovia-
lidad y extremadamente socia-
ble. Sabe despertar simpatía
a las primeras palabras, y si ~
con ellas no lo consigue-ape-
nas habla el castellano--, su
actitud expresiva es suficiente
para "romper el hielm> y obte-
ner el afecto de todos.
Hace muchos años que
hizo figurar su nombre entre
los grandes campeones. euro-
peos, y en numerosos certáme-
nes ha conseguido para su país los mejores premios. De
sólida cultura, no limitó su actuación a la simple práctica
de los trebejos, sino que expuso en la Prensa-Brinck-
ma!j.n es notable periodista-los valores del deporte cere-
bral y contribuyó al mismo tiempo, de manera brillante,
al enriquecimiento de las teorías ajedrecísticas. Hoy es
considerado como uno de los primeros analistas del ta-
blero y profundo conocedor de la fase final de la partida.
En este torneo ha obtenido una buena calificación,
25
sufriendo sólo dos derrotas : una a cargo de Keres, y
(1tra frente al andaluz Gómez. Pudo co¡¡seg-uir mejor pun-
tuación posiblemente, aunque de todas formas, y tenien-
do en cuenta que algunas victorias las consiguió tras re-
ñidos e igualados combates, su calificación no resulta
injusta. A través de su actuación podemos comprobar con
cuántas razones se le estima como gran finalista, en cuya
especialidad reside el secreto de algunos de sus sorpren-
dentes triunfos en esta prueba.
Brickman n, gran deportista y gran caballero, supo
hacer elogios elocuentes y dignísimos de quienes man-
tuvieron firmes sus reyes ante él, y de manera especial
del l)iño Pomar, en quien cree ver un futuro campeón
del mundo.

SA.VriSCH, DESCONCERTANTE Y DESCONCER-


TADO
Espfritu inquieto por exce-
lencia, verdadero torbellino de
ideas y de proyectos, por ex-
traña e incomprr·nsible para-
doja se abstrae largamente en
la ejecución de las jugadas
cuando éstas son más simples
y sencillas. Su asombroso do-
minio de la partida a la cie-
ga--de cuya fama es testigo
el mundo del ajedrez-, le fa-
cilitan la labor en los encuen-
tros complicados y situación
de problema. Samisch es hom-
bre nervioso y un· tanto anor-
mal, lleno de actitudes extrañas y extravagantes. Pero
esto no es obstáculo para que en su relación con todos
26
se haya mostrado siempre afectuoso y expansivo, elu-
diendo en alguna ocasión el discutir fallos y decisiones
que perjudicaban-justamente, desde luego-su puntua-
ción en el certamen.
Samisch perdió numerosas partidas por Pxcedersc en
el tiempo de reflexión. En casi todas ellas la situación de
sus piezas era de derrota bien clara y terminante. En
nuestro criterio, Samisch ha jugado en este torneo en de-
ficientes condiciones ffsicas o bajo el efecto de algún traS-
torno interior de tipo afectivo. No de otra forma puedP
explicarse cediendo media hora de reloj en la sPg-tmda ju-
gada de apertura. Su derrota ante Medina~-demasi11do
dura-quizá restase aliento a su moral. De todas formas,
algo hemos visto en sus escasas buenas partidas, como,
por ejemplo, las disputadas a Nicolás y a Kocher.

LOS ESPA~OLES ÉN LA GRAN PRUEBA


Lo más halagüeño que en nuestro concepto ofrt>ce el
momento actual del ajedrez español, es Pl nutrirlo con-
junto ele jugadores de primera furrza que pueden aspi-
rar, con reales y equilibrados méritos, a obtener el lugar
preferente.
Los españoles que han tomado parte en este certamen
han cumplido ampliamente su deber. Pero esta g-ran ac-
tuación no nos hace olvidar, sin embarg-o, la ausencia de
varios nombres de nuestro elenco dep-ortivo, motivada
por diYersas causas, sensibles y evitables para ser más
dolorosas.
Vamos a examinar ligeramente la labor desarrollada
en esta prueba por el conjunto español, exponiendo se-
paradamente la actuación de cada uno de nuestros ju-
gadores.
27
JUAN M. FUENTES
SEGUNDO VENCEDOR DEL TORNEO

Numerosos pronósticos fue.


ron hechos al comenzar el tor-
neo, y casi todos coincidían
en asignar a algún español la
prot~za de superar a alguno de
los grandes maestros extran-
jeros. Cuando se barajaron
nombres en esos pronósticos,
ninguno señaló el de Juan
Manuel Fuentes, el gran juga-
dor del Real Madrid C. de F.
Y no era porque se ignorase
la categoría de sus conoci-
mientos y la sutileza excep-
cional de su estilo, sino por-
que Fuentes había acusado, en precedentes jornadas, una
baja forma muy señalada: al perder su título de subcam-
pe6n nacional, primero, y al quednr considt>.rahlemente
postergado 1,0 el importante torneo de .<\lmería, después.
Empezó su actuación con cierta inseguridad, y en al-
guna partida la suerte acompañó a su clase de gran juga-
dor. A medida our transcurrieron las rondas fué afirman-
do su estilo v fortaleciendo su moral, culminando su
«Sprint•> al q{redm vencedor en la totalidad dr. la primera
vuelta. Llega a la segunda imbatido hasta su partida con-
tra Kerrs, en la que hizo menos de lo esperado por un
error de concepto en la apertura. Pero sus restantes parti-
das confirmaron la razón de los puntos ganados, destacan-
do, entre ellas, su victoria sobre De Agustín, conseguida
en correctísima lucha. En la jornada final-ya seguro en
segundo puesto por la derrota de Brinckmann ante Gó-
28
mcz-hace tablas con el campeón alemán, coror¡ando así
la mejor y más regular actuaciún de su carrera ajedrecís-
tica y logrando para España uno de los triunfos mejores
ante maestros extranjeros. Calificado ante el gran maestro
Brinckmann con dos puntos de ventaja, e inmediatamente
después del coloso estoniano, con punto y medio de dife-
rencia, el gran jugador de la región Centro personificó
esa madurez en conocimientos teóricos, en profundidad y
en intuición que se dibujan desde hace tiempo entre nues-
tros ajedrecistas y que reclaman para España el lugar des-
tacado que merece en el concierto mundial del gran ajedrez.

EL FENONIENO ESPAÑOL CONSIGUE CINCO Y


MEDIO PUNTOS
En el niño fabuloso que ha divulgado el apellido Po-
mar en los más alejados lugares del planeta, asociándolo
con el nombre de Espaiia, hay que considerar dos motivos
de estudio y reflexión : uno, el que da lugar-por lo insó-
lito de su caso precoz-a la mayor contribución proseli-
tista que ha obtenido el ajedrez, y otro, el de la presencia
real de un jugador de primera fuerza, con conocimientos
completos y maduros de las distintas fases dd tablero. En
el primer aspecto nos muestra la fuentr de emocíones y de
espectacularidad de que es capaz el ajedrez, y en el segun-
do, la posibilidad de que el juego de reyes constituya un
elemento de educación y de orientación escolar, de mucho
más alcance que el supÜesto.
El aliciente que lleva implfcita la primera consideración
justificaba por demás su inclusión en el torneo. Y el re-
sultado obtenido por el pequefío drmostní que, estimado
el caso haciendo abstracci<'m de su precocidad, merecía
igualmente-por sus méritos, lisa y llanamente --compe-
tir, en unión de los mejores españoles, con Keres, Brinck-
mann y Samisch.
29
ARTURITO POMAR
LA MAXIMA ATRACCION DEL CONCURSO
Arturito animó la atmósfe-
ra de la gran prueba con una
corriente de pasión totalnwme
desconocida en ajedrt"z. Sus
jugadas se esperaban con la
emoción y el temor de lo que
en su éxito o en su fracaso
afecta fuertemcnlt: a la sensi-
bilidad del propio espectador.
U na formidable masa de entu-
siastas permanecía, durante
toda la jornada, suspensa ante
las decisiones del minúsculo
ajredecista frente a sus rivales.
Y cuando la victoria coronaba
su esfuerzo, la multitud acogía el triunfo con el estrépito
y la insistencia de un espectáculo sensacional. Buena
prueba de ello fué el paseo el) hombros de que fué objeto
al vencer a Ingelmo, uno de los más prestigiosos valores
nacionales. Semejante suceso cuenta en el haber del aje-
drez como una nota insólita y sin precedentes.
Pero donde sorprende más Arturito no es viéndole ju-
gar : es estudiando y analizando, er¡ su ausencia, la par-
tida que jugó. Es decir, apartándose del poder sugestivo
que irradia su pequeña figura. Analizando su partida
contra Brinckmann, puede apreciarse la energía serena y
exacta con que anula los proyectos del gran maestro al<'-
mán. Adivinamos a Brinckmann sorprendido y confuso
ante la claridad sorprendente de la concepción dt"l juego
del niño. Fué una partida de grandes maestros, ni más
ni menos que si frente a Brinckmann se huhiese sentado
uno de los mejores campeones europeos.
30
Se anotó Arturito, aparte de este gran éxito, tres vic.
torias consecutivas en las rondas 12, 13 y 14, consiguien-
do, además, partidas nulas contra Alonso, Navarro, Ko-
cher y Gómez. Dejó atrás jugadores como Samisch
(¡quién lo hubiera supuesto!), Kocher, Navarro y Nico-
lás. Pudo sumar más puntos, pues varias partidas llegó
a tener favorables-la de Fuentes, en especial-, y debió
no perder más de una. En general, se mostró, sin embar-
go, en este concurso más seguro que en pruebas anterio-
res, y este avance en su calidad de juego y capacidad de
cá-lculo marcan la posibilidad de que algún día sea un he-
cho el pronóstico de varios campeones de que conquiste
para España Arturito Pomar el más preciado galardón
ajedrecístico del mundo.

31
MEDINA
Las tablas arrancadas a
Keres en la primera ronda por
el joven jugador catalán tu-
vieron la virtud de animar la
potencia de los jugadores es-
pail.oles, valorando fuertemen-
te su moral combativa al en-
trar en la batalla. Fué una par-
tida brillante y llena de emo-
ción. La miniatura en que
venció a Samisch constituye
un ejemplo típico de mtundi-
dad y espíritu ofensivo. De
la partida contra Brinckmann
puede decirse que moralmente
el triunfo fué del español, pues en especial durante las
últimas jugadas, torturadas por la premura del tiempo,
ofrecían una fácil victoria a Medina.
Antonio l'vledina es, en opinión de Keres, el español
más calificado como efectiva promesa en el grupo de gran-
des maestros de Europa. En esta prueba ha sido el espa-
ñol que mejor puntuación ha obtenido frente a Keres,
Samisch y Brinckmann, y la opinión de Keres, funda-
mentada sin duda en este coeficiente, resulta para nos-
otros de tal elocuencia que hace innecesaria la nuestra.

32
ALONSO
El campeón gallego mejo-
ra sus puntuaciones en cada
prueba en que interviene. Esto
es una señal suficientemente
significativa para que paremos
en él la atención.
Considerado superficial-
mente, su estilo es simple, de-
masiado sencillo. Pero esta
sencillez nace de su fino sen-
tido posicional y profundo es-
píritu de análisis y no de un
prurito de eludir la lucha. Sus
jugadas, generalmente, encie-
rran más de lo que aparentan,
y esta cualidad resulta en un ajedrecista de incalculable
valor.
Las tablas que obtuvo frente a Brinckmann, sin cons-
tituir su mejor partida, revelan por sí mismas la riqueza
de su contenido teórico e instintivo. Alcanzó 8 1/ 1 puntos
de 14 posibles, obteniendo uno de los puestos de honor
en la última ronda, cuando todas las posibilidades seña-
laban a Ingclmo para ese puesto. Cuenta en su haber,
entre sus victorias de este certamen, la partida ganada
a Samisch y su triunfo sobre Pérez y De Agustín.
Alonso, por su juventud y por su temperamento, es
uno de nuestros más acreditados valores y, lo que es me-
jor, una de nuestras bien fundadas esperanzas.

33
INGEL!"lO
Ingelmo es uno de los ju-
gadores españoles que mejor
definidos tienen su formación
y su estilo. La rotundidad en
la réplica a un error o a una
ligera debilidad, aprovechan-
do al máximum las posibili-
dades que la situación ofrez-
ca, unidas al estudio de la
"amenaza sistematizada)), per-
filan la nota earaeter!stica de
este notabilísimo jugador y le
hacen sumamente temible en
todas las pruebas, por duras
que puedan ser. ¡Lástima que
exista entre sus grandes virtudes ajedredsticas una lagu-
na de peligrosa extensión y profundidad l Ingelmo es de-
masiado sensible a la derrota y ésta trastorna el equilibrio
de su moral con excesiva violencia. Eliminando este gra-
ve inconveniente, Ingelmo puede valorizar su clase, ha-
ciendo honor al pronóstico del Dr. Bernstein, que le in-
dica como uno de los jugadores españoles de mayor ca-
lidad.
En el gran torl}eo, y durante muchas rondas, era ln-
gelmo el jugador espafíol de más favorable puntuación
negativa. Sus aspiraciones, incluso al segundo puesto,
resultaban lícitas todavía cuando faltaban muy pocas
rondas que jugar. Y lo absurdo fué que tras la derrota
ante .1\rturito, Ingelmo no consiguió ya un solo triunfo
y vió desaparecer su nombre del conjunto d~ honor.

34
PEREZ
Francisco José Pérez re-
presenta en nuestro deporte el
más acabado ejemplo de la ju-
ventud madura y capaz, sal-
vando la paradoja que esto
pueda parecer. Es vario y com-
pleto en su estilo, y sólo la ex-
periencia de la lucha real com-
pletará su calidad, ya efecti-
va, de verdadero maestro.
Dueño de amplfsimo caudal
teórico, raramente es superado
en la apertura, circunstancia
ésta tan decisiva en la forma-
ción de todo ajedrecista de ele-
vadas aspiraciones. Pérez no pierde su moral deportiva
en la medida que ocurre a Ingelmo, pero la irregularidad
de sus actuaciones puede señalarnos la presencia de al-
gún factor espiritual demasiado sensible que trastorna
el normal desarrollo de su trabajo cerebral ante el tablero.
El campeón de l\1adríd mejoró sus resultados a medi-
da que transcurrían las rondas. En sus primeras partidas
acusaba un desconcierto poco frecuente en él, que nos
hizo pensar en su actuación de Almería. Sin embargo,
la reacción en la segunda vuelta, principalmente, fué de
tal volumen que llegó al final en séptimo lugar, con 8
puntos y con posibilidades seguras de akanzar uno de
los lugares de honor.

35
SANZ
El campeón de España acu-
sa una baja forma, bien mani-
fiesta. No le vimos en este tor-
neo aquel espíritu práctico y
seguro que distingue a su es-
tilo. Tampoco en los finales
-en cuyo terreno acostumbra
a desenvolverse Sanz con tan-
to éxito--apreciamos ese espí-
ritu práctico. Su entrada en
juego ante Fuentes dibujó ya
lo que había de seguir. En
aquella partida, tan repleta
de lagunas en cuanto a pro-
yectos se refiere, se condensó
la baja forma actual por que atraviesa. No sólo adoleció
de lentitud y poca intención en sus partidas de esta gran
prueba, sino que incluso llegó a incurrir en absurdos
abandonos de piezas. Quizá el cansancio de sus pasadas
jornadas de simultáneas y del reciente torneo en .1\lmería
no sean ajenos a su pobre actuación en el Círculo de Be-
llas Artes.
José Sanz 1)'0 es jugador que se deje dominar por el
pesimismo y la desconfianza en sus propias fuerzas.
Bien lo demostró en el torneo final del campeonato de
España que le dió el título, al superar magnlficamente
una puntuación bie11 deficiente. No es, pues, achacable
su baja forma a este factor de la debilidad moral, y debe
responder a esas causas ignotas que motivan tales des-
censos en muchos deportistas.
Esperamos que en próximas actuaciones vuelva a st>r
quiPn siempre ha sido.

36
GOHEZ
No es Gómez un tempera-
mento agresivo, violento, pese
a que así pudiera hacerlo pre-
sumir su calidad de andaluz.
Jugador de gran experien<.:ia.
sabe que no es buen terreno
el de la avrntura, por lo qur
atempera su conducta a las
circunstancias, caracterizando
su estilo por un minucioso y
severo sentido de la posición
y del cálculo, que d;m a sus
producciones una gran sensa-
ción de solidez. Actualmente,
Gómez se encuentra en la ple-
nitud de su capacidad y de sus t\xitos. Ha hecho gala
este año de un mayor conocimiento teórico que en pasa-
das actuaciont~, obteniendo, como lógica compensación,
puestos destacaclísimos. (Recordemos su tercer lugar en
la final y su segundo puesto del torneo de Almerfa.)
Pero el estilo seguro y su preferencia por los plante-os
posicionales y cerrados no significan que su temperampn-
to sea incapaz de desenvolverse en la violencia de las si-
tuacionE's complicadas. Buen ejemplo de ello nos lo ofre-
ce su bellísima partida contra Brinckmann (fué él el úni-
co español que le batió), t.'n la que desde el primer mo-
mento se lanz6 al ataque, obteniendo una de las más con-
tundentes y merecidas victorias del torneo. Su actuación,
en conjunto, fué muy aceptable, obteniendo muy lucida
puntuación final.

37
AGUSTIN
De temperamento audaz,
decidido, Agustín dibujó siem-
pre en sus partidas un estilo
de agresión, de impetuosidad.
Su gran aptitud para el juego
a la ciega valoriza sus cualida-
des en las luchas complicadas
y en los planteas abiertos. Pe-
ro en el joven jugador catalán,
como en todo espíritu inquie-
to, existe-mal perfilada to-
davía quizá-una personalidad
reflexiva. Cada día se vigoriza
en sus gustos y se traduce en
su estilo una tendencia al jue-
go de posiciones, a la guerra de prolongado batallar, ca-
racterística de la estrategia cerrada. Ha mejorado nota-
blemente su forma en los finales de juego, y esta circuns-
tancia le hace no temer ya a la partida laboriosa. Empezó
De Agustín el torneo col)tra Arturito Pomar, y para ven-
cer al niño no hizo uso del estilo agresivo que es fama en
él, sino del más acabado concepto hipermoderno, de la
unión de tendencias posicionales y de precisión, en cuya
escuela puede ser clasificado hoy el estilo de Agustín.
Entre sus partidas absurdamente perdidas pueden ci-
tarse las que disputó a Navarro y Kocher. Ante aquél
el)treg-ó limpiamente una torre en el final de la partida;
ante éste abandonó la dama en plena apertura, de manera
bien ingenua.
Merece ser destacada su partida contra Keres, la cual
constituyó para el gran jugador estoniano uno de los más
difíciles escollos que hubo de superar en su carrera al
primer puesto.
38
En definitiva, podemos decir que De Agustín hizo
cosas en la gran prueba, pero que dejó escapar numero-
sas posibilidades que se le ofrecieron y que hubieran fa-
cilitado su clasificación en un lugar más relevante.

KOCHER
Hace ya muchos años que
en los círculos ajedrecísticos
de España es familiar el ape-
llido de este fuerte jugador sui-
zo. Su ausencia de la lucha
oficial, e incluso su aparta-
miento casi absoluto de la
práctica viva del ajedrez, ha
reflejado bien claramente en
este torneo el estado de desen-
treno y de olvido que afecta a
su estilo de juego y a sus co-
nocimientos, respectivamente.
El ajedrez requiere una prác-
tica sistematizada, como toda
disciplina severa. Por otra parte, el desarrollo incesante
de la riqueza teórica, basado en la experiencia de los
grandes torneos, exige a los jugadores una permanente
atención a las novedades e1~· cuanto, de manera especial,
se refiere a las aperturas.
Kocher, en términos generales, jugó mejor los fina-
les y la fase media de la partida que la apertura. Acusó
deficiencia en todos los planteos, y esta circunstancia no
sólo es achacable a la falta de práctica, por su prolonga-
da ausencia de las pruebas de ajedrez, sino al desconoci-
miento de la situación actual de la teoría en cuanto nft>c-
ta a las formas de abrir .iuego.
Los últimos lugares no pueden quedar desiertos, y
39
por esta causa no es extraño leer en ellos a nombres de
fuertes ajedrecistas.
Obtuvo 4 1 / 2 puntos, venciendo a Navarro, a Nicolás
y a De Agustín: hizo tablas contra Pomar, Gómez y
Fuentes, y es digno de ser destacado que su partida con-
tra éste, aunque resuelta en tablas reglamentariamente,
significó un triunfo moral para sus piezas, mejor situa-
das que las del segundo vencedor del torneo, poco antes
de que la partida llegara a su final igualado.

NAVARRO
Miguel Navarro, el fuerte
jugador canario, hubo de ha-
cer frente al torneo, al igual
que Nicolás, padeciendo una
indisposición leve, pero bien
molesta. Esta circunstancia
motivó que no pudiéramos
apreciar en sus partidas, con
la frecuencia que esperábamos,
aquellas enérgicas reacciones
que caracterizan al ajedrecista
del Club Chamberí. Navarro
domina el tablero en visión
rápida y de conjunto, y resul-
ta siempre un enemigo peli-
groso para los campeones mPjor calificados.
De todas formas, obtuvo en este torneo Yarias victo-
rias notables. Venció a Medina y a De Agustín, además
de a Nicolás, consiguiendo tablas frente al campeón de
España y t>l niño Pomar. En su partida contra Kerfs ac-
tuó con su habitual energia, desarrollando una labor me-
ritoria.
40
Desaprovechó numerosas ocasiones de mejorar su ca-
silla de puntuaciones, pues a través de sus partidas era
fácil apreciar una brusca diferencia de clase, reveladora
de que no se hallaba en las debidas condiciones físicas
para hacer frente a tan dura prueba. Navarro se mostra-
ba contrariado, no por sus derrotas-en definitiva, nada
agobiadoras-, sino porque la calidad de juego que des-
arrollaba no satisfacía el concepto que íntimamente abri-
gaba de lo que él sabía era capaz de realizar.
En realidad, Navarro es jugador escasamente reflexi-
vo; no gusta de insistir demasiado en sus propias ideas
y confía frecuentemente al «golpe de vista" lo que, sin
duda, debiera st>r objeto de maduro rxamrn.

NICOLAS
Jugador de reciente ingreso
en la Federación Centro, ha
rendido un buen tributo a su
falta de práctica en estas prue-
bas al quedar en el último
puesto. Pero esta realidad y la
consideración que puede suge-
rir el medio punto que consi-
guió tan sólo de los 14 posi-
bles, podría engañarnos res-
pecto a la calidad efectiva dé
su formación ajedrecística, y
más aún respecto a las posibi-
lidades que en él se condensan
para un futuro próximo. El
jugador de ajedrez requiere un proceso de dura y prolon-
gada práctica hasta conseguir las cualidades varias que
requiere la lucha en las pruebas oficiales. No basta con
41
dominar el tablero, conocer las aperturas y vencer a con-
trarios menos fuertes. Sobre la realidad, no es tan senci-
llo saber, por ejemplo, administrar bien el reloj o domi-
nar el impulso que nos mueve intuitivamente a ejecutar
un movimiento que puede responder a un espejismo, a
una situación engañosa. Son numerosos los motivos de
r,nseñanza que lleva implícitos una buena formación aje-
drecista.
Nicolás no es un jugador experimentado. Pero la ex-
peri!:'ncia, siendo tan necesaria, resulta lo más sencillo de
conseguir, porque a todos alcanza. Lo difícil es que haya
«madera», que realmente esa experiencia tenga que tra-
bajar sobre una buena materia prima.
Cabe esperar que Nicolás nos demuestre que su últi-
mo puesto en este torneo no es la última palabra que pue-
de decirse de su auténtica valoración ante el tablero.

42
GRAN TORNEO INfERNACIO~AL DE AJEDREZ
t. a La FedeTacidn Española de AjedTez organiza este G•an Tor-
neo lnlema~ymaJ, que dará comienzo el lunes dla 4 de octubre del
corriente atio.
2.• Este concurso se celebrará. en el Circulo de Bellas Artes, ga-
lantemente cedido p01 su Junta Directiva.
3.• Para esta gran prueba regirán las siguientes
BASES
s) El sorteo se celebrará, en presencia de los jugadores, en la
sesi6n que tendrá lugar el dla, por la mañana, a las doce horas,
en el Circulo de Bellas Artes, para fijar el número de orden y con-
feccionar el cuadro de rondas.
b) Los días de juego serán los siguientes : 4, 5, 6, 7 y 8. El
dla 9 se descansa. Continuarán Jos dla s 10, 11, 12 y 13. El día 14
se descansa. Continuarán los días 15, 16, 17, 18, 19 y 20.
e) Las horas de juego serán : de cuatro a nueve de la tarde en
primera sesión, y Jns partidas suspendidas se reanudarán de di~z v
media a una y media de la noche; en caso de nueva suspensión, se
continuará a la mañana siguiente, de nueve y media a una y media.
d) El control de tiempo para este torneo será de 16 jugadas a
la hora, acumulables en las primeras dos horas y media, o sea
40 jugadas en dicho tiempo por jugador, o sean 80 jugadas entre
ambos jugadores en la primera sesión, que será de cinco horas
justas. Después de esta primera sesión se continuará jugando a una
velocidad de 16 jugadas a la hora.
e) A la hora anunciada pam el comienzo de las partidas o su
continuación en caso de suspensión, sin que puedan ser demoradas
por ningún concepto, se pondrá en marcha el reloj del que le corres-
pondiese jugar.
fl En caso de su~pensión, la jugada secreta será hecha por el
jugador que le corresponda jugar en el momento de marcar el
tiempo el árbitro.
g) La incomparecencia de un jugador, transcurrida una hora de
estar en marcha su reloj, le ocasionará la pérdida de la partida.
Si incompareciesen los dos, se dará por perdida por ambos jugada-
res, y de no estar suficientemente justificada esta falta, será desca-
lificado y eliminado de esta competición.
h) La retirada de un jugador, sin tener jugadas el 50 por 100
cle sus partidas, ocasionará la anulación de las ya jugadas por él, y
si pasasen del 50 por 100, se le darán como perdidas las que le falten.
i) Los jugadores deberán anotar, sin poder delegar en otra per-

43
sona, las partidas que jueguen, en forma legible, en cualquiera de
los dos sistemas de anotación y de modo que no ofrezca lugar a
dudas, las cuales, debidamente firmadas, fechadas y puestas las
horas, iJntregarán precisamente al árbitra. Las partidas quedan de
propiedad de la Federación Espafiola de Ajedrez.
i) Los puestos de la clasificación se obtendrán por la suma de
todos los puntos conseguidos al final del Torneo. Cada partida ga-
nada vale UN punto para el vencedor, CERO para el vencido, y las
declaradas tablas, MEDIO punto para cada jugador.
k) El Torneo se celebrará por el sistema de todos contra todos
y a una sola vuelta. El que consiga el mayor numero de puntos
será declarado VENCEDOR del Torneo y sucesivamente los que le
sigan en puntuación. En caso de empate a puntos, será clasificado
primero el que haya vencido al otro en su partida, pero siempre
será repartida la suma de los premios entre los empatados, por partPs
iguales.
1) Los premios son los siguientes:
Primero .. . .. . .. . . .. .. . 5. 000 pesetas.
Segundo .. . .. . .. . . .. .. . 4.000
Tercero .. . .. . 3.000
Cuarto .. . .. . . .. ... .. . 2.000
Quinto .. . .. . .. . . .. .. . 1.000
m) A los jugadores espafioles se les otorgarán CINCUENTA
pesetas por cada partida ganada a un jugador extranjero y VEIN-
TICINCO tablas. Además, VEINTICINCO pesetas por cada par-
tida ganada a otro jugador esrañol.
4.• El Comité deportivo de este Gran Torneo Internacional
estará compuesto por la Fedrración Es¡lafiola de Ajedrez.
5.• Serán árbitms del Torneo el Dr. Erich FABI,\N v D. Francisw
0JEDA Conos, ambo~ miembros directivos de la Confederación Eu-
ropea de Ajedrez.
6.• Se nombran árbitros auxiliares a los señores D. Antonio d~
Alba Cañcl<-, D. Pnlro Ruhin Fernánd~z. D. l'vfanurl Cifuenles Ro-
dríguez, D. Luis Vázquez del Moral y D.Juan Gómez-Acebo y Modet.
7. • Queda prohibido terminantemente, por paret de jugadores y
público en general, hacer comentarios, análisis o sugerencias que
puedan entorpecer o suscitar incidentes en la marcha normal del
Gran Torneo Internacional, quedando autorizado el Comité depor-
tivo para la expulsión del local de juego de los contraventores de
t•sta disposición.
8.• Este Gran Torneo Internacional de Ajedrez se regirá por el
Reglamento oficial de la Fede.-arión Espafiola de Ajedre-z.

44
EL CUADRO DE PUNTUACIONES AL TERMINAR LA GRAN PRUEBA

PARTICIPANTES 'I'olal
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 puntos
- -
1
-1/, -1/, - 1
l. Brinckrnann ......... Ql!l
-1 -1 -1/' - o - 1 -1 -1/, -o -1 -1/, - 9 1/,
2.
- -
Sanz ................ o Ql!l
- - - 1 -1/, -1 -o -o -1/, -1 -o -1 -o - o ---¡;-;¡:
_1_1~
r-
3. Pomar .............. 1/, o Ql!l 1/, o 1/, 1/, o o 1 1 1 o o1f,
Alonso ..............
-1¡, - ¡,J
- -@!/¡ - - - - - -
1/,
-
4.
-1 -1 -o -1 -o """"57i:
5.
- - - - - 1 -1 -1 -o -o -1
Pérez ............... o o 1 o @!/¡ 1 1 1 o 1
-1 -o -1 -1 -o - 88 '/,
6. Navarro ..........•. o 1/, 11 ¡, o o ® o 1 o o 1 o o 1 o 4
-
7. Kocher ............. o o 1/. o o 1 8 o o o 1 1 o 1/, 1/,
1 4 1/,
6. Medina ............. 1/, 1 1 1 o o 1 ® '1' 1 1 J /, 1/, o 1/. 8 '/,'
9. Keres ............... 1 1 1 1 1 1 1 1/, @!/¡ 1/, 1 1 1 1 1 13
10. Siirnisch .............o o o o 1¡ @ .. 1 o o 1 o 5
11.
- -'/, - -o 1 1 - - - --
o o -o o -1/. -o -o 1/.
Nicolás ............. o o o o o -o -o
-® ·-
:-
12. Ingelmo ............. 1/, 1 o o 1 1 1 1/, o 1 o o -81 ® 1
13.
-- --
Górnez .............. 1 o '/, 1 o 1
- -6-!
'/, '/,~ ' 1/, o @1 o o -6-j
14. Agustín ............. 1 o o o o 1 o o 1 1 o
o 11 - - _1 1_!_
15. Fuentes.............. 1/, 1 1 1 1 1 1/, -
1/, -
o 1 1 1 1 1 Ql!l ~1
•c.n
GRAFICO DE RESULTADOS INDIVIDUALES
* ORDEN DE CLASIFICACION
Y PREMIOS
t.• KEiES. \3
,,. ,,
.. -- -~. ..
,. --,-~ ,

5.000 pesetas. ~~ ,
~
,, .,,
... 1
2.° FUENTES. 11 ¡--;
4.000 pesetas. \0 •¡, r---1
3.0 BRINCKMANN. "' "Ei!lllr
1 r
Jt ''• w.fC!1 -¡-:::cr:.:J
3.000 peutas.
4. 0 MEDINA. J ' /•
~
2 .000 pesetas. .,,
5.0 ALONSO. b .,,

1.000 pesetas. 6

6.0 INGELMO.
' ''•
1 .,.
·'
7.0 PEREZ.
8. 0 SANZ.
•4 .,.
a
9. 0 GOMEZ. t•t,
1o. o AGUSTIN. •
1'/t
11 .• POMAR.
' /,
12.0 SAMJSCH.
13.0 ROCHER.
14.0 NAVAiR.O!
15.0 NICOLAS.
RONDA I
O Sauz Fuentes 1
O Pomar Agustlo 1
O Alonso Gómez 1
O Pérez Ingelmo 1
1 Navarro Nicolás O
O Kocher Samlsch 1
' /1 Medlna Keres '/,
BRINCKMANN descansa.

NUMERO 1
fartido Medina - Keres..

Hasta la jugada 13, la variante es conocida y considerada como má!


bien favorable a las negras. La sencilla retirada de torre (en vez de
14. P4CD, jugada en una partida anterior), ¿ts capaz de quebrantar
esta opinión? Es dudoso. Por ejemplo, Keres ¡x¡dría, en vez del plau·
sible enroque, jugar 13. D4D y sí 15. TXP, entonces 15 ... TITO;
16. TóD, P4TR!, co11 ventaja. Pero, además, él ha dejado escapar des·
pués varias oportunidades de por lo menos igua·oar.

GAMBlTO ESCOCES

BLANCAS NEGRAS A4A 4· C3A


Medina K eres O-O 5· CXP
TrR 6. P4D
P4R I. P4R AXP 7· DXA
C3AR 2. C3AD C3A 8. ÜJ.TD
P4D 3· PXP cxc y. A3R

49
AsC ro. P3TR TXP 2",. PXP
A4T JI. AsCD R:zT :zS. TID
T2R 12. P4CR CsA :zg. AIA
P3TD 13. A2R TsR JO. T7D
A3C 14. 0--0--0 P3A JI. P6T
P4C 15· D4D RXP(4) ;12. T6D
DrR r6. P4TR 1'4T .33· A:zD
P4TR 17. AsCR PsT -~4· T6AD
P4A! (r) 18. D4AR TsA+ 35· RID
PsC 19. AXC (:z) H4T 36. AXC
PXC!(3) 20. P6D TXA ~7· TXPAD+
PXP+ 2I. RrC RXP JI!. 1(21:?
AXP+ 22. RXA TsCD 39· R3A
C3C 23. PXT P3C 40. TsT
CXD 24. TBD P4A 4J. T6T
CXA 25. TXD+ Tablas.
TXT 2h. AXPCD
(l) Bien jugado: ¡¡j ¡g... DXP entonces sencillamente 19. CD2D y
el blanco gana dos piezas por la torre.
(2) De nuevo el negro carece de opción: si Ig... CrCD entonces
.a>. DsTD, T2D; 21. CXPD, etc.
(3) El objetivo de la combinación del blal1co. Si: .a> •.. A XT?; en·
tonces 21. D1C! gana la dama por la amenaza 22. C6D+.
(4) Así todas las ingeniosas combinaciones inventadas por el blan·
co le han valido por fin un peón, que habría debido traerle la victoria,
aunque no fácilmente. La falta de técnica la· ha dejado escapar, y es
lllstima, pues ésta hubiera sido una partida sensacional.
(S) ¿Qué arriesgaban las blancas. continuando la partida? Después
de 42. R4T seguido de 43· T6T, etc., Keres me ha dicho que él vela
extremadamente dificil conseguir las tablas. Y fué para él una gran
•orpresa qu~ después del aplazamiento su adversario se declarase .sa-
tisfecho con las tablas.

50
NUMERO 2
Partido Kocher - Somisch.

Una partida comprensible y típica para los maestros contemporá-


neos y además bastante instructiva para los que quieren estudiar este
gém:ro de fina:es. Gracias a la débil jugarla g. del blanco, Samisch,
obtiene una ventaja de posición abrumadora que pLtede explotar de
diversos modos. Eligió cambiar un alfil para explotar -muy lentamen-
te-, la debilidad de peones blancos que resultaba de este cambio y,
finalmente, cuando consiguió entrar con la torre tn el campo enemi-
go, todo querló terminado.

lNDlA DE DAMA

BLANCAS NEGRAS TDrA 18. O-O


Kocher Samisch T3A 19- TXT
AXT 20. P4TD
P4D l. C3AR P3TD 2!. AXC
C3AR 2. P3R PXA 22. TrAD
P3R 3- P3CD R2C 23- P4D
A3D 4· A2C T1TD 24- TsA
CD2D 5- P4AD P4A 25- RIA
P3AD 6. C3AD R3A 26. RrR
O-O 7· D2A R3R 27- R2D
TIR 8. TIA R3D 28. PsTD
P4R? 9· PXP TICR 2g. P3C
PXP ro. C5CD TrCD JO. TIA
CrA II. C7A TICR JI. TrAR
AXC 12. DXA A2D 32. P.~AR
DXD IJ. TXD A3R :B- PXP
C3R 14- TIA PAXP 34· T4A
PsR IS. C4D P4A 35- T4T
ex e 16. AXC TzC J6. T6T
AzD 17. A2R RzD 37- R.3A
51
38. P4CD R1D 42. HXP
39· TXT A3H 43· H6C
40. PsC ArA 44· P4T
41. R4C Abandonan

NUMERO 3
Partida Pérez - lngelmo.

La clase de planteo escogido por las negras no puede ser reiutada


.ino por una ganancia sistemática de espacio, lo que exige prcliminar-
nente un desarrollo de todas las piezas. El avance del peón de rey de
as blancas es, por tanto, completamente erróneo y las negras se apro-
¡echan muy enérgicamente sacrificando un peón para obtener la inicia-
tiva. No es, sin embargo, seguro, ni era tampoco necesario, que este
;acrificio conduzca obligadamente a la victoria. En la jugada 19, el
)!anco, con propósito de entablar, podfa hacer: 19. T3TR. Pero de
:odas modos la energia con que las negras condujeron el ataque hace
le esta partida una de las mejores de la x.• Ronda,

DEFENSA DE FIANCHETO DE ~EY

.'.ILAJ.'JCAS NEGRAS DXA ro. D2D


Pérez Ingelmo DXD+ ll. RXD
P3A 12. P4R
:.:.3AR I. P3CR CD2D IJ. PsR l
:~4R 2. A2C CXP 14. T(D)rR
P4D 3· P3D C(3A)2D rs. C(3A)4R
\4-AD 4· CJAR 0-0 r6. C6D
D2R S· C3A P3TH. 17. CsC-4R
?sR? 6. PXP P4AR r8. C3A
::~xp CsCR PsA? PXP
7· 19.
=>bR 8. PXP TXP 20. RrA
\XP 9· AXA T3A 21. C(3A)4H
;2
TIA 22. A3T TtiT+ 46. R2D
TID 2J. T3R T7T+ 47· R3A
P4CD 24. A6R+ P4T 48. TsA
RrT 2.5. CsC PsC+ ,LQ. RiC
TrA 26. TIC HzC so. TXP(TD)
P3C z¡. C(CsC)¡i\+ TsT sr. P3T
cxc 28. AXC PXP 52. RXP
C.1C TXP
2(). T6T+ 53· P3C
R::T 30.T (3R) 3CH P:;T 54· P4A
A2D JI. T7C+ T8T 55· 14C
RrT J2. A8Cl T8AR s6. T2T
A4A 33· C7A+ TIA 57· PsA
TXC 34· AXT Pf.T ss. T2TR
A2T 35· T(7C)4C TrTR 59· RsC
TIAR ]6. A6C R2A 6o. P4C
CsA 37· TrC RzR 61. R6A
C4R :~8. T3C HrD 62. PsC
CXA 39· TXC RrA 6]. R6C
AXT 40. TXA RIC f>4. P6A
T8A+ 41. R2D T3T 6s. TzR
T7A+ 42. R.~D TIT 66. T7R
TXPT 43· TXPA P7T 67. T7C-t
P4T 44· T4A Abandonan
P3T 45· T6A

NUMERO 4
Partida Alonso - Gómell.

Después de un planteo correctamente jugado, pero sin energla,


se lleg6 rápidamente a un final, que en un torn~o de maestros habr!a sido
dado por tablas sin jugar más. Pero aqul las blancas, tratando de ga-

53
~ar, idearon una maniobra fantástica que finalmente le costó dos peo-
nes y, naturalmente, la partida.

PEON • DAMA.

DEFENSA GRUNFELD

BLANCAS NEGRAS A3R 27. TXPC


AlODIO Gómez TrD 28. TrD
TXT+ 29- RXT
BtD I. C3AR P3T 30. T2T
P4AD 2. P3CR PsA JI. CXP
C3AD J. P4D AXP 32. R2D
AA.A 4· A:l.C AsA 33· T7AD
P3R 5· 0-0 A4C 34· C3A
C3A 6. P3A ArR 35· T4A
AzR 7· D3C TXP J6. C5D
DzD 8. PXP P4TR 37· CXP
AXP g. A4A T8T J8. R3R
C5R IO. C_sR PsT -~r¡. R3A
cxc II. AXC P6T 40. C3D
0--ü 12. A4D A4T+ 41. R3R
AXA IJ. PXA A3C 42. T4TR
TRrA 14. AXC AXC 43· RXA
PXA 15. TrD R2A 44· R3R
T3A r6. C3A P4T 45· R3A
TDrA 17. PsD R3C 46. R3C
T3C r8. PXP TSCD 47· TXP
DXP rg. DXD TXP 48. P4R
AXD 20. T2D TrC 49· R4C
P4A 2I. RrA PsT so. P4A
RrA 22. RrR TxTD sr. T3T
AsA 23. TrA R3A sz. R3A
T3TR 24. P4TR R1R 53· R3R
P4CR 25- T7D T2T 54· R2D
PXP :?6. PXP TTT .'i~· R21'\.
54
R3D s6. RzC TzC+ 63.
RsA
TxAR 57· P6R+ TzA + fí4.
R6D
R3R 58. TXP TzD+ 65. R5A
R4A 59. R3A TzA+ 66. R4D
TxTR 6o. T4D TzD+ 67. R3R
TxA+ 6r. R4C TzTR fí8. TzAR
TzA 62. T4A Abandonan

NUMERO 5
Partida Pomar - De Agustln.

El pequeño Pomar tuvo evidentemente tarea en una apertura que


le era poco conocida. Prefirió en ~onsecuencia simplificar devolviendo
el peón del gambito para obtener una posición perfectamente igualada;
pero, desgraciadamente, se dejó ilusionar después por ataques innocuos
que debilitaron sus peones. Hay que decir que De Agust!n supo muy
bien tomar ventaja de la inexperiencia en finales de su joven adversa-
rio, y esta partida es probablemente una de las mejores que él haya
jugado en este torneo.
BUDAPEST

BLANCAS NEGRAS P3R ID. TrR


Pomar Agustín A 3D II. CXP
cxc 12. DXC
P4D I.C3AR DXD IJ. TXD
P4AD 2. P4R 0--0--0? 14- P3D
PXP 3· CsR TRrR 15- P4TD
C3AR 4· C3AD P4AR? x6. T4AD
DzA 5· A5C+ T2D 17- P4CD
A2D 6. AXA+ T2AD x8. PsC
CDXA 7- ex e P4R xq. P3AR
DXC 8. DzR PsA 20. AzC
D3A 9- 0--0 P4CR 2!. TrR
55
E¡_TR ::2? P4TR R2D 43· RsA
T2C 2J. P4-D! AXP 44· AXA
PXPT 24. PXPA RXA 45· R6R
T2AD 25. RrA RrD 46. R7A
AXP zG. TXPR R2D 47· P.sA
TXT 27. AXT R3D 48. P6A
A>D 28. TXT+ R4R 49· R7C
HXT 29. A4D RsA so. P7A
P3T JO. lb H. R6C sr. PS(D)
PXP 31. PXP RXP 52. DST+
R2D ]2. R3D R7T 53· D8C+
t-~ 3 n .J.). R4R H.7C 54· D7C+
Ase .l4· P4A R6C 55· D¡A+
A7D 35· P.sA R7C s6. D6A+
ASA 36. A.sR R6C 57· D6D
A6R 37· P6A R7C 58. DsD+
PXP 38. PXP H.7T 59· DXP
A¡A 39· AXP R6C 6o. DsC+
ARR 40. A.sR R6T 6x.
A.sC 4-I. l"4A Abandonan.
A4T 42. P7A

NUMERO 6
Pcutida Sanz - Fuentes.

Una variante clásica bien conocida de los últimos torneos interna-


cionales, y es igualmente conocido, que la jugada: 7· P3CD es ineficaz
en vista. de la réplica: 7.. P4TD (8. PsD, CXP 1, etc.). La manera
como contestaron las negras debió dar a las blancas una buena parti-
da, si no se hubiesen gradualmente embotellado (13 .. Tfl; 14. D1T),

56
en el ala de dama, sm pensar en su rey. Fuentes aprovechó la ocasión
en forma rápida y eficaz.

DEFfo.NSA INDIA DE DAMA

BLANCAS NEGRAS A2C P3D


17.
Sanz Fuentes C3D 18. PA:<.p
PXP 19- P4CR 1
P4D I. C3AH PsD 20. AXA
C3AR 2. P3CD DXA 2I. PXP
P3CR 3· AzC PXP 22. CzR
A2C 4· P3R D4D 23. PsA
O-O 5· A2R TrCR 24. PXPC
P4AD 6. O-O PT+P zs. D6A+
P1CD 7. P4TD RrA 26. C,¡.A
C3AD 8. CsR C;;R 27- CXD
DzA 9· ex e CXD 28. ex e
DXC ro. P4AR TrTR 29· T4AR
P3TD rr, P4AD RzC 30. PsC
P3R 12. A3AR TrD 31. T1R
TzT IJ. DrR TzAD 32. T4TR
DrT 14- D4T T1T 33· TXT
CrR 15. AXA Abandonan.
RXA r6. C3A

NUMERO 7
Partido Navarro - Nicolás.

Después de un planteo bastante correcto, las negras han cometido


un gran error estratégico, permítíendo se abrí ese el i uego sin haber
desarrollado sus piezas por completo. El castigo fué rápido y convín-

57
cente, y ya lo único que sorprende es que la partida haya durado hasta
la. jugada 6o.

SISTEMA CATALAN

BLANCAS NEGRAS R2C 24. P3T


P<~.R 25. P4C
Navarr!) Nicolás.
A3R 26. PsC
C3AR I. P4D AzR 27. A3R
P4D 2. C3AR T4T 28. R2T
P3CR 3· P3AD A3D 29- TrD
A2C 4· A4A AzA JO. C2D
O-O 5· CD2D C3C JI. (4R
CDzD 6. D:aA C4D 32. CsA
P4A 7· P4R A3C 33· CXA+
PXPR 8. CXP PXC 34· AXA
PXP 9· CXC+· PXA 35· A4C
AXC 10. PXP P2A ]6. TrAD
C3C II. A7A T4A 37· TrT
D4D 12. A2R TrA 38. TrD
A4A 13. D2D TrD 39· TrCD
TDrA I.j.. TrAD RzR 40. T3C
CIT 15. T.sA R3D 41. R3C
DXPT r6. AsT TrAD 42. A3A
TXT J7. PXT T6A 43· TXT
DBT+ r8. ArD CXT 44· AXP
DXP 19. D3R C<~.D 45· R3A
D<~.C 20. AzD P4.C 46. 14R
TrA 2r. A2R PsC 47· P4T
DXP 22. DXD P6C 48. R3D
TXD 2.~· 0-0 R4A 49· ABA
58
RsC so. RzD P7C s6. R3R
R6T sr. A6T R4A 57' P4A
CsC 52. A7C PXP+ sB. RXP
C4D 53· A6T R3D 59- PsT
RsC 54· A3D P8=D (l{). AXD
C6A 55· P3A CXA ÓI. Abandonan.

59
O Samlsch Medlna 1
O Nicolás Kocher 1
1 lngelmo Navarro O
O Gómez Pérez 1
O Agustín Alonso 1
1 Fuentes Pomar O
1 Brlnckmann Sanz O
KERES descansa.

NUMERO 8
Partida Fuentes - Pomar.
Pomar habría merecido entablar esta partida (podía aún haberla
ganado a consecuencia de un gran error de Fuentes), pues explotó muy
sutilmente las inexactas jugadas 9 y II de su adversario y efectuó una
liquidad6n que le aseguraba el empate. El hecho de no haber ganado
esta partida demuestra que Pomar necesita, sin apresuramiento, estu-
diar, además de los plantees, los finales elementales. En ellos aprende·
r,, entre otras cosas, que salvo muy raras excepciones, es indispensable
utilizar el rey como pieza activa, pues el no observar esta regla fué la
causa de su fracaso en esta partida.
PEON DE DAMA

BLANCAS NEGRAS A 3D 4· P4AD


Fuentes Pomar P3CD 5· C3A
0-0 6. A3D
C3AR I. P4D A2C 7· 0---0
P4D 2. C3AR CD2D 8. P3TD
P3R 3· P3R P4AD? 9· PXPD
63
PRXP ro. C4TH l4D 38. T2AD
DrCD? 1 I. P3TR A2R 39· T¡T
TrR 12. CsA A3A 40. PsT
AxAR IJ. D3A PsAD 41. T7CD
CsR 14. D4CR T4A 42. P6T
T3R (r) rs. ex e T4T 43· P7T
PXC r6. AtAD T8T+ 44· R2C
T.>CR r¡. C¡R-t P6A 45· T7AD
AXC r8. DXC A4R 46. TrAD
RrA 19. DsA T7T 47· TrD+
A3AR 20. D¡D R3R 48. T8D
A2R 21. D5A AXT 49· P8T=D
DxR Z2. AsD TXD so. TXT
AXA 2J. DXA R4D 51. RrA
D3A 24. DXD P¡A 52. TrT
TXD 25. PXP RsA 53· R2R
TXP 26. A2D R6C 54· R2D
A3A?? (2)2¡. A4CD R¡C 55· T2T-f-
AXPC 28. TDIC RXT sG. RXP
A4R 29. AXT A4R 57· RrA
PXA 30. T¡C R6C ss. R2D
TtAD 31. TrAD R¡C 59- RrD
P4AR 32. T4A R6A 6o. R2R
P3TD 33· T6C R7A 6r. RrR
fbR 34· TXPT R6D 62. RrA
P4TR 35· P4TR AXPC 63. PXA
A 3D 36. P3CR RXPR 64. R2C
R3R 37· P4T R¡D 6_5. Abandoran
(1) Probablemente las blancas podrían forzar la nulidad con:
15. CD3AR, C6T+; 16. R1T, CXP+; 17. RIC, C6T+, etc., pero
evidentemente pretendían ganar.
(2) Esto, al hacer perder la calidad, habrfa debido oostar la par-
ti da. Cualquiera otra jugada (por ejemplo: 2'¡. T3AD, AJAD; 28.
T1AD, etc.) aseguraba las tablas.

64
NUMERO 9
Partida Samisch - Medlna.

Esta vez fué Samioch víctima de !a rutina. SingUlarmente cr<~yó


que en la variante eseogida por las negras, éstas debían enrocar .del
lado de rey; cuanrlo enrocaron del de uama, perdic> la cabeza y come-
tió casi inmediatamente el error de<:isivo.

CONTRAGAMBITO ALDIN

BLANCAS I'·!ECR/\..5 P4CD JO. 0-0-0


Medina 1\::>.C ll. A6'f
Sarnisch
...._., ¡..·,
~-)L.,(.
·.·-' !2. CD>~i-'
P..J.D 1 P_¡]) 1}4T fJ. A)<A'
P4AD 2. 1'4R RXA 14· cxc
P><PR 3- P5D PXC Ul I5. A4A
CT<_-;A 4· CD3.-\ TDrD Th. n ... \ 1
CD2D 5. A.1R C3C I7. T3D
P3CR fi. D2D CzD Lt) rS. C5A+
A2C CRzH PXC IC). T3TR
O-O ...
(>
C3C Abandonan
P3TD A2H

{I) En realidad, este enroque marca rl r.omi<•nzo de. uno comhi·


nación, y está basado en la consideraci(rn de t¡ue ,.J blanco "" poclb
tomar ............ en la jugada IJ.
(z) En todo c1so, mejor era: 12. D4T.
(J) Y aquí: 15. CXC era preferible.
(4) Las blancas ven venir el desastre, pe"o es demasiado tarde. Si,
por ejemplo, 18. :CX P, entm1r<'s IX.. Co;T + .:
19. PXC T,,Ci{+;
20. RrT. AX C, gaMnrlo 1111~ ri~7.?.. Una partida corta e iu:;tructiva.

65
NUMERO 10
Partida Brinckmann • San:z.
Una variante que era ciertamente menor conocida. al campeón de
España, que a su adversario. Pero de todos modos, ni aun los Ma·
nuales más modernos dan una l!nea de juego absolutamente satisfacto-
ria para la variante dd porvenir. La partida fué jugada por Brinckmann
con rnn(ha energía, y termina con elegante, aunque fácil sacrificio de
ealidad.
DEFENSA FRANCESA
BLANCAS NEGRAS RICO !6. T:>CD
Brinckmann Sanz. P4CR 17. T3TD
CIA 18. CsR
P.¡.R f. P3R PXP Ic¡. C7A
P4D 2. P.¡.D DozC 20. CXTD
C3AD J. CJ.\R TXC 21. DIO
AsC ¡'uR PXP ::u. AXP
AXC -··r· A:<A
.'í- PsA 2J. A2A
P_;R '· A2H AXPC 24- T3TR
D~CR 7- 0-0 C6A 25- DzA
P.¡.AR R. P.¡.AD CXA+ 26. RIT
PXP 9- P4AH P6.\ 27- P3C
D3T :o. CzD C:lO 28. D.¡.TD
0--0--0 TI. CXPA DzD 29- DXO
.,
.A..:~D
CTbR ·-·
r.).
AzD
P.,cn
TXD
F'.~CD
JO. A3R
JI. T4TR
:::4-D 1.1.- TICD C4AR 32- TXPR
:-:(1t\.l2R J 5- D4-TD CXPC+ 33- Abandonan.

NUMERO 11
Partida lngelmo • Navarro.
Las negras han salido del planteo con una po~ición ligeramente in-
erior, pero no bahía ningÚn peligro parH ellas con r~specto a la am4!"

6
naza 15. DsC, que reporta a las blancas un peon. Por 14 .. T4TD; 15.
DsCD, A.¡AD la partida podía ser defendida.

DEFENSA FRANCESA

BLANCAS NEGH1\S DsC rs. P4R


Ingelmo Navarro DXD r6. ·PXD
A3R 17, A3R
P4R l. P.lH TXT 18. TXT
P4D 2. J'4D AXPC 19. TrAD
C2D 3· l'.¡.AD PsT 20. PJC
PXPA .J.. A><P P4CD 2I. AsA
A3D 5· C3AH CzD 22. A3T
D2R G. C3A TIC 23. A.¡.CR
C{1C)3AR 7· PXP C:;A 24. A.1A
CXP R. cxc PsC 25. A><P
AXC '). D:¡C TXA 26. CsD
P3A ro. A2D cxc 27. PXC
O-O !I. 0-0 AXPC 28. TXP
TrD !2. TDrn P3C 29. PGD
A4A IJ. A2R A3R JO. T?A
P4TD q. A3A A4R 3l· Abandonan.

NUMERO 12
Partida De Agustín • Alonso.

Las blancas jugaron el planteo de modo oríginal (por ejemplo, la


jugada 9 tomaba sin ningun11. ventaja casillas a las piezas propias).
A pesar de ello, tenían en la jugada 27 una partida. pasable, si hubiesen
sencillamente defendido su peón de torre de dama con la torre. Des-
pués del cambio poco explicable de este peón, su juego se har.e rápida-

67
mente indefendible, siendo de elogiar la cnergia c<Jn que De Ag-ustín
ha lucllado hasta el último momento, por una rau>a perdida

F~'<CESA

BLANCAS NEGRAS TXP 28. l>:AP


Agustín Alonso DXD zg. AXD
A4C JO. AzD
P4R r. P3R TXP JI. C3A
P4D 2. l'4D TIT 32. TRrC
C3AD 1
.J· AsC T0C 33· C2H.
PsR 4· P4AD TXT 34· TXT
P3TD 5· AXC+ Ay\ 35· C4A
PXA 6. D4T TITD 36. RzC
A2D 7· PsA TrH 37· P4C
P4TR A. CzR TITD ;>8. R3C
P4A 9· CD3.A ArA 39· PsC
PsT !0. AzD TIC ..;.o. AsT
C3A II. P3TR A1D <f.I. C6C
AzR 12. 0--0--0-- PXP 42. CsH+
DrA !J. C4A R1A 43· PGA
H2A 14, TDIAl PXP+ 44· R><P
P4T rs. TrR TrT 45· C6C+
DzC J6. CrC RzA 46. C4A
TRrCD 17. A3A A3R 47· TbC
D4C r8. DrD A3A 48. T6T
DsA I<). P3C RzC 49· T:;T
D3T .20. P4T AzA :;o. TXPA
TrT 2!. DzA TrD sx. AXP
P4C 22. CzR TIA 52. A5R
PsC 2J. C4A AXA 53· TXA
C4T 24. cxc TXP 54· CXP
TXC 25. AzD AXC 55· TXA
TDrCR 26. D3A T6A s6. TsTR
P6C 27. PXP TXP 57· TXP

68
R_~A s.S. R4C T4TD 68. PsD
R4C T8T
.19· T3T+ fí<) • R7A
T8R 6o. P4T TzT+ ¡o. HGC
R3A h!. T8R T8T P6D
71.
P6R (,z. l4A T:'lAD P¡D
72.
P7R 6:). HsD T8C+ 73· R7A
R3C 64. T4H TSA+ 74· R8D
R2A Gs. I'sT TílTH 75· T.zAD
T8TR 66. TXP R1R ¡6. H¡A
TXP+ fl¡. RI>D Ahand(}nan

NUMERO 13
Partido Nkolás · Koc:her.

Las piezas se mueven sobre el tablero, sin que pueda descubrirse


<on qué objetivo preciso, y de pronto se produce una catástrofe, pues
las blanc<>s !1acen una wmbinación sin advertir una réplica sencilla
que cuesta una pieza. Fmi.r.

PEON DE DA.\IA

BLANCAS KEGHAS AzT C). CDzD


Nicolás Kocher P4CD 10. luC
0-0 n. P4TD
C3AR !. C3A.R CXP 12. PXP
P4D }..P4D PXP 13· P3A
P4AD J. P3R CJA 14. AXP
·cJAD 4· P_1TD n..,c rs. D4T
Ase 5· A2R TRrAD I6. P4A
P3R (). O-O AXC 1/. PXA
P1TD ¡. l'><P PXP IR. CXP
AXP ~. P4CD D2A 1'). P4A
69
C4D 20. TH1AD A3D JO. A4-A
CXP4A 21. CsR TIR 31. A 3D
D2R 22. DXC TICD ,)2.A7T-I
P4C 2]. ex e HrA 33· A7C+
TXC 24· DsR RrR 34· A6C+
P3A 25. DXP HrD 35· TXT+
DXD 26. AXD AXT ]6. AXPT
TXT+ 27. TXT PsC 37· AsT
P3T 28. T7A Abandonan.
A1C 29· T7CD

NUMERO 14
Partida Gómez - f'6ru.

Las negras han ex¡•lotado muy bien en esta partida la ventaja del
planteo obtenida gracias a una inexactitud del adversario. Singular-
mente en el séptimo movimiento, las blancas d.,bian jugar AXPA y
sólo después de 7.. D4TD; 8. AXC, pues si enton-ces 8.. A XC; 9- P X A,
DXPA+; 10. R1A, DXA+; u. R1C, con una posición aplastante.
El cambio de la jugada 7 en 6AR libera las negras de todos sus cuí-
dados y las da un juego fácil contra el centro contrarío.

l'EONJ>EJ>AMA
BLANCAS NEGRAS AXC 7· DXA
Gómez Péte:l. AXP 8. C3A
PsR 9· DsA
C3AR J.C3AR 0-0 IO. A. XC
P4D 2.P4D PXA II. 0-0
P4AD 3• P3R D.~D 12. PXP
AsC 4· Ase+ PXP IJ. TrD
C3AD 5· PXP TRrD 14. P3CD
P.¡R 6. P4.1\ D3R l;'i. DsC
70
P3TR 16. D4T DIA 3-~· DsR
CsC IJ. CzR DzA _:;s. PsC
C4R J8. C4A lbT J6. P4TD
D4A 19. AzC P3C 37•' P><.P+
C3C 20. cxc H.XP 38. TrD
DXC 2f. TDxA {bT 39· TIAD
A3C 22. TzA TzR 40. D.>C
TzD 2J. D4A TzD 4!. PsT
P4A 24. P4CD PsD 4-l. P><r
TD1D 25. t\4D TXP 4.3- T7A
AXA 26. TXA TzD 44· pr,c
D3R z¡. P4TU PXP 45· PXP
D3A 28. P5T PsA 46. D:c4.n
D4C 29. DzT HrC 47· TRA+
D3A JO, D4A RzT 48. DRT+
T3D JI. T7A R3C 49· TBC+
T(3D)zD J2. TXT R4T so. P4C+
TXT .u DSC+ Abandonan .

71
'·" Pomar Brinckmaon •¡,
o Alonso l:'uentes 1
1 Pérez Agu5tin O
o Navarro Gómez 1
o Kocher Ingdmo 1
1 Medlna Nicolás O
•¡, Kerea Samiscb '/,
SANZ descansa.

NUMERO 15
Partida Keres - Samisch.

Una partida bie.n poco animada en la que, por decirlo asi, no hubo
ninguna combinación, ya que verdaderamente no puede contarse como
talla invulnerabilidad del peón en sCD, en la jugada 18; si 18. CXP,
TXT; 19. TXT, D1CD con ventaja. Las blancas permitieron al ad-
versario cambiar todas las piezas que deseaban y llegar a una posición
de tablas.
ESPAÑOLA

BLANCAS NEGHAS D2H 6. P4CD


Kerc:11 Samisch A.1C 7· P3D
P3A 8. AsC
P4R I. P4R P3T 9· A4T
C3AR 2. C3AD P.~D TO. DIA
AsC ~- P3T A.sC ri. C4T
A4T .f. C3AR "\rA T2. p_,T
0--0 ,.:;. t\zH J\ '.{C 13- AXA

75
'.¡_TD 14. C3A RXA. 22. C3R
>3R 15. CrD CzA 2_';. DrD
:_,T IG. O-O DJC 24. n~c
•XP 17. P' 'u
·" 1
nxn 25. PXD
:2T r8. A+C P4J_) ~c. Py\
>.>C r 'l· A:;A P:;AH 27. lb A
>.¡_T 20. .A X.\ H:;C 28. T(rAhD
·-'<A ::!f. AXC+ Tablas.

NUMERO 16
Partida Pomar - Brinckmann.

En el planteo Brinckmann no ha encontrado nada mejor que cambiar


Jdas las piezas, después de lo cual en la jugada 24 la partida habrla
odido legítimamente haber sido dada por tablas, pero él contaba con
J m~yor resistencia física y, en efecto, no hay duda de que fatigó a
'ornar para las rondas siguientes. Sin embargo, a él mismo no le sir-
ió de nada la prolongación, porque de todos modos e! combate tcrnü-
i> ~n tabla!.
II>AMA

lLANCAS NEGHAS 0--0 CsR


().

Pomar Brinckmann /\.XA 10. DXA


Tl~<P II. PXP
'4D 1. P4D J)_:¡C 12'. cxc
'.¡AD 2. P1H o>~c _,. P.¡.AD
l '

:_;AD PXP PXP


1.5C '·
4· A2H.
C:>AR
TDrA
I ~1-·
15, CzD
'JR s. 0-0 A5C r6. TRIA
~.lAR 6. P3TH A~<c 17. n>"A
L;T /. P3CD TrD IR. PsD
l_,n il. A1C PXP {!). :\XC
'6
DXA 20. PXP P4TR 49· RzC
P3TR 21. T(IT)rC R3T so. DzD
TXT+ 22. TXT H.2C sr. lhA
D4R 23. TrD D4A 52. RzC
T3D 24. DsT D4R 53· D3D
P3T 25. DsA R3T 54· D.tH
P4CD 26. P3T D3A 55- IbA
RzT 27- DzA·l- HzC s6. T2D
HrC 28. D3D RrC 57· RzC
P3C 29- DzD D6A ss. T2AD
P4CR JO. D3D D3A 59· T2AR
RzC 3I. D3AR DrD Go. TzD
R3C 32. D3D+ D3A 6r. HzT
RzC 33· P3CR RzC 62. P4A
RrC 34- DzD PsC 6]. DsR
D4A 35- RzT R3C 6s. PsA+
DsR 36. RrC IbC Gs. D4A
D4A 37- RzC D3T 6G. DsD+
DsR+ 38. P3A D3A 67. D4R
D4R 39 .HzA PXP 6R. TzA
D4A 40. lbC DrD 69- TsA
D4H 4T. D3D D4C 70. DsR+
RzC 42- l~A D3A 7I. D4A
RrC 4]. TzD DrD 72. D3A
RzC 44- D4R D.+C 73· D6A+
DGA 45- D3R D3A 74- D:;D
D3AR 46. T4D D.+R 7.~. RXP
D4A .;.,.,.
.~
D3A Tc/\R '¡'6. Tablas.
D4H .~R D3D

77
NUMERO 17
Partido Medina - Nicol6s.
La. jugada. 16 de las negras es prematura, ..:ostando un peón y la
artida. Después de 16.. A3CR, su posición, aunque ligeramente infe-
ior por sus debilidarlt·• en ambas alas, ellas podían aÚD defender!!<!
1uy bien.
ESPAÑOLA

:LANCAS NEGRAS C3C ¡(;. PsCR


l\ledina Nicol:ís OCA 17. cxc
C.:!T r8. C_:¡A
'4R !. P4H PXPC !<). CXPC
:3AR ~
C3AD ex e 20. TXC
.se 3·P3TD D3A 21. DrCR
·4T 4- Cv\ A3C :22. CID
l-0 s. PJD PXP 2J. D.1C
'3A 6. AsC PXP 2.j.. PXP
>2R 7· A2R P5R 25. PXP
'ID R. 0-0 DXTD 26. PsR
'4D 9· P4CD T><c+ 27- AXT
.JC 10. DrA DXA+ 28. R2T
.JR II. RIT RIA 29- D4T
'3TR 12. A4T D5D ]O. DST+
DzD IJ. P3T RzR .)T. DXT
2A 14- P.¡.C DsAR+ 32. Abandonan.
:rA TS. TICH

NUMERO 18
Partida Kocher • lngelmo.

Kocher, evidentemente, por el temor de sucumbir a un ataque, que


>día pasar jugando: rz. P3AR, P X P; 14. DXP, etc., ~acrificó de
pronto su caballo _por tres ·!*OIIes. Pero precisamente la desaparición
de estos peones abrió líneas decisivas al at:\q.Ue enemigo y el desa~tre
llegó rnái rápidamen~--

FEON DE DAMA

HL\~CA~ NEGRAS Dy\. IJ. P..v\


K::~~h .. ,· lngelmo
p_,c 18. A3A
D2A I'). PXP
P4D l. P4D PXP 20. P4TR
C3AR 2. P3R P3TR 21. AzA
P3R J. A3D A3H 22. TzC
A3D -J.. P3AD HzT 2J. TDICR
CDzD 5· P4AR TrCR 24. D4A
CsR 6. C3AH P4A ;zs. AzD
C(2D)3AR 1· CDzD DrA :;¡6. DsR
P3CD K csn TrR 27· PsT
0-0 9· P4CR lv.A 28. PXP
ex e lO. AXC AXP 29. DXPD
CsR Il. PsC TrD JO. DsR
CXP 12. PXC TrR JI. D.-tA
AXC IJ. PXA P4C 32. TXA
DXP 14· D3A TXT 33· AXP
DXP rs. 0--0--0 Abandonan.
P4AR r6. TRIC

NUMERO 19
Partida Pérez: • De Agustfn.

Pérez es un jugador psicológico, y no habiendo obtmido nada en


ti .planteo, pierde todavía tiempos para inducir a su adversario a co-
locar su alfil en 6D, en que parece ocupa-r una fuerte _posición, pero
donde en Nalidad no contribuye ni al ataque ni a la defensa. Asi no

79
hay que extrañar que después de la apertura de líneas, el ataque de 1
blancas, contando de hecho con una pieza más, se revelase decisivo.

RETI

BLANCAS ~~EGHAS P3TR ~). T2D.


Pérez Agustín CID 21. TArD
CzA C4T
2:<!.
C3AR I. C3AR T.:-)rD 23. P:¡TD
P3CD 2. P3CH D3A 24. C3A
A2C J. AzC p~~'H 25. LhC
P4AD 4· 0-0 J)¡ \ 26. C~T
P3CR 5· P..¡.AD RIT 27. RrT
AzC 6. C3A A3f 28. D;;A
o.-o 7· ·P3D PXP 29· PXP
C3T B. P4R ·\.'/.P 30. DXA
P3R q. DzR D3A-l- JI. TzC
P4D 10. PsR TrCR J2. TrCR
CzD JI. AsC T~<T .'J3.TXT
DrC !2. A7R TrCR 34· DzA
TrR IJ. A6D C4CR 35· D:;C
DrA I4· CzD PsAR 36. D4C
C:;C rs. C3C PGA 37· CzD
PXP Ifi. AXA PXT+ ,38. RrC
DXA 17. PXP DXC YJ. A7R
C3A ¡8, P4A D7A 40. Ahan dona:
P4AR !<). TDrD

NUMERO 20
Partido Alonso - Fuentes.
Una victoria bien fácil de Fuentes, pues su advetsario no mos1
ninguna veleidad de contraofensiva (CsR), ni ninguna idea de defl
siva.

80
DAMA
BLANCAS NEGRAS AzC rr. A::!D
Alonso Fuentes Til> f2. A1R
A2H lj. P1CH
P4D I. C3AR O-O 14. PsC
P4AD 2. P3R C2D '5· n:.T
C3AD J. AsC ex e 16. PAXC
D2A .j. P4D P3AH IJ . PRXP
P3TD .5. AXC+ P.XP rS. nr>T
DXA fi. 0--0 PXP !9. D><PH-t-
C3AR 7· CsR HIT 20. A:;C
D2A ~. P4TD A.üJ :'L T'XTi
P3H <). c.~.-\T> Abandonan.
P.~CD lO. P4AH

NUMERO 21
Partida Navarro - Gómez..

Despu~ de lln 11lanteo deiPrtuoso (S. A,'íCR, 6. P 4AD), !;1s hbncas


dej~n un ~fon inrlefenso en la jtJgarla "' y ~e quedan en posiciirn infe-
rior. Poco después pierde todavía otro po(,n, con lo <¡1:e podrb crc~rse
acabada la lucha, p~ro nada de eso. El rsplritu NmhaliYo Üe h• b1a,;-
cas se despierta, se ganan un pe6n y, ,;, a p~s~r de ello, sueumf,c·n. ••s
•ólo des¡rués de un largo y difk;i final. Un <lmo comhatt.

ESCOCESA

BLANCAS :,;¡ ~\; JU\:;.: C:X:P 4· C_;A


Navarro Gómez AsCH :;. 1',; ¡)
P4AD ( . Azi~
P4R l. 1'4R D.1D ,. () -0
C3AR 2. C3AD C.>i\D :~. TIR
P4D 3· PXP P_1AH <). C:<P
6 81
AXA [(). C(sR)XC AXP 34· AXP
c>~c 1!. PXC P3T .35· A¡C
DXC 12. DXA-~ R.3R J6. AXP
RzA r;. A4A R3A 37· P4T
TrR 14· .DXT-+ PXP J8. A4A
DXD 1 .5· TXD R3C 39· A3R
RXT lh, TrC AsC 40. R2C
P3CD r¡. A8C A2R 4I. P4A
fhD r8. AXP AsC 42·R.JT
A3D 1'). AXP A8R 43· A6C
TITD 20. P-¡D H.3T 44· ASD
'C<P ;~ r. P><P A6C 45· PsA
A~R ¿:z. Tu\D A8R 46. AXP
\.XP .~ .~. TrD~ A¡D 47· RzC
R.~A ;:>,¡, T6D+ füC 48. R3A
RtC 2.5· P3C Ru\ 49· PsC
TXP .26.
,.,
T7D AóA so. R4C
P4C ~,. T.íD RzC 51. RsT
A.tR .z8. T3D R2T ,')2. ·P6A
RsA ~9. T1AR RrC 53· P6C
R4D JO. P4C AsC 54· l4C
T6A .H. RzC A6T 55· RsA
T)<T ;12. RXT Abandonan.
AsD '1
..)."1'• ARD
RONDA IV
..,,o'• Nicolás
Ingelmo
Gómez
Kerea
Medina
Kocher
.•¡,
1
/,
1•
o Agustín Nanrro 1
,.1¡, Fuentes Pérez o
Brlnck1r anu Alonso 1/,
1 Sanz Pomar o
SAM.ISCI:I descansa.

NUMERO 22

Partida Brinckmann • Alonso.

Puede aprenderse en esta partida cómo aun cuando un jutgu se


halle teóricamente ganado, hay que condndrlo hasta su terminación
con toda la exactitud posible, y hubo momentos en que Brinckmann
parece haber olvidado este principio. Habiendo conseguido, gradas a
un planteo arriesgado, pero sobre todo peligroso vara un a•hersario
que no lo conocía a fondo, una pre;;iún de la que sacó un peón, comen·
zó a liquidar piezas, sin ¡>reucuparse de que con estos cambios mejora-
ba la posición de su contrario. Primeramente se privó del arma de los
dos alfiles, después reunió los peones negros del ala de dama y por últi-
mo llegó a un final de torre en que el peón de más no jugó ningún
papel. Un ejemplo instructivo de ~ómo no hay que tratar las posicio-
nes ganadas.

85
GAMBITO DEL CENTRO

BLANCAS NEGRAS A3C 19- C2-3A


Brinckmann Alonso CsR 20. T3C
TDrC 2I. C4T
P4R l. P4R DsA 22. C4T-3A
P.¡.D 2. PXP L<T 2_'l. PTXT
P3AD 3- P4D P.¡A 24. CC.A
PXPJJ .¡.. DXP PsD 25 . C7H+
PXP 5· C3AR HIT 26. D3D
C3AR 6. AsC+ C4C 2]. CXA-i
C3AD 7· 0--0 PAXC 28. DzH
AzR 8. A4AH CXC+ 2<¡. nxc
O-O 9· AXC DXD .)0. PXD
PXA IO, TrR P3TR JI. RzC
CsR II. DID TrAD .:P-· T7H
D:>C I 2. A3R P4CR 33· T~<P
DXP IJ. A.¡.D T3A 34· T7D
DzC 14· CD2D RzT 35· P4C
A4AR rs. TrC PXP JG. TXP
DzA r6. AsR TXP .37· TXP
A3D r¡. AXA RJC ,,s. TGG-+
CXA J il. C4D Tahla>.

NUMERO 23
Partida Fuentes - Pérez.

Nuevamente una buena partida de Fuentes, sobre todo desde el


punto de vista táctico, pues e) haber previsto que el avance 12 .•• P 4CR
sería de hecho refutado por 13. ClTR, merece todos los elogios. Igual-
mente d contraataque en el centro y ala de dama, fué enérgico y con-
vincente. En cuanto a Pérez, hubiese debido contentarse con una po-
sición igual, enrocando, en vez del arriesgado 12. P 4CR.

86
ESP~OLA

BLANCAS NEGRAS PXP 22. PXP


Fuentes Pérez TrTD 23· C3C
TXT 24. DXT
P4R l. P4R DrT 25. DIC
C3AR .z. C3AD DúT 26. CsA
AsC 3· P3TD TrH 27. TrT
A4T C3AR
.J.. C(2T) u\ zR TfíT
O-O 5· P4CD HzA 2<¡. HU\
A3C li P3D TITD JO. RzC
P3AD ,. AzR DRT JI. DzA
P3TR 8. C4TD T6T J2. TrT
A2A ')· P4AD D¡T 33· DrA
P3D ro. P3TR TGC 34· AXP
A3R 11. A3R DXC 35· A3A
CD2D J 2. P4CR DXD J6. AXD
CzT IJ. TrCR TSC 37· PsC
P4CR 14. P4TR PXP J8. AsT+
P4D I s~ PXPC RrC 39· J\4C
PTXP 16. DrA AXC 40. AXA
P3AR I7. CzTR ArD 4l. AzD
TrAD rR. CIAR TXT 42. RXT
PsD 19. A2D RzA 43· RzC
P4CD 20. CzC C3R 44- R·.A
P4TD 21. PsA AzR 45· Abandm1an.

NUMERO 24
Partida De Agustin - Navarro.

Un combate de dos tácticos que recuerda los se~nta-setema años


del siglo precedente. Por un sacrificio de calidad, Navarro anuló el
vehemente ataque de su adversario y obtuvo buenas perspectiva. de ta-

87
bla~, pero en d momento en que éstas estaban completamente c.onsc-
guitlas, De Agustín, que pretendía s:<:m¡.~ro ganar, dejó una torre a.ban·
donada y tuvo quo rendirse.
CAR0-1\.ANN

i:f~ANCAS :-..rEGHAS CGT+ :¿8. HzC


Agustín Nav¡trn CsA+ 2'). IbA
TfhD 30. AX~
P4R l. P3AD p:<A 3I. TDrCR
l\tD 2. P4D TDrC 32. AXA+
PsH .:>· A4A l~XA 33· DXPT+
P4CR ... ~ .. As H. HrC 34· D><A+
P:~AH. 5· A3C DXD 35· P><P
P6H. t). PXP T7C 36. TXI.H-
A1AR 7· CzD HXT 37· H3R
C3AD ~( D3C TXPT J8. TrC+
C4T <). D4T+ RzA 3'). P5T
l'JA lO. P4C TrCH 40. TXT
C5A t1. ex e H.XT 41. P4A
PXC 12. C3A TGT+ .p. RzA
C2l~ ) _1. P4R IbA 43· PsD
AXP L~. CzD RzR 4~· PsH
A.1C I _::;. PsC PXPD 4S· PXPD
AzC 1 G. PXP TGT 46. C3A
PXP !7. DXI'(5A) TXP 47· H.1R
A2A r ~1. n~T TGT 48. R2A
O-O T.·.:. P4TH T8T 4<}. R:;C
C.+D 20. TrA P4T so. C4T
ThD 2T. P4H PXP 5I. PXP
D:;C 22. R2.t\ TllC+ 52. R3T
c.~A ...." _.,. A4A T4C 53· C3A
C4T 2.~. A (iD TsC 54· C4T
CsA 2,'\. P:~C T.~D?? 55· C5A+
CiíT+ 26. HzC Abandonan.
C~A+ .,,
"'"':· RzA
88
NUMERO 25
Partido Gómez - Kocher.

{.;'na partida tablas en la que las blancas habían obtenido la ventaja


por una serie de cambios bien cakulados. l'ur ejemplo, ~n la jugada 19,
ellas habrían podido crear más dificultades a las negras jugando (en
,-ez de 19. D4AD), 19. P3TD, amenazando DúT; si 19 ... P4TD? en-
tonces: 20. UzA [), ganando un peón. El movimiento e5cogido nivdó
:a posición muy rápidamente.

.PEON DE DAMA

DLANCAS NEGRAS THrA lil. I'3CR


Gómez Kocher D4A 19. TzD
D6T 20. DID
P4D l. P4D P3TD 2!. TrT
P4AD 2. [JJR D¡C 22. 1)¡¡\J)
CJAD 3· C3AR DXD+ 2.). TXD
AsC 4· A2R P4CD 24. HrA
TrA -~· 0-0 HrA 25- RzR
P3R 6. P3CD HzR 26. RrD
CoAR ,..,. CDzD Pv\ 27. PXP+
PXP 8. PXP H>(P 28. T3D
AsC {). A2C TXT+ 2<). PXT
0-0 10. TrA TXT+ :)0. RX:T
DzR ~L C5R H4R 31. P4CD
AXA iJ. DXA P4CH ;>2. R2D
AXC l.'J. D><A PsC ]J. H1H
CsR 14. D2R P.~D+ 34· RzR
cxc I~. PXC R4A .15· P4A
C6A tli.. AXC Tablas.
TXA 17. TRrD

89
NUMERO 26
Partida lngelmo - Med1no.

Una variante muy interesante de Canal, en la que las negras pue-


den igualar jugando, por ejemplo. 14··· DXPA; 15. DXD, AXD;
16_ TR1AR, AXC, etc.
Por su parte, las blancas, que tenían ya la ventaja, no jugaron,
:iJ. P4CD . .: Por qué? El final a que se encaminaron terminó bastante
normalmente por la igualdad: ninguno había merecido ganar.

DEFENSA DE LOS DOS CABALLOS

BLANCAS NEGRAS DsD 21. TrCD


Ingelmo Medina TibR 22. TIR?
DGA?? 23. TIA
P4R J. P4R TrAR 24- TJA
CJAR 2. C3AD TDrR 25- D6T
1\.4A 3- C3A C4A 26. DzD
P3D 4- A4A DXD+ 27- RXD
C3A 5- P3D C;;D 28. T7A
AsCR 6. P3TR T/\T 29- AXT
AXC 7- DXA TrAR JO. TrAH
CsD 8. D3C P;;T JI. T6A
D:zR <j. RrD Ru\ ]2. P3A
P3A ro. CtT c1c 33- T3A
0--0--0 rr. CXA C:;D 34· A;;T
P~<C 12. DXPC TtCR 35- A4C
CXPR IJ. A3R P4CD J6. TGA
D2D J.j.. AXC (1) PsR 37- T6T
DXA 1_1. D4Ct P:XP )8. TXP
P4A y(i_ D><P+ P.~A 39- A3A
RIC 1/. RrA Tü~ 40. T4A
c,n r8. D4C P4A 41. P4TR
DXPA 19. P3CD P-~.T 42- PsT
P4TR 20. DsC PXP 43- PXP

90
PsA 44· PXP T8T 51. R5A
p:x_p 45· P6T 1'8T 52. T6A
PsT 46. RrA T4T~· 53· Hü)
PGT 47· HrC T:;T 54· R.5D
TRR+ 48. HzT T4T~ .55· R4D
TSTR 49· RXP T.sT :;r.. Tablas.
TXP :::o. R4C
(1) Mejor: 14-. IJXP.

NUMERO 27
Partida Nicolás • Keres.

Las blancas jugaron la primera fase de un Ruy López de manera


pasiva, es cierto; pero sin cometer errores. De suerte que en el mo-
vimiento 18, aun teniendo la partida inferior, ellas JlOdían fácilment~
defenderla (19. AXC, seguido de~- P4-<A.D, en vez de 1<). P3AR, ttc.).
Su jugada 19 fué un error manifiesto que costó un peón, lo que contra
~~~ Keres significa la pérdida de la partida.

RUY LOPEZ

BLANCAS NEGRAS AsCH 9· C4T


Nicolás Keres A3R 1(1. P,1CR
A6T 11. TrR
P4R I. P4H CD2D 12. A1AR
C3AR 2. C3AD AXA 13. TXA
A5CD J. P3T CIR q. C:;A
A4T 4· C.>A D3R rs. P4A
DzR 5· P3D RIT ¡(), RrT
P3A 6. AzD CzD--.v\ 17. D3A
0--0 J. AzR CrC 18. TDrR
P3D 8. O-O C.>T 1<}. PXP
91
t'X'P .zo. ex e P3CD 33· T1C
I'XC ::r. DsT l'4AR 34· r:t(.1·
22. DXP CIR 'T'\./'"1
C.zC 35· .. /'-. l

DXD 23- AXD T><T :;6. FXT


TDtR 24. TzR T~A 37· TsC
AID 25. CrD C3D J8. TGC
T3I<. 2(j. AzD CIH 39· P4D
P3A o·-
~,. C3R PsH ·~wOO PsD
A:dt 2R. TRzA T:<l•A 4I. PXP
A.+ A ;:e). P4CR Tu\ ,p T6R

P.>TR 30. T3A (;;¡,\ ·U. T7R


P4TR \l. PXP Abandonan.
AXC _-:..2. :\~<A

NUMERO 28
Partida Sanz: • Pomar.
Una partida i11structiva para aquellos -y son numerosos- que se
interesan en el desarrollo ajedreclstico de Pomar. Derntlestra tln hech<'
del todo natmal a. su edad: que todavía lo que más le cuesta es conce-
bir un plan. El ve jugadas, amenazas del enemigo, posibilidades de
cambios sin des,•entaja -lo qtle para un jugador que es casi un niño
u ya mucho--. La idea del phm le lleg;lrá seguramente, y bien pronto,
con la experit·nci~ y una buena escuela: para ello es el juego por co-
rrespon<kncia. Sanz ha escogido bic!l el planteo psicológicamente y ha
conducido la partida atendiendo a este puntu de vista, aunque t't1 ver-
dad la tarea en esta ucasión no era demasiado dificil.
INGLESA

BLANCAS NEGRAS C3A C:;AD


Sanz Pomar P·~CR ...-"· A.¡. A
AzC 5· P3D
P4AD !. P4R 0-·-Ü 6. P.1TI<
C_¡AD 2. C3AR P3D ,.,,. 0-0

92
PJTR S. A3R .\4C .ZJ~ f'.;A
RzT 9· C2R AJA l..~. CzT
i\2D !O. C3C TrC ·'+· HrT
trC [l. PJA A:/\ 25. T2R
TrA 12. D2D .\.'iT 26. ArR
C4T IJ. A:>C T2C • ! • C.;/11?
P4R 14. DzR A><C.3A 28. PXA
P:(f rs. A2D TDIC 29. A2D
D3C t6. DID A>: e 30. PXA
C2R e¡. DzA 1'>J> -~l. T2A·
P4AR rS. PXP r·.::.r\ J2. R;¡T
p;<p t?- TIH C.! A .n TIA
C/A 20. DXC Cd) \,. P., e
J)'>~D 21. V< U T,¡C 35· Abandonan.

93
'¡, Alonso Sanz ,.¡,
o Pérez Brinckmann 1
o Navarro Fuentes 1
1 Kocher Agustín o
1}1 Medina Góm~z 1/

1 Keres lngelmo o"


1 Samia eh Nicolás o
POMAR descansa

NUMERO 29
Pa•lída Pérez - Bñnckmonn.

Esta partida muestra bien claramente cómo se pierde <¡ueriendo ga-


nar a toda cost:l. Su historia es como sigue: Pérez 110 obti~:ne nad<l al
principio, pero gradualmente consigue mejorar s!l ¡¡c,sidón. Y de~¡més
de la jugada z¡ negra, era tal la superioridad blanc:;, que poáíaa efec-
tuar una combinación de sarrificio: zi<. C3ALl. Si las negras lo aceptan,
parecen -estar perdidas: 28.. .'\XC; 29. CsiJ. D1AR ó ID; 30. lhD
y JI, DXPTD. 0 .bien, 29 .. D3R; JO, CXPA. D3:\D; 31. l.lzD, A4AD;
p. DXPT, etc. Si el sacrificio no fuese aceptado, las blanca; evident.-
mente aumentan aún su presinn. Habiendo dejado pasar tale; oportuni-
dad~s, las blancas permiten igualar al adversario y habrian debido con-
tentarse con et:tablar cambiando caballos y torres <'n la jug-ada 39·
Luego el ing~nioso movimiento 44. de las ne¡tras. ganó uu peón y la
partida.

97
VIENESA

BLANCAS NEGRAS i.)JÜ 28. T3T


Pérez Brinckmann C3A 29- DsC
AsR 30- AXC
P4R r. P4R AXA ..)L A3A
C3rill 2. A4A AsR J2. T3R
C3AR J. P3D CsD 33· AXC
P4D 4· PXP l),<A 34· D2R
CXP 5- C3AR A3C 35· PsT
AsCR 6. P3TH DsT 36. T3TD
A4T 7· C3A DsAR-t- 37· RrC
AsCD 8. A2D TrD 38. C3D
CR2R 9· P3T DsD 39· P6T
A 3D IO. C4R PsH. 40. CrA
DzD II. P4CR P.3C 4-I. T3AD
A3C 12. D2R D2D 42. P3A
P4TR IJ. 0-0-0 TrAD 43- D2T+
0--0--0 14- TRrC HrT 44· D2D
PXP 15. PXP ArR 45- DsD+
RrC r6. A3A RrC 46. TXT+
CrA 17. D3R DXT 47- DXPR
C3C IS. A3C lq.C 48. D7R
DzR rg. CXA AXP 49- DXPC
PXC 20. P4T D3A so. P4AR
DzA 21. TrT ArA 5I. PsA
P3A 22. P4D D¡C 52. DXPA
TXT 23. TXT DXPC 53· DsR+
CzR 24. PXP RrT 54· P6A
PDXP 2.'í. DzH D-::R 55- C3D
CJC--4D 26. A2D Abandonan.
TrAD 27. CrR

98
NUMERO 30
Partida Samisch - Nicolás.

Samisch no ha obtenido nada en el planteo, se ha visto obligado a


cambiar y ha entrado en un final con pro.babi!idades ligeramente infe-
rieres, Sólo la falta de técnica y de entrenamiento de Nicolás le han
~ermitido por último volver las tornas a su favor.

DE DAMA

BLANCAS NEGR~S PXD 22. A3R


Samisch Nicolás TRrD 23- TD2T
i'JA 24- T(2T)2D
P4D l. P4D RzA 25- RrA
P4AD 2. P3R i\.zi\ 26. TzA
C3AD -~- C.v\R T8D+ 27- TrR
Ase 4- AzR T6D 28. ArA
P3R 5- CDzD P4R 29. R2R
C3A 6. P3TD T(rA)rD JO. T2D
PXP 7- CXP TXT JI. AXT
AXA 8. DXA R3R J2. TrAD
TrA 9- P3AD P4TR 33- A3R
DzA ro. 0-0 P4CR .'l4· P.1TR
P3TD rr. cxc H4A 35· T4A
DXC 12. TrR PsCR J6. P4TR
AA, A IJ. P4R R1H 37- P4T
PXP 14- CXP P4A ,'l8. ArA
cxc rs. DXC TrAR 39- Ase
D3C r6. TzR TzA 40. TrA
0-0 r¡. P4CD T2D 41. TrCD
A:,D r8. P4AD l'sA 42- PsC
ArC rg. P:;A PAXP 43· PTXP
DzA 20. p_,cR P6A+ 44- RrA
D3A 2I. DXD PXP 45- RrC
99
R4D 4G. TXP H4D sB. A6C
!~.3A 47· TrC HsA 59· A7A
l{X'P 48. A3R+ J\.GA 6o. A8D
R3A 49· TrA+ 1~6]) 6I. A7A
f4D so. TrC Psl~ 62. A8D
A 3D sr. TrD+ P6H 6.).PXP
H3l{' sz. TrC ,\41< 6+. A7R
TzA 53· HrA AXP 6s. A.~C
T¡A 54· RrH P13D 66. RzA
TsA 55· TsC Hsl~ 67. A6T
TsC s6. TXT A7T 68. Abandonan.
AXT+ 57· RrA

NUMERO 31
Partida Kocher • De Agustín.

La jugada 7 de las blancas, muy débil, condujo en poco tiempo a la


pérdida de un peón, y las negras, con la posidón ganada, jugaron bien
hasta la jugada 23, eu que debiera haberse hecho 23 .. D5R. Pero a~n
en el último momento, jugando 24 .. DsCR conservaban probabilida·
des de victoria. De Agustín debe aprender a no dejar las piezas aban-
donadas.
CATALANA

BLANCAS NEGRAS P:;,\D fi. 0-0


Kocher. Agustín P4R? 7· PAXP
Pr\XP 8. PXP
P4D r. P4D CXP g. C.>AD
C3AR 2. C3AR A;R ro. As~
P3H J. P3CR CXl~ i II. AXC
A.:;D 4· AzCR AzR 12. AXC
tDzD 5· P4AD AXA Ij. CXP
100
O~ü 14· CXA+ J:>6TD 20. T:zA.
DXC rs. P3CD T3D 2I. RzC
TDrD 16. DrA TH1D 22. TRrAD
P3CD 17. D4AR TsD 2J. D6A
DzR r8. TDrA D:;D 2~. l';H??
P3CR I<J. T7A A6T+ .25. Abandonan.

NUMERO 32
Partida Keres - lngelmo.

El planteo por parte de las .blancas no presenta nada de trascen·


dente, y, por ejemplo, en la jugada 14, las negras podían obtener"t!Ra
excelente partida, jugando: 14 .. P4TRI Si 15. P4CR (de otra suerte
el caballo negro sale vía 3TR a 4AR); ent011~s 15··· PXP; 16. PXP,
TXA;r7.CXT',AXP,seguidode18. AXC y 19 .. D6T+. etc. En
vez de esto, llevaron su dama al ala de dama, donde bien pronto
su situación llegó a ser muy expuesta. La explotación de la posición
de la dama negra, desde el punto de vista táctico, fué la de un maes-
tro de gran clase.
DEFENSA lNDIA DE REY

l:SLA.l~CAS NEGRAS A4.A ro. P3R


K eres Ingelmo D2R 11. P4CR
AzT 12. DzR
P4R r. P3CR 0--0--0 !J. 0-0--0
P4D 2. AzC TRrR 14. DsC?
C3AR .1· P3D P:;T 15. D4T
C3A 4· C3AR T3D r6. C(rC)2R
AsCR 5· C3A Cz]) 17. P3T
P3TR 6. A:zD C3C r8. n_,c
PsR ..,,. PXP P4A rg . C4T
PXP R. CrCR cxc 20. DXC
A4AD ( ~- P3TR PXP 21. PXP
101
D~:\ 22. TRrA RrC 32. P3AD
D7T CJA
23. T:lD JJ. D¡A
D8T+ CrC
24. RzT 34· P4AR
TRrD AXP
25. T6D 35· D4A
AsC! 26. AXA TXPR J6. R2A
T>(A 27. A3D? P.¡C! 37· DXC
T(xD)XA zR. TXT T7R+ 38. R3D
TXT 29. D3C DXPC .39· R4D
.AtT JO. DRC+ AJC·+ 40. R.'íD
TrD .-.r. D6R+ D.;C+ 41. Abandonan.
(1) El comienzo de la combinación cuyo efecto se apercibe en la
jugada 26.
(2) Fuerza a mt'r.os la recuperación del peón con una gra.ll venta·
ja posicional.
(J) Con 27.. TDrR; 28. TXPA, TXT; 29. AXT, TzCR (y no
T2R; JO. T8D, etc.), las negras habrían podido defenderse más tiempo.

NUMERO 33
Partida :Alonso • Sanz.
Una partida poco excitante, en el curso de la cual n:nguno de los
adversarios quiso aceptar un riesgo ni evitar los alfileR de distinto
color, y en tales circunstancias la nulidad aparece perfectamente legi-
tima.
DEFENSA INDIA ;DE REY

BLANCAS NEGRAS P4R 4· P:;D


AJonso Sanz C3AR s. CD2D
AzR 6. 0-0
P4D l. C.1AR (). ..() P3TR

P.~AD 2. P3CR P.>TR 8. P4R
CJt"'.D 3· A2C A.ü~ 9· D2R
102
PXP ro. PXP DrR JO. T3A
D2A P3A
I I. D4C JI. T4A
TDrD I2. P,CD T3ID J2. AXC
C2T IJ. AzC PHXA .'B· A u\
TIR 14. TRrD DrR. :14· 1""z.l\
TzD 15. C4A DJ<P 35- A3D
Tr--1D r6. C3R D6R Jh. DXD
(4C 17. C5D PXJJ :'"7. TrR
CXC+ r8. AXC Td{ J8. Tz--2H
DrA 19. lbT A3D 3<). TXP
T3D 20. A2C T,~R 40. TXT
ArAR 21. TDrA AXT .fi. H2C
C2R 22. P4AD RrA 42. P4TD
C3A 23- P4A H2R 43- PsT
P3A 24. P5A P.1T 44- R3A
A2A z:;. T3D H,D -t5· A¡. A
D2D 26. Tr-rD TzA 46. P4T
AXC 27. PAXA T2R -t7- P5T
CsD 28. D2D Tablas.
TIAD 2c¡. TrA

NUMERO 34
Partida Medina - Gómez.

Por el avan«: de su PCR, las negras facilitaron el ataque típico


en esta variante sobre el costado de rey, y as!, en la jugada 27, las
blancas tenlan una posición ganadora que podían explotar de manera
diversa; por ejemplo, comenzando por 27. P3TD ó 27. DzR. Pero
el haberse dejado tomar un peón, desorientó a Medina, a tal punto
que sacrifica otro peón por un ataque ya imaginario. Evidentemente,
el find dtbio gat10rs~ pcr Gómez. ¡Pero f/ dtfecto de la -ruli,al

103
DEF.ENSA FRANCESA

BLANCAS NEGRAS A6A JI. RzA


Medina G6mez C4A JZ. TXT+
DXT 33· AXA
f'4R l. P3R CXA 34· RXC
P4D z. P4D PXA 35- DXP
C3AD J. C3AH TrAR J6. P.;A
PsR 4· ClbD D4C+ o~
:JI. RtR
CDzR 5· P4AD AXP ]8. TrD
I'31\D 6. C3AD Trn+ 39- R3D
C3AR 7- D3C AsA 40. DsD
P_;CR 8. PXP TrAR 4I. DXP
PXP 9· AsC+ DXP+ .p. D4R
C3c\D ro. DzA D6T+ 43- RzA
AzD JI. P3TD D¡T+ 44· DzR
A3D 12. AzR D_,T 45· D,tR
0-0 !J. P3A D¡T-t- 46. RrC
TrR 14· 0---0 TrCD 47· DzA
TrAD r:;. P4A Dr,J' 48. T3D
CzR ID. TrR DST+ 49· TrD
C4A I/. CrA D6T so. PsD
IúT r8. DrD A4R sr. T3D
TrCR P4CR
19. DSA+ 52. RzT
CsT P:;C
20. D.tA 5.3- T2D
C.¡.T 2I. C¡C DXD 54· TXD
P3A 22. PXP RzC 55- C4R
CXP (6A) z:;. RrT R1A _56. P4CD
A6T 24. TrCR R4A 57- C5A
F.; CH. zs. A2D TrD ss. T2D
PXP z6. PXP P4T 59- R:~C
rsc? 27- CC,ClXP PsT 6o. C6R
CGR 28. AXC TrCR 6r. C4D+
PXC 29- T3C RsH 62. C6A
1\ -·e:-~-· _;o. RrC AsA 6.). T4D+
104
R6A h4. C7R P>,P+ 76. PXP
TSC fís. P6D TSD 77· T4C+
D(T 66. P7D R4A 78. 'f4T
A2A 67. T4T TxA+ 79· R.1D
P7T 68. TXP A7A So. C4D-I-
T8D 69. TzAD H4R SI. TsT+
TXP 70. C6A R3D 82. Cv\
AsA 7!. R4A TIA 8J. T6T+
HsR 72. P4T RzA 84. R4A
P3T 73· TzR+ RzC+ Bs- RsD
AúR 74· TzCR Tablas.
T3D 75. PsC

NUMERO 35
Partida Navarro • Fuentes.

La quinta jugada de las blancas no es la mejor; es preferible


s. C3AD; 1. P3TR es, decididamente, defectuosa, y 9. R2TR, una
falta grave. Sin embargo, habrían podido ensayar todavia ro. C2D,
CsCR +; 11. RrC, etc., etc. Después de ro.... , D3R, evidentemente
no tienen defensa.
ESCOCESA

BLANCAS NEGRAS P3TR 7- DzR


Navarro Fuentes 0-0 8. P3D
RzT '). P4TR
P4R l. P4R P3CR ro. D3R
C>AP 2. Cy\D D.1A II. DXP+
P4D PXP RrC 12. P5T
CXP ·'t.· C3A DzC r 3· PXP
cxc :;. PCXC A3R q. DXD+
A3D (,, A~ A nxn rs. A6T+
105
RXP 16. AXT P3C 24. R2A
AXASA 17. AXA PsA 25. PsC+
PX.A r8. CXP+ R¡.A 26. R3A
H3A 19. P4AR C2A 27. CXP
C:;T 20. T7T RJC 28. TDrTH
,\2C 21. P4C C4C 29. R4C
TrCR 22. J'4D Abandonan.
P4A :?J. TrC

106
RONDA VI
1 lnl!elmo Sambch o
o Gómez K eres 1
1 A~ustín Medlna o
'/, Fuentes Kocher 1!
11
1 Brlnckmann Navarro o
1 Sanz Pérez o
1/. Pomar Alonso ,,

NI COLAS descansa.

NUMERO 36
Partida Pomar - Alonso.

Después de un planteo correcto, las negras 1.-ometkron un error


en la jugada 13, y perdieron un peón sin cornpensadón. Podría supo-
nerse que era a seguir una larga lucha para la realiz<J.ción de esta ven-
taja, pero nada de eso ocurrió, y ya en la jugada 20 la partida fué dada
por tablas. Evidentemente, Pomar se da cuenta de su falta de exper;cn-
cia frente a la mayor parte de sus adversarios y hay que ponerlo en su
haber.
DEFENSA NINZOINDIA

IJLANCAS NEGRA..S C3AR .'). CsH


Pomar Alonso DzA 6. P4AR
A3D 7· P4D
l'.:.ll I. C3AR 0-0 8. P3AD
P4AD 2. P:;R CsR 9· CzD
C3AD .). AsC P4AR lO• T3A
P3R 4· 0-0 PXP Il. PAXP
109
AXC 12. PD/\1' C3A 17. T.rAD
A2D TJ. C3C? D3C lil. D4D
CXP 14. AXA TDIA l (j, TlúA
CXA I5. AzD CsC 20. T:thlas.
CXA fh. [)XC

NUMERO 37
Partida De Agustín • Medina.

De Agustín ensayó en el planteo de los dos caballos un m o~.


miento poco usual (C3AD), que no parece comprometer demasiado I:J.
partida, pero de todos modos las negras dejaron escapar sus oportuni·
dades en las jugadas 11 y 12 (u .. ü-0, en vez de n .. CID y 12.. P3AD,
en lugar de 12.• Ü·Ü). Pero aun después de esto habrían obtenido la nn!i-
dad probablemente si no se hubiesen forjado ilusiones sobre el peón
en 6AD. Jugando para ganar, debilitaron progresivamente su posición
y finalmente cometieron un error en una posición que ya era compro-
metida. De Agustin aprovechó muy bien los errores de su adversario.

DEFENSA DE LOS DOS C:\BALLOS.-VARIANTE CAN'AL

BLA~CAS NEGRAS ·rxv II. CrD


:Agnstin Medina AtA I2. 0-0
AXPA lJ. TRrR
P4R l. P4R P3TD 14. A4A
C3AR 2. C3AD I'4CD 15. A2R
A4A -'· C3A AsR I6. TDrAD
P4D 4· PXP T3D 17. TsA
0-0 5· CXP T3R 18. P3AR
TrR 6. P4D A.1C 19. TDrA
C3A 7· PXC TDrR 20. P3CR
AXP 8. A3R A3D 2J. R2A
AXCR <). AsCD Ase 2.2. Abandonan.
PJCD JO. DXD
110
NUMERO 38
Partida Gómez - Keres.

En primer lugar, es preferible cm:tra un adversario muy iu•rte oo


experimentar un planteo que no se conoce pcr fectamente, y luego, cuan-
do se ha hecho una jugada desgraciada (8. CD2D), hay, por lo menos,
que abstenerse a continuación de arruinar la posición de los peones con
jugadas como 9. P4R, después de la cual la explotación de la ventaja
posicional para un. Ke~s no es más que una cuestión de técnica. Con
9. (4AD. CXA; 10. PXA, las blancas habían vodido sub.<iguientcmen-
te defender el peón por su vecino y obtener una partida pasable.

m:FI'.NSA 1:iDl,\ DE DA~A

BLANCAS NEGHAS T.~H 18. TD1AH


G6mez Keres DzR 19. A3D
P4A 20. CXP+
P4D I. C3AR cxc 21. AXC
C3AR 2. P4A TtAH 22. AXC
P3A j. P3CD DXA 23. DzC
P3CR 4· AzC DzR 24. 14C+
A2C 5· P3R R1T 25. T3A
0-0 6. AzR P3A 26. DrC
A4A "",. 0-0 T4T 27. TsA
CDzD 8. C.tD DzD 28. TXT+
P4R? 9· CXA RXT 21). T3C
PXC 10. C3T P4A .JO. DtA
P3TD TI. CzA Du\D 3!. P.tD
TtR 12. P4A T2A ]2. T8C
PRXP 1 3· TXP R3T .lJ. D2A
PXP I4. PXP TzC 34· D.1T+
C5R 15. AXA H.1C 3.~. TXTl-
RXA !h. C4D RXT 31). 1Jc;C-t·
C3D 17. DzA Abandonan.
111
NUMERO 39
Partida lngelmo- Samisch.

La partida habría podido ser interesante si Sami~ch no hubiese es-


tado tan apurado de tiempo, pues él jugó la primera fase con mucha
inteligencia y explotó a fondo una ligera debilidad del ala de dama
enemiga. Ingelmo, viendo que perdería en un final tranquilo, sacrificó
aún dos peones para complicar la posición. En efecto, como Samisth no
disponía de tiempo para reflexionar, cometió una serie de faltas
(26.. P4CD!, en vez de 26 .. P4D; 27 .. DXP en vez de 27 .. AXP;
Z9 .. T1AR, en vez de Z9 .. T3T?).

ESPAÑOLA.-DEFENSA STEINITZ DIFERIDA

BLANCAS NEGRAS TrA rg. DzD


Ingebno Samiscb C3A 20. P3T
TrR 2!. P4TD
P4R I. P4R P4TR 22. PsT
C3AR 2. C3AD C2D 23. AXPT
AsC 3· P3TD I'sT 24. PXP
A4T 4· P3D C4T 25. A2A
P3AD 5· A2D C4A 26. P4D
P4D 6. P3CR P6R 27. AXP
0-0 7· AzC CsR 28. Du\
AsCR 8. P3A DXP 29. T3T?
A:;R g. C:;T TXP JO. DXT
PJ'i'R JO. CzA DXT+ JI. R2T
A3C Il. Du\ TrAD J2. D3D
AXC+ !2. RXA CGC 33· CrC
CzT IJ. TrR DsC .H· T:;C
CzD q. RrC DzR 35- e-, A
P4AR I'j. PXPD C4T .'1h. TfiC
PXP 16. P4A A2A 37· Pierde por
PsR 17. A3R tiempo.
C3C !8. CzR

112
NUMERO 40
Partida Fuentes - Kocher.
Fuent~! no tuvo un día afortunado. Después de un buen planteo,
tuvo la idea original, pero no ~n armonía con la posición de tomar en
zD con la dama y dos jugadas despufs olvidó que las negras podían
s~ncillamente avamar su peón de rey y obtener al menos una part:da
igual. A continuación, para complicar el juego, sacrificó un peón, lo
que habla podido ser pdigroso si las negra; 'e hubic,en arri~sgado en
la jugada 3.í a tomar también el per'm TR. Pero Kocher estaba tYiden-
temente mur satisfecho con las tablas, y as! '"' acordó.

DEFENSA FRANCES.\.·-VARIAN'I'E TARR.~SCI-I

BLANCAS NEGRAS AXC 20. D4C


Fuentes Kocher D;R 21. D2D
D.sCR 22. A1-A
i'+R I. P3R T3AR 23. TD1A
P4D 2. P4D T3CH 24. T2AR
CD2D .'l· C3AR TrR 25- AsR
PsR 4· ClbD P4TR 26. D2R
A3D ,). P4AD D4CR 27- D2D
PJAD 6. C3AD DsC 28. DzR
CRzR 7- PXP D4C 29. D2D
PXP R. A5CD DsC 30. T3AD
O-O 9· AXC P5T JI. P3TR
DXA(?) ro. O-O DsR .'l2. T3R
D3R TI. P4-AR D8C+ :l3· TrR
PXP a. p 12. DXP D7T 34-- D4-A
P4-AR IJ. P4R: AsR 35· RzT (?)
PDXP I4-. CDXP D4D _10. TrCH
DsA rs. A3R f)¡I) 37- TrR
A.'iCD r6. P3TD D4D :JR. TrCR
AXC 17. CXA DrD 39· TrR
A3R r8. DXPCD D4D 40. TICH
C4D rg. cxc DrD 41. Tablas.

& 1.13
NUMERO 41
Partida Brinckmann • Navarro.
Aunque el cambio en 4D 110 sea recomendable, las negras no debfa~
sin embargo, perder en tan ¡oocas jugadas. El movimiento que pierd'
~s 8.. C~T ?, en vez ud cual (¡,,¡,h que jn~a¡· 8.. 0-0; 9. PsR, CIR, etc.
con una partida dificil, pero rlefendible.

VIENESA

I3LANC.':..S N E(.~ HAS A:¡C ¡. .:\:21~

Brinckmann Navarro 0--0--0 8. (4T?


AXA f). DXA
P.~R l. C3AH C5D! 10. DrD
c,,\D 2. P4R PsR 1 r. A3R
C.? A ,. C3A P.JCR J2. PXP
P4D -1· PXP DXP I,3. 0-··Ü
CXP 5· cxc PXC 14. D5T
DXC n. P::~D TrC '1'5- Abandonan.

NUMERO 42
Partida Sonz • Pérez.

Una bueml partida posicional de Sanz, cuyo planteo es conocido des·


de el segundo match Alekhine-Euwc. Sohre todo, la realización de la
ventaja de un peón demu~stra ttna gran tenacidad, así como una apre·
ciab:e habilidad técnica.
INGLESA

BLANCAS NEGRAS P4D J. C3AH.


Sanz Pérez C3AR 4- P4AD
PXPD 5- CXP
P4AD r. P3R P3CR 6. PXPD
C.1AD 2. P4D cxc 7· DXC
114
DXPD 8. DXD 1'81:{ 39· RsA
CXD 9· AsC+ T8A-l .J-O. H4C
AzD IO. AXA+ T8H. 4-I. R4A
RXA II. R2R l'4TR 42- :PXP
AzC 12. TrD p)(p 43· TsC
R3R IJ. CzD P4R+ 44· H3A
TRrD 14. C.~CD T8A+ 45· R3R
P3CD rs. P4R TSTD 4-fi. T8CD
C.sC 16. AzD T6T+ 47· R2A
C6D Ij. .1\:>,A R4CR 4b . TSAR
AXA 18. PXA RsC 49· TsAR
CsA+ 19. R3A T4TD so. R2C
I4R 20. C4D PsTR SI. R2T
TDrAD 2!. TDrAD P6TR 52- RrC
C3R 22. RJR T8T+ 53· R2T
P4CR 2J. P3AR T¡T+ 5+· R.C
TsA 24- P3CR R6C 55· TsC--t-
ex e 25. PXC+ RsA sG. TsT
T(rD)XP zl). TXT(sD) T6TD 57· RzA
TXT(8A) 27. P4AR+ RXP ss. T:-;T+
PXP+ 28. PXP+ R4A 59- RrA
R3R 2'). PsA+ PsR 6o. RzA
R3A 10- T¡D R4R 6r. R:A
T¡AD .~r. TXPT RsD 6z. R:.:A
TXPT J2. T7CD T6A+ hJ. RzR
TXP.T JJ. TXPC+ T6R-I- 64. H:A
R2C J4· T¡C R6D fis. TSTR
R3A 35- T6C+ TfiA-1- ó6. lhR
P3R J6. R4A R6R 6¡. T¡TR
T¡A+ .'l7· R>C RsAR 68 . T¡CR
T8AR :j8. R4C Abandonan.

115
1 Pérez Pomar o
'J, Navarro Sauz J/s
o Kocher Briocki:lann 1
"11 Medina Fuentes 1'

1 Keres Agustín o·'·


o Samisch Gomez 1
o Nicolás Ingelmo 1
AL0'<"0 <les~'!""··

NUMERO 43
Partida Meclina • Fu~nte5.
Una partida jugada por ambas partes con eucamizamiento, hasta
el último peón, lo que la hace simpática, pero eu la que algm10s puntos
t&:nicos aparecen poco daros. Habiendo obteniclo una posición difícil
a. consecuencia de la· jugada inferior novena (era preciso jugar 9. A3D.)
Medina decidió un sacrificio de pe6n que su adversario no tenía, por-
qué rehusllr. (17 .. AXPA; 18. TrAD, P4AR.; 19. CsCD, P3TD, etc.).
Es cierto que en otra ocasión el negro aceptó el peón, pero fué para
devolverlo sin ningún motivo, pues podía ser fácilmente defcndidQ,
Dtspués de fallar estas oportunidade•, todas las tentativas de vencer por
parte de las negrns, se revelaron ineficaces.
CONTRAATAQUE PETROF!'

BLANCAS NEGRAS P.¡.D :;. PXP


Medina Fuentes PsR CsR
.¡..
DXP 5· P4.D
P4R l. P4R PXP a. J-i. 6. C.>(P
C3AR 2. C3AR C3A 7· C.3AD
119
D4AR 8. A2R T3--2R 39· T6D
A3R 9· C4AR T3R 40. T2D
TrD IO. A 3D R2T 4L Tr-zA
D4R+ IJ. DzR TSR+ 42. RzA
AsCR 12. P3AR TI-·JR 43· T7D
DXD+ 13- C4XD T2R 44· T2--2D
ArAD 14. AsCR T8--sR 4.'Í· TXT
A2R 15. 0-0-0 TXT 46. T6D
0-0 r6. A4AR T7R+ 47- RrC
A.~R J]. P3TD TsR .~8. T4D
TrAD r8. P4CR TSR+ 49· RzT
P3TD rg. CJCR TSTR so. TsD
CsD 20. AXP+ TsT 5I. A3R
CXA 2I. TXC T6T 52. A4A
p,! . !.,.D
. 22. TrD T_~T 53· A2D
C4CR 23· C~D T7T 54· P4TD
AXC 24. TXA PXP 5.'í. A4A
CXPA 2_<¡. CsA TsT .=;6. AJR
JJ.,,A zfi. P~CR TST 57· T~TT)
CXPC 27. CXPC 1-'úT ss. TXP
AXC 28. AXC TXP 59· TXPT
T~A 29. TICR P4A 6o. T6AD
'T'TR 30. P4TR TsT 6r. R_>T
P_oA 31. P:~A T5R (i2. A4D
T_1--~R ~2. T7D AXA 63. PXA
?4-CD .''n· RrD TXP 64 . R4C
ThA 34· TrAR R2C 6r;. TXP
P3A 35- A4A TXT 66. RXT
RrC 36. PsT R3A (Y¡. RsD
Tr--2R 37- TSD+ Tablas.
TrR 38. T7D

120
NUMERO 44
Partida Nicolás - lnge!mo.

Las blancas, en una variante de cambios de la Caro-Kann, obtuvie-


ron una posici6n superior que no utilizaron al máximum. No obst¡¡ntr,
después del movimiento 15 de las negras, pudieron por 16. P 4CD (en
vez de 16. P4AR? ?, que pierde la calidad y la partida), conseguir una
parlida perfectamente jugable.

DEFENS.~ CARO·KA..'I"N'.-A'I'AQUE PANOFF

BLA.NCAS NEGHAS DzR 17- CXT


Nicolás lngeJmo DXC 18. AJAR
P4CD 19. AXA
P4R l. P.1AD PAXA 20. D4CR
P4D ;¡, P4D DIR 21. PsA
PXP J. PXP T2A 22. P6A
P4AD 4· C1AR T2AR 23. TsA
C3AD s. P3R D3H 24. TDrA
C.~ A 6. AzR P3C 25 . DsC
.t\4A. 7- P3TD P4TD 26. TXPD
PsA 8. 0-0 PsC 27. PXP
A~D g, e,A PXP z8. AXP
P3TD IO. A2D CXA 29. TSD+
O-O II. CrH. TIA JO, TXT+
TrA !2. P4A RXT 31. D6T+
AxCD 13. c,A RIR 32. P7A+
CsR J4. cxc DXP 3.3· TXD
AXC rs. CsC RXT 34· DXP+
l'4A? r6. GiR Abandonan.

121
NUMERO 45
Partida Somi1c:h • Gómez.

No habiendo obtenido después del planteo m:l.s que una posiclÓII


que podía entablar bien, aunque las negras tengan algo más de juego,
Sarnisch continuó moviendo sus piezas sin ningún p!an hasta el momento
en que dejó· abandonado un peón. La posición final en que p,erdió por
tiempo debe ganarse por las negras, pero no fácilmente, siendo claro
que el blanco debiera jug-<~r 40. T7D.

!:m DAMA.--DliFENSA ORTODOXA

BLANCAS ::-.JECHAS TzA .lO. TlirD


Samisch Gómez T(IR)IAD 21. AsD
C3A 22. AXC
P4D !. 1-\tD TXA 23. TXT
P4AD 2. P3R TXT 24· C4D
C3AD 3· C3AR TzA 25- AIT
Ase 4· AzR P3T 26. P4TR
P3R .í. CD2D RzT 27. RzC
C3AR 6. 0-0 Ase 28. D3D
TrA 1· p_,A T2D 2C). TrAD
A~D 8. PXP TrD ;¡o. DzA
AXP 9· C4D CsR 3!. D7A
A4AR 10. CXA TzD 32. D4A
PXC II. P3CD A6T 33· TzA
0-0 12. AzC C3D 34· D3A
TrR n. C3A C:;R 35· CXP
DzR Lt- A;C C>~D _16. CXD
P•CH l_í. P4A AXC 37· TXC
PXP JÓ. AXP A3A ,38. TIA
CsR J¡. P,,CR AXA _1>). TXA
P.1TD 18. D2R Pierde por tiempo.
.ViT· IQ. TDrA

122
NUMERO 46
Partida Kocher - Brinc:kmonn.

Después de un planteo muy débilmente jugado (6. P,3TD y 8. P.)AD),


las blancas, en su jugada 14, cometen un error y sólo por suerte no pier-
den una pieza. Pero la situación de su n·y e~tá irremisiblemente com·
prometida; y Brinckmann explota enérgicamente esta debilidad. La fuer·
ra de su jugada 13 estriba en que después de 20. AXA, A7T+ ;
li. RXA, DXT las blancas no pueden imptdir la cntra<b. ~e la torre
en :~R. El ataque final es Ucil.

PEON DE DAMA

BLANCAS NEGHAS TrR ¡(). P4AR


Korber Brinckmann P4CR 17~ 0-0
· PXP l8. AXP
P.m l. P4D AXC 1 (). TDIRl
C3AR J.. C3AD RzC 20. D3R
P3R :;. A5C AXA 2:1. TXA
CD2D 4- C3AR D2R ~2. TDTAR
P.~TR o;. L\4T A3R :l.1. D.tD+
P3TD tí. P3R RIC 2Lf. TI--."oA
A3D 7· A3D D2D 25. T3C+
P-;A 8. P4R R1A -~6. D7C+
PXP '). CXP R2R 27. D6A+
D4T+ TO. P.1A RIL\ 2R. DXPT+
ex e Il. AXC íbR 2<). D6A+
0-0 12. A3C RIA JO. A7T
D2A TJ. DzR Dim·+ :1 J. TrA
P4R? q .. PXP Abandonan.
CXP J 5- cxc
123
NUMERO 47
Partida Pérez - Pomar

Pomar jugó el planteo en forma satidactoria y podía obtener una


partida equilibrada continuando por 15 .. A3CD. Si 16. AzAD enton-
ces 16.. C5D y sí 16. A3D seguiría 16.. P3TR; 17. D4TR, D.lR, etc.
Evidentemente, al jugar 15 .. A3D no se dió cuenta del sacrificio del
cambio en el movimiento 17, después del cual su posición no era ya
defendible.
OOLLE

BLANCAS NEGRAS C4R 12. ex e


Pérez Pomar AXC Ij. D3D
TID I4. DzA
P,~D I. P4D D4A I5. A3D?
C3AR 2. C3AR AXP+ r6. RXA
P3R :;. P3R TXA I7. A3R
A3D ·~· P4A D3D+ r8. RrC
P3A _.;, C3AD CsC rg. A4A
CDzD 6. A3D DXA 20. DXT
O-O .,,. O-O DXP+ 21. RrT
DzR 8. TIR DsT+ 2'' RrC
P4R 9· P4H D7T+ 2j. Rr,\
I 1 JXPA ro. AXP DST+ 24. Abandonan.
PXP Il. DXP

NUMERO 48
Partida Navarro - Sanz.

Es de toda evidencia que a consecuencia de tal especie de "gambito"


de pura fantasía, las negras tuvieron una partida ganada después de una

124
docena de jugadas; pero, por desdicha, en vez de desarrollarse (.. P 3R)
comenzaron a combinar. La primera combinación (j!!gada 13) las enes·
ta un peón, pero las deja una buena posicifm. Más desgraciada fué la
1egunda (jugada 20), que las costó aún otro ¡w(,n, con una simplifica-
ción desventajosa, después de Jo cual tuvieron que luchar por las ta-
bias, lo que consiguieron no sin la ayuda del contrario.

CONTRAGAMJl!TO DEL CEi,"rRO

BLANCAS NEG:RAS UXD 23. PXD


Navarro Sanz PXP 24-· C2R
H.XP zs. TH.rC+
P4R [. P4D R3A 2Ó. P4A
PsR 2. P4AD AzA 27. AzC
P14D 3· PXP A3R ::>8. RrC
P4AR 4· D4T+ TDrD zg. AXP
D2D 5· D:;C AXPC 30. Tu\D
A3D (), C3AD A3C _"l,L T3C
P3TD "¡o C3T A3R _12. A7C
C3A 8. A4A T7D 3.). AXP
0--0 '). AsR Tr--r D _-;..::& T6A
P3T 10. C4A TSD-1-- ·;_s. CrA
RzT 11. P4TR T3D 1(). TXT
CsC 12. C6R TXT 37· A3D
TxC IJ. P4A AsD :;S. C2R
PXP a. p.q. PCXP A7A 39· T3A
CXA r5· PXC ASR .J.O. CrAD
AXP r6. 0-0---0 A4D 4I. TrA
P3A 17. A3T A7D 42. RzA
D2AR r8. P4R AXC 'o TXA
'"r.i•
PXPD rg. PXPD AsR 44· TrD
C3A 20. CsC+ T3A+ ·t5. R3C
PXC 2I. PXP P4CR 46. Tablas.
R3C 22. Pxc
125
NUMERO 49
Partido Keres - De Agustín.

No habiendo elegido Keres la variante teórica que es; 9· CXPR,


D4C; 10. AXPA+, R2R; 11. P4D, DXPC; 1:1. T1AR. A6T;
13. A4AD, obtuvo una posición en que era de temer un ataque contra
su rey, por lo que prefirió sacrificar inmediatamente el peón del gam-
bito para llegar a un final de torres ligeramente snperior. La en que
Kercs supo explotar su ligera ventaja -el peón central aislado-, a
pesar de la defensa obstinada de su adversario, hacen de esta partida
uno de los mejores finales del torneo, <¡ue todo aficionado puede estu•
diar con !>rovecho.

CON'TR.M1AMlllTO D~~L PEON DE DAMA

BLANCAS ¡·~EGH1\S P3TD r¡. l'.1AD


Keres Agustín D4R 1fL D2D
P4D IC). TDif)
P4R l. P4R A3D 20. P4AR
C3AR 2. P4D DzR 2I. PXP
PXP .). P5R TRrR 22. I'uA
OzR 4· C3AR DsR 2J.P3CR
P3D 5- DXP P:11TR 24-D3D
CR2D 6. AzR DXD 25. TXD
CXP 7- 0-0 T7R 2(i A4D
Cr--v\D 8. DlTI> P3AR 27- TzA
AzD 9· C3A TDrR 28. RzC
CXC+ JO. AXC R2D 29. R3A
C4R II. D.~AR T8R JO. A3A
0--0--0 J:2. A:¡R T8AD JI. A4D
CXA+ f.). DXC A4A 32. AXA
A3A !4. C5D TXA 33· TA2D
AXC 15. DXA R3D 34· PA.TR
D3R r6. DsTD P4A 35· T4D
126
P3CR 36. P3T TXTA 49· TXT
TSR 37· T4--3D R3D so. R3R
P4TD 38. P4T T8D SI. RzR
TsR 39· P3C T8CR 52. T3R
TsC 40. TzR R4A 53· R2A
TXPD 4I. T3R TSCD 54· T6R
R3A 42. T6R+ T7C+ 55· RIA
T:;D 43· T6--3R TXP s6. TXP
TCsD 44· TzA+ P4C 57· PXP
R2D .4.5· RzR PXP si< • TsC
P3A .J-6. TsA . PsT 59· TXPT
T7D+ 47· H3A P6T f.o. TXP-i-
T.'l--f>D 4H. Ts--3A RsC 61. Abandonan

127
'/, Gómez Nicolás 'J,
o Agustln Samlsch 1
o Fuentes Keres 1
1/
'l. Brlnckmann Medina
1 Sanz Kocher o"
•¡, Pomar Navarro •¡,
1 Alonso Pérez o
TNGELMO descansa

NUMERO 50
Partida Pomar - Navarro.

Es evidente que la posición de Pomar, después de la jugada 15, era


bien poco envidiable, y en la jugada 18, las negras, cambiando de da-
mas, le obligaban a tornar con el rey, que había quedado muy mal si-
tuado en el centro. Pero aun como se jugó no se apercibe, porque las
negras no tomaron en la jugada 22 el PCD, lo que debería haberles
llevado a la victoria. N o es, pues, el juego de Pomar, lo que impre-
siona en esta partida, sino sus cualidades combativas. Tener desde el co-
mienzo una partida inferior y anularla en la jugada so, demuestra una
fuerza de voluntad verdaderamente sorprendente en un niño.

DEFENSA HOLANDESA

BLANCAS NEGHAS C3AD 3· C3AR


Pomar Navarro AS(; 4· A2R
AXC 5· AXA
P4D I. P3R P3R 6. O-O
P4AD 2. P4AR A3D ., P3D
1'

131
DzA 8. P3CR TXT 2g. DXT
P4AR 9· P3AD R1T JO. AXC
C3AR 10. CzD PXA JI. D6D
0-0 11. P4R DzR 32. DXD
PAXI' 12. PXP AXD 33· AsD
PXP 13· CXP RzT J4· A7A
ex e 14. AXC A3D 35· RzA
P4R 15. PsA P4TD 36. RJA
AzR r6. D5T ArC Ji· P4TR
A3A 17. P4CR AzA 38. PsC
DzA r8. D3T PXP 39· PXP
P3TR 19. A3R ArC 40. R4-C
D5A 20. DzCR A4R 41. R3A
TDrD 2L TDrD A2A 42· R4-R
CzR 22. DzAD? AIC 43· AsT
P3CD 2J. P3CD A2A 44- RsD
DzA 24. TXT ArD 45· H6A
TXT 25. TrD RrC 46. P6A
CiD z6. ArA PXP 47· PXP
RzT 27. PJTD P6A 48. P¡A+
CsA 2~. P4A R1A 4q. Tablas.

NUMERO 51
Partido Alonso - Pérez.

Una jornada desgraciada para Pérez, que no tuvo en toda la partida


ni pizca de fortuna. Después de un planteo defectuoso, emprendió UIJa
acción sin porvenir que comprometió aun con una chambonada. Pues
a lo menos era preciso tomar a PD en la jugada 11, con lo que luego'
el PTD podía ser defendido. Despué' de la pérdida de este peón, la
partida se derrumba como un ca.stillo de naipes.

132
DEFENSA HOLANDESA

BLANCAS NEGHAS AXC 14. V~CD


Alonso Pérez DzA 15. TXA
CR4D 16. P4R
P4D l. P3R C6R I"f. T3A
P4AD 2. P4AR P4CD r8. T1TD
P3CR -'· C.1AR Cs>CPA 1(_). AXC
C3AR 4· A2R CXA 20. D.tT
A2C 5- 0-·Ü CXT 2!. T:1T
O-O G. PJD P4TR 22. AXC
C3AD 7- DrH D4T 23. A1A
AzD 8. C:1A DfiA 24. DIR
TrC <). P,J.TD P:;A 25. PDXP
P3TD IO. P5T P6D 26. PXP
PsD Il. C4TD PXP 27. DrA
CsCD ¡·> ArD TRIA 28. Abandonan
DXP q. C2D

NUMERO 52
Partida Sanz - Kocher.

lJna defensa ortodoxa en la que Kocher, en una posición dificil,


deja abandonado m1 peón. El resto no merrce más comentarios, como
no sea el hecho de que Sanz haya permitido a su contrario hacer una
nueva dama, de lo que no tenía necesidad alguna en este final de torres.
Pero de todos modos, el resultado estaba decidido ya.

INGLESA

BLANCAS NEGRAS P4D J. P4D


Sanz Kocher C3AR 4· P3R
Ase s. CDzD
P4AD l. C3AR PXP 6. PRXP
C3AD 2. P.1AD P.,R 7· A 3D
133
a.. 3D 8. 0--0 P4CD 32. P4TD
fDrA g. TRrR TsR 33· TXT
ArC ro. P3TD PXT+ 34· RXP
)-0 II. D2A PXP 35· RsD
P3TD I2. CsR R2R J6. R6A
CXPD IJ. D4T PsC 3"',. P4A
AXC I4· TXA P4A · 3~. PsA
C3A I.'). TsC P6A 39· R7C
i\4T r6. D4TR PsA 40. PGA
A3C Ij. AXA PGC .j.I. P7A
PTXA 18. T3C PXPA 42· P8A=D
C4T Ig. TsC I'8A=D 43· D7A+
C4R 20. C3A R.>R .¡4. DGA+
CXC+ 2l. PXC R4R 45· DsA+
TsA .22. P4A RsR ~6. D7R+
P4R ~'
--'1· T4C R6D 47· D3T+
CXP 24. AXC R7D 48. D3A+
DXD 25. TXD R8D 49· D4D+
TXA 26. TXT RSR so. D4C+
PXT 27. RzC R7A 51. D4D+
TrR 28. R.> A R7C 52. DXP7C+
EtC 29. TrD RST 53· P4T
T.tR .'lO· T4D D7C 54- Abandonan
RrA JI. T4C

NUMERO 53
Partida Brinckmann - Medina,

Medina dejó escapar una victoria muy clara en esta partida. Habien-
do obtenido una ligera superioridad de posición, gracias a la manerá
indolente de tratar el planteo por parte de su contrario, supo apiolar
la débil jugada rs. P4CD, estableciendo una fuerte presión contra sAJ).

134
Después de la jugada JO del blanco, debió tomar la torre con el peón,
forzando la continuación 31. A1D, P7AD; 32. AXP, TXA; 33· T7TD,
PóR, y ganan. Tal como jugó Brinckmann consiguió casi de núlagro
salvar el medio punto.
DEFENSA SILICIANA

BLANCAS NEGRAS D4D+ 21. HrC


Brinckmann Medina PsA 22. D4A
PXI-' 2J. PTXP
F'4R r. P4AD TRJJ_) 24. TzD--:.::A
C3AR 2. P3D RrA 2.'j. nxn
P4D -'· PXP TXD 2h. P4R
CXP 4- C3AR T4TD "'~
-1· PsD
C3AD 5· P3CI~ TXI-'T 28. PsR
A2R 6. A2C PfiC 2<). TXP
A3R 7- C3A TXT JO. TXT?
DzD? 8. 0-0 T7T 3L P6R
P3A 9· P4D TXA J2. TSA+
PXP IO. CXP ArD 33- TXA+
CRXC IT. PXC RzR 34- T7D+
cxc I2. PXC R1A 35· T7AR+
P3A I.'\. D4T R3C 36. Tv\
0-0 14. TID TSC+ 37· RzC
P4CD? rs. D6T P7C 38. P7R
TDL-\ J6. A2C TSR 39· T3C
P4AR 17. P4TD TXP 40. TXP
PsC r8. TDrA TzD 4!. TzT
A4D rg. TzD Tahl<1,;.
AXA 20. RXA

NUMERO 54
Partida Gómez • Nico16s.
La historia de esta partida se cuenta pronto. Después de algunas pe-
ripecias mb tumultuosas que instructivas, las negras se dejaron aban-

135
donado un caballo en la jugada JO, a lo que respondieron las blancas
dejándose en la jugada 30 abandonada una torre. Aquí la partida deb!a
ser ganada por las negras de diferente5 maneras, siendo la más sen·
cilla !levar la torre a séptima en la jugada 55 y avanzar el peón. Pero
aun el negro encontró el medio de entablar el juego.

DE DAMA.-DEFENSA ORTODOXA

m,,\NCAS NEGRAS D7A 25. Tu\R


GDmez Nicolás D2A 26. DrD
TrD 27. D4T
P4D !. P4D D2D 28. D4CR
C3AR 2. C3AR P3CR 29- P4R
P4A 3· P3R RrA JO. TDrD?
Ase 4· AzR PXC ,"'T, DsT
C3A 5· P3A D2R 32. TXT-+
P3R 6. CD2D DXT 33· TrD
DzA 7- P3TD T7D?? 34· D6T+
PXP 8. CXP R2R 35· DXT
AXA <J. DXA DXD 36. TXD
AzR 10. 0-0 PXP 37· TzR
0---0 JI. TrD R3R 38. TXP
TRrD T2. cxc AzR 39· P4A
DXC IJ. P4AD P1A 40. PXP
TnrA '4· PXP PXP 4I. P4TD
CXP 15. Cv\ P4TD 42. RzA
DsT J6.C4D R4D 43· R.1R
P..t.R 17. CsAR A4A+ 44· R3D
T7A r8. D3D AsD 45. T4T
A_>A 19. P3CD P4C 46. PXP
D3A 20. D4R R4A 47· TXP
TrAD 21. P3T P1T 48. P6C
DGA 22. AzC RXP 49· R4A
TXA 23. DXC PGT _)0, R3C
DXPC 2.j.. D¡D A7C _'ji. P4C

136
R3A 52. PsC R6A ÓI. TIR
R4D 53- T7AR R7A Ó2. TrCD
PsR 54· P6C P7R 6.). R:;C
R3R 5.<;. TzA PSR=D 64. TXD
P6R s6. T2C RXT 6s. R4A
A2C 57. TzR R7A 66. R5D
A3T 58. P4T RfiA 67. R6R
R4A 59· PsT RsC 68. Tablas.
RsR 6o. RXP

NUMERO 55
Partida De Agustín • Samisch.

Una variante de los dos caballos, que Samis~h conoce muy bien, y
aun si la pifia de la jugada 16, las blancas habrían perdido probable-
mente. pues el P4D estaba envenenado: 16. CRXP, CXC; I]. DXC
(ó CXC, TrD, etc.), D3CR ganaba al menos un peón.

DEFENSA DE LOS DOS CABALLOS.-VARIANTE KRENZER

BLANCAS NEGRAS PXP a. p. ro. AXPD


Agustín Samisch AsCD ll. AzR
AXCR 12. PXA
P4R l. P4R C3C T.). A;.A
C3AR 2. C.1AD DzD q. AzC
A4A 3· C3A TDrD I_"j. D1A
P4D 4· PXP CsAD 16. AXPT
0-0 _"j, A4A C4R 17. D3C
PsR 6. C5CR C3C rS. AsC
A4A 7· O-O A:;D Ig. P4A
P3TR 8. C3T D4A 20. D3D
CDzD g. P4D DXD 2 r. PXD
137
T::!D n. P5A PX::P 31. CXP
C4R 2J.AXC T7R J2. P4TD
PXA 24. TDrD RzT 33· PsT
P3TD 25. P3C CzD 34· T4A
TzR zG. C4R /\4R 35· CXPC
CzD ,~

-1· TrA ArC j6. T4T+


A4R 28. TRrD IhC 37· T1CR
AsD+ 29. RrT TrA J8. A.~A+
C3C .10. P()D Abandonan.

NUMERO 56

Partida Fuentes - Keret.

Una partida importante, por ser Fuentes el único jugador que po-
día ser peligroso para Keres, por su scnre. D~sgraciadamente, éste dió
pruebas de falta de decisión en la apertura. Especialmente cuando se
juega d Ruy López, hay que resolverse eventualmente a aceptar el sa-
crific;o de peón después de 8. P3AD, P4D, o bien jugar tranquila-
mente 8. P3D, lo que da 11na partida sólida y sin peligro, mientras q~
es claro que con una pérdida de tiempo como 8. PsTR, las blancas no
pueden contar con ninguna especie de iniciativa. En la jugada u, las
blancas deb¡an jugar inmediatamente P4D, pues en la siguiente sedn
prácticamente forzados a hacerlo (si 12. CD2D entonces 12.. CsAR
amenazando el PD y también D3CR). Por el contrario, 13. CDzD no
sirve para nada y hubiera sído mejor reemplazarlo simplemente por
13. PXP, seguido de C3AD. Tampoco el juego de Keres es perfec-
tamente exacto (ver su jugada 17), pero basta para explotar la debilidad
del PD. Después del avance de éste a sD, su suerte, y en consecuencia
la de la partida, queda decidida.

138
ESPAÑOLA.-VARIANTE .CERRADA DE LA DEFENSA MOZPRY
BLANCAS ~EC~HAS CsCR I5. TIAR
Fuentes K eres ClAR l (,,C4TD
C3CR I{. D3AD
l'4R I,P4R PsD 18. D2D
C3AR 2.C3AD AzA !{). TRrR
1\sC ~. P3TD CsA 20. AsCD
A4T -~· C3AH. TXT-i 21". TXT
0.--0 5· A2R C3R 22. CsA
TIR 6. P4CD P3TD 23. A4AD
A3C ¡. 0-0 C4CR 24. ex e
P3TR 8. A2C PXC 2_rí. DXPD
P3AD <). P4D DXD ~~6. TSR+
PXP 10. CXPD H.zT 27. AXD
F3D lL D3D AXP+ .~8. RIT
P4D L1. PXP t\sAR 29. A 3D+
CDzD 1.). C3A Abandonan
PXP 1 L TTbR

139
,,o,, Navarro
Kocher
Alonso
Pomar '/,
1 Medina Sanz o
1 K eres Brlnckmann o
o Samisch Fuentes 1
o Nicolás Agustín 1
1 lngelmo Gómez o
PEREZ descansa

NUMERO 5I
Partida Keres - Brinckmar.n.

En un planteo cuyas posibilidades están lejos de ha.ber sido exami-


nadas a fondo (es interesante. por ejemplo, 8.. PsD y sí 9. PXP, en-
tonces AsCR 1?), Brinckmann procedió de un modo muy simplista, pri-
vándose sin razón alguna de sus dos alfiles. Por lo menos habría debido
en la jugada I2 ensayar (4TD, a fin de cambiar el AR blanco, o bien
proteger su centro de peonea por P4AD. El sacrificio de peón en la
jugada 19 es un acto de desesperación en una situación francamente
mala.. F.n suma, una victoria fácil para Keres.

ESPAÑOJ..\.-ATAQUF. WORALL

BLANCAS N.EGHAS A4T .¡.. C3A


Keres Brinckmann O-O 5· A2H.
DzR G. P4CD
P4R r. P4R A3C 7· O-O
C3AR 2. C3AD P3A 8. P4D
AsC 3· P3TD P3D 9· AsCR
143
P3TR !O. AXC AsD 25. CXP
DXA rr. PsD AXC ::z6. CXT
D2R 12. C::eD? AXC ::eJ. TrD
AsD IJ. C::eD--rC A3A z8. TXP
P4-AR 14· A3A AXA 29. RXA
PXPR rs. AXP C3A 30. T2C
DsT ró. P3C A6A 3!. TrC
D3A 17. D::eR CsD J::e. D4H.
P4TD 18. PXPT DXP+ 33· R3T
TXP Ig. A2C? C6A 34· DsD+
D2A 20. T2T RrT 35· TrTR
PXP 2I. CsC C4C+ J6. R4T
A4A 22. C2D D4AH 37· P4C
A2D 23. P4A D7A+ 38. RsT
PXP 24. C3AD C6T 39· Aband(man

NUMERO 58
Partido Nicolás- De Agustín

Ya 6. P4AR no es bueno, pero l:l. P3TR? compromete muy grave-


mente la partida, pues aun sin el error de la jugada n, que permite
un ataque fácil, las blancas no podían mantener la casilla 4D. Por
ejemplo u. CXP, A4AD, y sí ahora 12. C3CD, entonces 12.. AXC;
13. CXA, CXC y C7AR, ganando un peón. De Agustín aprovechó
enérgicamente los errores del adversario.

CARo-KANN

BLANCAS NEGRAS PsR 3· A4A


Nicolás Agustín A3D 4· AXA
DXA 5· P3R
P4R I. P3AD P4AR 6. C3TR
P4D 2. P4D C3AR 7· D3C
144
P3TR? 8. P4AD TzR rh. CXPA
P3AD 9· C3AD T3R 17. CXPC
CD2D 10. PXP T3D 18. CsA
PXP? 11. CsC T3A I9. D7R+
D3C 1" D3T R2A 20. D6D+
TIAR 13. C6D+ RID 21. C6R+
RID J4. C4AH RxR 22. D7R++
TrR ¡ .'i· TTAD

NUMERO 59
Partida Somisch - Fuentes.

Una partida original jugada por Fuentes con mucho temperamento,


aunque no muy sólidamente. Ya la maniobra para desarrollar su TD
está lejos de ser banal, y merece ser notada. Menos convincente oes el
ataque comenzado por el salto de dama a 6T, pues el blanco podía muy
bien, y sin peligro, en la jugada 23, en vez de hacer C3R, capturar el
PCD con el alfil, rechazando la torre a 1TD. Pero aun después de la
captura del PT, debida según su propia confesión, a una alucinación,
Samisch ha obtenido, gracias al sacrificio momentáneo de pieza, buenas
probabilidades de tablas a lo menos. Podía, por ejemplo, en vez de to-
mar el peón con jaque en la jugada 31, hacer JI. PsR y si 31.. A2CR
entonces J2. DXP, DsR+; 33. T2CR, etc. Y todavía en la jugada 32
tenía el recurso 32. TzR, lo que .seguido de 33. P3R, reganaba la pieza.
Pero... quem Dem {Jeroere vult......

DEFENSA JNDIA DE DAMA

BLANCAS :\fEGRAS C:;AR 3· PjCD


Samisch Fuentes P3CR ~· A::C
A2C 5· A2H
P4D J. C,;AH 0-0 c•. 0--0
P4AD -· l'JR C3AD 1· Csl~

10 145
cxc 8. AXC DzR 22. P4CR
A4AR 9· P3D C3R? 2J. P4TR
D2D lO. P4TD RrT PsC
:.!4.
TRrD [[. CDzD P4A 25. C6A
TDrA 12.P5TD ArC .26. PsT
A3R IJ. T4TD DzC 2",. T4CD
CrR 14. AXA TzA 28. A3A
CXA rs. C3A PXP 29. CXA
P3AR r6. DrA TXC! JO. DXC
AzA !7. P4R DXP+ JI. RzT
P4R 18. D6T PsA? 32. T4R
PsA 19. C2D T2R 33· D3T
PXPC 20. PXP Abandonan
PXP 2I. CXP

NUMERO 60
Partida Medina - Sanz.

El error fundamental cometido por el negro fné decidir el cambio


de dama por dos torres, por temor a la invasión del caballo en 6D, que
era soportable. Pero con el concurso de tres piezas menores la dama
debe prevalecer. El juego de Mcdina en esta partida, de muy buena
clase, es una de sus mejores actuaciones en el torneo de Madrid.

DD"ENSA FRANCESA

BLANCAS NEGRA<:; PXPA 5· C(2R)3AD


Medina Sanz A3D 6. CzD
A4AR 7- CXPA
f-4R r. P3R ~o fl. CXA
P4D 2. P4D DXC <). A2R
PsR 3· P4AD CD2D 10. 0-0
CJ..-\R 4· CzR P4AD II. CsCD

146
D3CD p P3CD P4CD 2<). T.~D
TRrD IJ. A2C C4AD 30. R2T
TDrAD 14. TDrAD AsR 3i. P4CR
P3TD 15. PXPAD D3CR J2. CsR
CXPA 16. C4D D3AR 33· P4AH
A3C I]. D2AD P4TD 34· A3AD
P3TR 18. A3T PsC 35· i'uD
C6D rg. DXT D2R 36. TrAD
TXD 20. TXT+ AIT 37· T(4D)4AD
R2T 21. T2AD DzC Jzi. TrCH
CR4D 22. TrD CsR 39- C3AR
D3AR 23. TrAR C3D 40. TRrAR
D4CR 24. AXC CXT 4!. PXC
P><A 25. C3AR D:;A 42. R3C
D4TR 26. T4AD DXPA 43· TrTD
C3AR 2/. P3TR D4D 44· CrR
CsH 2il. A2C P4CR 45· Abandonan.

NUMERO 61
Partida lngelmo • Góme:z.

Al igual de la anterior, una muy buena partida por parte de las blan·
ca.s que da una idea real de la clase de los jugadores españoles, cuan·
do dejen de estar impresionados por grandes jugadores extranjero!, y
se han acostumbrado al ambiente de este primer torneo internacional.
En ti planteo lngelmo hizo una jugada nueva (12. C3CD), que aquí $e-
guramente no es lo mejor y no fué por ella por la que ganó la partida,
sino porque supo explotar las ventajas estratégicas de esta variante
<1el Ruy López, y, finalmente, construir un ataque ganador. Importa
hacer notar que en la jugada 42 las negras no pueden tomar con el
PAR, a causa d~ 43· AIAD, R2T; 44. C6CR, ete.

147
ESPAíi:O!.A.-~EitEXSA TSCHIGORI]';

BLANCAS NEGRAS J-'4A Z<). TzD


lngelmo Gómez DzAR 30. C3A
PsD 31. CrD
P4R l. P4R D3C .)2. RzT
C3AR 2. Cy\D TrAR 3.1· AzA
AsC -'~· P3TD TzA 34· DzT
1\4T e¡. C3A TDrAR 35· Tr-zA
0-0 5· AzR RzT j6. DzC
TrR 6. P4CD D4C .'l7· RrC
A3C 7· P3D CsA :;8. HrT
P3A El. C4TD P4TR 39· DzT
A2A 9· P4A PsT 40. DzC
P4D JO. D2A C4T 4!. RrC
CD2D rr. 0-0 PXP 42. PDXP
C3C I 2. CsA TXP 43· A3D
P3TR IJ. PAXI' CsA 44· AXPT
PXP 14. AzD CXA 45· AXD
DzR rs. TRrA T8A+ 46. RzT
A3D 16. P3T CXD 47· TXC
C(3C)zD 17. CzT AXP 48. A4T
CrA r8. CrA A3C 49· A3C
P3CD 19. C4T P6D so. C3R
AzC 20. C3C TSTD SI. T3C
TDrA zr. DrC PsR $2. AXA
ArC 22. C3A TXA 53· P4C
C3R 2}. P3A TrAR 54· CzC
C5A 24- ArAR Tr-8A 55- P4TR
T(rA)rD 25. TzT AzA s6. T3A
DzD 26. ArR A.>R 57· PsC
C(.:;A)4T 27- ex e TGA ss. Abandónan
cxc 28. CzR

148
NUMERO 62
Partida Ko<:her - Pomar.

Las blanca• no aprovecharon la posibilidad que tenlan de ocupar la


casilla 3R, después de lo cual las negra;;, aceptando d riesgo del peón
aislado, lograron un juego desembarazado. Con un desarrollo de poca
iniciativa ¡x>r parte del blanco, se llegó rápidamente a un final igualado,
en el que este bando cometió una pifia que le costó un peón, y justa·
mente en este moment<l Pomar dió la partida por tablas. Evidentemen-
te, el recuerdo de la partida contra Fuentes, que perdió teniendo una ca·
lidad de ventaja, le perturba todavía; pero estos temores infantile~
desaparecerán rápidamente con la edad.

D.E DAMA

BLANCAS NEGRAS P3TR rs. THrR


Kocher Pomar ArC t6. A.v\
D3D 17. TDrD
P4D I.P4D A4D 18. AXA
C3AR 2.C3AR DXA rg. P3T
P3R ]. P3R C3C 20. D2D
A3D 4· P4AD D:¡D 2!. TXT+
P3AD s. C3AD TXT 22. TrR
CD2D 6. PXP T3R 23. TXT
PRXP ¡. A3D DXT 24. DJR
0-0 8. 0-0 AsA 25. DXD
TrR 9· DzA PXD 26. CsR
CrA ro. P3TR C2R 27. P3CR
A3R II. A2D A8A 28. C3D
TrAD 12. P4R i\4C? 29. CsAD
PXP IJ. CXP TabL1s.
cxc 14. AXC

149
NUMERO 63
Partida Navarro - Alonso.

Después de un planteo bastante equilibrado, las blancas debilitaron


su posición con jugadas inútiles de peones, lo que permitió a las ne·
gras obtener un final superior. Sin embargo, no debían haber ganado
tan rápidamente, si el blanco, en vez de cambiar el caballo en 4AR,
hubiese tratado de eliminar el alfil enemigo jugando 23. CrD, seguí·
do cv.,ntualmente de A3R. Tal como fué jugado el final, el movimien·
to 23 de las negras es decisivo, pues sobre JO. TzTD ellas ganan la
partida con JO.. A6AD.

DEFE..'ISA DE LOS DOS CABAU.OS

BLANCAS NEGRAS P3A r8. A2T


Alonso P4CD rg. P4C
Navarro C2C 20. C4T
P4R l. P4R DsD 21. DXD
C3AR 2. C3AD PAXD 22. RzD
A4A 3· C3A TrAD 2J. CsA
C3A 4· A4A AXC 24. PCXA
P3TD 5· P3D C3D 25. TRrCR
P3T 6. A3R RrA 26. T6C
P3D 7· AXA CrR '27· P4TD
PXA 8. P3TR T2A 28. PXP
D3D 9· P3TD PAXP 29. AsD!
P4CR lO. DzD T2CR 30. TXT
C4TR II. CsD RXT 31. TXP
1\2D 12 .P4CR RrA 32. T7T
CsA IJ. ex e C2C 33· T7A+
PCXC 14. D.>A RrC 34· TXP+
P.1A rs. AsD RzT 35· T7A
TrCD r6. D3C Abandonan.
C1D 17. D3A
150
RONDA X
1 Agustín Ingelmo o
1 Fuentn Nicolás o
1 Brlnckmann Samisch o
o Sanz Keres 1
o Pomar Medí na 1
1 Alonso Kocher o
1 Pérez Navarro o
GOMEZ descansa

NUMERO 64
Partida Pérez · Navarro.

Es tan desventajoso como inútil tomar en 4D en la jugada .t., pues


lo correcto es 4· .. AzD. Después, las negras no tienen nada mejor que
hacer que desarrollar las piezas: C3AR, AzR, etc. Y, en fin, después
rle 7··· D3AR !?, ellas habrían debido a lo mmos contraatacar co11
8.. D3CR, seguido de C3AR. El gran enroque da a las blancas un ata·
que. irresistible, pero ya después de 9. P7CD. la posicicín estaba mu••
comprometida.
ESPAÑOLA.-DEFE!\SA STEINITZ

BLANCAS NEGRAS DXP 5· AzD


Pérez Navarro AXC 6. AXA
C3A 7- D3A
P4R I. P4R D3D R. P3TR
C3AR 2. C3AD P4CD g. 0-0-0
Ase J. P3D TrCD IO. D3C
P4D 4. PXP 0-0 11. C3A
153
TIR 12. CsC A3R 2I. P3A
PsC IJ. AzD AXPC 22. PXA
D4D 14. P3C D4D 2J. D2A
D4T 15. RIC DXP+ 24. RrA
A4A rfi. P4TD CSD 2.'). D4T
CsD Ij. C3A T3C 26. Ase
CtD 18. R2C 1'3A+ ..,, R2D
~,.

C6A J r¡. TIT D6A+ 28. Abandonan


D4A 20. CrR

NUMERO 65
Partida Alonso - Kocher.

En una posición bastante complicada de la Francesa, las blancas


hacen una combinación que fuerza la nulidad, pero las negras eviden-
temente cortas de tiempo, creyendo poder evitarlo, hacen una jugada
que las coloca en posición de recibir mate en tres jugadas (por 27. DBT !).
En la forma en que jugó su contrario, aún tenía el negro posibilidad
de resistencia con 27.. .RrR, pero en vez de hacerlo se dejaron matar.
En suma, un final debido a la falta de tiempo.

DEFENSA FRANCESA
BLANCAS NEGRAS P4A 8. P4AR
Alonso Kocber D3T 9· P3TD
A.>D ro. P4AD
P4R l. P3R PXP II. CXP
P4D :!. P4D 0--0--0 12. A2D
C3AD J. C3AR P4CR IJ. CXA+
AsCR ..¡. A2R TXC 14. PXP
PsR 5· C3--2D DXP J.'). C3A
AXA ¡;_ DXA C3A 16. TD1A
D4C ,. 0-0 TrC IJ. TzAD

154
CsCR !8. P3TR DsT+ RIA
.:!4.
T3T Iy, PXC DST+ R2A
e'. S.
DsT 20. T4A DsT+ 2h. PJC??
D8T+ 21. R2A D7T+? 27. RrA
DsT+ 22. RIA DST+ 28. R2A
DBT+ 2_\. R2A T7T++ 2{).

NUMERO 66
Partida Pomar - Medina.
El contragambito Albin es un planteo que Pomar debe aprender bien,
si quiere jugar el gambito de dama, pues de otro modo quedará en
desventaja como aquí lo fué contra ~íedina. De todos modos. no ha-
bría perdido tan pronto si hubiese jugado 12. P4CD en lugar de 12.
A4AR, pues la continuadón rz.. P6D; 13. AXP, AXC; 14. PXA,
CXP; 15. AzR, AsD; 16. A3AD, D7CR; r7. TIAR, aunque favorable
a las negras no es todavía completamente decisiva. Medina. jugó toda la
partida con mucha energía,
CO.NTRAGAJ\lBlTO ALHIN

BLAJ\CAS NEGRAS A4A? u. P6D1


Pomar Medina AXP IJ. AXC
PXA 14· csn
P4D l. I',¡_D DID T5· D7C
P4AD 2. P4R TrA r6. DXPC
PXPR 3· PsD C2D 17. D6A
P4R •1. Cv\D DrC IR. C.1R
P4AR I'4CH
-='· A3C A6R
1').
PXP 6. AsC+ T2T 20.TXA
A2D 7· DXPC DrD 2I. CzR
C3AR 8. D3C RzR 22. TRrD
D2A 9· AsC RrR 2J. TXC
AzR IO. 0-0--0 Abandonan
P3TD JI. •~A
155
NUMERO 67
Partida Brinckmann • Samisch.

Cna variante de tablas que conduce bastante rápidamente a un final


de damas con peones iguales. Entonces Samisch, apurado de tiempo
como siempre, dejó abandonado un peón en la jugada 27 y luego otro
en la J7. Las anotaciones no señalan claramente! si abandonó o, como
de costumbre, rebasó su reloj, pero en todo caso estaba ~rdido.

APERTURA DE LOS CUATRO CABALLOS

BLANCAS NEGRAS DSR+ 20. ArA


Brinckmann Samisch D4R 2I. P4TR
ArA 22. A3D
P4R l. P4R A4A 2J. RzA
C3AR 2. C3AD DsD+ 24- R2R
C3A J. C3A AXA+ 25- PXA
AsC 4· CXP D¡C+ 26. D2D
cxc 5- P4D DsD 2/. D3R?
A3D 6. PXC DXPT 28. P.tD
AXP /• A3D RzC 29- D3D
AXC+ R. PXA D6C :;o.RrA
P4D (). PXP D3C 3J. D3C
DXP lO. 0-0 P4TR J2. P4T
0---0 II. TrR D4C 33- D3A
P3CD 12. P4AD PsT 34· RzA
D3A J .J. AzC IXíC+ 35· RrA
AzC q. P3A D3C J6. RzA
TRrR r_:;. DzD DSC 37· PsA?
TXT+ 16. TXT D7T+· 38. RrC
TrR 17- TXT+ DXPT 29. D3D
DXT rS. AXC PTXP 40. D3D
PXA 19- D6T D3A 4I. Abandonan

156
NUMERO 68
Partida Fuentes - Nicolás.

Fuentes no conocía seguramente la rdut:icióu de Capa!Jianca (8. TI J.:,


P.¡AR; 9. CDzD!, etc.), y escogió una continuación que no presenta
ninguna clase de dificultad a las negras. Decidió entonces esperar tran-
quilamente la pifia, que no llegó pronto, pero que, no obstante, se pre-
sentó por fin en las jugadas 22 y 23, donde las negras no se dieron
cuenta del peligro D7D y T8R. El resto no exige más comentarios.

ESPAÑOLA

BLANCAS NEGRAS AXC 17. TXA


Fuentes Nicolás P4TD 18. A3C
PXPC rg. PXP
P4R I. P4R TDID 20. T3A
C3AR 2. C3AD TITD 2l. TxR
AsCD J. P3TD P4AD 22. T3CR
A4T 4· C3AR RrT 23. T3TR?
0-0 S· A4AD PXPC 24. AsD?
P3AD 6. A2T P6C 25. A4R
P4D 7· CXPR P3CR .z6. A3C
D2R 8. P4AR D4CR 27· DrD
PsD 9· C2R P7CD 28. t'\4TR
CXPR JO. 0-0 DXPR 29. AXPC
CzD II. P3D T8TD 30. D3A
cxc 12. PAXCR TXT+ 31. R2A
C4C IJ. A4AR D6R+ J2. DXD
AsCR !4. P4CD PXD+ :n. RXT
AzA J'j. D2D PSC=D+ 34·· R2R
C3R rfi. TDrR PXA 35· Abandonan

157
NUMERO 69
Partido De Agustín- lngelmo.

Una partida típica para De Agustín. que persigue siempre y a toda


costa tomar la iniciativa. En una CaroKann, tipo Francesa, él consi-
guió, por un sacrificio de peón, a retener en el centro el rey negro y a
crear a su adversario dificultades reales. Ingelmo se defendió con mu-
cha sangre fría y éxito, llegando a un final que habría podido enta-
blar fácilmente (un ejemplo: 46.. PsAD; 47. T6AD, P7D; 48. AtO,
TrR; 49· A2R, TID, etc.). Evidentemente, tampoco podía ocurrir nada
de malo a las negras, si hubiesen llevado su rey a zT. Pero así y todo
la forma en que De Agustín supo explotar una probabilidad mínima, es
digna de elogio.
DEFE.'{SA·CARO-KANN

BLANCAS NEGRAS AsC i\4A


I /1.
Agustín lngelmo TRrAD 19. ArAR
C3A 20. P3TR
P4R r. P3AD A3R 2I. DrD
P4D 2. P4D D4A 22. P3C
P5R 3- P3R T2A 23. C2C
C3AR 4· P4AD P4TD 24. C4A
P3A s. C3AD A2R 25- p.r
...~

A3D 6. D3C D3C 26. TrA


0-0 7- A2D C2D 27- A2C
PXP 8. AXP AsT 28. RrA
P4CD 9- A2R p~ 29. C6D
P5C IO. C4T TXT JO. DXT
C4D II. AtA PXP 31. AXP
D4C 12. P3C D3A 32. R2Rl
A3R 13. C2R DXP+ 33- RJD
DsC 14. C4A TrAR .34· PXP
C2D 15. cxc D7T 35· CsA
PXC 16. AXP AXC J6. AXA
D6A 17. TrCR C4R+ 37· R2A
158
C6A 38. 'fiD RrA so. AbA
TrR 39- RrC TsC SI. AsC
D7R 40- D.~.A+ P6T 52. R3A
DXD 41- PXD T7C 53- P5C
CXA+ 42. TXC A4T+ 54- R3D
TXP 43- PsD RzR 5.5· TxTD
A4C 44· TrD P7T .:;6. A4T
PsT 45· P6D T7D+ .'i7· R3R
P6C 46. P7D? A6A sil. TxTR
ArD 47· PXP T7T 5'l- TxD
TXP+ 48. RzA RID flO. TrAR
P3C 49· A4R ,\2C 6r. Abandonan.

NUMERO 70
Partida Sanz - Keres.

Keres no jugó el planteo en forma brillante, pues no tenía necesidad


alguna de permitir al caballo blanco ocupar la casilla sR. Pero después
que las blancas no vieron nada mejor que cambiar este caballo abricn·
do al adver·sario WJa Iínea contra el peón, Keres condujo el ataque
contra esta debilidad de una manera que recuerda las mejores realiza-
ciones de este género de Steinitz. Es verdad que Sanz faci:itó su la-
bor con las desgraciadas jugadas :20 y 2I. En el final las negras, con
dos peones más, devolvieron uno para cambiar las piezas menore$, ¿Era
éste el camino más corto? Resu;ta dudoso, pero después de todo es ya
una cuestión de gusto.
INGLESA

BLANCAS NEGRAS P4D 3· A2C


Sanz K eres P3CR 4- P3H
A2C _:¡, A2R
P4AD I. C3AR O-O (,_ O-O
C_3AR 2. P3CD P3CD 7- P4AD
159
P3R 8. C3AD T4CD 39· T¡D+
CsR 'J. DzA RrC 40- RzC
AzC 10. TDil> P4TR 41. Rff
C3AD II. P3Tl) P4CR 42- R2C
cxc !2. PXC RrT 43- P3TR
D2R 13. PXP RrC 44· T¡H.
p>;:p 14- T2D l~rT 45· P4CR
TRrR 15. TH.rD PXP 4Ó. PXP.
TDrD rG. DrCD RrC 47· T¡AD
(4TD 1 7· D2T RrAR 48. R3A
C3AD r8. ArT T4D 49- RJH.
P4TD rg. DrCD 'f4R+ so. H.3D
CzTD 20. CrR T4D+ 51. R4A
P4CD 2I. A3A T¡D 52- TsA
D2D 22. C3D TXPA 53- TXPC
DzAD 23. C4AR TsA+ 54· RsD
A4R 24- P3CR RzR 55· T5R+
PsD 25. AXA R2D só. T4R
DXA 26. PAXP T8A 57· TXP
AXC 2]. PRXA TSD+ ss. RsR
PXPD 28. TXP TSR+ 59· R6A
TXT 29. AXT TSA+ 6o. R6C
C3AD JO. ArT R2R 61. PsC
D2R 31. DzCD T7AR 62. TSCD
P~AR J2. DXPA T6AR 6J. R¡C
DXD 33· AXD T6CR 64. P6C
R2A 34· A~AD TSCR 6s. R2T
PsCD 35· PXP R3AR 66. T6C-i-
PXPC .~6. AsR RzR 6¡. P7C
CXA 37- PXC Abandonan.
TXP ~8. T4D

160
RONDA XI
O Kocher Pérez 1
1 Medina Alonso O
1 Keres Pomar O
' /1 Samisch Sanz '/,
O · Nicolás Brlnckmann 1
O Ingelmo Fuentes 1
O Gómez Agustín 1
NAVARRO descansa

NUMERO 71
Partida Keres • Pomar.
Habiendo jugado Pomar P4CD, Keres quiso salirse de Jos cami-
nos trillados (7. P4D), pero no consiguió nada apreciable con 7. P4TD
Sin embargo, en la jugada 16, logró encontrar una ingeniosa combina-
ción, que con la mejor réplica de las negras habría, sí, conseguido recu-
perar e:• peón con buena pcsición, pero nada más. En la realidad de este
combate probablemente habria ganado Keres, pero dudo mucho que la
posición Jo sea después de 16.. T3CD; 17. TXT, PXT; 18. D2R,
0-0; 19. DXPC, Il3D, etc. Por desgracia, Pomar no se dió cuenta del
peligro y permitió la bonita combinación que decidió la partida en al-
gunas jugadas.
ESPAÑOLA

BLA.."'l'CAS NEGRAS Ase 3· P3TD


Keres Pomar A4T 4· C3AR
O-O 5· P4CD
P4R I. P4R A3C 6. CXP
C3AR 2. C3AD P4TD 7· AzC
163
1'4D 8. PXP TXA+ 17. DXT
TIR 9· P4D T8T+ 18. RzD
AXP ro. DXA TXT 19. TzT
C3A II. DrD CXP 20. C4D
cxc 12. A2R D4C+ 21. P4AR
CsA IJ. TrCD DXP+ 2.2. R3D
PXP 14. PXP T8D+ _,. DXT
•.)•
CXA rs. TXC D6R+ 24. H4A
T6T 16. CsC C1C+ 2$. Abandonan.

NUMERO 72
Partida Samisch • Sanz.

La primera parte de esta holandesa, la jugó Samisch con juicio


certero, explotando muy há.biimcntc la debilidad que prcs.,ntaba la po-
sición central del adversario. No obstaute, Sanz no ltnía ucccsic!ad de
sacrificar el ~ón en la jugada 21, y todavía menos justificación tenía
Samisch vara no defender su peón por 25. ArA. Después que hubo
de entregar el peón, la liquidación que siguió, le dejó aún una ligua
ventaja en el final, y Sanz necesitó de tm máximum de precisión para
llegar a las tablas.
DEFE..'lSA HOLA.>.'DESA

BLANCAS NEGRAS C3AD -¡.DrR


Samisch Sanz D2AD ~
'. C3AD
PsD 9· CsC
P4D I. P3R D3C JO. C:,TD
C3AR 2. P4AR !'XPR n. C4AD
P3CR 3· C3AR Du\D 12. AXPR
AzC 4· P3D CsCD I.). ArD
P4-I\.D 5· A2R C(.~)4D 14. CR.;R
0--0 6. 0-0 CXA 15. cxc
164
A3R 16. A3A TXT 33· PXT
TDrD 17. TDICD RIA 34· RzA
C4D .r8. P3CR RzR 35· R3R
AXC 19. PXA P4R 36.· R4R
CsCD 20. P3TD P3AR 37· RsD
c,AD 2!. AzC? A.6A+ 38. RsA
CXP 22. P4CD f'4AR J<). PsCD
C~CR 23. cxc P4CR 40. R4CD
AXC 24- D4R PsAR 41. PsAD
TsD? 25. DXPC PXPC 42. PXP
DXD z6. AXD P4TR -B· A.tA
PXP 27. TXPC A7C 44· P6CD
TXT 28. PXT PXP 45· PXP
TICD 2'). T4AR PsTR 46- PXP
ASD 30- AsD PXP 47· ArAR!
P3R 31. A3C P6TR 4.8. P7CD
TrAD 32. T4AD Tablas.

NUMERO 73
Partida Nicolás • Brinckmann.

Vale más tener peones desparramados que tener un peón de me-


nos; verdad de la que Nicolás parece no darse cuenta. Habiendo salido
de la apertura con una partida ligeramente inferior, no supo liquidar
a tiempo la tensión en el centro, lo que le hubiese sido fácil con CzAD,
y se h~lló en In jugada rg ante la im¡¡osibilidad de conservar un" '""'·
formación de peones. Pero aun así, continuando por 19. RrC, P 4AD;
20. A3R, CXT, +; 21 •.TXC, TXT; 22. PXT, habría logrado que la
realización de la ventaja de las ngrase hubiese sido, aunque posible, a
lo menos bastante dificil. Por el contrario, el sacrificio de un peón en
esta posición fué un puro suicidio.

165
ESCOOESA

BLA..~CAS NEGRAS C4R 29. P3TR


NicoJás Brinckmann P4A 30. A:,A
C3A JI. P4CD
P4R l. P4R P3C 32- PXP
C3A:R 2. C3AD PXP 33· CrA
P4D 3- PXP CrD 34- C3C
CXP 4· A4A C3R 35- AsR
P3AD 5- D3A ArR 36. A6D
A3R 6. CR2R A3A 37- CXP
A4AD 7- P3D PsA+ 38. PXP
0-0 8. C4R PXP+ 39- R2A
A2R 9· D3C C4C 40. AXP
CD2D 10. A6T CXP+ 4!. R3R
A3A II. 0--0 R4A 42- ASC
RIT 12. CXA P4T 43- P4T
DXC IJ. A2D C4C 44- C3C
D3C 14. DXD C3R 45· CXP
PTXD xs. TDrR AXP 46. P4D
TRrR 16. P4A CrD 47- PsD
PXP IJ. AXC R3A 48. A3C
AXA r8. CXP R2A 49- A4T
P3A? xg. CXP+ RrR so. AXC
R2T 20. C4-A RXA SI. R4D
A2A 2!. P3TD R2A 52- PsA
TXT 22. TXT A8D 53- P6A
TrR 23- TXT R3C 54- C4->\+
AXT 24. R2A R2A RsA
5.'>·
A2A 25- R3R AsC s6. P6D+
P4CR 26. C2R RrA 57- CsR
R3C 27. P4-A A1R ss. R6C
P4AR 28. P3CR Abandonan.

166
NUMERO 7.4
Partida Kocher • Pérez.

Una partida aventurera de Pérez. Ya el sacrificio de peón en sTD es


de valor dudoso, pero la combinación o, mejor dicho, lazo de las juga-
das IO a 12, podía ser refutada sencillamente por 13. PXPR, después
de lo cual las blancas habrían quedado con uno o Jos peones más y
una buena posición. Pero tal como jugaron las blancas perdieron una
pi~za por 4 peones y aun las negras conservaron buenas perspectivas de
ataque. Aquí Pérez se ·lanzó a una nueva aventura, y sin necesidad apa·
rente sacrificó su caballo, lo que después de 25. P4AD habrb llevado
a complicaciones de un resultado difícil de prever. En vez de esto,
Kocher perdió el tiempo decisivo y todo acabó. De todos modos, Pérez
reveló mucho temperamento.

PEON DE. DAMA

BLANCAS NEGR.:\S PXPC 13. PsR


Kocher Pérez AXP J4. P4D
PXP+ 15. RrT
P4D l.C3AR CAD2D 16. PXA
C3AR 2. P3CR CXP 17. C3A
P3AD 3· A2C C(4R)5C r8. CXP
CDzD 4· 0-0 cxc rg. RXC
P4R 5· P3D A3T :20. TzA
A3D 6. CDzD TIR 21. AsC
P3CD j. P4TD T3R 22. CXP
AzC 8. P4R RXC 23. D4D
0-0 !). PsT D3D+ 2..¡.. RrT
PCXP ro. C4TR P3T 25. AXC+
C4AD u. P4AR TXA 26. TrCR
PRXP 12. CsA Abandonan.
167
NUMERO 75
Pa1tida Medina • Alonso.

Es una verdad .:onocida ya hace muchos años por los teóricos euro-
peos, que si fas b/a.J-Jtas. e,n la. vcwi.aH!c del dra.g·tÍJt, .Joe !.a Siciliana, llega·n
a situar s" caballo m sD, ellas pueden sin peligro mrocar de lado de
drJ>na.Lo cual, aunque no diga evidentemente que deban ganar, sí in-
dica que sus perspectivas de ataque son netamente superiores. En esta
partida las negras perdieron principalmente por permitir a este caballo
permanecer demasiado tiempo en sD, y debido a ello se vieron impedí-
das de establecer un plan de ataque. Medína jugó en forma irrepro-
chable. La combinación tina! (jugada 31) es sencilla, pero bella. En
suma, una de las buenas partidas del torneo.

DEF&'IISA SICILIANA.-VARIANTE DEL DRAGON

BLANCAS NEGRAS PsT I7. AXC


Medina AlonsJ PXA r8. D2A
PXP rg. PAXP
P4R I. P4AD Aj.D 20. TzA
C3AR 2. P3D P4A' 2I. C.sC
P4D 3- PXP AXA 22. RXA
CXP 4- C3AR C4D 23- C4AD
C3AD 5- P.>CR T4T 24- C3A
A1R 6. C:;A P5A 25. PXP
P3A 7- AzC C6R+ 26. cxc
DzD íl. O-O PXC 27- T(zA)rA
C3C 9- A.1R TDrT z8. RrT
C:;D IO. CzD A,n 29- TrCR
0--0--0 !I. P4TD AXP JO. TzC
P4TD !2. TrA AXP! 31. CXA
RrC IJ. p_,c D;D 32- DXPA+
A6TD 14- TrC DXD 33· TXD
A_sCD 15. TIA RXT .).J.. TXr+
P4T 16. C3--4R R:1C 35- TzC
168
TrAD _;(,, '1\C T4T • ~t ¡. TzC
TrTR .~' . 1 :·,e RT\ _¡o . RrC
,..,·.;¡.
T4AD y,•. T'C TzT 4!. Abandonan.

NUMERO 76
Partido G6me:z: • De Agustln.

Una partida jugada con bastante corrección hasta la jugada 16,


pero ya en la 17 De Agustln dejó abandonado un peón y además con
una posición inferior. En esta situación quedaron las cosas hasta la
jugada 29, en que Gómez sacrificó un peón, y no se detuvo aqui, sino
que en la. 3J sacrificó un segundo peón, y en la 35 ·la calidad. Todo sin
la menor compensación. Una de las más desdithallaa realizaciones del
torneo.
DEFENSA GRÜNFELD

BLANCAS NEGRAS A3R 14. A2D


G6mez Agustín DzA 15. D2A
TDrAD r6. TRIA
P4D I. C3AR DzD 17. P4CD?
C.1AR 2. P3CR CXP r8. DzC
PJ.AD 3· A2C C3A rg. A3R
C3A 4,. P4D C.tTD zo. CzD
P:;R 5. 0-0 C.1A 2I, A6C
AzR 6. P.v\ TrR 22. C3C
0-0 7· CDzD Al.iT 23. ArT
DzA S. TrR P4TR 24. TrD
TrD 9· CDrA D4A 2_'í. CzA
PXP lO. CXP D:1R z6. C3H
P4R II. CsCD PsR 27. C4D
D4T T2, P4TD cxc zil. AXC
P3TD IJ. C3T T(rR)rD? 29. DXP
169
TrCD JO. D¡A P5T 39· D3D+
T7C 3I. TrR DXD 40. PXD
CrR 32. DsT PXP 41. PTXP
A3A? 3.1· AXA CsC 42. A4R+
DXA 34· CXP P3C 43· A3A
TXC 35· DXT CXP 44· T2R
DXP 36. DXPR CXP 45· TXT
c,A 37· D8T+ CXT 46. PsT
R2T _18. DXP Abándonan

NUMERO 77
Partida lngelmo - Fuentes.

Un Ruy López bien jugado donde el lado bueno y el malo de la


maniobra II .. PXP y 12.. AsCR queda aclarado de modo concluyente.
Se saca la impresión de que las negras no tienen dificultades m soste-
n~r la partida, pero que no llegan a obtener ventaja. En el final de tt>-
rres que resulta de la liquidación las blancas podían entablar flkilmen-
te; lo más sencillo por 44. TXP (en vez de 44. P7R), RX P; 45. T7D !,
etcétera). De todas maneras fué un hermoso combate.

RUY LOPF..Z

BLANCAS NEGRAS A3C 7· PJD


lngelmo Fuentes P3A 8. C4T
AzA 9· P4A
P4R l. P4R P4D IO, Du\
C3AR 2. C3AD C(rC)2D II. PAXP
Ase 3· P3TD PXP !2. AsC
A4T 4· C3A P3TR IJ. A4T
O-O 5· A2R P4CR 14. A3C
TrR 6. P4CD CrAR 15. TIAD
170
A 3D r6. P4D T7A ]8. PsD
PDXP 17. CXPR T3D 39· R4A
A4AR r8. CsA TXP+ 40. RsR
D2R rg. C4A TrD 41. P6D
AsA 20. C3R PsA 42. T6C
A2T 2L TrD P6R 43· TXPT
TDrA 22. D3C P7R? 44· TrR
P3C 23. C4T R2C 45· T6R
D2D 24. P4T R2A .¡6. RsD
C3C 25. PXP P6A 47· PXP
AXP 26. CJA TXP .¡8. T(6R)XP
CsA 27. AXC T6D+ 49· R4A
AXA 28. C(3A)_o¡D T6XPD so. T7R+
cxc 29. cxc R3A 5I. TXPT
D3R JO. A4C T4D 52· T7CD
A4A JI. AXA T.¡·3D 53· RsC
DXA 32. CXA T4D+ 54· RXP
DXC 33· T3T TrTD 55· T3R
T3R 34· D3C+ T3D+ s6. RsA
DXD 35. TXD+ TSD 57· PsC
RrA 36. R2R TSA+ :;8. R4C
P4A 37· R3R Abandonan

171
1 Fuentes Gómez O
'/, Brinckmann In¡¡elmo '/,
1 Sanz Nicolás O
1 Pomar Samisch O
O Alonso Keres 1
1 Pérez Medlna O
O Navarro Kocher 1
AGUSTIN descansa

NUMERO 78
Partida Fuentes - Gómez.

Un Ruy López que gusta al examinarlo, donde el error principal de


las negras fué no hacer nada para impedir al adversario obtener la
ventaja de los dos alfiles. Después del cambio en sAR, las blancas ob-
tienen fácilmente un ataque y lo coronan con una elegante combina-
ción que gana calidad. La. fase técnica final no requiere comentaría..

ESPAÑOLA

BLANCAS NEGRAS TIR 6. P3D


FUentes G6mez P3AD 7· 0-0
P3D, 8. A2D
P4R l.P4R CD2D 9· C4TD
C3AR 2. C3AD AzA IO. P4AD
AsC 3- P3TD CIA rr. DzA
A4T 4- C3A C3C 12. TDIA
0-0 s. A2R C4TR 13. TRIR
175
C4-5A r 4· AXC C3C 3~- lüC
CXA 15. ArA T3R 33· P:;CH
A5C r6. C2D P3AR 34- RzC
1J4C 17- RIT 1'3-Il{ 35- 1'4TH
TDrA r8. PsA TRrC 36. PsTR
T3R !g. T3R C2R 37& C3--2D
T3TR 20. P3TR P4CD J8. PXP a. p.
l'4D 2!. P4CD PXP 39. TrTD
PsD 22. T3C P4CD 40. C4--2C
C4TR! 2J. TXA A 3D 41. C3C
DXT 24- C3AR TrAD 42- CsA
CsA 25- DID AXC 43 PXA
TrR :.:6. C2C T4T 44· AzR
Tr=3R 27- CzT Tr.A-rT 45· P4T
DXD ~B. TXD PXP ,~6. T3T
TrR 29a C3A TXPA 47· C4A
T3A JO. RzT T4CD 48. AID
TxTD JI. C4A TsC 49· Abandonan.

NUMERO 79
Partida Brinckmcnn - lngelmo.

Una francesa, estilo fon.tas>a, llegándose rápidamente a una serie de


cambios que no dejan a ninguno de Jos contrincantes perspectivas de
victoria. Aun se juega largo tiempo, cambiándose peones, sin alterar las
posibilidades recíprocas. En fin, una partida poco interesante.

IRREGULAR

BLANCAS NEGlU\S A2C 3- PX.P


Brinckmann lngehuo C,3AD 4- C3AH
P4CR 5- P6R
P4R I. P3R PAXP 6. C4D
P3CD ;¡, P4D C3A ¡. A2R

176
D2R 8. AsT+ PXA 29· TXPA
CXA 9· DXC+ TsA 30. TXPT
D2A 10. DXD+ TXP+ 31. JhA
RXD II. 0--0 TsAD 32. TXP
A2C 12. P3AD TXP 33· TsD
TDrAR 13. P3CD T2A .34· PsT
RrR 14. P4TD RzC 35· TsC+
P4TD rs. C3T RzT 36. P6T
ex e 16. PRXC P3A 37· TzC
AffD 17. TrR RXP 38. TXP
P3T J8. A3R T4AD 39· T3C
T4A 19. T(rT)rAD TsAR 40. P3T
ArAR 20. C4A T4A 4!. HzC
RrD 21. T(rA)rD R4T 42. R3C
AXC 22. PXA T(4AR)4D 43· P3A
Rr.A 23. TrC T4C 44· T3T-!-
P3D 24. P4C R3C 45· TJL\
T3A 25. TsC T4A 46. TXT
T2T 26. PsA TXT 47· P.tT
PDXP 27. p;<p Tablas.
AXP 28. AXA

NUMERO 80
Partida Pérex - Medina.

La variante de la Vien~sa elegida por las blancas es inofensiva para.


el negro, si éste, después de b 1:aptura del peón en 3AD (que es lo me-
jor, pues s .. DsTR+; 6. P3CR, CXPC; 7. C3AR, D4TR; 8. CXPD
resulta ventajoso para el blanco), juega inmediatamente 6.. PsD, se-
guido de 7.. P4AD. Por el contrario, la experiencia demuestra que
cuando las blancas logran fortificar su centro por P4D; ellas obtienen
las mejores probabilidades. En la partida que nos ocupa, Mtdina íaci-

. 177
litó grat1demente -hay que decirlo- el ataque enemigo por el cam-
bio en sR, seguido de D4TD; pues después de 13. A3D están ya las
negras amenazadas de una catástrofe por DsTR. Relativamente mejor
hubiese sido para el negro II .. AsCR y en la jugada 13. A4AR. Des-
pués de los cambios y la captura del PAD, la partida no puede ya sal.
varse, y Pél"ez la termina en forma elegante.

VIENESA

BLANCAS NEGR1\S A.3D 13. CXC?


Pérez Me di na AXC T.i. TXT+
DXT 15. DXP
;·4R r. P4R TrR r(·. ArA
Cv\D 2. C3AR T3R 1 7· D7D
P4AR :,. P4D A4A TR. DsC
PXPR ,.¡.. CXP T8R I9. P.sA
P.JD 5· C<C i\6D! 20. DXA
PXC 6. A2R TXA+ 2!. DXT
P4D 7· P4AD .\XP+ 22. RXA
Cv\R R. O-O DXD 23- P3CD
A2R 9· C3AD D7A 24. Ase
O-O !O. P3AR P3T 25. ASD
A4A JI. PXPR? DXP 26. Abandonan.
CXP 12. D4T

NUMERO 81
Partida Pomar - Samisch.

Pomar permitió a su contrario establecer un fuerte centro, y d&


pués puso a su dama en peligro de ser capturada, Se podría creer que
él estaba completamente perdido, pero es justamente en esta partida
donde hemos tenido ocasión de ohservar un nuevo aspecto de la com·
batibidad del pequeño Pomar, a saber: la manera de aprovechar el apu-
ro de tiempo del adversario. No solamente jugó de prisa, sino que

178
encontró también una jugada muy buena (33, TRrR con la continua·
ción, caso de JJ .. T 4TR de 34· AXP A 1), que de hecho le abrió pers-
pectivas favorables. Y lo que órnporta es que desorientó totalmente a
Samisch, quien al final rebasó su reloj. En cuanto a la posición en si, es
más bien favorable a las blancas, pero las negras conservaban aún po-
sihilidades de entablar.

DF.FENSA DE LOS DOS CABALLOS

BLANCAS NEGRAS C3A 19. P4-A


Pamar Sami<>Ch DsT 20. D3D
CsC 2I. cxc
P4R I. P4R DXC 22. RrT
C3AR 2. C3AD RrT 2J. PsAR
A4A 3· C3A .luD 24. A2AD
P3D 4· A4A P3AR 25. TDrR
0-0 s. P3D P4TR 26. ArD
A3R 6. A3C DsT 27. CXPT
P3TR 1· A3R P4D 28. P:;C
A3C 8. C2R D6T 29- C4A
C3A 9- C3C PXPR 30. C6C+
CsD ro. AXC RrC JI, TXP
PXA II. P3A TRrR 32. Ase
PXP 12. PXP DXT+ :n. DXD
D2R IJ. O-O TXT 34· PsA
TDrD 14. P4-A TXA 35· D4A+
C2D 15. CrR RzT 36. PXA
P3AD r6. C2A TsR 37- D7A
P4TD 17. C3R AXP 3íl. CSA+
D4C r8. P4D Pierde por tiempo.

179
NUMERO 82
Partido Navarro • Kocher.

Al principio, los peones no parecen representar nada para ambos


bandos. Kocher se deja abandonado uno en la juga<.la 7 y su adversa
rio se lo devuelve sin ninguna necesidad en la jugada II, en vez dr
protegerlo por u. P4AR (PXP; 12. CzR). Después de una serie de
maniobras más o menos dudosas, las blan~s aperciben en la jugada 23
la oportunidad de una gran combinación : el sacrificio del cambio por
dos peones. De hecho esta transación no pone la partida negra en pe·
Jigra y resulta completamente inofensiva; pero, además, como los peo-
nes están repartidos a una de mayoría en cada lado, no ofrece tampo-
co ninguna probabilidad de victoria. Las blancas tuvieron tablas todo
el tiempo; aun en la jugada 51 las conseguían jugando TIAR, pero al
fin encontraron el medio de perder.

DEFENSA FRANCESA

BLANCAS NEGRAS A2R xs. TxA


Navarro Kocher CXC3A r6. ex e
PJTD r¡. R2R
P4R I. PJR TRrR 18. P4C
P4D 2. P4D P4T Ig. T2A
CJAD J. C3AR PXP 20. CsC
AsCR 4· A2R P3A 21. PXP
PsR s. CRzD RrC 22. C3T
P4TR 6. PJTD TXP 23. PXT
D4C 7· P4AD? AXP+ 24- R3D
AXA 8. DXA AXC 25. A4A+
DXP 9· DrA RrA 26. TxTD
DXD+ ro. TXD C4D 27- A2D
C3AR? rr. PXP A3D 28. P3T
C2R !2. CJA AsA 29. T8T-t-
C2XP IJ. C2XP R2D 30· T7T
0--0--0 14. A2D AXA JI. RXA
180
RzA 32. TzC P$CR 53· TsXP
C3C 33· R3D RzR .~..:J.. TsR+
RrC 34· T3T HrD 55- T;;A
C4D 35- R4A RzR :/i. PXP
RzA .>6. T7T CXP S7· T7T+
C3C+ 37- RsA RrR .ss. TXT+
CzD+ 38. R4A RXT S~). T7A
TrCD 39- TzR HrR 6o. R4C
R1D 40. TrT C7T 6r, TXP
C3C+ 41. H3D CfJA 62. RsA
C4D 42. TsR PzD 63. T6CD
P3A 43· T4R C7D 64. RXP
P4CR 44· P4T CsR 6s. R4A
CsA+ 45· R3A RzA 66. T6C
P4C 46. T7T R2D 67. RsD
TrD 47· P3A C6A+ 68. RsR
C4D+ 48. R3C C4C 6g. T7C+
TrCR 49· PXP RrD 70. PsD
PXP so. T7T C2A 7I. TXC
C.>A? SI. T6T Abandonan.
TrAR sz. T5R

NUMERO 83
Partida Sanz • Nicolós.

El planteo es bastante interesante, en. el sentido de q~ parece poco


ventajoso para el blanco tomar el peón por 6. CXC, PXC; 7. D4TD+,
C3AD; 8. DXP, a causa de 8.. DsD, y las posiciones que se presm·
tan después del cambio de damas ofrecen a las negras una equivalen-
cia del peón. En cuanto al medio de la partida, es claro que el ataque
de Sanz no estuvo exactamente calculado, pues debió cambiar de da-
mas y evitar entrar en un final que las negras podían entablar fácil-
mente (por ejemplo, 37.. PsD !). •Y si éstas no hubieren cometido ''

161
error de tomar el PCD, no es del todo seguro que debiesen perder.
Aquí en España se juegan los me.dios de partida bastante mejor que los
fmales.
INGLESA

BLANCAS NEGRAS DXPC z8. TxAR


Sanz Ni-colás J)(iA+ 29. DXD
PXD+ 30. RzD
P4AD I. C3AR PXPA 31. TrCR
C3AD 2. PJR TzAR 32. R3A
P4R 3· P4D TrAD 33· TDrAR
PXPD 4· PXP AzAD 34· T4CR
P5R 5· C5R A4T+ 35· RzA
CJi\R 6. cxc ArD 36. TDxCR
PDXC 7· A2R TDzAD 37· R_-¡A
A3D 8. A3R P4CD 38. PXP
P4TR 9- P3TR PXP 39· R4C
A3R JO. CzD TzCD 40. TIT+
D4TD IJ. P3AD RxC 41. A4A+
0-0-0 12. C4AD RrA 42. P5D
AXC 1]. AXA RzD 43· A5R
C4D 14· AXC P4CR 44· T6T
PXA rs. D3C T4AR 45· T6D+
RrCD Ih. P.¡TD RxR 46. T6R+
P3TD 17. 0-0 RzA 47· T4R
RIT r8. TlhA TzD 48. R5A
ArCD I<). DrD A4TD 49· T6TR
PsTR 20. D4CR TrD so. P6D
L'hAD 21. RxA A7D 51. RXP
P4AR 22. DXPA P6AD 52. T7T+
DsA+ 23. RrC R3C 53· T7C+
TDrAR 2..j.. D4CR H3T 54· R6A
DzAD zs. P4AD P7AD 55· T4AD
D7T+ z6. RrA P8A=D 56. TXD
A6C 27. RzR AXT 57, T7R
182
Pscn s!:l. PXP A6R+ (}_\. H4A
TXA 59· T~<T T:;A.+ G.-¡. H3D
T:XPD+ 6o. RsA AXPA (Í_'i. P4CD
A4CR 6r. TsAH Tsn+ 66. TXT
T:1AR G2. TsD AXT 67. Abandonan.

NUMERO 84
Partida Alonso - Keres.
La jugada 12., D3CD parece rehabi!itar la variante de Merán. A lo
menos no conozco ninguna partida de Jos últimos años donde las blan-
cas hayan logrado después la ventaja en forma convincente. Evidente-
mente, la jugada 16 de las blancas es débil y el desarrollo del AD (á :zD
ó 4AR) estaba a la orden del día, pero igualmente en este caso las ne-
gras no tendrían dificultades en oLlener perspectivas iguales por lo
menos. La combinación final de las negras que comienza en la juga-
da 21 es divertida.
PEON DE DAMA

BLANCAS J:'>JEGRAS D2R fJ.. 0---0


Alonso Keres 0-0 15. C.4-A
ArC? !6. P-4-A
P4D T. C3AR A2A .,.
,~

PsC
P4AD 2, P3R TrR rR. A3T
C3AR 3· P4D DrD !<). AsA
C3AD 4-. P3A CsR 20. AXC
P3R s. CDzD TXA (D) 21. PGC!
A3D 6. PXP DXP 22. TDXP
AXP 7· P4CD TXT 23. PXT
A3D 8. P3TD P4CD 24. C6D
P4R 9· P4A AzC 25. DXD
PsR ro. PXP AXD 20. TrD
CXPC II. PXC AIT 27. C.XT
PXC 12. D3C l'I.XC zS. T7D
PXP IJ. AXP Abandonan.

183
o Medlna Navarro 1
1 Keres Pérez o
o Samlsch Alonso 1
o Nicolás Pomar 1
1 Ingelmo Sanz o
1 Gómez Brinchmann o
o Agustín Fuentes 1
Kocrum descansa

NUMERO 85
Partida Keres - Pérez.

Keres ha declarado, después de la partida, haber olvidado la pos!·


bilidad P4CR en lugar de CDzD. En efecto, él tuvo que emprender
inmediatamente grandes trabajos de simplificación en el costado de
dama para no exponerse a sucumbir a un ataque en la otra ala. Su
jugada 22. DzD equiv~le a una proposición de tablas, pues ciertamente
que las negras no habrían perdido si hubiesen cambiado las damas.
Después de 22.. D3AR? La réplica 23. CsCR asc!(ura la ventaja a las
blancas en todos los casos. Si, por ejemplo, 25 .. TXC; 26. DXA, DXD;
27. TX D, TXA; 28. AXC, TXA; 2(). P3A R y las negras pierden a cau-
sa de la mala posición de su torre.

ESPAÑOLA

BLANCAS NEGRAS C3AR 2. C3AD


Keres Pérez AsC .'l·P3TD
A4T ~. C3A
P4R l. P4R 0--0 5· P4CD
187
\JC li. P3D T)<T r8. DXT
?JA 7. A:;C .\XC rg. PsA
=>.~TR 8. A4T ArD 20. DrD
:>JD 9- C4TD PXP 21. PXP
\zA ro. P4A DzD 22. D3A?
::nzD Il. P4C c.~c 23, C5A
''.t.TD 12. P<iCR AXA 24. A 3D
'XPCR IJ. AXP TrD 25. C6D
=-XP 14. PXP ;\sT 26. T2C
~4D r<;. TRrC C~T 27. D.sT
)zR 16. C4TR D6T 28. nxc
~.o.C 17. ex e AXP+ 29· Abandonan.

NUMERO 86
Partida De Agustín • Fuentes.

La variante defensiva elegida por Fuentes conduce, según la tco-


¡, a una igualdad de posibilidades después de s. AsCO+, PJA;
PXP, PXP; 7. A4AD, AsT+; 8. P3CR, PXP; 9. 0-0.
XP+; 10. RIT, A3AR; 11. CsR, C3T (si AXC entonces 12. DsT);
, P4D, etc. Pero aun dejando esta apreciación al juicio de los seña-
s teóricos, se puede comprobar que el cambio de un peón en sD, que
struye la diagonal del alfil, parece más lógico que la defensa adopta-
por De Agustín. Verdad que él obtuvo la igualdad de peones, pero
es esto lo importante en un gambito, sino aun la sombra de un ata·
e. Por el contrario, sus peones presentaban una masa inerte y en
rte vulnerable, en tanto que el avance de los peones negros constitu!a
a amenaza muy real p;¡ra su rey, El ataque, no muy difícil en ver-
d de conducir, fué jugado con precisi6n por Fuentes.
GA.'11BITO DE REY
BLANCAS NEGRAS Aú~ 20. CXPD
Agustín Fuentes C3D 21. A3AR
HzA 22. TDIH
P4R I. P4R CsA 23. C6R
PA.AR 2. PXP A3D 24. PsCR
C3AR 3· P4D PXP 25. CXP+
PXP 4· AzR TXC z6. PXT
AtA .'í· AsT+ AXP 27- TRIA
RIA 6. A5CR R3C 28. P4TR
P4D 7· D3A TrAR 29. AID
D2R+ S. C2R P3TR 30. C4A+
DsR 9· AXC RzT JI. C6R
PXA IO. CzD AXC 32. TXT
DXD II. AXD AXT 33· TXA
P3AD 12. P4CR PXP 34· PXP
C2D 13. C3CR A4AD 35· P6C+
C4R 14. AzR RzC 36. P3A
TICR rs. P3TR C6R 37· P4CD
AsC r6. o..o..o A3C 38. P4TD
A2D 17. P4AR C4A 39· A2A
CzA 18. C3C C6R 40. P5T
A3D rg. CsTR Abandonan.

NUMERO 87
Partida Medina - Navarro.

Un torneo de 15 rondas es evidente que resultó demasiado fatigoso


para los jugadores que no tienen un entrenamiento espe.:ial. Así, Medi-
na, cuya calidad de actuación en este torneo puede califica.rse de muy
buena, se comportó en esta ronda en forma inimaginable. Ya la pérdida

189
de u11 peón le llevó a una partida difícil, pero tenia todavía posibilida-
des de provocar complicaciones, por ejemplo, con P4AD. Lo que pen-
saba 1:1'1edina al jugar: IJ. CsC? y 14 DsT? ?, quedará siempre 'como
un oscuro misterio. Naturalmente, lo que sigue no es ya interesante.

DEFENSA FRANCESA

BLANCAS NEGRAS DsT?? 14. P3CR


1\'Ie-dina Navarro D3A 15-PXC
D6A r6.TzTR
hdt l. P3R DXP4C 17. T4T
P4D 2. P4D LX)A 18. C4A
PsR 3· P4AD AXC rg. TXA
C3AR 4· C3AD DST+ 20. RzD
PXP 5· AXP TRrD 21. Po;T
A3D 6. CR:zR CXA+ 22. r:.ixc
r'\4.A? 7· D3C TDrC 23· P4CD
0-0 8. C3C D7T 24. A3T
A3C 9· DXP T:zD 25. DrA
CDzD ro. D6T TzR 26. T4T
P4TR II. CRzH TXP+ 27. R2A
C3C IZ. P4TD Abandonan.
C5C? T3. P3T

NUMERO 88
Partida Samisch • AJonJo.

Samisch obtuvo en el planteo muy buena partida, pero no supo uti-


izar sus posibilidades de ataque (a mi juicio, debió preparar el avance
~5CR contra el enroque debilitado por P3TR, y una buena jugada en
:ste orden de ideas era 19. C2R, combinando también la amenaza
~sAD). Pero como j'ugó permitió el avance del PR, que iguala las
~erspectivas. En el final que sigue al cambio de damas, los dos contrin-
cantes se hallaban seguramente cortos de tiempo, pues no hicieron lo
mejor. ~o obstante, fuf Samiscll quien cometió la piña decisiva en una
r>osición en la que nada de embarazom le habría ocurrido después de
la sencilla jugada 37. R2T.

DERENSA ORTODOXA

BLANCAS NEGRAS CXC ·.::z. C<C


Samisch Alo:n!'o t'sC ''
·-:J· PsR
ArC 24. PAXI•
P4D J. P4D PX!' 25. Dil)
F'4AD 2. P3R PXP 26. D4C+
C3AR -'· C3AR C3C 2.j. DXP
C3A 4· P3.c'\ D.XD 28. l'XD
P3R 5· CDzD P><P 29. AXP
DzA f).AzR TsAR JO. A>(C
P3CD ¡. O-O PXA 3T. TDI!)
A3D R. P3CD 'f(iAR .)2. T3R
AzC 9· AzC TsAR 33· T3C
TrD ro. DrA TXA? 34· TXT
0-0 II. P.'lTR ;~XP :;s. TXFC+
DzR 12. TrR IhA 36. T4-4CR
C5R IJ. P4A TrTR 37· P4TR
P4A 14. PXPD PsD 38. CzD
PRXP 15. CrA TrAD 39· C4A
TrA r6. DrC TXC 40. PXT
D3R I7. P3T P6D 4I. RzA
P4CR r8. C3-2T P7D, 42. RzR
D3T? rg. P3A :\6AD 43· T6D
C6C 20. A3D ,\ bamlonan.
CzR 2!. P4R1

191
NUMERO 89
Partida Nicolás- Pomar.

La jugada 5 de las blancas es un desafio al sentido común. ¿A santo


de qué dar un peón para tener un caballo mal situado en 4TD? Y la
continuación de esta partida no es más comprensible. El sacrificio de
un segundo peón en la jugada 18 y del cambio en la 20, dieron a Pomar
una victoria. más que fácil. No tuvo, en suma, que jugar y 110 hizo más
que comer lo que le cala en la bota.

ALAPIN

BLANCAS NE{;R:\S PAXP? 20. AXT


Nicolás Pomar PXA 2I. DsT
C2R 22. D6T
P4R r. p,~R TrA 2J. A2R
C2R 2. C~AR C4D DfC+
2.{.
CD3AD 3· l\4A RrT 25. DsT+
P4D 4· PXP RrC 26. CXP
CAT? 5· A:;C+ CsA 27. D4C+
P3A 6. PXP RrT 28. P:>CR
l'XP ¡. A2R D2T 29. D4T
C3C x. P~D C6T+ 30. RI1\
A3D 9· C3AD DXD JI. CXD
O-O ro. O-O P4A V
-~·
CGC+
P4AR II. TrR R2C 33· CXT
A2C I2. AIA AXC 34· P3A
D2D !J. CsCR 1~2.'\ 35· R2C
T3A '4· AzD C4C ::.6. f'4TR
P4AD T,'í. C2f{ C3R 37· TDrA
C3A r6. C3C R3A 38. H3T
CsD r¡. P3A PsR 39· PAXP
P3TR? r8. PXC PXP 40. PXP
PXC Ig. AXP AXP 41. A4C

192
A4D 42. AXC P6D 46. TXA
AXA+ 43· P4C l4D 47. T8C
Ase 44· TXA+ Abandonan.
RXT 45· T4A

NUMERO 90
Partida Gómez - Brinckmann.
La variante escogida por las negras es dudosa, pero en todo caso es
necesario continuar por H .. AzCD en lugar de u .. D3CD. Después, las
negras quedaron sin compensación para su desventaja materia·:, y todas
sus maniobras parecen dictadas por la desesperación. Hacia el final ellas
habrian podido defenderse aún algún tiempo jugando 24-· P4TD y
25 .. AsCD, pero el PTR blanco debía de todos modos decidir la contien-
da. Gómez puede estar orgulloso de haber obtenido una victoria táctica
sobre Brinckmann, conocido y temido sobre todo como táctico.

DE [)AMA.-DEFENSA ESLAVA

BLANCAS NEGRAS TrD 14· AzCD


Gómez Brinckmann P4TR 15. D4T
T3T 16. AzR
P4D I. P4D D4A 17. PsC
C3AR 2. C3AR C4R r8. P6C+
P4A 3· P3A C3A Ig. PXP
C3A 4· P3R TrTD 20. D3C
AsC 5· PXP AXP 2I. TXP
P4R 6. P4CD RrA 22. TzC
P5R 7· P3TR TXP 23. 0-0-0
A4T 8. P4C C2R 24. P4AD?
CXPCR 9· PXC f3CD 25. DV\
AXPC 10. CDzD PJc\ 26. PXP
D3A Il, D3C TXP 27. DXA
AXC 12. CXA T3XA '?8. D6D
DXC 13. TrCR DrA+ 29· Abandonan
t¡ 193
NUMERO 91
Partido lngelmo - .Sonz.

Una partida muy buena de Ingelmo que supo apreciar en su justo


valor la insuficiente preparaóón de ·la actividad de las negras en el cen-
tro (14.. CXA no era tampoco satisfactoria. a causa de 15. PXP, PXP;
16. D6TR amenazando CsCR). La única posibilidad de sostener la pal'-4
tida ~onsistía, a mi juicio, en tomar con decisión el PT en la juga-
da 17. Ciertamente habrían tenido las .blancas la mejor posición, pero sin
nada dccisi vo todavía, mientras que como siguió la partida, el peón lle-
gado a 6TR, fué en extremo modesto y su eiiminación dió tiem-
po a las blancas de reforzar su presión. El final, aunque sencillo (todavia
más hubiese sido con 41. RJR), es instructivo, pues presenta el caso bu-
tante raro de la impotencia de la torre contra el cabal!o en la lucha de
peones pasados.
DE'I"'ENSA CARO-KANN

BLA..~CAS NEGRAS ArA 15. PsR


Jngelm.o Sanz P4CR! 16. PXC
PXC IJ. A4A?
P4R l.P3AD TXT r8. DXT
C3AD 2. P4D P6T+ 19. RrT
PXP 3· PXP CXP 20. DsR
C3A 4· C3AR P4A 21. DsT
P4D 5· C3A D4A 22. DXD
P3TR 6. P:;C CXD 23. CXP
A3D 7· AzC TrR 24. C7R+
0-0 ¡.;
'. 0-0 AXC 25. TrR
P3T 9· TrR RrA z6. PXA+
TrR 10. P3TD TXP 27- TXT
A5CR II. C4T RXT 28. RrC
DzD 12. P3A P4TR 29· RzA
AGT r:;. P4R? R3R JO. 1'4C
AXA 14. RXA PXP JI. PXP

194
CsD 32. A6T PSC=D 44· PST=D+
P4C 33· ASA R3R 45· D6A+
R4D 34· R3C R2D 46. DXP
P4T 35· RXP D8R+ 47· R2C
PsC 36. PXP D3R 48. Dif
PTXP 37· R3C R3A 49· PsC
P6C! J8. P4T D7R+ so. R3C
PsA 39· A3T P7C sr. DrT+
C4C 40. PsT R2A 52. D7T
R4R 41. A7R D8R+ 53· RzC
PGA 42- P6T PSC=D 54- Abandonan
PXP 43· P¡T

195
1 Brlnckmann Agustín O
1 Sanz Gómez O
1 Pomar Ingelmo O
1 Alonso Nicolás O
1 l'érez Samlsch O
O Navarro Keres 1
O Kocher Medlna 1
FUENTES descansa

NUMERO 92
Partida Brinckmann - De Agustín.

La variante elegida por Brinckmann está considerada justamente, a


mi juicio, como la refutación de z.. P4D. De Agustín parece creer, a
juzgar por los dos puntos de interrogación que ha puesto en su notación
a 9.. C3AR, que si hubiera jugado 9.. C3C esto hubiese cambiado las
cosas. Pero las blancas responderían entonces por 10. DsTR! y si
10.. P3CR (si 10.. CXA; 11. D7A+ y mate a la siguiente), seguiría
II, A5CR+, C3AR; IZ. D4T, seguido de! gran enroque con clara ven.
taja. En realidad, no hubo lucha en esta partida.

CONTRAGA1>1BITO DEL PEON DE DAMA

BLANCAS 1\'EGR~ S CXP ,. PXP


Brinckmann Alnlstín A4A (t.fl4C
P4D 5· nXPC
P4R l. P4R AXP+ 6. HzH
C3AR 2. P4D TIAR 7- A6T

199
A4AD 8. C2D T7A-f- rn. RrD
C3AD 9· CR1A A3A 17. DXP+
A4A IO. C3C DXD r8. CXD
A2R ll. C.~C-·-4D R2D f9- C7C
ex e 12. cxc AXPC 20. T1CD
D2D I,3. POR COA+ ZI. RrR
PXP I4. P4CR TXPA 22. Abandonan.
A3C r 5· D.5R

NUMERO 93
Partida Kocher-Medina.

Un planteo jugado con frecuencia en estos últimos años, y que se


:onsidera conduce a posiciones de esterilidad desesperante. Es evidente
que las blancas no tenían necesidad de dejarse aislar el PD jugando
ro. P4R, pero por su buen desarrollo no corñan tampoco ning6n peligro.
En efecto, en la jugada 14 se desembarazaron del peón aislado y hubie-
~n podido jugando ZI, TzAD obtener una partida igual. El cambio del
illlil contra el caballo es un grave error estratégico en esta posición, que
lleva a tJna posición muy difícil. Sin embargo, jugando ~- P4CD, las
blancas habrían podido defenderse aún. La jugada ~- D4AD pierde un
peón (pues si 29. 'T7AD entonces 21).. AXPC; 30. TXPT, T8D, etc.), y
'a partida.
OOLLE

3LANCAS NEGRAS O...__() ...1• D2A


Kocher Medina TrR 8. A2R
P3TD 9· P4D
:>_tD T. C~AR P4R ro. PXP
:,AR 2. P.~R CXP II. PXP
=>-;R P:;CD PXP !2. O-O
\-;D ·'·
d..AzC A~R I.).TRrD
-:rC-:zD s. P4AD TDrA !4- D2D
::.:~An G. C3A ArC rs. TDrA
!00
DzR I6,. P3CR TIT 3I. AXP
TRrD 17- ex e C3D 32. A4T
AXC !8. A3A Cr+A 33· A2C
PsD 19. PXP P4C 34· P3TD
AXP 20. DzR C3D 35· TrD
AXC? 21. AXA T3T J6. AsR
TXT+ 22. DXT CzC 37- TIAD
CIR 2j. DzD T4T 38. A3A
P3TR 24. TrD T3T 39· AzC
P3CD 25. k\C C3D 40. T3A
DzA z6. D4D CsR 41. T6A
D4A? 27- A7C T4T 42. T6C
DXD z8. AXD A6T .q. TXP
TIC 29. AXP PsC 44· TST++
P4CD JO. TrAD

NUMERO 94
Partida Sanz - Gómez.

Sanz se aprovech6 muy bonitamente del avance prematuro del PR


(era preciso jugar 8.. P3D). Las negras no podlan tomar la torre en la
jugada 13, porque después de 14- A2CD, D¡TD; PXA ellas habrlan
también perdido la dama. Y en la jugada 18, en trance desesperado, sa-
crificaron una pieza, pues si 18.. D3T, entonces 19- D3AD, con la doble
amenaza 20. CXPA y 20. C6AR+I Esta corta partida demuestra clara-
mente que sin el desarrollo de las piezas toda acción agresiva está con-
denada al fracaso.
INGLESA

BLANCAS NEGRAS P3CR 3· C3AD


Sanz Gómez A2C 4- A4A
P3TD 5- P4TD
P4AD I. P4R P3R 6. O-O
C3AD 2. C3AR CRzR 7· TrR
201
0--0 8. PsR? PsA r8. AXP
DzA 9· D2R PXA 19. CXP
C4A ro. CrD AXP+ 20. RrT
C(4A)5D II. cxc D3A 21. P3AR
cxc 12. D4R A6C 22. T4R
P4CD! 13. PXP D4A 23¡ DXC
A2C 14. D3D D4T+ 24. RrC
PXP 15. TXT D7T+ 25. RrA
AXT r6. A2T P4D 26. Abandonan.
AXPR 17. C3R

NUMERO 95
Partida Navarro - Keres.

El planteo es jugable por el .blanco; lo que no es jugable es 9. D2AD,


con la idea de enrocar por el lado de dama, ya que las negras obtienen
un ataque sin que las blancas tengan ni la sombra de un contraataque en
el costado de rey. No obstante, la partida habría durado más si el blanco
a ~u vez hubiese atacado el caballo negro en la jugada 17. Una continua-
ción plausible sería entonces 17. P4R, PXC; 18. PXC, PXP; 19. DXP,
DXPA; a>. TRIAR, D7AD+; 21. R1T, DsAD; zz.. DXD. PXD;
23. T7D, P3AR, seguido de 24. P4CD y la ventaja de un peón decidirfll
la partida.
liJE !DAMA

BLANCAS NEGRAS C4-5C 6. P4D


N-avarro K eres A4A 7· C1T
P~R fl. 0-0
C3AR I. C.1AR D2A <). A2D
P4D 2. P4AD 0--0--0? 10. A(zmxc
P4A 3· PXP CXA r r. n~c
CXP 4- P.1R RTC 12. TRrA
C.>AD 5- AsC A1D n. C4A
202
PXP 14-. CXA RrT rg. CXT
DXC rs. CXP DXC 20. T4-A
AsR r6. P3TD D2R 2I. TrD
C3T? 17. A6A! P4-R 22. D3A
AXA r8. CXA+ Abandonan.

NUMERO 96
Partida Pérez - SamÍ$Ch.

En este planteo, lo más lógico para las negras, caso de que éstas jue-
guen P4CR, es aceptar el sacrificio de caballo jugando PsCR y desen-
volvu en seguida por el contra sacrificio P4D. Ciertamente, 8.. AsCR es
una jugada débil, pues las negras debfan inmediatamente atacar el ca~
ballo por 8.. CRzR. El plan de desalojar el caballo por P3AD fué lin-
damente refutado por Pérez, procurándole el sacrificio de la pieza un
ataque muy fuerte, probablemente irresistible. Sí en la jugada 16.. PXP
entonces 17. DXP +. C3R; 18. A6D, C3AR; 19. D4TR y las negras
no tienen jugadas satisfactorias. En la posición final, después de 18.
PXP; 19. AXA, CXA; 20. AXA+, DXA; 21. CsR, D3R, las blan-
cas ganan igualmente con facilidad con 22. DsCD+, etc.

VIENESA
BLA."l'CAS NEGRAS P:;AD 9. D2D
Pérez Samiscb P4TD ro. CrD
P:;T II. P~AD
P.tR r. P4R A~C! !2. DrA
Cv\D 2. C3AD A4T r :J. AzD
P4A _,. PXP CXP! !4. PXC
c,A 4· P4CR A X PAR !5. P4D
A4.A s.P3D D;;-R r6. C<R
P4D 6. PiTR ·'''R! r~ C'?R
O-O 7· AzC oxp r8. Pierde por
CsD 8. AsC(?) tiempo.

203
NUMERO 97
Partida Alonso - Nicol6s.

Las Negras adoptaron una variante tanto má~ peligrosa para ellas,
en cuanto ya han perdido un importante tiempo en la apertura (P3TD ?).
En la jugada 15. podfan haber ensayado: ... , P 4A R porque después de
rs ..., A3R el avance del Peón AR destruye la posición del Rey negro
en pocas jugadas; 18. PaR 1 es más enérgica que. 18. P6A, P3CR; des-
pués del cambio de Jos Alfiles, las Negras no pueden jugar. P3CR a
causa de 21. D2D, ganaría inmediatamente. La 23.• jugada de la~ Blan-
cas es simp'e pero muy fuerte, porque después del cambio de Damas
las Negras perdedan inmediatamente dos Peones con una po~ición de ses.
perada. El final es comprensible. A'onso ha conducido muy bien el ataque.

DE DAMA

BLA..~CAS NEGRAS ArC I 1{, A1R


Alonso Nicolás P.-f. A r6. D1TD
'P~A T'7. AAD
P4D I. P4D PJ.R! rH. AXPT
P4AD 7.. P~R AXA T'). DXA
C.~AD .~· C:~AR PI; A 20 . D3R
A~C A. AzR T~C:R ~T. DXPR
P~R ~. P~Tn TX'P+ 22. RrT
C~AR ó. CD-:¡D Dv\! 23. TDrR
PXP 7. CXP n~A.. 24. D6R+
AXA P. DXA RrT 2~. D~TD
TrA (). P~AD n?T 26. T~R
A~n ro. cxc n~A. n 27. TrCR
TXC II. P4R TYP 28. TXPC
PXP !2. CXP TRA.+ 29. TrC
ex e I1. DXC TVT+ .'\0. RXT
O-O 14. 0--0 P7A+ JI. Abandonan.
204
NUMERO 98
Partida Pomar • lngelmo.

Es ésta una buena partida de Pomar, por cuanto no estuvo nunca en


peor posición, y que cuando se presentó la ocasión aprovechó bastante
bien el error (en la jugada 21) de su adversario, El final de torres es-
taba ganado de muchas maneras, pero él eligió la más segura maniobran-
do para cambiar las uos torres. Esta partí da puede estimarse como su
mejor actuación en el torneo.

OEFEI'iSA DE LOS DOS CABALLOS

BUillCAS NEGfU\:'i .t~><t> 20. P4R


lngehno ¡\.zA 21. P4D?
Pomar
1-'X.l'D 22. TXP
P4R I. P4R DsA+ 23. CzD
C3AR 2. CJAD C3A 24. T:~D
A4A J. C3AR p;<p 25. AXA+
P3D 4· A4A TXA 26. T3T
C3AD s. P.>D l'6R? z¡. CrA
AsC 6. PJTR TrR 28. DzR
A4T 7· AsC C4l~ 29. CXP
P3TR 8. AXC T2D JO. RrC
DXA 9· CsD DsH+ JI. DzA
DrD ro. P3AD CXP J2. cxc
~ II. P4CR DXC JJ. D3C-i-
A3C rz. P3TD D3R 34· P4A
CzR 13. C3R !)..¡.¡\]- 35. DzA
AXC 14· PXA DXD J6. RXD
P3A rs. AzT T¡R+ 37· R3A
DzA IG. DzA T2--¡D 38. P4C
P4D r¡. 0--0--0 Tí' A+- J9· H4D
P4TD r8. P4TR PXP 40. PXP
P:;AR rg. PXP T¡C 41. TJA

205
TsC+ 42. R3D P4C 49· PsA
T7A 43· TIR R3R so. R4R
R2A 44- T4R P4A+ SI. R4D
T6C+ 45- T3R PXP 52. PsC
T7~A 46. R4D P6T 53· P6A
TXT 47· TXT PXP 54- P6C
TXT 48. RXT R2D 55· Abandonan.

206
RCNDA XV
1 Keres Kocher O
1 Samlsch Navarro O
O Nicolás Pérez 1
O 1ngelmo Alonso 1
'/, Gómez Pomar '/,
1 Agustín Sanz O
'/, Fuentes Brlnckmann '/,
MEDINA descansa

NUMERO 99
Partido Fuentes - Brinckmonn.

Una de esas partidas típicas de fines de torneo que no tienen ninguna


·nportancia para adversarios cuyo puesto ha quedad' definitivament~
·: ;tableeido en las rondas precedentes. De otro modo, Brinckmann habría
odido muy bien en la posición final tratar de ganar por ZJ .. PsTD.

ESPAÑOLA.-DEFENSA BERLINESA

lLANCAS NEGRAS P4D 6, f'XP


Fuentes Brinckmann CXP 7· A2D
AXC 8. PXA
>4R I. P4R P4AD 9- O-O
:3AR 2. C3AD C3AD IO. P,¡AD
\.sC J. C3A CzA JI. TrR
)-0 4· P3D P.v\R 12. A.>AD
:ñR 5· A2R P3CD 1 3· C2D

14 209
A2C 14. A3A PAXC Ig. CsD
RrT 15_. CrA C2A 20. cxc
C.>R 16. C3R DXC 21. D3A
CDsD 17. AXA TDrA 22. P4TD
DXA r8. AXC DrD 23. Tablas.

NUMERO 100
Partida De Agustfn • Sanz.

La partida comenzó por un error grosero de Sanz (que las blancas


podían todavia explotar mejor por 10. CsR), que de hecho debía termi·
nar la contienda. Pero lejos de ello, no hacia más que principiar, pues De
Agustín, sin razón alguna, dejó empeorar la posícíón de sus peones, con
lo que el resultado llegó a ser muy incierto. Finalmente, De Agustill'
devolvió su -peón de más y ocupó !a séptima fila, Jo que a la larga se-
reveló como decisivo. En resumen, una partida poco edificante.
DEFENSA CARO"KANN

BLANCAS NEGRAS CsR IJ. CD2D


Agustín Sanz D.1D? 14. ex e
PXC rs. D4T+
P4R T.P3AD D3A r6. DXD
P~n 2. P4D PXD 17. C4D
('1;\T) 3· PXP AzD r8. P3R
CXP 4· CzD TrCD rg. P4C
C1AR .'í· C~AR C.tR 20. A2R
C1C fi_ P3C RzR 21. TRrAR
/\.~ .\ D 7. P3TR P3C 22. T4A
AIR 8. C3C P4AR 2J. P4C
1~
1C q. A5C? P4A 24. PXP
AXP+ ro. RXA T7C 25. R3C
c~R+ TI. RzC TrAR 26. P4TD
CXA 12. P4TR C3A 27. AsC
210
cxc 28. PAXC R3A J6. T2D
P3A 29- A4A TrD 37· T:zC
T7A JO. ArA TXPT J8. T7C
T6A JI. PXP T2D 39- TSC
PXP 32. R:zA T7T+ 40. RrR
TrCD 33- TzT TzCR 41. ArA
A3R 34- TzR T6C 42. T8A+
T6T 35. A3T RzC 43· Abandonan.

NUMERO 101
Partida Kere• • Kocher.

La jugada 7 de las negras es errónea, pues con su respuesta las b":an-


cas amen;uan no sólo 9. C6AD, sino también 9. CXPAR! Sin embargo,
las negras no habrían probablemente perdido tan pronto jugando S.. 0-0;
g. C6AD, DrR, pero habían perdido a la larga después de 10. AsCR,.
AzCD; n. CXA+, DXA; rz.0-0, etc. Luego deS. CXC?,la apertu-
ra de la columna de dama llega a ser rapidamente mortal.

DEFENSA FRANCESA.-VARIANTE TARR.ASCH

BLANCAS NEGHAS 0--0--0 Il.P4AD


Keres Kocher l'4TR 12. DzA
CsC IJ. P3TR
P4R J. P3R D4R 14. P4A
P4D 2. P4D PXP a ..p.zs. CXP
CzD 3· C3AR AXD 16. CXD
A 3D 4· PXP AXC 17. PXC
CXP 5- CD2D AXT rS. PXP
C3AR 6. A2R P4AD Ig, P4CR
D2R 7· P3CD? P3CR 20. PTXP
CRsR! R. CDXC? AsR 21. A3T
PXC g. C2D TST+ 22. RzA
A4AR ro. 0-0 T7T+ 23. Abandonan.
211
NUMERO 102
Partida lngelmo • Alonso.
Un& Caro-Kann en que las negras obtuvieron gradualmente una lige-
ra ventaja. (;uando Ingelmo comenzó la combinación que causó su
pérdida, tenía ya algunas dificultades, Su- último esfuerzo, 24-. A5C
queda totalmente refutado por 24.. TXA, pues sizs. TXT, CsCRI gana
inmediatamente. Todavía una partida muy bien conducida por Alonso.

CARO·KANN

BLA."JCAS NEGHAS ArA P3TD


r6.
lngelmo Alonso t'31D P4CD
17.
:PsA 18. PXeD
.I-'4R l. P3AD C.AC 19. TXC
CJAD 2. P4D .t-'AÁl' 20. 1-'X1·R
C3AR J.. 1->X.t> 1JÁJ:'+ 21. HiT
CXP 4· C3A U3T 22. A4A
C..>C 5· CuzD lüf 2J. 1-'XP
r-'4D 6,. .i:'JR <->.sC 24. TXA!
A3D 7· A3D AXC 25. TXT
u-o 8. DzA AXe+ 26. H.XA
D2R 9· O-O TXT 27. AXJ:'+
TrR lO. P4A DXA 28. UXD+
P3A II. P3CD RXD 29. l'7A
CsR 12. A2C 'irR JO. A6R
P.¡AR IJ. TlJrD CzR JI. T¡A+
AzD 14. DrC Abandonan.
TDrD IS. DIT

NUMERO 103
Partida Samisch • Navarro.
Samlsch ha querido demostrar en su última partida del torneo que
es capaz de jugar una partida sin pasarse de tiempo, Verdad es que su

212
contrario no le hizo la tarea demasiado difkil; al no volver a tomar in·
mediatamente en 3R el nr.gro, perdió el PAR y se llegó a. tm final en
que las blancas tenían buena !l{lsición y un peón de más. Pero lo impar·
tante para Samisch era no estropear su posición antes del control del
tiempo, y así maniobró en consecuencia, es decir, que no emprendió na.da,
y !a portida duró una veintena de jugadas de más, pero la ganó. Una
pequeña satisfacdón después de tantos sinsabores en este torneo.

HOLANDESA

BLANCAS NEGRAS CiD 23. P3A


Samisch Navarro P3A 24. A2D
ArC 25,. TrR
P4D r. PJR RrR 26. ArAR
CJAR 2. P4AR RzD 27. T2-2R
PJCR 3;' C3AR TrR 28. AzC
AzC 4· AzR P:~C 29. P3T
0--0 :;. 0-0 P4CR JO. P4D
P4A 6. DrR PsA JI. CzT
CJA 7· D4T P:;R 32. CrA
Dzk 8. C:~A AzA 33· C3C
P~TD 9· P:;TR A~C 34· C4R
PsD 10. CrC P~T 35. P.!TD
TrD rr. P3D AXC 36. TXA
PXP I2. C3A R<D 37· T4-2R
C~D IJ. ArD P.tC 38. A4R
CAA q. DrR TrCD 39· TrAR
nXp rs. P4CR R2D 40. PXP
DnC+ r6. DXD PXP 41. TrT
cxn 17. TrR TrTD 42. Tz-rR
P.,R r8. CXP ArA 43· A6C
CXC+ rg. TXC TRrC 44· A7A
Rr.\' 20. Ase CzA 45· TrAR
A1R 21. TzA TXT 46. TXT
TDrA 22. A2R TIT 47· TXT
213
CXT 48. RzA CsT sf.. A7C
C3C 49· R3A CXP 57· A6T
A3D :;o. R4R R3D ss. R3R
RzR .')!. A6C C¡D-t- 59· R4R
CsT 52. ArA CzA 6o. A7C
AsA 53, AXA PsC (, 1. R1R
PXA 54.· RXP C4D-t- 62. Abandonan.
CXP :;:;. l\4R

NUMERO 104
Partida Nicolás - Pére.z.

En un planteo archkonocido, las blanc., cometieron una falta posi-


cional grave jugando 8. PsD, (correcto es 8. CXC, o bien 8. DzAD). Pero
ellas no habrían llegado tan rápidamente a una posición perdida si no
hubiesen situado sus piezas en la diall;onal 3TR-8AD en fonna de no
poder salvar una. Algunas jugada> de ataque que siguieron fueron sin
dificult<Id paradas por Pérez, que tuvo una victoria fácil.

DE DAMA.-D!E.FENSA INDIA DE DA1>1A

BLANCAS NEGRAS P4R 10. C2D


Nicolás Pérez C4D JI. P4R
C<;A 12.- A3AR
C3AR r. C3AR D4C 13. RrT
P4D 2. P;CD A_,TR 14. C4A
P3CR J. AzC A1R? I .').• ArA
A2C 4· P3R P4A r6. P3C
0-0 5· AzR PXP 1/. PXC
P4AD 6. O-O D{I' 18. AXP
C3A 7· C:;R TXP rq. CXP
P5D 8. cxc TDTAR 20. AzCR
PXC 9· P3D TD4A 21. AXT

214
AXA 22. Cv\ P4TD 33· D8R
D3T 2]. TrR P.1T 34· D8D
A4D :!4. T8R+ D5A 35· D¡D+
IbC 25. P4TR R3C 36. C4T+
A3D 26. T4R RXP 37- AXA
P4CR 27, RrC PXA 38. C~A+
TsA 28. PXP DXC DXA
39.<
D4T 2<). TXT PXP 40. PTXP
AXT :iO. D2R RsC 4!. D3C+
A3D 3!. TrR DXD 12. PXD
DsC 32. RrA Abandonan.

NUMERO 105
Partida G6me:~: • Pomar.
Desl>Ués del gran esfuerzo del día anterior, Pomar estaha fatigado
evidentemente. Ya en el plantro cometió un gran error que aun con el
juego sin iniciativa de su adversario, le condujo pronto a una situación
sin saÍida y se vió obligado a sacrificar una pieza que las blancas no ga.
namn de la. mejor manera (correcto era 25. P3TR, TXP; 26. P8D(D)+,
AXD; z;. TXA+, R2A; z8. T7D, P3CD; 29. C4D, con una posición
ganadora. Como fué jugado las negras obtuvieron excelentes posibilida·
des de tablas (mis sencillo que 4J .. PsCR era 43 .. P4CD!). La captura
del caballo en 4TR era una empresa demasiado arriesgada que podía
ser castigada por 45. AzD+, RXC; 46. A4AR, con la terrible amenaza
de 47. T8CR. Después de 4.Í· TsTD+? las negras consiguieron salvarse
sacrificando la calidad. 1Bien está todo lo que acaba bien 1
~ITO EVANS
BLANCAS NEGRAS A4A ,l. A4A
Gómez Pomar P4CD 4· AXP
Pv\D 5· A4T
P4R l. P4R P4D 6. C3AR?
C3AR 2. C3AD PXP ~
1• CrCR
215
D3C 8. D2R TSD 34· C3A
A3T ~· P3D TSAD 35· P4T
0-D 10. C3T T7A+ 36. R3C
PXP II. PXP CzD 37· TsC
CD2D !2. o~o IUR 38. PsTD
TrR IJ. C4R TSA 39· T7C
TxD 14. AsCR T8TD 40· CsD+
A2R r.s. TDrA R3D 41. C7A
DsD r6. AXC R3A 42- T7T
AXA 17. D4C C3A 43· PsC?
AXP r8. CXA+ C4T+ 44· R4C
CXC 19. DXD TsT+r 45· RXC
PXD 20. AXP AzD 4-6. C6T
AXT 2T... AXT A4A 47· P4C
A¡H 22. At-T T8T . . s. T7A+
P6D 23. T7A R4C 49· ese
P7D 24. P3A T8CR so. TsA+
P3TD 25. R2A RXP SI,· TXA:
PSD=D 2b. AXD P3C+ 52. R6T
AXA 27. T7T PXT 53· C6A+
AsT 28. TXP R4A 54.· C7R
A4C 29. T6C PsA 55· P6T
A2D 30. C4A TRTD s6. RXP
RrA 31. P4CR TXP 57· P6C
ArR 32. P4TR PXP sB. CXP
TsD .13· CzR Tablas.

FIN

216
DESPUES DE LA GRAN PRUEBA

• Algunos comentarios de la prensa española


El Pemamiento Alavés, 25 octubre de 1943.

Lo más destacado del torneo ha sido la actuación de Fuentes, que


tras una lucha emocionante con todos los participantes logra quedar
segundo, perdiendo tan sólo una partida, precisamente con el ven-
cedor Keres.
El alemán Brínckman queda en buen Jugar, no haciendo lo mismo
su compatriota Siimisch, que queda rezagado en un modestísimo
12 lugar. Este afamado maestro internacional perdió la mayoría de
sus partidas por tiempo, cosa inexplicable en un jugador de su talla.

El Mundo Deportiw, de Barcelona, 25 octubre 1943.

Medina y Alonso 8 y medio (no cabe decir que su colocación es


meritísima), máxime cuando el catalán Medina tenía ganada la par-
tida con Brinckman, y que a causa del reloj no jugó correcto, y la
partida de Navarro debía haberla ganado. Eso por lo menos. Sin em-
bargo, es el de ambos un excelente papel.

Sevilla, de Sevilla, 28 octubre 1943.


• • • • • • •• • • .. •• • • • • •• • • • • •• • •• • •• • •• • • • • • • o •••••• o ••••• ............... ··~

Ha constituido un éxito sin precedente la celebración de esta


gran competición en nuestra Patria. Durante veintitantos días han
sostenido fuerte pugna con los ajedrecistas extranjeros los represen-
tantes españoles, pugna mantenida dignamente por nuestros jugado-
res a lo largo del torneo, consiguiendo una magnífica clasificación
para España.
Comentando la actuación de los participantes, hay que destacar

217
algunas actuaciones, como, por ejemplo, la del notable jugador Juan
Manuel Fuentes, quien al conseguir el segundo puesto ha logrado,
seguramente, el mayor triunfo de su vida ajedrecista.

Chicos, de Madrid, 1 diciembre de 1943.

En resumen, una muy provechosa experiencia para nuestms aje-


drecistas, al ponerse en contacto con figuras extranjeras Je gran re-
lieve. Y una demostración de que los alicionados cspaf\oles pueden
competir sin desdoro con los mejores internacionales del ajedrez.

Voz, de Avilés, 23 octubre 1943.

Como dato curioso figura el niño Arturiro Pomar, cuya populari.


dad fué cr~cicmlo en estos días, sobre todo despué:; del gran triunfo
sobre Ingelmo. Fueron muchas las personas, sobre todo niños, que
acudieron al Círculo de Bellas Artes a pedirle un autógrafo. Y tué
tanto el abuso, que la Directiva del Círculo tuvo que intervenir para
evitar molestias al precoz ajedrecista.

Arriba España, de Pamplona, 19 noviembre .1943.


LA uFliRIA ESPANOLAn EN EL AJEDREZ DE HOY
Después de los uveinte días de ajedrez» que ha vivido España
puede llegarse a una conclusión que interesa a todos, ajedrecistas o
no : el progreso.
Por la sala en donde se jugó el gran Torneo internacional de Ma-
drid desfilaron en estos días más de 50.000 personas.
La capital de España--centro dinámico de la nación-irradió esta
potencia centrifuga a todas las provincias y en ellas no faltó el co-
mentario y la atención rimando con la de Madrid entero dedicado al
ajedrez; y este fenómeno se debe a un solo hecho : los españoles han
seguido paso a paso, con entusiasmo creciente, los resultados del
ajedrez, porque en sus ajedrecistas encontraron la condición indispen-
sable que exigen todos sus hijos cuando tienen que mostrarse ante
el Mundo entero: Personalidad.

218

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