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6. EL SI DE LAS NIÑAS.

6.1. Autor: Perfil humano y literario de Leandro Fernández de Moratín.

Perfil humano
Leandro Fernández de Moratín nació en Madrid en 1760, hijo del poeta y
dramaturgo Nicolás Fernández de Moratín. Viajó por varios países europeos,
sobre todo Francia, y perteneció al pequeño grupo de ilustrados españoles.
Durante la guerra de Independencia se puso al lado de José Bonaparte y
desempeñó el cargo de bibliotecario mayor. Al ser derrotados los franceses,
se vio obligado a exiliarse en Francia y murió en París en 1828.

Fernández de Moratín destacó por ser un hombre inteligente y culto, de


carácter introvertido y difícil. Formado en la cultura francesa y en la estética
neoclásica fue un afrancesado, lo cual se debió, como sucedió con otros
ilustrados, a su admiración por lo que Francia representaba en su época, y
porque pensaba que de allí podía venir la renovación para España y la
solución de sus males: el atraso cultural y la pobreza.

Perfil literario

Moratín escribió poesías satíricas y también otras en los diversos géneros


de la lírica clásica: epístolas, odas y sonetos, romanes. Su producción
poética se caracteriza fundamentalmente por la elegante contención y el
equilibrio formal propios del neoclasicismo. Destacan los poemas: Lección
poética, Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana, La
despedida y Elegía a las musas.
Entre su abundante obra en prosa, didáctico crítica, la más conocida es La
derrota de los pedantes , una sátira contra los malos escritores.

Además, Moratín fue el mejor autor de teatro del siglo XVIII. Caracterizado
por seguir fielmente las reglas del neoclasicismo, entre ellas las de las tres
unidades, con lo que esto supone de limitación de posibilidades y de
dificultad para una mejor aceptación por parte del público. Su idea,
también, de la utilidad del arte, característica del siglo, hace que los temas
se limiten a la crítica de costumbres. Moratín pretendía, como él mismo
expresa, "poner en ridículo los vicios y errores comunes en la sociedad, y
recomendar la verdad y la virtud".

Tres de sus comedias tienen un único asunto: la defensa de elección de los


jóvenes para contraer matrimonio: El viejo y la niña , El sí de las niñas y El
barón. La comedia nueva o El Café es una sátira contra los dramones
extravagantes que se representaban en su tiempo. En La Mojigata satiriza la
falsa piedad, la hipocresía.
Su comedia más famosa e importante es El sí de las niñas (1801) y tiene un
argumento muy sencillo: Paquita es coaccionada por su madre, doña Irene,
para contraer matrimonio con un maduro caballero, don Diego. Paquita está
enamorada de un joven y apuesto militar, Carlos, sobrino de don Diego.
Carlos y Paquita, a pesar del amor que se tienen, están dispuestos a
renunciar a él, pero don Diego se entera y es él quien renuncia para que se
case la joven pareja.
El sí de las niñas es una comedia de perfecta construcción, con caracteres
bien diseñas y un diálogo natural y adecuadamente elaborado. Aunque en la
actualidad su tema haya quedado trasnochado, en aquel tiempo significó un
planteamiento progresista que intentaba denunciar unas costumbres y
prejuicios sociales muy arraigados.

6.2. La obra en la trayectoria literaria del autor.


Contexto Histórico
La vida del autor comienza al poco de haberse proclamado rey de España
Carlos III, hasta ese momento rey de Nápoles; en 1788 sube al trono de
España Carlos IV y en 1828 cuando muere Moratín sube al trono Fernando
VII.

Contexto cultural
Durante el reinado del ilustrado Carlos III (1759-1788), la influencia francesa
en España condujo a la adopción de formas artísticas neoclásicas y a una
nueva manera de ver e interpretar el mundo. Estas tendencias, que no
llegaron a ser aceptadas por el pueblo, fueron introducidas en la literatura
dramática española por Nicolás Fernández de Moratín y más tarde por su
hijo Leandro Fernández de Moratín, cuya obra más famosa es El sí de las
niñas (1805)

El teatro de Leandro Fernández de Moratín supone el triunfo de la comedia


neoclásica. Moratín, no es más que el final de un largo proceso que dura
toda la centuria, por implantar un teatro distinto, fruto de la ideología
reformadora de una nueva sociedad.
Es el dramaturgo más sobresaliente del siglo XVIII.
Se puso al servicio de las ideas estéticas del Neoclasicismo. Su actividad
fundamental fue el teatro.
Sus temas fundamentales eran: los matrimonios concertados, la educación
de los jóvenes y el teatro de su tiempo

6.3. Tema y estructura de la obra.


La estructura de la obra es la típica de las obras neoclásicas, la acción tiene
lugar en un solo sitio, en el curso de una sola noche. Todos los personajes
son de la misma clase social a pesar de su diferente posición económica.

El argumento es la historia de un anciano que aspira a casarse con una


jovencita, esta acepta porque según la educación que ha recibido solo
puede decir sí a lo que le proponen sus mayores. La madre de la joven, un
personaje extremadamente cómico, espera que el matrimonio de su hija les
libre de la extrema pobreza y se preocupa más por su futuro que por la
felicidad de su hija. Mientras tanto ésta se ha enamorado de un joven oficial,
al que está dispuesta a renunciar para no contrariar a su madre.

Escrita en un lenguaje animado y coloquial con un ritmo rápido a pesar de


sus condicionantes estructurales, El sí de las niñas es una divertida farsa en
la que Moratín pone de manifiesto los vicios de la educación que se daba a
las mujeres, la falta de libertad, la inadecuada formación que les hace
totalmente dependientes del matrimonio para su vida futura. A pesar de
que hoy pueda parecer una obra muy inocente, el grito de libertad que
encierra hizo que esta obra encontrara una fuerte oposición eclesiástica.
Esta obra tiene una estructura interna y una estructura externa, que quedan
de la siguiente manera:
· Estructura externa: la obra está dividida en tres actos, los cuales, a su vez,
están divididos en escenas.
-Planteamiento: primer acto, - nueve escenas
-nudo: segundo acto, - dieciséis escenas
-desenlace: tercer acto, - trece escenas
· Estructura interna: se divide en desarrollo, nudo y desenlace, los cuales
pertenecen al primer, segundo y tercer acto respectivamente.

6.4. Personajes.
Esta obra consta de solo siete personajes que son:
· Don Carlos: es un joven instruido, buen chico y sumiso ante su tío. Su
arrojo se revela casi al final de la obra, en el momento en que Doña Irene
experimenta un ataque de ira.
· Doña Irene: es una señora avasalladora, que se mueve por un sentido
práctico que raya en egoísmo; habla sin parar y, cuando descansa, escribe
cartas.
· Doña Francisca: es una muchacha obediente y juiciosa, que finge ser
ingenua, pero que se siente culpable porque vive la emoción del amor
contrariado.
· Don Diego: es el personaje que interviene en más escenas. Siendo un
caballero razonador, franco, generoso y comprensivo, se siente atado a la
opinión de la gente por el paso que va a dar.
· Rita, Simón y Calamocha: estos tres personajes son los tres criados, los
tres tienen caracteres muy cómicos.

6.5. Influjos y relaciones.


El sí de las niñas es neoclásica en sus preocupaciones temáticas.
Literariamente, los autores ilustrados buscan un nuevo modelo que
responda a sus aspiraciones de mejora de la sociedad, a la aplicación del
pensamiento racionalista y a la divulgación del conocimiento.
Los escritores neoclásicos, guiados por la razón, se manifiestan de forma
crítica ante al mundo que los rodea.
La comedia moratiniana engarza con estas preocupaciones que eran las del
teatro ilustrado , que defendía en sus obras una intención didáctica que
contribuyera a la reforma de las costumbres de la sociedad.
El sí de las niñas tiene claramente un carácter didáctico. A través del
planteamiento de un problema cotidiano, se desprende una enseñanza. El
fin no es otro que criticar la autoridad que ejercen los padres sobre sus hijos
respecto al matrimonio, alentando así un cambio necesario de las
costumbres y tradiciones del momento.
La comedia de Moratín es profundamente humana; como dice Joaquín
Casalduero, “de una humanidad que no se individualiza, sino que se
generaliza”.
La obra plantea una problemática cercana a los espectadores, pudiendo
éstos encontrar en ella el reflejo de sus propias situaciones personales y es
claro el propósito del autor de hacer evidente la necesidad de cambiar.
Plantea Moratin un conflicto que preocupa a la gente y en la forma de llegar
al público con esa vocación didáctica, se prioriza la verosimilitud por encima
de la creatividad. Es de esta forma que el público se reconoce en la obra y
se consigue con mayor facilidad el efecto didáctico pretendido.

6.6. Estilo y técnica dramática.


La comedia moratiniana se adapta por completo a las normas estéticas del
Neoclasicismo. De El Sí de las niñas se extraen lecciones morales, pero es,
además, una comedia divertida que provoca a menudo la risa o la sonrisa
del espectador. Se debe a que el autor domina el arte de presentar las
cosas de un modo cómico, pero dejando translucir en el fondo de ellas una
rigurosa seriedad.

Todas las piezas teatrales de Moratín siguen fielmente la ley de las tres
unidades. Así, en El Sí de las niñas, la acción se desarrolla en un único
escenario: “una sala de paso con cuatro puertas de habitaciones para
huéspedes” de una posada de Alcalá de Henares. Moratín gusta de
puntualizar de cada obra el tiempo de duración de la misma: “la acción
empieza a las siete de la tarde y acaba a las cinco de la mañana siguiente”.
Así el espacio y el tiempo de esta comedia son limitados; esto constituye un
acierto teatral, ya que el espacio y el tiempo contribuyen a intensificar la
acción. Moratín se ha propuesto construir una comedia de “acción interior”.
Lo importante es lo que acontece en el alma de los personajes. Lo reducido
del espacio ha permitido que don Diego se entere por casualidad natural de
la verdad de los hechos, y ese mismo reducido espacio es el que permite el
sosegado coloquio con la muchacha primero, en esta escena, y a
continuación, con su sobrino y con doña Irene, en escenas sucesivas. La
acción es concentrada, sin acciones secundarias que distraigan al
espectador, y contribuyen a ello el tiempo y el espacio reducidos. De la
concentración de la acción surge en esta obra la tensión dramática,
consustancial a toda obra teatral.

El diálogo cobra en esta comedia una importancia decisiva. Todo ocurre a


través de él, y la feliz solución final vendrá precisamente porque los
personajes han sabido dialogar sosegada y civilizadamente. A veces, la
tensión dramática de alguna escena viene dada porque a personajes
dialogantes se oponen otros que no saben o no pueden expresarse con
claridad. Tras la inautenticidad de sus palabras se esconde la inautenticidad
de sus vidas. Este es el caso de Paquita, personaje incapaz para el diálogo
abierto.

Clasificar como realista e teatro de Moratín quiere decir que este autor ha
elegido un conflicto, un ambiente y unos personajes pertenecientes a la vida
cotidiana. La comedia neoclásica tiene una finalidad moral y pretende
ajustarse a las normas de naturalidad y racionalidad. Por ello, lo fantástico,
lo alegórico o lo espectacular están excluidos. La consecución de los fines
morales que Moratín pretende, lleva consigo elegir un tema enraizado en la
problemática de los hombres de su tiempo y unos personajes y ambientes
fácilmente reconocibles por el público. Así ocurre en esta comedia: el
casamiento entre un anciano y una jovencita era corriente en la época, pero
se derivaban una serie de desajustes sociales. Así mismo, todos los
personajes de la obra son perfectamente verosímiles.

La habilidad con que Moratín utiliza procedimientos escénicos se podrían


denominar naturales. La habilidad para dotar de naturalidad lo que es
artificio escénico constituye, es uno de los mayores aciertos técnicos de
Moratín; un ejemplo de lo anterior podría ser la iluminación del escenario en
un momento determinado.
La lengua utilizada en los diálogos es completamente moderna. Hay pocas
diferencias con el español actual. Se puede destacar la eficacia dramática
de la misma. Moratín es un maestro en el arte de emplear el lenguaje
adecuado a cada personaje. Don Diego es un caballero de edad madura,
buena posición, educado culto. Todas estas características se reflejan en su
forma de expresarse, que es mesurada, correcta y fluida. Las réplicas de
doña Paquita son cortas, correspondientes a una persona que tiene
dificultades para expresarse libremente ante sus mayores. Luego, el diálogo
se ajusta perfectamente a cada situación. Los cambios de tonalidad y las
pausas que interrumpen el diálogo contribuyen a ahondar el contenido
sentimental de la situación. Hay que señalar la adecuación del lenguaje al
tono realista de la obra. No se encuentran frases grandilocuentes,
declamatorias o efectistas, sino que el diálogo discurre por derroteros de
sencillez cotidiana. Conviene decir, en elogio del autor, que los propósitos
morales de la obra no le han hecho incurrir en el abuso de discursos
doctrinales.

6.7. Valor y sentido.


El carácter de la obra es didáctico como corresponde al teatro
del Neoclasicismo, plantea un problema cotidiano y desprende una
enseñanza conforme a los dictados de la razón, ya que su fin es criticar la
autoridad que ejercen los padres sobre sus hijas respecto al matrimonio,
obligándolas a tomar por marido al mejor partido financiero. Esta obra
adelanta la igualdad de la mujer en la sociedad, animando pues, a rectificar
las costumbres y tradiciones de su tiempo.

Los matrimonios por conveniencia entre mujeres jóvenes y hombres


maduros no eran del agrado de los pensadores de la Ilustración (a los cuales
se adhiere Moratín) por dos importantes razones:

· Una de tipo moral, ya que en ellos faltaba el amor como vínculo que
potencia la verdadera cohesión de la pareja.

· La otra afectaba al crecimiento demográfico, porque estos matrimonios


solían tener poca o ninguna descendencia a causa de la mayor edad del
marido.

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