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‘LA CULTURA CIUDADANA EMPIEZA POR CASA’

Vanguardia Liberal
Domingo 16 de Agosto de 2009
Por Euclides Ardila Rueda

Es el alumno más ‘piloso’ del ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus Šivickas.


Y al igual que su maestro, nuestro entrevistado de hoy tiene unos apellidos
algo ‘enredados’ para escribir en español: Henry Murrain Knudson.

Sus ancestros son escoceses, pero su familia creció en el pacífico colombiano.


Sin embargo, es bogotano ‘hasta los tuétanos’, como él mismo lo explica. Este
hombre, de 33 años, es la ‘mano derecha’ de Mockus, al punto que muchos
sostienen que es el único que ha sido capaz de cristalizar en la vida real y al
pie de la letra todas las ideas innovadoras de Antanas, ‘algo locas’ para
algunos.

Henry Murrain Knudson ama a Bogotá, no sólo porque es la tierra que lo vio
nacer, sino porque además ha sido su casa. Por eso es que ha trabajado por
ella durante los últimos 13 años. Sin quitarle el crédito a su profesor, él ha sido
uno de los grandes responsables de que la Capital de la República ya no sea la
‘Cloaca de Latinoamérica’ y ahora esté convertida en la ‘Ciudad Coqueta’.

Gracias a las estrategias de cultura ciudadana implementadas por él, bajo la


tutela de Mockus, Bogotá dejó de ser una de las ciudades más violentas del
mundo y, de paso, mejoró su movilidad vehicular, entre otros grandes logros.

Murrain Knudson hoy es el director de proyectos de Corpovisionarios, la


entidad que ha demostrado hasta la saciedad que sí es posible fomentar la
cultura ciudadana entre la comunidad.

Él fue invitado por la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, Regional


Santander, para que asesorara el proyecto de convivencia metropolitano
conocido como: Bucaramanga, Tu Casa. Se trata de una interesante propuesta
gremial que le apuesta a incentivar en el bumangués común y corriente la
importancia de ‘jugarle limpio’ a su ciudad colocando la basura en su lugar, no
siendo parte del trancón y velando por la seguridad suya y la tranquilidad de
todo su vecindario.

Aprovechando su misión en esta importante tarea cívica y por considerarlo de


interés para nuestros lectores, Vanguardia Liberal habló con él.

Bucaramanga ha liderado varios procesos para fomentar la cultura ciudadana.


Se han promovido campañas cívicas e incluso se han imitado varias
estrategias utilizadas en Bogotá.

Así las cosas, ¿por qué cree usted que aquí han fracasado tales
estrategias, y en cambio vemos que cada día hay más gente que arroja
basura a la calle de una manera indiscriminada, los pasajeros no esperan
el bus en las paradas y los conductores no respetan las ‘cebras’?
Adelantar acciones aisladas, al capricho de determinada entidad, jamás
resolverá los problemas de una ciudad. El cambio en la cultura debe incluir una
transformación profunda que impacte a los valores y a las políticas de un
gobierno. Debe existir un compromiso explícito entre la gente común y
corriente, los comerciantes, los empresarios, las autoridades, los conductores,
los periodistas y demás actores de la vida diaria, para la construcción de la
ciudad que soñamos todos.

¿Cuál cree que es la ciudad que pueden soñar los bumangueses?


Yo podría partir, de entrada, de una urbe con empleo, con oportunidades de
estudio, con calidad de vida y, sobre todo, habitada por gente cívica. Creo que,
en ese orden de ideas, se sueña con una ciudad donde no se arroje basura a la
calle, donde los conductores respeten las señales de tránsito, donde el anfitrión
sea amable con propios y visitantes, donde las vías se encuentren en buen
estado, donde no haya indigentes durmiendo en las aceras y donde se respete
el espacio público, en fin...

¿Cómo puede el bumangués convertir este sueño en realidad?


¡Bueno! hacia este propósito está encaminado el proyecto Metropolitano de
Convivencia y Cultura Ciudadana, liderado por Fenalco Santander. Este gremio
ha tomado como referente el proceso desarrollado por el ex alcalde de Bogotá,
Antanas Mockus, quien propició un cambio de cultura ciudadana en la capital
colombiana, que hoy es considerada modelo en este tema a nivel nacional e
internacional. Bucaramanga dio el primer paso para propiciar en un futuro un
cambio similar.

¿Cuál es la clave de la estrategia Bucaramanga, Tu Casa?


El objetivo del proyecto, que es a mediano y largo plazo, será recuperar
aquellos aspectos de la convivencia y del comportamiento social que se han
ido dejando de lado y que llevaron a este municipio a perder títulos tan
reconocidos como los de ‘La Ciudad Cordial’, ‘La Ciudad Bonita’ o ‘La Ciudad
de los Parques’. Fenalco actuará en esta iniciativa como integrador de todas
las acciones y estrategias que se adoptarán para lograr el cambio de cultura
ciudadana en la capital santandereana, debido a que el proyecto plantea la
ejecución de acciones y estrategias coordinadas y armónicas por parte de
todas las instituciones oficiales y empresas privadas que, de una u otra
manera, intervienen en el diario acontecer de la ciudad.

¿Cómo garantizar que la estrategia diseñada se traduzca en un real


fomento de la cultura ciudadana en Bucaramanga?
Antes de emprender campañas para fomentar la cultura ciudadana en
Bucaramanga se debe hacer un diagnóstico. El mismo podrá identificar los
principales problemas sociales, y una vez así se debe decidir sobre cuáles son
los puntos claves para trabajar. Tener una ciudad limpia, segura, solidaria y
respetuosa de las leyes, es darles primacía a las personas y que ellas asuman
su compromiso de velar por su hogar que, en últimas, es su casa.

¿Cuál debe ser la tarea del gobierno local en esta campaña?


La Administración Municipal debe pensar en tener más espacios para la gente,
que para los automotores y las moles de cemento. Es hora de construir más
parques, alamedas, recreovías, ciclo-rutas, zonas peatonales, colegios públicos
y bibliotecas. Las ciudades que se han venido construyendo son ‘antipersonas’,
diseñadas en función del tráfico vehicular, de las fábricas industriales, de los
espacios comerciales y de las ventas informales.

Una de las principales metas del Proyecto de Cultura Ciudadana y Convivencia


Pacífica, que usted asesorará, le apuesta a bajar la percepción de inseguridad
que tiene la gente de su ciudad. De hecho, 71 de cada 100 bumangueses hoy
no se sienten seguros al recorrer las calles por temor a que los asalten o que
los maten.

¿Cómo hacer que Bucaramanga ‘respire’ seguridad si, por citar sólo una
estadística, aquí ocurren 26 homicidios por cada 100 mil habitantes, una
cifra alta para una ciudad como la nuestra?
La percepción de inseguridad no sólo puede estudiarse desde el punto de vista
de las cifras de asesinatos que ocurran en determinado lugar. También se
deben analizar otros factores que, al igual que los asesinatos, generan
intranquilidad para propios y visitantes. Son muchos los factores que hacen
inseguro a un lugar; es decir, no es sólo el que dispara el que crea
inseguridad; también la fomentan las personas que explotan por todo; los
hombres que se emborrachan y arman peleas por cualquier bobada; y hasta
los conductores ebrios que manejan, se accidentan y matan a otras personas.
Por eso hay que trabajar en la tolerancia, en la convivencia pacífica y, sobre
todo, en la sana resolución de los conflictos.

A propósito del tema, los conciliadores en equidad revelaron que en


Bucaramanga hay 21 abogados por cada 100 habitantes. El dato, según ellos,
confirmó que los profesionales del derecho resuelven más conflictos
provocados por la intolerancia, que por otra cosa.

¿Desde la perspectiva de la cultura ciudadana cómo se pueden bajar


estos índices de conflictos?
La cifra resulta curiosa pero, además, deja claro que a veces el problema de
inseguridad puede ser más un asunto de educación, que de otra cosa. Si
necesitamos más abogados para resolver diferencias entre las personas,
diríamos que hay que trabajar más en la pedagogía y en la formación humana.
Se debe propender por campañas que eduquen en la tolerancia, la fraternidad,
el respeto y la comunicación.
Ocurre lo mismo con la seguridad: la ciudad más segura no es la que más
policías tenga, si no la que menos de ellos requiera. Bucaramanga, por
ejemplo, no puede ponerle un agente de policía a cada ciudadano; pero sí
puede incentivar en el bumangués la importancia del respeto, del amor por su
ciudad y de la honestidad.

En Bucaramanga se acaba de aprobar el denominado ‘Comparendo


Ambiental’ que, entre otras cosas, contempla drásticas sanciones para
quien sea sorprendido arrojando basura en sitios prohibidos. ¿Qué
efectos reales tiene ese tipo de medidas en la gente?
No se le debe dejar toda la responsabilidad de la educación ciudadana a las
reglas sancionatorias. No se puede pensar que entre más multas se apliquen,
más se va a enseñar a la comunidad a ser limpia con su ciudad. La gente hoy
día manifiesta dejarse regular más por lo que dice su propia consciencia, que
por otra cosa. El ‘Comparendo Ambiental’, en el caso de Bucaramanga, puede
servir para que el ciudadano recuerde que ser sucio le sale caro; pero es más
efectiva una labor pedagógica.

Las obras de construcción del Sistema Integrado de Transporte Masivo,


más conocido como Metrolínea, ha promovido más de un trancón en la
capital santandereana. En su tiempo, algo similar ocurrió en Bogotá con
la construcción del Transmilenio. ¿Cómo se puede manejar el tema de la
movilidad vehicular en Bucaramanga, desde la mirada de la conciencia
ciudadana?
Hay que admitir que en Bogotá hubo más planeación durante la ejecución de
este tipo de obras. Sin embargo, hay estrategias que pueden ser útiles para el
conductor y que, de adoptarse, podrían servirle a su movilización y por ende a
la ciudad. Iniciativas como compartir el carro entre amigos, usar más el
autobús, implementar el Pico y Placa del día sábado e incluso buscar vías
alternas para circular, ayudan más que enojarse todos los días por los eternos
trancones.

Hay más de un escéptico que sostiene que esos planteamientos ‘suenan


muy bonito’, pero que sólo se traducen en ‘carreta’. ¿Qué les dice a los
detractores de las campañas de cultura ciudadana que se piensan
implementar en Bucaramanga?
Que con su actitud sólo están desnudando el problema. Yo pienso que el día
que el bumangués entienda que la cultura ciudadana no es sólo un asunto de
los demás y que, por el contrario, el ejemplo empieza por casa, la ‘carreta’ de la
que hablan se convertirá en una realidad.

Perfil

Henry Murrain Knudson


Edad: 33 años.
Natural de: Bogotá.
Estado civil: Soltero.
Formación profesional: Estudió Física y Filosofía en la Universidad Nacional.
Cargo actual: Director de Proyectos de Corpovisionarios.

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