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La Sociedad del Conocimiento

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Martha Quintanilla Acosta

En los inicios del tercer milenio se constata una revolución tecnológica de


alcances insospechados provocada por las Tecnologías de la Información y
Comunicación, TIC, definidas como los sistemas tecnológicos mediante los que
se recibe, manipula y procesa información, y que facilitan la comunicación
entre dos o más interlocutores (CEPAL, 2003).

Esta convergencia tecnológica (informática, comunicación e información) ha


creado una sociedad cambiante, que ha ganado la denominación de Sociedad
de la Información, que, en la definición de Alvin Toffler (1998), es una
organización socio tecnológica que genera conocimiento “sin fronteras” y sus
rasgos son la innovación, la digitalización, la virtualización, la convergencia
tecnológica y la interactividad, entre otras (Quintanilla, 2005).

Existe actualmente una difusión masiva de la informática, la telemática y los


medios audiovisuales de comunicación en todos los estratos sociales y
económicos, a través de los cuales se brindan nuevos canales de
comunicación (redes) e inmensas fuentes de información; potentes
instrumentos para el proceso de la información y nuevos valores y pautas que
influyen en el comportamiento social.

La Sociedad de la Información también se denomina Sociedad del


Conocimiento (enfatizando la importancia de la elaboración de conocimiento a
partir de la información disponible); Sociedad del Aprendizaje (aludiendo a la
necesidad de una formación continua para poder afrontar los constantes
cambios sociales) y Sociedad de la Inteligencia (potenciada a través de las
redes-inteligencia distribuida).

Un hecho que marca un antes y un después en la Sociedad de la Información


es el advenimiento del INTERNET2 y es que en realidad todos estamos en la
Sociedad de la Información, tanto los países más avanzados como los más
pobres. Lo que ocurre es que muchos cientos de millones de personas, aunque
aún no disfrutan de sus ventajas, si padecen sus consecuencias.

1
Martha Quintanilla, actualmente es Directora de Innovación Educativa de la UNAH. Es periodista y tecnóloga
educativa.
2
Red informática de comunicación internacional que permite el intercambio de todo tipo de información entre sus usuarios,
El nombre proviene del acrónimo de las palabras inglesas International Network of Computers.
Según la Unesco una Sociedad del Conocimiento ha de poder integrar a cada
uno de sus miembros y promover nuevas formas de solidaridad con las
generaciones presentes y venideras. Los jóvenes están llamados a
desempeñar un papel fundamental en este ámbito ya que suelen hallarse a la
vanguardia en la utilización de estas tecnologías y contribuyen a insertar la
práctica de éstas en la vida diaria. Las personas de más edad también están
destinadas a desempeñar un papel importante, porque cuentan con la
experiencia necesaria para compensar la relativa superficialidad de la
comunicación en “tiempo real” y recordarnos que el conocimiento es
esencialmente un camino hacia la sabiduría (UNESCO, 2005).

Para este organismo, la Sociedad del Conocimiento se distingue de sus


antecesoras por su carácter integrador y participativo legado por el Siglo de las
Luces y la afirmación de los derechos humanos. La importancia de estas
nuevas sociedades es que conceden a los derechos fundamentales una
focalización especial en : la libertad de opinión y expresión (artículo 19 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos) y la libertad de información,
el pluralismo de los media y la libertad académica; el derecho a la educación y
sus corolarios : la gratuidad de la enseñanza básica, y la evolución hacia la
gratuidad de los demás niveles de enseñanza (artículo 26 de la Declaración U
de los Derechos Humanos y artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales); el derecho a “tomar parte libremente en la
vida cultural de la comunidad, gozar de las artes y participar en el progreso
científico, y en los beneficios que de él resulten” (párrafo 1 del artículo 27 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos).

La Universidad en la Sociedad del Conocimiento

La Declaración Mundial sobre la Educación Superior : Visión y Acción,


aprobada en París en el año 1998 redefine las misiones y funciones de la
educación superior reafirmando la necesidad de preservar, reforzar y fomentar
aún más las misiones y valores fundamentales de la educación superior, en
particular la misión de contribuir al desarrollo sostenible y al mejoramiento del
conjunto de la sociedad, mediante: la formación de “ciudadanos responsables,
capaces de atender a las necesidades en todos los aspectos de la actividad
humana, ofreciéndoles calificaciones que estén a la altura de los tiempos
modernos, comprendida la capacitación profesional, en las que se combinen
los conocimientos teóricos y prácticos de alto nivel mediante cursos y
programas que estén constantemente adaptados a las necesidades de la
sociedad”.
Asimismo, la constitución de “un espacio abierto para la formación superior que
propicie el aprendizaje permanente, brindando una óptima gama de opciones y
la posibilidad de entrar y salir fácilmente del sistema, así como oportunidades
de realización individual y movilidad social con el fin de formar ciudadanos que
participen activamente en la sociedad y que estén abiertos al mundo, y para
promover el fortalecimiento de las capacidades endógenas y la consolidación
en un marco de justicia de los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la
democracia y la paz (Tunnermann, 2003).

Por su parte José Joaquín Brunner señala que en cuanto a la TICs hay cinco
dimensiones en que las transformaciones en curso son de envergadura y
representan un desafío para la educación superior latinoamericana del siglo
XXI: acceso a la información, acervo de conocimientos, mercado laboral,
disponibilidad de Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación, NTIC
para la educación superior y mundos de vida (citado en Tunnermann, 2003).

En cuanto al acceso a la información, este autor apunta que “en América Latina
el número de personas que en el año 2000 accedía a Internet se estima en 15
millones, esperándose que aumente a 75 millones en el año 2005. Agrega que
el problema para la educación en la actualidad no es dónde encontrar la
información, sino como ofrecer acceso sin exclusiones a ella, y a la vez
enseñar/aprender a seleccionarla, evaluarla, a interpretarla, a clasificarla y a
usarla”.

En lo referente a las NTIC para la educación apunta que “la configuración, los
ritmos y las proyecciones de la educación superior están cambiando
rápidamente mediante el uso de NTIC, particularmente las tecnologías de red.
Se estima que en los Estados Unidos más de tres mil instituciones ofrecen
cursos en línea; 33 de los estados poseen, al menos, una universidad virtual.
Más de un 50% de los cursos emplea el correo electrónico como medio de
comunicación y al menos un tercio usa la Red para distribuir materiales y
recursos de apoyo. Algunos países en desarrollo caminan en la misma
dirección. De hecho las seis mayores universidades a distancia se encuentran
localizadas en esta parte del mundo; en Turquía, China, Indonesia, India,
Tailandia, África del Sur e Irán.

En cuanto a la dimensión “Mundos de vida”, Brunner explica que se refiere “de


una manera quizá menos evidente, a que la educación debe hacerse cargo de
la transformación que experimenta el contexto cultural en el que ella se
desenvuelve; es decir, del contexto de sentidos y significados que le permite
funcionar establemente en relación a sus propios participantes-alumnos y
docentes- la familia y la comunidad”. Y esto agrega, lleva a examinar el papel
que juegan las modernas tecnologías de la comunicación en información en la
educación superior.

Advierte la necesidad de no sobredimensionar las NTIC, en detrimento del rol


del docente, sino verlas como instrumentos, como medios de apoyo al profesor
y no como sustitutos. La relación personal y real docente-discípulo es
fundamental y no puede jamás ser remplazada por la relación virtual máquina-
usuario. De igual forma se debe evitar que la introducción de las TICs genere
una nueva forma de exclusión.

Hechas las salvedades anteriores Brunner, manifiesta que lo que no pueden


de ninguna manera las instituciones de educación superior, y por ende sus
docentes, es negarse o resistirse a la utilización de las TICs, que bien usadas,
amplían considerablemente sus posibilidades de acceso a la información y al
intercambio académico enriquecedor, así como su radio de acción docente.

En esa misma dirección el maestro venezolano Miguel Casas Armengol señala


que “el envolvente espacio virtual no deja ninguna opción en esta materia, y es
la contrapartida comunicacional de la globalización económica”. No hacerlo
sería auto marginarse de la llamada ola informatizada, puntualiza.

“Una sociedad informatizada exige que sus universidades investiguen las


implicaciones de este cambio tan radical y modifiquen sustancialmente sus
estructuras y los enfoques curriculares para formar a los intelectuales,
profesionales y líderes que deberán dirigir y actuar en esta sociedad tan
diferente”, añade Armengol.

Bibliografía
CEPAL. (2003). Los Caminos hacia una Sociedad de la Información en
América Latina y El caribe. Santiago, Chile: Naciones Unidas.

Quintanilla, M. y. (2005). Incorporación de las NTICs en la Enseñanza del


Periodimos en la UNAH. Tesis . Tegucigalpa, Honduras.

Tunnermann, C. (2003). La Universidad Ante los Retos del Siglo XXI.


Mérida: Ediciones de la Universidad Autóinoma de Yucatán.

UNESCO. (2005). Informe Mundial de la UNESCO:Hacia las Sociedades del


Conocimiento. París.

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