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Garantismo Procesal VII

ISSN 2248-7883
Volumen 7 - Enero-Junio 2014
© Mgtr. Emilas Lebus
Alejandro A Bañol Betancur
Mgtr. Robert Marcial González
Claudia María Pineda Taborda
Jovanny Boss Agudelo
Germán Angel Benedetti
Sabrina D. Spaccarotella
María Fabiana Meglioli
William Grisales
Sara Marlen Molina Walteros
Julián Andrés Romero Ante
GARANTISMO PROCESAL VII
Edición, 2014
ISSN: 2248-7883
Editor: Alejandro Augusto Bañol Betancur.
Cofinanciación:
Librería Jurídica Sánchez.
Corporación Balboa

Diseño, Diagramación e impresión:


Librería Jurídica Sánchez.
Comité editorial:
Alejandro A Bañol Betancur.
Alejandro Piedrahita Ortega.
Jarrison Zapata Salazar
Gloria Mendieta
«Las ideas y conceptos que se exponen en esta publicación
son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no
reflejan necesariamente la opinión de la revista»

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por cualquier proceso reprográfico o fónico, especialmente
por fotocopia, microfilme, offset o mimeógrafo. (Ley 23 de 1982).
Índice

Pág.

Presentación ....................................................................................... 7
La Experiencia Fugaz del Siglo XX: Antesala del Cambio en la Ciencia
Mgtr. Emilas Lebus .............................................................................. 9
El Debido Proceso a la luz de las Teorías Generales del Derecho
y la Metodología Jurídica: los actos jurídicos
Alejandro A Bañol Betancur................................................................. 28
El Acceso a la Justicia: Aspectos Relevantes
para Materializar la Garantía Constitucional
Mgdr Robert Marcial González ............................................................. 42
El Estado Social de Derecho y el Acceso a la Justicia; Una Mirada
del Proceso Judicial desde la Constitución de 1991
Claudia María Pineda Taborda
Jovanny Boss Agudelo ........................................................................ 52
El Debido Proceso a la Luz de las Teorías Generales
del Derecho y la Metodología Jurídicas
Germán Ángel Benedetti .................................................................... 60
Procesos colectivos y problemas de adecuación:
otra perspectiva en el pensamiento jurídico
Sabrina D. Spaccarotella .................................................................... 75
Algunas Reflexiones Respecto a la Disputa
“Garantismo Procesal” Vs “Activismo Procesal”
María Fabiana Meglioli ........................................................................ 93
El Garantismo desde una Perspectiva Garantista
William Grisales................................................................................121
La Función Registral y la Sentencia que Juzgó una Anotación en él
Sara Marlen Molina Walteros ..............................................................130
Concepto Contemporáneo del Derecho a la Tutela Judicial Efectiva
Julián Andrés Romero Ante ................................................................154

Índice 50 5
Presentación

El mundo jurídico procesal contemporáneo da la bienvenida a la séptima


entrega de la revista Garantismo Procesal, publicación que desde el año
2011 viene contribuyendo a la difusión de la escuela de estudio del derecho
procesal dirigida por el maestro Adolfo Alvarado Velloso, que pugna por
la defensa irrestricta del debido proceso, el cual ha sido definido por el
maestro Osvaldo Alfredo Gozaini como la única garantía fundamental para
la protección de los derechos humanos; de allí que el destacado jurista
Gustavo Calvinho señale que un sistema que reconoce los derechos
humanos, inexorablemente deba hospedar un proceso jurisdiccional que
los respete.

En esa medida, el séptimo volumen de la revista dirigida por el ilustre


Alejandro Bañol Betancur, busca reafirmar la importancia de la garantía
al debido proceso y su trascendencia sobre las teorías generales del
derecho, con aportes del mismo Alejandro y de Germán Benedetti, quien
gratamente aporta la ponencia ganadora del premio ALVARADO VELLOSO
en el III Encuentro de Cohortes de la Maestría en Derecho Procesal de la
Universidad Nacional de Rosario, en Argentina.

De otro lado, el volumen que se presenta contempla las construcciones


jurídicas sobre el derecho de acceso a la justicia, elaboradas por Claudia
Pineda y Jovanny Boss quienes abordan el asunto desde su relación
con los fines del Estado Social de Derecho; y el Magister Robert Marcial
González, que lo enfoca desde la incidencia que tiene el fenómeno de las
sociedades globalizadas y la integración de comunidades internacionales
sobre el derecho a acceder al sistema jurídico; y Julián Romero, quien
desentraña el concepto y contenido contemporáneo del derecho que
cuenta en la actualidad con rango supraconstitucional y que se conoce
contemporáneamente como la tutela judicial efectiva.

La publicación se nutre además con los aportes reflexivos sobre el


garantismo procesal efectuados por María Fabiana Meglioli y William
Grisales, quienes observan en la teoría garantista del proceso el camino
adecuado para la protección de los derechos de los justiciables amparados
por las Constituciones Nacionales.

Presentación 7
Por su parte, los textos de Sabrina Spaccarotella, ganadora con el artículo
que publicamos, del premio ALVAREZ GARDIOL, en el III encuentro de
Cohortes de la Maestría en Derecho Procesal de la Universidad Nacional
de Rosario, en Argentina y Sara Marlen Molina permiten vislumbrar dos
problemáticas concretas en materia de los derechos sustanciales en el
proceso jurisdiccional. El primero, realizado por Sabrina, aborda las
carencias procesales en la República Argentina sobre la protección efectiva
de los derechos colectivos, puesto que el marco jurídico legal establecido
resulta insuficiente e ineficaz al consagrar el proceso ordinario como
mecanismo de debate judicial de los derechos que por su naturaleza
afectan una pluralidad de individuos y que debieran ser llevados por un
proceso especial colectivo, en lo que en otras latitudes se conoce como
las acciones de clase (Norteamérica), acciones colectivas (Brasil) o las
acciones populares (Colombia). Por su parte, Sara Molina realiza el análisis
de un fallo judicial en el que se observó el desborde de competencias del
juzgador, al proferir una sentencia judicial que no consultó la ley ni el
derecho, por lo que el mismo no satisface, en rigor de verdad, la esperada
decisión de quien acude a las instancias judiciales a efectos de obtener una
providencia ajustada a derecho, constituyendo una variable de afectación
del derecho a la tutela judicial efectiva.

Finalmente, esta séptima entrega cuenta con el aporte de nuestra


distinguida Magister Emilas Lebus, quien si bien no escribe desde un
contexto netamente jurídico, si nos ofrece la reflexión sobre la brevedad
que caracteriza la experiencia humana en nuestros días y nos refresca la
vida con frases como “nadie puede pasar por este mundo sin afanarse en
la búsqueda de la felicidad.” y “la sabiduría no consiste sólo en saber qué
hacer en cada circunstancia, sino, además, en saber actuar a tiempo”.

Esperamos como seres humanos que nuestro paso por la vida nos permita
llegar a la felicidad y como juristas, que la brevedad de la vida sea
suficiente para alcanzar a dejar las enseñanzas que hemos adquirido a
quienes vienen en camino; y en nuestro caso particular, aspiramos que la
revista Garantismo Procesal sea una fuente de conocimiento para aquellos
que recorren día a día la senda de construcción de un derecho procesal
más ajustado a los derechos humanos.

Julián Andrés Romero Ante


Presidente del Círculo de Rosario.

8 50 Garantismo Procesal VII


Concepto Contemporáneo del Derecho
a la Tutela Judicial Efectiva
Julián Andrés Romero Ante1

“Enamorarse de la teoría sin observar la realidad y


su vivencia en el plano del derecho, es olvidar que
el derecho fue concebido en razón de la sociedad,
por ello, derecho y sociedad deben evolucionar
mutuamente en razón de sus necesidades reciprocas”.2

Sumario: 1. Aproximación. 2. Tutela Judicial Efectiva. 2.1 Entendimiento


de la Tutela Judicial Efectiva. 2.2. La Tutela Judicial Efectiva en Colombia. 3.
Conclusiones. 4. Bibliografía.

1. APROXIMACIÓN
En los últimos años los postulados del derecho han priorizado en el aspecto
de la efectividad de los procesos en la consecución y materialización de los
derechos. De allí que tanto Cartas nacionales como internacionales de Derechos
apunten al postulado superior de la tutela judicial efectiva3 abriendo paso a
una serie de nuevas alternativas que sin vulnerar el debido proceso, permitan
alcanzar la garantía de efectividad en la resolución del litigio.

1 Julián Andrés Romero Ante. Presidente del Círculo de Rosario. Doctorando en Derecho y
candidato a Magister en Derecho Procesal de la Universidad Nacional de Rosario, (Rosario)
Argentina. Especialista en Derecho Administrativo de la Universidad Sergio Arboleda,
(Bogotá D.C.) Colombia. Abogado de la Universidad del Cauca, (Popayán) Colombia, Profesor
Universitario de la Corporación Universitaria Autónoma del Cauca, (Popayán) Colombia.
Profesional Universitario en Juzgado Administrativo del Circuito de la Rama Judicial del Poder
Público (Popayán) Colombia. Email. julianromeroante@outlook.com
2 Frase propia del autor en el marco de las clases de Introducción al Derecho en la Corporación
Universitaria Autónoma del Cauca, Popayán.
3 “El influjo más importante sobre el desarrollo de la tutela judicial en Europa es ejercido por
la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos en cuanto a los arts. 6º y 13 del
Convenio Europeo de Derechos Humanos, así como la Corte de Justicia de la Unión Europea con
su jurisprudencia orientada hacia la efectividad de las normas comunitarias”. SOMMERMANN
Karl. Peter. El papel de la ley alemana de la justicia administrativa para la realización del
estado de derecho. Universidad de Bonn. http://www.kas.de/wf/doc/kas_18233-1522-4-30.
pdf?091125180700

154 50 Garantismo Procesal VII


De allí la necesidad de una adecuada comprensión de la máxima denominada
“tutela judicial efectiva”, que permita entender que el proceso no puede
convertirse únicamente en un instrumento4 estático5 y eterno6, en el que la
actividad del juez quede postrada ante la actividad o inactividad de las partes
que termina por influir en las decisiones del fallador.

2. TUTELA JUDICIAL EFECTIVA


El concepto tradicional de Tutela Judicial Efectiva, se limita a señalar que
el individuo tiene la posibilidad y se le debe garantizar el derecho de acudir
ante la jurisdicción en procura de la defensa de sus intereses y derechos7.

4 “En realidad, el problema del constitucionalismo de los días actuales no es más el de reivindicar
una posición formal de autonomía del ciudadano en sus relaciones con el poder estatal, tal
como era exigido por la concepción de Estado liberal, ni incrementar sólo la igualdad formal.
Se trata ahora de asegurar al ciudadano la posibilidad de defender en concreto tales posiciones
delante del poder público, en busca de una igualdad material, en consonancia con la idea fuerza
del “welfare state”. El derecho no puede ser concebido sólo como un sistema de imperativos
dispuestos por la voluntad del Estado en defensa de las esferas de libertad del individuo. En
un orden de valores muy distinto en comparación con la sociedad del siglo XIX y a la luz de los
principios constitucionales fundamentales de igualdad material, seguridad y dignidad social, de
solidaridad y de utilidad social, el derecho viene a ser considerado ahora como factor institucional
de la vida económica y social, vale decir, como instrumento de potencialización y de impulso de
la personalidad individual y de realización de relaciones sociales más ecuánimes, para la tutela,
no sólo formal, sino substancial, de la dignidad y del desarrollo del hombre en el ámbito de la
comunidad.” DE OLIVEIRA, Carlos Alberto Álvaro. El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
desde la perspectiva de los derechos fundamentales. Rev. derecho (Valdivia), Valdivia, v. 22,
n. 1, jul. 2009. Disponible en http://dx.doi.org/10.4067/S0718-09502009000100009
5 “El derecho procesal no es un derecho instrumental en el sentido mecánico de la expresión, no
es la ciencia de lo literal, no es el artículo 407 del Código de Procedimiento Civil en su inciso
y doce literales por ejemplo. De otro lado, se entiende que hacen parte de él decisiones como
la Sentencia C-530 de 1996, C-383 de 2000, (…), que lo vivifican de cara a la Constitución
cuando determinada interpretación luce injusta, oscura, confusa o demasiado forzada de cara
a los hechos y la fuente aplicable. (…) La Ley no sólo es el texto de la 1437, al momento
decisiones como la Sentencia C-634 de 2011 (…), como directriz para estatutos futuros o en
curso, determinan el sentido del Código frente a la Constitución” YAÑEZ MEZA, Diego Armando.
“Algunas consideraciones sobre la estructura en el nuevo código de procedimiento administrativo
y de lo contencioso administrativo”. Revista del Instituto Colombiano de Derecho Procesal. No.
38. Bogotá. 2012. P 15.
6 “Y en el plano de lo expuesto queda para el colofón el siempre remanido y actual tema del tiempo en el proceso. Pero ahora,
con la advertencia pronunciada desde la Corte Interamericana de Derechos Humanos, destacando: cuidado...los plazos
deben ser razonables, porque el proceso no se puede eternizar. Si lo hace, sin razones atendibles, deberá el Estado reparar
a las partes perjudicadas.” GOZAINI, Osvaldo. El debido proceso. Buenos Aires. Rubinzal Culzoni. P. 2.
7 “El derecho de acción no puede ser limitado al derecho de pedir la resolución de mérito. El
derecho de acción no se agota con la presentación de la petición inicial y la acción, así, no
es simplemente propuesta, conforme se podría pensar. El derecho de acción tiene diversos
corolarios, comenzando con el derecho a participar adecuadamente del proceso, mediante
la presentación de alegaciones y la producción de pruebas en un plazo racional, y de influir
sobre el convencimiento del juez. Además de esto, es incuestionable que el derecho de acción
depende del procedimiento adecuado, o sea, de la preordenación de la técnica anticipatoria,
de proveimentos diferenciados y de medios de ejecución diversos. Todo esto es imprescindible
para que el justiciable pueda obtener la tutela jurisdiccional de su derecho. De modo que la
acción es Ejercida con las técnicas procesales adecuadas y, así, no se agota con la presentación

Concepto Contemporáneo del Derecho a la50


Tutela Judicial Efectiva 155
Sin embargo, la otrora concebida visión de la tutela judicial efectiva ha sido
reformada y ampliada constituyéndose en la actualidad en un derecho de mayor8
complejidad9, situado a la par del llamado debido proceso, cuna10 originaria del
derecho en comento.

En esa medida, el concepto de tutela judicial efectiva moderno implica11 la


posibilidad de acudir a la justicia e impetrar las acciones en contra las personas
naturales y jurídicas, a efectos que se adelante un proceso en el cual la autoridad
judicial con la observancia del debido proceso, dentro de un término prudencial,
decida de fondo el asunto puesto a su consideración y cuya determinación sea
efectivamente cumplida12, “O dicho en otros términos: acceso a la jurisdicción,
proceso debido y eficacia de la sentencia”.13

de la petición inicial” MARINONI Luiz Guilherme. Derecho Fundamental A La Tutela Judicial


Efectiva. Universidad Federal del Paraná (Brasil). Disponible en http://www.academia.edu/1595825/
derecho_fundamental_a_la_tutela_judicial_efectiva
8 La Jurisprudencia de la Corte Constitucional Colombiana ha señalado que “el derecho a acceder
a la justicia tiene una significación múltiple y compleja, pues es un pilar fundamental del
Estado Social de Derecho” y se encuentra “directamente relacionado con la justicia como valor
fundamental de la Constitución y otorga a los individuos una garantía real y efectiva que busca
asegurar la realización material de éste”. Colombia. Corte Constitucional. Sentencias C-059 de
1993, M.P. Alejandro Martínez Caballero; C-544 de 1993, M.P. Antonio Barrera Carbonell; T-538
de 1994, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz; C-037 de 1996, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa; T-268
de 1996, M.P. Antonio Barrera Carbonell; C-215 de 1999, M.P. Martha Victoria Sáchica Méndez;
C-163 de 1999, M.P. Alejandro Martínez Caballero; SU-091 de 2000, M.P. Álvaro Tafur Galvis; y
C-330 de 2000, M.P. Carlos Gaviria Díaz, Sentencia C- 426 de 2002, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
C-416 de 1994 M.P. Antonio Barrera Carbonell.
9 Así lo ha estimado también el Tribunal Constitucional Español en sentencia de 13 de abril de
1983.
10 Señala la Corte Constitucional que la tutela judicial efectiva “forma parte del núcleo esencial del
debido proceso, pues el proceso es el medio para la concreción del derecho a la jurisdicción”
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-279 de 2013. Magistrado Ponente. Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub.
11 “A este respecto Sánchez Agesta considera que `hay tres momentos distintos en el derecho
a la tutela jurisdiccional: el acceso a la justicia, la posible defensa y solución en un plazo
razonable y la plena efectividad de los pronunciamientos de la sentencia.” SÁNCHEZ AGESTA,
L. El derecho a la tutela jurisdiccional. Revista española de Derecho constitucional, Centro de
Estudios Constitucionales, Año 1984, Nº 10. En UREÑA Belén. Argumentación jurídica sobre los
derechos fundamentales y artículo 24 de la Constitución española. Cuadernos electrónicos de
filosofía del derecho. No. 23. ISSN: 1138-9877. 2011.
12 “El derecho fundamental de acceso a la jurisdicción se traduce entonces en el poder de exigir del
órgano judicial, en tiempo razonable, el desarrollo completo de sus actividades, tanto decisorias,
con emisión de un pronunciamiento procesal o de mérito sobre el objeto de la pretensión
procesal, como que pueda ser realizado efectivamente desde el punto de vista material. Todo
eso debe conformarse al concepto de adecuación, con la proporcionalidad necesaria entre el
derecho fundamental a un proceso justo y el derecho fundamental a una tutela jurisdiccional
efectiva y adecuada.” DE OLIVEIRA, Carlos Alberto Álvaro. El derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva desde la perspectiva de los derechos fundamentales. Rev. derecho (Valdivia), Valdivia,
v. 22, n. 1, jul. 2009. Disponible en http://dx.doi.org/10.4067/S0718-09502009000100009
13 SÁNCHEZ AGESTA, L. El derecho a la tutela jurisdiccional. Revista española de Derecho
constitucional, Centro de Estudios Constitucionales, Año 1984, Nº 10.

156 50 Garantismo Procesal VII


Al respecto, la Corte Constitucional Colombiana en sentencia C-426 de 2002
indicó que el derecho a la tutela judicial efectiva no solo se materializa cuando
se otorga a las personas la posibilidad de acudir en ejercicio de su derecho de
acción ante las autoridades judiciales del Estado, sino que se constituye en
una garantía a término de obligación, de que el Juez va a resolver el asunto
en forma real y efectiva, es decir, de fondo y con celeridad, toda vez que el
mandato establecido en la Carta Política de Derechos de 1991 a la altura del
artículo 229, adopta el imperativo constitucional del derecho a la efectividad
y compromiso estatal de lograr que en forma real y no meramente nominal, a
través del proceso, se restablezca el orden jurídico y se protejan las garantías
y derechos del individuo14.

De esa forma, el derecho a la tutela judicial efectiva en su versión moderna


permite al individuo contar con la expectativa real de que su proceso judicial
culmine con una decisión que resuelva de fondo el asunto15, situación que de
suyo implica que el juez esté habilitado para subsanar los vicios16 que puedan
evitar la obtención de la decisión de fondo, pues en rigor de verdad, una decisión
inhibitoria no es una decisión, pues como quiera que se observe el resultado
de tal determinación es la ausencia de la resolución del litigio y la negación del
derecho a la tutela judicial efectiva17.

14 Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-426 de 2002, Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar
Gil.
15 “La efectividad calificada, en una perspectiva dinámica, implica, en primer lugar, el derecho
de la parte a la posibilidad seria y real de obtener del juez una decisión de mérito, alejándose,
siempre que sea posible, de los obstáculos formales que impidan esa finalidad. Además,
la efectividad calificada exige que la tutela jurisdiccional se adapte a la naturaleza de las
situaciones subjetivas tutelables, de manera que sea plenamente satisfecha la “necesidad de
protección” manifestada en la demanda. Por tanto, es muy deseable que las formas de tutela
sean elásticas y diferenciables, teniendo en cuenta las peculiaridades de las crisis sufridas por
el derecho material y las exigencias del caso concreto. Incluso, es importante que concedan el
máximo de efectividad, para que sean preservados otros derechos fundamentales, en especial
el derecho al proceso justo, que es la concreción deontológica del valor de la seguridad en
el Estado constitucional y democrático de derecho.” DE OLIVEIRA, Carlos Alberto Álvaro. El
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva desde la perspectiva de los derechos fundamentales.
Rev. derecho (Valdivia), Valdivia, v. 22, n. 1, jul. 2009. Disponible en http://dx.doi.org/10.4067/
S0718-09502009000100009
16 De este modo, el derecho de Acceso a la Administración de Justicia permite alentar a las
personas la expectativa de que el proceso culmine con una decisión que resuelva de fondo las
pretensiones. Para ello es necesario que el juez adopte las medidas de saneamiento que sean
necesarias para subsanar los vicios que puedan impedir una decisión de fondo.” Colombia. Corte
Constitucional. Sentencia T-247 de 2007. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar Gil. Bogotá,
D.C., diez (10) de abril de dos mil siete (2007).
17 “Así entonces, como el Tribunal se inhibió para decidir de fondo la apelación con argumentos
que no consultan los claros mandatos constitucionales sino que, por el contrario le desconoce
a la actora el derecho al debido proceso y al acceso a la administración de justicia, se procede
a ampararle estos derechos. Para finalizar, no sobra destacar que la decisión adoptada por el
Tribunal, sin lugar a dudas, constituye una clara denegación de justicia que impuso a la actora
la carga de acudir a una tercera instancia para que se garanticen sus derechos fundamentales.”
Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección Segunda.

Concepto Contemporáneo del Derecho a la50


Tutela Judicial Efectiva 157
Ante ello, la doctrina pregona que la misión del juez, a parte de la propia
de fallar, consiste también en sanear el proceso de tal forma que el litigio sea
resuelto, es decir, de realizar al máximo su condición de director del proceso para
lograr que el asunto en debate sea dirimido, puesto que las personas involucradas
tienen el derecho a una decisión que finalice el asunto, pues ello apareja la
tranquilidad a las partes y mantiene la confianza de la sociedad respecto al
aparato judicial, ya que un juez que no dicta sentencias o no resuelve de fondo,
no cumple la misión principal que se le ha encomendado18 y a la postre, genera
la desconfianza en el sistema de justicia y en la justicia misma19.

2.1 Entendimiento de la Tutela Judicial Efectiva.


Resulta necesario establecer los alcances de la tutela judicial efectiva, de
modo que tanto jueces como partes y sociedad, tengan clara la idea de lo que
este instituto representa tanto para el proceso, como para la sociedad misma.

Afirma Isabel Grillo Iride que “El derecho a la tutela judicial efectiva [se]
comprende en un triple e inescindible enfoque: a) La libertad de acceso a la
justicia, eliminando los obstáculos procesales que pudieran impedirlo. b) De
obtener una sentencia de fondo, es decir motivada y fundada, en un tiempo
razonable, más allá del acierto de dicha decisión. c) Que esa sentencia se cumpla,
o sea a la ejecutoriedad del fallo.”20

Es decir que la tutela judicial efectiva hoy en día no puede ser concebida
únicamente como la posibilidad que tiene una persona de impetrar un proceso
ante el organismo designado por el Estado; sino que implica21 el respeto por

Subsección “A”. Consejero Ponente: Luis Rafael Vergara Quintero. Bogotá, D.C., Primero (1) De
Febrero De Dos Mil Once (2011). Radicación Número: 11001-03-15-000-2010-01458-00(Ac)
18 Al respecto afirmaba Coing, que “El juez tiene que decidir todo caso que se presente ante su
tribunal, no debe negar el uso del derecho” COING, Helmut. El sentido del derecho. Universidad
Nacional Autónoma de México. 1959
19 “quiero destacar que el aspecto ahora enfocado es de la mayor importancia en el Estado
democrático de derecho, tributario del buen uso que hace el juez de sus poderes, cada vez
más incrementado por el fenómeno de la incertidumbre y complejidad de la sociedad actual y
de la inflación legislativa, con aumento de las reglas de equidad y aplicación de los principios.
Justamente, la lealtad en el empleo de esa nueva libertad atribuida al órgano judicial es lo que
puede probar la confianza atribuida al juez en la construcción del derecho justo. Y la seguridad
constituye elemento esencial hacia la legitimación del Poder Judicial delante de la sociedad
civil.” DE OLIVEIRA, Carlos Alberto Álvaro. El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva desde la
perspectiva de los derechos fundamentales. Rev. derecho (Valdivia), Valdivia, v. 22, n. 1, jul.
2009. Disponible en http://dx.doi.org/10.4067/S0718-09502009000100009
20 GRILLO IRIDE Isabel María, El derecho a la tutela judicial efectiva. adquirido 04/10/2012
Disponible: http://www.elsantafesino.com/opinion/2004/10/13/2934
21 “La complejidad del contenido de este derecho le ha permitido a nuestro Alto Tribunal desarrollar
una amplia jurisprudencia donde marca la pauta para que en el caso de que se vean perturbados
algunos de los que considera elementos esenciales al derecho a la tutela judicial efectiva pueda
fundamentarse una demanda de amparo para pedir el restablecimiento del derecho perturbado.
Esquemáticamente resumidos serán los siguientes:

158 50 Garantismo Procesal VII


el debido proceso en su referente de legalidad, celeridad y motivación, y
especialmente hace énfasis [la tutela judicial efectiva] en la idea que el proceso
termine, pero no de cualquier manera, sino con una decisión de fondo que ponga
punto final al litigio entre los contendientes.

Allí radica entonces el eje del actual concepto de tutela judicial efectiva, esto
es, en aquella obligación del juez de dirimir el conflicto y superar los obstáculos
que impidan la consecución de una decisión de fondo22. En tal medida, “es deber
del Estado promover la efectividad del derecho a la tutela jurisdiccional, que no
sólo se limita al aspecto procesal, sino, fundamentalmente, al aspecto material,
en el sentido de resolver la pretensión planteada.”23.

Precisamente en ese sentido lo ha entendido el Consejo de Estado


Colombiano, cuando ha determinado que es obligación del juez el hacer todo
lo posible por obtener la prueba que permita resolver el asunto, puesto que las
trabas formales impiden la materialización del máximo valor constitucionalizado,
como lo es la justicia24. Así, un proceso utilizado como el mero instrumento y un

—Derecho de acceso a la jurisdicción. —Derecho a obtener una resolución judicial sobre el fondo
del asunto siempre que se cumplan los requisitos formales para ello. —No incluye el derecho
a obtener una resolución favorable, solo el derecho a que se dicte una resolución en derecho.
—Derecho a una resolución motivada de acuerdo a lo que establece el art. 120.3 de la C.E.
—Está prohibida la incongruencia por omisión de pronunciamiento. —Derecho a los recursos.
—Derecho a la ejecución de las sentencias; Derecho a la invariabilidad e intangibilidad de las
resoluciones judiciales y a la tutela cautelar.
Como podemos ver este precepto constitucional constituye una de las más avanzadas y
complejas formulaciones del derecho a la tutela judicial efectiva en el marco del derecho
constitucional comparado.” FIGUERUELO BURRIEZA, Ángela. “Crisis de la justicia y tutela
judicial efectiva. Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional. No. 3. Porrúa.
México. 2005. P. 90.
22 “Para la Sala no hay duda que el contenido del cargo determina el marco de la litis aunque el
actor no señale técnicamente su nomen juris. Ese es el criterio que mejor realiza los principios
de primacía del derecho sustancial sobre las formas y los derechos de los ciudadanos a acceder
a la administración de justicia, a la tutela judicial efectiva y a la interposición de acciones
públicas en defensa de la constitución y de la ley (artículos 29, 40 numeral 6º, 228 y 229 de la
Constitución).” Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección
Primera. Consejera Ponente: María Claudia Rojas Lasso. Bogotá, D. C., Trece (13) De Agosto De
Dos Mil Nueve (2009). Radicación Número: 11001-03-24-000-2004-00165-01
23 MARTEL CHANG, Rolando Alfonso. Acerca de la necesidad de legislar sobre las medidas auto
satisfactivas en el proceso civil. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima. 2002.
24 “Ahora bien, en ese orden de ideas, en cuanto a la discusión relacionada con el daño material
-lucro cesante-, entiende la Sala que al estar probados los elementos sustanciales de la
reclamación y únicamente carecer el expediente de un elemento adjetivo o calificatorio,
como es la cuantificación del daño, cuya aprensión oficiosa por el Juez no compromete su
imparcialidad -por cuanto los elementos sustanciales ya habían sido debatidos y establecidos
con base en las herramientas jurídicas otorgadas a las partes-, la negación del resarcimiento en
términos de derechos fundamentales implica una clara violación del derecho de acceso material
y eficiente a la administración de justicia del ciudadano o, lo que es lo mismo una denegación
de justicia, pues dicha situación adjetiva debía ser subsanada por el operador judicial.” Consejo
De Estado de Colombia. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección Segunda. Subsección
B. Consejero Ponente: Víctor Hernando Alvarado Ardila. Bogotá D.C., Doce (12) De Agosto De
Dos Mil Diez (2010). Radicación Número: 11001-03-15-000-2010-00647-00(Ac)

Concepto Contemporáneo del Derecho a la50


Tutela Judicial Efectiva 159
juzgador que sólo se limite a ser un espectador de la actividad o inactividad de
las partes, no es compatible con los fines sociales y políticos consagrados en el
preámbulo de la Carta Colombiana de Derechos de 1991, que evoca la efectiva
garantía de los derechos, tal como lo exige la doctrina moderna constitucional,
pues ya no estamos en aquel momento en que solamente era importante la
consagración de derechos, sino que nos encontramos en la etapa posterior que
implica la efectividad de los mismos.

Bajo ese panorama es aceptado que hoy en día la tutela judicial efectiva ha
dejado de ser la simple garantía de acudir a la justicia, para ser un concepto más
amplio y abstracto como lo es el debido proceso, configurándose entonces en una
serie de derechos, que como los describe Martel Chang, comprenden i) el acceso
a la justicia; ii) el derecho a un proceso con todas las garantías mínimas; iii) una
sentencia o fallo de fondo que resuelva el conflicto intersubjetivo y que supere
la incertidumbre generada por el mismo; iv) la doble instancia; v) la ejecución
o el derecho a solicitar y obtener el cumplimiento real de la sentencia25, para
que la misma no se quede en un simple manojo de documentos sin sentido,
pues de nada sirve una sentencia que no pueda ser ejecutada, toda vez que
ello no satisface la necesidad de la parte que además de soportar un proceso,
vea truncada su expectativa por la falta de eficacia de la misma providencia.

2.2. La Tutela Judicial Efectiva en Colombia.


Compartimos la apreciación26 de Rocío Araujo27, cuando manifiesta que

25 En este sentido, Joel Melgarejo señala que la tutela judicial efectiva implica “la obtención de
una sentencia en un plazo razonable y el cumplimiento de la disposición judicial”. MELGAREJO
Joel. Esfuerzos por Comprender la Tutela Judicial Efectiva y el Debido Proceso. Centro de Altos
Estudios en Derecho. 2013
26 No obstante se debe indicar que la Corte Constitucional había señalado en similares términos en
sentencia C-426 de 2002, que el fundamento de la tutela judicial efectiva en Colombia no sólo se
encuentra en los artículos 1, 2, 29 y 229 de la Constitución Política. También aparece consagrado
en las normas de derecho internacional, concretamente, en los tratados y declaraciones de
derechos que han sido suscritas y ratificadas por Colombia. Así, por ejemplo, el artículo 25 de
la Convención Americana Sobre Derechos Humanos declara que: “Toda persona tiene derecho
a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos
por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por
personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales”. En igual medida, el artículo 14 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos declara que: “Toda persona tendrá derecho
a ser oída públicamente y con todas las garantías por un tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter penal
formulada contra ella o para la determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil.”.
27 “El derecho a la tutela judicial en Colombia es deducido de lo consagrado en los artículos 228,
229 y 230 de la Constitución, y en el artículo 25(1) de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos de San José de Costa Rica de 1969, disposiciones que consagran la administración de
justicia como una función pública, el carácter de independiente y autónomo de las decisiones,
la prevalencia del derecho sustancial sobre el adjetivo, la injustificación de las dilaciones en los
procesos, el derecho de acceso a la justicia, el sometimiento de los jueces al imperio de la ley
y la citación de otras fuentes como criterios auxiliares de la actividad judicial.” ARAUJO OÑATE,

160 50 Garantismo Procesal VII


la tutela judicial efectiva en Colombia se desprende de lo consagrado en los
artículos 228, 229 y 230 de la Carta Política, a lo que agregamos el preámbulo
y el bloque de constitucionalidad28 por medio del cual ingresa la convención
Americana de Derechos Humanos de San José de Costa Rica de 1969; situación
que permite a la Corte Constitucional afirmar que en Colombia existe un sistema
de garantías fundado en el principio de la tutela judicial efectiva29, de amplio
reconocimiento internacional30, y con evidente acogida constitucional a través
de los artículos 229, 29 y 93 de la Carta de 1991.31

Entonces, la jurisprudencia y la doctrina han venido propagando la idea


de la tutela judicial efectiva en nuestro ordenamiento jurídico colombiano,
materializando los postulados de la Carta Política de 1991 y llevando la aplicación
de aquellos a los casos concretos, en aras de indicarle a los jueces que su
función no puede limitarse a decir la ley y que la interpretación de las normas
procesales siempre debe ser o estar atemperada a los derechos sustanciales
de fondo que se encuentren en juego32.

Por ello, tanto la Corte Constitucional como el Consejo de Estado Colombianos


han emitido fallos en los que se observa claramente la directriz a los jueces

Rocío Mercedes, “Acceso a la justicia y tutela judicial efectiva. Visión de derecho comparado”.
En: Colombia Estudios Socio-Jurídicos ISSN: 0124-0579. Facultad De Jurisprudencia De La
Universidad Del Rosario Centro Editorial Rosarista. v.13 fasc.1 p.247 - 291, 2011
28 “Con esta premisa, en la que nos situamos, ya no resulta suficiente una mirada jurídica nacional,
sino que se hace necesaria y obligatoria por propia disposición de la Constitución la tarea de
recoger como propios aquellos derechos consagrados en sede internacional. Pero no sólo eso,
de conformidad con el bloque normativo aludido, el mayor y mejor contenido que un derecho
fundamental posea en su consagración internacional se transmite a la que el derecho interno
ha realizado del mismo, modificando y perfeccionando - sin necesidad de reforma formal -
la regulación que la Constitución realiza de él.” PALOMO VÉLEZ, Diego I. Aportación de la
convención americana de derechos humanos a la perspectiva chilena de la dogmática procesal
del derecho a la tutela judicial. Un apoyo en dos fallos: casos barrios altos y castillo petruzzi. Ius
et Praxis, Talca, v. 8, n. 2, 2002. Disponible en http://dx.doi.org/10.4067/S0718-00122002000200009.
29 El principio de la tutela judicial efectiva encuentra ubicación constitucional en los artículos 229 y
29 de la Carta Política de Colombia de 1991, sin perjuicio de su ampliación por la vía del artículo
93 que ha permitido el ingreso de las fuentes internacionales que consagran esta garantía.
30 Artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 25 de la Convención
Americana de Derechos Humanos.
31 Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-454 de 2006. Magistrado Ponente: Jaime Córdoba
Triviño.
32 “Lo verdaderamente importante es que una vez el administrado, en ejercicio del derecho de
acción que le asiste, opere el aparato judicial, obtenga un pronunciamiento de fondo que
resuelva las pretensiones planteadas de conformidad con las normas vigentes, y que el fallo
adoptado se cumpla efectivamente, si hay lugar a ello. En todo caso, es necesario que el
procedimiento que lo desarrolla sea interpretado a la luz del ordenamiento superior “en el
sentido que resulte más favorable al logro y realización del derecho sustancial, consultando en
todo caso el verdadero espíritu y finalidad de la ley.” Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo
Contencioso Administrativo. Sección Segunda. Subsección “A”. Consejero Ponente: Luis Rafael
Vergara Quintero. Bogotá, D.C., Primero (1) De Febrero De Dos Mil Once (2011). Radicación
número: 11001-03-15-000-2010-01458-00(AC)

Concepto Contemporáneo del Derecho a la50


Tutela Judicial Efectiva 161
consistente en solventar las incidencias procesales y formales en pos de obtener
la materialización de los derechos, puesto que el aparato judicial no debe ser
simplemente un instrumento formal consagrado en el ordenamiento jurídico33,
sino que debe permitir hacer efectivo el derecho material o sustancial de fondo.

Al respecto la Corte Constitucional de Colombia en un asunto de tutela,


determinó que el mecanismo de amparo no resulta suficiente aún hoy en día, si
no hay posibilidad de que la orden emitida por el juez se cumpla por parte de la
entidad accionada, pues “Sin duda, la vigencia de los derechos fundamentales
quedaría gravemente comprometida si, frente al poderoso rol protector de la
acción de amparo, los destinatarios de las órdenes que se impartan pudieren
sustraerse a su efectiva ejecución”34. Además, ha considerado la Corte que la
tutela judicial efectiva es un derecho fundamental de aplicación inmediata35 que
debe ser garantizado y reconocido, puesto que sin él no es posible acceder al
proceso y tampoco será posible la consecución del objeto final del mismo, que
no es otra que la resolución del litigio entre las partes36.

No obstante, se debe destacar que la Corte Constitucional Colombiana en


algunos fallos ha enfocado su definición de la tutela judicial efectiva hacia uno
sólo de aquellos matices que la doctrina identifica actualmente, puesto que el
alto tribunal constitucional colombiano se ha preocupado más en algunos casos
por el acceso a la justicia, entendido como la posibilidad de acudir al aparato
judicial, que por las demás acepciones que el término contempla en la actualidad.
En ese sentido, la Corte Constitucional en sentencia C-207 de 2003, indicó que:

“Tal como ha sido puesto de presente por la Corte “[e]l artículo 229 de
la Constitución Política consagra expresamente el derecho de acceso a la
administración de justicia, también llamado derecho a la tutela judicial efectiva,
el cual se traduce en la posibilidad reconocida a todas las personas residentes
en Colombia de poder acudir en condiciones de igualdad ante los jueces y
tribunales de justicia, para propugnar por la integridad del orden jurídico y por

33 “El derecho procesal surge regulando jurídicamente el ejercicio de la función jurisdiccional


y, desde esa perspectiva, se sitúa, no como un mero instrumento jurisdiccional atemporal,
acrítico y mecanicista sino, ante todo, como un sistema de garantías, que posibilita la rotunda
aplicación del artículo 24 de la CE, en orden a lograr la tutela judicial efectiva, y básicamente
ordenado a alcanzar un enjuiciamiento en justicia.” LORCA NAVARRETE Antonio. El derecho
procesal como sistema de garantías. Boletín mexicano de derecho comparado. Núm. 107. 2003.
34 Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-463 de 2011. Magistrado Ponente: Nilson Pinilla.
35 Cfr., entre otras, Corte Constitucional de Colombia. Sentencias T-006/92, C-059/93, T-538/94,
C-037/96, C-215/99 y C-1195/2001.
36 “El caso es que siempre se ha vinculado y con razón este derecho (o derechos, siendo estrictos)
con la mantención de la paz y tranquilidad social, toda vez que a su costa - se evita que las
personas tomen la justicia por sus propias manos, se evita en otras palabras el retorno a la
autotutela que, por regla general, se encuentra prohibida en nuestros ordenamientos jurídicos.”
PALOMO VÉLEZ, Diego I. Aportación de la convención americana de derechos humanos a la
perspectiva chilena de la dogmática procesal del derecho a la tutela judicial. Un apoyo en
dos fallos: casos barrios altos y castillo petruzzi. Ius et Praxis, Talca, v. 8, n. 2, 2002.
Disponible en: http://dx.doi.org/10.4067/S0718-00122002000200009.

162 50 Garantismo Procesal VII


la debida protección o el restablecimiento de sus derechos e intereses legítimos,
con estricta sujeción a los procedimientos previamente establecidos y con
plena observancia de las garantías sustanciales y procedimentales previstas en
las leyes. Por su intermedio, se le otorga a los individuos una garantía real y
efectiva, previa al proceso, que busca asegurar la realización material de éste,
previniendo en todo caso que pueda existir algún grado de indefensión37 frente
a la inminente necesidad de resolver las diferencias o controversias que surjan
entre los particulares -como consecuencia de sus relaciones interpersonales-,
o entre éstos y la propia organización estatal.”38”39

Sin embargo, se percibe que el concepto expuesto limita lo ya establecido


en la sentencia C-426 de 2002, donde la Corte Constitucional Colombiana había
asumido el concepto amplio y moderno de tutela judicial efectiva, como sinónimo
de acceso a la justicia, puesto que estableció que en virtud del último se tiene
i) el derecho de acción que se concreta en la posibilidad de ser parte en un
proceso; ii) el derecho a la decisión de fondo que resuelva las pretensiones; iii) el
derecho a la existencia de mecanismos adecuados y efectivos para la definición
de las pretensiones; iv) el derecho a que el proceso tenga un término razonable
de duración y v) que se observe el debido proceso40.

Con todo, se debe destacar que tal asociación de términos no puede llevar
a divergencias en cuanto al contenido del derecho mismo, es decir, en este caso
el nombre asignado, bien sea tutela judicial efectiva o acceso a la justicia, no
tiene realmente incidencia cuando se logra entender que las implicaciones de
uno y otro son en criterio de la Corte Constitucional Colombiana, las mismas
que la doctrina señala, es decir, que no sólo se queda en el poder iniciar los
procesos sino que el derecho como tal implica la efectiva resolución de fondo

37 [cita original del texto] Para estos efectos, se entiende por indefensión la ausencia del derecho
a alegar y la imposibilidad de defender en juicio los propios derechos.
38 [cita original del texto] Sentencia C-426 de 2002
39 Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-207 de 2003. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar
Gil.
40 “Por razón de su vinculación directa con el debido proceso y con otros valores constitucionales
como la dignidad, la igualdad y la libertad, el acceso a la administración de justicia se define
también como un derecho medular, de contenido múltiple o complejo, cuyo marco jurídico
de aplicación compromete, en un orden lógico: (i) el derecho de acción o de promoción de
la actividad jurisdiccional, el cual se concreta en la posibilidad que tiene todo sujeto de ser
parte en un proceso y de utilizar los instrumentos que allí se proporcionan para plantear sus
pretensiones al Estado, sea en defensa del orden jurídico o de sus intereses particulares; (ii) el
derecho a que la promoción de la actividad jurisdiccional concluya con una decisión de fondo en
torno a las pretensiones que han sido planteadas; (iii) el derecho a que existan procedimientos
adecuados, idóneos y efectivos para la definición de las pretensiones y excepciones debatidas;
(iv) el derecho a que los procesos se desarrollen en un término razonable, sin dilaciones
injustificadas y con observancia de las garantías propias del debido proceso y, entre otros, (v)
el derecho a que subsistan en el orden jurídico una gama amplia y suficiente de mecanismos
judiciales -acciones y recursos- para la efectiva resolución de los conflictos.” Colombia. Corte
Constitucional. Sentencia C-207 de 2003. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar Gil.

Concepto Contemporáneo del Derecho a la50


Tutela Judicial Efectiva 163
del litigio41, bajo el mandato del principio de legalidad, en un tiempo razonable42
y con respeto general al debido proceso.

Precisamente en dicha forma43 de interpretación es que el Alto Tribunal


Constitucional había concebido la tutela judicial efectiva, cuando manifestó
en sentencia C-318 de 1998, que: “El derecho a una tutela judicial efectiva,
(garantizado, entre otros, en los arts. 229 y 29 de la C.P.; 14 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y, 8-1 y 25-1 de la Convención
Interamericana de Derechos Humanos), apareja, entre otras cosas, la
posibilidad de acceder en condiciones de igualdad y sin obstáculos o barreras
desproporcionadas, a un juez o tribunal independiente e imparcial, frente al
cual se pueda acometer, libremente, la plena defensa los derechos o intereses
propios a fin de obtener, dentro de un plazo razonable, la debida protección
del Estado.”

Por ello, es importante destacar que en Colombia44 la tutela judicial efectiva


se entiende como el sistema de garantías que implican no sólo el acceso al
proceso, sino que se enfoca principalmente y de forma moderna, en el alcance45

41 “En este sentido, el derecho a la administración de justicia no se entiende concluido con la


simple solicitud o el planteamiento de las pretensiones procesales ante las respectivas instancias
judiciales; sino que debe ser efectivo, por lo cual el mismo no cumple su finalidad con la
sola consagración formal de recursos y procedimientos, sino que requiere que éstos resulten
realmente idóneos y eficaces, tal como lo ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos
Humanos” Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-279 de 2013. Magistrado Ponente.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub
42 “Toda persona tiene derecho a que los trámites judiciales en que participe como demandante,
demandado e incluso como tercero no se vean afectados por retrasos injustificados, pues ello
iría en detrimento no solo del derecho al debido proceso sin dilaciones injustificadas, sino
del derecho al acceso a una real y efectiva administración de justicia, dado que la resolución
tardía de las controversias judiciales equivale a una falta de tutela judicial efectiva.” Colombia.
Corte Constitucional. Sentencia T-747 de 2009. Magistrado Ponente: Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo.
43 La Corte Constitucional de Colombia en forma reciente ha mostrado que considera como
derecho independiente el acceso a la justicia de la tutela judicial efectiva, ya que menciona
en un caso concreto que la actuación de la autoridad, “desconoció su derecho de acceso a
la administración de justicia y a la tutela judicial efectiva”. Colombia. Corte Constitucional.
Sentencia SU-195 de 2012. Magistrado Ponente: Jorge Iván Palacio Palacio.
44 Vale recordar que desde la perspectiva del Derecho Comparado y concretamente en el español
se consagra el derecho fundamental (Art. 24.1 C.E.) a la tutela judicial efectiva, el cual, como lo
ha precisado el Tribunal Constitucional de ese país, se satisface, en esencia, “con la respuesta
jurídicamente fundada, motivada y razonable de los órganos jurisdiccionales a las pretensiones
de quien acude a ellos para la defensa de sus intereses” España. Tribunal Constitucional
de España. Sala Segunda. Sentencia 81 de 22 de abril de 2002. Adquirido el 11/04/2013.
Disponible en http://www.tribunalconstitucional.es/es/jurisprudencia/Paginas/Sentencia.aspx?cod=14086
45 “Es preciso reconocer, que como lo afirmó el accionante, la conducta pasiva de las autoridades
administrativas y judiciales mencionadas, constituye sin duda alguna una violación del derecho
a la tutela judicial efectiva en su componente esencial del derecho de ejecución. En efecto, como
se estipuló en párrafos precedentes, este derecho no se agota con el supuesto del interesado
de acceder a la administración de justicia, ni tampoco haber manifestado y defendido su

164 50 Garantismo Procesal VII


de la sentencia de fondo que ponga fin a la confrontación entre las partes, con
el acatamiento del principio de legalidad, observando el debido proceso y la
igualdad de las partes y manteniendo la imparcialidad en el asunto, pero con
la posibilidad de que el juez en su papel de director del proceso, supere los
obstáculos formales que impidan alcanzar esa decisión de fondo, para lo cual,
el fallador cuenta con poderes y facultades que le permiten sanear el proceso
en pro de alcanzar la efectividad del derecho de las partes, garantizando de esa
manera que la decisión se ajuste en su mayor medida a la materialización del
ideal de justicia, generando confianza de las partes y la sociedad en el aparato
judicial y en la figura de los jueces como interpretes de la ley.

El Consejo de Estado Colombiano por su parte, ha considerado que “Esta


garantía constitucional de acceso a la justicia es reconocida ampliamente por
múltiples instrumentos internacionales: sobre los Derechos Humanos, artículos
8 y 25), la Declaración Universal de los Derechos y Deberes del Hombre (art. 8),
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de de las Naciones Unidas
(art. 14) y sobre Derechos Humanos (art. 25).”46, y por ello se trata entonces
de un “Derecho fundamental47 cuya garantía debe ser efectiva y no simbólica,
(…). En efecto, dada su íntima conexión con la hoy denominada tutela judicial
efectiva, se traduce en ese derecho a acceder al sistema jurídico estatal con el
propósito de hacer valer los derechos legalmente reconocidos.”48

Consecuentemente, el Alto Tribunal de lo Contencioso Administrativo en


Colombia ha señalado que “En lo que respecta al derecho a la tutela judicial
efectiva, la Sala resalta que es papel primordial del juez garantizar el libre
acceso a la Administración de Justicia, eliminando los obstáculos procesales que
pudieran impedirlo.”49, situación que se acompasa con lo manifestado por la Corte
Constitucional, pues bajo el entendimiento moderno de la tutela judicial efectiva

pretensión jurídica en igualdad de condiciones con la contraparte, y menos aún, en la resolución


en derecho y de fondo del asunto expuesto; sino exige también, que para su cabal realización
el fallo judicial proferido se cumpla.” Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso
Administrativo. Sección Segunda. Subsección A. Consejero Ponente: Gustavo Eduardo Gómez
Aranguren. Bogotá, D.C., Veintiocho (28) De Mayo De Dos Mil Doce (2012). Radicación Número:
08001-23-31-000-2011-01174-02(Ac).
46 Colombia. Consejo De Estado. Sala Plena De Lo Contencioso Administrativo. Consejero ponente:
Mauricio Fajardo Gómez. Bogotá, D.C., once (11) de septiembre de dos mil doce (2.012).
Radicación número: 17001-33-31-003-2010-00205-01(AP).
47 [cita original del texto] Su carácter de fundamental está ampliamente reconocido por la
jurisprudencia ver Corte Constitucional, sentencias T- 006 de 1992 , C-543 de 1992 ; C-544 de
1992 ; T.554 de 1992; C-572 de 1992 , T-597 de 1992 , C-599 de 1992 , C-093/93 T-173 de
1993 , T-320 de 1993 , C-544-93 , T-275-94 , T-416 de 1994 , T-067 de 1995 , C-084 de 1995
, T-190 de 1995 , C-037 de 1996 , T- 268 de 1996 , T-502-97 , C-652 de 1997 , C-071-99 ,
C-742-99 , T-163/99 , SU-091/00 , C-1195 de 2001 .
48 Consejo de Estado de Colombia. Ob. Cit. 17001-33-31-003-2010-00205-01(AP).
49 Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección Primera. Consejera
Ponente: María Elizabeth García González. Bogotá, D.C., Veintidós (22) De Marzo De Dos Mil
Doce (2012). Radicación Número: 25000-23-24-000-2010-00193-01.

Concepto Contemporáneo del Derecho a la50


Tutela Judicial Efectiva 165
y de la actividad del juez en el proceso, este debe propender a la superación de
las circunstancias que impidan la obtención de un fallo de fondo, pues se itera, la
tutela judicial efectiva ha pasado de ser la mera garantía de acceso a la justicia,
para convertirse en una macro garantía del proceso que emana directamente
desde el derecho humano50 a la resolución del litigio en forma expedita51 y de
fondo, convirtiéndole en un derecho autónomo de estirpe52 supraconstitucional53.

3. CONCLUSIONES.
Como colofón podemos afirmar que la tutela judicial efectiva es en la
actualidad un conglomerado de derechos que implican, además del efectivo
acceso al aparato jurisdiccional, la correlativa obligación del Juez de resolver el
asunto con celeridad y de fondo, respetando los postulados del debido proceso.

Lo anterior implica que se debe abandonar la idea otrora aceptada de que


la tutela judicial efectiva consistía en únicamente la posibilidad que le asiste a
los asociados al Estado Social y Constitucional de Derecho, de acudir y acceder
al aparato judicial.

Por contraste, en la actualidad el derecho a la tutela judicial efectiva va


más allá del acceso a la justicia y se enfoca en la obtención de una decisión
judicial de fondo, es decir, aquella que realmente estudia el contenido material
del litigio y le ofrece una resolución definitiva.

50 “El derecho a la tutela judicial efectiva es el derecho de todas las personas a tener acceso
al sistema judicial y a obtener de los tribunales una resolución motivada.” SÁNCHEZ RUBIO.
Aquilina. Derecho a la tutela judicial efectiva. Prohibición de sufrir indefensión y su tratamiento
por el tribunal constitucional. Anuario de la facultad de derecho. ISSN 0213-988-X vol. XXI.
2003.
51 “El derecho a la Justicia en plazo razonable se constituye como derecho fundamental” GIL
SÁNCHEZ, Justo. La constitucionalización del derecho a la justicia pronta. Tesis Doctoral,
Universidad de Alicante. 1999.
52 La Corte Constitucional colombiana lo ha elevado al rango de derecho fundamental en reiteradas
oportunidades. Una de las últimas fue la sentencia de 8 de febrero de 2013, donde señaló que
el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva puede ser objeto de la acción de tutela o
amparo contra providencia judicial, en los casos en que el derecho en comento “es violado por
una autoridad judicial que se niega a conocer de fondo una acción de tutela”. Colombia. Corte
Constitucional. Sentencia T-062 de 2013. Magistrado Ponente. Luis Ernesto Vargas Silva. Al
respecto también se pueden consultar sentencias del mismo tribunal. T-328 de 2005 y Auto
227 de 2006 con ponencia del Magistrado: Humberto Antonio Sierra Porto, donde se indicó
“Esta Corporación ha tenido la oportunidad de pronunciarse sobre el derecho de acceso a
la administración de justicia y ha señalado (i) que se trata de un derecho fundamental de
aplicación inmediata.”
53 “El derecho fundamental de toda persona de acceder a tribunales independientes en procura
de Justicia proclamado en el art.10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948,
también fue ampliamente reconocido, aunque en algunos casos con formulaciones diferentes,
tanto en el derecho europeo y americano, como en tratados internacionales.” PERRINO Pablo.
El derecho a la tutela judicial efectiva y el acceso a la jurisdicción contencioso administrativa.
Revista de Derecho Público. Rubinzal- Culzoni. 2003.

166 50 Garantismo Procesal VII


La decisión que se busca alcanzar a través de la exaltación del derecho
a la tutela judicial efectiva, no es una decisión que necesariamente satisfaga
a la parte en su pretensión, sino que es aquella determinación que resuelva
efectivamente el litigio y acabe con la zozobra que genera un proceso judicial.

La resolución efectiva del litigio no es otra cosa que la decisión de contenido


sustancial y no aquella meramente formal.

Es entonces necesario entender que la tutela judicial efectiva implica


la consecución de una determinación judicial de fondo que le devuelva la
tranquilidad a las partes y le regrese a la sociedad la confianza en la justicia,
lo que le convierte en eje fundamental de la idea de proceso jurisdiccional
contemporáneo y en garante del cumplimiento de los postulados del Estado
Social y Constitucional de Derecho.

El derecho a la tutela judicial efectiva tiene raigambre supraconstitucional


y reviste del talante y envergadura del derecho al debido proceso.

Finalmente, es posible afirmar que el proceso jurisdiccional contemporáneo


se sustenta en dos macro principios constitucionales a saber, el debido proceso y
la tutela judicial efectiva, pues de obviar alguno de estos, el proceso jurisdiccional
no estará acorde con los postulados consagrados en las Cartas de derechos
humanos.

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del derecho. No. 23. ISSN: 1138-9877. 2011.

YAÑEZ MEZA, Diego Armando. “Algunas consideraciones sobre la estructura


en el nuevo código de procedimiento administrativo y de lo contencioso
administrativo”. Revista del Instituto Colombiano de Derecho Procesal. No.
38. Bogotá. 2012.

Jurisprudencia Colombiana y Foránea consultada


Colombia. Consejo De Estado. Sala Plena De Lo Contencioso Administrativo.
Consejero ponente: Mauricio Fajardo Gómez. Bogotá, D.C., once (11) de
septiembre de dos mil doce (2.012). Radicación número: 17001-33-31-
003-2010-00205-01(AP).

Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección


Segunda. Subsección A. Consejero Ponente: Gustavo Eduardo Gómez
Aranguren. Bogotá, D.C., Veintiocho (28) De Mayo De Dos Mil Doce (2012).
Radicación Número: 08001-23-31-000-2011-01174-02(Ac).

Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección


Primera. Consejera Ponente: María Elizabeth García González. Bogotá,
D.C., Veintidós (22) De Marzo De Dos Mil Doce (2012). Radicación Número:
25000-23-24-000-2010-00193-01.

Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección


Segunda. Subsección “A”. Consejero Ponente: Luis Rafael Vergara Quintero.
Bogotá, D.C., Primero (1) De Febrero De Dos Mil Once (2011). Radicación
número: 11001-03-15-000-2010-01458-00(AC)

Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección


Segunda. Subsección “A”. Consejero Ponente: Luis Rafael Vergara Quintero.
Bogotá, D.C., Primero (1) De Febrero De Dos Mil Once (2011). Radicación
Número: 11001-03-15-000-2010-01458-00(Ac)

Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección


Segunda. Subsección “A”. Consejero Ponente: Luis Rafael Vergara Quintero.
Bogotá, D.C., Primero (1) De Febrero De Dos Mil Once (2011). Radicación
Número: 11001-03-15-000-2010-01458-00(Ac)

Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección


Segunda. Subsección B. Consejero Ponente: Víctor Hernando Alvarado
Ardila. Bogotá D.C., Doce (12) De Agosto De Dos Mil Diez (2010). Radicación
Número: 11001-03-15-000-2010-00647-00(Ac)

Colombia. Consejo De Estado. Sala De Lo Contencioso Administrativo. Sección


Primera. Consejera Ponente: María Claudia Rojas Lasso. Bogotá, D. C., Trece

Concepto Contemporáneo del Derecho a la50


Tutela Judicial Efectiva 169
(13) De Agosto De Dos Mil Nueve (2009). Radicación Número: 11001-03-
24-000-2004-00165-01

Colombia. Corte Constitucional. Auto 227 de 2006. Magistrado ponente:


Humberto Sierra Porto.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-279 de 2013. Magistrado Ponente.


Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-062 de 2013. Magistrado Ponente.


Luis Ernesto Vargas Silva.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia SU-195 de 2012. Magistrado Ponente:


Jorge Iván Palacio Palacio.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-463 de 2011. Magistrado Ponente:


Nilson Pinilla.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-747 de 2009. Magistrado Ponente:


Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-247 de 2007. Magistrado Ponente:


Rodrigo Escobar Gil.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-454 de 2006. Magistrado Ponente:


Jaime Córdoba Triviño.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-328 de 2005. Magistrado ponente:


Humberto Antonio Sierra Porto.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-207 de 2003. Magistrado Ponente:


Rodrigo Escobar Gil.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-426 de 2002, Magistrado Ponente:


Rodrigo Escobar Gil.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia SU-091 de 2000, Magistrado Ponente


Álvaro Tafur Galvis.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-330 de 2000, Magistrado Ponente


Carlos Gaviria Díaz.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-163 de 1999, Magistrado Ponente


Alejandro Martínez Caballero.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-215 de 1999, Magistrado Ponente


Martha Victoria Sáchica Méndez.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-268 de 1996, Magistrado Ponente


Antonio Barrera Carbonell.

170 50 Garantismo Procesal VII


Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-037 de 1996, Magistrado Ponente
Vladimiro Naranjo Mesa.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-538 de 1994, Magistrado Ponente


Eduardo Cifuentes Muñoz.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-416 de 1994 Magistrado Ponente


Antonio Barrera Carbonell.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-544 de 1993, Magistrado Ponente


Antonio Barrera Carbonell.

Colombia. Corte Constitucional. Sentencias C-059 de 1993, Magistrado Ponente


Alejandro Martínez Caballero.

España. Tribunal Constitucional de España. Sala Segunda. Sentencia 81 de


22 de abril de 2002. Adquirido el 11/04/2013. Disponible en http://
www.tribunalconstitucional.es/es/jurisprudencia/Paginas/Sentencia.
aspx?cod=14086

Concepto Contemporáneo del Derecho a la50


Tutela Judicial Efectiva 171

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