La hoja, como tercer órgano de las plantas superiores después de la raíz y el
tallo, es utilizada esencialmente para los procesos de fotosíntesis y transpiración. La hoja es una lámina de forma plana justamente para estos dos propósitos. Está conformada en su parte superior por un parénquima, y en el envés, por un mesófilo esponjoso y tejido vascular en forma de espina que cumplen funciones de asimilación. Todos estos tejidos están rodeados por una cutícula en ambos lados de la lámina. La cutícula es una estructura aparentemente impermeable, constituida por cutina que es hidrófoba. Los estomas pueden ubicarse a ambos lados de la hoja o sólo en uno, los cuales permiten el intercambio de gases para la fotosíntesis y la respiración, como también la liberación de vapor de agua en la transpiración. Antiguamente se pensaba - y todavía se sigue cometiendo el mismo error - que la vía de entrada del agua y elementos disueltos en ella, vía foliar, era a través de los estomas. Esto es totalmente incorrecto. Si bien los estomas - cuyo número puede variar entre 150 a 3.000 por centímetro cuadrado - deberían ser los puntos ideales de entrada para las soluciones foliares, considerando además, el tamaño de cada estoma que es cerca de 8 micrones cuando está plenamente abierto, hay que considerar que las paredes celulares del cuerpo del mismo, el poro central y los espacios aéreos se encuentran siempre recubiertos con una gruesa cutícula. No obstante la cutina exhibe una alta tensión superficial que impide la entrada de cualquier solución acuosa al interior de los poros estomáticos. Además, los poros se encuentran llenos de gas que el agua no puede desplazar. La tensión superficial se podría disminuir con la adición de detergentes y así forzar a penetrar los espacios, pero los daños fisiológicos serían muy graves, específicamente sobre los cloroplastos. Aún cuando los estomas estén plenamente abiertos, estos no son una vía de entrada para las soluciones foliares. La transpiración a través de la cutícula representa de un 5% a un 10% de la cantidad total de agua transpirada, lo cual prueba que ella puede ser excretada vía epidermis y su cutícula, y por lo tanto se puede esperar, que el proceso inverso de entrada de agua y sustancia disueltas en ella también funcione. Las soluciones acuosas pueden ser absorbidas o excretadas a través de áreas restringidas de la cutícula, como puntos exactos de penetración. Estos puntos coinciden con la posición de cavidades que se proyectan radialmente en la pared celular. Muchas veces a las soluciones para fertilización foliar se le agregan “surfactantes”, compuestos químicos que impiden la formación de gotas sobre la superficie de la hoja una vez aplicada la solución , así se aumenta la superficie de contacto entra la lámina y los nutrientes, aumentando así mismo, la eficiencia del proceso. Mientras más tiempo de contacto exista entre la solución nutritiva y la hoja más efectiva será la absorción. Una vez que las sustancias logran penetrar la cutícula, llegan al exterior de la membrana citoplasmática, y logran pasar a través de ella - o sea, al interior de la célula - mediante un proceso activo, es decir acopladas a sustancias acarreadoras