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CGAUSACION DETERMINISTA DEL FENOMENO DEL MO: TESIS DE LOS DOCTORES LAUREANO Vi CARLOS IRAZABAL, AUGUSTO MIJARES Y DON RAMON SANCHEZ a) Laureano Vallenilla Lanz: Determinismo psicosocial —En la evolucién histérica de Venezuela se cémo estallaban a cada conmocién los mismos los mismos impulsos de asesinato y de p ban surgiendo del seno de nuestras oo mas code de ee y de ae 2 —... es evidente, que en casi todas estas nacione América, condenadas por causas complejas a una vid el Caudillo ba constituido la tinica fuerza de conser yealicindose el fendmeno que los hombres de cier las primeras etapas de integracién de las socied no se eligen sino se imponen. _ —En Venezuela como en muchos otros paises de nuest los hombres representativos, los exponentes genuinos de las m is pe sublevadas, surgieron de las entranas profundas cuando la anarquia, removiendo hasta las mé -abrid a los mas valientes el camino de y politica, acogiéndose instintivamente a la 5 proclamado los nobles, y que en definitive erc a sus inteerses y a sus naturales ambiciones de liberales, imbuidos en un radicalismo tan intr ‘e, solicitaban el remedio de nuestros la libertad del sufragio, en la libertad de la n la alternabilidad del Jefe supremo, sin jerc por el General Péez en los regionales, era intrans- emanaba de ninguna doc- iL mucho tiempo es, gidos por caudillos rar el orden Isar el progreso nosotros se logra tinicamente vigorosos cap. fe social. La estabilidad politica entr ‘Gendarme Necesario”. io Ia Qué ha las consideraciones anteriores? Ni historia, evidentemente, nos ensefia la pervivencia del des mo en la mayoria de los paises de la América Latina no obs el espiritu democrético de las constituciones adoptadas 1810. Eso es rigurosamente cierto. Lo que es absoli es valerse de esa comprobacién histérica para a sibilidad en nuestros paises de un régimen —Ha pervivido el despotismo, ciertamente. Y ello se e | mentalmente a la pervivencia de una 0 de aquél. La intangibilidad de las zadas por Ja penetracién imperialista vexa pitblica, la miseria privada, la abol “los magistrados sustituidos por jefes de po jones ciudadanas desarraigadas la jerarquia social, el desorden t y trascendente atin, es la destr: morales 9 psicoldgicos: durante la vida pacific dica al ciudadano como virtud fundamen! 2 ala ley: por el contrario, durante veinte ajo ,, Se glorifica por una parte la rebeldia, por oty, ién sin examen ni réplica. Priva durante la p miramientos y de adaptaciones reciprocas; pero veinte anos, la nacidn entera vivird, entre ara da, violenta, individualista, de una guerra Los tipos de evolucién retardada, el hom medio social, se doblegan 0 quedan climi- en la guerra su misma insania los eleva los destaca, ejemplares. La virtud esen- normal es la tolerancia y el mutuo a derramado sangre entre dos partidos se condena como indecision, cobardia, _y no los “instintos regresi- c., que se han convertido icio de aquella 9 consecuencia de destinado a divorciarse vadicalmente de la opinién publica, sw iiltimo representante en Venezuela no dejaré sino el recuerdo de su crueldad medrosa y de su rapacidad. Entre las clases cultas, junto con aquel elemento sentimental de veneracién, pudo medrar la idea de la fatalidad bistorica det Gendarme. Para éstas y para el pueblo, mucho se habré adelan- tado en la reaccién moral que ha de preceder a nuestra recons- truccin civica, el dia en que quede demostrado que dentro del determinismo filosbfico, tanto como dentro del orden moral y juridico, el problema del caudillismo —y en general del perso- nalismo— no es sustancialmente diferente del de la criminalidad y las otras formas de inadaptacién social. —Concretamente, ademds, quedaria en pie esta pregunta después de haber leido el juicio de Vallenilla Lanz: si el caudillismo nacié de la codicia y del desorden y se aliment6 con la im lad de todos los delitos, ¢cémo es posible concebir al cauillo remedio de esos mismos males? —Siempre seria indispensable buscar otra fuerza —en térico— que represente la antitesis del desorden ca que ocasionalmente el caudillo se ampare a su sombra parezca —como en el caso de Péez— identificarse c fuerza de reconstruccion, sintesis de muchas otras | les, es lo que llamamos nosotros, siguiendo a dicién de la sociedad civil. enio de un das otras fuersas 3 te en le cu : lo durante un sigi (16) e histérico ver mds de man;- trio de la barbaric 0, Toro prefiere eontener el caos aquellos fildsofos viejos espadones Repiblica, al caido lillo? Es ei sintesis bu- del pueblo en com toda su eficaz ins.

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