Você está na página 1de 12
Capitulo 3 Hablar maliciosamente El chisme ¥ la calumnia, primos catastrdficos iRecuerdo porn historia que contaba cada vez que tenia oportunidad! “Era cierta”, pensaba. Un miembro de nuestra iglesia tiene un par de tias en edad avanzada, quienes deseaban ir a Nueva York. Se les habia adverticlo cudn peligrosa es aquella ciudad, y de hecho sus amigos trataron de disuadirlas, aconse- eaccies permanecer en casa ante la posibilidad de un robo. Armadas de valor se marcharon de todas maneras. Después de registrarse en un c6modo hotel del centro, irigieron al ascensor. Cuando la puerta se abrid, dentro estaba parado un serio y corpulento hombre que lucia lentes ascuros y un traje blanco. A su lado Ilevaba un déberman sujeto con una correa. Las damas se miratan un poco nerviosas, pero de todas formas subie- ron al elevador. Tan pronto como se cerraron las puertas el hombre ordendé en tono severo: “iSentarse!"” Con asombro observé cémo las senoras se sentaban en el piso. Tan pranto come el ascensor se detuvo, el hombre a8 El contro! de fa lengua y SU perro se abrieron paso dejando a las solteronas sentadas. y subiendo un poco mas. Al ir a pagar su estadia en el hotel, las damas se sorprendieron cuando se enteraron de que ya estaba cancelada. Una nota pegada en la factura decia: “iSe- fioras, me hicieron reir como nunca en la vida, y por esa razon pagueé su estancia! Reggie Jackson”. Me divertia mucho compartiendo este relato con mis amigos. Un grupo de jugadores profesionales de béisbol dijo que era la historia mas graciosa que habia escuchado, Posteriormente cuando se la naré a un prupo de parejas, alguien dijo: “Yo lef esa historieta en a revista People, Es un rumor. iReggie Jackson lo niega enfaticamente. El nunca luce trajes blancos!” Por decir lo menos, yo estaba turbado. Hal fa sido cogido con un rumor en mi boca, como con las manos en la masa. Sin embargo, mas devastadoras son aquellas habla- durias que destruyen a las personas. Una madre frené- tica le escribié a Ann Landers preguntandole qué debia hacer con el chisme de que su hija de 16 afios estaba embarazada. La madre le ntaba si quizd deberia transferir a su hija a otro cclea, Ann Landers le sugirié que no la cambiara, pues el transcurso del tiempo de- mostraria que el rumor era falso, Aquello sonaba como un buen consejo, pero la imaginacién me decia que si ella permanecia en el colegio ien podria decir: “Abort6". (Una vez empiezan los ismes, es dificil su- perarlos! Los rumores, verdaderos 0 falsos, son devastadores por muchas razones, Una de ellas es que no se pueden recuperar, La historia nos cuenta que durante la Edad Media un joven fue enviado a un monje. El dijo: “He pecado levantando calumnias contra alguien, équé debo hacer?” El monje respondis: “Ponga una pluma en cada puerta del pueblo". El Joven lo hizo y luego regresd preguntdndats si debia hacer algo mas. El monje le dijo: “ y recoja esas plumas”. El aludido le replicé ansiosamente: “iEso es im ible; el viento se las ha lleyado por todo el pueblo!” Entonces e! monje HMablar maliciosamente 39 concluyé: “Lo mismo pasa con sus calumnias, es impo- sible recuperarlas”. Espiritualmente sucede algo pareci- do. Quienes han pecado encuentran que, luego de hurnillarse ante Dios y experimentar el perdén total, la historia de su pecado atin continda viva en muchas mentes, Los rumores son vehiculos que convierten la vida en una competencia demoledora, y el chisme y la ca- lumnia, conforman las vias por las cuales éstos viajan. Las rutas estan pavimentadas con charlas vanas e infor- mes malintencionados. éDe dénde proviene el combus- tible para esta desvastadora competencia? La manera maliciosa de hablar viene de la fuente central de todo pecado: La promocién del yo. El chisme y la calumnia se alimentan de nuestra propia orientaci6n natural, por lo menos en seis formas: Primero. La autoorientacién de la curiosidad. Mu- chos de nosotros nos interesamos en las “noticias” debi- do a la natural curiosidad que poseemos. Obviamente nuestra curiosidad puede ser constructiva. La curiosidad por conocer a Dios y su voluntad es espiritualmente sitiva. Pero si ésta le hace el juego al esquema de uscar y esparcir informacién dafina, estamos usando mal nuestros instintos naturales y nos alimentamos del bienestar ajeno. No es por accidente que los entremeti- dos (personas a quienes la curiosidad ha vuelto malos) son relacionados con los charlatanes (quienes compar- ten lo que su desenfrenada curiosidad ha descubierto) en el mismo contexto (1 Ti. 5:13). Segundo. 1 Timoteo 5:13 declara que las personas que tienen bastante tiempo libre estan propensas a conversaciones maliciosas, Hablando de las tentaciones que enfrentaban las viudas, Pablo dice: “Y también aprenden a ser ociosas andando de casa en casa..." (1 Ti. 5:13). En la actualidad, para algunos, la vagancia de casa en casa ha sido reemplazada por el teléfono. Las personas que son perezosas facilmente pueden con- vertirse en calumniadoras, y por el contrario; quienes se mantienen ocupados con sus propias responsabili- 40 El contro! de fo lengua dades tienen poco tiempo para estar pendientes de las de otros. Tercero. El deseo de ser el centro de la atencién a menudo es un estimulo para la calumnia, o el chisme. Llama la atencidn hablar asi: “éQyeron? Yo no deberia decir esto pero...” O: “Si puedes quardar un secreto.,,” Anima al ego cuando hablamoe y todos escuchan aten- tamente lo que decimos, Desafortunadamente muchos de nosotros nos alimentamos captando la atenci6n, a expensas de otros, Cuarto, La inclinacién a sentirnos mas que otros nos conduce a estimular malas conversaciones. Si yo puedo decir algo denigrante acerca de otro, esto me hard sentir mejor acerca de mj mismo. iPor lo menos no soy tan malo como ti! Como decia Will Durant: “Hablar mal de otros es una forma deshonesta dle alabarnos a noso- tros mismos”, Quinto. Con frecuencia las palabras maliciosas son producidas por la amargura. Retener el perdén de ma- nera egoista abre la puerta a un espiritu vengativo, La calumnia es un arma de venganza, pues cuando la programamos en contra de quienes nos han herido, se comttve en un desfogue de nuestro espiritu hostil. En efecto, la amargura no resuelta se transfiere a olras situaciones que nos recuerdan las experiencias que nos hicieron enfadar en el pasado. Esto nos hace vulnerables a una vida caracterizada por la calumnia. Sexto. Nos inclinamos a hablar de cosas negativas porque esto calma nuestras propias ansiedades, La mi- seria atin ama la compania. Esto se debe a que las malas noticias yvuelan para ser conocidas, mientras que las buenas dificilmente siguen su curso. La infermacién sobre el buen éxito de otros realza la ansiedad que surge de nuestros propios problemas. En la Palabra de Dios se usan varios términas para describir este destructivo madelo de discurso, Hay dos connotaciones principales, Primero: Las conuersaciones ociosas que destruyen la integridad y la reputacién de otros. Estas no siempre son maliciosas, pero si daninas. Hablar moliciosamente 41 Este concepto es traducido en la Escritura como “cuchi- cheo", y “chismografia”. Segundo: La comunicacion intencional y maliciosa de informes perversos. Normal- mente este concepto es traducido como “calumnia”. El chisme R. G. LeTourneau, duefio de una gran compania de equipos para mover tierra, solia narrar la siguiente historia: “Teniamos uno para raspar, conocido como el modelo “G". Alguien le pregunté a uno de nuestros vendedores ae representaba la “G". El, después de pensar por algunos segundos, respondi6: Bueno, supongo que quiere decir “chismoso", pues como ‘ies esta maquina mueve mucho barro, iy lo mueve rapido! Los términos utilizados para chismoso, en hebreo y griego, son pintorescos. En el Antiguo Testamento una de estas palabras se refiere a “ir de uno al otro” (Pr. 11:13), De ahi entonces nuestra palabra “chismografia”. Fl concepto de “murmurar to que es danino” conforma a del vocablo utilizado en Pr. 16:28; 18:8, y En el Nuevo Testamento esta palabra contintia con la idea de chismografia. Un lexicégrafo la describe como “ataques secretos sobre el cardcter de una persona”. Cuando en el idioma griego usted pronuncia la palabra chismoso, comienza con el sonido p-s-s-s. P-s-s-t es como a menudo caracterizamos una comunicacion en tono bajo. Aunque neo todas la veces el cuchicheo es malo, en la Escritura siempre es utilizado dentro de un contexto negativo, Pone de relieve el exclusivismo, una informa- cion confidencial, no publica, la conducta secreta, e incluye la afrenta, En la Biblia el cuchichear se convierte en una expresion fiqurativa para el chisme como pecado, el cual, desafortunadamente, no siempre se difunde sdlo en un susurro. 2 Loa palabra chismoso en inglés es: Gossip. 42 El control de ta lengua La Palabra de Dios nos ensefia que el chismoso es indigno de confianza y que no puede guardar un secreto (Pr. 11:13). Con frecuencia, las chismosos divulgan informacién de indole confidencial, la cual no es digna de confianza debido a la tendencia de agregar detalles caprichosas, para hacer més interesante la historia. Las personas chismosas deben ser evitadas (Pr. 20:19), Cuando escuchamos un chisme afiadimos informacién innecesaria a nuestro cuaderno mental, Tales pensamientos negativos le dan a Satands un asidero en nuestras vidas, Escuchar, para algunos, ronto se convierte en contar; “iofr” un chisme signi- ica “esparcirlo!” El chismoso le echa lena al fuego (Pr, 26:20). Los chismosos poseen una gran habilidad Para crear divisio- nes y contiendas compartiendo informacién inolvidable (Pr. 18:8; 26:22), Estos “jugosos manjares” se quedan con nosotros permanentemente, y manchan nuestra opinién y apreciacién sobre aquellos de quienes recibi- mos alguna informacién, Si dejamos de esparcir detalles acerca de los bandos en disputa, y comenzamos a orar, la rif se apagara. El chismoso separaa los mejores amigos (Pr. 16:28). Cuando se escucha un chisme acerca de un amigo, de inmediato se levanta un muro, una barrera de sospecha y duda entre usted y él. Si un amigo me comparte chismes de otro, comienzo a dudar de su lealtad, pues tal vez lo har de mi, El chismoso se autodescalifica de la comunién con Dios y revela cuan escaso es su conocimiento de El (Sal. 15:3; Ro. 1:28-30). Necesitamos comprender que Dios sabe la realidad, le interesa, puede manejarla, y que nos da su paz cuando dejamos la situacién en sus manos. Si conocemos a Dios, podremos confiar en que “El juzga justamente” (1 P 2:23), y amar a nuestro prdjimo como @ nosotros mismaos (Mt. 22:39). Para todos es claro que no debemas ser chismosos, pero nuestra ansia por las “noticias” (oir y compartir), a veces parece insaciable, y as{ inventamos diversas ma- Hablar maliciosamente a neras de compartir lo que alivia nuestra conciencia. Will Rogers dijo: “Las unicas veces que a las personas no les gusta el chisme es cuando murmuran de ellas”. La calumnia El pariente mas cercano del chisme es la calumnia. Mientras que, con frecuencia, los chismes nacen rodea- dos por circunstancias de ociosidad, en charlas descui- dadas, la calumnia surge de la intencionada decisi6n de compartir informacién danina. Los judios del periodo intertestamentario, denomi- naron la lengua calumniadora como: “La tercera len- qua”, Tercera debido a que es fatal para tres clases de personas: Los que dicen la calumnia, los que la escu- chan, y aquellos de quienes se habla. Tanto en el griego como en el hebreo, la calumnia es representada por diferentes acepciones. La palabra usada en el Antiguo Testamento para calumnia (Sal. 31:13; Pr. 10:18; 25:10), es empleada en el sentido mas neutral como de malos informes en general. Fue utiliza- da cuando José informé a su padre ae la maldad de sus hermanos (Gn. 37:2), y cuando los 10 espias trajeron un informe negativo de la tierra prometida (Nm, 13:32; 14:36-37). Esta misma peers es traducida en el voca- bulario hebreo como “difamar” o despojar a alguien de su buena reputacion. En hebreo hay otra palabra que es utilizada para el término calumnia, se trata de la que literalmente significa “infamar o falsear” (Sal. 50:20) Resulta interesante saber que en el Antiguo Testamento la palabra para pie es la raiz usada para traducir tanto “espia", como “ca- lumnia”. Obviamente, algunas personas crecen tanto en la calumnia, que viven buscando informacién, y hasta qué dice el diccionario. “Se ocupan maliciosamente como calumniadores” (2 S. 19:27; Sal. 15:3). En el Nuevo Testamento la palabra para calumnia est4 comprendida en dos. Una significa “contra” y la otra “hablar”. Un calumniador es alguien que habla en con- 44 El contro! de la lengua tra de otro (Stg. 4:11; 1 P 2:1). De un modo interesante, la palabra para demoniaco © diabélico es traducida como “calumnia” en la versién King James (1 Ti. 3:11), y “habladoras maliciosas” en la Nueva Versidn Interna, cional en inglés. La esposa de un didcono no debe involucrarse en el lenguaje calumniador (literalmente diabdlico) 0 malicioso. Reunir todos estos matices sobre la calumnia, nos permite descubrir que se caracteriza por las malos infor- mes ave afean o difaman la reputacién de una persona. La calumnia determina un corazén infiel (Sal, 50:16-23- Ro. 1:28-30), y es una violacidn directa dela ley de Dios (Lv. 19:16). “Hermanos, no murmuréis los unos de los otros, Fl que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de ta ley y juzga a la ley; pero si tii juzgas aia ley, no eres hacedor de Ja ley, sino juez. Uno solo es el dador de ia ley, que puede salvar V perder; pero tu, cquién eres para que juzques a otro?” (Stg. 4:11-12). La calumnia nos autodescalifica en la comunién con Dios (Sal. 15:1-3), pues cuando destruimos con nuestra lengua a quienes Dios ama y quiere restaurar, Nas ponemos en contra suya y de su propésito, La calumnia no sélo nos aliena espiritualmente, sino que igualmente “silencia” la obra de Dios en nues- tras vidas (Sal. 101:5), Si rehusamos refrenar nuestra lengua de la calumnia, Dios, por su gracia disciplinante, presionara para detenernos (Pr, 3:11-12), Una noche, ya tarde, estaba escuchando en la radio como un predicador reganaba a su congregacion porque estaba dando mal testimonio de Cristo, mediante sus pa- labras. Decia: “Puedo entender por qué un hombre ham- briento robaria para comer, y por qué un hombre cuya suegra se ha mudado a vivir con ellos se ira de casa, iPero ne puedo entender por qué algunos cristianos que yo conazco hablan como |o hacen! Si yo fuera el Senor, les pondria un cancer en la garganta jahora mismo!” Noestoy seguro si eso es lo que Dios quiere hacer con nosotros, pero Hablar maliciosamente 45 si sé que tiene muchas maneras creativas de efectuar una obra silenciadora en nuestras vidas. Si calumniamos a alguien corremos el riesgo de ser llamados calumniadores por el resto de nuestras vidas (Pr, 25:9-10), La palabra utilizada para traducir “traicio- nar la confianza”, es también el mismo término hebreo para calumnia. Es cierto que compartir una informacion confidencial es algo calumnioso, pero también lo es que auied las dice en secreto adquiere la fama de calumnia- or. Las malas reputaciones son dificiles de arreglar. La calumnia es un acto de hostilidad que perjudica al que la origina (Pr. 30:10), puede provocar la furia de los que la escuchan, y la de aquellos a quienes se calumnia. éHa oido a alguien decir, “yo no creo que deberias hablar eso de ellos?" iQué situacion tan em- barazosa! iQué condenatorio! El calumniar a otros nos deja como a unos perfectos calumniadores..., y abre la posibilidad de que otros lo hagan con nosotros. Muchas realidades perjudiciales acompanan a la calumnia. David dijo que el miedo, la conspiracién y el complot son los comparieros destructivos de ella (Sal. 31:13). La calumnia se rodea por si misma con descon- fianza, duda, exageracién y orguilo. Es una compania insensata para el creyente que desea crecer espiritual- mente y reflejar la gloria de Dios. Obviamente el chisme y la calurnnia son serias violaciones a la voluntad de Dios. Entonces, épor qué son tan predominantes? Es posible que nos hayamos neutralizado con “buenas” excusas. Muchas ideas falsas rodean el pasatiempo so- cial de contar historias, y reconocerlas cuanto antes, nos ayudara a extirpar ese cancer de nuestra conversacion. La primera idea errénea sostiene que es un pecado exclusive de las “mujeres”. Es cierto que en dos referencias biblicas los pecadas de la calumnia y el chisme tiene que ver con mujeres (1 Ti. 3:11; 5:13), pero en ningun lugar la Escritura promueve la idea de que los hombres no sean tan culpables como ellas. La nica diferencia es que los hombres la llaman “disparando al aire”, “conversa- 46 El control de Ja lengua ciones de tienda”, o mejor atin, “solucionando proble- mas”, La segunda idea falsa afirma que si la informacién es verdadera, est4 “bien” nompartirs. Nada podria estar mas lejos de la verdad. No se tratade que la informacién sea verdadera o falsa, sino de cuan danina 0 confiden- cial es. La norma para lo que hablamos esta en Romanos 14:19: “Asf que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificacién", También en Ef. 4:29: "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificacién, a fin de dar Gracia a los oyentes”, La tercera idea equivocada consiste en decir: “Este problema necesita de mucha oracién”. Mientras que eso Puede ser cierto, la comunicacién destructiva es antici- pada porque expresa: “Déjame contarte esto, Pero es s6lo para que puedas orar de manera especifica”. La cuarta idea falsa se relaciona con el deseo tacito de una amistad mas profunda, De algtin modo pensa- mos que compartionsa informacion confidencial o ne- gativa de otra persona, acrecentaremos la amistad con quien hablamos. En efecto, algunas relaciones nunca Permanecerian si no fuera Porque existe un enemi comin de quien hablar, pero, como hemos aprendido, estas caracteristicas de la comunicacién no profundizan los sriltacles, sino que finalmente las separan (Pr. 28), La quinta suposicién dice: “Seguro, quienes me escuchan no se lo dirén a nadie més. Después de todo me garantizaron que no lo harian”. Debemos desmantelar estas ideas infundadas y pre- guntar: ¢Qué podemos hacer con la informacion dafi- na? La palabra de Dios nos ofrece cuatro opciones: 1. Llevémosio ante Dios en oracién y dejemos el asunto en sus manos (1 P 5:7). Hay alqunos casos que van mas allé de nuestras habilidades y por lo tanto no los podemos resolver. Si tenemos que hablar de ellos debe ser a Dios. Habiar maliciosamente 47 2. Vayamos directamente, con una actitud de manse- dumbre y restauracién, a la persona de quien he- mos escuchado (Mt. 18:15; Ga. 6:1), Desafortuna- damente, la persona de quien se ha estado hablan- do es la tltima en enterarse de la historia. Como alguien dijo: “Yo estaba en boca de todo el pueblo y nisiquiera lo sabia”. Luego de ofr el punto de vista de la persona involucrada, tendremos una nueva perspectiva de la informacién. 3. Llevemos la informacién a alguien que esté en posicién de autoridad para corregir la situacién (Mt. 18:15-17; Ro. 13:1-5). 4. Proteja la victima de la calumnia (Pr. 10:12). El relato de Génesis sobre la reacci6n de la familia de Noé a su embriaguez y desnudez, ilustra grafica- mente nuestra responsabilidad. Después del diluvio encontraron a Noé desnudo y borracho, en su tienda. “Y Cam, padre de Canaan, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera” (Gn. 9:22). Pero sus hermanos tuvieron una respuesta diferente: “Entonces Sem y dafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus opios hombros, y andando hacia atras, cubrieron Drdueaudes de su padre, teniendo vueltos sus ros- oo asf no vieron la desnudez de su padre” (Gn. Al igual que Cam, tenemos la opcién de revelar todo lo que sabemos acerca de otros, o como Sem y Jafet, mostrarles amor cubriendo su vergilenza. “.,.el amor cubriré todas las faltas" (Pr, 10:12). “El que cubre la falta busca amistad; mas el que la divulga, aparta al amigo” (Pr. 17:9). “El amor no hace mal al prdojimo...” (Ro. 13:10). Sino echamos fuera de nuestras conversaciones los chismes y las calumnias, nos convertiremos en canibales sociales, devorandonos unos a otros, Concluimas, des- pués de oir hablar a algunos de nosotros, que vivimos por la ética de: “devora a tu prdjimo”, en lugar de vivir ag Et control de la lengua en la verdad del reino de Dios: “Ama a tu prdjimo como a ti mismo". “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis lla- mados; solamente que no uséis la libertad como ocasién para la carne, sino servios por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amards a tu projimo comoa ti mismo. Pero si os mordéis y 0s coméis unos a otros, mirad que también no os consumais unos a otros” (Ga, 5:13-15).

Você também pode gostar