Você está na página 1de 5

LA LEY EN LA SOCIEDAD Y SU POSIBLE DECADENCIA

Iván Fernando Casanova Garzón.

“El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.”


Aristóteles.

Hoy en día, nuestra realidad, nos enfrenta a situaciones y conflictos de cualquier tipo, sin
embargo, en cada acto que sucede entre una u otra persona puede haber celebrarse una
acción jurídica, empezando por esto, a continuación, discutiré acerca de la realidad de
las leyes y normas que nos rigen actualmente, la calidad y rigurosidad con la que
han sido elaboradas últimamente para que su aplicación dentro de nuestra sociedad
sea tan provechosa como lo llegó a ser en las civilizaciones pasadas, para las cuales “la
ley” fue su base y estructura y lograron consolidarse por cientos de años, increíblemente
hoy, en pleno siglo XXI las naciones alrededor del mundo aún utilizan los conocimientos
que nos dejaron como legado “en busca” de un mejor convivir.

El texto en el cual me he guiado para escribir este trabajo es La Ley, Principios y


Derechos, que explica detalladamente una especie de teoría sobre la Decadencia de las
leyes, lo que tendría válida aplicación reflexiva y analítica dentro del campo político-
legislativo y también de orden social general, ya que si bien la ley es elaborada
estrictamente por los legisladores, esta se supone que ha sido creada para que se aplique
en la comunidad y sirva de herramienta para que la convivencia mejore con el paso de los
años. Entonces, la importancia de este tema circula los gobiernos se fortalezcan y
juntos, entre altos mandos y el pueblo trabajen por una VERDADERA democracia y se
dejen atrás los individualismos y el egoísmo, que en lo que a mí respecta, es el gran mal
entre los humanos.

Mi tesis en general podría definirse en que la Constitución se ha convertido en un


elemento superior y mejor estructurado que las leyes, las cuales se encuentran en
decadencia cualitativa y la escribo de esta manera porque realmente, la que es “Norma
de normas” actualmente en el modelo de Estado Constitucional, se ha transformado en la
piedra angular de la sociedad moderna, las leyes aunque ya no con un papel tan
relevante como el que cumplían anteriormente en términos jurídicos, han estado en una
posición no muy favorable y se han puesto en tela de juicio la calidad con la que las leyes
contemporáneas son elaboradas y si de verdad tienen la capacidad para ser soporte de la
constitución o no, también se ha de discutir el verdadero rol del legislador y del juez en el
ámbito jurídico, y cuál de estos dos protagonistas es el que tiene la última palabra.

1. EL PROTAGONISMO DE LA LEY

1.1. LA DECADENCIA DE LA LEY


1.2. LA LEY EN LA CRISIS DEL ESTADO LEGISLADOR

2. EL ESTADO CONSTITUCIONAL

2.1. LA LEY DENTRO DEL ESTADO CONSTITUCIONAL


2.2. LA CONSTITUCION COMO NORMA UNIFICADORA.

1.1. LA DECADENCIA DE LA LEY.

La ley originalmente era autoridad, sigue siéndolo claro está, sin embargo hoy en día decir
que la ley es la “última palabra” es más bien algo exagerado y puede que para muchos
analíticos del Derecho sea algo ilógico, ¿Por qué? Por el simple hecho de que la
racionalidad y la transparencia ideológica con la que se redactaban las leyes ha ido
desapareciendo con el pasar del tiempo, ha perdido esa prioridad de mandamiento que
todos acataban al pie de la letra sin ninguna objeción, y que esto suceda, o sea que le
hayamos “perdido” respeto a la ley significa que nos estamos equivocando y tales errores
vienen desde las autoridades, aquellos que poseen el poder de crear leyes no están
funcionando de la manera que deberían y el pueblo lo siente ya sea consciente o
inconscientemente.

“La ley es simplemente la voluntad del legislador” cita el texto estudiado, esto no es una
afirmación incorrecta, la ley proviene quien legisla, pero ¿Qué sucede, cuando este
personaje ya no se encuentra totalmente enfocado en cumplir con los ideales que su
profesión le exige? La razón le ha abandonado y sus intereses individuales han tomado
total control de su voluntad, hoy en día creo que uno de los principales problemas que
enfrenta la ley y lo que deriva en su falta de credibilidad es que las personas se han vuelto
corruptas, puede que no sea la principal, sin embargo es la más notoria de las causas,
porque en un mundo en donde las diferencias entre las clases sociales, la desigualdad y
la injusticia le dan vuelcos al mundo del Derecho el legislador lastimosamente se
aprovecha del poder que obtiene para asegurar su propio bienestar sin importar sacrificar
el del pueblo, y entonces caemos en ese círculo vicioso de inconformismo, de reformas,
reformas y reformas, derogaciones y creación de nuevas leyes (unas con falta de sentido
común) que no llevan a buen punto a ninguno de las partes, el gobierno y el pueblo.
1.2 LA LEY EN LA CRISIS DEL ESTADO LEGISLADOR

El Derecho, gracias a la costumbre se ha transformado en una referencia de justicia e


igualdad legal, sin embargo, a pesar de todos los contextos que pueden ser puestos en
mesa de discusión acerca de la relevancia del Derecho en pos de las acciones de los
ciudadanos, la ideología de quienes se encargan de legitimar y hacer que la justicia sea
un hecho factible va mas allá de simple palabrería acerca de la buena voluntad.

Como tratamos en la idea sobre la decadencia de la ley, esta se ha visto impregnada por
falta de credibilidad, esta desconfianza es donde el Estado legislador se encuentra
sumergido, pueden haber muchos factores que desencadenan estos hechos, uno de ellos
es que dicho estado, se empieza a ver desplazado por otros modelos de Estado muchos
más “eficaces” como lo son el Estado Administrativo o el Constitucional (este último es el
que se ha impuesto actualmente en nuestra sociedad).

La aparición de nuevas fuentes estatales y sociales producen cambios generacionales


que muchas naciones y sus antiguas formas de percibir el mundo y el entorno en el que la
ley se desenvuelve necesita de renovaciones, una monopolización antigua y sin reformas
significa atraso ideológico y conceptual, lo que se traduce en incompetencia y falta de
desarrollo social, en este preciso momento, es donde la ley se ve derrocada por la
constitución, y a partir de aquí el Estado Constitucional toma las riendas de la nación, ya
no se trata de decadencia de la ley o pérdida de confianza sobre esta por falta de
racionalidad sino que la propia ley como tal ha caído en crisis por una razón muy simple,
la Práctica legalista ha llegado a su punto más bajo. El desplazamiento que el Estado
Legislador sufre tiene su punto de partida en el propio Estado social, que como una ola,
su poder sobre los campos económicos y sociales de un pueblo ha ido incrementando y
va con mayor fuerza, y la ley termina sufriendo las consecuencias, el poder para crear y
sacar a la luz nuevas leyes va cambiando de mano en mano, dejan de ser y terminan
volviéndose simples guías que no aspiran tener mayor importancia para el desarrollo
social.

2. EL ESTADO CONSTITUCIONAL

2.1. LA LEY DENTRO DEL ESTADO CONSTITUCIONAL

Primero, es relevante recalcar que no todos los sistemas jurídicos que posean una
constitución tienen el derecho a llamarse Estado Constitucional, hay distintos tipos de
Constituciones y depende del cuerpo y estructura de ellas además de su aplicación dentro
del proceso político para poder definir si de hecho hay o no un Estado Constitucional.
La ley ha perdido su total autonomía porque ya no es la fuente principal del Derecho, esta
ha pasado a ser un anexo de la constitución la cual, es la que le da el margen de acción a
la misma ley. Si bien esto puede verse como un enorme desequilibrio legalista, analizado
a fondo, resulta mucho más estable de lo que aparenta, ya que la constitución ha
aparecido para suplir los vacíos jurídicos dejados por la ley, de cierto modo esto significa
que el Juez pasará a tener mayor campo de acción y si no es mayor será mucho más
relevante que el papel que desarrollará el legislador, esto se da como consecuencia de la
irracionalidad en la que se ha visto envuelta muchas veces la ley y el Estado legislativo
como sistema político capaz de controlar y dictar con eficacia las resoluciones a los
problemas que se formen dentro del seno de la comunidad.

La ley se ha visto en la penosa situación de retroceder en contra de una estructura


normativa unificadora y absoluta como lo es la constitución contra la cual lo único que
puede aspirar a realizar es una interpretación exhaustiva de esta y soportarla, sin
embargo nunca equipararse al mismo nivel en cuestión de validez, ya que el Estado
Constitucional y el Juez como figura excluyente y principal protagonista del nuevo
sistema político, trataran de que el legislador y las nuevas leyes que vengan en camino
sean solo en función de promover la constitución como una verdadera y unitaria Norma de
normas y no contradecirla nunca.

2.3. LA CONSTITUCION COMO NORMA UNIFICADORA

Así pues, la constitución, dentro del nuevo Estado (constitucional), surge como la Norma
última, fue armada y construida en pos de un mejor convivir jurídico, si la ley perdió fuerza
a favor de la constitución, no fue por obra y azar del destino, sino era algo que tarde o
temprano el mundo jurídico estaba consciente de que tenía que suceder.

La ley había perdido mucha credibilidad como se menciona anteriormente y esto ya era
irreversible, la omnipotencia de antaño con la que el legislador contaba por la fuerza que
le daba el construir reglas capaces de mantener estable una sociedad se puso en tela de
juicio y esa fue la condena que debió de pagar por la falta de racionalidad a la hora de
crear, modificar y renovar leyes.

La Constitución aparece pues, como la solución a las confrontaciones y desacuerdos


dentro del mundo jurídico, para darle conformidad y lo más importante, darle sentido de
jerarquía a las reglas que ponen orden en la sociedad, muy a pesar del cambio de mando
entre legisladores y jueces, ya que como lo subrayé desde el principio de este escrito, se
necesitan cambios reales para mayor eficacia a la hora de solventar los casos y demás
situaciones legales y si la constitución bien soportada y aplicada con transparencia es el
envión de aire que el demacrado mundo político necesita, pues bienvenida sea.
CONCLUSIONES

Você também pode gostar