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de
lingüística
general II
émile
b;nvi;7istz
lingüística
truduccwn de
JUAN ALMELA
PROBLEMAS DE
LINCU~STICA
GENERAL
11
PO7
ÉMILE BENVENISTE
m
siglo veintiuno editores, s.a. de C.V.
CE& DEL AGUA248 DELEGKIQN COYOACAN.04310. MéYlCO. D E
. .
Primera edición en esoanol. 1977
dc.imoquinta cdici6n en cspailol, 1999
C siglo xxi editores. s a de c v
isbn %8-234029-0 (ohra complr~a,
isbn 968-234333-8 (volumen 2)
1. Estructuralismo y lingüística
2. Este lenguaje que hace la historia
3. Semiología de la lengua
4. El lenguaje y la experiencia humana
5. El aparato formal de la enunciación
V. EL HOMBRE EN LA LENGUA
il31
14 TRANSFORMACIONES DE LA L I N G ~ ~ ~ S T I C A
P. D.Pero ¿no cree usted -sin que pretenda yo que así haya sido
en realidad- que un proceder como el de Chomsky tenía, en
cierto modo, que seguir al estructuralismo, que supone el es-
tructuralismo?
P. D. E n francés, no.
P. D. La simbolización.
P. D. Por supuesto.
c. D. Sí, pero decía usted que todas las cieiiciCis1- h'iii \,ilitlu al
encuentro.
.
' Charlcr S. I'rircr (1879-191-1); Ferdinand de Saurrure (1857.1913)
.'S<) uiiircnai algchm of rclationr. with the subjaceiit indicer ai>d E atid FI is
iuscelitih!c uf beiiig ri>l.irgcd so ar to cotiiyrise e~erything2nd $0, rtill better. tliaiigli
iiat tn idca! pcrfcctioii, i< ilic ry5tclii of crirteritial gnphr" (Peirce. Selirtcrl \T1ritiilgs.
l ! , P. \ \ i r d . , o I'li'ti"~, 9 p. 389).
[+71
es punto más o menos 10 que se conserva hoy en día d e la iii-
mensa arquitectura lógica que subtiende.
Por lo que conciernc a la lengua, Peirce no formula nada prc-
ciso ni específico. Para él la lengua está en todas partes y en iiin-
guna. Jamás se iiiteresó en el funcionamiento de la lengua, si
es que llegó a prestarle atciición. Para él la lengua se reduce a
las palabras, que son por cierto signos, pero no participan de
una categoría distinta o siquiera de una especie constante. Las
palabras pertenecen, en su mayoría, a los "símbolos"; algunas
son "indicios", por ejemplo los pronon~bresdeiiiostrativos, y a
este título son clasificadas con los gestos correspondientes, así
el gesto de seíialar. Así que Peirce no tiene para nada en cuenta
el hecho de que semejante gesto sea universalmente comprendi-
do, en tanto que el den~ostrativoforma parte de iin sistema par-
ticular de signos orales, la lengiia, y de 1111 sisteiiia particiilar
de lengua, el idionia. Además, la misnia palabra puede aparecer
en distintas variedades de "signo": como QUALISIGN, como SIN-
SIGN,como LECISIGN? NO se ve, pues, cuál sería la utilidad opc-
rativa de seniejantes distinciones ni en qué aytidarían al lingüista
a constiuir la seiiiiología de la lengua como sistema. La dificul-
tad que impide toda aplicación particular de los conceptos peir-
cianos, fuera de la tripartición bien conocida, pero que no deja
de ser un marco demasiado general, es que en definitiva el signo
es puesto en la base del universo entero, y que funciona a la vez
como principio de definición para cada eleniento y coiiio priii-
cipio de explicación para todo conjunto, abstracto o concreto.
El hombre entero es un signo, su pensamiento es un signo," su
enioción es un signo.' Pero a fin de cuentas estos signos, que
' "As it is in itself, a sign is either oí the nature oí aii appearance. wlicn 1 cal1
it i ; seondly. it is an individual object or evenit, when I cal1 it a
p u ~ ~ i s i c r ior
SINSICH (the syllsble sin being the íirrt ayllahle o í scniel. siniid, singidar. etc.); or
thirdly, it is of the nature o í a general tvpe. when 1 cal1 it a ~ ~ c i s ~ .As . use thc
c n wc
terrri 'ward' in niort case; saying that 'the' is one 'word' and 'a"' ir a seeond
'word'. a 'word' is a legisign. But wlieii wc say o í a page in a hook, that it bar 250
'words' iipon it. of whieh twenty are 'the's', the 'ward' is a rinsign. A rinrign so
eii>bodying a Icgisign, 1 teriii a 'replica' oí tlie Icgirigti" (Peirce, "p. cit., p. 191).
e .* . . . the word or sigil wliieh inan iisen is thc tiiaii Iiimselí. For. as tlie fact tliat
every thotiglit is a sign. takcn in conjunction witli the íact tliat liíe ir a traiii oí
tliought, praves tliat nian is a rign; so that every thaught is an E n F n r r A L rign prores
tlist iiian is .m exteriial sign" (Peirce, op. cit., .1, 71).
! "Everything in whieb we take the least intereit creates in us its particular eiiio-
A LA I.ENGUA
S E ~ I I O L O C ~DE 49
son todos signos de otros, ¿de qué podrían ser signos QUE NO
FUERA signo? ¿Daremos con el punto fijo donde amarrar la
PRIMERA relación de signo? El edificio semiótico que constru-
ye Peirce no puede incluirse a sí, mismo en su definición. Para
que la noción de signo no quede abolida en esta inultiplicación
al infinito, es preciso que en algíin sitio admita el universo una
DIFERENCIA entre el signo y lo significado. Hace falta, pues, que
todo signo sea tomado y comprend.do en un S I S T E ~ I Ade sig-
nos. Ahí está la condición de la SIGNIFICANCIA. Se seguirá, con-
tra Peirce, que todos los signos no pueden funcionar idéntica-
mente ni participar de un sistenia único. Habrá que constituir
varios sistemas de signos, y entre esos sistemas explicitar una
relación de diferencia y de analogía.
Es aquí donde Saussitre se preseiita, de plano, tanto en la nie-
todología como en la práctica, en el polo opuesto de Peirce.
En Saussure la reflexión procede a partir de la lengua y la toma
como objeto exclusivo. La lengua es considerada en sí misma,
a la lingüística se le asigna una triple tarea:
I ] Describir en sincronía y diacroiiía todas las lenguas cono-
cidas; 21 deslindar las leyes generales que actúan en las lenguas;
31 delimitarse y definirse a sí n ~ i s m a . ~
Progranla eii el cual no se ha observado que, bajo sus aires
racionales, trasunta algo raro, que constituye precisamente su
fuerza y su audacia. La lingüística tendrá pues por objeto, en
tercer lugar, definirse a sí misnia. Esta tarea, si se acepta coni-
prenderla plenaiiiente, absorbe a las otras dos y, en un sentido,
las destruye. ~ C ó n i opuede la lingüística deliniitarse y definirse
a sí misma, si no es delimitando y definiendo su objeto propio,
la lengua? Pero ¿puede entonces desempeiíar sus otras dos ta-
reas, designadas como las dos primeras que, le incunibe ejecutar,
la descripción y la historia de las lenguas? ¿Cómo podría la
lingüística buscar las fuerzas que intervienen de manera perma-
nente y universal en todas las lenguas y des!indar las leyes gene-
rales a las que pueden reducirse todos los fenómenos particula-
res de la historia, si no se ha eriipeiado por definir los poderes
y los recursos de la lingüística, es decir, cómo capta el lengua-
tion, howevcr dight this einotion timy bc. Thir cmotion ir a sign and a prediate ot
the thing" (Peirce, o,>. cit.. p. 6 7 ) .
* F. de Saiirriire, Cotirr dc liiigciirtiqiio généralc (abreviado C. L. 6 . ) .41 ed.. p. 21.
50 LA C O ~ I U N I C A C I ~ K
Se puede, pues, decir, que los signos enteramente arbitrarios son los que
mejor realizan el idcal del procedimiento semiológico; por eso la len-
gua, el más complejo y el más extendido de los sistemas de expresión.
cs tambikn el inás característico de todos; en este sentido la lingüística
puede erigirsc cn el modelo general de toda semiología, aunque la len-
gua no sea más que un sistema particular.'8
l>r otro lado, habli de considera, :-S ritos, las costuiiibres, etc.,
:i;iio
Volviendo a este gran problenia en el punto en que Saus-
q ~ c c lo
. dejó, desearíamos insistir ante todo en la necesidad de
. ; ! I esfuerzo previo de clasificación, si se quiere promover cl
:'.zálisis y afianzar los fundamentos de la semiología.
Nada diremos aquí de la escritura; reservamos para 1111 exa-
, i c ~ iparticular ese problema difícil. Los ritos simbólicos, las
,iriiias de cortesía, ¿son sistemas autónomos? ¿De veras es posi-
> l eponerlos en el mismo plano que la lengua? Sólo mantienen
iiia relación semiológica por mediación de un discurso: el
'i:iitoWque acompaña al "rito"; el "protocolo" que rige las for-
iias de cortesía. Estos signos, para nacer y establecerse como
sistema, suponen la lengua, que los produce e interpreta. De
;iodo que son de un orden distinto, en una jerarquía por defi-
nir. Se entreve ya que, no menos que los sistemas de signos.
;as RELACIONES entre dichos sistemas constituirán el objeto de
la semiología.
Es tiempo de abandonar las generali+des y de abordar por
fin el problema central de la semiología, el estatuto de la lengua
cntre los sistemas de signos. Nada podrá ser asegurado en teo-
iia mientras no se haya aclarado la noción y el valor del signo
3 ;? los conjuntos donde ya se le puede estudiar. Opinamos que
' i,)ic: una reflexión sobre el principio de una ciencia de los sig-
:.<, ;ie una semiología, y un esfuerzo de elaborarla. La más mí-
' S610 ha sido objeto de unas cuantas refneneias, por ejemplo en Grace de laguna.
Spccch, 11s Fuitctioii and Developnient. 1927, p. 244n.; R. Jakobson, Esuir de lin.
g i i i r l i q t ~ eg<iirrale, t r x l de N. Riiret. 19h3, p. 217.
111. FSTRUCTURAS Y ANALISIS
6. ESTRUCTURA DE LA LENGUA Y ESTRUCTURA
DE LA SOCIEDAD '
ted if tlie nouii is of tlie coiitract class. or it iiia!- bc a nouii witli absol-
utive sufiix in forni -ti- (tliis typc is associated toda! with derived
verbal nouns, also found iii old petrified coliipo~lidsj.or an adjective.
~isiiallyin adverbial foriii with siiffix - h . If the final is a transitive
verb the antecedent may refer to its object ('incorporated object')
in which case the verb is inflected like al1 intraiisiti\.e, witliout piurio-
ininal object, e.g., mepani-po7poir.a 'wceds agave-ro\\,(s)", < meparni'-h
< ine-h 'agave', paini'-A 'row'. But the aiitecedciit is hasically a modifi-
cr, and its cqiiivalcnce to an object is coiiditioiied by graniiiiatical logic:
c.g., ).e-kwepo.ni (iiitransitive vcrb, iio objectj 'bursts from the action
of fire (hc.).)', C1 la.5047-i7kWilowa (transitive with transitive inflection)
'paints or cngraves sometliing ( l a - ) with floivcrs, floral desigiis (So:il
'flo\ver') .24
el perfecto (amabit -
dualidad forma! (-bol-um) y por las confusiones fonkticas con
amZvit), debía ceder el puesto.
'TRASr'oRhiACIONi<S DI< LAS C ~ I . T T C O R ~ A SI.INGV~S.TICAS 137
21 Al iiiisiiio tiempo se realiza progresivamente una rediic-
cióii foriiial del siiitagiiia por fijacióii del ordeii dc sucesióii iu-
fiiiitivo + hbbhe 11 por fusióii de los dos miembros: entre la
filial vocálica de los iiifiiiitivos y la iiiicial vocálica de habere
a coiitiiiuación, desaparece h- y es abere lo que en adelaiite será
la foriiia portadora de flexióii: essere abetis "seréis" (s. VI),
acarrcaiido veiiire (li)abes, videre jh)abes y preparando así sol-
verai priiidcrui d e los Jiiraiiiciitos de Estrasburgo. Es esta tras-
foriiiaciOii del siiitagiiia cii uiia foriiia íinica la que lo toriió
apto para adoptar eii el paradigiiia el piicsto del antiguo futiiro.
Se ve aquí ci cjciiiplo dc una locucióri nacida para respoii-
dcr a uiia función particiilar y liiiiitada, ceíiida en un iiiarco
siiitáctico cstrcclio, qiic despliega sus virtualidades propias y
eiitoiiccs, por uii cfccto de seiitido iiiil>revisibIe, realiza cierta
expresióii del futuro. La lciigua explota cste recurso para insti-
tuir progresivaiiieiite una iiueva forma temporal que elimina
le antigua.
iiiático; 91 kisa "go forth" y 101 tveci "caer", iio durativos e iii-
ceptivos de accióii vigorosameiitc eiiipreiidida: -k"ititc~rci"daslics
iipoii and takcs (-k"i-)".
El auxiliar es silfijado al presciitc -ti-, por ejciiiplo coi1 cl au-
xiliar ka "ser" + mo-klia "sits", se foriiia o,iiio-klitikatka "lic
was sittiiig", nio-Aalitiyes "he will be sittiiig".
La técnica dc la aiixiliación resulta particulariiicntc clara e
iiistriictiva en las lcng~iasaltaicas. El siiitagiiia dc auxiliacióii
eii tiirco antiguo (Gabain) coiisiste eii uii auxiliaiitc flcxioiia-
do y un "coiivcrbo" de foriiia fija en -u o eii -p. El paradigiiia.
bastante extciidido, dc los auxiliaiites, coiiiprciide verbos de scii-
tido geiieral quc, eii calidad de aiixiliaiitcs, forinaii pcrífrasis clc
fuiicióii descriptiva o iiiodal: con tur- "starc" puede foriiiarse
altayu tur- "tener costuiiibre de eiigaíiar"; coi1 tut- "tciier":
küyü tut- "proteger coiitinuameiitc"; coi1 alq- "agotar": qilii
alq- "hacer hasta el fin"; con tart- "tirar": qutu tart- "decaer
lentamente", etc.
Podrían ser citados otros muchos casos, que iiiostrariaii a la
vez cuán general es este procedimiento y cuán paralelos son !os
caiiiinos de la realizacióii.
Esto perniite colocar los siiitagiiias dc ausiliacióii dc las lcii-
guas indoeuropeas en un coiitexto descriptivo iiiás vasto v qiic
permite con~prenderlosmejor. Pero. a la iiiversa, donde Iiot.
apreciaiiios, eii lenguas siii liistori~i. estriictiiras dc ;iiisiliaci6ii
aiiálogas a las dc las Iciigiias iiidociiropcas, podciiins pciisnr cii
ccliar iiiaiio del iiiodelo iiidocuropco para cxplicar sil g61iesis.
10. PARA UNA SEMAN'L'ICA D E LA PREPOSICION
ALEhlANA VOR '
t Reiniprer<i
~ . . en nuRtra obra Pioblknicr de linguirtique ginérale, l. París. 1966.
pp. I32rs.
Atheiiaeirm, nueva serie, val. L. fasc. $ir-iv (1972). Universidad de Pavia, pp.
7 5 7 5 s . que tuvo Ir aniabilidad. que le agraderemo$, de trasmitirnos en manuscrito.
* No volvereiiiar aqiii a lat. prae, si no es p a n expresar nuestra satisfacción al hallar
eii el articiilo de P. Meriggi una inapreciable lista de ejemplos de piae que eonitir-
iiian nuestros puntos de vista acrrca de Irs condiciones de dicho enipleo. Setialemor
dc p s a d a qiie la cita 4 (Liv. iic, 46. 9 ) debe ser rectificada. El tkxto es en realidad
0 l l l i s ~ irebus
~ aliis prae iinicis cura, lit. "todos los deniir asuntos en" descuidados, al
I1411
S E M ~ N T I C ADE UNA P R E ~ S I C I ~ALEMANA
N 143
al. vor Freude weinen; it. piangere di gioia; fr. pleurer de
joie;
al. vor Angst sterben; it. morire di p u r a ; fr. mourir de peur;
al. vor Müdigkeit umfallen; it. cascare di stailchezza; fr.
tomber de fatigue.
Como aquí no se trata de francés ni de italiano, no nos que-
da más que preguntarnos si este valor de vor puede explicarse
por el sentido general de la preposición tal como ha sido defi-
nido arriba. Creemos que tal es el caso, y !os datos concuerdan
con nuestra interpretación. P. Meriggi debe construir la suya
sobre dos sentidos opuestos, el de "causa" y el de "impedimen-
to", que nos parecen ilusorios ambos.
Se ve, sin más, con leer el comentario de Grimm: "vor be-
zeichnet die nrsache, den bewegcnden grund für zustande, be-
sonders innere, dann aber auch für ein verhalten in ganz allge-
meiner anwendung: vor begierde brennen, vor scham verstum-
men,. . . vor wut beben, vor freude weinen. . . Die wirkende
ursache ist gewohnlich nichts von aussen kommendes, abge-
sehen von kalte. hitze, u. a,, wo gleichzeitig ein innerer zustand
bezeichnet wird, und so ist dann das bewirkte wiederum ein
innerer zustand, dessen ausdruck, oder ein verhalten, eine hand-
lung, ein vorgang, die als unwillkürliche folgen angesehen wer-
den konnen; besonders oft wird auch durch eine negation eine
verhinde~un~, hemmung bezeichnet . . ."
El papel de vor sigue siendo el mismo en este uso específico.
Indica la posición en la que se encuentra uno bajo la impulsión
de una f u e m irresistible que empuja hacia adelante. Al igual
que el movin~ientodel navío es producido por la fuerza del vien-
to que lo impulsa, así el estado involuntario físico o psíquico
("weinen") es el resultado de una pulsión emocional ("vor
Freude") que sufre el sujeto. El comportamiento involuntario
("weinen, beben, brennen") del sujeto es asimilado al movi-
miento igualmente involuntario del velero ("segeln"), y el
paroxismo de la emoción impulsante a la fuerza impulsara del
viento.
Una vez aquí, todo lo que importa y basta comprender es la
relación semántica de vor con el verbo, por una parte, y por otra
Ciitinn. pp. 788-789
con el siistantivo. Qiie la violeiicia del afecto resentido Iiaga
llorar al uno o inipida al otro liablar, cs cosa quc ataíie al psi-
cofisiólogo, no al liiigiiista. Es igualiiiciitc vano atribuir a vor el
sentido de "causa" y el de "impedimento"; eso es confundir
e1,plano de la sensación y el de la lengua. Desde el punto de
vista Iingiiístico sólo viene al caso una consideración: la cons-
tmcción de vor y la relación que establece entre el verbo y el
nombre que articula j~~ntos. Diremos pues que, apuesto adver-
bialmente a un verbo denotador de un estado o un comporta-
miento involuntario ("llorar, temblar", etc.), vor indica la
avanzada extrema, resultante de una inipulsión, y forma sin-
tagma con el sustantivo denotador del agente de la impulsión
(aquí interno, enlocional, "Freude", etc.). Si vor indica la di-
rección impuesta al objeto por el inipulsor, es en virtud de la
misma construccióii que arializábanios antes. Dejando aquí a
un lado la cuestión del artículo, que no tiene relación directa
con nuestro propósito, subrayaremos el paralelismo y la unidad
esencial de los dos tipos de locuciones:
1' ProblPmer de Iinguistique générale, 1, pp. 208si. [trad. esp.: Piobleii>as de lingüir-
t i a general, 1, Merico, 1971, p. 1441.
SINTAXIS DE LA CQMPOSICI~N NOMINAL 159
antiguo turco, qd-i kortlam "mi (señor) su-ceja (qd-i) [es] bella,
de las bellas ceja^",'^ turco ktzz güzal afandt "hombre su-hija
[es] bella, de la bella hija"; la dam-t qtrmtzi ev "casa su-techo
(&m-1) [es] rojo, casa de techo rojo"." Podrían ser citados otros
nluchos paralelos.16 Esta construcción coexiste en irlandés con
coinpuestos bahuvrihi donde el adjetivo, siendo de función pre-
dicativa, precede al sustantivo y donde un sufijo -ech marca la
atribución, así crún-suil-ech "dunkel-aug-ig, de ojo oscuro". La
comparación entre el compuesto crún-suil-ech "ojioscuro" y el
grupo sintáctico (beich) bec a nert "(las abejas) pequeña [es]
su (a) fuerza, de pequeña fuerza" muestra un paralelismo exacto
entre los dos procedimientos: tienen a la vez valor predicativo,
en el orden de los elementos, y valor atributivo, en el posesivo
u y el sufijo och.
Se ve así la función atributiva que el sufijo desempeña en el
bahuvnhi. Una ilustración notable la da el véd. devú-patni,
que no significa "dueña de los dioses" sino "(aquella) que tiene
por marido un dios (= mujer de un dios)". El femenino
patni representa en realidad puti "marido" dotado de un sufi-
jo de atribución; y como el atributario es un ser femenino, el
sufijo tiene por necesidad la forma -i Sólo que hay que notar
bien que la atribución tiene por objeto no pdi- "marido" sino
la predicación latente 'devb-pdi- "dios [es] marido", de suerte
que, con forma de atribución a un atributario de género feme-
nino, devú-putni significará analíticamente "dios-marido es de
(ella)", combinación de las dos predicaciones. Esta estructura
sintáctica es el fundamento de la relación semántica: el com-
puesto devú-patni (bahuvrilii) es solamente femenino; no puede
tener masculino,'" en tanto que grhú-patni (tatpurusa) "ama de
casa" es el femenino de grhúpati- "amo de casa", compuesto
este último fundado en la construcción "él (ella) es amo-de. . ."
(cf. antes). Por este lado gyhú-patni, uniplano, difiere funda-
mentalmente de devá-patni, biplano (cf. luego).
A. von Gabain. Altiüzkische Grammstik', 1950, 5 403.
K. Grbnhech, Der tiirkische Spnchbau, 1, p. 86.
'' J . Deny, Grairii,~aircde h languc turqoe, 1 351, p. 230.
'O Ver particiilrniimte G. heters. IF, 60, 1952, pp. 47s.. que reúne crpccimcnes
variados de estas construcciones (pp. Slss, para las lenguas caudsicas).
'#
Es necerarialiientc y 610 fernmino no nada niás a titula individnal y por n.6"
eoritextual, sino también porque todas l?s muipucrtor en -patni del RV, son bahuvrihts
160 FUNCIONES SINT~CTICAS
I ~ ~ ; i i i I.'ocdccos
i~i ~hfuiiiiiiu~iu,PliocucecI<rja toclos los aiiiiiialcs rciiiii<los
por 111s n;iturCilist;is I~ajoel iiaiiilirc clc Foc<rs. I;,i faiiiilia iiiicvii qiic prri~
l~oiig~i se divide cii <los g&iicr~>s. clistiiigiii<l<ispor 1;i prcsciici:~<le ;iiiricii.
las o sil ;iiiseiicia: 111s I~'ocáccoscoii ;iiiriciilas /I'h«caceu ui~ricirlut<ij so11
rciiiii<l~~s cii 1111 géi~enil~.irticiil;irctiii cl ii~iiiil>rcclc Oturie IOt<irr<iN.1.
L.iis I"oWccos <lcsprovistris < l i ;iiiriciil;is lPli«cuceu iiluiiiicitl<lf<l]consti~
tiiycii el géiicr~ide las ' I ~ o c ~ propi,iiiiciitc
is dicli~islI'lior<i N,].
11 il fruppe
7 1 il frappe
3 ( il frappe
--- il u fruppé
i[ est frappé
il peut frapper.
11 aiisiliaciOii de tciiiporalidad
7 ( aiisiliacióii dc diátcsis
3 ( aiisiliacibii dc iiiodalidad.
rcaliza por iiicdio de dos aiisiliaiites. avoir y ktre, que cstiri eii
distribuci<iii co~~iplciiiciitaria."
Avoir sirvc cii Iü graii iiial-oría, de Iiccho cii la gcrieralidad
de los casos; dtre cii iiii iiiiiiiero restringido de verbos. iiiios \,ciii-
tc cii total.
" l c i i e iiitcrés. a caiisa. iii mis iii nicnos, de su carictcr de cx-
ccpcioncs, dcfiiiir lo qiic parece particiilar a esos vcrbos para
que pidaii cl ausiliantc etre. Se enuiiicraii cii scguida: aller,
i,enir. deveiiir, intervenir, siirveiiir, retouriier, accourir, partir,
arriver, rester. entrer, sortir, iiaitre, éclore. iiiourir, décéder, tom-
ber, échoir, iiioiiter, descendre.
Estos verbos son iiitraiisitivos y de la esfera persoiial. Dcrio-
taii iiioviiiiiciitos iiistantáiicos y de pura efectiiaciOii, que ca-
rcceii dc diiración v cle porcciiir, cuya rcalidad coiiicide coi1 sil
realizacióii, que ;lo pucden proseguirsc siii iicgarsc: naitre y
inotirir. eiitrer y sortir: otros tantos uiiibralcs traspuestos, des-
piiésdc los cciales cl acto desaparece y deja lugar al cstado que
eiiiincia el perfecto. Uiia l-cz realizado el "iiaccr", sc "est né"
v ya iiada .caiiibiar:i las cosas. "Partir", "llegar", apenas efcc-
tuados. sc "cst parti, arri\.&". v esti dicho todo. Uiia vez que
se "cst vciiu" iio piiedc contiiiiiarsc viniendo. Eii tanto que
courir ticiic por auxiliaiitc "avoir", accourir sólo adriiitc "btre":
cs que sigiiifica "i.eiiir cii coiirant". Este nioviiiiicnto iio puede
s m scr dciioiiiinado cii el piiiito eii que sc coiisiiiiia; iio Iiav iiiás
alli. Sc obscr\)ari quc iiiiiguiio de estos verbos puede ciiiplcarse
cii el prcsciite diirativo, siiio iiada iiiás cii el presente dc dcfi-
iiicióri o cii el prcseiitc liistórico. Rfonter y desceitdre no son
cxcepcióii cii sir valor estricto, quc es enuiiciar coiiio efectuacióii
iiistaiitáiiea el iiiovimieiito hacia arriba o Iiacia abajo. Pero,
eii el uso. soii ciiiplcados tanibién para describir el proceso dc
r,
ascciiso o dc dcscciiso, eii tal caso puedeii ir acoriipaíiados
dc iiii tí.riiiiiio de cxtensioii espacial. No es uiia casualidad que
sc iiitroduzca ciitoiiccs uiia sitiiacióii flotaiite en la elección del
aiixiliaiitc: "il est iiionté" y "il a monté trois étagcs"; "il est
dcsceiidii" y "il a dcsccndii la pentc".
'I'oclos los dcniás vcrhos ticiien el aiixiliaiitc "avoir", sean o
"I > c p r c ~ ayui
~ ~ s de lado. piir iii<liferin~cdesde el punto dc \,isla dc l a au~iliari6n.
Id cuoti&i dc los verbos que puedcii admitir étre a avnir con ligeras \,ariacioncr de
sentido (Ir lirre erf p r u l a pariil. Todzr 91. qraniiticas l a trataii.
FSTRIJCTURA DE LAS RELACIONES I1E AUXII.IARIDAD 183
iio transitivos, tanto &tre coino {dire; tanto exister o vivre como
inurlger o couper.
El papel distintivo de cada uno de los dos auxiliantes podrá
ser definido así:
"el perfecto con avoir indica la operación como adquirida;
'el perfecto con 2tre indica la situación como adquirida.
Por "situación como adquiridam entendemos que cierta situa-
ci61i está establecida, como consecuencia de la efectuación de
1111 nioviniiento que tiene necesariamente por resultado dicha
situación.
Podrá sorprender que un verbo como 2tre esté comprendido
entre los verbos con auxiliante moir. Pero aparte de que la des-
proporción nuiiiérica entre los dos auxiliantes debe llevar al te-
rreno de uvoir una variedad niuclio más grande de especies ver-
bales, hay una razón específica para que el perfecto de &re
ten&$el auxiliante avoir; es que excluye el auxiliaiite dtre. Este
principio será indicado más adelante, pp. 1934.
Están, por lo demás, provistos de dtre en perfecto los verbos
cxclusivaniente reflexivos se souvenir, s'élancer, s'éprendre: "il.
s'est souvenu, il s'est élancé, il s'est épris", y por extensión aque-
llos verbos transitivos que admiten por objeto el pronombre
reflexivo: "il a blessé: il s'est blessé"; "je I'ai jeté: je me suis
jeté", y con valor recíproco en plural: "ils les ont battus: ils se
sont battus".
Ahora tenemos que analizar el juego del auxiliante y del
auxiliado en la producción del perfecto.
El fenómeno típico, del todo singular, de la auxiliación de
teniporalidad consiste en la escisión de una forma verbal en
dos unidades autónomas y en la repartición subsiguiente de las
funciones entre las dos.
Si estas dos unidades son. coniplementarias, ¿de qué manera
lo son? Vinios antes la concepción de TesniCre (la de Guillaume
no difiere esencialmente de.ésta), para quien el auxiliar porta
el iiiorfema, y el auxiliado el semantenla. Tal es por lo demás,
a grandes rasgos, la explicación que dan las gramáticas del "tiem-
po comp~iesto". Esta dicotomía rigurosa es un tanto sumaria y
nos parcce inadecuada. Las relaciones reales resultan ante el
exaineii ser más complejas, y deben ser sistematizadas de otra
iiianera.
184 FUNCIONES S I N T ~ C T I C A S
il chanté
presente il frappe
perfecto il a frappé
--
il est frappé
il a Qtéfrappé.
De modo que la forma básica del verbo pasivo es una forma
biiiomial "il est frappé", donde est debe ser considerado como
diferente del est de "il est arrivé". En "il est anivé", est carac-
teriza diferencialmente, conio auxiliante de perfecto intransiti-
\,o, una clase de verbos (tales como aller, venir, etc.), por opo-
sicióii al auxiliante a del perfecto en multitud de otros verbos,
traiisitivos o intra~isitivos(prendre, voler, vivre, etc.).
Esto lo confiriiia la flexión del pasivo: construida con un
presente est, comprende una au~iliacióntemporal de perfecto
coi1 el ausiliaiite avoir: así "il a été frappé". Sc vcii aqiii dos aii-
siliacioiics siiii~iltiiicas: la aiisiliacióii de tciiiporalidad il a été
auiiiciitada coii la aii\-iliaci011dc cli~itcsispor adicibii del parti-
cipio aiixiliado frappé. La foniia de pcrfccto pasivo il a été frop-
pé periiiite piics distiiigiiir dos plaiios de ausiliacióii:
teiiipor~iidad:il ausi\iaiitc tciiiporal + été aosiliado
diiitcsis: ii a été aiisiliaiitc diatético +
fruppé auxiliado.
11991
200 EL HOMBRE EN LA LENGUA
2
3
x 2
x 3
tu TE vois
il SE voit --iI tu
SE
TE dis
dit
N x N on SE voit - on SE dit
1
3
x 2 je TE vois
x 2 il TE voit --il-je tuditdis diS
TE
TE
2 X 1 tu ME V O ~ S
3 x 1 il ME voit il - ME
ME
dit
N X 1 on ME voit
N x 2 on TE voit -- on ME dit
on TE dit
1 X 3 je LE vois
2 X 3 tu LE vais --- je LUI dis
tu LUI dis
31 X 3 2 il LE voit
N x 3 on LE voit - il LUI dit
on LUI dit
B] Enunciado en imperativo?
' "lmpentivo" implica siempre la forma pa~itivade este modo,
A N T ~ N I M O Y PRONOMBRE EN FRANCOS MODERNO 207
Regla de orden: el pronombre objeto sigue al verbo.
La forma verbal (en singular) está limitada a una sola per-
sona, la segunda, y no lleva pronombre; las tres personas pue-
den ser objeto, la segunda es entonces de empleo reflexivo.
También aquí la distinción entre un objeto directo y un ob-
jeto indirecto depende de la persona:
dir. - le les
moi nour toi
sg.
indir. - lui lear
dir. - - - le les
pl.
I*
indir. -
nouf
- - 111i Ieur
dir. - le les
7.8 pl. moi nour UOUI
iridir. - lui lar
R O N O h l B R E EN FRANCÉS ntoDERNu
A N ~ Ó N I ~Y ~P O 209
Cuando el pronombre objeto indirecto es el de 3a persona,
tiene la forma lui y el orden se invierte: je le lui dis.
En el imperativo, los dos pronombres objeto siguen al verbo;
cl pronombre objeto indirecto tiene la forma moi toi lui, y el
orden de los pronombres se vuelve:' directo +
indirecto: dis-le
inoi! "
Pero estos siiitagmas formados de pronombres objeto directo
c indirecto sucesivos están sometidos a dos importantes reglas
de compatibilidad.
11 me (te se) como prononibre objeto directo no es conipati-
blc con ningún pronombre objeto indirecto antes del verbo;
s6lo es posible el prononibre objeto indirecto de la fornia moi
toi lui precedido de la preposición d y puesto detrás del verbo.
Así 'je me te confie, +tu te me confies son inlposibles; tiene
que ser: je me confie d toi; tu te confies d moi.
Es regla, por el contrario, la sucesión le (la, les) pronombre
objcto dirccto + lui (leur) objeto proiioiiiinal indirecto que pre-
cede al verbo: je le lui confie; tu les leur confies.
Z ] nle (te se) coiiio pronoiiibre objeto indirecto no es compa-
tiblc con ningún pronoiiibre objeto directo de la. o Za. perso-
iia aiitcs del verbo; sólo es posible el pronombre objeto indi-
recto de la foriiia moi toi lui precedido de la preposición d y
pucsto detrás del verbo. Así, *je me vous appelle, 'il te me re-
coriimaiide son iiiiposibles; tiene que ser: je vous appelle d moi,
il ine recoiniilande d toi.
Es regla, por el coiitrario, la sucesión rne (te, se) prononibrc.
objcto itidirccto +le (la, les) preccdiendo al verbo: ie me le dis,
il te la doniie, tu te les rappelles.
Estas rclacioiies figuran eii su totalidad en nuestro segundo
cuadro, donde cada persona objeto está reprcscntada por la
coiijuiicióii de los dos proiioiiibres directo e indirecto en el or-
deii y con la variación antes indicados, y el objeto directo en
singular y en plural (le implica siempre la).
Hay pues dos particularidades que subrayar:
I ] Cuando cl pronoiiibre objcto indirecto se rcfiere a la 3a.
MODO IMPERATIVO
A N T ~ N I M OY PRONOMBRE EN FRANCÉS MODERNO 211
21 el pronombre objeto indirecto de la la. persona es lui,
cualquiera que sea el modo, en tanto que para la la. y la 2a.
persona, el pronombre objeto indirecto es moi toi en impera-
tivo, y me te en los demás modos.
D e ello resulta que el problema es el de la 3a. persona. Los
pronombres de la. y de 2a. persona, por una parte, los de 3a.,
por otra, no obede2en a la misma distribución.
Las personas primera y segunda emplean me te para los dos
objetos, directo e indirecto, en los modos diferentes del impera-
tivo; y moi toi para los dos objetos, directo e indirecto, en el
imperativo. Las dos series de formas están pues, sin importar
la naturaleza directa o indirecta del objeto, en distribucióii com-
plementaria de modo: me te eii los modos distintos del impera-
tivo, moi toi en imperativo.
Pero en la 3a. persona, le es objeto directo y lui objeto in-
directo, cualquiera que sea el modo. De suerte que estas dos
formas, sin importar el modo, están en distribución comple-
mentaria de régimen: le directo, lui indirecto.
Una vez localizada, falta explicar esta diferencia. ¿Por qué
esta distinción le/lui en la 3a. persona, cuando las dos prime-
ras emplean me (te) indistintamente para el objeto directo y el
indirecto?
No hay que buscar la respuesta eii la naturaleza gramatical
de uno u otro objeto, sino en una razón formal, que es la com-
patibilidad de las formas pronominales necesariamente conjun-
tas eii el sintagrna de objeto doble.
Se ven en el segundo cuadro, por una parte, los sintagriias de
pronombres reflexivos: "je me le (dis)", tu te l e . . ., il se le. . .,
que son enteraniente simétricos; por otra, los sintagmas de
pronombres no reflexivos: je le lui. . ., tu le Iui.. ., il le lui. . .,
igualniente siiiiétricos. Eiitre los dos hay uiia trasforiiiación,
cuyo punto de partida podemos ver; está en el siiitagiiia que
comprende ili sujeto y ilz y ils objetos directo e indirecto. Se-
gún il me le. .., il te le: . . se esperaria 'il le le. . . Hasta podría
generalizarse este niodelo teórico scgúii el paradigiiia del pro-
iioiiibre objeto indirecto a las dos otras personas.'Eii virtud de:
Ii~briaque tener:
Singular Plural
mon mes
nous notre nos
tu ton tes
VOUS votre vos
A N T ~ N I M OY PRONOMBRE EN FRANCÉS AIODERNO
Singular Plural
il son ' O S ~ S
ils leur hrs
pero
je viens de SA (maison)
de justificado.
.
etir ri auiii iin caiii\~alcnte convencional:. d'etir seria lo ti~iriiio
'* Cf. para una tcorii de coiijiiiito RSL. 47 (194h). fac. l . pp. 1.12 (= Prol>li!nes
de lingiiirtiqxic gOtLrale, l. pp. 225-276 [trad. esp.. pp. 161.171]1
"Soir roiini>leliieiiVrrin: I'.ii la priiiicra paitr de niientro reqiiiid<i cuadro se iibier~
rará que los bronoiiihrcr regiiiiciic; i I i b de lis dos priiiieris personir re reficrcii por
el reniido a il, ) il_ Hrit sido. coii todo. puertos bajo il, Y il, por riiiirtria coii la 32.
permna. a r;l;iia de la ,ucrri;~s directo + indirecto.
15. LA FORMA Y EL SEN'1'II)O E N EL L E N G I J A I E 1
.[? 171
218 EL HOMBRE EN LA LENGUA
' Siudia classica el orie!italir ,Antoiiio Paglraro ohlata, I s t i l i ~ t < ir l i l:liitli>loqir rlcll.3
Univarsitl di Roma, vol. 1 (1969), pp. 2 1 3 ~ 2 1 8 .
quaiii habtii repositani 111 siidario (ariii. varSaiiiak;' a. csl.
ubrusli:"
Hcclios 19, 12: ~ O T Exai EA ri~i*;iin0t.v11i'\frix; iino<pigso0ai rinb
roC ~ ~ i o r iii9ri1C
i ~ ; niii-h~í~iri FI nt~iixi\~O~íi "De tal iiiaiicra qiie auii se
Ilerahaii sohrc los ciifcriiios pafiiiclos o paíios qiic Iiabiaii toca-
do su picl ( y craii ciirados) ";\'ulg. ita ut etiain super laiiguidos
deferreiitiir a corpore eius siiduria et seiiiicinctia (ariii. t'aSki-
iiak ' kaiii var3aiitak; a. csl. iibrrisii) .
Sieiiiprc coii igual seiitido. la palabra es eiiipleada eii uiia
circuiistancia particular cii Saii Juan. en dos pasajes:
J. 11. 4-t (rcsurrcccióii de Lázaro) : il iiilii; aiirol; oovba~iC!I
xgts8Éharo "sil rostro estaha envuelto cii iin lieiizo": Vulg. facies
illius sii,dario erat Iigata (ariii. ~~urdaiii<~k; a. csl. tibrusii).
j. 20, 7 (cl sepiilcro vacío): r8 noihii«iov ii ilv Eni rt; xerpaiijg
n6nli; "el liciizo que Iiahía estado sohrc sil caheza (= de Jc-
SI~S 1 "; \'ulg. sridariurtt giiod fuerat super caput eitis (ariii.
i~arSaiiiak;a. csl. siidari I : :
Estos dos pasijcs Iiaii dcsciiil>cñad~iiii papel decisivo cii la
Iiistoria Iésica de si~dariiriii.Fiic ;i partir clc cstc rclato" como
suduritiiii, que dcsigiiaha cii gciicral, \. taiiihi6ii aqiii. iiii liciizo
p a ~ "ciijtipür d siidor, adopth. 1101 ser iiiciicioiiado ciitrc los
aclcrczos fiiiicrarios cu;iiido 1;i Kcsiirrcccióii. cl sciitido cspcci-
fico de "liciizo qiic ciivuclvc la cabeza de los iiliiertos". de doii-
de viciic fr. siraire.'
h l i s iiitcrcsniitc aíiii, pero iiiuclio iiieiios aparciite. Iia sido 1;i
' Siihrc n n i i vurbxriik. piervniio del iraiii<i. cf. RSI,. $ 1 1 1 9 í X 1 , 1,. 711.
" Coi8 riisi, iuhrii* "pniiiielii'. riwi di;il. ohriis "renillctv dc iiicsa". dcl prefijo u-
1 d i l . rsl. h h ' ' . \l. \ . t . Vi'l~..
111. p. 170.
' Sohrc t':ilkii~ai. rf. 11. Iliiliscliiii.iii~i. .\riii. <;rairiiir., 1, i l l , i cl <Iicciutirno dc
d a 1 1 . 1132. tzin p i i i r , ciiiirlii\c8itt. CI i i i i o rniiiii cI i)tro. lil r,rigeii i n i i i o es
pmbrhle.
' I d foralir a. c$lata suddr; ( r u s o w ~ l d r 'L W I W ~ C ~ I ~ I I Icclcsii~tico)
W ~ I C I I C del gric~
qo noadiipov (d. \'as-tier. "p. cit., I I I , p 191. I.:rti ~irl.ihra griega liar" igualiiientc
al sirirni cnii la loriiia sÜd5rá (Iuati 11, 44; 20. 71; rf. S. 1'. Hruch. 1.c \Iriséoii, 80
(1967). p ~ >41. $.h.
' Iris rrlrtos paralelos de los otros e%asgelior tieneti tcrgiiitio< diferentes: nivbhv.
Irt. <¡"don í\larcor 15. 4 6 ) ; orohfi. lat. rtola (16. 5 ) ; iiflóvi«. lat. Ili~teamina (Lu-
crs z+. 12).
' Aparte dc esto. ~itdariiini no sobrevive en romance m i s que eti el dilniata sudar
"paRuclu" (dini>in. siidarr,li. dc sudariolum), que mnrerra el setitido prliiiern de la pa-
labra latina. Cf. F13Vf. XII. p. 195..
' Pera cii eipanol y yortugues, antes de 11 acepción fúnebic: ''sudidcro para Iinl-
piar el sudor" (hird.) ) "paiia, coxn qitc intigamente re lirnparí <r sitor" (Figu«redo);
y en italiano, sin ella: "paninulino per areiupre il sudore" (Zingarelli). [T.]
D I F I I S I ~ N 111.. IIN . I ~ . R L I I N Oni:. ciii.iun,\ 145
situación de sudariuiii eii la tradicióii tcxtiial latiiia. Nos pro-
ponemos precisamcnte porier eii claro uiia particiilaridad que
preseiita y las coiisccuciicias qiic Iia tenido.
Para Juan 11, 44, fi iiilli flii~niinnlifiripiip mpi~fiihfro"sil rostro
estaba eiivuelto cii iiii lieiizo". la \'iilgata da. coiiio viiiios. fa-
cies illius sudario erat ligata, v nada parccc iiiás iiatural quc
Iiallar, aquí coiiio cii otros ladoi. cl gr. nniikii~iouvertido por lat.
sudariiiiii. Pero, de iiiodo bastante curioso. la iiiis aiitigua tra-
duccióii latiiia. la \'etiis Latiiia (Itala) no traía aquí strdariuiii
si110 uiia palabra difereiitc, oratitiiil. qiic la \'iilgata cliiiiiiií~
para poiier el siidariiiiii del texto actiial. No se Iia prestado atcii-
ción a esta discordaiicia. qiic iio deja de ser iiotal~lcl>or iiiis
de uii lado.
Aiite todo Iiay qiic rctciier el Iicclio de qiic el latiii disl>oiiia.
para la iiiisiiia iiocióii. dc dos tériiiiiios. orariiiii~y siidariiiiii. Si
los iiiás antiguos tradiictores. al tciicr qiic tradiicir cl noidii«ii~v
de Juaii 11, 44, cligieroii oruriiiiii. ciiaiido qiic siid<iriuiii parc-
cía imponerse o. en todo caso. se presciitaba priiiicro. sciiicj;iiitc
preferencia debe tener algiiiia r:izóii. SC explica. crcciiios. por
la sitiiacióii respectiva de sudariiiiii \ clc or<iriiiiii cii el iiso. Eii-
trc las dos palabras, prácticaiiieiite siiii,iiiiiias. la difcrciici;~es
de nivel estilística. Stidariiiiil pcrteiiccc a la hiiciia Iciigiia clá-
sica (Catulo, Quiiitiliaiio); orariiiiii dcl>ía clc ser tiiás coiiiíiii.
si iio cs qiic viilgar. La foriiia iiiisiiia iic orariiiiii "liciizo ptra
(enjugar) la cara". doiidc el tciiia de os Iia rc~iipla~ado a sud-,
i~iiicstraiiiia crcacióii seciiiidaria de iiitciicióii csprcsiva. La pa-
labra lio aparece 1iast;i el siglo iv. cii la Historiu oiigirst~,doiidc
dcsigiia los liciizos qiie los cspcctadorcs agitaban eii el teatro
para iiiaiiifcstar sil coiitciito: ipsiiiiiqiie prii~iiiiiidoimsse oraria
popiilo roiiidiio qiiihiis iiteretiir popiilirs ad flisoreiii: cf. en
Eiiscl>io: ~ i i ~ < 1 < i ~ i ?ni;
í - 1 1 ~i18ori<ii;1). reí; 8fiiryat;.'' Se cita e11 se-
giiida. ;i ~>riiicil>ios clcl .siglo \,. cii Saii i\giistíii: Tuiic. sicut
potiiit. octiliiiii l<ipsiiiii (itqire peiideiiteiii. loco suo re\acutiiin.
ligui'it orurio.'" I'riidciicio. cxaltaiido a dos iiiirtircs, recuerda
el iiiil;igro qiic ;icoiiil>;iñó ;i sil iiiiicrtc: se vio ascciidcr al ciclo
dos ol~ictos.el ;iiiillo dc iiiio. el l>aiiiiclo clcl otro: illiiis fideiit
a \'upi,ri>. \tireli:tnris. c,q> xtvi!!.
1 l . 1 , t r 1 1 l .l . l . 2. p 2322.
'" Cii. Uw. Y V ~ , S
216 ~Oxrcor COI.TORA
(2491
250 ~.i:xrcoY CULTURA
¿De dónde viene entonces que la lengua haya hecho esa elec-
ción singular, dejando el camino que se le ofrecía de una deri-
vación normal, la que indica Littré?
Estamos ante un caso particular, que parece salir de la norma
y del que no hay causa general que dé razón. Hay pues que exa-
minar las condiciones de hecho que han producido este adje-
tivo. Contrariamente a lo que creía Littré, scientifique no se
formó eri francés. Conio todos los adjetivos en -fique, viene del
latín, donde la clase de los compuestos en -ficus "que hace",
bien establecida desde la lengua clásica (bene-ficus "bienhechor",
honori-ficus "que hace honor"), se mantuvo productiva hasta
baja época."
De hecho, scientificus data del período tardío del latín?
Aparece por primera vez en el siglo VI de nuestra era. Es ya un
* Lalande, Vocabulaire de philosophie, s.v. rcientifique.
' Citar del siglo xiv en Littrk: "De n s pnrties une est scientifique ou sp.4culative.
Yautie est iaciocinative ou patiquc, Chnmc. Eth. 171. Et pour n aussi que la p r o p
sitian ringulDre laquele est le derrmici t e m e en eeste pntique. n'cst par univenclle
ne odcntifique c'est-Pdirc que de elle n'nt pos rcicnn, Id. 199."
Littrt, Didionnaire, art. scientifique, fin.
A n r n de estos mmpuntos, d. F. Bnder, La formatian des eompoaér norninaux
du latin (Ann. litteraires de I'Univ. de Bnswon. vol. 46), Parir, 1962, p 207.221.
En la obra a n t n citada de F. Bnder. reicntifiew figura al final d%pilyiio 250,
entre los sdjetivci en .ficus que indimn mcillamento "que se tefierr a . . .". Mostnma
aqui que no n h t e el sentido origbd.
252 L É X ~ C OY CU1.TUP.A
En Boecio:
Simpliciter igitur melius per priora posteriora tentare cognoscere, nam
magis scientificum tale est.I3
i2561
LA BLASFEMIA Y LA EUFEMIA 2 57
Hay que prestar atención a la naturaleza de esta interdicción
que cae no sobre el "decir alguna cosa"', que sería una opinión,
sino sobre el "proiiunciar uii iioiiibre", que es pura articulación
vocal. Es propiaiiiciite el tabú lingüístico: cierta palabra o nom-
bre iio debe pasar por la boca. Siiiiplcniente se retira del regis-
tro de la leiigua, se borra del uso, no debe existir iiiás. Sin eiii-
bargo, v es coiidicióii paradójica del tabú, este noiiibre debe al
iiiisiiio tieiiipo coiitiiiuar existiendo como prohibido. Es asi,
coiiio existente-proliibido, coiiio hay que plantear igualiiieiite
el noiiibre diviiio, pero adeniás la proliibición va acoiiipañada
de las iiiás severas saiiciones, y es acogida por pueblos que des-
conoceii la práctica del tabú aplicado al noiiihre de los difun-
tos. Esto siibrava aíiii más intensaniente el carácter siiigular de
esta intcrdiccióii del noiiibre diviiio.
Para coiiipreiiderla, y así para ver mejor los resortes de !a
blasfemia, Iiav que remitirse al análisis que Freud dio del tabíi.
"El tabíi -dice- es una proliibición iiiuy antigua, impuesta
desde afuera (por una autoridad) y dirigida contra los deseos
más intensos del Iionibre. La teiideiicia a trasgredirla persistc
en su iiicoiisciente; los Iioinbres que obedece11 el tabíi son ani-
bivaleiites coii respecto al tabú." Parecidaiiieiite, la iiiterdic-
cióii del iioiiibre de Dios refrena 11110 de los deseos iiiás iiiteiisos
del Iioiiibre: el de profanar lo sagrado. Por sí iiiisiiio. lo sagrado
iiispira coiiductas aiiibivalentes, coiiio se sabe. La tradicióii re-
ligiosa iio Iia querido quedarse iiiás que con lo sagrado diviiio
v ha excluido lo sagrado iiialdito. La blasfeiiiia, a su iiiaiiera.
quiere restablecer esta totalidad profaiiando cl iioiiibre iiiisiiio
de Dios. Se blasfema el nombre de Dios, pues todo lo qiic sc
posee de Dios cs su iiotnbre. Sólo por ahí sc puede alcanzarlo.
para coiiiiioverlo o para herirlo: proiiunciaiido su noiiibre.
Fuera del culto, la sociedad exige que el nombre de Dios sea
invocado en una circiinstancia soleiiiiie, que es el jiiraiiiciito.
Piies el jiiraiiieiito cs 1111 sacranlentuin, un llaiiiado al dios. tes-
'tigo supremo de verdad, y uiiá devocióii al castigo diviiio cii
caso de iiientira o de perjurio. Es cl iiiás grave coiiiproiiiiso
que pueda contraer el Iioiiibre y el iiiás gravc qiiebraiitaiiiiciito
que pueda coiiieter, piics cl perjiirio no atañe a la iiisticia de
los Iioiiibrcs siiio a la saiicióii diviiia. De iiiodo qiic cl iioiiibrc
del dios debe figurar cn la fórniula del jiiraiiieiito.
258 ~ÉxicoY CULTURA
' Delanos lar eiernplor frinceres, agregando apenar alguno en erpahol. Quizá J
Icitor Ic agrsidc iiii>ltiplirar los ejciiiplor yur s i i riiciila. (c.]
1'). C ó h l O SE F O R M O UNA DI1:ERENCIACIÓN
LkXICA E N FRANCÉS '
12741
ws ~ ~ O D E L OLINCUJSTICOS
S DE I.A CIUDAD 275
en la lengua esta relación nocioiial evocará en cl canipo de las
rcalidadcs sociales la posibilidad (cs todo lo que puede dccirsc
a priori) dc una situación paralela. Si se verifica el paralelismo.
queda iniciada una fructiiosa investigación que conducirá qui-
zás a descubrir nuevas correlaciones. En todo caso, la relación
de derivación de quc se partió debe, a su vez, ser sonietida a una
indagacióii comparativa en su orden propio, a fin de vcr si da
o no el solo ~node!o posible de la jerarquía entre los dos tér-
minos.
La noción a la que nos dedicaremos aquí es, e11 su expresión
léxica, la de "ciudad". La consideraremos con la forma en quc
se enuncia en latíii, civitas. Primero en su estructura formal.
Nada más sencillo, más iiiniediatamentc claro, sea para el locii-
tor romano, sea para el arialista moderno, que la forniación de
civitds: es el abstracto cn -tos derivado de civis.
Aquí empieza a formarse un problema iniprevisto. Sabenios
lo que significa civitas, ya que es el térmiño que da cuerpo en
latín a la noción de "ciudad", pero ¿qué significa civis? La ciies-
tión sorprenderá. ¿Hay por qué poner en tela de juicio el sen-
tido de "ciudadano" coiicedido siempre y por doquier a civis?
Sí, es preciso. Ni que decir tiene, en iiiultitud dc sus cnipleos
esta palabra no puede traducirse m i s que por "ciudadaiio",
pero creemos poder establecer, contra toda la tradición. que
no es éste el sentido propio y primero de civis. La tradiicción
de civis por "ciudadano" es un error de hecho, uno de esos ana-
cronismos conceptuales que el uso fija, de los que se acaba por
no tener conciencia, y que impiden la interpretacióii d r todo
un conjunto de relaciones.
Puede mostrarse esto, primero, por razón 'lógica. 'Traducir
civis por "ciudadano" implica rcfereiicia a una "ciiidad". Es
poner las cosas al revés, en vista dc que el latiii civis cs el tér-
mino priniario y ci~itdsel derivado. La palabra bisica por fiier-
za debe tener uri sentido que permita que el derivado sigiiifi-
que "ciudad". La traducción dc civis por "ciudadaiio" rcsulta
ser un hysteroti proteron.
Si esta traduccióii no liubiese sido recibida coi110 una eviden-
cia', y por poco que se Iiiibiera atendido a vcr cóiiio la palabra
sc definía para quicncs la ciiiplcah:~ii,sin falta se habría advcr
tido el hecho, registrado cii los diccioiiarios por lo dctiiis, aiiii-
276 LEXICO Y CULTURA