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Fil. Estefanía Agraz Rubin 2 de diciembre de 2010.

Instituto Sapientia

El hombre nuevo
Fil. Estefanía Agraz Rubin

“Un pueblo que no sabe leer ni escribir es un pueblo fácil de engañar” nos diría el comandante Ernesto Che Guevara
en la segunda mitad del pasado siglo XX y, ciertamente, es verdad. Sin embargo no basta sólo con esto y es esto sólo
el principio. El presente ensayo hablará de la importancia de la Filosofía en la educación empero no debemos olvidar
que el principal problema en nuestros días es la analfabetización; sin esto por combatir entonces ya podríamos, quizá,
empezar a hacer realidad la filosofía en la educación. Olvidémonos unas páginas sobre este principal problema y
pensemos que ya está resuelto, prosiguiendo directamente al tema de nuestro interés. Primeramente debemos plantear,
¿qué es la Filosofía? Sería posible que enumerásemos un sinfín de definiciones dadas a lo largo de la historia: amor a
la sabiduría, el sentido de bien platónico, etc. Agregando, diríamos que es el camino por el cual se llega a la verdad, es
el camino que nos quita las “escamas” de los ojos y los prejuicios de la mente para poder caminar hacia lo cognoscible
tanto para la mente, y en este caso para nosotros, como para lo que está más allá de ella (como dirían los griegos, el
alma, el intelecto, la psiqué). Finalmente, es lo que nos enseña a caminar hacia un horizonte que parece alejarse cada
día más. Luis Villoro, el pensador y filósofo mexicano de nuestro interés aquí, define a la actividad filosófica con dos
aspectos presentes en ella desde Sócrates: “reforma del entendimiento y elección de vida nueva” 1 . De ello hablaremos
más adelante. No obstante, tiene también dos caras, puesto que es tanto pensamiento de liberación (en palabras de
Villoro) como justificadora del poder; un pensamiento de dominio que a veces, si no es que siempre, suele justificar y
sustentar con su discurso esta fuerza.

¿Hacia dónde vamos? Nos preguntamos constantemente con la incertidumbre del mismo piso sobre el cual nos
encontramos y el humo abrumador de la pregunta nos asfixia. Hemos dicho ya que la Filosofía es un pensamiento de
renovación:
“A lo largo de la historia, casi todo filósofo renovador ha merecido, en algún momento, alguno de estos epítetos:
disidente, negador de lo establecido, perturbador de las conciencias, sacrílego o hereje, anárquico o libertino,
reacio e independiente, cuando no francamente revolucionario. En efecto, la actividad filosófica auténtica, la que
no se limita a reiterar pensamientos establecidos, no puede menos de ejercerse en libertad de toda sujeción a las
creencias aceptadas por la comunidad: es un pensamiento de liberación” 2 .
Es así como nos habla de una ruptura con lo preestablecido, con los prejuicios. El quehacer filosófico, la pregunta
filosófica implica poner en cuestionamiento cualquier opinión o creencia sobre la cual nos movemos, es decir, pone en
crisis el aparato conceptual determinado para poder así discernir entre lo falso y lo verdadero. La pregunta filosófica

1
Cfr. Villoro, L. Filosofía y dominación
2
Luis Villoro, Filosofía y dominación, p. 64
1
Fil. Estefanía Agraz Rubin 2 de diciembre de 2010.
Instituto Sapientia

se encuentra en constante asombro, en constante revisión “ante cualquier saber heredado; azoro frente a ‘lo aceptado
sin discusión’, frente a ‘lo obvio’ ” 3 . Es así como pone a un constante examen y un constante repensar de los
conceptos, la filosofía por lo mismo no conoce sino piensa, nos dice Villoro. Reflexiona, critica, expresa los hechos u
objetos interrogándolos desde lo más profundo, pone en la cuerda floja al conocimiento que hasta ahora hemos
adquirido, al aparato conceptual en el que hasta el momento nos hemos movido. Villoro nos marca, así, tres
operaciones ligadas entre sí para la crítica de la razón misma; a las cuales la pregunta filosófica conduce. Estas tres
operaciones llevan a: un análisis de los conceptos para hacerlos cada vez más precisos, un examen de las razones para
rechazar las creencias infundadas de nuestro pensar y, estas dos últimas ayudan a llegar a preguntas “cada vez más
iluminadoras: reforma de nuestra capacidad inquisitiva” 4 . Es aquí donde se reafirma el carácter renovador de la
actividad filosófica, como reformador del pensamiento que desvelará los conceptos oscuros para llegar a nuevos,
claros y distintos.

Al ser capaces cada uno de examinar sus creencias, entonces esta actividad filosófica es justamente lo contrario
al adoctrinamiento; el individuo pone en cuestión las creencias de su propia sociedad. 5 ¿Acaso esto no marca la
libertad tan vehementemente anhelada por el hombre? El hombre no es libre mientras sea gobernado por fuerzas que
lo sometan y lo alejen del fin último: la realización de sí mismo como humano; y la respuesta se halla únicamente en
el regreso al ser humano desde un pensamiento crítico y una relación con el otro. Empezamos a vislumbrar ya un
punto clave en la importancia de la actividad filosófica: la no dominación. El hombre que es gobernado en realidad no
es libre. A lo largo del tiempo mucho se ha dicho acerca de la Libertad del hombre. ¿Cuántas veces se ha luchado por
alcanzarla? ¿Cuántas veces se ha declarado que el hombre es, no sólo ontológicamente sino también en la práctica,
libre? Sin embargo, puede parecernos que a veces la actividad filosófica se nos impone pero en realidad lo que
pretende es el abrirnos la mente para que nuestra razón sea capaz de ver lo que antes no veía y sobretodo de cuestionar
todo aparato conceptual:
“ […] el otro sólo hará suya esa creencia si los fundamentos en que se basa se le imponen a su propio
entendimiento[…] ‘La filosofía no se enseña -dijo Kant- sólo se enseña a filosofar’. […] la actividad filosófica
pretende despertar en cada quien su propio ‘maestro interior’” 6 .

Simplemente, rompe con las ataduras impuestas, con las convenciones establecidas con el fin de buscar los
aparatos conceptuales, no de dominación, sino de liberación misma: claros y distintos.

No hay duda, el primer rasgo de la filosofía es la liberación, la ruptura; cualquier ejemplo puesto desde la
caverna platónica hasta nuestros días muestra este movimiento de ruptura. Su segundo rasgo sería la búsqueda de la
‘vida buena’
“La búsqueda de la ‘vida buena’ se inicia en un cambio de actitud: rechazo de valores y formas de vida
usuales, y elección de otros valores no cumplidos cabalmente […] deja de confirmar las creencias morales que
justifican esa práctica social e implica la aceptación de una moral más alta, que rompe con usos y valoraciones
establecidos. 7 ”

La vida buena es no sólo una actitud, una forma de ser sino también una forma de vivir al pensar. Elige lo otro, lo que
esta sociedad, o cualquiera en la que se encuentre sumergida en convenciones infundadas, ha rechazado o no ha tenido
la capacidad de entender. Hemos visto cómo la alienación ha sido inminente en la actualidad, la soledad avizora en
todos los aspectos del ser humano y éste mismo lo único que desea es rodearse de objetos para sentirse “acompañado”.

3
Ibídem, p.66.
4
Ibídem, p.67.
5
Cfr. Villoro, L. Filosofía y dominación
6
Luis Villoro, op cit. (nota 2), p. 67.
7
Ibídem, p. 69.
2
Fil. Estefanía Agraz Rubin 2 de diciembre de 2010.
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Con tal de no sentirse solo acepta todo lo que la sociedad le impone, todo lo que el mercado le impone y se abandona
en una existencia inauténtica sin cuestionar, ni criticar, ni pensar. Irónico que se pueda sentir acompañado por objetos,
pero es muy probable que él mismo se haya vuelto uno. Un objeto de consumo, un objeto de fuerza laboral, un objeto
sexual, un objeto de manipulación política, un insignificante objeto. Aquí es donde las palabras de Fromm retumban:
en un autómata.
“el hombre no ha ganado libertad en el sentido positivo de la realización de su individualidad; es decir, la
expresión de sus potencialidades intelectuales, emocionales y sensitivas. La libertad lo ha vuelto aislado y por lo
tanto, ansioso y sin ningún poder”. 8

Absurdo puede parecer lo anterior, estamos absolutamente seguros de que tenemos autonomía, de que estamos
“protegidos” por un gobierno demócrata que, además, nosotros “elegimos”. Somos “libres” de pensar lo que
queramos, de andar por doquier, de amar a quien queramos, de sentir, de ser. La libertad que nos venden entonces es
la carcelera de la Libertad que añoramos. Hoy en día las puertas de las oportunidades se abren a quien quiera entrar;
con la globalización uno puede llegar hasta donde imagine y es capaz de conocer todo lo cognoscible puesto que ya no
se interponen barreras algunas. Empero, deberíamos analizar si realmente tales beneficios existen y si existen entonces
para cuántos; porque de los 10 millones de seres conformando la población mundial aproximadamente, nueve
décimas partes son el Tercer Mundo. 9 Entonces se hace una separación tajante entre los que están acorde al
“progreso” y los que no. Es decir, las tablas de valores quizá estén un tanto invertidas, pero es aquí donde la actividad
filosófica y la vida nueva de Villoro hacen su función liberadora de la dominación. A lo largo de la historia, nos dice
este filósofo mexicano, hemos escuchado ejemplos del sabio griego que prefiere morir a cometer una injusticia, del
sabio hindú que prefiere vaciarse interiormente antes que caer en la ambición y el dominio, etc. El único camino para
poder romper este círculo vicioso de dominación es
“romper con el conformismo de ideologías o morales convencionales, [...] en una civilización enajenada por el
lucro y la explotación, será el filósofo quien postulará de nuevo lo otro; un mundo futuro donde el hombre llegará a
ser hermano del hombre. Cualesquiera que sean las formas en que se presente la vida nueva, coinciden en un
punto: es siempre liberación y autenticidad. La sociedad de dominación existente no realiza esa vida […] 10 ”

La realidad es que el mundo está regido por las superpotencias del Hemisferio Norte, para el cual el
Hemisferio Sur no existe más que como fuente de explotación para el bienestar propio. Conforme el hombre ha ido
creyendo que ha ganado su libertad, pareciese que la ha ido perdiendo sin darse cuenta, o sin querer darse. La Libertad
conlleva responsabilidad de nuestros actos para con uno mismo y para con el otro. Aquí es donde nos unimos en el
camino de Erich Fromm quien señala el lastre tan pesado que suele ser la libertad misma. Es mucho más fácil que
alguien más decida, que alguien más piense… así tendremos a quien culpar y podremos salir bien librados. Ésta es una
vertiente: el hombre ha decidido libremente el ser esclavo. Este camino lo colocaríamos para el ser humano que
conoce la Libertad, que sabe lo que es y que por cobardía decide renunciar a ella para evitar “complicarse la vida”. Sin
embargo también existe otro sendero: cuando el ser humano tiene miedo, y no existe mayor miedo que a la soledad.
Abandonado en este mundo, que de todos modos e inevitablemente lo seguirá alienando, el ser humano prefiere
sumergirse en la masa del no pensar y de la esclavitud. Es dentro de esta masa donde se siente protegido pero a la vez
no se da cuenta que dicha protección es ficticia. Desemboca así en una máquina conformada por partes, donde el todo
no importa, puesto que sus partes tampoco, siendo nada más que objetos reemplazables. Sometidos y subyugados
como estamos, nuestra vida se convierte en un eterno vagar por el mundo sin rumbo, sepultados entre la tecnología
enajenante.

8
Erich Fromm, Escape from Freedom, p 1-2
9
Torcuato Luca de Tena, ABC, 28.XII.96
10
Luis Villoro, op. cit. (nota 2), pp. 69.

3
Fil. Estefanía Agraz Rubin 2 de diciembre de 2010.
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“Se ha vuelto libre de las ataduras externas que le impedían hacer y pensar como le fuese mejor. Entonces ya
estaría libre de actuar de acuerdo con su propia voluntad, si supiese lo que quiere, piensa y siente. Pero no lo sabe.
Se conforma a las autoridades anónimas y adopta un yo que no es el suyo. Entre más hace esto, más indefenso se
siente, y más es forzado a conformarse. […] Superficialmente, la gente parece funcionar suficientemente bien en el
ámbito económico y en la vida social; empero sería peligroso adentrarse a la profunda y asentada infelicidad
detrás de la apariencia reconfortadora. Si la vida pierde su significado es porque no es vivida, el hombre se torna
desesperado. […] Si no vemos el sufrimiento inconsciente del promedio de personas automatizadas, entonces
fracasamos al no ver el peligro que atenta nuestra cultura en su base humana: la disposición de aceptar cualquier
ideología y cualquier líder, suelo fértil para ser fines políticos. […] por su aislamiento, la unidad con el mundo se
ha roto para él y ha perdido cualquier punto de orientación. El desamparo y la duda paralizan la vida, y para
poder seguir viviendo, el hombre trata de escapar de la libertad. Es llevado a una nueva atadura.” 11

El ser humano debe sumergirse en la actividad filosófica para poder superar el estado enajenante que hoy en día quiere
imprimírsenos puesto que no vive más su vida ni su libertad, es ordenado inconscientemente por fuerzas interiores que
son manipuladas desde afuera por gobiernos, mercados, ideas y sentimientos que no le pertenecen. Pero no hay mucho
que pueda hacer, nos diríamos, si todo el mundo vive de acuerdo a tales normas y salirse de ellas es caer en el error. El
error realmente yace en el creer que esto es verdad y el no ser lo suficientemente valientes de cambiar las cosas que
evidentemente nos deterioran en todo ámbito, no tener el valor de cuestionar y poner en tela de juicio el aparato
teórico y conceptual con el cual la sociedad mueve a la masa. La falsa seguridad brindada por el sistema es dada a
cambio de succionarnos la conciencia y sacrificar nuestra integridad como individuos y humanos, nuestra libertad y
responsabilidad para con el otro: convertido en un alienígena al cual uno no debe acercarse. He aquí que el individuo
elije libremente mutilar su conciencia y su poder de creación puesto que no tolera estar solo. En ensayos pasados ya lo
habíamos venido diciendo: pero más desesperado aún se verá cuando esté bajo este automatismo al que él libremente
sigue y en el que libremente se consume; en tal estado ya ni siquiera será él mismo. Solamente es una parte en la
megamáquina y sigue siendo tan insignificante o más de lo que ya lo era, sólo que esta vez no está solo. No. Lo
acompañan otras “tuercas”, “tornillos” y partes de la máquina, igual de aisladas, igual de enajenadas, igual de
autómatas. Qué reconfortante.

Libertad hoy en día es simplemente vivir en un mundo globalizado y ser capaces de “decidir”, si así se puede
llamar, qué cosas usar y cuáles desechar. “El capitalismo ha liberado al hombre de los lazos tradicionales, pero ha
contribuido a dejar al individuo más solo y aislado, sumergiéndolo en un sentimiento de insignificancia.”12
Engañado, o dejándose engañar, el hombre crea la megamáquina, monstruo del cual le será muy difícil escapar más
tarde, con sus propias manos y cree ilusamente que siendo el artífice de tal, podrá controlarla a su antojo. El sistema
capitalista ha creado una sociedad basada solamente en la competencia, en derrotar al otro y minimizarlo para que este
último no lo destruya a uno primero. Es mejor ser victimario antes que ser víctima y por lo tanto todo en esta carrera
del mercado se vale. El ser humano no sólo ayuda a que la carrera se mantenga al correr junto con ella, sino que
además se entrega como presa de la misma. Los medios de comunicación nos venden productos para mejorar nuestra
maquinaria-cuerpo como si lo único que importara fuera lo que puede ser substituido. Algo en nuestra escala de
valores está muy mal si se piensa que lo material o lo que la sociedad impone como “política o moralmente correcto”
en realidad lo es. Si se apuesta por lo efímero se condena uno mismo a serlo. El hombre podría sobrepasar este nivel si
trasciende su egoísmo, su sociedad, si trasciende espacio y tiempo.

“El individuo moderno ha perdido en gran medida su capacidad interna de tener fe en algo que no puede ser
probado por los métodos de la ciencia natural […] el hombre moderno está en una posición en la que mucho de lo
que “él” piensa y dice son las cosas que todo mundo piensa y dice; no ha adquirido la habilidad de pensar
originalmente, es decir, por sí mismo [...] Se conforma con las expectativas que todos los demás tienen de él y de
nuestro profundo miedo a ser diferentes. En otras palabras, estamos fascinados por el crecimiento de la libertad

11
Erich Fromm, op.cit (nota 8), p. 220-221.
12
Ibídem, p. 93
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de 13 los poderes fuera de nosotros que estamos cegados por el hecho de las restricciones internas, de nuestros
impulsos y nuestros miedos [...] para realizarnos como individuos es necesario tener fe en uno mismo y en la
vida” 14

En la cita anterior debemos entender el concepto fe como la capacidad de confiar pero más como certeza, de estar
seguros en algo y en este caso de uno mismo, de la vida. Si no se está, entonces sólo queda un sentimiento de total
desamparo ante lo que pasa y ante lo que nos puede pasar. Si no nos tenemos ni siquiera a nosotros mismos, ¿qué
tenemos? Las cosas materiales se pueden poseer, pero esto no nos hará más seres humanos o menos. Podemos
apreciar, claramente, que hoy en día esta entrega, este conocernos en libertad hacia el otro para encontrarnos es falaz.
Para empezar, ni siquiera existe relación alguna con los demás y sobre todo se escapa de ella puesto que representa
una amenaza a mi “autonomía” económica ya que son competencia y por lo tanto pueden destruirme.

“La relación concreta de un individuo con el otro ha perdido su carácter directo y humano y ha asumido un
espíritu de manipulación e instrumentalización. La relación entre competidores ha sido basada en la mutua
indiferencia entre humanos. La relación entre el jefe y el empleado tiene este mismo espíritu de indiferencia […]
Ambos se usan mutuamente persiguiendo sus intereses económicos, ambos son medios para un fin, ambos son
usados por el otro. No es una relación entre dos seres humanos.” 15

Actualmente, ya no somos compañeros de trabajo, de aula, de vida (y por supuesto ni siquiera camaradas; so pena de
que nos condenen de comunistas, aunque los verdugos no entiendan ni siquiera el término) somos competidores,
contrincantes. Pero es que la triste realidad es esa: uno tiene que luchar por vivir, si no el otro lo aplasta. Pareciese que
estamos reducidos al mundo animal y a la evolución y supervivencia del más apto de la cual Darwin nos hablaba hace
ya un siglo y medio. Aún así es nuestra obligación recordar que somos una humanidad y como tal, no hay nada por lo
cual competir; no somos bestias, y por lo tanto el competir se debe convertir en un verdadero compartir. Claro que los
objetos no pueden compartir y así, para llegar a ello, debemos entonces liberarnos de nuestra objetividad 16 hacia el
otro y hacia nosotros mismos.

Pronto entraremos en la relación de estos análisis (Villoro y Fromm) con la educación, todavía nos estamos
encaminando en este ensayo. Primero recordemos que el éxito, progreso son conceptos que manipulan a todo ser
humano, que nos son vendidos desde pequeños, desde la escuela misma. Conceptos definidos por las cuestiones
monetarias y cuantitativas junto con la conquista del poder. Hoy en día el famoso “progreso” no existe, vamos en una
franca decadencia. Es probable que haya progreso y éxito para los robots, para la tecnología, para la destrucción. Eso
va viento en popa. Sin embargo en tanto que seres humanos, entre más avanzamos hacia la máquina, más nos alejamos
de nosotros mismos. El progreso existirá cuando nos movamos hacia el ser humano y el éxito no podrá ser otro que
este mismo fin.

No podremos llegar a tal objetivo si no abrimos los ojos hacia la realidad y es esto lo que la actividad
filosófica justamente propone.
“Es un hecho, que estos métodos que merman la capacidad del pensamiento crítico son más peligrosos para
nuestra democracia que muchos de los ataques abiertos a la misma, y más inmorales - en términos de la integridad
humana, que la literatura indecente.” 17

La democracia de la cual tanto se habla, en realidad (y no sólo en México) no existe y además, constantemente está
siendo violada junto con la integridad humana de la que nos habla Fromm. Pensemos verdaderamente cuánto de

13
Del inglés: “from”.
14
Ibídem, p. 91.
15
Ibídem, p. 102
16
Sin malinterpretaciones, entendiéndolo como esta relación que declara al otro ser humano como objeto de nuestra dominación. U objetivación.
17
Erich Fromm, op. cit. (nota 8) p. 111
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libertad tenemos si ni siquiera sabemos hacia dónde vamos o lo que queremos, si diariamente estamos rechazando
nuestros espejos y por lo tanto deshumanizándonos, si no cuestionamos ni siquiera uno de los conceptos o leyes de
dominación impuestos por la sociedad. Si no pensamos, si no filosofamos. Elevarnos, o más bien sumirnos, al éxito
del mercado y al progreso del capitalismo no nos salvará de nuestra soledad y mucho menos nos hará seres humanos,
sino que al final del día despreciaremos toda forma de vida puesto que ni siquiera sabemos lo que en verdad es vivir.

¿En qué nos hemos convertido o en qué nos podemos convertir? En seres que vagan por los suelos de la
miseria humana incapaces de voltearse a ver puesto que llevan vendas en los ojos 18 . Oyen, pero no escuchan; reciben
órdenes, pero no piensan; no se abren camino, no crean.
“La solución para la mayoría de los individuos normales de la sociedad moderna es adoptar enteramente otro tipo
de personalidad ofrecido por patrones culturales, y deja de ser sí mismo; y él, por lo tanto, se convierte
exactamente como todos los demás y lo que los demás esperan que él sea […] Se convierte en un autómata, idéntico
a los otros millones de autómatas alrededor de él; es la pérdida de sí mismo. 19

La normalidad hoy en día es quizás otra enfermedad que hay que eliminar, en tanto que ser normal significa ser lo
mismo que todos, aceptar las normas erradas de una sociedad que no entiende y no entenderá jamás puesto que al
hacerlo se le desquebrajaría su mundo perfectamente cuadrado y estructuralmente subyugado. Ser diferente, pensar
diferente, pensar en el humano y en el otro es estar “loco”, halago bien recibido por quienes son autónomos, y fuera de
todo patrón. Si uno apuesta y defiende algo que no traerá ninguna ganancia monetaria y no busca otra cosa que vivir
en plenitud y felicidad como ser humano-hombre entonces es condenado y rechazado. La mayoría supuestamente es
libre de pensar, de sentir y de actuar; pero qué sentido tienen estos verbos si el ser o el mismo no tienen ya definición
más que con la correspondencia obtenida a través de lo material y efímero. Hemos adquirido la ilusión de que somos
“algo” en este mundo y que dependiendo del reconocimiento de la sociedad entonces valemos 20 más o menos.
Empero, si pensar está prohibido y resulta una amenaza y ser normal (lo mismo 21 que todos) es lo que hacemos,
entonces no hay manera de ser, de reconocernos. ¿Quiénes somos? Aunque no nos demos cuenta a veces, estamos
guiados y comandados desde la niñez a responder, sentir, pensar y ser de cierta manera, la “manera correcta”. “Lo que
el sujeto A siente y piensa ahora no son sus propios pensamientos y sentimientos, sino elementos alienígenas puestos
en su cabeza por otra persona.” 22 El acto espontáneo ha sido suprimido y la originalidad es fenómeno raro. “Ella [la
persona] perderá la habilidad de pensar críticamente pues al parecer es tanto desesperanzador como peligroso el
mantenerlo vivo.” 23 El mundo tiende a aniquilar a aquel que se atreve a sentir y a pensar, a aquel que se atreve a
declarar una igualdad en la diversidad y a convertirse en crítico de su propio tiempo. El ser humano-hombre no tiene
cabida en un mundo donde no hay relación alguna con lo que le rodea, todo es una máquina y
“la pérdida de su ipseidad ha incrementado su necesidad de conformarse, pues deviene de la profunda duda acerca
de la propia identidad. Si no soy nada sino lo que creo supuestamente debo ser, ¿quién soy? […] La identidad del
individuo ha sido un problema mayor de la filosofía moderna desde Descartes. Hoy, tomamos por sentado que
somos. Aún así, la duda acerca de nosotros mismos todavía existe. […] y hace aún más imperativo el conformarse;
esto quiere decir que uno sólo puede estar seguro de uno mismo si vive de acuerdo a las expectativas de los otros.24
Si no vivimos acorde con este panorama, no sólo arriesgamos la desaprobación y el incrementado aislamiento, sino
también la pérdida de la identidad (aunque falsa) de nuestra personalidad; lo que significa poner en peligro la

18
Erich Fromm, La Revolución de la Esperanza: hacia una tecnología humanizada, p. 14: “¿Hemos de producir gente enferma para tener una
economía sana, o existe la posibilidad de emplear nuestros recursos materiales, nuestros inventos y nuestras computadoras al servicio de los fines
del hombre? ¿Debe la mayor parte de las personas ser pasivas y dependientes a fin de tener fuertes organizaciones que funcionen bien?”
19
Ibídem, p. 159
20
Literalmente, en cuestión monetaria cual objeto de consumo.
21
Aquí se quiere decir que todos somos iguales pero no lo mismo (en inglés: equal but not alike) ya que la diversidad es lo que une y enriquece a
la humanidad.
22
Erich Fromm, op. cit. (nota 8) p. 162.
23
Ibídem, p.166
24
En este caso, el sentido de los otros nada tiene que ver con el que plantea Lévinas, el otro como reflejo e indicio de que es igual que yo y sólo
saliendo hacia él podré encontrarme. Aquí se refiere al sistema represivo, a la coacción de la libertad por la sociedad de consumo que ve al ser
humano como objeto.
6
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salud mental. Al conformarse con las expectativas de otros, al no ser diferentes, estas dudas sobre la propia
identidad son silenciadas y una cierta seguridad es ganada. Aunque, el precio a pagar es muy alto. Renunciar a la
espontaneidad y a la individualidad resulta una frustración de la vida misma. El autómata, mientras está
biológicamente vivo, psicológicamente está muerto tanto emocional como mentalmente. 25

Fromm retoma al ser humano en sí mismo y cómo no es otro que una marioneta del poder. Liberándose de las
ataduras del poder y del egoísmo, abriéndose hacia el ser humano y solidarizándose con éste. Al sentir, pensar y ser
auténticamente seres humanos es cuando la realidad podrá ser cambiada ya que reconoceremos al otro como parte
intrínsecamente vinculada del yo, inexistente sin el primero. Libertad-Responsabilidad tan relacionados como yo-otro.
Tristemente, el humanismo ha sido tirado a la basura por nosotros: “se ha vuelto un ideal el pensar y el vivir sin
emociones. Ser ‘emocional’ se ha vuelto sinónimo de estar demente y desequilibrado” 26 . Sin pensamiento y sin
emociones es imposible el vivir, pero lo inculcado desde la infancia nos catapulta a tal destino. Somos educados para
eliminar todo signo de espontaneidad (término de Fromm), de curiosidad, de originalidad intelectual. Nos volvemos
discapacitados a los cuales se les ha enseñado que la verdad es algo que no se muestra y que por lo tanto se debe
desconfiar de todo y de todos. Así es como el niño no tiene confianza en lo que le rodea ni en el otro ni en lo otro,
desmotivándolo e impidiendo su pleno desarrollo emocional y su capacidad de pensamiento original y crítico.

Volviendo a la cita anterior es necesario recuperar el concepto de actividad espontánea 27 , desde la perspectiva
de Fromm: creación original. No es una actividad compulsiva ni impulsiva y mucho menos inducida. Es la actividad
creativa que viene desde la propia voluntad y desde los propios sentimientos y pensamientos, de propias experiencias
tanto sensitivas como intelectuales. Para ello se deben eliminar la separación entre razón y naturaleza y así al no
reprimir estas dos partes y “sólo si se ha vuelto transparente para sí mismo, y sólo si en las diferentes esferas de la
vida ha alcanzado una integración fundamental, la actividad espontánea será posible.” 28 Vamos vislumbrando una
de las respuestas para la liberación del ser humano y ella es la creación (Fromm) y la actividad filosófica (Villoro). Ser
capaces de responder espontáneamente vendría siendo entonces ser capaces de plasmarnos en el mundo, de vaciarnos,
de pensarnos, de sentir y de ser sin las ataduras impuestas y con el único objetivo de alcanzar la Libertad.
Asimismo, la actividad espontánea establece una situación de igualdad dentro de la diversidad de seres con el
poder 29 de crear. Estos creadores no pueden ser clasificados ni aglutinados en una clase o en una casta, puesto que
vienen de todas partes: “encontrada en un niño, en un artista, o en esos individuos que no pueden ser agrupados por
edad o profesión” 30 . La creación es un lazo con el mundo y los que nos rodean que no subyuga ni coacciona sino que,
así como en el trabajo cooperativo y en el amor (que no saben ni de género, de clase social, de color, ni edad), ayuda a
que el individuo sea dentro del mundo. En el siglo XIX ya lo había anunciado el poeta William Blake: “Deberé crear
un sistema o ser esclavizado por el sistema de otro hombre; no razonaré ni compararé, mi trabajo es crear”. 31 Desde
aquél siglo ya se nos venía avisando que o se era lobo o se era cordero, no obstante, la salida de todo ser humano es
simplemente crear.

He aquí que concatenaremos la creación con la bioética (nueva rama filosófica) como punto fundamental hoy
en día en la educación, siendo la primera la afirmación total de la existencia, de un ser libre, y por lo tanto del amor a
la vida.

25
Erich Fromm, op. cit. (nota 8) p. 218-219.
26
Ibídem, p. 211
27
Erich Fromm puntualiza que la palabra “espontáneo” tiene su origen en la palabra latina sponte, que significa literalmente: el propio libre
albedrío, la propia voluntad libre (of one’s free will). Por lo tanto no es un equivalente a “hacer algo”.
28
Erich Fromm, op. cit. (nota 8) p. 222-223
29
Existen dos tipos de poder: el de dominación y el de tener la capacidad. En esta parte del ensayo nos referimos a la segunda acepción.
30
Erich Fromm, op. cit. (nota 8) p. 224.
31
“I must create a system or be enslaved by another man’s system; I shall not reason nor compare, my business is to create”.
7
Fil. Estefanía Agraz Rubin 2 de diciembre de 2010.
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“Las personas no son cosas: tienen voluntad y tienen libertad […] Rechazar al otro sobre la base de que pertenece
a este o aquel grupo, territorio o cultura, no tiene, en definitiva, otra base que la propia ignorancia. 32

Vemos claramente, que no será posible la Libertad si no se cambia de base la estructura económica-político-social en
la que nos hemos visto inmersos; es decir, tendremos que cambiar de base a partir del análisis y el examen el aparato
conceptual en el que se basa la sociedad actual. Al ser espontáneamente creativos estaremos reafirmando nuestra vida,
nuestro ser y nuestra Libertad por lo tanto estaremos íntimamente ligados hacia el otro en responsabilidad. Lo único
que parece importar, hoy en día, es el lucro por el lucro y no importa a cuántos seres humanos debamos pisotear para
conseguirlo. Los adelantos tecnológicos que nos venden representan un círculo vicioso que, como embudo, no son
sambutidos tantos objetos como podamos acaparar.

En este consumo innecesario, denigrante, es que el imparable tren nos lleva a creer que en verdad existen
desigualdades dependiendo de los estereotipos infundidos por el mismo mercado y los medios de comunicación. “Los
estereotipos nos hacen intelectualmente perezosos porque nos dan resuelto el problema del otro, al ocultarnos la
diversidad de matices que alberga esa realidad que configura eso que llamamos el otro.” 33 Nos da, por lo tanto, la
respuesta de lo que son los demás falsamente y nos previene de efectuar un acercamiento, un encuentro. No sólo nos
aliena, sino que impide el conocernos como seres humanos a partir del otro. Atenta un delito contra nuestra persona
integral en tanto que individuo y ser humano. Una vez que ya hemos aprendido las pautas de conducta, de moral, y lo
política y económicamente “ético y correcto” impuestos por la sociedad entonces condicionan nuestro actuar desde un
escaño pre-juzgador y discriminante. La única forma de conseguir dominar a la masa es haciéndola tal y
convirtiéndola en objeto sin pensamiento propio y mucho menos crítica intelectual. Dividiendo a la humanidad y
sembrando las supuestas diferencias con base en el egoísmo y la competencia es como se alcanza la manipulación, el
poder; es como se justifican los medios para alcanzar un fin inconscientemente impuesto y que como seres humanos
es imposible que deseemos. No obstante es esencial liberarse de tales prejuicios para poder realmente encontrarse en
una cultura del otro y en un humanismo auténtico. Sería atroz y cínico querer pretender que se puede construir una
sociedad en la que las diferencias y el menosprecio es el pan de cada día.
“[…]Desarraigar los prejuicios exige una difícil labor de reflexión y apertura mental y una fuerte dosis de valentía
y libertad… un buen retrato de lo que debería ser la actitud de un librepensador, siempre atento a no caer en el
prejuicio, sería la definición que las autoridades que la universidad de Yale dieron del concepto de “libertad sin
trabas”: ‘el derecho a pensar lo impensable, a discutir lo indiscutible y a desafiar lo indesafiable’.” 34

Atreviéndonos a pensar de otra manera, a imaginar todo lo imaginable y plasmar en lo realizable lo imaginado. Hemos
de romper con las estructuras jerarquizadas de unos cuántos individuos que sofocan a todos los demás.

A lo largo del ensayo hemos ido analizando los problemas del ser humano y planteado las propuestas de
Villoro para una vida nueva a partir de la actividad filosófica. También vemos que, para Fromm, una de las respuestas
yace en la creación espontánea. Villoro nos dice que esta vía nos llevará a una liberación tanto del individuo como
colectiva (Kant & Marx) y “el filósofo se convierte entonces en reformador o aun en revolucionario” 35 . La actividad
filosófica con el fin de todo filósofo-revolucionario tendrá que estar íntimamente ligada con la educación pero como
una reinvención del modelo educativo. ¿Cómo lograrla? La propuesta por parte de Fromm es simple: es necesario
terminar con la enajenación en la que vivimos, con las trabas al pensamiento crítico y sobre todo con la competencia
alienante entre seres humanos. Villoro propondría además esta nueva forma de ser: el filosofar, donde el ser humano

32
Eduardo Teillet, Raza, Identidad y Ética p. 10.
33
Ibídem, p. 70
34
Ibídem, p. 74
35
Luis Villoro, op. cit. (nota 2), pp. 70.
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se situará más allá de la moral y “más allá” de la sociedad existente; estará fuera de ella pues que será la dominación
de la filosofía, la dominación del estado sin dominio.

Si no hay una educación para todos, la enajenación y la dominación extenderán por todas partes. Aún dentro de
las escuelas vemos una ignorancia más cruda, en la cual la competencia y la destrucción hacia el otro es la constante.
“Frente al pensamiento utilizado para integrar la sociedad y asegurar su continuidad como esa misma sociedad, el
pensamiento filosófico es pensamiento de ruptura, de otredad” 36 . Aquí se unen los pensamientos tanto como
individuo (apertura hacia el otro) como sociedad (apertura hacia lo otro, la otredad). Es decir siendo la actividad
filosófica un camino de reforma y elección de vida, sólo puede ser enseñada desde la educación. Sin embargo
cambiará su carácter de educación dominadora para convertirse en una formadora de hombres y mujeres filósofos, de
librepensadores y de creadores. Se formará creadores de caminos, creadores del pensamiento a partir de la crítica, el
examen y el análisis sin ningún afán de poder o de superioridad…sino de caminar hacia la vida justa, la vida nueva.
Los jóvenes ya no desean hoy en día cambiar la realidad, ya ni siquiera les importa si realmente son libres y
confunden su libertad con lo que los mismos sistemas enajenantes les venden. No son capaces de comprender la
bazofia de mundo que hemos producido porque ni siquiera se sienten relacionados con la naturaleza ni con el que
tienen al lado. Una vez más es necesario puntualizar la falta de sensibilidad en la que casi todos los seres hemos sido
sumergidos y para aprender, para verdaderamente ser alumno, ésta es esencial.
“La incapacidad para comprender, la falta de sensibilidad necesaria para el aprendizaje de lo diferente alimenta
la simpleza del prejuicio y anestesia la conciencia, que sólo se nutre con preconcepciones acríticamente
transmitidas en el tiempo de generación en generación. La curiosidad intelectual, la paciencia y la sensibilidad
para comprender, son cualidades cuyo cultivo no deberíamos descuidar” 37

La indiferencia es lo que germina puesto que la propia reclusión dentro de nosotros mismos ha causado que no nos
preocupemos por lo demás; ni por los demás pues, por lo visto, ellos no lo harán por nosotros. No lo harán tal vez si
no son capaces de dejar su egocentrismo, pero en nosotros queda dejarlo primero. La posesión, la dominación y el
poder corrompen, pervierten, pierden. Sólo destruyéndolos es como lograremos algo. Bien lo decía Platón cuando
planteaba que el mejor gobernante sería aquel que no deseara el poder, sino que hasta lo rechazara pues se había dado
cuenta que no es necesario tener para ser, ni dominar para vivir. Debemos darnos cuenta que la democracia no llegará
por el camino que estamos recorriendo y las estructuras que hoy en día imperan no son, obviamente, las correctas para
tal fin.
“Sólo el conocimiento puede suplir los graves errores a que conduce la ignorante actitud que promueve
el estereotipo y la tradición secular de haber aprendido el desprecio… pero el conocimiento, si nos lo
tomamos en serio, va acompañado de crítica.” 38

Es decir, sólo una educación crítica de pensamiento podrá abrir las puertas de la igualdad y por tanto de la Libertad.
Igualdad que no vemos realizada y que su contrario margina y ahorca cada vez más a ese ser rechazado. La educación
escolarizada nos encamina a este mundo cerrado y de “competencias”, a un mundo tecnológico de producción y
consumo. Rechazamos firmemente el programa de competencias que establece ya los patrones que cada cual con sus
cualidades y defectos debe seguir. No hay camino, nos lo recuerda Machado a cada instante, el camino es hacerlo; no
se puede enseñar la filosofía, nos recuerda Kant, el camino es enseñar a filosofar; la utopía no se crea, declara Eduardo
Galeano, se camina y al caminar se hace la utopía.
“[…] se proyecta en un mundo de utopía, se refugia en una pequeña comunidad de sabios, se encierra en la altiva
independencia del individuo o se concreta en un grupo o clase social impugnadora del dominio. La vida buena es lo
otro en el seno de la sociedad existente.” 39

36
Ibídem, p. 71.
37
Eduardo Teillet, op.cit, (nota 32). p. 141.
38
Ibídem, p. 184
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La educación pública se ha vuelto deficiente en muchos casos y en otros se le ha tachado como tal cuando en realidad
no lo es. La educación privada sin embargo excluye a aquellos que pueden pagarla y los saca de la realidad, misma
que nunca querrán cambiar porque no conocen. A veces cuando llegan a conocerla, el horror es tal que prefieren
regresar a su cajita de cristal. Otras tantas son los mismos padres los que prohíben que sus hijos entren en contacto con
el mundo, excluyéndolos ellos mismos. Sin embargo, aún guardamos la esperanza de que sean los que más quienes, al
conocer la horripilante miseria y la discriminación, sean capaces de reconocerse en el niño desnutrido y explotado, en
el indígena despojado que es tan autóctono como nosotros, en el individuo rechazado por la sociedad incomprensiva.

“El envoltorio ideológico de la diversidad se nutre de aquello que proclama querer disolver: la discriminación.
Pero el hecho es que la perpetúa al considerar que los mejores exponentes de la diversidad, de esa diversidad que
no debe (en su discurso) ser problemática, son aquellos grupos que han sido previamente etnificados y, por lo
tanto, problematizados, escamoteando la única constatación decente de diversidad, que “todos y cada uno de los
componentes humanos que constituyen la vida educativa es expresión igualmente ilustrativa de esa diversidad”. Así
pues, todos - y no sólo ellos - somos diferentes, tanto en la sociedad como en el aula.” 40

Los primeros trazos de esta nueva vida para el hombre nuevo plantearían una educación libre, no escolarizada,
donde se regrese al ser humano y se enseñe para el ser humano como fin y no como medio. En vez de una cárcel y una
obligación, se convertiría en un centro de conocimientos donde juntos llegaríamos más lejos de lo que hemos pensado.
Fomentando así la capacidad de comprensión, de análisis crítico, de cooperación y convivencia, de debate intelectual
con miras a un fin común y no para probar quien es mejor o quien ha acumulado más datos. Los alumnos ya no serían
computadores a los cuales se les embute cuanta información les quepa, sin comprenderla ni conectarse con ella.
Tampoco funcionarían como interruptores de luz que se prenden o se apagan según sea necesario para una
calificación. El comprender, el relacionarse y ser parte de lo aprendido es lo que le da valor y lo que hace que
verdaderamente sirva para algo. “No consiste en formular enunciados definitivos, sino en disolver falsas preguntas y
plantear otras más iluminadoras, en rechazar los concepto confusos y alcanzar otros más precisos” 41 . Así, cada uno
despertará su propia razón para poder ser independientemente el creador de sus pensamientos y de su camino. “El
pensamiento filosófico invita a elegir una forma de vida, la práctica de esa vida corrobora el pensamiento. La vida
nueva no puede fundamentarse sin el testimonio personal” 42 . Es decir, este nuevo hombre tendrá que actuar, tendrá
que caminar para poder llegar a una nueva forma de vida, a un nuevo hombre.

Vivimos en la educación del ¿para qué piensas?, buscando siempre algún tipo de retribución material por lo
que hacemos o navegando en la total indiferencia. Poco a poco se ha destruido la capacidad del ser humano de
cuestionar; o tal vez sólo la anestesia con algún opio que le hace sentir mejor y por lo tanto jamás querrá renunciar a
él. Aleja a la juventud de la lectura, del escribir y sobre todo del arte. Arte entendiéndolo como actividad espontánea
desde el ser humano hacia el mundo que plasma lo que es y lo que siente. Cuando se pone uno a pensar en esta
situación, es inminente que se le venga a la cabeza la alegoría de La Caverna de Platón; a tantos miles de siglos de
distancia es justamente él el que no nos deja de recordar nunca que el ser humano prefiere estar atado a las cadenas,
dentro de la cueva, a oscuras y viendo solamente falacias que hacer el esfuerzo para voltear y ver. Para conocer y para
pensar. Se puede uno dar cuenta que Platón no andaba tan en el Mundo de las Ideas como para poder hacer una crítica
político-social y enunciar el más grande problema del ser humano que le impide ir más allá.

39
Luis Villoro, op cit (nota 2), pp. 71.
40
Eduardo Teillet, op cit (nota 32), p. 187
41
Luis Villoro op cit. (nota 2) p. 71.
42
Ibídem, p. 72
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Acercándose a los alumnos a través del estímulo del arte (música, pintura, teatro, cine, poesía, etc.) para que
ellos a su vez se acerquen al conocimiento a través del primero es como de pronto las puertas del entendimiento se
abren y un lenguaje universal brota a la luz. Un lenguaje en el que el maestro es capaz de comunicarse con sus
alumnos a través de los símbolos y mucho más allá de las palabras. Retomando la actividad espontánea para que los
jóvenes encuentren un medio de expresión en donde realmente son escuchados es lo que les impregna el deseo de
crear, de pensar y no de producir solamente. Desde el arte se pueden imaginar nuevas maneras de ver la vida y no sólo
imaginar sino también plasmar y hacer realidad. El mundo hoy en día es un mundo reduccionista pues el hombre está
encerrado en sí mismo, en su yo, en una realidad que no es más que un espejismo. Se encuentra dentro de una
mismidad que él mismo desconoce y de esta manera se aleja cada vez más de su otredad (alteridad). El arte, como
hemos venido tratando el concepto, abre las puertas del hombre al ser humano y viceversa. Se observa como para los
muchos representa un problema el expresar lo que sienten y lo que piensan. Y no sólo al escribir sino en cualquier tipo
de expresión. La dificultad que muestran para salir de su alienación no es otra cosa que el sistema que los reprime y
los hace ver solamente en soledad; que les impide el poder salir de sí para entregarse al mundo sin ningún tipo de
condicionamiento.

La importancia de la filosofía, de la bioética, la actividad espontánea, la reflexión crítica y la acción solidaria


en nuestra sociedad (no sólo mexicana sino sociedad humana) son esenciales en la educación y deberían de ser
impartidas desde los primeros grados de la enseñanza. Solamente así podríamos crecer como seres humanos-hombres
con pensamiento independiente, crítico y original hacia un caminar que tiene como meta el ser humano y que no
pondrá jamás al ser humano como medio. Entendiendo aquí al ser humano como liberación individual, que al mismo
tiempo significará liberación con los otros. El amor a la vida deberá ser lo que gobierne nuestro quehacer y
compromiso de nuestra creación. En una educación tal, ya no habrá un hombre solamente, ni tampoco solamente un
ser humano, sino que se fundirán en un ser humano-hombre: fundidos como tal será el ser racional capaz de un
pensamiento crítico, social y político en relación con la naturaleza (humus) con su esencia y en Libertad-
Responsabilidad con el yo-otro. Al desterritorializarse, como nos lo sugiere Lévinas, y liberarse de toda etiqueta,
prejuicio y estereotipo el ser humano-hombre podrá dar a luz a sus propias ideas; encontrarse al encontarle 43 .

Tal educación le daría las herramientas para decidir por sí mismo en libertad, de esta manera no sólo decidiría
por su bienestar sino por el bienestar del otro y de la humanidad. Bien lo dice Ramón Lucas Lucas cuando menciona
que no se debe preguntar ¿qué es el hombre?, sino ¿quién es el hombre? 44. El hombre no es un objeto y no se le puede
considerar desde el punto de vista ontológico de la misma manera. Es este en el modo que se debe vivir: desde y para
el ser humano, para uno y para el otro. De esta forma, los gobiernos como hoy los conocemos se acabarían, las
hegemonías, los nepotismos, la desigualdad, la discriminación, la carrera monetario-mercantil. Sería una reinvención
para por fin caminar como humanidad. La constante lucha del ser humano actual contra la sociedad incomprensiva iría
poco a poco atenuándose a lo largo del tiempo, puesto que la apertura se haría factible al igual que el vínculo y la
comprensión. Quizás ya se haya descubierto o quizás todavía siga en tinieblas, empero hemos planteado una sociedad
libre de ataduras, libre de coacciones pues sabría entonces exactamente hacia dónde caminar. Una Anarquía. Nos
vemos obligados a explicar el concepto para no caer en errores ni malinterpretaciones, aunque al parecer ya va siendo
bastante claro. Si hablamos de Anarquía es porque confiamos plenamente en que cuando el ser humano-hombre se dé
cuenta que en él está el poder de decidir y que decidir por el camino que vincule al otro, entonces esto significará el
camino para un nosotros. Se tiene la confianza y la certeza en la cultura y la educación del otro que nos llevará a un yo

43
Al otro.
44
Ramón Lucas Lucas, Bioética para todos, p 14
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anárquico, siendo igual a un yo en Libertad y a su vez correspondiendo a la Responsabilidad con el otro; fundiéndonos
en la única forma de humanidad auténtica: un nosotros.

La Anarquía entonces se relaciona directamente con la tesis de este ensayo como forma de estructura social,
político: el hombre no es libre mientras sea gobernado por fuerzas que lo sometan y lo alejen del fin último: la
realización de sí mismo como humano; y la respuesta se halla únicamente en el regreso al ser humano desde un
pensamiento crítico y una relación con el otro. No entendemos Anarquía como el caos y el desorden, sino como esta
nueva sociedad en la que el ser humano-hombre ha despertado a un nuevo orden. Es así como la exponemos como
estructura político-social-económica junto con el ideal de la Utopía como una forma de ser. El lugar de ninguna parte,
el lugar donde el hombre sólo deberá concentrarse en su crecimiento intelectual y un lugar donde el lucro, la
producción y el consumo excesivo no existan. Donde no se conozcan egoísmos ni incomprensiones; donde el poder,
entendido como dominación, no exista para que unos controlen, para que unos opriman, para que unos estén por
encima de otros. Pero la Utopía, aquí, no es en un lugar, es en un ningún lugar, porque es en nosotros. Aquí, en
nosotros, se encuentra pero a la vez no, porque no somos un lugar sino un ser. Utopía es una forma de ser atemporal y
que trasciende el espacio. Utopía y Anarquía son el no lugar y el no gobierno, es decir el no ser esclavos ni de un
espacio material ni de un poder civil, sino ser responsables, libres y ser al fin. Enaltecemos ambos conceptos y así
tenemos confianza en el futuro, en lo que aún no nace, en lo que no tiene poder pero sí capacidad de ser… en la vida
como tal.
“Todo los ideales genuinos tienen una cosa en común: expresan el deseo por algo que todavía no ha sido
consumado pero que es deseado con el propósito del crecimiento y la felicidad individual […] Todo lo que sirve a
la libertad y que extiende el coraje y la fuerza para ser uno mismo, es para la vida.” 45

Presentamos así un breve y primitivo bosquejo de un futuro hacia la humanidad desde la educación, un cambio
radical en todo sentido para un mundo que se desmorona. Finalmente nos unimos al pensamiento de Erich Fromm
cuando propone la transición hacia lo que él llama una tecnología humanizada
“1) La modificación del patrón de la producción y el consumo […] para que el hombre crezca y se desarrolle, en
oposición al actual sistema enajenante […] 2) La transformación del ser humano, del ciudadano y el participante
en el proceso social […] en una persona activa, responsable y crítica […] 3) una revolución cultural [...] como
finalidad la creación de un nuevo hombre, cuya meta en la vida sea “ser” y no “tener” y “usar”. Este hombre
nuevo aspirará al pleno despliegue de sus poderes de amar y de razonar y logrará una nueva unidad de
pensamiento […] una nueva síntesis en la que se combinarán la compasión con la justicia, la libertad con la
estructuración, el intelecto con el afecto”. 46

Sabemos bien que el trabajo es arduo, pero también que lo propuesto no se puede quedar en meras palabras y
que sin la acción, nuestro filosofar sería un canto vacío. Las ideas llegan a ser poderosas únicamente si adquieren
vida nos recuerda Fromm, siendo la única forma de comprobar que lo que pensamos realmente lo defenderemos. Las
ideas son el arma esencial de la humanidad 47 es lo que jamás debemos olvidar para poder llegar a Utopía en donde el
hombre ya no podrá nunca, ni querrá, regresar al robot en el cual había estado encarcelado: ha abierto los ojos hacia un
futuro que nos catapulta juntos más allá de lo que jamás se ha imaginado. Si no se imagina antes lo que se sueña
entonces, ¿cómo se podría alguna vez plasmar en la realidad algo, si lo imaginable no existe? Es necesario partir de lo
imaginado y lo imaginable para aterrizar a lo realizable; es necesario abrir las mentes y expresar lo que hay en ellas y
en el alma a través de la creación y auto-creación. Junto con Villoro recordamos que toda liberación implica ruptura y
que “la actividad filosófica es el tábano de la conformidad ideológica. Impide la tranquila complacencia en las
creencias aceptadas, reniega de la satisfacción de sí mismo en las convicciones reiteradas” 48 . Es inminente esta

45
Erich Fromm, op.cit (nota 8), p. 229.
46
Ibídem, p. 148.
47
Frase a la entrada de La Habana, Cuba.
48
Luis Villoro, op. Cit. (nota 2) p. 75-76.
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ruptura para que la filosofía como actividad intrínseca en la sociedad y en la educación se dé. La filosofía brinda
autenticidad y libertad, asombro y despertar, sin manipulación, ni monopolio ni dominación 49 . Es un estar abierto,
debido a esta ruptura, ser el revolucionario de ideas no definitivas con miras hacia un horizonte como forma de vida.
“La filosofía es la actividad disruptiva de la razón y ésta se encuentra en el límite de todo pensamiento científico.
Porque toda ciencia genuina, al ser radical, es crítica constante del pensamiento usado y usual, propio de la
ideología.”
De esta manera vemos que la filosofía brinda una manera de ser, una formación como humanos que debe ser iniciada
desde la educación para poder aterrizarlo en la sociedad y crear lo imaginado.

Finalmente, quedan muchas interrogantes aún abiertas a una profundización para el futuro, esperemos, no tan
lejano. Hay mucho camino que recorrer, para poder construir el que andaremos. ¿Cómo llegaremos? Nos es imposible
dar la respuesta aún, porque es sobre la marcha que levantaremos los escalones conjuntamente. Sin embargo,
¿podremos hacerlo? Se pregunta Fromm y sabe, al igual que nosotros, que el inicio estará en pequeños grupos que
tengan este mismo ideal, que estén conformados por las más variadas clases sociales, agrupaciones religiosas,
políticas, etc. sin importar esto en lo más mínimo.
“Serían un verdadero hogar para cada uno de sus miembros, un hogar donde encontrarían alimento para su ansia
de saber y de participación interpersonal y donde, al mismo tiempo, tendrían la oportunidad de dar. Su objetivo
consistiría en ayudar al individuo enajenado a que se transforme en una persona que participe activamente. […]
desarrollarían un nuevo estilo de vida […] una fe y esperanza profundas [...] Hablarían un nuevo lenguaje que
facilite y no que entorpezca la comunicación, el lenguaje de un ser que es el sujeto de sus actos, no el amo
enajenado de las cosas que maneja dentro de la categoría de “tener” o de “usar”[…] Tratarían de trascender su
“yo” y de estar “abiertos” al mundo.[…] Tendrían sus proyectos propios en los que laborarían con gran
intensidad; tendrían su propia vida cultural y se educarían en los conocimientos que al presente sistema educativo
le falta transmitir. […] Una interrelación profunda en la que los individuos se dejarían ver sin corazas o
fingimientos, o sea, “verse”, “sentirse”, “leerse”…” 50

El cómo conformar tales grupos Fromm no lo dice, se limita a asegurar que quienes en verdad lo deseen encontrarán la
manera por sí mismos. A través de este análisis hemos dejado entrever el problema como humanidad: nuestra
deshumanización. Villoro tampoco nos dice mucho el cómo lograrlo pero nos da las pautas de lo que es la filosofía y
de este abrirse, abriendo la mente:
“[…] la transmisión del filosofar sólo podría ser el despertar de la libre razón del otro, en su propuesta práctica,
la transmisión de la filosofía sólo consiste en suscitar en el otro la convicción personal y cambio de actitud que lo
lleve a abrazar una nueva forma de vida.” 51

Quizá haya muchas personas que prefieren deshumanizarse para conservarse, pero habemos otros que preferimos
conservarnos humanos hasta el final y en esencia antes que preservarnos biológicamente. Hoy en día el ser humano lo
tiene todo y aún así no es nadie y como objeto no es nada. Es momento de iniciar lo que desde siempre todos hemos
anhelado, recuperándonos como seres humanos y en nuestro caso como mexicanos; iniciemos ya la revolución
(retorno) a nuestro ser humano-hombre para poder partir hacia ese modo de ser, más allá que ser.
“La filosofía no es una profesión, es una forma de pensamiento, el pensamiento que trabajosamente, una y otra vez,
intenta concebir, sin lograrlo nunca plenamente, lo otro, lo distinto, lo alejado de toda sociedad en que la razón
esté sujeta. Lo otro, nunca alcanzado, buscado siempre en la perplejidad y en la duda, es veracidad frente a juicio,
ilusión o engaño; autenticidad frente a enajenación, libertad frente a opresión” 52

49
Empero, a veces la filosofía se ha utilizado para dominar, para someter al otro con creencias convencionales, la prostituyen y la trasforman en
una doctrina o una ideología.
50
Erich Fromm, op.cit (nota 8), p. 150.
51
Luis Villoro, op cit. (nota 2), pp. 74.
52
Ibídem, p. 76
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Instituto Sapientia

Bibliografía:

FROMM, Erich, El Humanismo como Utopía Real, Ed. Paidós, España, 2007.

FROMM, Erich, Escape from Freedom, URL: http://www.scribd.com/doc/24547625/Erich-Fromm-the-Fear-


of-Freedom Obtenido de la red mundial el día 28 de enero de 2010.

FROMM, Erich, La Revolución de la Esperanza: hacia una tecnología humanizada, Ed. Fondo de Cultura
Económica, México, 2000.

LUCAS LUCAS, Ramón, Bioética para todos, Ed. Trillas, México, 2006.

VILLORO, Luis, Filosofía y Dominación en Nexos. Año 1. No. 12, Dic. México, 1978. Pp. 63-78.

TEILLET, Eduardo, Raza, Identidad y Ética, Ed del Serbal (colecc, La estrella polar), España, 2000.

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