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FERNANDO PESSOA
CANCIONERO
[PESSOA, Fernando: Poemas (antología). México: Letras Vivas, 1998]
AUTOPSICOGRAFÍA
El poeta es un fingidor.
Finge tan enteramente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.
1-4-1931
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(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas, Esencia musical de mis versos inútiles,
O Diosa Griega, concebida como estatua que fuera viva, Quién me diera encontrarte como cosa que yo hiciera,
O Patricia Romana, imposiblemente noble y nefasta, Y no quedara siempre enfrente la tabaquería de enfrente,
O Princesa de trovadores, gentilísima y colorida, Pisoteando la conciencia de estar existiendo,
O Marquesa de siglo dieciocho, escotada y lejana, Como un tapete en el que un borracho tropieza
O cocotte célebre del tiempo de nuestros padres, O una alfombra que los gitanos robaron y no valía nada.
O no sé qué moderno- no concibo bien qué-,
Todo eso, sea lo que fuera, que seas, si puede inspirar ¡Qué inspire! Pero el dueño de la tabaquería llegó a la puerta y se quedó allí.
Mi corazón es un balde vacío. Lo miró con la incomodidad de la cabeza mal volteada
Como los que invocan espíritus invocan espíritus me invoco Y con la incomodidad del alma mal entendiendo.
A mí mismo y no encuentro nada. Él morirá y yo moriré.
Llego a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta. Él dejará el letrero, yo dejaré versos.
Veo las tiendas, veo las aceras, veo los carros que pasan, En algún momento morirá el letrero y los versos también,
Veo los entes vivos vestidos que se cruzan, Después morirá la calle donde estuvo el letrero
Veo los perros que también existen, Y la lengua en que fueron escritos los versos.
Y todo esto me pesa como una condena al destierro, Morirá después el planeta girante en que todo esto se dio.
Y todo esto es extranjero como todo.)
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ALBERTO CAEIRO
No tengo ambiciones ni deseos.
EL GURDADOR DE REBAÑOS Ser poeta no es una ambición mía.
[PESSOA, Fernando: Poemas de Alberto Caeiro. Madrid: Visor Libros, 1984] Es mi manera de estar solo.
Y si deseo a veces,
I por imaginar, ser corderito
(o ser todo el rebaño
Yo nunca guardé rebaños, para andar esparcido por toda la ladera
pero es como si los guardara. y ser mucha cosa feliz al mismo tiempo),
Mi alma es como un pastor, es sólo porque siento lo que escribo al ponerse el sol,
conoce el viento y el sol o cuando una nube pasa la mano sobre la luz
y anda en manos de las Estaciones y un silencio corre por toda la hierba.
siguiendo y mirando.
Toda la paz de la Naturaleza a solas Cuando me siento a escribir versos
viene a sentarse a mi lado. o, paseando por los caminos o por los atajos
Pero permanezco triste, como un atardecer escribo versos en un papel que está en mi pensamiento,
para nuestra imaginación, siento un cayado en las manos
cuando refresca en el fondo de la planicie y veo mi silueta
y se siente que la noche ha entrado en la cumbre de un otero
como una mariposa por la ventana. mirando mi rebaño y viendo mis ideas,
o mirando mis ideas y viendo mi rebaño
Pero mi tristeza es sosiego y sonriendo vagamente como quien no comprende lo que se dice
porque es natural y justa y quiere fingir que lo comprende.
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa ya que existe Saludo a cuantos me lean,
y las manos cogen flores sin que se dé por enterada. alzando el ancho sombrero
cuando me ven en mi puerta
Con un ruido de cencerros apenas la diligencia asoma en la cima del otero.
más allá de la curva del camino Les saludo y les deseo sol,
mis pensamientos están contentos. y lluvia, cuando la lluvia es precisa,
Sólo me da pena saber que están contentos y que sus casas tengan
porque, si no lo supiera, al pie de una ventana abierta
en vez de estar contentos y tristes una silla predilecta
estarían alegres y contentos. en que se sienten a leer mis versos.
y al leer mis versos piensen
Pensar incomoda como andar bajo la lluvia que soy cualquier cosa natural:
cuando el viento crece y parece que llueve más.
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«Constitución íntima de las cosas» ... Le llamo flores y árboles y montes y sol y luna;
«Sentido íntimo del Universo» ... porque si él se hizo, para que le viera yo,
Todo esto es falso, todo esto no quiere decir nada. sol y luna y flores y árboles y montes,
Es increíble que pueda pensarse en cosas como éstas. si él se me aparece como árboles y montes
Es como pensar en razones y fines y luna y sol y flores,
cuando el comienzo de la mañana está rayando y por es que quiere que le conozca
los lados de los árboles como árboles y montes y flores y luna y sol.
un vago oro brillante va perdiendo la oscuridad.
Y por eso le obedezco
Pensar en el sentido íntimo de las cosas (¿Qué más sé yo de Dios que Dios de sí mismo?),
es añadido, como pensar en la salud le obedezco en vivir, espontáneamente,
o llevar un vaso al agua de las fuentes. como quien abre los ojos y ve,
El único sentido íntimo de las cosas y le llamo luna y sol y flores y árboles y montes
es que no tengan sentido íntimo ninguno. y le amo sin pensar en él
y le pienso viendo y oyendo
No creo en Dios porque nunca lo vi. y ando siempre con él.
Si él quisiera que yo creyera en él
vendría sin duda a hablar conmigo VII
y entraría por mi puerta adentro
diciéndome ¡Aquí estoy! Desde mi aldea veo cuanto de la tierra se puede ver del Universo ...
Por eso mi aldea es tan grande como otra tierra cualquiera,
(Tal vez es esto ridículo a los oídos porque yo soy del tamaño de lo que veo
de quien, por no saber lo que es mirar las cosas, y no del tamaño de mi altura ...
no comprende a quien habla de ellas
con la forma de hablar que el observarlas enseña). En las ciudades la vida es más pequeña
que aquí en mi casa, en la cima de este otero.
Pero si Dios es las flores y los árboles En la ciudad las grandes casas cierran la vista con llave,
y los montes y el sol y la luna, esconden el horizonte, empujan nuestro mirar lejos de todo cielo,
entonces creo en él, nos vuelven pequeños porque nos quitan lo que nuestros ojos
entonces creo en él en todo instante pueden darnos
y mi vida es toda una oración y una misa y nos vuelven pobres porque nuestra única riqueza es ver.
y una comunión con los ojos y por los oídos.
VIII
Pero si Dios es los árboles y las flores
y los montes y la luna y el sol Un mediodía de final de Primavera
¿para qué le llamo Dios? tuve un sueño como una fotografía.
Ví a Jesucristo bajar a la tierra.
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Vino por la falda de un monte fue a la caja de los milagros y robó tres.
vuelto otra vez niño, Con el primero hizo que nadie supiera que había huido.
para correr y revolcarse por la hierba Con el segundo se creó eternamente humano y niño.
y arrancar flores para tirarlas Con el tercero creó un Cristo eternamente en la cruz
y reír de forma que se le oyera a lo lejos. y lo dejó clavado en la cruz que hay en el cielo
y sirve de modelo a las demás.
Había huido del cielo. Después huyó hacia el sol
Era demasiado nuestro como para fingir y bajó por el primer rayo que atrapó.
la segunda persona de la Trinidad. Hoy vive en mi aldea conmigo.
En el cielo era todo falso, todo en desacuerdo Es un niño hermoso de risa y natural.
con flores y árboles y piedras. Se limpia la nariz con el brazo derecho,
En el cielo tenía que estar siempre serio chapotea en los charcos de agua,
y de vez en cuando volverse otra vez hombre coge las flores y le gustan y las olvida.
y subir a la cruz y estar siempre muriendo Tira piedras a los burros,
con una corona rodeada de espinas roba la fruta de los manzanos
y los pies espetados por un clavo con cabeza, y huye, llorando y gritando, de los perros.
y hasta con un trapo alrededor de la cintura Y, porque sabe que les gusta
como los negros en las ilustraciones. y a todos hace gracia,
Ni siquiera le dejaban tener padre y madre corre tras las muchachas
como a los otros niños. que van en cuadrilla por los caminos
Su padre era dos personas: con los cántaros en la cabeza,
un viejo llamado José, que era carpintero y les levanta las faldas.
y que no era su padre;
y el otro padre era una paloma estúpida, A mí me lo enseñó todo.
la única paloma fea del mundo Me enseñó a mirar las cosas.
porque no era del mundo ni era paloma. Me apunta todas las cosas que hay en las flores.
y su madre no había amado antes de tenerlo. Me enseña lo graciosas que son las piedras
cuando la gente las tiene en la mano
No era mujer: era una maleta y las mira despacio.
en la que llegó del cielo.
¡Y querían que él, que nació sólo de madre Me habló muy mal de Dios.
y nunca tuvo padre que amar con respeto, Me dijo que es un viejo estúpido y enfermo
predicase la bondad y la justicia! siempre escupiendo en el suelo
y diciendo indecencias.
Un día en que estaba Dios durmiendo La Virgen María pasa las tardes de la eternidad haciendo calceta
y el Espíritu Santo se entretenía en volar, Y el Espíritu Santo se rasca con el pico
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Y el niño que de tan humano es divino. Después le cuento historias de las cosas sólo de los hombres
Es esta mi cotidiana vida de poeta, y él sonríe, porque todo es increíble.
y es porque él siempre va conmigo por lo que soy poeta siempre Ríe de los sreyes y de los que no son reyes,
y que mi mínimo mirar y le da pena oír hablar de guerras
me llena de sensación, y del comercio y de los navíos
y el más pequeño sonido, sea de lo que fuere, que se hacen humo en el aire de los altos mares.
parece hablar conmigo. Porque él sabe que todo eso falta a aquella verdad
que una flor tiene al florecer
El Niño Nuevo que habita donde vivo y que va con la luz del sol
me da una mano a mí variando los montes y los valles
y la otra a todo cuanto existe y haciendo que duelan los ojos con las paredes encaladas.
y así vamos los tres por el camino que sea,
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XIV XXVI
No me importan las rimas. Raras veces A veces, en días de luz perfecta y exacta
hay dos árboles iguales, el uno junto al otro. en que las cosas tienen toda la realidad que pueden tener,
Pienso y escribo como las flores tienen color me pregunto a mí mismo despacio
pero con menos perfección en mi modo de expresarme por qué al menos atribuyo
porque me falta la sencillez divina belleza a cada cosa.
de ser totalmente sólo mi exterior.
¿Acaso una flor tiene belleza?
Miro y me conmuevo, ¿Tiene belleza acaso un fruto?
me conmuevo como el agua corre cuando el suelo está inclinado No: tienen color y forma
y mi poesía es natural como el levantarse el viento. y existencia sólo.
La belleza es el nombre de cualquier cosa que no existe
XXIV que yo doy a las cosas a cambio del agrado que me dan.
No significa nada.
Lo que vemos de las cosas son las cosas. Entonces ¿por qué digo de ellas: son hermosas?
Porque ¿veríamos una cosa si hubiera otra?
Porque ¿es que ver y oír sería engañarnos Sí, incluso a mí, que vivo sólo de vivir,
si ver y oír son ver y oír? invisibles, vienen tener conmigo las mentiras de los hombres
ante las cosas,
Lo esencial es saber ver, ante las cosas que sencillamente existen.
saber ver sin estar pensando, ¡Qué difícil ser uno mismo y no ver sino lo visible!
saber ver cuando se ve,
y ni pensar cuando se ve, XXVII
ni ver cuando se piensa.
Sólo la Naturaleza es divina y el1a no es divina...
Pero eso (¡tristes de nosotros que traemos el alma vestida!),
eso exige un estudio profundo, Si hablo de ella como de un ente
un aprendizaje de desaprender es que para hablar de ella necesito usar el lenguaje de los hombres
y un secuestro en la libertad de aquel convento que da personalidad a las cosas,
del que los poetas dicen que son las estrellas las eternas monjas e impone nombre a las cosas.
y las flores las penitentes convictas de un solo día,
pero donde al fin las estrellas no son sino estrellas Pero las cosas no tienen nombre ni personalidad:
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XLIX