Você está na página 1de 5

RESUMEN PLATICAS PASTORAL DE MATRIMONIOS

PARROQUIA DE LA MERCED, 2,010

CONOCERCE A SI MISMO

En un principio se platicó que antes de querer conocer a otra persona para


compartir nuestra vida, deberíamos conocernos nosotros mismos como personas
individuales, es decir, saber cómo es nuestro carácter, hacer una auto-evaluación
propia a conciencia siendo sincero con uno mismo, cuales son mis defectos para
corregirlos y cuáles son mis cualidades para cultivarlas,

ACEPTARSE

Es importante tomar conciencia de las presiones externas que afectan y moldean


la personalidad y el carácter, la autoestima y la imagen que tenemos de nosotros
mismos. Aceptarse no es someterse ni hacer lo que otros dicen que se haga,
creyendo que de esta manera se recibe el reconocimiento, el valor y la aceptación
de las demás personas; Es más bien actuar en conciencia, estando seguros de
respetar los principios y valores en los que creemos y que sirven como pilares de
nuestra vida, Es ser coherentes, sin desconocer las debilidades y reconociendo las
fortalezas. Por último aceptarse no es adaptarse, es valorarse y quererse
como se es.

COMPRENDERSE

Implica llegar a una integración entre lo que se siente, se piensa y la manera como
se actúa. Comprenderse es saber entenderse, saber administrar las emociones,
saber hasta dónde se puede llegar, que tanto dolor se es capaz de soportar y qué
cantidad de alegría se es capaz de generar. Llegar a comprenderse lleva a la
admiración por uno mismo sin llegar a la egolatría.

AMARSE

El amor por uno mismo debe ser entendido en dos dimensiones: la primera es
corporal y tiene que ver con evitar hacerse daño físico o realizar actos que
generen dolor, los abusos, el exceso y el desorden reflejan la falta de amor propio,
pues son el resultado de la inconsciencia y el descuido. La segunda dimensión es
la espiritual, es la que da el sentido a nuestra existencia. El amor propio es
dignidad, es entender que soy muy valioso como ser humano, es engrandecer la
existencia siendo capaz de ofrecer lo mejor de sí en beneficio de los demás.

Es necesario amarse a uno mismo para poder amar a los demás cumpliendo con el
mandamiento de Jesús “Amar a Dios por encima de todas las cosas y al
prójimo como a uno mismo”. No solo tienes que “soportarte” sino amarte; si no
te amas ¿cómo quieres amar a tu hermano? El Señor te ha pedido que le ames
“como a ti mismo” Amarte es en primer lugar, aceptarte con tus limitaciones,
tus debilidades, tus defectos y virtudes, luego viene creer en ti, es decir, estar
seguro que el Señor te ha dado lo que necesitas para hacer lo que debes hacer
para cumplir tu misión allí donde estás.

CORREGIRSE
Cuando nos aceptamos y nos comprendemos, estamos preparados para reconocer
nuestras debilidades y esforzarnos por superarlas. El hecho de reconocer los
errores e iniciar el proceso de cambio, implica evolución hacia un mejor estado,
lleva a querer ser mejor, a trabajar para lograrlo sin dejar nada a la casualidad, a
asumir un compromiso de cuerpo, alma y corazón, donde se involucren los
sentidos y la razón.

Es conveniente que cada uno busque momentos de silencio, de soledad, de


recogimiento que faciliten procesos de reflexión y de oración, esto hará posible
lograr un mejor conocimiento, aceptación, corrección, comprensión y amor por
nosotros mismos. Jesús se retiraba en determinados momentos, se alejaba El solo
a orar, se trata de buscar momentos de reflexión, de estar con uno mismo, no de
volverse un solitario.

En la medida que comencemos a conocernos, aceptarnos, amarnos,


comprendernos y corregirnos, comenzaremos también a entender mejor las
actitudes de las demás personas, por ejemplo: en las personas agresivas lo que
entenderemos es que son temerosas, en las soberbias que son inseguras, por
último, AMA A TU PROJIMO, COMO A TI MISMO”

SER AMADO POR DIOS

Yo no solo diría “Dios existe, yo me lo encontré”, sino “Dios existe, me ha


abrazado”, quien no haya conocido ese abrazo, quien no haya quedado sin
respiración por el beso de Dios, no puede comprometer su vida por El, al servicio
de sus hermanos.

PREGUNTAS PARA COMPARTIR

¿Quién creo que soy yo?

¿Qué es lo que más me gusta y lo que más me disgusta de mí?

¿Qué es lo que más me gusta y lo que más me disgusta de ti?

¿Qué quisiera corregir de mí y que corrigieras de ti?

¿Qué es lo que estoy dispuesto a cambiar por ti?

TEMA 2011 LUNES 7/FEBRERO

SER PAREJA

CONOCER A LA PAREJA

Cada persona es capaz a partir del conocimiento integral de sí misma, de entablar


relaciones de pareja estables emocionalmente, puesto que sabe bien quién es, qué
quiere y los esfuerzos que debe hacer para construir esa relación. Se trata
entonces de dejar morir el YO para dar paso al NOSOTROS, teniendo la
convicción de que esa relación de pareja se debe alimentar y nutrir
permanentemente; hay que mirar primero lo que conviene a la pareja antes que a
los intereses personales y tener siempre presente esa prioridad.

Hay 3 tipos diferentes de relaciones de parejas:


1+1=1 No es una relación constructiva, uno de los 2 tiene el poder, el control, hay
dominio, es una relación enfermiza; no hay amor ni sentimientos, ni crecimiento,
ni búsqueda de caminos juntos, ni de construir un proyecto de vida en común; uno
de los 2 sacrifica su vida, su persona, no aporta, no crece.

1+1=2 Muchas parejas modernas son así, cada cual vive su vida, conviven, son 2
seres diferentes, pero no se complementan, cada cual por su lado maneja su
tiempo, su dinero, la educación de los hijos como quiere, no hay COMUNIDAD de
amor, la pareja convive pero van por caminos diferentes, existen espacios muy
grandes y al cabo de los años esas diferencias pueden hacer que termine la
relación.

1+1=3 El hombre es un ser, la mujer es otro diferente y se complementan, cada


uno es una entidad y su relación de pareja es otra compuesta no de partes
idénticas sino de individualidades que suman y contribuyen en la construcción de
un proyecto de vida en común, se vive el amor, la entrega incondicional al otro, se
experimenta la felicidad a partir de hacer y ver feliz al otro.

SER PAREJA

La vocación de todo hombre es AMAR. En el encuentro de un hombre y una mujer


hay una vocación, una llamada, llamada de amar hasta lo más profundo de su
cuerpo y de su corazón. Jesús dice “Amarás (a él o a ella), con todo tu corazón, con
toda tu alma, con todo tu espíritu y ese amor será signo eficaz de tu amor para
conmigo.

Todos nosotros pudimos haber seguido viviendo solos, pero hemos decidido
conjugar nuestras vidas para convertirlas en un proyecto de dos, en un
compromiso bendecido con el sacramento del matrimonio, cada uno tiene por lo
tanto, una pequeña parte de sí que no le pertenece; esa parte se une con una
pequeña parte del cónyuge, éstas 2 partes se convierten en una realidad común a
la pareja porque la han construido juntos, “Viviendo en pareja somos siempre tres,
tú, yo y la relación que compartimos.

Cuando decidimos formar una pareja elegimos:

Construir una relación de amor mutuo y duradero, basado en el respeto y la


igualdad.

Caminar juntos el uno con el otro y el uno por el otro.

Dar una orientación a nuestro proyecto de vida en común, a nuestra alianza.

Tener en cuenta la presencia del otro, preservando al mismo tiempo la


individualidad de las 2 personas.

Buscar la unidad de corazón, de espíritu y de cuerpo y todo ello a través de las


distintas etapas de la vida de la pareja.

PENSAMIENTO DE DIOS SOBRE LA PAREJA

“…Entonces se ha despertado en mí la necesidad de revelar lo mejor de Mí mismo


y resultó mi invento más hermoso, así fue como te he creado pareja humana, a
imagen y semejanza mía y vi que aquello era bueno; en medio de éste universo en
que cada criatura canta mi gloria, celebra mis perfecciones, por fin surgió el amor
para revelar mi amor; pareja humana, criatura bien amada, mi testigo privilegiado
¿comprendes por qué te amo entre todas las criaturas? ¿Comprendes la inmensa
esperanza que he puesto en ti?, eres portadora de mi reputación.” Sabemos que
ese Dios es un Dios trinitario, un ser de relación, descubrimos que el espíritu actúa
en nuestra relación de pareja y que inspira nuestra manera de ser.

“Si 2 o más se reúnen en mi nombre, Yo estaré en medio de ellos” (Mt 18,20), ya


que somos 2 personas casadas sacramentalmente, Dios está en medio de nosotros
y podemos reconocer su presencia por los frutos del Espíritu Santo que son: amor,
unidad, paz, perdón, verdad y comunión (Ga 5,22-23), en 2 palabras, es lo que
llamamos ESPIRITUALIDAD CONYUGAL.

PROYECTO EN COMUN

Cuando 2 personas deciden formalizar su relación de pareja, hacen también una


consagración, un don de la pareja a Cristo, por esa alianza, cada pareja cristiana
se convierte en sacramento, en signo del amor de Dios para los demás.

La pareja no debe concentrarse en sus objetivos individuales, sino que ambos


deben mirar hacia un destino de crecimiento común, lo que significa que los
esfuerzos conjuntos deben sumarse.

Si para comprar un apartamento, para hacer una reforma en nuestra casa, para
planear una vacaciones, para decidir sobre un trabajo, dedicamos un tiempo y una
reflexión a pensar como financiaremos cualquiera de esos proyectos, es imposible
que no nos demos cuenta que el proyecto de nuestra vida en pareja merece
también o mucho más, que le dediquemos ese tiempo, ese esfuerzo, esa reflexión,
ese diálogo…

¿Por qué es necesario un proyecto?

¿No es suficiente querernos y dejar que nuestro amor se desarrolle


espontáneamente?

El simple hecho de habernos casado enamorados no garantiza el éxito de nuestra


relación, el amor inicial hay que ponerlo a trabajar para que se convierta en algo
duradero, en algo firme y fecundo, nos hemos decidido a vivir un amor con el otro,
eso no se puede sustentar en el aire, necesita un proyecto que nos ayude a ver
qué es lo que alimenta nuestra relación y qué podemos poner en juego cuando las
cosas no son tan fáciles porque la convivencia diaria muchas veces desgasta los
sentimientos.

En la sociedad actual es difícil que encontremos un eco que apoye la idea del
proyecto, más bien encontraremos lo contrario; la opinión generalizada de que
construir un proyecto es encerrarnos dentro de reglas y normas, sin embargo un
proyecto no es algo que obedeceremos ciegamente en cualquier circunstancia,
sino una brújula que nos orienta.

Estamos hablando de un proyecto de pareja y eso quiere decir que debe ser de los
dos, no solo decidido por uno, ese que se impone por su carácter fuerte o que
parece que sabe más o simplemente que habla más, sino pensado y decidido por
los dos; así que hay que estar dispuestos a dialogar mucho, a hacerse preguntas, a
discutir, a pensar, a rezar…construir un proyecto es un trabajo para toda la vida.
Aunque de novios hayamos hablado de muchas cosas es muy diferente volverlas a
hablar desde la realidad tantas veces imprevista a la que nos va enfrentando la
vida.

Del mismo modo que cada pareja es todo un universo diferente a las demás,
irrepetible por estar formada en cada caso por un hombre único y una mujer única,
con unas características, costumbres y formación peculiares, el proyecto será
único porque la trayectoria de ese amor ha sido única.
¿Por qué me he casado con ésta persona? En lo que nos ha atraído de la otra
persona existe una contabilidad misteriosa de cualidades y actitudes que van al
encuentro de nuestras necesidades, a pesar de las posibles diferencias, o quizás
gracias a ellas, en todo ello siempre hay nuevos aspectos por descubrir porque el
otro es una persona en evolución constante.

El amor humano no es algo estático que podemos retener de una vez por todas,
sino algo dinámico que se mantiene en equilibrio entre donación y acogida,
necesidad y respuesta, el proyecto que construimos entre los dos en la presencia
de Cristo nos ayuda a reforzar lo positivo de ese equilibrio y a reducir lo negativo,
es un buen apoyo en el camino de la felicidad.

Você também pode gostar