Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
es/lacontra/20110215/54114433067/el-parto-es-un-acto-fisiologico-
convertido-en-un-acto-infeliz.html
Víctor - M. Amela
Plaga de cesáreas
De forma creciente las mujeres sienten que les han secuestrado un acto del que fueron
protagonistas activas durante milenios: el parto. Un acto del que venimos todos, y que
durante el siglo XX ha sido paulatinamente secuestrado por la tecnomedicina, con la mejor
intención. Pero hoy muchas mujeres quieren recuperar la dignidad e intensidad emocional
de esa vivencia fundacional de la existencia humana. Por eso es tan valiosa la obra 'Los
secretos de un parto feliz' (Grijalbo) / 'Els secrets d'un part feliç' (Pagès), de Marta Espar:
aclara lo que hoy dice la ciencia, como que es mejor tener sexo hasta el parto, o que
(Odent) la cesárea deja en el nacido una huella de inseguridad...
En diez días.
¿Cómo se encuentra?
¡Nunca estuve tan tranquila!
No es su primer parto...
Es el tercero.., pero es el primero en el que dispongo de plena información.
Y sé que estoy en buenas manos.
¿No fue así en los dos anteriores?
¡No! Fueron partos tecnológicos, es decir, partos muy medicalizados.
¿A qué se refiere?
A la inoculación de oxitocina y de epidural, a la práctica de episiotomía y de cesárea, al
uso de fórceps y ventosas...
¿Tiene datos?
La episiotomía –un tajo en el perineo– es necesaria sólo en un 10%-30% de los casos..,
¡pero se practica en un 73% de parturientas!
Ah.
No está inmovilizada, puede moverse libremente, puede darse una ducha o baño
calientes... Eso estimula contracciones normales, dilata bien... y puja, y el marido
acompaña y corta el cordón cuando deja de latir.
Carta de un lector
El parto es fisiológico
Cartas | 18/02/2011 - 05:51h
Joan M. Adelantado
Valldoreix
Quiero pedir perdón a las mujeres y a la sociedad en general. Soy obstetra y ginecólogo
con más de 30 años de experiencia. Por lo que se publica en este diario (La Contra,15/ II/
11) soy culpable. He realizado episiotomías, seguramente innecesarias y sin pensar en sus
consecuencias, he roto bolsas de aguas y acelerado los partos haciendo así que las mujeres
disfruten menos de ese momento, me he dedicado a aumentar el número de cesáreas y he
sido activo en la introducción de la no deseada epidural. Cuando yo empecé la música de
las salas de partos eran los gritos de las parturientas e intentaba con muy escasos medios
controlar -que no monitorizar- todos los partos, pero esto se ha mostrado innecesario,
explicando ahora lo que nunca hemos sabido: el parto es un fenómeno fisiológico.
La mortalidad tanto materna como fetal, tan alta en aquella época, ha disminuido como si
fuera fruto del ambiente, del nivel de vida actual y de la presión social. Como cada vez
estoy más cerca del final de mi vida profesional me tengo que arrepentir de la cantidad de
noches perdidas mirando registros de frecuencia cardiaca fetal, intentando ver alteraciones
para justificar cesáreas, hacer correr a todo el personal y despilfarrar así el dinero, todo
innecesario.