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convertido-en-un-acto-infeliz.html

Marta Espar, parturienta que lo sabe todo del parto feliz


Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet

"El parto es un acto fisiológico convertido en un acto infeliz"


15/02/2011 - 00:10 | Actualizada a las

Foto: XAVIER GÓMEZ

Víctor - M. Amela

Plaga de cesáreas

De forma creciente las mujeres sienten que les han secuestrado un acto del que fueron
protagonistas activas durante milenios: el parto. Un acto del que venimos todos, y que
durante el siglo XX ha sido paulatinamente secuestrado por la tecnomedicina, con la mejor
intención. Pero hoy muchas mujeres quieren recuperar la dignidad e intensidad emocional
de esa vivencia fundacional de la existencia humana. Por eso es tan valiosa la obra 'Los
secretos de un parto feliz' (Grijalbo) / 'Els secrets d'un part feliç' (Pagès), de Marta Espar:
aclara lo que hoy dice la ciencia, como que es mejor tener sexo hasta el parto, o que
(Odent) la cesárea deja en el nacido una huella de inseguridad...

Cuándo sale de cuentas?

En diez días.

¿Cómo se encuentra?
¡Nunca estuve tan tranquila!

No es su primer parto...
Es el tercero.., pero es el primero en el que dispongo de plena información.
Y sé que estoy en buenas manos.
¿No fue así en los dos anteriores?
¡No! Fueron partos tecnológicos, es decir, partos muy medicalizados.

¿Y qué tiene eso de malo?


Que la parturienta es tratada como una niña, no se le informa de lo que le hacen, no se le
respeta: como si fuese tontita de pronto.

¿Son así la mayoría de los partos hoy?


En España, sí. El parto es un acto fisiológico... que hemos convertido en algo artificioso,
complicadísimo, medicalizado..., ¡en una experiencia infeliz para la mujer.

¿Tanto como infeliz..?


Hace ya 20 años que la OMS alerta que en países europeos como España hay en los partos
intervenciones médicas excesivas, innecesarias, injustificadas.., y arriesgadas.

¿A qué se refiere?
A la inoculación de oxitocina y de epidural, a la práctica de episiotomía y de cesárea, al
uso de fórceps y ventosas...

¿Tiene datos?
La episiotomía –un tajo en el perineo– es necesaria sólo en un 10%-30% de los casos..,
¡pero se practica en un 73% de parturientas!

¿Por qué tanto?


Por inercia, pese a la evidencia científica:no tiene efecto protector contra el desgarro. ¡Y
qué desagradable y molesto es para la mujer! A algunas les arruina la vida sexual por
meses... Y no digamos la cesárea...

¿También se aplica en exceso?


Sí: la cesárea está indicada sólo en un 15% de los partos, pero en Catalunya se aplica en
un 23% de las clínicas públicas... ¡y en un 40% de las clínicas privadas!

Le pregunto lo mismo: ¿por qué razón?


Por la falsa creencia de que garantiza mayor seguridad perinatal. ¡Al contrario!: la madre
queda postrada días, puede sufrir estrés postraumático, su bebé no recibe la inmunidad
microbiana que proporciona pasar por la vagina... Los nacidos de cesárea padecen –ya hay
estadísticas– más alergias y asmas...

Pero paliamos dolores en la madre.


Un parto duele.., ¡pero no es nada que una mujer no pueda sobrellevar! La medicina es
bienvenida para complementar el parto fisiológico.., ¡pero no lo es si lo suprime!

¿Cómo es el buen parto fisiológico?


No con la parturienta estirada, de espaldas, inmovilizada, monitorizada... Así sus
contracciones se ralentizan… por lo que le ponen gotero de oxitocina sintética… que
genera bruscas contracciones… que hacen sufrir al feto… y que llevan a la mujer a rogar
epidural… que adormece al bebé al nacer, con lo que le costará mucho más mamar…
¡Acaba de recitar la batería de atentados contra el parto fisiológico!
Sí, le he descrito el parto tecnológico: el que yo viví en mis dos primeros hijos, incluido el
uso de fórceps, rotura con un palo de la bolsa amniótica... ¡Todo innecesario!

Pues describa ya el parto fisiológico.


Le llamamos también “parto respetado”: la mujer busca la postura más cómoda para pujar
y parir: de pie, de rodillas, en cuclillas, apoyada en silla de partos, a cuatro patas…

Ah.
No está inmovilizada, puede moverse libremente, puede darse una ducha o baño
calientes... Eso estimula contracciones normales, dilata bien... y puja, y el marido
acompaña y corta el cordón cuando deja de latir.

¿Sin oxitocina ni epidural?


En España hay epidural en el 90% de los partos... cuando es de verdad necesaria sólo en el
55%. Las hormonas naturales son analgésicas. Y tampoco necesito médico: bastan
comadronas bien formadas que den ánimo emocional, calor humano, masajes...

No sabía que el cordón umbilical late.


Sigue bombeando oxígeno durante un rato, ayuda a respirar al bebé: espera antes de
cortarlo. Y nada de limpiar la grasita que cubre la piel del bebé, llamada vernix caseosa.

¿No? ¿Qué beneficio reporta eso?


Protege la piel del bebé de dermatitis y alergias. Se la dejaré a mi hija, hasta que su piel la
absorba. Y pediré que me la pongan enseguida sobre el abdomen: su contacto me hará
subir la leche antes. Y al cabo de una hora y media, su olfato la habrá guiado hasta mi
pezón, se agarrará y mamará fácilmente. Y le daré pecho durante seis meses.

¿Hay algún país modélico en partos?


Ahora, Gran Bretaña y los países nórdicos, donde los partos se ajustan a las últimas
evidencias científicas: son fisiológicos, con la tecnología médica en segundo plano.

¿Qué otros factores pueden contribuir a un parto más feliz?


Un espacio íntimo, con la compañía deseada, con una iluminación tenue, con una música
suave elegida...

¿Conseguiremos esto en el sistema hospitalario español?


Confío en ello, porque el parto fisiológico, además de más feliz, es más barato:
hospitalización más breve, menos instrumental... Por eso será más fácil que se extienda en
nuestro sistema público que en el privado.

¿Cuál diría que es el requisito fundamental para el parto feliz?


Respetar a la mujer, darle toda la información veraz y que elija: es incoherente con el
progreso feminista que en el crucial trance de parir entregue mi cuerpo a un médico que
me haga de todo sin darme voz ni voto.

Carta de un lector

El parto es fisiológico
Cartas | 18/02/2011 - 05:51h

Joan M. Adelantado

Valldoreix

Quiero pedir perdón a las mujeres y a la sociedad en general. Soy obstetra y ginecólogo
con más de 30 años de experiencia. Por lo que se publica en este diario (La Contra,15/ II/
11) soy culpable. He realizado episiotomías, seguramente innecesarias y sin pensar en sus
consecuencias, he roto bolsas de aguas y acelerado los partos haciendo así que las mujeres
disfruten menos de ese momento, me he dedicado a aumentar el número de cesáreas y he
sido activo en la introducción de la no deseada epidural. Cuando yo empecé la música de
las salas de partos eran los gritos de las parturientas e intentaba con muy escasos medios
controlar -que no monitorizar- todos los partos, pero esto se ha mostrado innecesario,
explicando ahora lo que nunca hemos sabido: el parto es un fenómeno fisiológico.

La mortalidad tanto materna como fetal, tan alta en aquella época, ha disminuido como si
fuera fruto del ambiente, del nivel de vida actual y de la presión social. Como cada vez
estoy más cerca del final de mi vida profesional me tengo que arrepentir de la cantidad de
noches perdidas mirando registros de frecuencia cardiaca fetal, intentando ver alteraciones
para justificar cesáreas, hacer correr a todo el personal y despilfarrar así el dinero, todo
innecesario.

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