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1929 [1930]

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religión como una ilusión, me respondió que


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compartía sin reserva mi juicio sobre la religión,
I pero lamentaba que yo no hubiera concedido su
justo valor a la fuente última de la religiosidad.
NO podemos eludir la impresión de que el
Esta residiría, según su criterio, en un sentimiento
hombre suele aplicar cánones falsos en sus
particular que jamás habría dejado de percibir,
apreciaciones, pues mientras anhela para sí y
que muchas personas le habrían confirmado y
admira en los demás el poderío, el éxito y la
cuya existencia podría suponer en millones de
riqueza menosprecia, en cambio, los valores
seres humanos; un sentimiento que le agradaría
genuinos que la vida le ofrece. No obstante, al
designar «sensación de eternidad»; un sentimiento
formular un juicio general de esta especie, siempre
como de algo sin límites ni barreras, en cierto
se corre peligro de olvidar la abigarrada variedad
modo «oceánico». Se trataría de una experiencia
del mundo humano y de su vida anímica, ya que
esencialmente subjetiva, no de un artículo del
existen, en efecto, algunos seres a quienes no se
credo; tampoco implicaría seguridad alguna de
les niega la veneración de sus coetáneos, pese a
inmortalidad personal; pero, no obstante, ésta
que su grandeza reposa en cualidades y obras
sería la fuente de la energía religiosa, que, captada
muy ajenas a los objetivos y los ideales de las
por las diversas Iglesias y sistemas religiosos, es
masas. Se pretenderá aducir que sólo es una
encauzada hacia determinados canales y
minoría selecta la que reconoce en su justo valor a
seguramente también consumida en ellos. Sólo
estos grandes hombres, mientras que la gran
gracias a éste sentimiento oceánico podría uno
mayoría nada quiere saber de ellos; pero las
considerarse religioso, aunque se rechazara toda fe
discrepancias entre las ideas y las acciones de los
y toda ilusión.
hombres son tan amplias y sus deseos tan
dispares que dichas reacciones seguramente no Esta declaración de un amigo que venero -
son tan simples. quien, por otra parte, también prestó cierta vez
expresión poética al encanto de la ilusión- me
Uno de estos hombres excepcionales se
colocó en no pequeño aprieto, pues yo mismo no
declara en sus cartas amigo mío. Habiéndole
logro descubrir en mí este sentimiento «oceánico».
enviado yo mi pequeño trabajo que trata de la
En manera alguna es tarea grata someter los

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sentimientos al análisis científico: es cierto que se que el hombre podría intuir su relación con el
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puede intentar la descripción de sus mundo exterior a través de un sentimiento directo,
manifestaciones fisiológicas; pero cuando esto no orientado desde un principio a este fin, parece tan
es posible -y me temo que también el sentimiento extraña y es tan incongruente con la estructura de
oceánico se sustraerá a semejante caracterización- nuestra psicología, que será lícito intentar una
, no queda sino atenerse al contenido ideacional explicación psicoanalítica -vale decir genética- del
que más fácilmente se asocie con dicho mencionado sentimiento.
sentimiento. Mi amigo, si lo he comprendido
Al emprender esta tarea se nos ofrece al
correctamente, se refiere a lo mismo que cierto
instante el siguiente razonamiento. En condiciones
poeta original y harto inconvencional hace decir a
normales nada nos parece tan seguro y establecido
su protagonista, a manera de consuelo ante el
como la sensación de nuestra mismidad, de
suicidio: «De este mundo no podemos caernos».
nuestro propio yo. Este yo se nos presenta como
Trataríase, pues, de un sentimiento de indisoluble
algo independiente unitario, bien demarcado frente
comunión, de inseparable pertenencia a la
a todo lo demás. Sólo la investigación
totalidad del mundo exterior. Debo confesar que
psicoanalítica -que por otra parte, aún tiene
para mí esto tiene más bien el carácter de una
mucho que decirnos sobre la relación entre el yo y
penetración intelectual, acompañada,
el ello-nos ha enseñado que esa apariencia es
naturalmente, de sobretonos afectivos, que por lo
engañosa; que, por el contrario, el yo se continúa
demás tampoco faltan en otros actos cognoscitivos
hacia dentro, sin límites precisos, con una entidad
de análoga envergadura. En mi propia persona no
psíquica inconsciente que denominamos ello y a la
llegaría a convencerme de la índole primaria de
cual viene a servir como de fachada. Pero, por lo
semejante sentimiento; pero no por ello tengo
menos hacia el exterior, el yo parece mantener sus
derecho a negar su ocurrencia real en los demás.
límites claros y precisos. Sólo los pierde en un
La cuestión se reduce, pues, a establecer si es
estado que, si bien extraordinario, no puede ser
interpretado correctamente y si debe ser aceptado
tachado de patológico: en la culminación del
como fons et origo de toda urgencia religiosa.
enamoramiento amenaza esfumarse el límite entre
Nada puedo aportar que sea susceptible de el yo y el objeto. Contra todos los testimonios de
decidir la solución de este problema. La idea de sus sentidos, el enamorado afirma que yo y tú son

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uno, y está dispuesto a comportarse como si más profunda impresión el hecho de que algunas
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realmente fuese así. Desde luego, lo que puede ser de las fuentes de excitación -que más tarde
anulado transitoriamente por una función reconocerá como los órganos de su cuerpo- sean
fisiológica, también podrá ser trastornado por susceptibles de provocarle sensaciones en
procesos patológicos. La patología nos presenta cualquier momento, mientras que otras se le
gran número de estados en los que se torna sustraen temporalmente - entre éstas, la que más
incierta la demarcación del yo frente al mundo anhela: el seno materno-, logrando sólo atraérselas
exterior, o donde los límites llegan a ser al expresar su urgencia en el llanto. Con ello
confundidos: casos en que partes del propio comienza por oponérsele al yo un «objeto», en
cuerpo, hasta componentes del propio psiquismo, forma de algo que se encuentra «afuera» y para
percepciones, pensamientos, sentimientos, cuya aparición es menester una acción particular.
aparecen como si fueran extraños y no Un segundo estímulo para que el yo se desprenda
pertenecieran al yo; otros, en los cuales se de la masa sensorial, esto es, para la aceptación
atribuye al mundo exterior lo que a todas luces de un «afuera», de un mundo exterior, lo dan las
procede del yo y debería ser reconocido por éste. frecuentes, múltiples e inevitables sensaciones de
De modo que también el sentimiento yoico está dolor y displacer que el aún omnipotente principio
sujeto a trastornos, y los límites del yo con el del placer induce a abolir y a evitar. Surge así la
mundo exterior no son inmutables. tendencia a disociar del yo cuanto pueda
convertirse en fuente de displacer, a expulsarlo de
Prosiguiendo nuestra reflexión hemos de
sí, a formar un yo puramente hedónico, un yo
decirnos que este sentido yoico del adulto no
placiente, enfrentado con un no-yo, con un
puede haber sido el mismo desde el principio, sino
«afuera» ajeno y amenazante.
que debe haber sufrido una evolución, imposible
de demostrar, naturalmente, pero susceptible de Los límites de este primitivo yo placiente no
ser reconstruida con cierto grado de probabilidad. pueden escapar a reajustes ulteriores impuestos
El lactante aún no discierne su yo de un mundo por la experiencia. Gran parte de lo que no se
exterior, como fuente de las sensaciones que le quisiera abandonar por su carácter placentero no
llegan. Gradualmente lo aprende por influencia de pertenece, sin embargo, al yo, sino a los objetos;
diversos estímulos. Sin duda, ha de causarle la recíprocamente, muchos sufrimientos de los que

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uno pretende desembarazarse resultan ser yoico primario subsiste -en mayor o menor grado-
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inseparables del yo, de procedencia interna. Con en la vida anímica de muchos seres humanos,
todo, el hombre aprende a dominar un debe considerársele como una especie de
procedimiento que, mediante la orientación contraposición del sentimiento yoico del adulto,
intencionada de los sentidos y la actividad cuyos límites son más precisos y restringidos. De
muscular adecuada, le permite discernir lo interior esta suerte, los contenidos ideativos que le
(perteneciente al yo) de lo exterior (originado por el corresponden serían precisamente los de infinitud
mundo), dando así el primer pasó hacia la y de comunión con el Todo, los mismos que mi
entronización del principio de realidad, principio amigo emplea para ejemplificar el sentimiento
que habrá de dominar toda la evolución ulterior. «oceánico». Pero, ¿acaso tenemos el derecho de
Naturalmente, esa capacidad adquirida de admitir esta supervivencia de lo primitivo junto a
discernimiento sirve al propósito práctico de eludir lo ulterior que de él se ha desarrollado?
las sensaciones displacenteras percibidas o
Sin duda alguna, pues los fenómenos de
amenazantes. La circunstancia de que el yo, al
esta índole nada tienen de extraño, ni en la esfera
defenderse contra ciertos estímulos displacientes
psíquica ni en otra cualquiera. Así, en lo que se
emanados de su interior, aplique los mismos
refiere a la serie zoológica, sustentamos la
métodos que le sirven contra el displacer de origen
hipótesis de que las especies más evolucionadas
externo, habrá de convertirse en origen de
han surgido de las inferiores; pero aún hoy
importantes trastornos patológicos.
hallamos, entre las vivientes, todas las formas
De esta manera, pues, el yo se desliga del simples de la vida. Los grandes saurios se han
mundo exterior, aunque más correcto sería decir: extinguido, cediendo el lugar a los mamíferos; pero
originalmente el yo lo incluye todo; luego, aún vive con nosotros un representante genuino
desprende de sí un mundo exterior. Nuestro actual de ese orden: el cocodrilo. Esta analogía puede
sentido yoico no es, por consiguiente, más que el parecer demasiado remota, y, por otra parte,
residuo atrofiado de un sentimiento más amplio, adolece de que las especies inferiores
aun de envergadura universal, que correspondía a sobrevivientes no suelen ser las verdaderas
una comunión más íntima entre el yo y el mundo antecesoras de las actuales, más evolucionadas.
circundante. Si cabe aceptar que este sentido Por regla general, han desaparecido los eslabones

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intermedios que sólo conocemos a través de su nos llevará a otro terreno. Tomemos como ejemplo
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reconstrucción. En cambio, en el terreno psíquico la evolución de la Ciudad Eterna. Los historiadores
la conservación de lo primitivo junto a lo nos enseñan que el más antiguo recinto urbano
evolucionado a que dio origen es tan frecuente que fue la Roma quadrata, una población empalizada
sería ocioso demostrarla mediante ejemplos. Este en el monte Palatino. A esta primera fase siguió la
fenómeno obedece casi siempre a una bifurcación del Septimontium, fusión de las poblaciones
del curso evolutivo: una parte cuantitativa de situadas en las distintas colinas; más tarde
determinada actitud o de una tendencia instintiva apareció la ciudad cercada por el muro de Sirvio
se ha sustraído a toda modificación, mientras que Tulio, y aún más recientemente, luego de todas las
el resto siguió la vía del desarrollo progresivo. transformaciones de la República y del Primer
Imperio, el recinto que el emperador Aureliano
Tocamos aquí el problema general de la
rodeó con sus murallas.
conservación en lo psíquico, problema apenas
elaborado hasta ahora, pero tan seductor e No hemos de perseguir más lejos las
importante que podemos concederle nuestra modificaciones que sufrió la ciudad,
atención por un momento, pese a que la preguntándonos, en cambio, qué restos de esas
oportunidad no parezca muy justificada. Habiendo fases pasadas hallará aún en la Roma actual un
superado la concepción errónea de que el olvido, turista al cual suponemos dotado de los más
tan corriente para nosotros, significa la completos conocimientos históricos y topográficos.
destrucción o aniquilación del resto mnemónico, Verá el muro Aureliano casi intacto, salvo algunas
nos inclinamos a la concepción contraria de que brechas. En ciertos lugares podrá hallar trozos del
en la vida psíquica nada de lo una vez formado muro serviano, puestos al descubierto por las
puede desaparecer jamás; todo se conserva de excavaciones. Provisto de conocimientos
alguna manera y puede volver a surgir en suficientes -superiores a los de la arqueología
circunstancias favorables, como, por ejemplo, moderna-, quizá podría trazar en el cuadro urbano
mediante una regresión de suficiente profundidad. actual todo el curso de este muro y el contorno de
la Roma quadrata; pero de las construcciones que
Tratemos de representarnos lo que esta
otrora colmaron ese antiguo recinto no encontrará
hipótesis significa mediante una comparación que

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nada o tan sólo escasos restos, pues aquéllas han palacios imperiales y el Septizonium de Septimio
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desaparecido. Severo; que las almenas del Castel Sant'Angelo
todavía estuvieran coronadas por las bellas
Aun dotado del mejor conocimiento de la
estatuas que las adornaron antes del sitio por los
Roma republicana, sólo podría señalar la
godos, etc. Pero aún más: en el lugar que ocupa el
ubicación de los templos y edificios públicos de
Palazzo Caffarelli veríamos de nuevo, sin tener que
esa época. Hoy, estos lugares están ocupados por
demoler este edificio, el templo de Júpiter
ruinas, pero ni siquiera por las ruinas auténticas
Capitolino, y no sólo en su forma más reciente,
de aquellos monumentos, sino por las de
como lo contemplaron los romanos de la época
reconstrucciones posteriores, ejecutadas después
cesárea, sino también en la primitiva, etrusca,
de incendios y demoliciones. Casi no es necesario
ornada con antefijos de terracota. En el
agregar que todos estos restos de la Roma antigua
emplazamiento actual del Coliseo podríamos
aparecen esparcidos en el laberinto de una
admirar, además, la desaparecida Domus aurea de
metrópoli edificada en los últimos siglos del
Nerón; en la Piazza della Rotonda no
Renacimiento. Su suelo y sus construcciones
encontraríamos tan sólo el actual Panteón como
modernas seguramente ocultan aún numerosas
Adriano nos lo ha legado, sino también, en el
reliquias. Tal es la forma de conservación de lo
mismo solar, la construcción original de M.
pasado que ofrecen los lugares históricos como
Agrippa, y además, en este terreno, la iglesia María
Roma. sopra Minerva, sin contar el antiguo templo sobre
Supongamos ahora, a manera de fantasía, el cual fue edificada. Y bastaría que el observador
que Roma no fuese un lugar de habitación cambiara la dirección de su mirada o su punto de
humana, sino un ente psíquico con un pasado no observación para hacer surgir una u otra de estas
menos rico y prolongado, en el cual no hubieren visiones.
desaparecido nada de lo que alguna vez existió y
Evidentemente, no tiene objeto alguno seguir
donde junto a la última fase evolutiva subsistieran
el hilo de esta fantasía, pues nos lleva a lo
todas las anteriores. Aplicado a Roma, esto
inconcebible y aun a lo absurdo. Si pretendemos
significaría que en el Palatino habrían de
representar espacialmente la sucesión histórica,
levantarse aún, en todo su porte primitivo, los
sólo podremos hacerlo mediante la yuxtaposición

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en el espacio, pues éste no acepta dos contenidos afín a lo psíquico: el organismo animal o el
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distintos. Nuestro intento parece ser un juego humano. Pero también aquí tropezamos con
vano; su única justificación es la de mostrarnos idéntica dificultad. Las fases precedentes de la
cuán lejos de encontrarnos de poder captar las evolución no subsisten en forma alguna, sino que
características de la vida psíquica mediante la se agotan en las ulteriores cuyo material han
representación descriptiva. suministrado. Es imposible demostrar la
existencia del embrión en el adulto; el timo del
Aún tendríamos que enfrentarnos con otra
niño, sustituido por tejido conectivo durante la
objeción. Se nos preguntará por qué recurrimos
adolescencia, ha dejado de existir; es verdad que
precisamente al pasado de una ciudad para
en los huesos largos del adulto podemos trazar el
compararlo con el pasado anímico. La hipótesis de
contorno del infantil; pero éste ha desaparecido al
la conservación total de lo pretérito está
alargarse y engrosarse para alcanzar su forma
supeditada, también en la vida psíquica, a la
definitiva. Por consiguiente, debemos someternos a
condición de que el órgano del psiquismo haya
la comprobación de que sólo en el terreno psíquico
quedado intacto, de que sus tejidos no hayan
es posible esta persistencia de todos los estadios
sufrido por traumatismo o inflamación. Pero las
previos, junto a la forma definitiva, y de que no
influencias destructivas comparables a estos
podremos representarnos gráficamente tal
factores patológicos no faltan en la historia de
fenómeno.
ninguna ciudad, aunque su pasado sea menos
agitado que el de Roma, aunque, como Londres, Pero quizá vayamos demasiado lejos con
jamás haya sido asolada por un enemigo. Aun la esta conclusión. Quizá habríamos de
más apacible evolución de una ciudad incluye conformarnos con afirmar que lo pretérito puede
demoliciones y reconstrucciones que en principio subsistir en la vida psíquica, que no está
la tornan inadecuada para semejante comparación necesariamente condenado a la destrucción. Aun
con un organismo psíquico. en el terreno psíquico no deja de ser posible -
como norma o excepcionalmente- que muchos
Nos rendimos ante este argumento y,
elementos arcaicos sean borrados o consumidos
renunciando a un ilustrativo efecto de contraste,
en tal medida, que ya ningún proceso logre
recurrimos a un símil que, en todo caso, es más
restablecerlos o reanimarlos; además, su

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conservación podría estar supeditada en principio «sentimiento oceánico», que podría tender, por
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a ciertas condiciones favorables. Todo esto es ejemplo, al restablecimiento del narcisismo
posible, pero nada sabemos al respecto. No ilimitado. La génesis de la actitud religiosa puede
podemos sino atenernos a la conclusión de que en ser trazada con toda claridad hasta llegar al
la vida psíquica la conservación de lo pretérito es sentimiento de desamparo infantil. Es posible que
la regla más bien que una curiosa excepción. aquélla oculte aún otros elementos; pero por ahora
se pierden en las tinieblas.
Así, pues, estamos plenamente dispuestos a
aceptar que en muchos seres existe un Puedo imaginarme que el «sentimiento
«sentimiento oceánico», que nos inclinamos a oceánico» haya venido a relacionarse ulteriormente
reducir a una fase temprana del sentido yoico; con la religión, pues este ser-uno-con-el-todo,
pero entonces se nos plantea una nueva cuestión: implícito en su contenido ideativo, nos seduce
¿qué pretensiones puede alegar ese sentimiento como una primera tentativa de consolación
para ser aceptado como fuente de las necesidades religiosa, como otro camino para refutar el peligro
religiosas? que el yo reconoce amenazante en el mundo
exterior. Confieso una vez más que me resulta
Por mi parte esta pretensión no me parece
muy difícil operar con estas magnitudes tan
muy fundada, pues un sentimiento sólo puede ser
intangibles.
una fuente de energía si a su vez es expresión de
una necesidad imperiosa. En cuanto a las Otro de mis amigos, llevado por su
necesidades religiosas, considero irrefutable su insaciable curiosidad científica a las experiencias
derivación del desamparo infantil y de la nostalgia más extraordinarias y convertido por fin en
por el padre que aquél suscita, tanto más cuanto omnisapiente, me aseguró que mediante las
que este sentimiento no se mantiene simplemente prácticas del yoga, es decir, apartándose del
desde la infancia, sino que es reanimado sin cesar mundo exterior, fijando la atención en las
por la angustia ante la omnipotencia del destino. funciones corporales, respirando de manera
Me sería imposible indicar ninguna necesidad particular, se llega efectivamente a despertar en sí
infantil tan poderosa como la del amparo paterno. mismo nuevas sensaciones y sentimientos difusos,
Con esto pasa a segundo plano el papel del que pretendía concebir como regresiones a estados

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primordiales de la vida psíquica, profundamente ante sus ruegos, ser aplacado por las
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soterrados. Consideraba dichos fenómenos como manifestaciones de su arrepentimiento. Todo esto
pruebas, en cierta manera fisiológicas, de gran es a tal punto infantil, tan incongruente con la
parte de la sabiduría de la mística. Se nos realidad, que el más mínimo sentido humanitario
ofrecerían aquí relaciones con muchos estados nos tornará dolorosa la idea de que la gran
enigmáticos de la vida anímica, como los del mayoría de los mortales jamás podría elevarse por
trance y del éxtasis. Más yo siento el impulso de semejante concepción de la vida. Más humillante
repetir las palabras del buzo de Schiller: aún es reconocer cuán numerosos son nuestros
contemporáneos que, obligados a reconocer la
¡Alégrese quien respira a la rosada luz del
posición insostenible de esta religión, intentan, no
día! obstante, defenderla palmo a palmo en lastimosas
acciones de retirada. Uno se siente tentado a
II
formar en las filas de los creyentes para exhortar a
MI estudio sobre El porvenir de una ilusión, no invocar en vano el nombre del Señor, a aquellos
lejos de estar dedicado principalmente a las filósofos que creen poder salvar al Dios de la
fuentes más profundas del sentido religioso, se religión reemplazándolo por un principio
refería más bien a lo que el hombre común concibe impersonal, nebulosamente abstracto. Si algunas
como su religión, al sistema de doctrinas y de las más excelsas mentes de tiempos pasados
promisiones que, por un lado, le explican con hicieron otro tanto, ello no constituye justificación
envidiable integridad los enigmas de este mundo, y suficiente, pues sabemos por qué se vieron
por otro, le aseguran que una solícita Providencia obligados a hacerlo.
guardará su vida y recompensará en una
Volvamos al hombre común y a su religión,
existencia ultraterrena las eventuales privaciones
la única que había de llevar este nombre. Al punto
que sufra en ésta. El hombre común no puede
acuden a nuestra mente las conocidas palabras de
representarse esta Providencia sino bajo la forma
uno de nuestros grandes poetas y sabios, que nos
de un padre grandiosamente exaltado, pues sólo
hablan de las relaciones que la religión guarda con
un padre semejante sería capaz de comprender las
el arte y la ciencia. Helas aquí:
necesidades de la criatura humana, conmoverse

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Quien posee Ciencia y Arte también tiene actividad científica es una diversión semejante.
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Religión; quien no posee una ni otra, ¡tenga Las satisfacciones sustitutivas como nos la ofrece
Religión! el arte son, frente a la realidad, ilusiones, pero no
por ello menos eficaces psíquicamente, gracias al
Este aforismo enfrenta, por una parte, la
papel que la imaginación mantiene en la vida
religión con las dos máximas creaciones del
anímica. En cuanto a los narcóticos, influyen
hombre, y por otra, afirma que pueden
sobre nuestros órganos y modifican su quimismo.
representarse o sustituirse mutuamente en cuanto
No es fácil indicar el lugar que en esta serie
a su valor para la vida. De modo que si también
corresponde a la religión. Tendremos que buscar,
pretendiéramos privar de religión al común de los
pues, un acceso más amplio al asunto.
mortales, no nos respaldaría evidentemente la
autoridad del poeta. Ensayemos, pues, otro En incontables ocasiones se ha planteado la
camino para acercarnos a la comprensión de su cuestión del objeto que tendría la vida humana,
pensamiento. Tal como nos ha sido impuesta, la sin que jamás se le haya dado respuesta
vida nos resulta demasiado pesada, nos depara satisfactoria, y quizá ni admita tal respuesta.
excesivos sufrimientos, decepciones, empresas Muchos de estos inquisidores se apresuraron a
imposibles. agregar que si resultase que la vida humana no
tiene objeto alguno perdería todo el valor ante sus
Para soportarla, no podemos pasarnos sin
ojos.
lenitivos («No se puede prescindir de las muletas»,
nos ha dicho Theodor Fontane). Los hay quizá de Pero estas amenazas de nada sirven:
tres especies: distracciones poderosas que nos parecería más bien que se tiene el derecho, de
hacen parecer pequeña nuestra miseria; rechazar la pregunta en sí, pues su razón de ser
satisfacciones sustitutivas que la reducen; probablemente emane de esa vanidad
narcóticos que nos tornan insensibles a ella. antropocéntrica, cuyas múltiples manifestaciones
Alguno cualquiera de estos remedios nos es ya conocemos. Jamás se pregunta acerca del
indispensable. Voltaire alude a las distracciones objeto de la vida de los animales, salvo que se le
cuando en Gandide formula a manera de envío el identifique con el destino de servir al hombre. Pero
consejo de cultivar nuestro jardín; también la tampoco esto es sustentable, pues son muchos los

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animales con los que el hombre no sabe qué Como se advierte, quien fija el objetivo vital
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emprender -fuera de describirlos, clasificarlos y es simplemente el programa del principio del
estudiarlos- e incontables especies aun han placer; principio que rige las operaciones del
declinado servir a este fin, al existir y desaparecer aparato psíquico desde su mismo origen; principio
mucho antes de que el hombre pudiera de cuya adecuación y eficiencia no cabe dudar, por
observarlas. Decididamente, sólo la religión puede más que su programa esté en pugna con el mundo
responder al interrogante sobre la finalidad de la entero, tanto con el macrocosmos como con el
vida. No estaremos errados al concluir que la idea microcosmos. Este programa ni siquiera es
de adjudicar un objeto a la vida humana no puede realizable, pues todo el orden del universo se le
existir sino en función de un sistema religioso. opone, y aun estaríamos por afirmar que el plan
de la «Creación» no incluye el propósito de que el
Abandonemos por ello la cuestión
hombre sea «feliz». Lo que en el sentido más
precedente y encaremos esta otra más modesta:
estricto se llama felicidad, surge de la satisfacción,
¿qué fines y propósitos de vida expresan los
casi siempre instantánea, de necesidades
hombres en su propia conducta; qué esperan de la
acumuladas que han alcanzado elevada tensión, y
vida, qué pretenden alcanzar en ella? Es difícil
de acuerdo con esta índole sólo puede darse como
equivocar la respuesta: aspiran a la felicidad,
fenómeno episódico.
quieren llegar a ser felices, no quieren dejar de
serlo. Esta aspiración tiene dos fases: un fin Toda persistencia de una situación anhelada
positivo y otro negativo; por un lado, evitar el dolor por el principio del placer sólo proporciona una
y el displacer; por el otro, experimentar intensas sensación de tibio bienestar, pues nuestra
sensaciones placenteras. En sentido estricto, el disposición no nos permite gozar intensamente
término «felicidad» sólo se aplica al segundo fin. De sino el contraste, pero sólo en muy escasa medida
acuerdo con esta dualidad del objetivo perseguido, lo estable. Así, nuestras facultades de felicidad
la actividad humana se despliega en dos sentidos, están ya limitadas en principio por nuestra propia
según trate de alcanzar -prevaleciente o constitución. En cambio, nos es mucho menos
exclusivamente- uno u otro de aquellos fines. difícil experimentar la desgracia. El sufrimiento
nos amenaza por tres lados: desde el propio
cuerpo que, condenado a la decadencia y a la

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aniquilación, ni siquiera puede prescindir de los En primer lugar, la satisfacción ilimitada de


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signos de alarma que representan el dolor y la todas las necesidades se nos impone como norma
angustia; del mundo exterior, capaz de de conducta más tentadora, pero significa preferir
encarnizarse en nosotros con fuerzas destructoras el placer a la prudencia, y a poco de practicarla se
omnipotentes e implacables; por fin, de las hacen sentir sus consecuencias. Los otros
relaciones con otros seres humanos. El métodos, que persiguen ante todo la evitación del
sufrimiento que emana de esta última fuente quizá sufrimiento, se diferencian según la fuente de
nos sea más doloroso que cualquier otro; displacer a que conceden máxima atención.
tendemos a considerarlo como una adición más o Existen entre ellos procedimientos extremos y
menos gratuita, pese a que bien podría ser un moderados; algunos unilaterales, y otros que
destino tan ineludible como el sufrimiento de atacan simultáneamente varios puntos.
distinto origen.
El aislamiento voluntario, el alejamiento de
No nos extrañe, pues, que bajo la presión de los demás, es el método de protección más
tales posibilidades de sufrimiento, el hombre suele inmediato contra el sufrimiento susceptible de
rebajar sus pretensiones de felicidad (como, por originarse en las relaciones humanas. Es claro que
otra parte, también el principio del placer se la felicidad alcanzable por tal camino no puede ser
transforma, por influencia del mundo exterior, en sino la de la quietud.
el más modesto principio de la realidad); no nos
Contra el temible mundo exterior sólo puede
asombra que el ser humano ya se estime feliz por
uno defenderse mediante una forma cualquiera del
el mero hecho de haber escapado a la desgracia,
alejamiento si pretende solucionar este problema
de haber sobrevivido al sufrimiento; que, en
únicamente para sí. Existe, desde luego, otro
general, la finalidad de evitar el sufrimiento
camino mejor: pasar al ataque contra la
relegue a segundo plano la de lograr el placer. La
Naturaleza y someterla a la voluntad del hombre,
reflexión demuestra que las tentativas destinadas
como miembro de la comunidad humana,
a alcanzarlo pueden llevarnos por caminos muy
empleando la técnica dirigida por la ciencia; así, se
distintos, recomendados todos por las múltiples
trabaja con todos por el bienestar de todos. Pero
escuelas de la sabiduría humana y emprendida
los más interesantes preventivos del sufrimiento
alguna vez por el ser humano.

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son los que tratan de influir sobre nuestro propio receptividad para el displacer. Es muy lamentable
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organismo, pues en última instancia todo que este cariz tóxico de los procesos mentales se
sufrimiento no es más que una sensación; sólo haya sustraído hasta ahora a la investigación
existe en tanto lo sentimos, y únicamente lo científica. Se atribuye tal carácter benéfico a la
sentimos en virtud de ciertas disposiciones de acción de los estupefacientes en la lucha por la
nuestro organismo. felicidad y en la prevención de la miseria, que
tanto los individuos como los pueblos les han
El más crudo, pero también el más efectivo
reservado un lugar permanente en su economía
de los métodos destinados a producir tal
libidinal.
modificación, es el químico: la intoxicación. No
creo que nadie haya comprendido su mecanismo, No sólo se les debe el placer inmediato, sino
pero es evidente que existen ciertas sustancias también una muy anhelada medida de
extrañas al organismo cuya presencia en la sangre independencia frente al mundo exterior. Los
o en los tejidos nos proporciona directamente hombres saben que con ese «quitapenas» siempre
sensaciones placenteras, modificando además las podrán escapar al peso de la realidad,
condiciones de nuestra sensibilidad de manera tal refugiándose en un mundo propio que ofrezca
que nos impiden percibir estímulos desagradables. mejores condiciones para su sensibilidad. También
Ambos efectos no sólo son simultáneos, sino que se sabe que es precisamente esta cualidad de los
también parecen estar íntimamente vinculados. estupefacientes la que entraña su peligro y su
nocividad. En ciertas circunstancias aun llevan la
Pero en nuestro propio quimismo deben
culpa de que se disipen estérilmente cuantiosas
existir asimismo sustancias que cumplen un fin
magnitudes de energía que podrían ser aplicadas
análogo, pues conocemos por lo menos un estado
para mejorar la suerte humana.
patológico -la manía- en el que se produce
semejante conducta, similar a la embriaguez, sin Sin embargo, la complicada arquitectura de
incorporación de droga alguna. También en nuestro aparato psíquico también es accesible a
nuestra vida psíquica normal, la descarga del toda una serie de otras influencias. La satisfacción
placer oscila entre la facilitación y la coartación y de los instintos, precisamente porque implica tal
paralelamente disminuye o aumenta la felicidad, se convierte en causa de intenso

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sufrimiento cuando el mundo exterior nos priva de sentimiento de felicidad experimentado al


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ella, negándonos la satisfacción de nuestras satisfacer una pulsión instintiva indómita, no
necesidades. Por consiguiente, cabe esperar que al sujeta por las riendas del yo, es
influir sobre estos impulsos instintivos evitaremos incomparablemente más intenso que el que se
buena parte del sufrimiento. Pero esta forma de siente al saciar un instinto dominado. Tal es la
evitar el dolor ya no actúa sobre el aparato razón económica del carácter irresistible que
sensitivo, sino que trata de dominar las mismas alcanzan los impulsos perversos y quizá de la
fuentes internas de nuestras necesidades, seducción que ejerce lo prohibido en general.
consiguiéndolo en grado extremo al aniquilar los
Otra técnica para evitar el sufrimiento
instintos, como lo enseña la sabiduría oriental y lo
recurre a los desplazamientos de la libido previstos
realiza la práctica del yoga.
en nuestro aparato psíquico y que confieren gran
Desde luego, lograrlo significa al mismo flexibilidad a su funcionamiento. El problema
tiempo abandonar toda otra actividad (sacrificar la consiste en reorientar los fines instintivos, de
vida), para volver a ganar, aunque por distinto manera tal que eluden la frustración del mundo
camino, únicamente la felicidad del reposo exterior. La sublimación de los instintos
absoluto. Idéntico camino, con un objetivo menos contribuye a ello, y su resultado será óptimo si se
extremo, se emprende al perseguir tan sólo la sabe acrecentar el placer del trabajo psíquico e
moderación de la vida instintiva bajo el gobierno intelectual.
de las instancias psíquicas superiores, sometidas
En tal caso el destino poco puede afectarnos.
al principio de la realidad.
Las satisfacciones de esta clase, como la que el
Esto no significa en modo alguno la artista experimenta en la creación, en la
renuncia al propósito de la satisfacción, pero se encarnación de sus fantasías; la del investigador
logra cierta protección contra el sufrimiento, en la solución de sus problemas y en el
debido a que la insatisfacción de los instintos descubrimiento de la verdad, son de una calidad
domeñados procura menos dolor que la de los no especial que seguramente podremos caracterizar
inhibidos. En cambio, se produce una innegable algún día en términos meta psicológicos.
limitación de las posibilidades de placer, pues el

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

Por ahora hemos de limitarnos a decir, ilusiones es el de la imaginación, terreno que


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metafóricamente que nos parecen más «nobles» y otrora, al desarrollarse el sentido de la realidad,
más «elevadas», pero su intensidad, comparada fue sustraído expresamente a las exigencias del
con la satisfacción de los impulsos instintivos juicio de realidad, reservándolo para la
groseros y primarios, es muy atenuada y de satisfacción de deseos difícilmente realizables. A la
ningún modo llega a conmovernos físicamente. cabeza de estas satisfacciones imaginativas
Pero el punto débil de este método reside en que encuentra el goce de la obra de arte, accesible aun
su aplicabilidad no es general, en que sólo es al carente de dotes creadoras, gracias a la
accesible a pocos seres, pues presupone mediación del artista. Quien sea sensible a la
disposiciones y aptitudes peculiares que no son influencia del arte no podrá estimarla en demasía
precisamente habituales, por lo menos en medida como fuente de placer y como consuelo para las
suficiente. congojas de la vida. Mas la ligera narcosis en que
nos sumerge el arte sólo proporciona un refugio
Y aun a estos escasos individuos no puede
fugaz ante los azares de la existencia y carece de
ofrecerles una protección completa contra el
poderío suficiente como para hacernos olvidar la
sufrimiento; no los reviste con una coraza
miseria real.
impenetrable a las flechas del destino y suele
fracasar cuando el propio cuerpo se convierte en Más enérgica y radical es la acción de otro
fuente de dolor. procedimiento: el que ve en la realidad al único
enemigo, fuente de todo sufrimiento, que nos torna
La tendencia a independizarse del mundo
intolerable la existencia y con quien por
exterior, buscando las satisfacciones en los
consiguiente, es preciso romper toda relación si se
procesos internos psíquicos, manifestada ya en el
pretende ser feliz en algún sentido.
procedimiento descrito, se denota con intensidad
aún mayor en el que sigue. Aquí, el vínculo con la El ermitaño vuelve la espalda a este mundo
realidad se relaja todavía más; la satisfacción se y nada quiere tener que hacer con él. Pero también
obtiene en ilusiones que son reconocidas como se puede ir más lejos, empeñándose en
tales, sin que su discrepancia con el mundo real transformarlo, construyendo en su lugar un nuevo
impida gozarlas. El terreno del que proceden estas mundo en el cual queden eliminados los rasgos

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

más intolerables, sustituidos por otros adecuados ¡Cómo podríase olvidar precisamente esta técnica
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a los propios deseos. Quien en desesperada del arte de vivir! Se distingue por la más curiosa
rebeldía adopte este camino hacia la felicidad, combinación de rasgos característicos.
generalmente no llegará muy lejos, pues la Naturalmente, también ella persigue la
realidad es la más fuerte. Se convertirá en un loco independencia del destino -tal es la expresión que
a quien pocos ayudarán en la realización de sus cabe aquí- y con esta intención traslada la
delirios. Sin embargo, se pretende que todos nos satisfacción a los procesos psíquicos internos,
conducimos, en uno u otro punto, igual que el utilizando al efecto la ya mencionada
paranoico, enmendando algún cariz intolerable del desplazabilidad de la libido, pero sin apartarse por
mundo mediante una creación desiderativa e ello del mundo exterior, aferrándose por el
incluyendo esta quimera en la realidad. contrario a sus objetos y hallando la felicidad en la
vinculación afectiva con éstos.
Particular importancia adquiere el caso en
que numerosos individuos emprenden juntos la Por otra parte, al hacerlo no se conforma con
tentativa de procurarse un seguro de felicidad y la resignante y fatigada finalidad de eludir el
una protección contra el dolor por medio de una sufrimiento, sino que la deja a un lado sin
transformación delirante de la realidad. También prestarle atención, para concentrarse en el anhelo
las religiones de la Humanidad deben ser primordial y apasionado del cumplimiento positivo
consideradas como semejantes delirios colectivos. de la felicidad. Quizá se acerque mucho más a esta
Desde luego, ninguno de los que comparten el meta que cualquiera de los métodos anteriores.
delirio puede reconocerlo jamás como tal. Naturalmente, me refiero a aquella orientación de
la vida que hace del amor el centro de todas las
No creo que sea completa esa enumeración
cosas, que deriva toda satisfacción del amar y ser
de los métodos con que el hombre se esfuerza por
amado.
conquistar la felicidad y alejar el sufrimiento;
también sé que el mismo material se presta a otras Semejante actitud psíquica nos es familiar a
clasificaciones. Existe un método que todavía no todos; una de la formas en que el amor se
he mencionado; no porque lo haya olvidado, sino manifiesta -el amor sexual- nos proporciona la
porque aún ha de ocuparnos en otro respecto. experiencia placentera más poderosa y

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

subyugante, estableciendo así el prototipo de utilidad evidente ni es manifiesta su necesidad


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nuestras aspiraciones de felicidad. Nada más cultural, y, sin embargo, la cultura no podría
natural que sigamos buscándola por el mismo prescindir de ella. La ciencia de la estética
camino que nos permitió encontrarla por vez investiga las condiciones en las cuales las cosas se
primera. El punto débil de esta técnica de vida es perciben como bellas, pero no ha logrado explicar
demasiado evidente, y si no fuera así, a nadie se le la esencia y el origen de la belleza, y como de
habría ocurrido abandonar por otro tal camino costumbre, su infructuosidad se oculta con un
hacia la felicidad. En efecto: jamás nos hallamos despliegue de palabras muy sonoras, pero pobres
tan a merced del sufrimiento como cuando de sentido.
amamos; jamás somos tan desamparadamente
Desgraciadamente, tampoco el psicoanálisis
infelices como cuando hemos perdido el objeto
tiene mucho que decirnos sobre la belleza. Lo
amado a su amor. Pero no queda agotada con esto
único seguro parece ser su derivación del terreno
la técnica de vida que se funda sobre la aptitud del
de las sensaciones sexuales, representando un
amor para procurar felicidad; aún queda mucho
modelo ejemplar de una tendencia coartada en su
por decir al respecto.
fin. Primitivamente, la «belleza» y el «encanto» son
Cabe agregar aquí el caso interesante de que atributos del objeto sexual. Es notable que los
la felicidad de la vida se busque ante todo en el órganos genitales mismos casi nunca sean
goce de la belleza, dondequiera sea accesible a considerados como bellos, pese al invariable efecto
nuestros sentidos y a nuestro juicio: ya se trate de excitante de su contemplación; en cambio, dicha
la belleza en las formas y los gestos humanos, en propiedad parece ser inherente a ciertos caracteres
los objetos de la Naturaleza, los pasajes, o en las sexuales secundarios.
creaciones artísticas y aun científicas. Esta
A pesar de su condición fragmentaria, me
orientación estética de la finalidad vital nos
atrevo a cerrar nuestro estudio con algunas
protege escasamente contra los sufrimientos
conclusiones. El designio de ser felices que nos
inminentes, pero puede indemnizarnos por
impone el principio del placer es irrealizable; mas
muchos pesares sufridos. El goce de la belleza
no por ello se debe -ni se puede- abandonar los
posee un particular carácter emocional,
esfuerzos por acercarse de cualquier modo a su
ligeramente embriagador. La belleza no tiene

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realización. Al efecto podemos adoptar muy determinada por la índole de su vocación y por la
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distintos caminos, anteponiendo ya el aspecto medida de las sublimaciones instintuales que
positivo de dicho fin -la obtención del placer-, ya estén a su alcance. Cualquier decisión extrema en
su aspecto negativo -la evitación del dolor-. Pero la elección se hará sentir, exponiendo al individuo
ninguno de estos recursos nos permitirá alcanzar a los peligros que involucra la posible insuficiencia
cuanto anhelamos. La felicidad, considerada en el de toda técnica vital elegida, con exclusión de las
sentido limitado, cuya realización parece posible, restantes. Así como el comerciante prudente evita
es meramente un problema de la economía invertir todo su capital en una sola operación, así
libidinal de cada individuo. Ninguna regla al también la sabiduría quizá nos aconseje no hacer
respecto vale para todos; cada uno debe buscar depender toda satisfacción de una única
por sí mismo la manera en que pueda ser feliz. Su tendencia, pues su éxito jamás es seguro: depende
elección del camino a seguir será influida por los del concurso de numerosos factores, y quizá de
más diversos factores. Todo depende de la suma ninguno tanto como de la facultad del aparato
de satisfacción real que pueda esperar del mundo psíquico para adaptar sus funciones al mundo y
exterior y de la medida en que se incline a para sacar provecho de éste en la realización del
independizarse de éste; por fin, también de la placer.
fuerza que se atribuya a sí mismo para modificarlo
Quien llegue al mundo con una constitución
según sus deseos. Ya aquí desempeña un papel
instintual particularmente desfavorable,
determinante la constitución psíquica del
difícilmente hallará la felicidad en su situación
individuo, aparte de las circunstancias exteriores.
ambiental, ante todo cuando se encuentre frente a
El ser humano predominantemente erótico tareas difíciles, a menos que haya efectuado la
antepondrá los vínculos afectivos que lo ligan a profunda transformación y reestructuración de
otras personas; el narcisista, inclinado a bastarse sus componentes libidinales, imprescindible para
a sí mismo, buscará las satisfacciones esenciales todo rendimiento futuro. La última técnica de vida
en sus procesos psíquicos íntimos; el hombre de que le queda y que le ofrece por lo menos
acción nunca abandonará un mundo exterior en el satisfacciones sustitutivas es la fuga a la neurosis,
que pueda medir sus fuerzas. En el segundo de recurso al cual generalmente apela ya en años
estos tipos, la orientación de los intereses será juveniles. Quien vea fracasar en edad madura sus

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esfuerzos por alcanzar la felicidad, aun hallará aceptarla, bien podría haberse ahorrado todo ese
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consuelo en el placer de la intoxicación crónica o largo rodeo.
bien emprenderá esa desesperada tentativa de
rebelión que es la psicosis. III
La religión viene a perturbar este libre juego NUESTRO estudio de la felicidad no nos ha
de elección y adaptación, al imponer a todos por enseñado hasta ahora mucho que exceda de lo
igual su camino único para alcanzar la felicidad y conocido por todo el mundo. Las perspectivas de
evitar el sufrimiento. Su técnica consiste en descubrir algo nuevo tampoco parecen ser más
reducir el valor de la vida y en deformar promisorias, aunque continuemos la indagación,
delirantemente la imagen del mundo real, medidas preguntándonos por qué al hombre le resulta tan
que tienen por condición previa la intimidación de difícil ser feliz. Ya hemos respondido al señalar las
la inteligencia. A este precio, imponiendo por la tres fuentes del humano sufrimiento: la
fuerza al hombre la fijación a un infantilismo supremacía de la Naturaleza, la caducidad de
psíquico y haciéndolo participar en un delirio nuestro propio cuerpo y la insuficiencia de
colectivo, la religión logra evitar a muchos seres la nuestros métodos para regular las relaciones
caída en la neurosis individual. Pero no alcanza humanas en la familia, el Estado y la sociedad.
nada más.
En lo que a las dos primeras se refiere,
Como ya sabemos, hay muchos caminos que nuestro juicio no puede vacilar mucho, pues nos
pueden llevar a la felicidad, en la medida en que es vemos obligados a reconocerlas y a inclinarnos
accesible al hombre, más ninguno que permita ante lo inevitable. Jamás llegaremos a dominar
alcanzarla con seguridad. Tampoco la religión completamente la Naturaleza; nuestro organismo,
puede cumplir sus promesas, pues el creyente, que forma parte de ella, siempre será perecedero y
obligado a invocar en última instancia los limitado en su capacidad de adaptación y
«inescrutables designios» de Dios, confiesa con ello rendimiento. Pero esta comprobación no es, en
que en el sufrimiento sólo le queda la sumisión modo alguno, descorazonante; por el contrario,
incondicional como último consuelo y fuente de señala la dirección a nuestra actividad. Podemos
goce. Y si desde el principio ya estaba dispuesto a al menos superar algunos pesares, aunque no

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

todos; otros logramos mitigarlos: varios milenios amenazantes proceden precisamente de esa
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de experiencia nos han convencido de ello. cultura.

Muy distinta es nuestra actitud frente al ¿Por qué caminos habrán llegado tantos
tercer motivo de sufrimiento, el de origen social. hombres a esta extraña actitud de hostilidad
Nos negamos en absoluto a aceptarlo: no atinamos contra la cultura? Creo que un profundo y antiguo
a comprender por qué las instituciones que disconformismo con el respectivo estado cultural
nosotros mismos hemos creado no habrían de constituyó el terreno en que determinadas
representar más bien protección y bienestar para circunstancias históricas hicieron germinar la
todos. Sin embargo, si consideramos cuán pésimo condenación de aquélla. Me parece que alcanzo a
resultado hemos obtenido precisamente en este identificar el último y el penúltimo de estos
sector de la prevención contra el sufrimiento, motivos, pero i erudición no basta para perseguir
comenzamos a sospechar que también aquí podría más lejos la cadena de los mismos en la historia
ocultarse una porción de la indomable naturaleza, de la especie humana. En el triunfo del
tratándose esta vez de nuestra propia constitución cristianismo sobre las religiones paganas ya debe
psíquica. haber intervenido tal factor anticultural, teniendo
en cuenta su íntima afinidad con la depreciación
A punto de ocuparnos en esta eventualidad,
de la vida terrenal implícita en la doctrina
nos topamos con una afirmación tan sorprendente
cristiana.
que retiene nuestra atención. Según ella, nuestra
llamada cultura llevaría gran parte de la culpa por El penúltimo motivo surgió cuando al
la miseria que sufrimos, y podríamos ser mucho extenderse los viajes de exploración se entabló
mas felices si la abandonásemos para retornar a contacto con razas y pueblos primitivos. Los
condiciones de vida más primitivas. Califico de europeos, observando superficialmente e
sorprendente esta aseveración, porque -cualquiera interpretando de manera equívoca sus usos y
sea el sentido que se dé al concepto de cultura- es costumbres, imaginaron que esos pueblos llevaban
innegable que todos los recursos con los cuales una vida simple, modesta y feliz, que debía parecer
intentamos defendernos contra los sufrimientos inalcanzable a los exploradores de nivel cultural
más elevado. La experiencia ulterior ha rectificado

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

muchos de estos juicios, pues en múltiples casos enorgullece con razón de tales conquistas pero
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se había atribuido tal facilitación de la vida a la comienza a sospechar que este recién adquirido
falta de complicadas exigencias culturales, cuando dominio del espacio y del tiempo, esta sujeción de
en realidad obedecía a la generosidad de la las fuerzas naturales, cumplimiento de un anhelo
Naturaleza y a la cómoda satisfacción de las multimilenario, no ha elevado la satisfacción
necesidades elementales. placentera que exige de la vida, no le ha hecho, en
su sentir, más feliz.
En cuanto a la última de aquellas
motivaciones históricas, la conocemos bien de Deberíamos limitarnos a deducir de esta
cerca: se produjo cuando el hombre aprendió a comprobación que el dominio sobre la Naturaleza
comprender el mecanismo de las neurosis, que no es el único requisito de la felicidad humana -
amenazan socavar el exiguo resto de felicidad como, por otra parte, tampoco es la meta exclusiva
accesible a la humanidad civilizada. Comprobóse de las aspiraciones culturales-, sin inferir de ella
así que el ser humano cae en la neurosis porque que los progresos técnicos son inútiles para la
no logra soportar el grado de frustración que le economía de nuestra felicidad.
impone la sociedad en aras de sus ideales de
En efecto, ¿acaso no es una positiva
cultura, deduciéndose de ello que sería posible
experiencia placentera, un innegable aumento de
reconquistar las perspectivas de ser feliz,
mi felicidad, si puedo escuchar a voluntad la voz
eliminando o atenuando en grado sumo estas
de mi hijo que se encuentra a centenares de
exigencias culturales.
kilómetros de distancia; si, apenas desembarcado
Agregase a esto el influjo de cierta mi amigo, puedo enterarme de que ha sobrellevado
decepción. En el curso de las últimas generaciones bien su largo y penoso viaje? ¿Por ventura no
la Humanidad ha realizado extraordinarios significa nada el que la Medicina haya logrado
progresos en las ciencias naturales y en su reducir tan extraordinariamente la mortalidad
aplicación técnica, afianzando en medida otrora infantil, el peligro de las infecciones puerperales, y
inconcebible su dominio sobre la Naturaleza. No aun prolongar en considerable número los años de
enunciaremos, por conocidos de todos, los vida del hombre civilizado?
pormenores de estos adelantos. El hombre se

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

A estos beneficios, que debemos a la tan sufrimientos que sólo podemos saludar a la
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vituperada era de los progresos científicos y muerte como feliz liberación?
técnicos, aun podría agregar una larga serie -pero
Parece indudable, pues, que no nos
aquí se hace oír la voz de la crítica pesimista,
sentimos muy cómodos en nuestra actual cultura,
advirtiéndonos que la mayor parte de estas
pero resulta muy difícil juzgar si -y en qué medida-
satisfacciones serían como esa «diversión gratuita»
los hombres de antaño eran más felices, así como
encomiada en cierta anécdota: no hay más que
la parte que en ello tenían sus condiciones
sacar una pierna desnuda de bajo la manta, en
culturales. Siempre tendremos a apreciar
fría noche de invierno, para poder procurarse el
objetivamente la miseria, es decir, a situarnos en
«placer» de volverla a cubrir.
aquellas condiciones con nuestras propias
Sin el ferrocarril que supera la distancia, pretensiones y sensibilidades, para examinar luego
nuestro hijo jamás habría abandonado la ciudad los motivos de felicidad o de sufrimiento que
natal, y no necesitaríamos el teléfono para poder hallaríamos en ellas.
oír su voz. Sin la navegación transatlántica, el
Esta manera de apreciación aparentemente
amigo no habría emprendido el largo viaje, y ya no
objetiva porque abstrae de las variaciones a que
me haría falta el telégrafo para tranquilizarme
está sometida la sensibilidad subjetiva, es,
sobre su suerte. ¿De qué nos sirve reducir la
naturalmente, la más subjetiva que puede darse,
mortalidad infantil si precisamente esto nos obliga
pues en el lugar de cualquiera de las desconocidas
a adoptar máxima prudencia en la procreación; de
disposiciones psíquicas ajenas coloca la nuestra.
modo que, a fin de cuentas tampoco hoy criamos
Pero la felicidad es algo profundamente subjetivo.
más niños que en la época previa a la hegemonía
Pese a todo el horror que puedan causarnos
de la higiene, y en cambio hemos subordinado a
determinadas situaciones -la del antiguo galeote,
penosas condiciones nuestra vida sexual en el
del siervo en la Guerra de los Treinta Años, del
matrimonio, obrando probablemente en sentido
condenado por la Santa Inquisición, del judío que
opuesto a la benéfica selección natural? ¿De qué
aguarda la hora de la persecución-, nos es, sin
nos sirve, por fin, una larga vida si es tan
embargo, imposible colocarnos en el estado de
miserable, tan pobre en alegrías y rica en
ánimo de esos seres, intuir los matices del estupor

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

inicial, el paulatino embotamiento, el abandono de suele decir, por el sentido del lenguaje, confiando
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toda expectativa, las formas groseras o finas de en que así lograremos prestar la debida
narcotización de la sensibilidad frente a los consideración a intuiciones profundas que aún se
estímulos placenteros y desagradables. Ante resisten a la expresión en términos abstractos.
situaciones de máximo sufrimiento también se
El comienzo es fácil: aceptamos como
ponen en función determinados mecanismos
culturales todas las actividades y los bienes útiles
psíquicos de protección. Pero me parece
para el hombre: a poner la tierra a su servicio, a
infructuoso perseguir más lejos este aspecto del
protegerlo contra la fuerza de los elementos, etc.
problema.
He aquí el aspecto de la cultura que da lugar a
Es hora de que nos dediquemos a la esencia menos dudas. Para no quedar cortos en la
de esta cultura, cuyo valor para la felicidad historia, consignaremos como primeros actos
humana se ha puesto tan en duda. No hemos de culturales el empleo de herramientas, la
pretender una fórmula que defina en pocos dominación del fuego y la construcción de
términos esta esencia, aun antes de haber habitaciones. Entre ellos, la conquista del fuego se
aprendido algo más examinándola. Por destaca una hazaña excepcional y sin precedentes;
consiguiente, nos conformaremos con repetir que en cuanto a los otros, abrieron al hombre caminos
el término «cultura» designa la suma de las que desde entonces no dejó de recorrer y cuya
producciones e instituciones que distancian elección responde a motivos fáciles de adivinar.
nuestra vida de la de nuestros antecesores Con las herramientas el hombre perfecciona sus
animales y que sirven a dos fines: proteger al órganos -tanto los motores como los sensoriales-o
hombre contra la Naturaleza y regular las elimina las barreras que se oponen a su acción.
relaciones de los hombres entre sí.
Las máquinas le suministran gigantescas
Para alcanzar una mayor comprensión fuerzas, que puede dirigir, como sus músculos, en
examinaremos uno por uno los rasgos de la cualquier dirección; gracias al navío y al avión, ni
cultura, tal como se presenta en las comunidades el agua ni el aire consiguen limitar sus
humanas. Al hacerlo, nos dejaremos guiar sin movimientos. Con la lente corrige los defectos de
reservas por el lenguaje común, o como también se su cristalino y con el telescopio contempla las más

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

remotas lejanías; merced al microscopio supera los encarnó en sus dioses, atribuyéndoles cuanto
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límites de lo visible impuestos por la estructura de parecía inaccesible a sus deseos o le estaba
su retina. Con la cámara fotográfica ha creado un vedado, de modo que bien podemos considerar a
instrumento que fija las impresiones ópticas estos dioses como ideales de la cultura. Ahora que
fugaces, servicio que el fonógrafo le rinde con las se encuentra muy cerca de alcanzar este ideal casi
no menos fugaces impresiones auditivas, ha llegado a convertirse él mismo en un dios,
constituyendo ambos instrumentos aunque por cierto sólo en la medida en que el
materializaciones de su innata facultad de común juicio humano estima factible un ideal:
recordar; es decir, de su memoria. Con ayuda del nunca por completo; en unas cosas, para nada; en
teléfono oye a distancia que aun el cuento de otras, sólo a medias. El hombre ha llegado a ser
hadas respetaría como inalcanzables. La escritura por así decirlo, un dios con prótesis: bastante
es, originalmente, el lenguaje del ausente; la magnífico cuando se coloca todos sus artefactos;
vivienda, un sucedáneo del vientre materno, pero éstos no crecen de su cuerpo y a veces aun le
primera morada cuya nostalgia quizá aún persista procuran muchos sinsabores. Por otra parte, tiene
en nosotros, donde estábamos tan seguros y nos derecho a consolarse con la reflexión de que este
sentíamos tan a gusto. desarrollo no se detendrá precisamente en el año
de gracia de 1930.
Diríase que es un cuento de hadas esta
realización de todos o casi todos sus deseos Tiempos futuros traerán nuevos y quizá
fabulosos, lograda por el hombre con su ciencia y inconcebibles progresos en este terreno de la
su técnica, en esta tierra que lo vio aparecer por cultura, exaltando aún más la deificación del
vez primera como débil animal y a la que cada hombre. Pero no olvidemos, en interés de nuestro
nuevo individuo de su especie vuelve a ingresar - estudio, que tampoco el hombre de hoy se siente
oh inch of nature!- como lactante inerme. Todos feliz en su semejanza con Dios.
estos bienes el hombre puede considerarlos como
Así, reconocemos el elevado nivel cultural de
conquistas de la cultura.
un país cuando comprobamos que en él se realiza
Desde hace mucho tiempo se había forjado con perfección y eficacia cuanto atañe a la
un ideal de omnipotencia y omnisapiencia que explotación de la tierra por el hombre y a la

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

protección de éste contra las fuerzas elementales; de juego y sitios de aireación, o bien el empleo de
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es decir, en dos palabras: cuando todo está las flores con el mismo objeto en la habitación
dispuesto para su mayor utilidad. humana. Al punto advertimos que eso, lo inútil,
cuyo valor esperamos ver apreciado por la cultura,
En semejante país los ríos que amenacen
no es sino la belleza.
con inundaciones habrán de tener regulado su
cauce y sus aguas conducidas por canales a las Exigimos al hombre civilizado que la respete
regiones que carezcan de ellas; las tierras serán dondequiera se le presente en la Naturaleza y que,
cultivadas diligentemente y sembradas con las en la medida de su habilidad manual, dote de ella
plantas más adecuadas a su fertilidad- las a los objetos. Pero con esto no quedan agotadas, ni
riquezas minerales del subsuelo serán explotadas mucho menos, nuestras exigencias a la cultura,
activamente y convertidas en herramientas y pues aún esperamos ver en ella las
accesorios indispensables; los medios de manifestaciones del orden y la limpieza. No
transporte serán frecuentes, rápidos y seguros; los apreciamos en mucho la cultura de una villa rural
animales salvajes y dañinos habrán sido inglesa de la época de Shakespeare, al enterarnos
exterminados y florecerá la cría de los domésticos. de que ante la puerta de su casa natal, en
Pero aún tenemos otras pretensiones frente a la Stratford, se elevaba un gran estercolero; nos
cultura y -lo que no deja de ser significativo- indignamos y hablamos de «barbarie» -antítesis de
esperamos verlas realizadas precisamente en los cultura- al encontrar los senderos del bosque de
mismos países. Viena llenos de papeluchos.

Cual si con ello quisiéramos desmentir las Cualquier forma de desaseo nos parece
demandas materiales que acabamos de formular, incompatible con la cultura; extendemos también
también celebramos como manifestación de a nuestro propio cuerpo este precepto de limpieza,
cultura el hecho de que la diligencia humana se enterándonos con asombro del mal olor que solía
vuelque igualmente sobre cosas que parecen despedir la persona del Rey Sol; meneamos la
carecer de la menor utilidad, como, por ejemplo, la cabeza al mostrársenos en Isola Bella la
ornamentación floral de los espacios libres minúscula jofaina que usaba Napoleón para su
urbanos, junto a su fin útil de servir como plazas ablución matutina.

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

Ni siquiera nos asombramos cuando alguien encaminarlo a la imitación de aquellos modelos


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llega a establecer el consumo del jabón como celestes.
índice de cultura. Análoga actitud adoptamos
Evidentemente, la belleza, el orden y la
frente al orden, que, como la limpieza, referimos
limpieza ocupan una posición particular entre las
únicamente a la obra humana; pero mientras no
exigencias culturales. Nadie afirmará que son tan
hemos de esperar que la limpieza reine en la
esenciales como el dominio de las fuerzas de la
Naturaleza, el orden, en cambio, se lo hemos
Naturaleza y otros factores que aún conoceremos,
copiado a ésta; la observación de las grandes
pero nadie estará dispuesto a relegarlas como
cronologías siderales no sólo dio al hombre la
cosas accesorias. La belleza, que no quisiéramos
pauta, sino también las primeras referencias para
echar de menos en la cultura, ya es un ejemplo de
introducir el orden en su vida.
que ésta no persigue tan sólo el provecho. La
El orden es una especie de impulso de utilidad del orden es evidente; en lo que a la
repetición que establece de una vez para todas limpieza se refiere, tendremos en cuenta que
cuándo, dónde y cómo debe efectuarse también es prescrita por la higiene, vinculación
determinado acto, de modo que en toda situación que probablemente no fue ignorada por el hombre
correspondiente nos ahorraremos las dudas e aun antes de que se llegara a la prevención
indecisiones. El orden, cuyo beneficio es científica de las enfermedades. Pero este factor
innegable, permite al hombre el máximo utilitario no basta por sí solo para explicar del todo
aprovechamiento de espacio y tiempo, dicha tendencia higiénica; por fuerza debe
economizando simultáneamente sus energías intervenir en ella algo más.
psíquicas. Cabría esperar que se impusiera desde
Pero no creemos poder caracterizar a la
un principio y espontáneamente en la actividad
cultura mejor que a través de su valoración y culto
humana; pero por extraño que parezca no sucedió
de las actividades psíquicas superiores, de las
así, sino que el hombre manifiesta más bien en su
producciones intelectuales, científicas y artísticas,
labor una tendencia natural al descuido, a la
o por la función directriz de la vida humana que
irregularidad y a la informalidad, siendo
concede a las ideas. Entre éstas el lugar
necesarios arduos esfuerzos para conseguir
preeminente lo ocupan los sistemas religiosos cuya

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

complicada estructura traté de iluminar en otra se vea en ellos la creación máxima del espíritu
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oportunidad; junto a ellos se encuentran las humano, ya se los menosprecie como
especulaciones filosóficas, y, finalmente, lo que aberraciones, es preciso reconocer que su
podríamos calificar de «construcciones ideales» del existencia, y particularmente su hegemonía,
hombre, es decir, su idea de una posible indican un elevado nivel de cultura.
perfección del individuo, de la nación o de la
Como último, pero no menos importante
Humanidad entera, así como las pretensiones que
rasgo característico de una cultura, debemos
establece basándose en tales ideas.
considerar la forma en que son reguladas las
La circunstancia de que estas creaciones no relaciones de los hombres entre sí; es decir, las
sean independientes entre sí, sino, al contrario, relaciones sociales que conciernen al individuo en
íntimamente entrelazadas, dificulta tanto su tanto que vecino colaborador u objeto sexual de
formulación como su derivación psicológica. Si otro, en tanto que miembro de una familia o de un
aceptamos como hipótesis general que el resorte Estado. He aquí un terreno en el cual nos
de toda actividad humana es el afán de lograr resultará particularmente difícil mantenernos al
ambos fines convergentes -el provecho y el placer-, margen de ciertas concepciones ideales y llegar a
entonces también habremos de aceptar su vigencia establecer lo que estrictamente ha de calificarse
para estas otras manifestaciones culturales, a como cultural.
pesar de que su acción sólo se evidencia
Comencemos por aceptar que el elemento
claramente en las actividades científicas o
cultural estuvo implícito ya en la primera tentativa
artísticas.
de regular esas relaciones sociales pues si tal
Pero no se puede dudar de que también las intento hubiera sido omitido, dichas relaciones
demás satisfacen poderosas necesidades del ser habrían quedado al arbitrio del individuo; es decir,
humano, quizá aquellas que sólo están el más fuerte las habría fijado a conveniencia de
desarrolladas en una minoría de los hombres. sus intereses y de sus tendencias instintivas.
Tampoco hemos de dejarnos inducir a engaño por
Nada cambiaría en la situación si este
nuestros juicios de valor sobre algunos de estos
personaje más fuerte se encontrara, a su vez, con
ideales y sistemas religiosos o filosóficos, pues ya

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

otro más fuerte que él. La vida humana en común todos -o por lo menos todos los individuos aptos
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sólo se torna posible cuando llega a reunirse una para la vida en comunidad- hayan contribuido con
mayoría más poderosa que cada uno de los el sacrificio de sus instintos, y que no deje a
individuos y que se mantenga unida frente a ninguno -una vez más: con la mencionada
cualquiera de éstos. El poderío de tal comunidad limitación- a merced de la fuerza bruta.
se enfrenta entonces, como «Derecho», con el
La libertad individual no es un bien de la
poderío del individuo, que se tacha de «fuerza
cultura, pues era máxima antes de toda cultura,
bruta».
aunque entonces carecía de valor porque el
Esta sustitución del poderío individual por el individuo apenas era capaz de defenderla. El
de la comunidad representa el paso decisivo hacia desarrollo cultural le impone restricciones, y la
la cultura. Su carácter esencial reside en que los justicia exige que nadie escape a ellas.
miembros de la comunidad restringen sus
Cuando en una comunidad humana se agita
posibilidades de satisfacción, mientras que el
el ímpetu libertario puede tratarse de una rebelión
individuo aislado no reconocía semejantes
contra alguna injusticia establecida, favoreciendo
restricciones. Así, pues, el primer requisito
así un nuevo progreso de la cultura y no dejando,
cultural es el de la justicia, o sea, la seguridad de
por tanto, de ser compatible con ésta; pero
que el orden jurídico, una vez establecido, ya no
también puede surgir del resto de la personalidad
será violado a favor de un individuo, sin que esto
primitiva que aún no ha sido dominado por la
implique un pronunciamiento sobre el valor ético
cultura, constituyendo entonces el fundamento de
de semejante derecho.
una hostilidad contra la misma. Por consiguiente,
El curso ulterior de la evolución cultural el anhelo de libertad se dirige contra determinadas
parece tender a que este derecho deje de expresar formas y exigencias de la cultura, o bien contra
la voluntad de un pequeño grupo - casta, tribu, ésta en general.
clase social-, que a su vez se enfrenta, como
Al parecer, no existe medio de persuasión
individualidad violentamente agresiva, con otras
alguno que permita inducir al hombre a que
masas quizá más numerosas. El resultado final ha
transforme su naturaleza en la de una hormiga;
de ser el establecimiento de un derecho al que

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

seguramente jamás dejará de defender su conocidas disposiciones instintuales del hombre,


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pretensión de libertad individual contra la cuya satisfacción es, en fin de cuentas, la finalidad
voluntad de la masa. Buena parte de las luchas en económica de nuestra vida. Algunos de estos
el seno de la Humanidad giran alrededor del fin instintos son consumidos de tal suerte que en su
único de hallar un equilibrio adecuado (es decir, lugar aparece algo que en el individuo aislado
que dé felicidad a todos) entre estas calificamos de rasgo del carácter. El erotismo anal
reivindicaciones individuales y las colectivas, del niño nos ofrece el más curioso ejemplo de tal
culturales; uno de los problemas del destino proceso.
humano es el de si este equilibrio puede ser
En el curso del crecimiento, su primitivo
alcanzado en determinada cultura o si el conflicto
interés por la función excretora, por sus órganos y
en sí es inconciliable.
sus productos, se transforma en el grupo de
Al dejar que nuestro sentido común nos rasgos que conocemos como ahorro, sentido del
señalara qué aspectos de la vida humana merecen orden y limpieza, rasgos valiosos y loables como
ser calificados de culturales, hemos logrado una tales, pero susceptibles de exacerbarse hasta un
impresión clara del conjunto de la cultura, aunque grado de notable predominio, constituyendo
por el momento nada hayamos averiguado que no entonces lo que se denomina «carácter anal». No
fuese conocido por todo el mundo. Al mismo sabemos cómo sucede esto; pero no se puede
tiempo, nos hemos cuidado de caer en el prejuicio poner en duda la certeza de tal concepción. Ahora
general que equipara la cultura a la perfección, bien: hemos comprobado que el orden y la
que la considera como el camino hacia lo perfecto, limpieza son preceptos esenciales de la cultura,
señalado a los seres humanos. por más que su necesidad vital no salte
precisamente a los ojos, como tampoco es evidente
Pero aquí abordamos cierta concepción que
su aptitud para proporcionar placer. Aquí se nos
quizá conduzca en otro sentido. La evolución
presenta por vez primera la analogía entre el
cultural se nos presenta como un proceso peculiar
proceso de la cultura y la evolución libidinal del
que se opera en la Humanidad y muchas de cuyas
individuo.
particularidades nos parecen familiares. Podemos
caracterizarlo por los cambios que impone a las

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Otros instintos son obligados a desplazar las hostilidad opuesta a toda cultura. Este proceso
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condiciones de su satisfacción, a perseguirla por también planteará arduos problemas a nuestra
distintos caminos, proceso que en la mayoría de labor científica: son muchas las soluciones que
los casos coincide con el bien conocido mecanismo habremos de ofrecer. No es fácil comprender cómo
de la sublimación (de los fines instintivos) se puede sustraer un instinto a su satisfacción;
mientras que en algunos aún puede ser propósito que, por otra parte, no está nada libre de
distinguido de ésta. La sublimación de los peligros, pues si no se compensa económicamente
instintos constituye un elemento cultural tal defraudación habrá que atenerse a graves
sobresaliente, pues gracias a ella las actividades trastornos.
psíquicas superiores, tanto científicas como
Pero si pretendemos establecer el valor que
artísticas e ideológicas, pueden desempeñar un
merece nuestro concepto del desarrollo cultural
papel muy importante en la vida de los pueblos
como un proceso particular comparable a la
civilizados. Si cediéramos a la primera impresión,
maduración normal del individuo, tendremos que
estaríamos tentados a decir que la sublimación es
abordar sin duda otro problema, preguntándonos
en principio, un destino instintual impuesto por la
a qué factores debe su origen la evolución de la
cultura; pero convendrá reflexionar algo más al
cultura, cómo surgió y qué determinó su derrotero
respecto.
ulterior.
Por fin, hallamos junto a estos dos
mecanismos un tercero, que nos parece el más IV
importante, pues es forzoso reconocer la medida
HE aquí una tarea exorbitante, ante la que
en que la cultura reposa sobre la renuncia a las
bien podemos confesar nuestro apocamiento.
satisfacciones instintuales: hasta qué punto su
Veamos, pues, lo poco que de ella logré entrever.
condición previa radica precisamente en la
insatisfacción (¿por supresión, represión o algún El hombre primitivo, después de haber
otro proceso?) de instintos poderosos. Esta descubierto que estaba literalmente en sus manos
frustración cultural rige el vasto dominio de las mejorar su destino en la Tierra por medio del
relaciones sociales entre los seres humanos, y ya trabajo, ya no pudo considerar con indiferencia el
sabemos que en ella reside la causa de la hecho de que el prójimo trabajara con él o contra

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él. Sus semejantes adquirieron entonces, a sus descubierto que una asociación puede ser más
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ojos, la significación de colaboradores con quienes poderosa que el individuo aislado. La fase totémica
resultaba útil vivir en comunidad. Aún antes, en de la cultura se basa en las restricciones que los
su prehistoria antropoidea, había adoptado el hermanos hubieron de imponerse mutuamente
hábito de constituir familias, de modo que los para consolidar este nuevo sistema. Los preceptos
miembros de éstas probablemente fueran sus del tabú constituyeron así el primer «Derecho», la
primeros auxiliares. Es de suponer que la primera ley. La vida de los hombres en común
constitución de la familia estuvo vinculada a cierta adquirió, pues, doble fundamento: por un lado, la
evolución sufrida por la necesidad de satisfacción obligación del trabajo impuesta por las
genital: ésta, en lugar de presentarse como un necesidades exteriores; por el otro, el poderío del
huésped ocasional que de pronto se instala en amor, que impedía al hombre prescindir de su
casa de uno para no dar por mucho tiempo objeto sexual, la mujer, y a ésta, de esa parte
señales de vida después de su partida, se separada de su seno que es el hijo. De tal manera,
convirtió, por lo contrario, en un inquilino Eros y Ananké (amor y necesidad) se convirtieron
permanente del individuo. en los padres de la cultura humana, cuyo primer
resultado fue el de facilitar la vida en común a
Con ello, el macho tuvo motivos para
mayor número de seres.
conservar junto a sí a la hembra, o, en términos
más genéricos, a los objetos sexuales; las Dado que en ello colaboraron estas dos
hembras, por su parte, no queriendo separarse de poderosas instancias, cabría esperar que la
su prole inerme, también se vieron obligadas a evolución ulterior se cumpliese sin tropiezos,
permanecer, en interés de ésta, junto al macho llevando a una dominación cada vez más perfecta
más fuerte. En esta familia primitiva aún falta un del mundo exterior y al progresivo aumento del
elemento esencial de la cultura, pues la voluntad número de hombres comprendidos en la
del jefe y padre era ilimitada. En Totem y tabú comunidad. Así, no es fácil comprender cómo esta
traté de mostrar el camino que condujo de esta cultura podría dejar de hacer felices a sus
familia primitiva a la fase siguiente de la vida en miembros.
sociedad, es decir, a las alianzas fraternas. Los
hijos, al triunfar sobre el padre, habían

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

Antes de indagar el posible origen de sus del amor; mas para ello debe someter la función
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eventuales perturbaciones, dejemos que el erótica a vastas e imprescindibles modificaciones
reconocimiento del amor como uno de los psíquicas. Estas personas se independizan del
fundamentos de la cultura nos aparte de nuestro consentimiento del objeto, desplazando a la propia
camino, a fin de llenar una laguna en nuestras acción de amar el acento que primitivamente
consideraciones anteriores. Cuando señalamos la reposaba en la experiencia de ser amado, de tal
experiencia de que el amor sexual (genital) ofrece manera que se protegen contra la pérdida del
al hombre las más intensas vivencias placenteras, objeto, dirigiendo su amor en igual medida a todos
estableciendo, en suma, el prototipo de toda los seres en vez de volcarlo sobre objetos
felicidad, dijimos que aquélla debía haberle determinados; por fin, evitan las peripecias y
inducido a seguir buscando en el terreno de las defraudaciones del amor genital, desviándolo de su
relaciones sexuales todas las satisfacciones que fin sexual, es decir, transformando el instinto en
permite la vida, de manera que el erotismo genital un impulso coartado en su fin.
vendría a ocupar el centro de su existencia.
El estado en que de tal manera logran
Agregamos que tal camino conduce a una colocarse, esa actitud de ternura etérea e
peligrosa dependencia frente a una parte del imperturbable, ya no conserva gran semejanza
mundo exterior -frente al objeto amado que se exterior con la agitada y tempestuosa vida
elige-, exponiéndolo así a experimentar los amorosa genital de la cual se ha derivado. San
mayores sufrimientos cuando este objeto lo Francisco de Asís fue quizá quien llegó más lejos
desprecie o cuando se lo arrebate la infidelidad o en esta utilización del amor para lograr una
la muerte. He aquí por qué los sabios de todos los sensación de felicidad interior, técnica que, según
tiempos trataron de disuadir tan insistentemente a dijimos, es una de las que facilitan la satisfacción
los hombres de la elección de este camino, que, sin del principio del placer, habiendo sido vinculada
embargo, conservó todo su atractivo para gran en múltiples ocasiones a la religión, con la que
número de seres. probablemente coincida en aquellas remotas
regiones donde deja de diferenciarse el yo de los
Gracias a su constitución, una pequeña
objetos, y éstos entre sí.
minoría de éstos logra hallar la felicidad por la vía

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

Cierta concepción ética, cuyos motivos hermanas, a pesar de que estos vínculos deben ser
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profundos aún habremos de dilucidar, pretende considerados como amor de fin inhibido, como
ver en esta disposición al amor universal por la cariño. Sucede simplemente que el amor coartado
Humanidad y por el mundo la actitud más excelsa en su fin fue en su origen un amor plenamente
a que puede elevarse el ser humano. Con todo, nos sexual, y sigue siéndolo en el inconsciente
apresuramos a adelantar nuestras dos principales humano. Ambas tendencias amorosas, la sensual
objeciones al respecto: ante todo, un amor que no y la de fin inhibido, trascienden los límites de la
discrimina pierde a nuestros ojos buena parte de familia y establecen nuevos vínculos con seres
su valor, pues comete una injusticia frente al hasta ahora extraños.
objeto; luego, no todos los seres humanos merecen
El amor genital lleva a la formación de
ser amados.
nuevas familias; el fin inhibido, a las «amistades»,
Aquel impulso amoroso que instituyó la que tienen valor en la cultura, pues escapan a
familia sigue ejerciendo su influencia en la muchas restricciones del amor genital, como, por
cultura, tanto en su forma primitiva, sin renuncia ejemplo a su carácter exclusivo. Sin embargo, la
a la satisfacción sexual directa, como bajo su relación entre el amor y la cultura deja de ser
transformación en un cariño coartado en su fin. unívoca en el curso de la evolución: por un lado, el
En ambas variantes perpetúa su función de unir primero se opone a los intereses de la segunda,
entre sí a un número creciente de seres con que a su vez lo amenaza con sensibles
intensidad mayor que la lograda por el interés de restricciones.
la comunidad de trabajo.
Tal divorcio entre amor y cultura parece,
La imprecisión con que el lenguaje emplea el pues, inevitable; pero no es fácil distinguir al
término «amor» está, pues, genéticamente punto su motivo. Comienza por manifestarse como
justificada. Suélese llamar así a la relación entre el un conflicto entre la familia y la comunidad social
hombre y la mujer que han fundado una familia más amplia a la cual pertenece el individuo. Ya
sobre la base de sus necesidades genitales; pero hemos entrevisto que una de las principales
también se denomina «amor» a los sentimientos finalidades de la cultura persigue la aglutinación
positivos entre padres e hijos, entre hermanos y de los hombres en grandes unidades; pero la

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

familia no está dispuesta a renunciar al individuo. crecientes y obligándoles a sublimar sus instintos,
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Cuanto más íntimos sean los vínculos entre los sublimación para la que las mujeres están
miembros de la familia, tanto mayor será muchas escasamente dotadas. Dado que el hombre no
veces su inclinación a aislarse de los demás, tanto dispone de energía psíquica en cantidades
más difícil les resultará ingresar en las esferas ilimitadas, se ve obligado a cumplir sus tareas
sociales más vastas. mediante una adecuada distribución de la libido.

El modo de vida en común filogenéticamente La parte que consume para fines culturales
más antiguo, el único que existe en la infancia, se la sustrae, sobre todo, a la mujer y a la vida
resiste a ser sustituido por el cultural, de origen sexual; la constante convivencia con otros
más reciente. El desprendimiento de la familia hombres y su dependencia de las relaciones con
llega a ser para todo adolescente una tarea cuya éstos, aun llegan a sustraerlo a sus deberes de
solución muchas veces le es facilitada por la esposo y padre. La mujer, viéndose así relegada a
sociedad mediante los ritos de pubertad y de segundo término por las exigencias de la cultura,
iniciación. Obtiénese así la impresión de que aquí adopta frente a ésta una actitud hostil.
actúan obstáculos inherentes a todo desarrollo
En cuanto a la cultura, su tendencia a
psíquico y en el fondo también a toda evolución
restringir la vida sexual no es menos evidente que
orgánica.
la otra, dirigida a ampliar el círculo de su acción.
La siguiente discordia es causada por las Ya la primera fase cultural, la del totemismo, trae
mujeres, que no tardan en oponerse a la corriente consigo la prohibición de elegir un objeto
cultural, ejerciendo su influencia dilatoria y incestuoso, quizá la más cruenta mutilación que
conservadora. Sin embargo, son estas mismas haya sufrido la vida amorosa del hombre en el
mujeres las que originalmente establecieron el curso de los tiempos. El tabú, la ley y las
fundamento de la cultura con las exigencias de su costumbres han de establecer nuevas limitaciones
amor. Las mujeres representan los intereses de la que afectarán tanto al hombre como a la mujer.
familia y de la vida sexual; la obra cultural, en
Pero no todas las culturas avanzan a igual
cambio, se convierte cada vez más en tarea
distancia por este camino, y, además, la
masculina, imponiendo a los hombres dificultades

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

estructura material de la sociedad también ejerce de una vida sexual idéntica para todos, implícita
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su influencia sobre la medida de la libertad sexual en estas prohibiciones, pasa por alto las
restante. Ya sabemos que la cultura obedece al discrepancias que presenta la constitución sexual
imperio de la necesidad psíquica económica, pues innata o adquirida de los hombres, privando a
se ve obligada a sustraer a la sexualidad gran muchos de ellos de todo goce sexual y
parte de la energía psíquica que necesita para su convirtiéndose así en fuente de una grave
propio consumo. Al hacerlo adopta frente a la injusticia.
sexualidad una conducta idéntica a la de un
El efecto de estas medidas restrictivas podría
pueblo o una clase social que haya logrado
consistir en que los individuos normales, es decir,
someter a otra a su explotación. El temor a la
constitucionalmente aptos para ello, volcasen todo
rebelión de los oprimidos induce a adoptar
su interés sexual, sin merma alguna, en los
medidas de precaución más rigurosas. Nuestra
canales que se le han dejado abiertos. Pero aun el
cultura europea occidental corresponde a un
amor genital heterosexual, único que ha escapado
punto culminante de este desarrollo.
a la proscripción, todavía es menoscabado por las
Al comenzar por proscribir severamente las restricciones de la legitimidad y de la monogamia.
manifestaciones de la vida sexual infantil actúa La cultura actual nos da claramente a entender
con plena justificación psicológica, pues la que sólo está dispuesta a tolerar las relaciones
contención de los deseos sexuales del adulto no sexuales basadas en la unión única e indisoluble
ofrecería perspectiva alguna de éxito si no fuera entre un hombre y una mujer, sin admitir la
facilitada por una labor preparatoria en la sexualidad como fuente de placer en sí,
infancia. En cambio, carece de toda justificación el aceptándola tan sólo como instrumento de
que la sociedad civilizada aun haya llegado al reproducción humana que hasta ahora no ha
punto de negar la existencia de estos fenómenos, podido ser sustituido.
fácilmente demostrables y hasta llamativos. La
Desde luego, esta situación corresponde a
elección de objeto queda restringida en el
un caso extremo, pues todos sabemos que en la
individuo sexualmente maduro al sexo contrario, y
práctica no puede ser realizada ni siquiera durante
la mayor parte de las satisfacciones extragenitales
breve tiempo. Sólo los seres débiles se sometieron
son prohibidas como perversiones. La imposición

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

a tan amplia restricción de su libertad sexual, V 37


mientras que las naturalezas más fuertes
únicamente la aceptaron con una condición LA experiencia psicoanalítica ha demostrado
compensadora, de la que se tratará más adelante. que las personas llamadas neuróticas son
La sociedad civilizada se ha visto en la obligación precisamente las que menos soportan estas
de cerrar los ojos ante muchas transgresiones que, frustraciones de la vida sexual. Mediante sus
de acuerdo con sus propios estatutos, debería síntomas se procuran satisfacciones sustitutivas
haber perseguido. que, sin embargo, les deparan sufrimientos, ya sea
por sí mismas o por las dificultades que les
Sin embargo, también es preciso evitar el ocasionan con el mundo exterior y con la sociedad.
error opuesto, creyendo que semejante actitud Este último caso se comprende fácilmente; pero el
cultural sería completamente inofensiva, ya que no primero nos plantea un nuevo problema. Con todo,
alcanza todos sus propósitos, pues no se puede la cultura aún exige otros sacrificios, además de
dudar de que la vida sexual del hombre civilizado los que afectan a la satisfacción sexual.
ha sufrido un grave perjuicio y en ocasiones llega a
parecernos una función que se halla en pleno Al reducir la dificultad de la evolución
proceso involutivo al igual que, como ejemplos cultural a la inercia de la libido, a su resistencia a
orgánicos, nuestra dentadura y nuestra cabellera. abandonar una posición antigua por una nueva,
hemos concebido aquélla como un trastorno
Quizá tengamos derecho a aceptar que ha evolutivo general. Sostenemos más o menos el
experimentado un sensible menoscabo en tanto mismo concepto, al derivar la antítesis entre
que fuente de felicidad, es decir, como recurso cultura y sexualidad del hecho de que el amor
para realizar nuestra finalidad vital. A veces sexual constituye una relación entre dos personas,
creemos advertir que la presión de la cultura no es en las que un tercero sólo puede desempeñar un
el único factor responsable, sino que habría algo papel superfluo o perturbador, mientras que, por
inherente a la propia esencia de la función sexual el contrario, la cultura implica necesariamente
que nos priva de satisfacción completa, relaciones entre mayor número de personas. En la
impulsándonos a seguir otros caminos. Puede ser culminación máxima de una relación amorosa no
que estemos errados; pero es difícil decirlo. subsiste interés alguno por el mundo exterior;

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

ambos amantes se bastan a sí mismos y tampoco La realización de estos propósitos exige


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necesitan el hijo en común para ser felices. En ineludiblemente una restricción de la vida sexual;
ningún caso, como en éste, el Eros traduce con pero aún no comprendemos la necesidad que
mayor claridad el núcleo de su esencia, su impulsó a la cultura a adoptar este camino y que
propósito de fundir varios seres en uno solo; pero fundamenta su oposición a la sexualidad. Ha de
se resiste a ir más lejos, una vez alcanzado este tratarse, sin duda, de un factor perturbador que
fin, de manera proverbial, en el enamoramiento de todavía no hemos descubierto.
dos personas.
Quizá hallemos la pista en uno de los
Hasta aquí, fácilmente podríamos imaginar pretendidos ideales postulados por la sociedad
una comunidad cultural formada por semejantes civilizada. Es el precepto «Amarás al prójimo como
individualidades dobles, que, libidinalmente a ti mismo», que goza de universal nombradía y
satisfechas en sí mismas, se vincularan seguramente es más antiguo que el cristianismo, a
mutuamente por los lazos de la comunidad de pesar de que éste lo ostenta como su más
trabajo o de intereses. En tal caso la cultura no encomiable conquista; pero sin duda no es muy
tendría ninguna necesidad de sustraer energía a la antiguo, pues el hombre aún no lo conocía en
sexualidad. Pero esta situación tan loable no existe épocas ya históricas.
ni ha existido jamás, pues la realidad nos muestra
Adoptemos frente al mismo una actitud
que la cultura no se conforma con los vínculos de
ingenua, como si lo oyésemos por vez primera:
unión que hasta ahora le hemos concedido, sino
entonces no podremos contener un sentimiento de
que también pretende ligar mutuamente a los
asombro y extrañeza. ¿Por qué tendríamos que
miembros de la comunidad con lazos libidinales,
hacerlo? ¿De qué podría servirnos? Pero, ante
sirviéndose a tal fin de cualquier recurso,
todo, ¿cómo llegar a cumplirlo? ¿De qué manera
favoreciendo cualquier camino que pueda llegar a
podríamos adoptar semejante actitud? Mi amor es
establecer potentes identificaciones entre aquéllos,
para mí algo muy precioso, que no tengo derecho a
poniendo en juego la máxima cantidad posible de
derrochar insensatamente. Me impone
libido con fin inhibido, para reforzar los vínculos
obligaciones que debo estar dispuesto a cumplir
de comunidad mediante los lazos amistosos.

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

con sacrificios. Si amo a alguien es preciso que guardar para mí mismo. ¿A qué viene entonces tan
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éste lo merezca por cualquier título. solemne presentación de un precepto que
razonablemente a nadie puede aconsejarse
(Descarto aquí la utilidad que podría
cumplir?
reportarme, así como su posible valor como objeto
sexual, pues estas dos formas de vinculación nada Examinándolo con mayor detenimiento, me
tienen que ver con el precepto del amor al encuentro con nuevas dificultades. Este ser
prójimo.) Merecería mi amor si se me asemejara en extraño no sólo es en general indigno de amor,
aspectos importantes, a punto tal que pudiera sino que -para confesarlo sinceramente- merece
amar en él a mí mismo; lo merecería si fuera más mucho más mi hostilidad y aun mi odio. No parece
perfecto de lo que yo soy, en tal medida que alimentar el mínimo amor por mi persona, no me
pudiera amar en él al ideal de mi propia persona; demuestra la menor consideración. Siempre que le
debería amarlo si fuera el hijo de mi amigo, pues el sea de alguna utilidad, no vacilará en
dolor de éste, si algún mal le sucediera, también perjudicarme, y ni siquiera se preguntará si la
sería mi dolor, yo tendría que compartirlo. cuantía de su provecho corresponde a la magnitud
del perjuicio que me ocasiona.
En cambio, si me fuera extraño y si no me
atrajese ninguno de sus propios valores, ninguna Más aún: ni siquiera es necesario que de ello
importancia que hubiera adquirido para mi vida derive un provecho; le bastará experimentar el
afectiva entonces me sería muy difícil amarlo. menor placer para que no tenga escrúpulo alguno
Hasta sería injusto si lo amara, pues los míos en denigrarme, en ofenderme, en difamarme, en
aprecian mi amor como una demostración de exhibir su poderío sobre mi persona, y cuanto más
preferencia, y les haría injusticia si los equiparase seguro se sienta, cuanto más inerme yo me
con un extraño. Pero si he de amarlo con ese amor encuentre, tanto más seguramente puedo esperar
general por todo el Universo, simplemente porque de él esta actitud para conmigo.
también él es una criatura de este mundo, como el
Si se condujera de otro modo, si me
insecto, el gusano y la culebra, entonces me temo
demostrase consideración y respeto, a pesar de
que sólo le corresponda una ínfima parte de amor,
serle yo un extraño, estaría dispuesto por mi parte
de ningún modo tanto como la razón me autoriza a

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

a retribuírselo de análoga manera, aunque no me sin tener en cuenta para nada sus condiciones de
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obligara a ello precepto alguno. Aún más: si ese origen.
grandilocuente mandamiento rezara «Amarás al
Mientras no hayan sido superadas estas
prójimo como el prójimo te ame a ti», nada tendría
discrepancias innegables, el cumplimiento de los
yo que objetar. Existe un segundo mandamiento
supremos preceptos éticos significará un perjuicio
que me parece aún más inconcebible y que
para los fines de la cultura al establecer un premio
despierta en mí una resistencia más violenta:
directo a la maldad. No se puede eludir aquí el
«Amarás a tus enemigos.» Sin embargo,
recuerdo de un sucedido en el Parlamento francés
pensándolo bien, veo que estoy errado al
al debatirse la pena de muerte: un orador había
rechazarlo como pretensión aun menos admisible,
abogado apasionadamente por su abolición y
pues, en el fondo, nos dice lo mismo que el
cosechó frenéticos aplausos, hasta que una voz
primero.
surgida del fondo de la sala pronunció las
Llegado aquí, creo oír una voz que, llena de siguientes palabras: Que messieurs les assassins
solemnidad, me advierte: «Precisamente porque tu commencent!
prójimo no merece tu amor y es más bien tu
La verdad oculta tras de todo esto, que
enemigo, debes amarlo como a ti mismo.»
negaríamos de buen grado, es la de que el hombre
Comprendo entonces que éste es un caso
no es una criatura tierna y necesitada de amor,
semejante al Credo quia absurdum.
que sólo osaría defenderse si se le atacara, sino,
Ahora bien: es muy probable que el prójimo, por el contrario, un ser entre cuyas disposiciones
si se le invitara a amarme como a mí mismo, instintivas también debe incluirse una buena
respondería exactamente como yo lo hice, porción de agresividad. Por consiguiente, el
repudiándome con idénticas razones, aunque, prójimo no le representa únicamente un posible
según espero, no con igual derecho objetivo; pero colaborador y objeto sexual, sino también un
él, a su vez, esperará lo mismo. Con todo, hay motivo de tentación para satisfacer en él su
ciertas diferencias en la conducta de los hombres, agresividad, para explotar su capacidad de trabajo
calificadas por la ética como «buenas» y «malas», sin retribuirla, para aprovecharlo sexualmente sin
su consentimiento, para apoderarse de sus bienes,

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

para humillarlo, para ocasionarle sufrimientos, con los semejantes, imponiendo a la cultura tal
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martirizarlo y matarlo. Homo homini lupus: ¿quién despliegue de preceptos. Debido a esta primordial
se atrevería a refutar este refrán, después de todas hostilidad entre los hombres, la sociedad civilizada
las experiencias de la vida y de la Historia? Por se ve constantemente al borde de la
regla general, esta cruel agresión espera para desintegración. El interés que ofrece la comunidad
desencadenarse a que se la provoque, o bien se de trabajo no bastaría para mantener su cohesión,
pone al servicio de otros propósitos, cuyo fin pues las pasiones instintivas son más poderosas
también podría alcanzarse con medios menos que los intereses racionales. La cultura se ve
violentos. obligada a realizar múltiples esfuerzos para poner
barreras a las tendencias agresivas del hombre,
En condiciones que le sean favorables,
para dominar sus manifestaciones mediante
cuando desaparecen las fuerzas psíquicas
formaciones reactivas psíquicas.
antagónicas que por lo general la inhiben, también
puede manifestarse espontáneamente, De ahí, pues, ese despliegue de métodos
desenmascarando al hombre como una bestia destinados a que los hombres se identifiquen y
salvaje que no conoce el menor respeto por los entablen vínculos amorosos coartados en su fin;
seres de su propia especie. Quien recuerde los de ahí las restricciones de la vida sexual, y de ahí
horrores de las grandes migraciones, de las también el precepto ideal de amar al prójimo como
irrupciones de los hunos, de los mogoles bajo a sí mismo, precepto que efectivamente se
Gengis Khan y Tamerlán, de la conquista de justifica, porque ningún otro es, como él, tan
Jerusalén por los píos cruzados y aun las contrario y antagónico a la primitiva naturaleza
crueldades de la última guerra mundial, tendrá humana. Sin embargo, todos los esfuerzos de la
que inclinarse humildemente ante la realidad de cultura destinados a imponerlo aún no han
esta concepción. logrado gran cosa. Aquélla espera poder evitar los
peores despliegues de la fuerza bruta
La existencia de tales tendencias agresivas,
concediéndose a sí misma el derecho de ejercer a
que podemos percibir en nosotros mismos y cuya
su vez la fuerza frente a los delincuentes; pero la
existencia suponemos con toda razón en el
ley no alcanza las manifestaciones más discretas y
prójimo, es el factor que perturba nuestra relación
sutiles de la agresividad humana.

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

En un momento determinado, todos quedarían satisfechas, nadie tendría motivo de ver


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llegamos a abandonar, como ilusiones, cuantas en el prójimo a un enemigo; todos se plegarían de
esperanzas juveniles habíamos puesto en el buen grado a la necesidad del trabajo. No me
prójimo; todos sufrimos la experiencia de concierne la crítica económica del sistema
comprobar cómo la maldad de éste nos amarga y comunista; no me es posible investigar si la
dificulta la vida. Sin embargo, sería injusto abolición de la propiedad privada es oportuna y
reprochar a la cultura el que pretenda excluir la conveniente; pero, en cambio, puedo reconocer
lucha y la competencia de las actividades como vana ilusión su hipótesis psicológica.
humanas. Esos factores seguramente son
Es verdad que al abolir la propiedad privada
imprescindibles; pero la rivalidad no significa
se sustrae a la agresividad humana uno de sus
necesariamente hostilidad: sólo se abusa de ella
instrumentos, sin duda uno muy fuerte, pero de
para justificar ésta.
ningún modo el más fuerte de todos. Sin embargo,
Los comunistas creen haber descubierto el nada se habrá modificado con ello en las
camino hacia la redención del mal. Según ellos, el diferencias de poderío y de influencia que la
hombre sería bueno de todo corazón, abrigaría las agresividad aprovecha para sus propósitos;
mejores intenciones para con el prójimo, pero la tampoco se habrá cambiado la esencia de ésta.
institución de la propiedad privada habría
El instinto agresivo no es una consecuencia
corrompido su naturaleza. La posesión privada de
de la propiedad, sino que regía casi sin
bienes concede a unos el poderío, y con ello la
restricciones en épocas primitivas, cuando la
tentación de abusar de los otros; los excluidos de
propiedad aún era bien poca cosa; ya se
la propiedad deben sublevarse hostilmente contra
manifiesta en el niño, apenas la propiedad ha
sus opresores.
perdido su primitiva forma anal; constituye el
Si se aboliera la propiedad privada, si se sedimento de todos los vínculos cariñosos y
hicieran comunes todos los bienes, dejando que amorosos entre los hombres, quizá con la única
todos participaran de su provecho, desaparecería excepción del amor que la madre siente por su hijo
la malquerencia y la hostilidad entre los seres varón. Si se eliminara el derecho personal a poseer
humanos. Dado que todas las necesidades bienes materiales, aún subsistirían los privilegios

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derivados de las relaciones sexuales, que las que más se combaten y desdeñan entre sí,
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necesariamente deben convertirse en fuente de la como, por ejemplo, españoles y portugueses,
más intensa envidia y de la más violenta hostilidad alemanes del Norte y del Sur, ingleses y escoceses,
entre los seres humanos, equiparados en todo lo etc. Denominé a este fenómeno narcisismo de las
restante. pequeñas diferencias, aunque tal término
escasamente contribuye a explicarlo. Podemos
Si también se aboliera este privilegio,
considerarlo como un medio para satisfacer,
decretando la completa libertad de la vida sexual,
cómoda y más o menos inofensivamente, las
suprimiendo, pues, la familia, célula germinal de
tendencias agresivas, facilitándose así la cohesión
la cultura, entonces, es verdad, sería imposible
entre los miembros de la comunidad.
predecir qué nuevos caminos seguiría la evolución
de ésta; pero cualesquiera que ellos fueren, El pueblo judío, diseminado por todo el
podemos aceptar que las inagotables tendencias mundo, se ha hecho acreedor de tal manera a
intrínsecas de la naturaleza humana tampoco importantes méritos en cuanto al desarrollo de la
dejarían de seguirlos. cultura de los pueblos que lo hospedan; pero, por
desgracia, ni siquiera las masacres de judíos en la
Evidentemente, al hombre no le resulta fácil
Edad Media lograron que esa época fuera más
renunciar a la satisfacción de estas tendencias
apacible y segura para sus contemporáneos
agresivas suyas; no se siente nada a gusto sin esa
cristianos.
satisfacción. Por otra parte, un núcleo cultural
más restringido ofrece la muy apreciable ventaja Una vez que el apóstol Pablo hubo hecho del
de permitir la satisfacción de este instinto amor universal por la Humanidad el fundamento
mediante la hostilidad frente a los seres que han de la comunidad cristiana, surgió como
quedado excluidos de aquél. Siempre se podrá consecuencia ineludible la más extrema
vincular amorosamente entre sí a mayor número intolerancia del cristianismo frente a los gentiles;
de hombres, con la condición de que sobren otros en cambio, los romanos, cuya organización estatal
en quienes descargar los golpes. En cierta ocasión no se basaba en el amor, desconocían la
me ocupé en el fenómeno de que las comunidades intolerancia religiosa, a pesar de que entre ellos la
vecinas, y aun emparentadas, son precisamente religión era cosa del Estado y el Estado estaba

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saturado de religión. Tampoco fue por y una mayoría excluida de éstos estaba exaltada al
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incomprensible azar que el sueño de la máximo en aquella época primitiva de la cultura.
supremacía mundial germana recurriera como Las minuciosas investigaciones realizadas con los
complemento a la incitación al antisemitismo; por pueblos primitivos actuales nos han demostrado
fin, nos parece harto comprensible el que la que en manera alguna es envidiable la libertad de
tentativa de instaurar en Rusia una nueva cultura que gozan en su vida instintiva, pues ésta se
comunista recurra a la persecución de los encuentra supeditada a restricciones de otro
burgueses como apoyo psicológico. Pero nos orden, quizá aún más severas de las que sufre el
preguntamos preocupados, qué harán los soviets hombre civilizado moderno.
una vez que hayan exterminado totalmente a sus
Si con toda justificación reprochamos al
burgueses.
actual estado de nuestra cultura cuán
Si la cultura impone tan pesados sacrificios, insuficientemente realiza nuestra pretensión de un
no sólo a la sexualidad, sino también a las sistema de vida que nos haga felices; si le echamos
tendencias agresivas, comprenderemos mejor por en cara la magnitud de los sufrimientos, quizá
qué al hombre le resulta tan difícil alcanzar en ella evitables, a que nos expone; si tratamos de
su felicidad. En efecto, el hombre primitivo estaba desenmascarar con implacable crítica las raíces de
menos agobiado en este sentido, pues no conocía su imperfección, seguramente ejercemos nuestro
restricción alguna de sus instintos. En cambio legítimo derecho, y no por ello demostramos ser
eran muy escasas sus perspectivas de poder gozar enemigos de la cultura. Cabe esperar que poco a
largo tiempo de tal felicidad. El hombre civilizado poco lograremos imponer a nuestra cultura
ha trocado una parte de posible felicidad por una modificaciones que satisfagan mejor nuestras
parte de seguridad; pero no olvidemos que en la necesidades y que escapen a aquellas críticas.
familia primitiva sólo el jefe gozaba de semejante
Pero quizá convenga que nos familiaricemos
libertad de los instintos, mientras que los demás
también con la idea de que existen dificultades
vivían oprimidos como esclavos.
inherentes a la esencia misma de la cultura e
Por consiguiente, la contradicción entre una inaccesibles a cualquier intento de reforma.
minoría que gozaba de los privilegios de la cultura Además de la necesaria limitación instintiva que

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ya estamos dispuestos a aceptar, nos amenaza el Sin embargo, las consideraciones que siguen
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peligro de un estado que podríamos denominar demostrarán que mi esperanza es vana, que sólo
«miseria psicológica de las masas». Este peligro es trata de captar con mayor precisión un giro teórico
más inminente cuando las fuerzas sociales de ya realizado hace tiempo, persiguiéndolo hasta sus
cohesión consisten primordialmente en consecuencias últimas. Entre todas las nociones
identificaciones mutuas entre los individuos de un gradualmente desarrolladas por la teoría analítica,
grupo, mientras que los personajes dirigentes no la doctrina de los instintos es la que dio lugar a los
asumen el papel importante que deberían más arduos y laboriosos progresos.
desempeñar en la formación de la masa. La
Sin embargo, representa una pieza tan
presente situación cultural de los Estados Unidos
esencial en el conjunto de la teoría psicoanalítica
ofrecería una buena oportunidad para estudiar
que fue preciso llenar su lugar con un elemento
este temible peligro que amenaza a la cultura; pero
cualquiera. En la completa perplejidad de mis
rehuyó la tentación de abordar la crítica de la
estudios iniciales, me ofreció un primer punto de
cultura norteamericana, pues no quiero despertar
apoyo el aforismo de Schiller, el poeta filósofo,
la impresión de que pretendo aplicar, a mi vez,
según el cual «hambre y amor» hacen girar
métodos americanos.
coherentemente el mundo. Bien podía considerar
VI el hambre como representante de aquellos
instintos que tienden a conservar al individuo; el
NINGUNA de mis obras me ha producido; amor, en cambio, tiende hacia los objetos: su
tan intensamente como ésta, la impresión de estar función primordial, favorecida en toda forma por la
describiendo cosas por todos conocidas, de Naturaleza, reside en la conservación de la
malgastar papel y tinta, de ocupar a tipógrafos e especie.
impresores para exponer hechos que en realidad
son evidentes. Por eso abordo con entusiasmo la Así, desde un principio se me presentaron
posibilidad de que surja una modificación de la en mutua oposición los instintos del yo y los
teoría psicoanalítica de los instintos, al plantearse instintos objétales. Para designar la energía de los
la existencia de un instinto agresivo, particular e últimos, y exclusivamente para ella, introduje el
independiente. término libido, con esto la polaridad quedó

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planteada entre los instintos del yo y los instintos narcisismo, es decir, el reconocimiento de que
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libidinales, dirigidos a objetos, o pulsiones también el yo está impregnado de libido; más aún:
amorosas en el más amplio sentido. que primitivamente el yo fue su lugar de origen y
en cierta manera sigue siendo su cuartel central.
Sin embargo, uno de estos instintos
Esta libido narcisista se orienta hacia los objetos,
objétales, el sádico, se distinguía de los demás
convirtiéndose así en libido objetal; pero puede
porque su fin no era en modo alguno amoroso, y
volver a transformarse en libido narcisista.
además establecía múltiples y evidentes
coaliciones con los instintos del yo, manifestando El concepto del narcisismo nos permitió
su estrecho parentesco con pulsiones de posesión comprender analíticamente las neurosis
o apropiación, carentes de propósitos libidinales. traumáticas, así como muchas afecciones
Pero esta discrepancia pudo ser superada; a todas limítrofes con la psicosis y aun a éstas mismas. Su
luces, el sadismo forma parte de la vida sexual, y adopción no nos obligó a abandonar la
bien puede suceder que el juego de la crueldad interpretación de las neurosis transferenciales
sustituya al del amor. como tentativas del yo para defenderse contra la
sexualidad; pero, en cambio, puso en peligro el
La neurosis venía a ser la solución de una
concepto de la libido. Dado que también los
lucha entre los intereses de la autoconservación y
instintos yoicos resultaban ser libidinales, por un
las exigencias de la libido, una lucha en la que el
momento pareció inevitable que la libido se
yo, si bien triunfante, había pagado el precio de
convirtiese en sinónimo de energía instintiva en
graves sufrimientos y renuncias.
general, como C. G. Jung ya lo había pretendido
Todo analista reconocerá que aún hoy nada anteriormente. Sin embargo, esta concepción no
de esto parece un error superado hace ya mucho acababa de satisfacerme, pues me quedaba cierta
tiempo. Pero cuando nuestra investigación convicción íntima, indemostrable, de que los
progresó de lo reprimido a lo represor, de los instintos no podrían ser todos de la misma
instintos objetales al yo, fue imprescindible llevar especie.
a cabo cierta modificación. El factor decisivo de
El siguiente paso adelante lo di en Más allá
este progreso fue la introducción del concepto del
del principio del placer (1920), cuando por vez

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primera mi atención fue despertada por el impulso lugar de destruirse a sí mismo. Por el contrario, al
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de repetición y por el carácter conservador de la cesar esta agresión contra el exterior tendría que
vida instintiva. Partiendo de ciertas especulaciones aumentar por fuerza la autodestrucción, proceso
sobre el origen de la vida y sobre determinados que de todos modos actúa constantemente. Al
paralelismos biológicos, deduje que, además del mismo tiempo, podíase deducir de este ejemplo
instinto que tiende a conservar la sustancia viva y que ambas clases de instintos raramente -o quizá
a condensarla en unidades cada vez mayores, nunca- aparecen en mutuo aislamiento, sino que
debía existir otro, antagónico de aquél, que se amalgaman entre sí, en proporciones distintas y
tendiese a disolver estas unidades y a retornarlas muy variables, tornándose de tal modo
al estado más primitivo, inorgánico. De modo que irreconocibles para nosotros. En el sadismo,
además del Eros habría un instinto de muerte; los admitido desde hace tiempo como instinto parcial
fenómenos vitales podrían ser explicados por la de la sexualidad, nos encontraríamos con
interacción y el antagonismo de ambos. semejante amalgama particularmente sólida entre
el impulso amoroso y el instinto de destrucción; lo
Pero no era nada fácil demostrar la actividad
mismo sucede con su símil antagónico, el
de este hipotético instinto de muerte. Las
masoquismo, que representa una amalgama entre
manifestaciones del Eros eran notables y bastante
la destrucción dirigida hacia dentro y la
conspicuas; bien podía admitirse que el instinto de
sexualidad, a través de la cual aquella tendencia
muerte actuase silenciosamente en lo íntimo del
destructiva, de otro modo inapreciable se hace
ser vivo, persiguiendo su desintegración; pero esto,
notable o perceptible.
naturalmente, no tenía el valor de una
demostración. Progresé algo más, aceptando que La aceptación del instinto de muerte o de
una parte de este instinto se orienta contra el destrucción ha despertado resistencia aun en
mundo exterior, manifestándose entonces como círculos analíticos; sé que muchos prefieren
impulso de agresión y destrucción. atribuir todo lo que en el amor parece peligroso y
hostil a una bipolaridad primordial inherente a la
De tal manera, el propio instinto de muerte
esencia del amor mismo. Al principio sólo propuse
sería puesto al servicio del Eros, pues el ser vivo
como tanteo las concepciones aquí expuestas; pero
destruiría algo exterior, animado o inanimado, en
en el curso del tiempo se me impusieron con tal

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fuerza de convicción que ya no puedo pensar de sigan manifestándola, pues a quienes creen en los
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otro modo. cuentos de hadas no les agrada oír mentar la
innata inclinación del hombre hacia «lo malo», a la
Creo que para la teoría de estas
agresión, a la destrucción y con ello también a la
concepciones son muchísimo más fructíferas que
crueldad. ¿Acaso Dios no nos creó a imagen de su
cualquier otra hipótesis posible, pues nos ofrecen
propia perfección? Pues por eso nadie quiere que
esa simplificación que perseguimos en nuestra
se le recuerde cuán difícil resulta conciliar la
labor científica, sin desdeñar o violentar por ello
existencia del mal -innegable, pese a todas las
los hechos objetivos. Me doy cuenta de que
protestas de la Christian Science -con la
siempre hemos tenido presente en el sadismo y en
omnipotencia y la soberana bondad de Dios.
el masoquismo a las manifestaciones del instinto
de destrucción dirigido hacia fuera y hacia dentro, El Diablo aun sería el mejor subterfugio para
fuertemente amalgamadas con el erotismo; pero ya disculpar a Dios, pues desempeñaría la misma
no logro comprender cómo fue posible que función económica de descarga que el judío
pasáramos por alto la ubicuidad de las tendencias cumple en el mundo de los ideales arios. Pero aun
agresivas y destructivas no eróticas dejando de así se podría pedir cuentas a Dios tanto de la
concederles la importancia que merecen en la existencia del diablo como del mal que encarna.
interpretación de la vida. Frente a tales dificultades conviene aconsejar a
todos que rindan profunda reverencia, en cuantas
(Es cierto que el impulso destructivo dirigido
ocasiones se presenten, a la naturaleza
hacia dentro escapa generalmente a la percepción
esencialmente moral del hombre; de esta manera
cuando no está teñido eróticamente.) Recuerdo mi
se gana el favor general y se le perdonan a uno
propia resistencia cuando la idea del instinto de
muchas cosas.
destrucción apareció por vez primera en la
literatura psicoanalítica y cuánto tiempo tardé en El término libido puede seguir aplicándose a
aceptarla. las manifestaciones del Eros para discernirlas de
la energía inherente al instinto de muerte. Cabe
Mucho menos me sorprende que también
confesar que nos resulta mucho más difícil captar
otros hayan mostrado idéntica aversión y que aún
éste último y que, en cierta manera, únicamente lo

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

conjeturamos como una especie de residuo o En todo lo que sigue adoptaré, pues, el
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remanente oculto tras el Eros, sustrayéndose a punto de vista de que la tendencia agresiva es una
nuestra observación toda vez que no se manifieste disposición instintiva innata y autónoma del ser
en la amalgama con el mismo. humano; además, retomo ahora mi afirmación de
que aquélla constituye el mayor obstáculo con que
En el sadismo, donde desvía a su manera y
tropieza la cultura. En el curso de esta
conveniencia el fin erótico, sin dejar de satisfacer
investigación se nos impuso alguna vez la
por ello el impulso sexual, logramos el
intuición de que la cultura sería un proceso
conocimiento más diáfano de su esencia y de su
particular que se desarrolla sobre la Humanidad, y
relación con el Eros. Pero aun donde aparece sin
aún ahora nos subyuga esta idea.
propósitos sexuales, aun en la más ciega furia
destructiva, no se puede dejar de reconocer que su Añadiremos que se trata de un proceso
satisfacción se acompaña de extraordinario placer puesto al servicio del Eros, destinado a condensar
narcisista, pues ofrece al yo la realización de sus en una unidad vasta, en la Humanidad, a los
más arcaicos deseos de omnipotencia. Atenuado y individuos aislados, luego a las familias, las tribus,
domeñado, casi coartado en su fin, el instinto de los pueblos y las naciones. No sabemos por qué es
destrucción dirigido a los objetos debe procurar al preciso que sea así: aceptamos que es,
yo la satisfacción de sus necesidades vitales y el simplemente, la obra del Eros. Estas masas
dominio sobre la Naturaleza. humanas han de ser vinculadas libidinalmente,
pues ni la necesidad por sí sola ni las ventajas de
Dado que, en efecto, hemos recurrido
la comunidad de trabajo bastarían para
principalmente a argumentos teóricos para
mantenerlas unidas. Pero el natural instinto
fundamentar el instinto de muerte, debemos
humano de agresión, la hostilidad de uno contra
conceder que no está al abrigo de los reparos de
todos y de todos contra uno, se opone a este
idéntica índole; pero, en todo caso, tales como lo
designio de la cultura.
consideramos en el estado actual de nuestros
conocimientos. La investigación y la especulación Dicho instinto de agresión es el descendiente
futuras nos suministran, con seguridad, la y principal representante del instinto de muerte,
decisiva claridad al respecto. que hemos hallado junto al Eros y que con él

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comparte la dominación del mundo. Ahora, creo, el Puede ser que otras especies animales
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sentido de la evolución cultural ya no nos hayan alcanzado un equilibrio transitorio entre las
resultará impenetrable; por fuerza debe influencias del mundo exterior y los instintos que
presentarnos la lucha entre Eros y muerte, se combaten mutuamente, produciéndose así una
instinto de vida e instinto de destrucción, tal como detención del desarrollo. Es posible que en el
se lleva a cabo en la especie humana. Esta lucha hombre primitivo un nuevo empuje de la libido
es, en suma, el contenido esencial de la misma, y haya renovado el impulso antagónico del instinto
por ello la evolución cultural puede ser definida de destrucción. Quedan aquí muchas preguntas
brevemente como la lucha de la especie humana por formular, sin que aún pueda dárseles
por la vida. ¡Y es este combate de los Titanes el respuesta.
que nuestra nodrizas pretenden aplacar en su
Pero hay una cuestión que está más a
«arrorró del cielo»!
nuestro alcance. ¿A qué recursos apela la cultura
VII para coartar la agresión que le es antagónica, para
hacerla inofensiva y quizá para eliminarla? Ya
¿POR qué nuestros parientes, los animales, conocemos algunos de estos métodos, pero
no presentan semejante lucha cultural? Pues no lo seguramente aún ignoramos el que parece ser más
sabemos. Es muy probable que algunos, como las importante. Podemos estudiarlo en la historia
abejas, las hormigas y las termitas, hayan bregado evolutiva del individuo. ¿Qué le ha sucedido para
durante milenios hasta alcanzar las que sus deseos agresivos se tornaran inocuos?
organizaciones estatales, la distribución del Algo sumamente curioso, que nunca habríamos
trabajo, la limitación de la libertad individual que sospechado y que, sin embargo, es muy natural.
hoy admiramos en ellos. Nuestra presente
situación cultural queda bien caracterizada por la La agresión es introyectada, internalizada,
circunstancia de que, según nos dicen nuestros devuelta en realidad al lugar de donde procede: es
sentimientos, no podríamos ser felices en ninguno dirigida contra el propio yo, incorporándose a una
de esos estados animales, ni en cualquiera de las parte de éste, que en calidad de super-yo se opone
funciones que allí se confieren al individuo. a la parte restante, y asumiendo la función de
«conciencia», despliega frente al yo la misma dura

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

agresividad que el yo, de buen grado, habría malo, sino tan sólo reconozca en sí la intención de
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satisfecho en individuos extraños. La tensión hacerlo, y en tal caso se planteará la pregunta de
creada entre el severo super-yo y el yo por qué se equipara aquí el propósito con la
subordinado al mismo la calificamos de realización. Pero ambos casos presuponen que ya
sentimiento de culpabilidad; se manifiesta bajo la se haya reconocido la maldad como algo
forma de necesidad de castigo. condenable, como algo a excluir de la realización.
Mas, ¿cómo se llega a esta decisión? Podemos
Por consiguiente, la cultura domina la
rechazar la existencia de una facultad original, en
peligrosa inclinación agresiva del individuo,
cierto modo natural, de discernir el bien del mal.
debilitando a éste, desarmándolo y haciéndolo
vigilar por una instancia alojada en su interior, Muchas veces lo malo ni siquiera es lo
como una guarnición militar en la ciudad nocivo o peligroso para el yo, sino, por el contrario,
conquistada. algo que éste desea y que le procura placer. Aquí
se manifiesta, pues, una influencia ajena y
El psicoanalista tiene sobre la génesis del
externa, destinada a establecer lo que debe
sentimiento de culpabilidad una opinión distinta
considerarse como bueno y como malo. Dado que
de la que sustentan otros psicólogos, pero tampoco
el hombre no ha sido llevado por la propia
a él le resulta fácil explicarla. Ante todo,
sensibilidad a tal discriminación, debe tener algún
preguntando cómo se llega a experimentar este
motivo para subordinarse a esta influencia
sentimiento, obtenemos una respuesta a la que no
extraña. Podremos hallarlo fácilmente en su
hay réplica posible: uno se siente culpable (los
desamparo y en su dependencia de los demás; la
creyentes dicen «en pecado») cuando se ha
denominación que mejor le cuadra es la de «miedo
cometido algo que se considera «malo»; pero
a la pérdida del amor». Cuando el hombre pierde el
advertiremos al punto la parquedad de esta
amor del prójimo, de quien depende, pierde con
respuesta. ello su protección frente a muchos peligros, y ante
Quizá lleguemos a agregar, después de todo se expone al riesgo de que este prójimo, más
algunas vacilaciones, que también podrá poderoso que él, le demuestre su superioridad en
considerarse culpable quien no haya hecho nada forma de castigo. Así, pues, lo malo es,
originalmente, aquello por lo cual uno es

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

amenazado con la pérdida del amor; se debe evitar Sólo se produce un cambio fundamental
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cometerlo por temor a esta pérdida. Por eso no cuando la autoridad es internalizada al
importa mucho si realmente hemos hecho el mal o establecerse un super-yo. Con ello, los fenómenos
si sólo nos proponemos hacerlo; en ambos casos de la conciencia moral son elevados a un nuevo
sólo aparecerá el peligro cuando la autoridad lo nivel, y en puridad sólo entonces se tiene derecho
haya descubierto, y ésta adoptaría análoga actitud a hablar de conciencia moral y de sentimiento de
en cualquiera de ambos casos. culpabilidad. En esta fase también deja de actuar
el temor de ser descubierto y la diferencia entre
A semejante estado lo llamamos «mala
hacer y querer el mal, pues nada puede ocultarse
conciencia», pero en el fondo no le conviene tal
ante el super-yo, ni siquiera los pensamientos.
nombre, pues en este nivel el sentimiento de
culpabilidad no es, sin duda alguna, más que un Es cierto que ha desaparecido la gravedad
temor ante la pérdida del amor, es decir, angustia real de la situación, pues la nueva autoridad, el
«social». En el niño pequeño jamás puede ser otra super-yo, no tiene a nuestro juicio motivo alguno
cosa; pero tampoco llega a modificarse en muchos para maltratar al yo, con el cual está íntimamente
adultos, con la salvedad de que el lugar del padre fundido. Pero la influencia de su génesis, que hace
o de ambos personajes parentales es ocupado por perdurar lo pasado y lo superado, se manifiesta
la más vasta comunidad humana. por el hecho de que en el fondo todo queda como
era al principio. El super-yo tortura al pecaminoso
Por eso los adultos se permiten
yo con las mismas sensaciones de angustia y está
regularmente hacer cualquier mal que les ofrezca
al acecho de oportunidades para hacerlo castigar
ventajas, siempre que estén seguros de que la
por el mundo exterior.
autoridad no los descubrirá o nada podrá
hacerles, de modo que su temor se refiere En esta segunda fase evolutiva, la conciencia
exclusivamente a la posibilidad de ser moral denota una particularidad que faltaba en la
descubiertos. En general, la sociedad de nuestros primera y que ya no es tan fácil explicar. En
días se ve obligada a aceptar este estado de cosas. efecto, se comporta tanto más severa y
desconfiadamente cuanto más virtuoso es el
hombre, de modo que, en última instancia,

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quienes han llegado más lejos por el camino de la examen de consciencia, reconoce sus pecados,
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santidad son precisamente los que se acusan de la eleva las exigencias de su conciencia moral, se
peor pecaminosidad. La virtud pierde así una impone privaciones y se castiga con penitencias.
parte de la recompensa que se le prometiera; el yo
Pueblos enteros se han conducido y aún
sumiso y austero no goza de la confianza de su
siguen conduciéndose de idéntica manera, pero
mentor y se esfuerza, al parecer en vano, por
esta actitud se explica fácilmente remontándose a
ganarla.
la fase infantil primitiva de la consciencia, que,
Aquí se querrá aducir que éstas no serían como vemos, no se abandona del todo una vez
sino dificultades artificiosamente creadas por introyectada la autoridad en el super-yo, sino que
nosotros, pues el hombre moral se caracteriza subsiste junto a ésta. El destino es considerado
precisamente por su conciencia moral más severa como un sustituto de la instancia parental; si nos
y más vigilante, y si los santos se acusan de ser golpea la desgracia, significa que ya no somos
pecadores, no lo hacen sin razón, teniendo en amados por esta autoridad máxima, y amenazados
cuenta las tentaciones de satisfacer sus instintos a por semejante pérdida de amor, volvemos a
que están expuestos en grado particular, pues, someternos al representante de los padres en el
como se sabe, la tentación no hace sino aumentar super-yo, al que habíamos pretendido desdeñar
en intensidad bajo las constantes privaciones, cuando gozábamos de la felicidad. Todo esto se
mientras que al concedérsele satisfacciones revela con particular claridad cuando, en estricto
ocasionales, se atenúa, por lo menos sentido religioso, no se ve en el destino sino una
transitoriamente. expresión de la voluntad divina.

Otro hecho del terreno de la ética, tan rico El pueblo de Israel se consideraba hijo
en problemas, es el de que la adversidad, es decir, predilecto del Señor, y cuando este gran Padre le
la frustración exterior, intensifica enormemente el hizo sufrir desgracia tras desgracia, de ningún
poderío de la consciencia en el super-yo; mientras modo Llegó a dudar de esa relación privilegiada
la suerte sonríe al hombre, su conciencia moral es con Dios ni de su poderío y justicia, sino que creó
indulgente y concede grandes libertades al yo; en los Profetas, que debían reprocharle su
cambio, cuando la desgracia le golpea, hace pecaminosidad, e hizo surgir de su sentimiento de

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culpabilidad los severísimos preceptos de la miedo al super-yo. Aquí no basta la renuncia a la


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religión sacerdotal. Es curioso, pero, ¡de qué satisfacción de los instintos, pues el deseo
distinta manera se conduce el hombre primitivo! correspondiente persiste y no puede ser ocultado
Cuando le ha sucedido una desgracia no se ante el super-yo.
achaca la culpa a sí mismo, sino al fetiche, que
En consecuencia, no dejará de surgir el
evidentemente no ha cumplido su cometido, y lo
sentimiento de culpabilidad, pese a la renuncia
muele a golpes en lugar de castigarse a sí mismo.
cumplida, circunstancia ésta que representa una
Por consiguiente, conocemos dos orígenes gran desventaja económica de la instauración del
del sentimiento de culpabilidad: uno es el miedo a super-yo o, en otros términos, de la génesis de la
la autoridad; el segundo, más reciente, es el temor conciencia moral. La renuncia instintual ya no
al super-yo. El primero obliga a renunciar a la tiene pleno efecto absolvente; la virtuosa
satisfacción de los instintos; el segundo impulsa, abstinencia ya no es recompensada con la
además, al castigo, dado que no es posible ocultar seguridad de conservar el amor, y el individuo ha
ante el super-yo la persistencia de los deseos trocado una catástrofe exterior amenazante -
prohibidos. Por otra parte, ya sabemos cómo ha de pérdida de amor y castigo por la autoridad
comprenderse la severidad del super-yo; es decir, exterior- por una desgracia interior permanente: la
el rigor de la conciencia moral. Ésta continúa tensión del sentimiento de culpabilidad.
simplemente la severidad de la autoridad exterior,
Estas interrelaciones son tan complejas y al
revelándola y sustituyéndola en parte. Advertimos
mismo tiempo tan importantes que a riesgo de
ahora la relación que existe entre la renuncia a los
incurrir en repeticiones aun quisiera abordarlas
instintos y el sentimiento de culpabilidad.
desde otro ángulo. La secuencia cronológica sería,
Originalmente, la renuncia instintual es una
pues, la siguiente: ante todo se produce una
consecuencia del temor a la autoridad exterior; se
renuncia instintual por temor a la agresión de la
renuncia a satisfacciones para no perder el amor
autoridad exterior -pues a esto se reduce el miedo
de ésta. Una vez cumplida esa renuncia, se han
a perder el amor, ya que el amor protege contra la
saldado las cuentas con dicha autoridad y ya no
agresión punitiva-; luego se instaura la autoridad
tendría que subsistir ningún sentimiento de
interior, con la consiguiente renuncia instintual
culpabilidad. Pero no sucede lo mismo con el

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

por miedo a ésta; es decir, por el miedo a la posteriormente, en cambio, esta situación se
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conciencia moral. En el segundo caso se equipara invierte: toda renuncia instintual se convierte
la mala acción con la intención malévola, de modo entonces en una fuente dinámica de la conciencia
que aparece el sentimiento de culpabilidad y la moral; toda nueva renuncia a la satisfacción
necesidad de castigo. aumenta su severidad y su intolerancia. Si
lográsemos conciliar mejor esta situación con la
La agresión por la conciencia moral perpetúa
génesis de la conciencia moral que ya conocemos,
así la agresión por la autoridad. Hasta aquí todo es
estaríamos tentados a sustentar la siguiente tesis
muy claro; pero, ¿dónde ubicar en este esquema el
paradójica: la conciencia moral es la consecuencia
reforzamiento de la conciencia moral por
de la renuncia instintual; o bien: la renuncia
influencia de adversidades exteriores -es decir, de
instintual (que nos ha sido impuesta desde fuera)
las renuncias impuestas desde fuera-; cómo
crea la conciencia moral, que a su vez exige
explicar la extraordinaria intensidad de la
nuevas renuncias instintuales.
consciencia en los seres mejores y más dóciles? Ya
hemos explicado ambas particularidades de la En realidad, no es tan grande la
conciencia moral, pero quizá tengamos la contradicción entre esta tesis y la génesis descrita
impresión de que estas explicaciones no Ilegan al de la conciencia moral, pudiéndose entrever un
fondo de la cuestión, sino que dejan un resto sin camino que permitirá restringirla aún más. A fin
explicar. de plantear más fácilmente el problema,
recurramos al ejemplo del instinto de agresión y
He aquí llegado el momento de introducir
aceptemos que en estas relaciones se ha de tratar
una idea enteramente propia del psicoanálisis y
siempre de una renuncia a la agresión.
extraña al pensar común. El enunciado de esta
idea nos permitirá comprender al punto por qué el Desde luego, esto no será más que una
tema debía parecernos tan confuso e hipótesis provisional. En tal caso, el efecto de la
impenetrable; en efecto; nos dice que si bien al renuncia instintual sobre la conciencia moral se
principio la conciencia moral (más exactamente: la fundaría en que cada parte de agresión a cuyo
angustia, convertida después en consciencia) es la cumplimiento renunciamos es incorporada por el
causa de la renuncia a los instintos, super-yo, acrecentando su agresividad (contra el

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

yo). Esta. proposición no concuerda perfectamente el niño, yo te trataría mal a ti.» La relación entre el
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con el hecho de que la agresividad original de la super-yo y el yo es el retorno, deformado por el
conciencia moral es una continuación de la deseo, de viejas relaciones reales entre el yo, aún
severidad con que actúa la autoridad exterior; es indiviso, y un objeto exterior, hecho que también
decir, que nada tiene que hacer con una renuncia; es típico. La diferencia fundamental reside,
pero podemos eliminar tal discrepancia aceptando empero, en que la primitiva severidad del super-yo
un origen distinto para esta primera provisión de no es -o no es en tal medida- la que el objeto nos
agresividad del super-yo. Este debe haber ha hecho sentir o la que le atribuimos, sino que
desarrollado considerables tendencias agresivas corresponde más a nuestra propia agresión contra
contra la autoridad que privara al niño de sus el objeto. Si esto es exacto, realmente se puede
primeras y más importantes satisfacciones, afirmar que la consciencia se habría formado
cualquiera que haya sido la especie particular de primitivamente por la supresión de una agresión, y
las renuncias instintuales impuestas por aquella que en su desarrollo se fortalecería por nuevas
autoridad. supresiones semejantes.

Bajo el imperio de la necesidad, el niño se Ahora bien, ¿cuál de ambas concepciones es


vio obligado a renunciar también a esta agresión la verdadera? ¿La primera, que nos parecía tan
vengativa, sustrayéndose a una situación bien fundada genéticamente, o la segunda, que
económicamente tan difícil, mediante el recurso viene a completar tan oportunamente nuestra
que le ofrecen mecanismos conocidos: incorpora, teoría? Evidentemente, ambas están justificadas,
identificándose con ella, a esta autoridad como también lo demuestra la observación directa;
inaccesible, que entonces se convierte en super-yo no se contradicen mutuamente y aun coinciden en
y se apodera de toda la agresividad que el niño un punto, pues la agresividad vengativa del niño
gustosamente habría desplegado contra aquélla. El ha de ser determinada en parte por la medida de
yo del niño debe acomodarse al triste papel de la la agresión punitiva que atribuye al padre.
autoridad así degradada: del padre.
Pero la experiencia nos enseña que la
Se trata, como en tantas ocasiones, de una severidad del super-yo desarrollado por el niño de
típica situación invertida: «Si yo fuese el padre y tú ningún modo refleja la severidad del trato que se le

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

ha hecho experimentar. La primera parece ser En cambio se nos presenta una nueva e
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independiente de ésta, pues un niño educado muy importante diferencia entre estos dos procesos. No
blandamente puede desarrollar una conciencia podemos eludir la suposición de que el
moral sumamente severa. sentimiento de culpabilidad de la especie humana
procede del complejo de Edipo y fue adquirido al
Pero también sería incorrecto exagerar esta
ser asesinado el padre por la coalición de los
independencia; no es difícil convencerse de que el
hermanos. En esa oportunidad la agresión no fue
rigor de la educación ejerce asimismo una
suprimida, sino ejecutada: la misma agresión que
influencia poderosa sobre la génesis del super-yo
al ser coartada debe originar en el niño el
infantil. Sucede que a la formación del super-yo y
sentimiento de culpabilidad.
al desarrollo de la conciencia moral concurren
factores constitucionales innatos e influencias del Ahora no me asombraría si uno de mis
medio, deI ambiente real, dualidad que nada tiene lectores exclamase airadamente: «¡De modo que es
de extraño pues representa la condición etiológica completamente igual si se mata al padre o si no se
general de todos estos procesos. le mata, pues de todos modos nos crearemos un
sentimiento de culpabilidad! ¡Bien puede uno
También se puede decir que el niño, cuando
permitirse algunas dudas! O bien es falso que el
reacciona frente a las primeras grandes
sentimiento de culpabilidad proceda de agresiones
privaciones instintuales con agresión excesiva y
suprimidas o bien toda la historia del parricidio no
con una severidad correspondiente del super-yo,
es más que un cuento, y los hijos de los hombres
no hace sino repetir un prototipo filogenético,
primitivos no mataron a sus padres con mayor
excediendo la justificación actual de la reacción,
frecuencia de lo que suelen hacerlo los actuales.
pues el padre prehistórico seguramente fue terrible
Por otra parte, si no es un cuento, sino verdad
y bien podía atribuírsele, con todo derecho, la más
histórica aceptable, entonces sólo nos
extrema agresividad. Las divergencias entre ambas
encontraríamos ante un caso en el cual ocurre lo
concepciones de la génesis de la conciencia moral
que todo el mundo espera: que uno se sienta
se atenúan, pues, aún más si se pasa de la
culpable por haber hecho realmente algo
historia evolutiva individual a la filogenética. injustificado. ¡Y este caso, que a fin de cuentas

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

sucede todos los días, es el que el psicoanálisis no aparece y pese a la magnitud de su importancia
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atina a explicar!» práctica.

Nada más cierto que esta falta, pero hemos Pero si el humano sentimiento de
de apresurarnos a remediarla. Por otra parte, no culpabilidad se remonta al asesinato del
se trata de ningún misterio especial. Si alguien protopadre, ¿acaso no se trataba también de un
tiene un sentimiento de culpabilidad después de caso de «remordimiento», aunque entonces no
haber cometido alguna falta, y precisamente a puede haberse dado la condición previa de la
causa de ésta, tal sentimiento debería llamarse, conciencia moral y del sentimiento de culpabilidad
más bien, remordimiento. Sólo se refiere a un anteriores al hecho? ¿De dónde proviene en esa
hecho dado, y, naturalmente, presupone que antes situación el remordimiento? Este caso
del mismo haya existido una disposición a sentirse seguramente ha de aclararnos el enigma del
culpable, es decir, una conciencia moral, de modo sentimiento de culpabilidad, poniendo fin a
que semejante remordimiento jamás podrá nuestras dificultades. Efectivamente, creo que
ayudarnos a encontrar el origen de la conciencia cumplirá nuestras esperanzas.
moral y del sentimiento de culpabilidad en general.
Este remordimiento fue el resultado de la
En estos casos cotidianos suele suceder que primitivísima ambivalencia afectiva frente al padre,
una necesidad instintual ha adquirido la fuerza pues los hijos lo odiaban, pero también lo amaban;
necesaria para imponer su satisfacción contra la una vez satisfecho el odio mediante la agresión, el
energía, también limitada, de la conciencia moral, amor volvió a surgir en el remordimiento
restableciéndose luego la primitiva relación de consecutivo al hecho, erigiendo el super-yo por
fuerzas mediante la natural atenuación que la identificación con el padre, dotándolo del poderío
necesidad instintual experimenta al satisfacerse. de éste, como si con ello quisiera castigar la
Por consiguiente, el psicoanálisis hace bien al agresión que se le hiciera sufrir, y estableciendo
excluir de estas consideraciones el caso que finalmente las restricciones destinadas a prevenir
representa el sentimiento de culpabilidad emanado la repetición del crimen.
del remordimiento, pese a la frecuencia con que

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

Y como la tendencia agresiva contra el padre Dado que la cultura obedece a una pulsión
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volvió a agitarse en cada generación sucesiva, erótica interior que la obliga a unir a los hombres
también se mantuvo el sentimiento de en una masa íntimamente amalgamada, sólo
culpabilidad, fortaleciéndose de nuevo con cada puede alcanzar este objetivo mediante la constante
una de las agresiones contenidas y transferidas al y progresiva acentuación del sentimiento de
super-yo. culpabilidad. El proceso que comenzó en relación
con el padre concluye en relación con la masa. Si
Creo que por fin comprenderemos
la cultura es la vía ineludible que lleva de la
claramente dos cosas: la participación del amor en
familia a la humanidad entonces, a consecuencia
la génesis de la consciencia y el carácter
del innato conflicto de ambivalencia, a causa de la
fatalmente inevitable del sentimiento de
eterna querella entre la tendencia de amor y la de
culpabilidad. Efectivamente, no es decisivo si
muerte, la cultura está ligada indisolublemente
hemos matado al padre o si nos abstuvimos del
con una exaltación del sentimiento de
hecho: en ambos casos nos sentiremos por fuerza
culpabilidad, que quizá llegue a alcanzar un grado
culpables, dado que este sentimiento de
difícilmente soportable para el individuo. Aquí
culpabilidad es la expresión del conflicto de
acude a nuestra mente la conmovedora
ambivalencia, de la eterna lucha entre el Eros y el
imprecación que el gran poeta dirige contra las
instinto de destrucción o de muerte.
«potencias celestes»:
Este conflicto se exacerba en cuanto al
A la vida nos echáis,
hombre se le impone la tarea de vivir en
comunidad; mientras esta comunidad sólo adopte Dejando que el pobre incurra en culpa;
la forma de familia, aquél se manifestará en el
luego lo dejáis sufrir,
complejo de Edipo, instituyendo la consciencia y
engendrando el primer sentimiento de Pues toda culpa se ha de expiar.
culpabilidad. Cuando se intenta ampliar dicha
comunidad, el mismo conflicto persiste en formas No podemos por menos de suspirar
que dependen del pasado, reforzándose y desconsolados al advertir cómo a ciertos hombres
exaltando aún más el sentimiento de culpabilidad. les es dado hacer surgir del torbellino de sus

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

propios sentimientos, sin esfuerzo alguno, los más la cultura reside en la pérdida de felicidad por
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profundos conocimientos, mientras que nosotros aumento del sentimiento de culpabilidad.
para alcanzarlos debemos abrirnos paso a través
Lo que aún parezca extraño en esta
de torturantes vacilaciones e inciertos tanteos.
proposición, resultado final de nuestro estudio,
VIII quizá pueda atribuirse a la muy extraña y aún
completamente inexplicada relación entre el
LLEGADOS al término de semejante sentimiento de culpabilidad y nuestra consciencia.
excursión el autor debe excusarse ante sus En los casos comunes de remordimiento que
lectores por no haber sido un guía más hábil, por consideramos normales, aquel sentimiento se
no haberles evitado los trechos áridos ni los rodeos expresa con suficiente claridad en la consciencia y
dificultosos del camino. No cabe duda de que se aun solemos decir, en lugar de «sentimiento de
pueda llegar mejor al mismo objetivo; en lo que de culpabilidad» (Schuld-gefühl), «consciencia de
mí depende, trataré de compensar algunos de culpabilidad» (Schuldbewußtsein).
estos defectos.
El estudio de las neurosis, al cual debemos
Ante todo, sospecho haber despertado en el las más valiosas informaciones para la
lector la impresión de que las consideraciones comprensión de lo normal, nos revela situaciones
sobre el sentimiento de culpabilidad exceden los harto contradictorias. En una de estas afecciones,
límites de este trabajo, al ocupar ellas solas la neurosis obsesiva, el sentimiento de
demasiado espacio, relegando a segundo plano culpabilidad se impone a la consciencia con
todos los temas restantes, con los que no siempre excesiva intensidad, dominando tanto el cuadro
están íntimamente vinculadas. Esto bien puede clínico como la vida entera del enfermo, y apenas
haber trastornado la estructura de mi estudio, deja surgir otras cosas junto a él. Pero en la
pero corresponde por completo al propósito de mayoría de los casos y formas restantes de la
destacar el sentimiento de culpabilidad como neurosis el sentimiento de culpabilidad permanece
problema más importante de la evolución cultural, enteramente inconsciente, sin que sus efectos
señalando que el precio pagado por el progreso de sean por ello menos intensos. Los enfermos no nos
creen cuando les atribuimos un «sentimiento

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

inconsciente de culpabilidad»; para que lleguen a nos vemos obligados a hablar de una «angustia
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comprendernos, aunque sólo sea en parte, les inconsciente», o bien para aplacar nuestros
explicamos que el sentimiento de culpabilidad se escrúpulos psicológicos; ya que la angustia no es,
expresa por una necesidad inconsciente de en principio, sino una sensación, hablaremos de
castigo. «posibilidades de angustia». Por eso también se
concibe fácilmente que el sentimiento de
Pero no hemos de sobrevalorar su relación
culpabilidad engendrado por la cultura no se
con la forma que adopta una neurosis, pues
perciba como tal, sino que permanezca
también en la obsesiva hay ciertos tipos de
inconsciente en gran parte o se exprese como un
enfermos que no perciben su sentimiento de
malestar, un descontento que se trata de atribuir a
culpabilidad, o que sólo alcanzan a sentirlo como
otras motivaciones. Las religiones, por lo menos,
torturante malestar, como una especie de
jamás han dejado de reconocer la importancia del
angustia, cuando se les impide la ejecución de
sentimiento de culpabilidad para la cultura,
determinados actos. Sin duda sería necesario que
denominándolo «pecado» y pretendiendo librar de
por fin se comprendiera todo esto, pero aún no
él a la Humanidad, aspecto éste que omití
hemos llegado a tanto. Quizá convenga señalar
considerar en cierta ocasión.
aquí que el sentimiento de culpabilidad no es, en
el fondo, sino una variante topográfica de la En cambio, en otra obra me basé
angustia, y que en sus fases ulteriores coincide precisamente en la forma en que el cristianismo
por completo con el miedo al super-yo. obtiene esta redención -por la muerte sacrificial de
un individuo, que asume así la culpa común a
Por otra parte, en su relación con la
todos- para deducir de ella la ocasión en la cual
consciencia, la angustia presenta las mismas
esta protoculpa original puede haber sido
extraordinarias variaciones que observamos en el
adquirida por vez primera, ocasión que habría sido
sentimiento de culpabilidad. En una u otra forma,
también el origen de la cultura.
siempre hay angustia oculta tras todos los
síntomas; pero mientras en ciertas ocasiones Quizá no sea superfluo, aunque tampoco es
acapara ruidosamente todo el campo de la muy importante, que ilustremos la significación de
consciencia, en otras se oculta a punto tal, que algunos términos como super-yo, conciencia,

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

sentimiento de culpabilidad, necesidad de castigo, un super-yo; del sentimiento o de la consciencia


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remordimiento, términos que probablemente de culpabilidad, en cambio, cabe aceptar que
hayamos aplicado con cierta negligencia y en existe antes que el super-yo y, en consecuencia,
mutua confusión. Todos se relacionan con la también antes que la conciencia (moral). Es
misma situación, pero denotan distintos aspectos entonces la expresión directa e inmediata del
de ésta. temor ante la autoridad exterior, el reconocimiento
de la tensión entre el yo y esta última; es el
El super-yo es una instancia psíquica
producto directo del conflicto entre la necesidad de
inferida por nosotros; la conciencia es una de las
amor parental y la tendencia a la satisfacción
funciones que le atribuimos, junto a otras; está
instintual, cuya inhibición engendra la
destinada a vigilar los actos y las intenciones del
agresividad.
yo, juzgándolos y ejerciendo una actividad
censoria. El sentimiento de culpabilidad -la La superposición de estos dos planos del
severidad del super-yo- equivale, pues, al rigor de sentimiento de culpabilidad -el derivado del miedo
la conciencia; es la percepción que tiene el yo de a la autoridad exterior y el producido por el temor
esta vigilancia que se le impone, es su apreciación ante la interior- nos ha dificultado a menudo la
de las tensiones entre sus propias tendencias y las comprensión de las relaciones de la conciencia
exigencias del super-yo; por fin, la angustia moral. Remordimiento es un término global
subyacente a todas estas relaciones, el miedo a empleado para designar la reacción del yo en un
esta instancia crítica, o sea, la necesidad de caso especial del sentimiento de culpabilidad,
castigo, es una manifestación instintiva del yo que incluyendo el material sensitivo casi inalterado de
se ha tornado masoquista bajo la influencia del la angustia que actúa tras aquél; es en sí mismo
super-yo sádico; en otros términos, es una parte un castigo, y puede abarcar toda la necesidad de
del impulso a la destrucción interna que posee el castigo; por consiguiente, también el
yo y que utiliza para establecer un vínculo erótico remordimiento puede ser anterior al desarrollo de
con el super-yo. la conciencia moral.

Jamás se debería hablar de conciencia Tampoco será superfluo volver a repasar las
mientras no se haya demostrado la existencia de contradicciones que por momentos nos han

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

confundido en nuestro estudio. Una vez Estaríamos tentados a buscar aquí la solución del
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pretendíamos que el sentimiento de culpabilidad problema de las variables relaciones entre el
fuera una consecuencia de las agresiones sentimiento de culpabilidad y la consciencia. El
coartadas, mientras que en otro caso, sentimiento de culpabilidad, emanado del
precisamente en su origen histórico, en el remordimiento por la mala acción, siempre debería
parricidio, debía ser el resultado de una agresión ser consciente; mientras que el derivado de la
realizada. percepción del impulso nocivo podría permanecer
inconsciente. Pero las cosas no son tan simples, y
Con todo, también logramos superar este
la neurosis obsesiva contradice fundamentalmente
obstáculo, pues la instauración de la autoridad
este esquema.
interior, del super-yo, vino a trastocar
radicalmente la situación. Antes de este cambio, el Hemos visto que hay una segunda
sentimiento de culpabilidad coincidía con el contradicción entre ambas hipótesis sobre el
remordimiento (advertimos aquí que este término origen de la energía agresiva de que suponemos
debe reservarse para designar la reacción dotado al super-yo. En efecto, según la primera
consecutiva al cumplimiento real de la agresión). concepción, aquélla no es más que la continuación
de la energía punitiva de la autoridad exterior,
Después del mismo, la diferencia entre
conservándola en la vida psíquica, mientras que
agresión intencionada y realizada perdió toda
según la otra representaría, por el contrario, la
importancia debido a la omnisapiencia del super-
agresividad propia, dirigida contra esa autoridad
yo; ahora, el sentimiento de culpabilidad podía
inhibidora, pero no realizada. La primera
originarse tanto en un acto de violencia
concepción parece adaptarse mejor a la historia
efectivamente realizado -cosa que todo el mundo
del sentimiento de culpabilidad, mientras que la
sabe- como también en uno simplemente
segunda tiene más en cuenta su teoría.
intencionado -hecho que el psicoanálisis ha
descubierto-. Tanto antes como después, sin tener Profundizando la reflexión, esta antinomia,
en cuenta este cambio de la situación psicológica, al parecer inconciliable, casi llegó a esfumarse
el conflicto de ambivalencia entre ambos excesivamente, pues quedó como elemento
protoinstintos produce el mismo efecto. esencial y común el hecho de que en ambos casos

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

se trata de una agresión desplazada hacia dentro. Pero en tal caso sólo sería nuevamente la
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Por otra parte, la observación clínica permite agresión la que transforma en sentimiento de
diferenciar realmente dos fuentes de la agresión culpabilidad al ser coartada y derivada al super-
atribuida al super-yo, una u otra de las cuales yo. Estoy convencido de que podremos concebir
puede predominar en cada caso individual, más simple y claramente muchos procesos
aunque generalmente actúan en conjunto. psíquicos si limitamos únicamente a los instintos
agresivos la génesis del sentimiento de
Creo llegado el momento de insistir
culpabilidad descubierta por el psicoanálisis. La
formalmente en una concepción que hasta ahora
observación del material clínico no nos
he propuesto como hipótesis provisional. En la
proporciona aquí una respuesta inequívoca, pues,
literatura analítica más reciente se expresa una
como lo anticipaban nuestras propias hipótesis,
predilección por la teoría de que toda forma de
ambas categorías de instintos casi nunca aparecen
privación, toda satisfacción instintual defraudada,
en forma pura y en mutuo aislamiento; pero la
tiene o podría tener por consecuencia un aumento
investigación de casos extremos seguramente nos
del sentimiento de culpabilidad. Por mi parte, creo
llevará en la dirección que yo preveo.
que se simplifica considerablemente la teoría si se
aplica este principio únicamente a los instintos Estoy tentado de aprovechar
agresivos, y no hay duda de que serán pocos los inmediatamente esta concepción más estrecha,
hechos que contradigan esta hipótesis. aplicándola al proceso de la represión. Como ya
sabemos, los síntomas de la neurosis son en
En efecto, ¿cómo se explicaría, dinámica y
esencia satisfacciones sustitutivas de deseos
económicamente, que en lugar de una exigencia
sexuales no realizados. En el curso de la labor
erótica insatisfecha aparezca un aumento del
analítica hemos aprendido, para gran sorpresa
sentimiento de culpabilidad? Esto sólo parece ser
nuestra, que quizá toda neurosis oculte cierta
posible a través de la siguiente derivación
cantidad de sentimiento de culpabilidad
indirecta: al impedir la satisfacción erótica se
inconsciente, el cual a su vez refuerza los síntomas
desencadenaría cierta agresividad contra la
al utilizarlo como castigo. Cabría formular, pues,
persona que impide esa satisfacción, y esta
la siguiente proposición: cuando un impulso
agresividad tendría que ser a su vez contenida. instintual sufre la represión, sus elementos

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

libidinales se convierten en síntomas, y sus En efecto, salvamos dicha incertidumbre al


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componentes agresivos, en sentimiento de comprobar que el proceso cultural es aquella
culpabilidad. Aun si esta proposición sólo fuese modificación del proceso vital que surge bajo la
cierta como aproximación, bien merecería que le influencia de una tarea planteada por el Eros y
dedicáramos nuestro interés. urgida por Ananké, por la necesidad exterior real:
tarea que consiste en la unificación de individuos
Por otra parte, muchos lectores tendrán la
aislados para formar una comunidad
impresión de que se ha mencionado excesivamente
libidinalmente vinculada. Pero si contemplamos la
la fórmula de la lucha entre el Eros y el instinto de
relación entre el proceso cultural en la Humanidad
muerte. La apliqué para caracterizar el proceso
y el del desarrollo o de la educación individuales,
cultural que transcurre en la Humanidad, pero
no vacilaremos en reconocer que ambos son de
también la vinculé con la evolución del individuo,
índole muy semejante, y que aun podrían
y además pretendí que habría de revelar el secreto
representar un mismo proceso realizado en
de la vida orgánica en general.
distintos objetos.
Parece, pues, ineludible investigar las
Naturalmente, el proceso cultural de la
vinculaciones mutuas entre estos tres procesos. La
especie humana es una abstracción de orden
repetición de la misma fórmula está justificada por
superior al de la evolución del individuo, y por eso
la consideración de que tanto el proceso cultural
mismo es más difícil captarlo concretamente. No
de la Humanidad como el de la evolución
conviene exagerar en forma artificiosa el
individual no son sino mecanismos vitales, de
establecimiento de semejantes analogías; no
modo que han de participar del carácter más
obstante, teniendo en cuenta la similitud de los
general de la vida. Pero esta misma generalidad del
objetivos de ambos procesos -en un caso, la
carácter biológico le resta todo valor como
inclusión de un individuo en la masa humana; en
elemento diferencial del proceso de la cultura,
el otro, la creación de una unidad colectiva a partir
salvo que sea limitado por condiciones particulares
de muchos individuos-, no puede sorprendernos la
en el caso de esta última. semejanza de los métodos aplicados y de los
resultados obtenidos. Pero tampoco podemos
seguir ocultando un rasgo diferencial de ambos

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

procesos, pues su importancia es extraordinaria. a segundo plano; casi parecería que la creación de
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La evolución del individuo sustenta como fin una gran comunidad humana podría ser lograda
principal el programa del principio del placer, es con mayor éxito si se hiciera abstracción de la
decir, la prosecución de la felicidad, mientras que felicidad individual. Por consiguiente, debe
la inclusión en una comunidad humana o la admitirse que el proceso evolutivo del individuo
adaptación a la misma aparece como un requisito puede tener rasgos particulares que no se
casi ineludible que ha de ser cumplido para encuentran en el proceso cultural de la
alcanzar el objetivo de la felicidad; pero quizá sería Humanidad; el primero sólo coincidirá con el
mucho mejor si esta condición pudiera ser segundo en la medida en que tenga por meta la
eliminada. adaptación a la comunidad.

En otros términos, la evolución individual se Tal como el planeta gira en torno de su astro
nos presenta como el producto de la interferencia central, además de rotar alrededor del propio eje,
entre dos tendencias: la aspiración a la felicidad, así también el individuo participa en el proceso
que solemos calificar de «egoísta», y el anhelo de evolutivo de la Humanidad, recorriendo al mismo
fundirse con los demás en una comunidad, que tiempo el camino de su propia vida. Pero para
llamamos «altruista». Ambas designaciones no nuestros ojos torpes el drama que se desarrolla en
pasan de ser superficiales. Como ya lo hemos el firmamento parece estar fijado en un orden
dicho, en la evolución individual el acento suele imperturbable; en los fenómenos orgánicos, en
recaer en la tendencia egoísta o de felicidad, cambio, aún advertimos cómo luchan las fuerzas
mientras que la otra, que podríamos designar entre sí y cómo cambian sin cesar
«cultural», se limita generalmente a instituir
Los resultados del conflicto. Tal como
restricciones.
fatalmente deben combatirse en cada individuo las
Muy distinto es lo que sucede en el proceso dos tendencias antagónicas -la de felicidad
de la cultura. El objetivo de establecer una unidad individual y la de unión humana-, así también han
formada por individuos humanos es, con mucho, de enfrentarse por fuerza, disputándose el terreno,
el más importante, mientras que el de la felicidad ambos procesos evolutivos: el del individuo y el de
individual, aunque todavía subsiste, es desplazado la cultura. Pero esta lucha entre individuo y

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

sociedad no es hija del antagonismo, quizá muy unilateralmente. En muchos casos la


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inconciliable, entre los protoinstintos, entre Eros y analogía llega aún más lejos, pues con regular
Muerte, sino que responde a un conflicto en la frecuencia, aunque no siempre, esos personajes
propia economía de la libido, conflicto comparable han sido denigrados, maltratados o aun
a la disputa por el reparto de la libido entre el yo y despiadadamente eliminados por sus semejantes,
los objetos. No obstante las penurias que suerte similar a la del protopadre, que sólo mucho
actualmente impone la existencia del individuo, la tiempo después de su violenta muerte asciende a
contienda puede Ilegar en éste a un equilibrio la categoría de divinidad.
definitivo que, según esperamos, también
La figura de Jesucristo es, precisamente, el
alcanzará en el futuro de la cultura.
ejemplo más cabal de semejante doble destino,
Aún puede llevarse mucho más lejos la siempre que no sea por ventura una creación
analogía entre el proceso cultural y la evolución mitológica surgida bajo el oscuro recuerdo de
del individuo, pues cabe sostener que también la aquel homicidio primitivo. Otro elemento
comunidad desarrolla un super-yo bajo cuya coincidente reside en que el super-yo cultural, a
influencia se produce la evolución cultural. Para el entera semejanza del individual, establece rígidos
estudioso de las culturas humanas sería tentadora ideales cuya violación es castigada con la
la tarea de perseguir esta analogía en casos «angustia de conciencia».
específicos. Por mi parte, me limitaré a destacar
Aquí nos encontramos ante la curiosa
algunos detalles notables.
situación de que los procesos psíquicos respectivos
El super-yo de una época cultural nos son más familiares, más accesibles a la
determinada tiene un origen análogo al del super- consciencia, cuando los abordamos bajo su
yo individual, pues se funda en la impresión que aspecto colectivo que cuando los estudiamos en el
han dejado los grandes personajes conductores, individuo. En éste sólo se expresan ruidosamente
los hombres de abrumadora fuerza espiritual o las agresiones del super-yo, manifestadas como
aquellos en los cuales algunas de las aspiraciones reproches al elevarse la tensión interna, mientras
humanas básicas llegó a expresarse con máxima que sus exigencias mismas a menudo yacen
energía y pureza, aunque, quizá por eso mismo, inconscientes. Al llevarlas a la percepción

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

consciente se comprueba que coinciden con los particular interés que tiene para nosotros el quizá
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preceptos del respectivo super-yo cultural. Ambos más reciente precepto del super-yo cultural:
procesos -la evolución cultural de la masa y el «Amarás al prójimo como a ti mismo.» La
desarrollo propio del individuo- siempre están aquí investigación y el tratamiento de las neurosis nos
en cierta manera conglutinados. Por eso muchas han llevado a sustentar dos acusaciones contra el
expresiones y cualidades del super-yo pueden ser super-yo del individuo: con la severidad de sus
reconocidas con mayor facilidad en su expresión preceptos y prohibiciones se despreocupa
colectiva que en el individuo aislado. demasiado de la felicidad del yo, pues no toma
debida cuenta de las resistencias contra el
El super-yo cultural ha elaborado sus
cumplimiento de aquellos, de la energía instintiva
ideales y erigido sus normas. Entre éstas, las que
del ello y de las dificultades que ofrece el mundo
se refieren a las relaciones de los seres humanos
real.
entre sí están comprendidas en el concepto de la
ética. En todas las épocas se dio el mayor valor a Por consiguiente, al perseguir nuestro
estos sistemas éticos, como si precisamente ellos objetivo terapéutico, muchas veces nos vemos
hubieran de colmar las máximas esperanzas. obligados a luchar contra el super-yo,
esforzándonos por atenuar sus pretensiones.
En efecto, la ética aborda aquel purito que
Podemos oponer objeciones muy análogas contra
es fácil reconocer como el más vulnerable de toda
las exigencias éticas del super-yo cultural.
cultura. Por consiguiente, debe ser concebida
Tampoco éste se preocupa bastante por la
como una tentativa terapéutica, como un ensayo
constitución psíquica del hombre, pues instituye
destinado a lograr mediante un imperativo del
un precepto y no se pregunta si al ser humano le
super-yo lo que antes no pudo alcanzar la restante
será posible cumplirlo.
labor cultural.
Acepta, más bien, que al yo del hombre le es
Ya sabemos que en este sentido el problema
psicológicamente posible realizar cuanto se le
consiste en eliminar el mayor obstáculo con que
encomiende; que el yo goza de ilimitada autoridad
tropieza la cultura: la tendencia constitucional de
sobre su ello. He aquí un error, pues aun en los
los hombres a agredirse mutuamente; de ahí el
seres pretendidamente normales la dominación

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

sobre el ello no puede exceder determinados rinda sus frutos ya en esta tierra. También yo
69
límites. considero indudable que una modificación objetiva
de las relaciones del hombre con la propiedad
Si las exigencias los sobrepasan, se produce
sería en este sentido más eficaz que cualquier
en el individuo una rebelión o una neurosis, o se le
precepto ético; pero los socialistas malogran tan
hace infeliz. El mandamiento «Amarás al prójimo
justo reconocimiento, desvalorizándolo en su
como a ti mismo» es el rechazo más intenso de la
realización al incurrir en un nuevo
agresividad humana y constituye un excelente
desconocimiento idealista de la naturaleza
ejemplo de la actitud antipsicológica que adopta el
humana.
super-yo cultural. Ese mandamiento es
irrealizable; tamaña inflación del amor no puede A mi juicio, el concepto de que los
menos que menoscabar su valor, pero de ningún fenómenos de la evolución cultural pueden
modo conseguirá remediar el mal. interpretarse en función de un super-yo, aún
promete revelar nuevas inferencias. Pero nuestro
La cultura se despreocupa de todo esto,
estudio toca a su fin, aunque sin eludir una última
limitándose a decretar que cuanto más difícil sea
cuestión. Si la evolución de la cultura tiene tan
obedecer el precepto, tanto más mérito tendrá su
trascendentes analogías con la del individuo y si
acatamiento. Pero quien en el actual estado de la
emplea los mismos recursos que ésta, ¿acaso no
cultura se ajuste a semejante regla, no hará sino
estará justificado el diagnóstico de que muchas
colocarse en situación desventajosa frente a todos
culturas -o épocas culturales, y quizá aun la
aquellos que la violen. ¡Cuán poderoso obstáculo
Humanidad entera- se habrían tornado
cultural debe ser la agresividad si su rechazo
«neuróticas» bajo la presión de las ambiciones
puede hacernos tan infelices como su realización!
culturales?
De nada nos sirve aquí la pretendida ética
«natural», fuera de que nos ofrece la satisfacción La investigación analítica de estas neurosis
narcisista de poder considerarnos mejores que los bien podría conducir a planes terapéuticos de gran
demás. La ética basada en la religión, por su interés práctico, y en modo alguno me atrevería a
parte, nos promete un más allá mejor, pero pienso sostener que semejante tentativa de transferir el
que predicará en desierto mientras la virtud nos psicoanálisis a la comunidad cultural sea

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

insensata o esté condenada a la esterilidad. No es lo más precioso que podríamos poseer o


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obstante, habría que proceder con gran prudencia, adquirir, y su camino habría de llevarnos
sin olvidar que se trata únicamente de analogías y indefectiblemente a la cumbre de una
que tanto para los hombres como para los insospechada perfección.
conceptos es peligroso que sean arrancados del
Por lo menos puedo escuchar sin
suelo en que se han originado y desarrollado.
indignarme la opinión del crítico que, teniendo en
Además, el diagnóstico de las neurosis colectivas
cuenta los objetivos perseguidos por los esfuerzos
tropieza con una dificultad particular. En la
culturales y los recursos que éstos aplican,
neurosis individual disponemos como primer
considera obligada la conclusión de que todos
punto de referencia del contraste con que el
estos esfuerzos no valdrían la pena y de que el
enfermo se destaca de su medio, que
resultado final sólo podría ser un estado
consideramos «normal».
intolerable para el individuo. Pero me es fácil ser
Este telón de fondo no existe en una masa imparcial, pues sé muy poco sobre todas estas
uniformemente afectada, de modo que deberíamos cosas y con certeza sólo una: que los juicios
buscarlo por otro lado. En cuanto a la aplicación estimativos de los hombres son infaliblemente
terapéutica de nuestros conocimientos, ¿de qué orientados por los deseos de alcanzar la felicidad,
serviría el análisis más penetrante de las neurosis constituyendo, pues, tentativas destinadas a
sociales si nadie posee la autoridad necesaria para fundamentar sus ilusiones con argumentos.
imponer a las masas la terapia correspondiente?
Contaría con toda mi comprensión quien
Pese a todas estas dificultades, podemos esperar
pretendiera destacar el carácter forzoso de la
que algún día alguien se atreva a emprender
cultura humana, declarando, por ejemplo, que la
semejante patología de las comunidades
tendencia a restringir la vida sexual o a implantar
culturales.
el ideal humanitario a costa de la selección
Múltiples y variados motivos excluyen de natural, sería un rasgo evolutivo que no es posible
mis propósitos cualquier intento de valoración de eludir o desviar, y frente al cual lo mejor es
la cultura humana. He procurado eludir el someterse, cual si fuese una ley inexorable de la
prejuicio entusiasta según el cual nuestra cultura Naturaleza.

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

También conozco la objeción a este punto de RESUMEN 71


vista: muchas veces, en el curso de la historia
humana, las tendencias consideradas como El "sentimiento oceánico" como fundamento
insuperables fueron descartadas y sustituidas por de la religión
otras. Así, me falta el ánimo necesario para
Freud parte de un concepto bastante
erigirme en profeta ante mis contemporáneos, no
indefinido, de un precomprensión de la realidad
quedándome más remedio que exponerme a sus
que denomina "sentimiento oceánico" o
reproches por no poder ofrecerles consuelo alguno.
"sentimiento de eternidad". Este concepto parece
Pues, en el fondo, no es otra cosa lo que persiguen
ser común a todo hombre: todo el mundo tiene, en
todos: los más frenéticos revolucionarios con el
general, la necesidad de sentirse infinito, de
mismo celo que los creyentes más piadosos.
saberse eterno. Este podría ser, en principio, el
A mi juicio, el destino de la especie humana germen de toda religiosidad y explicaría la
será decidido por la circunstancia de si -y hasta extensión del fenómeno religioso a todas las
qué punto- el desarrollo cultural logrará hacer culturas, cualquiera que sea su estadio de
frente a las perturbaciones de la vida colectiva evolución. Freud es escéptico con respecto a este
emanadas del instinto de agresión y de sentimiento oceánico de pertenencia pero, no
autodestrucción. En este sentido, la época actual obstante, va a tratar de explicarlo desde el punto
quizá merezca nuestro particular interés. Nuestros de vista del psicoanálisis.
contemporáneos han Llegado a tal extremo en el
El sujeto, el yo no es una realidad
dominio de las fuerzas elementales que con su
completamente delimitada. Sus contornos no son
ayuda les sería fácil exterminarse mutuamente
precisos, pero sí que sabemos que evoluciona a lo
hasta el último hombre. Bien lo saben, y de ahí
largo de la vida. En la primera infancia, el yo lo
buena parte de su presente agitación, de su
abarca todo, es la única realidad existente: todo lo
infelicidad y su angustia. Sólo nos queda esperar
que se manifiesta se manifiesta dentro del yo. Poco
que la otra de ambas «potencias celestes», el eterno
a poco, el lactante va diferenciando dos tipos de
Eros, despliegue sus fuerzas para vencer en la
fenómenos, los placenteros y los dolorosos,
lucha con su no menos inmortal adversario. Mas,
separando los segundos de su percepción del yo.
¿quién podría augurar el desenlace final?.

71
Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

La consideración de todo lo doloroso, de todo lo Así, la necesidad de protección y de autoridad del


72
que no satisface directa e inmediatamente sus individuo se ve colmada por la religión. La divina
instintos como un afuera, como un mundo providencia no es otra cosa que la exaltación de la
exterior, hostil y ajeno a la voluntad, servirá para idea del padre. El sentimiento oceánico no es más
que el individuo desarrollado establezca la que un apoyo de este fenómeno fundamental.
diferencia entre el yo y los objetos.
Esa dependencia infantil es mantenida
Pese a esa evolución experimentada, hay durante la edad adulta debido a la necesidad de
algo que nos permite relacionar el yo primitivo con lenitivos que nos imponen los sufrimientos de la
el "sentimiento oceánico: la conservación de lo vida. Estos sedantes pueden ser distracciones, que
psíquico. Todo lo que aparece una vez en la mente, desvían nuestra atención del objeto que nos
no desaparece necesariamente, sino que más bien produce sufrimiento; satisfacciones como el arte,
ocurre lo contrario: la regla en psicología es que que nos permiten evadirnos con la imaginación; y
todo se conserva, salvo en fenómenos los narcóticos químicos. La religión corresponde a
extraordinarios que, si bien puede también uno de los dos primeros tipos.
conservarse, no es factible sacarlos a flote en la
Por otro lado, dirá que la pregunta por el
consciencia. Así pues, el sentimiento de
objeto de la vida no es un argumento válido para
pertenencia al universo que algunos individuos
defender la religión, que supuestamente sería la
experimentan puede deberse a la pervivencia de
respuesta a esa pregunta, ya que la propia
ese primer yo que abarcaba toda la realidad.
pregunta presupone un sistema religioso y altas
Sin embargo, Freud no cree que sea éste el dosis de antropocentrismo. Lo que hay que buscar
fundamento de la religión, pues se trata nada más no es el sentido de la vida, sino tan sólo los
que de una sensación más o menos neutra, motivos que hacen que el hombre actúe de una u
mientras que un fenómeno que ejerce tanta otra manera.
violencia contra el individuo no puede responder
La búsqueda de la felicidad
sino a una fuerte necesidad. Y esta necesidad no
es otra que la producida por el desamparo infantil, El móvil que impulsa al hombre a actuar, el
que se prolonga de modo enfermizo en la madurez. acicate de toda actividad psíquica es la búsqueda

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

de la felicidad, que tiene una doble dirección: por tendencia del hombre a los placeres prohibidos, en
73
un lado, el hombre trata de procurarse intensas especial los que conllevan violencia.
sensaciones de placer; por otro lado, evita en la
Otra técnica para evitar el dolor es el
medida de lo posible el dolor. El logro de este
desplazamiento de la libido, es decir, la sustitución
objetivo (la máxima sensación placentera durante
de los fines instintuales, que consisten en la
el máximo tiempo) se ve impedido por su propia
satisfacción directa, por actividades psíquicas
constitución, que le impide alcanzar un estado de
superiores, de tipo intelectual. Este método tiene
felicidad continua (entendiendo por felicidad la
sus limitaciones, ya que el placer alcanzado así
satisfacción de necesidades acumuladas,
nunca se acerca al producido por el cumplimiento
satisfacción que sólo puede ser puntual), y por tres
de un anhelo primario y, además, no es accesible
fuentes de sufrimiento: la debilidad de su propio
material ni psíquicamente a la mayoría de los
cuerpo, la resistencia del mundo natural y sus
hombres.
relaciones con los demás. Pero aunque el motor de
su acción sea el logro de placer ilimitado, la gran La imaginación, por su parte, permite hacer
facilidad que, dados los factores anteriores, tiene abstracción de la realidad y centrarse en
el hombre para sufrir, su acción se va a orientar fenómenos internos que, por ello, son
más bien a evitar el dolor que a conseguir independientes del mundo y controlables por el
placeres. individuo, permitiendo así lograr satisfacciones
que difícilmente podríamos alcanzar en la realidad.
Por ello, el individuo va a tratar de dominar
sus instintos, ya que, si bien su satisfacción Otro método más radical para evitar el
espontánea produce una muy grata sensación, lo sufrimiento es reinventar la realidad a nuestro
más frecuente es que las circunstancias nos lo gusto. Este modo de comportamiento es propio de
impidan, provocando sufrimiento. Este una patología psicológica, la paranoia, aunque
sometimiento de los instintos consigue disminuir también es propio, en alguna medida, de
notablemente el sufrimiento, pero también el individuos considerados normales, que matizan o
placer, puesto que la satisfacción de un instinto suprimen mediante su imaginación algún
domesticado siempre produce menos goce que la elemento intolerable de la realidad, incluyendo
de un instinto desbocado. Esto explica la

73
Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

luego la modificación en su percepción de ésta. Lo deformando la percepción de la realidad por parte


74
que hace la religión, según Freud, no es otra cosa de los individuos.
que fomentar una paranoia colectiva, imaginar
La cultura
una realidad alternativa que es asumida por una
comunidad. De las tres posibles fuentes de sufrimiento
humano, a saber, su cuerpo, la naturaleza y las
Fundamentar el proyecto de vida en torno al
relaciones con los demás, es contra esta última
amor es otra actitud frecuente. La fuerte sensación
contra la que más nos rebelamos, en tanto que la
de placer que produce la satisfacción del instinto
consideramos obra humana y, por ello mismo,
sexual nos hace ver en ella un modelo de felicidad.
modificable. El objeto de nuestros ataques es, en
No obstante, este modo de vida que, frente a los
concreto, la cultura, que modela en gran medida
anteriores, se orienta hacia la búsqueda positiva
esas relaciones sociales que nos hacen sufrir. Esa
del placer y no a un mero intento de eludir del
tendencia anticultural, que ve en la vuelta al
sufrimiento, tiene un inconveniente: nos deja a
estado de naturaleza la manera de alcanzar la
merced del dolor tan pronto como no somos
felicidad, tiene su origen en varios fenómenos: la
capaces de alcanzar el objeto de nuestro amor, lo
depreciación de la vida que implica la doctrina
que ocurre con demasiada asiduidad.
cristiana, el descubrimiento por parte de los
Luego el logro de la felicidad, en este sentido europeos de nuevas culturas, que consideraron -
limitado, no puede supeditarse a un único erróneamente- más simples, sanas y felices, y el
proyecto de vida necesario para todos, ya que la desvelamiento de las causas ocultas de la
felicidad depende del reparto que hace el individuo neurosis, que son las exigencias culturales.
de su energía libidinal, que a su vez está
El término cultura designa la suma de las
condicionado por su constitución psíquica (su
producciones e instituciones que distancian nuestra
capacidad de adaptación al medio y su mayor o
vida de la de nuestros antecesores animales y que
menor facilidad para reorientar sus instintos) y por
sirven a dos fines: proteger al hombre contra la
sus circunstancias materiales. La religión, que
naturaleza y regular las relaciones de los hombres
impone un modelo común a todos, no logra la
felicidad sino rebajando el valor de la vida y

74
Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

entre sí1. Esta es la primera aproximación a de También es fundamental el hecho de que la


75
Freud a la definición de la cultura, cuyas cultura regule las relaciones sociales. Tal
características va a describir: regulación presupone hechos que son ya
culturales y no meramente naturales, como es el
Los dioses han encarnado siempre la noción
establecimiento del derecho: un poder que
de omnipotencia y omnisciencia, es decir, el ideal
representa al de la comunidad (ya lo ejerza una
de la cultura, aquello que el hombre anhelaba pero
oligarquía, ya lo ejerza la mayoría) y que se opone
que le estaba vedado. Este ideal ha sido ya casi
a la fuerza de cada individuo por separado. De este
alcanzado por la civilización actual y podemos
modo, se reduce el peligro para el individuo, que
decir que el hombre, gracias a los avances
ya no está a merced de sus solas fuerzas, pero sólo
científicos, se parece mucho a sus dioses aunque,
a cambio de la renuncia a la satisfacción
por el contrario, no goza de la felicidad que cabría
espontánea de los instintos. Esto implica la
esperarse. reducción drástica de la libertad potencial del
La cultura nos permite, por otro lado, individuo, que era máxima en el salvaje. No
apreciar lo inútil, lo que no desempeña una obstante, hay que señalar que tal libertad no era
función concreta, como el arte o la belleza en de hecho ejercida, pues el individuo aislado no era
general. En este mismo sentido, el desaseo y el capaz de defenderla por sí mismo.
desorden tampoco nos parecen propios de la
Todos estos avances de la cultura se han
cultura.
apoyado en cambios que ha forzado en la
Otra característica es la importancia que la disposición instintual del hombre. La sublimación
cultura da a las manifestaciones psíquicas de los instintos permite el desarrollo de las
superiores, intelectuales, que se ve reflejada en la actividades intelectuales, de vital importancia para
función primordial que para la vida tienen los cualquier civilización. La renuncia a la satisfacción
sistemas religiosos, las construcciones filosóficas y de los instintos hace posible la cultura, aunque
las utopías político-morales. aquí hay mucho que decir: precisamente el
objetivo de una cultura sana es el equilibrio entre
la represión de los instintos que imponen las
1
El malestar en la cultura, Sigmund Freud, Alianza Editorial, pág. 35.

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

necesidades colectivas y la necesidad de El amor


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satisfacerlos que tiene el individuo.
Una manera de que la tendencia al amor no
Origen de la cultura produzca sufrimiento es desplazar el acento del
objeto amado al mismo acto de amar, de forma
La unidad primitiva que dio lugar a los
que el rechazo del ser amado no constituya un
fenómenos culturales fue la familia. El origen de
motivo de dolor. Esta medida se complementa con
ésta es, por su parte, la necesidad de satisfacción
la eliminación de la satisfacción genital como
genital periódica que tiene el macho y que le
finalidad del amor, transformándolo así en un
impulsó a retener a una hembra cerca de sí, como
instinto coartado en su fin (aunque
objeto sexual. La hembra permanece en la unidad
inconscientemente siga siendo sexual). Esta
familiar con el fin de proporcionar a su prole la
reordenación psíquica permite llevar a la práctica
seguridad que le brinda el macho. En esta familia
el amor universal a todos los seres humanos que
aún no hay elementos propiamente culturales,
prescriben ciertas éticas, pero sirve, sobre todo, a
pues el padre impone por completo su voluntad.
un fin cultural: al eliminar el carácter exclusivo
La asociación entre los hermanos para derrocar al
que tiene el amor sexual, hace posible los vínculos
padre es lo que permitió aparecer a la cultura: los
de amistad y los vínculos con la comunidad, más
hombres fueron conscientes de que la asociación
amplios, que no pueden tener su origen solamente
de varios individuos podía hacerles más fuertes
en el convencimiento racional de que son
(más felices). Esta es la fase totémica del
beneficiosos para el individuo.
desarrollo humano y en ella el hombre establece
las restricciones necesarias para consolidar el Sin embargo, la cultura impone severas
nuevo orden surgido de la asociación. El restricciones al amor. Un ejemplo es la salida del
fundamento de la cultura, entonces, es doble: por individuo del ámbito familiar al social, reflejada en
un lado, las necesidades que imponía el medio los ritos de pubertad. L a mujer es un foco de
ambiente y por otro, la necesidad de amor sexual. resistencia a la cultura dentro de la familia por el
Este juega un papel fundamental en la evolución mismo motivo: las fuerzas que el macho necesita
de la cultura, según Freud. para cumplir las exigencias socioculturales las
extrae principalmente de la vida sexual y de la

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

mujer que, viéndose relegada, adopta frente a la modo de organización social. Freud no niega la
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cultura una actitud hostil. Este es el motivo de la importancia que tienen en este asunto las
cultura occidental reprima con fuerza el sexo, ya condiciones materiales, pero considera que son
que extrae de él la energía que necesita para su más bien factores inherentes a la cultura misma y
desarrollo. Para evitar que el poderoso instinto a la constitución física del individuo los que
sexual consuma las fuerzas que necesita para sí, determinan la conducta violenta del hombre y que,
la cultura educa al individuo desde su infancia, como ellos, no es susceptible de reforma.
reprimiendo sus conductas sexuales instintivas y
El instinto de destrucción
homogeneizando su sexualidad, al limitarla al
amor genital heterosexual y monógamo. De sus estudios acerca del sadismo, en el
que la satisfacción sexual se encuentra
Hay, no obstante, otro factor en juego: la
acompañada de satisfacción por medio de la
agresividad instintiva del individuo. Al fomentar
violencia, deduce la existencia de dos instintos
vínculos de amistad mediante el instinto sexual
primarios: el eros, el amor y el instinto de
inhibido, se intenta contrarrestar la hostilidad
destrucción, cuya satisfacción también produce
natural de unos hombres contra otros. Sin
placer. Ambos nacen del narcisismo, del yo
embargo, dice Freud, en el nivel "consciente" de la
infantil, y aunque se dirigen, en principio, hacia
cultura no se admite la tendencia del hombre a la
los objetos, también pueden dirigirse hacia el
crueldad, se niega su existencia (como la de los
propio yo. Y de aquí deduce su tesis fundamental:
instintos sexuales infantiles) y se fabrican éticas
la agresión que no puede descargarse hacia fuera
irracionales, como la cristiana, basadas en la
se descarga hacia dentro.
supuesta inclinación del hombre hacia el bien, que
reprimen y niegan la agresividad. Otra forma de La cultura, pues, reprime el instinto de
enfrentarse a ese problema es crear un núcleo agresión, que impide su desarrollo, y crea en la
cultural restringido, permitiendo que la psique del individuo una división: por un lado está
agresividad se descargue contra lo extraño, lo el yo y por otro el superyo, que ejerce sobre el
diferente, como hace el nacionalismo. A ojos de primero la misma violencia que el yo hubiera
Freud, el comunismo tampoco es una solución ejercido sobre los objetos, pero que ha sido
pues presupone que la causa de la hostilidad es el

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

reprimida por la cultura. El superyo es lo que crece con la insatisfacción, de modo que la fuerza
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llamamos conciencia moral y la tensión que se represora del superyo debe aumentar para
produce entre él y el yo es el sentimiento de contrarrestar la del instinto. Cuando la fuerza del
culpabilidad. destino golpea al individuo, su superyo también
aumenta sus fuerzas, debido a que el destino es
El sentimiento de culpabilidad
identificado con el padre, cuyo favor intenta
Este sentimiento proviene de la conciencia recuperar el yo mediante la sumisión al superyo,
que tiene el individuo de haber realizado o haber interiorización de la autoridad paterna.
tenido la intención de realizar un acto que
En conclusión, tenemos lo siguiente: por un
considera malo. Pero esta consideración no
lado, se produce una renuncia instintual por
proviene del sujeto, pues hay actos malos que son
miedo a la autoridad externa, por miedo a la
claramente satisfactorios, sino que se deriva del
pérdida del amor de los demás. Esta renuncia da
miedo a la pérdida del amor de los padres, en el
lugar a la creación de una autoridad interior, a
caso del niño, y de la protección de la sociedad en
saber, el superyo o conciencia moral que, a su vez,
el caso del adulto. Es decir, la evaluación de un
por su carácter omnisciente, implica la
acto como malo surge del medio social y no es otra
identificación de la mala acción con la mala
cosa que aquello que conlleva la retirada de la
intención, creando el sentimiento de culpabilidad.
protección que la sociedad presta al individuo. Finalmente, cada renuncia a una satisfacción
Este miedo es introyectado en el sujeto por externa es incorporada por el superyo, que la
medio del superyo que, al ser omnisciente, no sólo realiza sobre el yo. Así, por ejemplo, cada vez que
reprime las satisfacciones reales de los instintos, el yo renuncia a agredir a algún objeto externo,
sino que reprime también la toma de conciencia de pese a desearlo vivamente, el superyo incorpora
la existencia de tales instintos. Esta introyección ese deseo y lo cumple sobre el yo, que es castigado
produce un fenómeno muy extraño: cuando mejor por su mala intención.
se comporta el sujeto, más duro es el trato que
El sentimiento de culpabilidad deriva del
recibe de su superyo, de su conciencia moral. Esto complejo de Edipo. Debido a la relación de
es debido, en parte, a que la fuerza del instinto
ambivalencia amor-odio que sentían los hermanos

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Librodot El malestar en la cultura Sigmund Freud

de la familia primigenia hacia el padre, cuando


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finalmente lo matan, aparece con fuerza el amor
que por él sentían, quedando bajo la forma de
remordimiento. Debido a este remordimiento, los
hermanos instauran las restricciones necesarias
para evitar que se repita el suceso, creando el
superyo. En el niño se repite este proceso con la
obvia salvedad de que no es necesario que asesine
efectivamente a su padre: dada la omnisciencia del
superyo, la intención es suficiente para hacer
aparecer el sentimiento de culpa.

En el ámbito cultural existe una instancia


parecida al superyo, encarnada en los ideales
culturales: tratan de eliminar la agresividad en el
individuo, al igual que el superyo; no tienen en
cuenta los anhelos de felicidad del individuo, sino
tan sólo el bien de la comunidad, por lo que
reprimen los instintos, como el superyo; exigen
también un modo de vida intachable, irrealizable
por el individuo, ya que no se tienen en cuenta sus
limitaciones psíquicas. Un buen ejemplo de ello es
el mandamiento "amarás al prójimo como a ti
mismo", irrealizable tanto para el sujeto como para
la sociedad, lo que lleva a ambos a la rebelión o a
la infelicidad.

Lic. Víctor Cervantes Sánchez


IMCED Invierno de 2011.
cesvi_2002@hotmail.com

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