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Hermanas y hermanos:
Celebramos este domingo, el día del encuentro comunitario, el
día en que nos reunimos ante el Señor y nos alimentamos de su
Palabra y de su Pan de vida.
Hoy, se nos brinda de nuevo la oportunidad de sentir muy
cercana la presencia de Dios para transformar nuestras vidas y
nuestra sociedad.
La Palabra de hoy enjuicia nuestro comportamiento acerca de
las riquezas que Dios nos ha confiado. El Señor nos invita a
reflexionar sobre el sentido de nuestra vida y de los bienes que nos
ha dado como regalo de su providencia para saberlos compartir y
disfrutarlos sin que nos arrebaten el corazón.
Celebremos, por ello, con alegría y paz.
Hermanos:
Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de
los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que
sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un
tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad,
no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él
iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los
designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.
1.Por toda la Iglesia; para que sepa dar testimonio de Cristo en medio
de nuestro mundo, Roguemos al Señor.
2. Por los gobernantes de todas las naciones; para que sus esfuerzos
por la paz y la justicia sean fructíferos, Roguemos al Señor.
3. Por los responsables de la economía a escala mundial y nacional;
para que procuren siempre el bien del ser humano por encima de
todos los intereses económicos, Roguemos al Señor.
4. Por nosotros; para que no caigamos en la tentación de la codicia
sino que sepamos compartir nuestros bienes con los más
necesitados, Roguemos al Señor.
ACCIÓN DE GRACIAS
Te damos gracias, Señor
por tu hijo Jesús.
Él nos enseña la sabiduría del Reino,
para no dejarnos vencer por la codicia,
para dominar el apego del corazón
a los bienes materiales necesarios,
sin ceder a la avaricia.
Señor, enséñanos a usar los bienes,
con generosidad con los más pobres,
a descubrir los valores fundamentales
de nuestra vida.
Gracias, Señor.