Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
http://www.pdfmail.com
3. La instancia narradora
Ce cours sur la narratologie est en partie inspiré de l’étude de Angelet et Herman
(extraite de l’ouvrage Méthodes du texte. Introduction aux études littéraires)
Según Genette (Nouveau discours du récit), no existe relato sin narrador. En suma, no
hay enunciado sin enunciación que lo produzca. El relato es una forma de discurso, y
como tal, es enunciado por alguien que deja huellas más o menos perceptibles en el
texto.
La instancia narradora puede tratar de borrarse lo más posible, para dejar lugar a la
historia. El lector se olvidará entonces de la existencia de un narrador (al igual que uno
puede ignorar, ante un reportaje televisivo, la mediación de la cámara). Tendrá la
impresión de una narración “transparente”, a la que atraviesa inmediatamente para
encontrarse de lleno en los acontecimientos narrados. Éstos serán captados como
“reales”. Es la tendencia técnica de la novela de aventuras, de algunas novelas
policíacas, etc.
Sin embargo, la discreción de la instancia narrador no puede llegar hasta su completa
desaparición. La narración no puede suprimirse a sí misma. Los episodios de una
novela por ejemplo muchas veces se sitúan en el pasado : resultan pues anteriores al
acto de palabra que los produce y no se confunde con ellos. Además, para que estos
episodios sean comunicados, hace falta un posesor de la información : alguien que
sepa lo que pasó. ¿ A quién le va a pertenecer este conocimiento sino al narrador ?
Aun en los casos de un relato íntegramente constituido por diálogos entre personajes y
sin fórmulas atributivas del tipo “dijo”, hay que admitir la existencia de una
enunciación superior que nos transmite estos diálogos. El narrador se reduce entonces
a una mera instancia “que cita”. Pero no deja de ser el que nos transmi te, o narra, el
relato. No deja de ser la necesaria mediación de un universo que él conoce y nosotros
ignoramos.
A la narración transparente o mínima, hay que oponer la narración “opaca” : aquella
en la que el narrador se designa explícitamente como tal, y se manifiesta como el
productor, hasta el inventor del relato.
Primero, hay que saber que un texto de ficción tiene un doble nivel de enunciación. En
la portada del libro, viene el nombre del autor, quien firma la redacción de una novela;
y en el texto, una serie de elementos remite a una “instancia productora de la
enunciación” (en términos de Genette). Nada garantiza, obviamente, que autor y
narrador puedan ser superpuestos. Al autor le corresponde un lector, y esta relación
autor/lector es extralingüística. Al narrador le corresponde un narratario, y esta
relación es intralingüística. Estos dos niveles de relaciones resultan bien separados y
han de distinguirse siempre a la hora de analizar el texto.
Primero el autor. Es el que escribe, el que hace una l abor efectiva. Puede conocerse
por su biografía (a su vez relato, con sus determinadas reglas y sus códigos), por
alguna investigación sobre la historia del texto que se estudia, por el examen de sus
borradores, etc. Más que la expresión de un autor tal co mo es (o fue) en su vida, el
estilo y la visión de la obra son actividades por las que este autor trata de modificarse,
compensar algunos fallos o sublimar sus propias dificultades. La obra puede presentar
Ce document a été fabriqué par PDFmail (Copyright RTE Software)
http://www.pdfmail.com
y confrontar varios puntos de vista. ¿Cuál de ellos será el del autor? Hasta un dato
biográfico determinado, insertado en la obra, puede cobrar un significado bien
diferente del que tuvo en la vida real del autor, ya que resulta definido por su función
en esta determinada obra y por la orientación de dicha obra. Explicar una obra por su
autor sería pues relacionar lo conocido con lo desconocido. Si gran parte de las obras
maestras –y no sólo comprometidas- son posicionamientos políticos o ideológicos ante
un determinado sistema social, ideológico o cultural, sería empobrecer el relato y
encima tomar grandes riesgos, hacer una lectura de la novela reducida en los estrictos
límites del conocimiento que uno tiene de las posturas del autor.
Un autor también se define por una determinada aptitud : una suma de le cturas, una
determinada carrera, el dominio de tal o cual lengua, la pertenencia a tal o cual
tradición o corriente artística. Tal elemento que tenemos la tentación de imputar al
autor bien puede resultar de sus lecturas, de las reglas del género, des las obligaciones
métricas, de la rima, etc. A la luz de tal aptitud o de dicho posicionamiento, uno puede
reconstituir la problemática personal de un escritor : su origen, su formación personal,
su evolución social, ideológica o cultural, sus estrategias respecto a los grupos
literarios, los géneros, los estilos, y paralelamente la visión de la condición humana
que expresa en sus obras.
Se tiende (sobre todo en los manuales de textos) en hacer una relación directa entre el
texto de la ficción con la persona real que lo escribió. Se trata de explicar tal o cual
fenómeno literario mediante tal o cual actitud, o característica del autor. Pero no se
puede aplicar el criterio de la verdad y de la mentira. No olvidar que un relato se
fundamenta en la mimesis, no en la verdad.
No hay que confundir al autor con la persona que lleva ese nombre. La figura del autor
se construye en parte a través de su escritura y en la mente de los lectores.
No confundir tampoco al autor con el narrador. La narración no es la escritura por la
que el autor produce su texto. El autor es un dato histórico y no textual mientras que el
narrador pertenece al mundo de la ficción, y no a la vida real, es un dato textual, y no
histórico.
En cuanto al lector, es el que descifra el texto a partir de s u experiencia personal y de
su saber propio : su pasado, su sicología, su cultura, su clase social, etc., sus
identificaciones y sus rechazos.
¿ A quién puede referirse todo el texto en este caso, y qué nombre darle a esta
instancia narradora que abarca tanto ? Se da muchas veces (es el caso de Genette) el
nombre de narrador a este papel de toma a su cargo del texto narrativo. Conviene en
este caso no caer en la tentación de hacer de él una persona real, con sus deseos, su
carácter, sus inquietudes, etc., y otorgarle todo lo que no sabría decir el autor. Puede
ser cómodo, más claro también, hablar de “instancia narrativa” (como lo hace
Genette), o de función narradora, o sea de un elemento del texto, que forma
plenamente parte del texto y que uno puede conocer a partir del texto. Se encuentra
otra terminología : la voz narrativa.
A nivel lingüístico, todo enunciado lleva dentro inscritas las señales de su emisor o
narrador y de su destinatario o narratario. Esta instancia productora del enunciado
narrativo es conocida a partir del texto. Es un efecto del texto que no depende de la
Ce document a été fabriqué par PDFmail (Copyright RTE Software)
http://www.pdfmail.com
• B, actor de una historia narrada por A, cuenta y comenta en ella su vida (en 1 a
persona o en “discours rapporté”) : el narrador pertenece al relato y a la historia.
relato intradiegético-homodiegético
• B, actor de una historia narrada por A, cuenta y comenta en ella (en 3 a persona) , la
vida de C, en la que no desempeña ningún papel : el narrador pertenece al relato
pero no a la historia. relato intradiegético-heterodiegético
Esto produce las siguientes combinaciones posibles :
Un relato extradiegético-heterodiegético es un relato en el que el narrador primero
cuenta una historia en la que no participa : es el caso de la novela de Ana María
Matute, Olvidado rey Gudú o del narrador del Persiles
Un relato extradiegético-homodiegético : el narrador primero cuenta una historia de
la que es un personaje participante : caso por ejemplo de la novela de Carmen Martín
Gaite, El mismo mar de todos los veranos, en la que se trata de una narración en 1ª
persona hecha por la protagonista de la novela.
El relato intradiegético-heterodiegético : Sherazade, segundo narrador, cuenta
historias en las que no participa.
El relato intradiegético-homodiegético : Periandro (Persiles) en la narración de su
historia. Narrador segundo, que cuenta historias en las que participa.
La cuestión de los niveles narrativos es dificilísima, sobre todo cuando se trata de
relatos interpolados, o sea de relatos en el que el relato segundo queda subordinado al
primero o depende de éste. Puede existir un relato interpolado sin cambios narrativos,
pero es bastante poco frecuente.
El mismo Genette distingue también 3 etapas que llevan progresivamente del discurso
del narrador al del personaje, o sea de la narración a la historia :
Por otra parte Genette distingue 3 etapas que llevan progresivamente del discurso del
narrador al del personaje, entonces de la narración a la historia:
a) Le discours narrativisé. Discurso narrativizado, en el que las palabras del personaje
están integradas en la narración y puestas en un mismo nivel que los otros
acontecimientos ; ejemplo : “he llamado a Fulano, hablamos un rato. Me enteró de
que se iba a casar el mes que viene.”
b) Le discours transposé. Discurso traspuesto : opera la transposición de las palabras
del personaje en estilo indirecto ; ejemplo : “he llamado a Fulano, hablamos un
rato. Me dijo que se iba a casar el mes que viene.” O en estilo indirecto libre
(variante del indirecto) ; ejemplo : “he llamado a Fulano, hablamos un rato. Se iba
a casar el mes que viene.”
c) Le discours rapporté. Es la cita literal de las palabras del personaje en estilo
directo ; los dos textos están en equilibrio : ejemplo : “he llamado a Fulano,
hablamos un rato. ¡ Fíjate ¡ Me dijo : me caso el mes que viene.”
Genette estima que el monónologo interior, que él llama « discurso inmediato » (del
personaje pues) no es otra cosa que estilo directo no “diferido”, o sea presentado de
forma inmediata, sin introducción declarativa ni comillas. Lo específico de este
Ce document a été fabriqué par PDFmail (Copyright RTE Software)
http://www.pdfmail.com