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Jesús y Dios.

II: La praxis profética de Jesús como defensa del verdadero Dios


Jon SOBRINO1

Ya hemos analizado varios de los hechos y di- 1.2. La estructura teologal-idolátrica de la


chos de Jesús, a los que hemos llamado su «prácti- realidad
ca», en el sentido amplio de «actividades» al servicio
del reino. En los evangelios, sin embargo, aparecen En la historia existe el verdadero Dios (de vida),
otras actividades, sobre todo verbales, en forma de su mediación (el reino) y su mediador (Jesús), y
debates, desenmascaramientos y denuncias de sus existen los ídolos (de muerte), su mediación (el anti-
adversarios a lo cual vamos a llamar su «praxis rreino) y sus mediadores (los opresores). Las reali-
profética». Esta praxis está también al servicio del dades de ambos tipos no son sólo distintas, sino
reino, pero recalca sobre todo la realidad del anti- que aparecen formalmente en una disyuntiva duéli-
rreino histórico, y está relacionada con la experien- ca. Son, por tanto, excluyentes, no complementa-
cia teologal de Jesús como defensa del verdadero rias, y una hace contra la otra.
Dios y denuncia de los ídolos, con lo cual este capí-
tulo se relaciona con los anteriores y prepara el si- Esta estructura de la realidad es lo que explica
guiente sobre el destino de Jesús. la praxis profética de Jesús y la dimensión estric-
tamente teologal de su praxis. Esta praxis es nece-
saria, porque el anuncio positivo del reino hay que
1. PROFECÍA Y ANTIRREINO hacerlo en presencia del antirreino. Tiene como fi-
nalidad la superación del antirreino y la defensa del
1.1. La praxis profética verdadero Dios. Se lleva a cabo en medio del conflic-
to, y por eso, implica lucha.
Las actividades de Jesús antes analizadas son
«signos» de la presencia del reino, pero en sí mismas
no presentizan la totalidad del reino ni están dirigi- 2. LAS CONTROVERSIAS DE JESÚS: DIOS ES
das a que se efectúe la transformación total de la CONTROVERTIBLE
sociedad, aunque impongan la dirección que deberá
tomar el reino y susciten la esperanza de que el re- 2.1. Las controversias directas en los sinópticos
ino es posible en medio de una realidad oprimida.
Sin embargo, Jesús esperaba que el reino de Dios Al comienzo de su evangelio, Marcos ha reunido
como tal se iba a hacer presente. cinco controversias (2,1-3,6), que aparecen también
en Lucas (5,17-6,11) y, divididas en dos secciones,
Las actividades de Jesús cuyo correlato es el re- en Mateo (9,1-17 y 12,1-21). Analicémoslas tal co-
ino de Dios como tal son las controversias, los des- mo aparecen en Marcos. Las cinco controversias
enmascaramientos y las denuncias. En ellas, Jesús son: a) la curación y el perdón con un paralítico
se dirige a colectividades, llámeseles grupos o cla- (2,12); b) la comida con los pecadores (2,15-17); c)
ses. Las controversias versan sobre realidades (la la cuestión sobre el ayuno (2,18-22); d) las espigas
ley, el templo), en cuyo nombre se configura la so- arrancadas en sábado (2,23-28) y e) la curación del
ciedad. Las denuncias expresan que esa configura- hombre de la mano seca (3,1-6).
ción es opresora, expresión del antirreino. Y los
desenmascaramientos muestran que el antirreino – Las controversias b), c) y d) tienen varios ras-
quiere justificarse en nombre de Dios. gos comunes. Se presentan unos hechos que, por
su naturaleza y en la sociedad del tiempo de Jesús,
A este grupo de actividades lo llamamos «praxis», llevaban en sí mismos la controversia: comer con
porque su correlato es la sociedad como tal y su fi- pecadores, no ayunar mientras los otros lo hacen,
nalidad es su transformación como tal. A esta apropiarse de lo ajeno. Este es el núcleo central
praxis la llamamos «profética» pues constituye una controvertido.
denuncia del antirreino. Con la praxis profética se
entronca a Jesús en la corriente de la profecía clási- – Las controversias a) y e) presentan, en su
ca de Israel en su dimensión denunciadora y de- núcleo, dos milagros, actividad que de por sí no ten-
senmascaradora de la injusticia y de la opresión re- ía por qué desencadenar una controversia. En la
ales. redacción final, sin embargo, los hechos se tornan
controvertibles por las circunstancias añadidas. En
el primer relato, Jesús se declara con poder no sólo
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para sanar, sino para perdonar los pecados. En el que, además, usan esa visión para defender sus
quinto relato, Jesús efectúa la curación en sábado. propios intereses –de ahí la necesidad de «desen-
En estos relatos, la controversia no tiene como base mascarar» las falsas visiones de Dios. Más en con-
un hecho social no admitido, sino el entroncarlo en creto, Jesús constata que los hombres oprimen
una dimensión religiosa. unos a otros y que eso lo justifican en nombre de
Dios, que la tragedia de los seres humanos no con-
¿Qué es lo propiamente controvertible en estos siste sólo en un error puramente noético acerca de
relatos? Aparentemente, la discusión versa sobre Dios, sino en que son capaces de producir falsas
normas sociales y religiosas, pero lo realmente con- imágenes de Dios, que son opresoras, y en hacerlas
trovertible es una visión de la realidad de Dios. pasar por el verdadero Dios.
Puesto en forma de controversia, lo que se debate es
en nombre de qué Dios se sustentan unas u otras 3.1. La ignorancia y la mentira
prácticas, sean sociales o religiosas. Lo que Jesús
afirma, y con lo que defiende su conducta, es que El ser humano no es sólo ser limitado –ser de la
su Dios es un Dios de vida y que desde ahí hay que ignorancia que debe ser superada–, sino ser peca-
juzgar la bondad o maldad de las prácticas y nor- minoso –ser de la mentira que debe ser desenmas-
mas religiosas y sociales. carada. «Ilustrar» para Jesús no es sólo afirmar la
verdad de Dios, sino desenmascarar la mentira con
2.2. La controversia sobre el mandamiento que se oprime la verdad de las cosas y la verdad de
principal Dios (Rm 1,18s). Mantener cautiva la verdad de
Dios se hace en provecho propio, y con ello, se justi-
Los pasajes sobre cuál es el mandamiento prin- fica mantener cautivos a los demás hombres. En
cipal no tienen, formalmente, la misma estructura nombre de Dios se justifica religiosamente la opre-
controversial que los pasajes analizados, aunque en sión de los seres humanos, y eso es lo que debe ser
Mateo aparece en una secuencia en que los fariseos desenmascarado.
se acercan a Jesús en su última semana en Jeru-
salén para tentarlo (Mt 22,34), o tras haber visto a 3.2. El desenmascaramiento de los mecanismos
Jesús discutiendo con los saduceos (Mc 12,28). de la religión opresora

Al contestar a la pregunta por el mandamiento El ejemplo clásico de desenmascaramiento de la


principal, Jesús no formula una absoluta novedad, imagen opresora de Dios aparece en Mc 7,1-23 (Mt
pues la respuesta ya aparecía en el judaísmo hele- 15,1-20). La ocasión la ofrece un hecho sencillo: los
nista. La respuesta, sin embargo, no era ociosa, fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén
pues se discutía arduamente, y Jesús insiste en la preguntan a Jesús por qué sus discípulos comen
importancia misma de jerarquizar los mandamien- sin lavarse las manos, es decir, cometen impureza,
tos en un tiempo en que «no faltan declaraciones con lo cual rompen con la tradición de los antiguos,
que prohíben explícitamente hacer una distinción a la cual estaban aferrados los fariseos.
entre lo que es importante y lo que es secundario»
(G. Bornkamm), ya que toda la ley proviene de Dios. Con ocasión del ataque de los fariseos, Jesús da
E insiste, sobre todo, en lo radical: la equiparación dos tipos de respuesta. La primera se refiere al valor
del amor a Dios y al prójimo. de las tradiciones religiosas de los hombres (Mc 7,6-
13) y la segunda a la verdadera pureza (Mc 7,14-
Jesús exige realmente a lo seres humanos que 23).
respondan con total y absoluta seriedad a Dios,
«amar a Dios con todas sus fuerzas», como dice el – En la primera parte, Jesús desenmascara que
Deuteronomio. Pero, y a la vez, afirma que ese res- los hombres producen sus propias tradiciones que
ponder a Dios es un corresponder a la realidad de «se hallan en contradicción con el mandamiento de
Dios, hacer con otros lo que Dios hace con ellos y Dios» (J. Jeremias). Esta contradicción se deja ver
con nosotros. El amor de Dios nos hace amorosos claramente con el ejemplo que pone el propio Jesús:
para los otros, en la lógica del Nuevo Testamento. en nombre de una tradición religiosa humana los
Eso es lo último que hay que ser y hacer, porque así padres en necesidad no reciben la ayuda necesaria
es Dios y así hace Dios. de parte de los hijos (v. 12), mientras que el que
éstos cuiden de sus padres sí es clara voluntad de
Dios (Ex 20,12; 21,17; Dt 5,16; Lv 20,9).
3. LOS DESENMASCARAMIENTOS DE JESÚS: DIOS ES
MANIPULABLE – En la segunda parte, Jesús da una respuesta
explícita al problema de lo puro e impuro, tal como
Jesús constata que los hombres no sólo tienen lo plantean los fariseos. Lo fundamental de la res-
visiones de Dios distintas, y aun contrarias sino puesta consiste en que lo que viene de fuera no
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hace impuro al hombre (v. 15), es decir, que la bon-


dad o maldad del hombre no se mide por la adecua- Exponentes clásicos de las denuncias a los es-
ción a tradiciones o prescripciones exteriores (comer cribas y fariseos son Lucas 11,37-53 y Mateo 23,1-
sin lavarse las manos, tocar un cadáver o a un le- 36. En su última redacción, las denuncias están
proso). La maldad proviene del interior, que aparece precedidas de anatemas que se encuentran también
inequívocamente en lo que produce en el exterior. en Marcos (12,38-40). En lo sustancial, Jesús de-
Con el catálogo de «verdaderas» maldades del v. 22, nuncia la vanidad e hipocresía de los escribas y de
Jesús desenmascara que las prescripciones legales los fariseos. Estos ponen signos externos de cumplir
pueden ser usadas para desviar la atención o encu- con la voluntad de Dios para ser bien vistos de los
brir estas maldades. hombres, se hacen bien anchas las filacterias y bien
largas las orlas del manto, van buscando los prime-
El presupuesto lógico de todo lo dicho es que, ros puestos en los banquetes y los primeros asien-
para Jesús, la voluntad primigenia de Dios es abso- tos en la sinagoga.
lutamente clara, resuena en el corazón de todo
hombre y ninguna tradición religiosa creada por el Ante esto, Jesús denuncia su hipocresía, pone
hombre puede oscurecerla. Las tradiciones religio- en guardia a la gente contra ellos (Mc 12,38) y les
sas que producen los seres humanos no pueden, exige que no los imiten (Mt 23,3). Esta hipocresía es
pues, ni deben ofuscar la luminosidad de la volun- lo que en directo quiere denunciar Jesús en estos
tad de Dios. pasajes y lo que ocasiona su severo juicio: «tendrán
una sentencia más rigurosa» (Mc 12,40; Lc 20,47).
Pero aunque la denuncia se dirija en directo contra
4. LA DENUNCIA DE LOS OPRESORES Y SUS ÍDOLOS la hipocresía, su contenido apunta a algo todavía
más fundamental: escribas y fariseos oprimen al
4.1. Las denuncias contra los ricos pueblo.

A los ricos, Jesús les dice, en primer lugar, que 4.3. Las denuncias a los sacerdotes
la riqueza es mala para ellos mismos. Riqueza no
significa aquí la abundancia de bienes, en ocasiones Durante su vida, Jesús no aparece en contacto
bendecida por Dios en el Antiguo Testamento, sino frecuente con los sacerdotes, ni éstos son descritos
que significa insultante abundancia de unos con- como sus principales adversarios. Distinto será el
trastante con la inhumana pobreza de otros. Si con caso al final de su vida, cuando Jesús se enfrentará
el término «abundancia» se describe una bendición al sanedrín y al sumo sacerdote. Sin embargo, en
en el Antiguo Testamento, con el término «riqueza» un pasaje aparece una confrontación de Jesús con
se describe una maldición en el Nuevo Testamento, lo religioso como tal: la expulsión de los mercaderes
y Jesús explica de diversas formas lo que ayer como del templo de Jerusalén.
hoy suena a paradoja: la riqueza es maldición.
En los tres sinópticos se narra la escena de la
La riqueza es, ante todo, deshumanización del expulsión de los mercaderes del templo (Mc 11,15-
rico, porque lo hace poner el corazón en los tesoros 19; Mt 21,12-17; Lc 19,45-48) durante los últimos
(Lc 12,33-34; Mt 6,21), que no otorgan la verdadera días de Jesús en Jerusalén, mientras que Juan lo
vida (Lc 12,15). La riqueza es dificultad máxima, si sitúa al comienzo (2,14-16). Su historicidad, en lo
no imposibilidad, para la apertura del hombre a nuclear, es segura, aunque los detalles y la finali-
Dios; así lo muestra la escena del joven rico que dad teológica son sumamente controvertidos. Pero
quería seguir a Jesús (Mc 10,17-22). La riqueza es, la pregunta fundamental es si con esa acción Jesús
por último, condenación; los ricos ya han tenido su se manifestaba proféticamente contra el templo en
consuelo, pasarán hambre, sufrirán aflicción y llan- cuanto tal o contra abusos cometidos en él y en su
to (Lc 6, 24s). nombre.

4.2. Las denuncias a los escribas y fariseos En los tres sinópticos, Jesús usa dos citas del
Antiguo Testamento sobre el templo, Isaías 56,7, y
Los escribas eran los doctores de la ley y poseían Jeremías 7,11, que apuntan al menos a que la rea-
influjo, por así decirlo, intelectual e ideológico. Los lidad del templo de Jerusalén era muy distinta de lo
fariseos eran fervientes cumplidores de la ley y po- que debiera ser el verdadero templo. Que Jesús
seían, por ello, prestigio religioso. En una sociedad pronunciase estas palabras es inverosímil, pero con
profundamente religiosa, ambos representaban un ellas los sinópticos interpretaron su acción, y con
gran poder, el de la ideología y el de la ejemplaridad razón, pues son coherentes con toda la práctica de
simbólica, y la gran preocupación de Jesús es cómo Jesús: Jesús se distancia de y critica un culto alie-
la usan: si para llevar a los hombres a Dios o para nante y opresor.
oprimirlos.
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los grupos antes citados que a los políticos en cuan-


5. CONCLUSIÓN: JESÚS «PROFETA» to tales.

Para completar las denuncias de Jesús habría Pero lo que interesa recalcar como conclusión, es
que tener en cuenta al poder político. Jesús, sin que Jesús no sólo anuncia el reino y proclama a un
embargo, no es presentado a lo largo de su vida en Dios Padre, sino que denuncia el antirreino y des-
directa confrontación con los poderes políticos go- enmascara a los ídolos. Con ello va a las raíces de
bernantes, ni hace central en su profecía, durante una sociedad oprimida bajo todo tipo de poder:
su ministerio en Galilea, la crítica a la dominación económico, político, ideológico y religioso. Existe,
romana. Esto no quiere decir que su misión no tu- pues, el antirreino y Jesús –objetivamente– da
viera una clara dimensión política, y que no fuera cuenta de cuáles son sus raíces. Y no se contenta
consciente de su impacto político popular; pero por con denunciar al Maligno, realidad transhistórica,
lo que toca a las denuncias, éstas se dirigen más a sino a sus responsables, realidades bien históricas.

1
J. SOBRINO, Jesucristo Liberador. Lectura histórico-
teológica de Jesús de Nazaret, Madrid, Trotta, 1991, p.
211-234

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