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BREVE HISTORIA DE LA MUJER EN LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA

CELIA CORREAS DE ZAPATA

A. Introducción. Los estudiosos de la mujer en las elegancia y gracia sobre la poesía y es mencionada en el
letras hispanoamericanas se encuentran con un tropiezo Parnaso Atlántico de 1608 por Diego Mexía de Fernangil
inicial al comenzar su tarea investigadora: pocos nombres y dice así:
de mujeres, y casi siempre los mismos, figuran en las anto- Bien sé que en intentar esta hazaña
logías e historias de la literatura más conocidas. La Anto- pongo un monte (mayor que Etna el nombrado)
logía de la literatura hispanoamericana de Enrique An- en hombros de mujer que son de araña.
derson Imbert registra quince escritoras en medio de cente- Amarilis, la poetisa peruana más conocida, cuyo nombre
nares de hombres que se acumulan en cinco siglos de lite- aparece unido al de Lope de Vega por su Epístola de Ama-
ratura en el continente. Alberto Zum Felde en La narrativa rilis a Belardo donde le declara su desesperanzado amor,
hispanoamericana reconoce la existencia de quince muje- es aclamada por el mismo Lope en La Filomena de 1621.
res escritoras de mérito, seis de ellas del Río de la Plata, una En lo religioso queda el nombre de Santa Rosa de Lima,
de las cuales es su propia esposa, Clara Silva.1 Fernando que escribió sus versos a Cristo por la misma época. Y en
Alegría en la primera edición de su Breve historia de la cuanto a la figura picaresca más escandalosa del siglo xvn,
novela hispanoamericana menciona once nombres de mu- cabe mencionar a Catalina de Erauso que escribió su propia
jeres, dos de las cuales son chilenas, y en su última edición autobiografía bajo el título de Historia de la Monja Alférez.
de 1974, el número aumenta a veinticinco. También son Según el discurso de Enrique Anderson Imbert pronun-
once escritoras las que Germán García encuentra dignas de ciado en el Congreso de Escritoras Interamerícanas (San
mención en su Historia de la novela argentina. Olivio José State University, San José de California, 10 de abril
Jiménez restringe aun más la selección en su nueva Anto- de 1976) publicado en Visión en julio del mismo año, la
logía de la poesía hispanoamericana.2 Bajo su duro escru- Monja Alférez "disfrazada de varón, y rápida en el manejo
tinio, dos mujeres, según el autor, escapan la tendencia al del cuchillo y la espada, pavimentó su camino con cadáveres
erotismo descontrolado y al tono intimista que caracteriza de hombres. En algunos pasajes se delató como la primera
la poesía femenina. Las escogidas son la chilena Gabriela lesbiana en nuestras letras. Catalina se cortó el pelo y huyó
Mistral (Premio Nobel de literatura en 1945) y la uruguaya del convento para encontrar su libertad viviendo a lo hom-
Sara de Ibáñez, aclamada por Pablo Neruda en el prólogo bre."
a Canto de la autora. Conocida es la extensión de dicha Pero para figurar debidamente en nuestros anales lite-
Antología: 496 páginas. rarios no basta haber sido una escritora excepcional sino
Sería exceder los límites y las metas de esta introducción que una mujer debía, y debe aún, estar dotada de un es-
el dar más ejemplos de discriminación por parte de los píritu combativo más que excepcional. Conocidas son las
críticos hacia la literatura femenina cuando la verificación Respuestas a Sor Pilotea de la Cruz (1691), y muy comen-
de lo expuesto está al alcance de todos los que quieran ex- tada la inspiración tanto bélica como lírica que hacía vibrar
tender el brazo para coger de un estante cualquiera un libro la pluma de Sor Juana Inés de la Cruz bajo su mano. Los
especializado sobre este tema. críticos e historiadores de la literatura tienen siempre buen
B. Antecedentes históricos. El comienzo de las letras cuidado en hacer figurar a Juana de Asbaje, Sor Juana, la
femeninas en nuestro continente puede remontarse a los Décima Musa de América, en sus diccionarios literarios,
períodos de la Conquista y Colonización de América. Se- historias de la literatura, antologías poéticas, crónicas
gún el cronista español Fernández de Oviedo, existió en el virreinales, etc. Se complacen en un gesto de reconoci-
territorio hoy conocido como la República Dominicana, miento ineludible al rendirle homenaje a una mujer de gran
una india cacica, Anacaona, cuyos cantos servían para talento. Lo difícil es recibir el mismo reconocimiento sin
acompasar los areitos (cantos y bailes) de los indígenas de la lucha inevitable que acompaña a todo esfuerzo femenino
su tribu. Las crónicas de Oviedo registran este aconteci- por ser aceptada en un medio dominado tradicionalmente
miento por el año 1515. Más tarde, en 1556, Isabel de Gue- por los hombres.
vara le escribe a la reina española, Doña Juana, quejándose Es en el periodo romántico, más propicio a la rebeldía,
amargamente de los malos tratos recibidos en el Nuevo cuando la mujer acompasada por la libertad de expresión
Continente. La más antigua de las poetisas nacidas en el y la ruptura con las pautas clásicas, entre de lleno en e]
Nuevo Mundo fue doña Leonor de Ovando, quien se re- panorama literario de la época. La cubana-española Ger-
fiere a Cristo, en versos blancos escritos antes de 1580, trudis Gómez de Avellaneda (1814-73), mujer de tempe-
como al "divino esposo de su alma," según señala Eugenio ramento ardiente y melancólico, iconoclasta de su tiempo
Salazar Alarcón en su Silva de Poesía con relación a la vida que desafía a la sociedad con sus desvíos amorosos y su
intelectual de Santo Domingo. defensa apasionada del esclavo, la primera mujer cuya
En el Perú figuran cuatro poetisas de la época colonial: rebeldía no ha de ser sofocada por mandato clerical, como
la primera anónima, quien en su "Discurso" discurre con lo fuera la de la desdichada Juana de Asbaje. Sab (1839),

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Guatimozín (1846) y El cacique de Turmequé (escrito en injusticia social, por los tíranos que oprimen y degradan a
1860 y publicado en 1871) son sus novelas más importantes los hombres libres. En suma, ha denunciado los oprobios
de raíz americana ya que su teatro es de influencia medieval que se cometen contra los otros. En el siglo xx empezará
o bíblica con excepción de sus comedías. a defenderse de los abusos que se cometen contra ella.
Así como de la Sociedad de mujeres antiesclavistas,
fundada en 1869, surgió la Asociación nacional de mujeres En 1925 la venezolana Teresa de la Parra publica su
sufragistas que logró el voto para la mujer norteamericana Ifigenia o Diario de una señorita que escribió porque se
en 1918, la obra de Gertrudis Gómez de Avellaneda gravitó fastidiaba, con la intención de señalar los males que afligen
con compasiva admiración hacia el indio vencido, ya en la por igual a todas las mujeres de Hispanoamérica por la
conquista de México como puede verse en Guatimozín, misma época. Si la literatura femenina se caracteriza por su
ya en la denuncia antiesclavista de Sab. Nos hallamos ante brevedad—que desdice con la tradicional verborragia de
una mujer precursora de la novela indianista y de protesta la mujer—Ifigenia constituye una notable excepción. Se
social. trata de 494 páginas divididas en cuatro partes cuyo éxito
Algo semejante ha de suceder en la región del Plata con inicial aconteció en París cuando el ilustre poeta Francis de
las novelas que genera la dictadura de Rosas en la Argen- Miomandre la tradujo, y de inmediato fue premiada en un
tina. Juana Manuela Gorriti (1819-92) y Juana Paula Man- certamen literario. La novela de Teresa de la Parra causó
so (1819-75) se consagran respectivamente a pintar el am- sensación en todo el mundo de habla hispánica. La deliciosa
biente con una fidelidad hasta ahora sólo concedida a Már- espontaneidad de la heroína que pasa de los arrebatos fri-
mol o a Echeverría. Juana Manso figura en los anales de la volos a la grave introspección filosófica, no asorda la verda-
literatura como la primera novelista argentina, aunque dera intención de la autora que se manifiesta desde el co-
para otros lo fue Eduarda Mansilla. mienzo en el título mismo de la novela, Ifigenia: la joven
Ambas mujeres encuentran una feroz oposición a sus que se ofrece en sacrificio, episodio basado en la conocida
ideales libertarios, a sus afanes educativos y a estilos de leyenda mitológica. Contrariamente a muchas escritoras
vida demasiado independientes y hasta casi desvergonzados que no pueden escapar a la tendencia intimista y confe-
para la época en que les toca vivir. sional, Teresa de la Parra acusa una madurez de estilo y
Juana Manso en Los misterios del Plata, una novela de un distanciamiento sobrio entre ella como autora y su obra
tipo político publicada en 1846 durante la segunda dicta- como creación. Desaparecen las falsas líneas de demarca-
dura de Rosas, se adelanta en cinco años a la publicación de ción entre lo que se ha dado por llamar "literatura feme-
Amalia por Mármol. nina" y "literatura masculina" cuando se trata del estilo de
esta notable escritora. Como ha dicho Guillermo de Torre,
Juana Manuela Gorriti, considerada por Fernando Ale-
"las creaciones de calidad aquellas donde aflora una perso-
gría como una de las iniciadoras de la novela indianista en
nalidad auténtica, son asexuadas,"3
El tesoro de los Incas y El pozo de Yocci, deja valiosos tes-
timonios históricos de la época en su retrato de Güemes, La chilena Marta Brunet publica Montaña adentro
el célebre gaucho salteño que aparece en los recuerdos de (1923), novela que basta para ubicarla a la cabeza de las
su infancia y en su relato de carácter folletinesco, La hija escritoras de su época y darle el título de "criollista" que
del mashorquero, episodios de la siniestra Mazorca de resulta no del todo exacto para calificar el grueso de su
escritora del siglo xix en el Plata, llevó empero una vida obra. Tanto Marta Brunet como su compatriota María
azarosa, víctima de las despiadadas transiciones políticas Luisa Bombal se atreven a enfrentarse con el tema de la
de su tiempo de las que sólo pudo rescatarla su espíritu seducción amorosa, hasta entonces apenas soslayado por
ambicioso y tenaz. las escritoras hispanoamericanas. María Luisa Bombal
Fueron mujeres las que se conmovieron primero ante el publica la primera edición de La última niebla en 1935.
espectáculo del indio vencido después de la Conquista. Y Amparada bajo una técnica narrativa que crea un clima
es en la peruana Clorinda Matto de Turner (1854-1909) onírico singular, la autora va velando la realidad hasta
donde llega a consolidarse la campaña de liberación iniciada dejarla suspendida en el tiempo mítico de los sueños. En
por la Avellaneda. Suena dará y nítida la voz de denuncia virtud de ia carga lírica de ¡a novela cuya magia modula
contra la explotación del indio peruano. La mirada vuelta una imprecisa sensación de irrealidad, María Luisa Bombal
sobre el paisaje y el color local ponen un sello costumbrista se permite el lujo—para las letras hispanoamericanas es-
dentro de un marco de hondo romanticismo en cuanto a la critas por mujer—de describir las sensaciones amorosas
temática de la obra y el uso del lenguaje. "Levanta una que experimenta una mujer al fundirse en un abrazo pa-
tempestad de escándalo y se constituye en documento sional con un desconocido. Para colmo, la narradora-prota-
revolucionario," dice Alberto Zum Felde en la obra citada gonista tiene marido. Si la Bombal hubiera desarrollado la
anteriormente. misma temática en una novela desprovista del prodigio
Cabe destacar la aparición de Blanca Sol (1888) por Doña lírico que caracteriza a La última niebla, es probable que
Mercedes Cabello de Carbonera, peruana también de abier- nunca hubiera llegado a publicarse en Buenos Aires bajo
ta tendencia anticolonialista aunque no se refiere al indio los auspicios de Oliverio Girondo y Norah Lange. Sin
sino a la burguesía de la ciudad. embargo, triunfó ampliamente y ya ha sido editada siete
veces, la última edición en 1973, y traducida a ocho idio-
Al terminar el siglo xix, la mujer escritora ya ha mani-
mas.
festado su preocupación por los débiles y vencidos, por la
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Mexicanas y argentinas dominan el panorama literario ridad de la locura y la situación de normalidad en el trans-
en la década del sesenta. Las novelas históricas basadas en currir de los hechos cotidianos.
la Revolución Mexicana o en situaciones conflictivas entre En un clima semejante se desplazan los personajes enaje-
el blanco y el indio, adquieren particular relieve en Balún- nados de la tucumana Elvira Orphée, como puede apre-
Canan (1957) y Oficio de Tinieblas (1962) escritas por ciarse en Su demonio preferido, colección de cuentos. Su
Rosario Castellanos. Los recuerdos del porvenir (1963) de cosmovisión literaria está imbricada en una poesía tan sutil
Elena Garro despliega un haz de recursos técnicos y un que sus protagonistas se debaten en conflictos linderos con
clima mágico-realista que pocos escritores han igualado. lo irreal. Hay una cualidad extraña y a la vez irresistible
La preocupación por abolir el tiempo en esta obra refleja un en esta autora singular, como puede juzgarse en otras obras
grado de proyección metafísica, una inquietante indagación suyas, Dos veranos, Aire tan dulce, En el fondo. Uno es
alrededor de la cual se han elaborado infinidad de obras una novela suya que testimonia el acontecer político en la
contemporáneas sin llegar a la madurez estilística de Elena Argentina.
Garro. Marta Traba, distinguida crítica de arte moderno y fun-
Elena Poniatowska publica en México Hasta no verte, dadora del Museo de Arte Contemporáneo en Colombia,
Jesús mió (1969), donde la protagonista sigue la línea tradi- participa de esta tendencia que señala a las autoras ante-
cional de la clásica picaresca española. Esta obra cuenta con riores, acentuando el malestar que predomina en sus re-
doce ediciones desde su publicación en 1969 hasta la última latos con la amenaza de un mal invisible que se cierne sobre
en 1973, habiéndose extendido su fama a los Estados Uni- las acciones de sus personajes. Después de ganar el Premio
dos, particularmente a California y estados vecinos. Casa de las Américas con su novela Ceremonias de verano
C. La mujer en la narrativa argentina. Perspectiva (1966), en competencia con Oficio de Tinieblas de Rosario
actual. En la Argentina, la novela se caracteriza por su Castellanos, Marta Traba publica un volumen de cuentos,
orientación urbana, apartándose de la tendencia regiona- Paso así (1968), donde se advierte el mismo desconcierto
lista y de inquietud social que señala a la novela mexicana. y desasosiego impreciso de algunas narraciones de Julio
Es válido empero, afirmar que en los últimos veinte años Cortázar en Bestiario o en Historias de cronopios y de
las crisis políticas del país han hecho impacto en la narrativa famas.
de varias escritoras distinguidas. El incendio y las vísperas En relación al cuento fantástico, Silvina Ocampo enca-
de Beatriz Guido y La alfombra roja de Marta Lynch in- beza la vanguardia con su prolífica obra poética y narrativa
dican una suerte de preocupación social, ya sea en contra que comienza en 1932. La furia y otros cuentos y sus re-
o en favor de la tiranía de Perón. Si bien es cierto que Bea- latos en Las invitadas son representativos de su cosmo-
triz Guido e Iverna Codína estallan en gritos de violencia visión literaria donde la autora se complace en acentuar, no
contenida, las narradoras argentinas no se hallan tan com- la supuesta inocencia de los niños, sino su crueldad y su
prometidas con lo social como las mexicanas. Iverna Codína turbia procacidad. Colabora con su esposo, Adolfo Bioy Ca-
gana el Premio Losada Internacional en 1961 con su novela sares, en algunos libros de tendencia fantástica y en 1940
Detrás del grito, donde la acción se localiza en las clases publica la Antología del cuento fantástico escrita en colabo-
bajas trashumantes entre Chile y Mendoza, Argentina. ración con Jorge Luis Borges y con Bioy Casares.
No vacila en mostrar la degradación del hombre obrero
Silvina Bullrich es la escritora argentina con más éxito
ni la de la mujer a manos del hombre. Su tendencia natu-
de taquilla (su fama puede equipararse con la de Jacqueline
ralista la lleva a embrutecer al ser humano que aparece con
Susann en los Estados Unidos) y su obra se remonta a La
frecuencia reducido a sus instintos más bestiales y a un
redoma del primer ángel de 1943, cuando se le otorga el
elemental afán de supervivencia. La prosa destella en insó-
Segundo Premio Municipal de literatura en prosa. Con Un
litas imágenes poéticas delatando una actitud compasiva
momento muy largo en 1961, recibe el Primer Premio
por los oprimidos y una pujanza lírica que fortalece su
Municipal de novela. Las novelas de Silvina Bullrich son
clamor por justicia.
amenas y de lectura fácil. Es quizá la novelista más popular
En 1961, año de triunfo para Iverna Codina/Syria Poletti de la Argentina y en sus últimas obras, Mal Don y Su exce-
es también distinguida con el Premio Internacional Losada lencia envió el informe, muestra una suerte de inquietud
y el Segundo Premio Municipal por su primera novela social que contrasta con la frivolidad habitual del grueso de
Gente conmigo. Traducida al alemán, italiano y checo, su obra. María Angélica Bosco ganó el Segundo Premio
hoy en su octava edición, integra la Biblioteca clásica de Emecé en 1954 con La muerte baja en el ascensor, y su
la Editorial Losada. versatilidad poética y dramática, a más de su extraordinaria
María Esther Vázquez, colaboradora de Jorge Luis Bor- capacidad como traductora del francés, la han llevado a
ges en ensayos sobre literatura inglesa y sobre literaturas destacarse no sólo como novelista de tramas policiales, sino
germánicas medievales, publica en 1964 una colección de también como crítica, dramaturga y poeta.
cuentos, Los nombres de la muerte, con prólogo de Borges. Josefina Cruz obtuvo la Faja de Honor de la Sociedad de
El primero, "Confesión," reproduce un episodio histórico Escritores con su novela histórica Doña Mencia, la Ade-
de la toma de Granada por los Reyes Católicos. Los otros lantada, que se publicó en 1960. En 1954 fue invitada a
varían entre la ironía, el humor y la "conscience malheu- España donde conferenció desde la cátedra Ramiro de
reuse" de una atmósfera perversa, fronteriza entre la oscu- Maeztu sobre "La novela histórica argentina." El aporte

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histórico-novelístico de Josefina Cruz la ubica en una posi- clásica de su estilo, su pasión de justicia por los derechos
ción de privilegio indiscutible en el campo de la novela his- inherentes a la mujer y en suma, toda una vida dedicada
tórica. Así lo atestiguan Los caballos de Juan de Garay a la difusión de la cultura (fundó la revista Sur en 1931),
(1970), y Cronistas de Indias (1971). desde la atalaya de poeta visionaria y de una valiente reden-
María Luisa Levinson se encuentra en ia línea de la lite- tora social, ubican a Victoria Ocampo en un plano que
ratura fantástica y colaboró con Jorge Luis Borges en "Mi excluye las definiciones y los fáciles estereotipos que re-
hermana Eloísa," cuento que figura en la colección que sultan inoperantes al querer clasificar a las grandes figuras
lleva el mismo nombre. "El abra" aparece en varias anto- de la humanidad.
logías de cuentos y se destaca por su afinidad con algunas María Granata, cuya obra más significativa hasta ahora
narraciones de Horacio Quiroga donde la brutalidad del había sido como poeta (Umbral de tierra, Muerte de ado-
hombre contrasta con una naturaleza impasible. En 1977 lescente, Corazón cavado, Color humano), se desplaza de
Seix Barral publicó una selección de los mejores cuentos, la lírica pura al mundo de la narrativa donde renace en el
algunos ya publicados y otros inéditos. El libro se llamó prodigio de una prosa lírica que es la clave de su estilo.
El estigma del tiempo, con prólogo de Jorge Luis Borges, Nadie como ella ha podido recrear en Los tumultos (1974)
y se editó en Argentina, Venezuela, México y España. el mundo mágico de Cien años de soledad, en un diseño
Victoria Pueyrredón se ubica en la tendencia fantástica donde resalta la fábula poética no exenta de gracia y del
con Destinos y su reciente libro, Acabo de morir. incomparable sentido del humor de Garda Márquez. Pero
Fryda Schultz de Mantovani, distinguida poeta y crítica si las comparaciones son odiosas, resultan inadmisibles en
de literatura, especialista en cuentos para niños, se dis- el caso de María Granata, pues su estilo mágico-realista
tingue por su Leyendas argentinas, reelaboraciones de se venía formando desde lejos y ya había dejado entreverse
leyendas milenarias que pertenecen al acervo cultural de en Los viernes de la eternidad, donde el mundo de los espí-
casi todos los pueblos del mundo y en tradiciones folkló- ritus adquiere concreción real al encarnarse en muertos
ricas que destacan algunos episodios de la Conquista del que participan en el quehacer cotidiano de los vivos. Ha
Río de la Plata. dicho Fernando Alegría respecto al mayor aporte original
María Ester de Miguel, oriunda de Entre Ríos, vuelve de la novela latinoamericana: "La rebelión contra la retó-
los ojos a su provincia y nos entrega relatos con sabor y rica del costumbrismo y del regionalismo produjo una
picardía de tierra adentro sin olvidar la historia ancestral de tensión poética que parte de la realidad y vuelve a ella
la persecución entre judíos y cristianos en su colección de dándole un trasfondo mágico."
cuentos, Los que comimos a Solís, Desde aquellos días en 1905 cuando César Duayen,
Olga Orozco es una de las poetas más destacadas de la pseudónimo de Emma de la Barra, publicó Stella, con el
llamada generación del 40 {La muerte, Los juegos peli- subtítulo Novela de costumbres argentinas, y quedó como
grosos, Museo salvaje, etc.), y en algunos cuentos de La testimonio social de su época en un estilo que combina
oscuridad es otro sol nos deslumhra con una prosa de au- rasgos románticos, costumbristas y realistas, hasta el año
téntico lirismo donde los planos entre lo real y lo irreal se que corre de 1977. la mujer argentina ha pasado a primera
entreveran indescifrablemente. plana en la literatura de Hispanoamérica y quizá del mun-
La "conscience malheureuse" que se adhiere al mundo do . María Granata recibió el Premio Sgreda en 1976 por Los
literario de Clarice Lispector, la autora brasileña de Cerca tumultos, en un certamen literario donde el jurado le con-
del corazón salvaje, puede distinguirse en tres escritoras cedió mayor puntaje que a El libro de arena de Jorge Luis
argentinas: Elvira Orpheé (Su demonio preferido), María Borges, y a Abbadón, el exterminador, de Ernesto Sábato.
Esther Vázquez y Marta Traba. Sena oportuno rastrear la La extensa obra de las narradoras argentinas en sus cuen-
influencia de Virginia Woolf en algunas de las escritoras tos y novelas de actualidad muestra una honda inquietud
mencionadas. Y si de influencias se trata puede afirmarse por incorporarse a las letras de América en un puesto de
que Faulkner no se halla lejos de la violencia contenida de primera línea. Es imperativo que los libros de escritoras se
Beatriz Guido y de Iverna Codina. distribuyan y difundan en el extranjero con más facilidad
Victoria Ocampo es, sin duda alguna, la escritora argen- para su adquisición de lo que ha sido corriente hasta ahora.
tina más destacada en las letras hispanoamericanas del siglo Urge que aumente el número de las escritoras consagradas
xx, con reconocimiento en el panorama mundial de la lite- en historias de la literatura y antologías con circulación
ratura. Sus Testimonios, ocho volúmenes en total, de 1935 internacional.
a 1971, cubren casi 40 años del acontecer literario del siglo Es hora de otorgar a las mujeres que se han destacado
y constituyen la única crónica comprensiva sobre grandes en las letras de América, el mismo interés y reconocimiento
figuras de la literatura universal presentadas desde la pers- sin retaceos que han recibido los grandes escritores a través
pectiva de una mujer excepcional. Su erudición, sus vastas de todos los tiempos.
inquietudes por abrir la Argentina al resto del mundo y
traer el mundo a la Argentina, la amenidad y la hechura San José State University

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1
Ambos desaparecidos en el curso del año 76. En la edición de 1974 se añaden las siguientes escritoras a las ya mencio-
1
Escritoras que figuran en Literatura Hispanoamericana, Antología nadas: Rosa Arcíníega (peruana), Rosario Castellanos (mexicana!, Rosa
e introducción histórica de Anderson Imbert y Florit (New York: Holt, Guerra (argentina), Eduarda Mansilla (argentina), Magdalena Mondra-
1960): Delmira Agustíní (uruguaya), Emilia Bemal (cubana), Ma. Luisa S°n (mexicana), Syría Poletti (argentina), Lilia Rosa (mexícanal, Susana
Bombal (chilena), Carmen Brannon (Claudia Lars, salvadoreña), Marta Tasca (argentina), Marta Traba (argentina), María Flora Yáñez (chilena),
Brunet (chilena), Sor Juana Inés de la Cruz (mexicana), Gertrudis Gómez Mercedes Valdivieso (chilena), Raquel Banda Farfán (mexicana), Ncllíc
de Avellaneda (cubana), Sara de Ibáñez (uruguaya), Dulce Mana Loynaz Campobello (mexicana), Inés Echeverría Bello (chilena), Síivina Bullrích
(cubana), Clorinda Matto de Turner (peruana), Gabriela Mistral (chi- (argentina), Mercedes Cabello de Carbonera (peruana), Beatriz Cuido
lenaj, Silvina Ocampo (argentina), Teresa de la Parra (venezolana), Al- (argentina).
fonsina Storni [argentina), Carmen Lyra (Ma. Isabel Carvajal, costarri- Escritoras que figuran en La Narrativa Hispanoamericana de Alberto
cense), Ma. Elena Walsh (argentina). Zum Felde (Madrid, 1964): Delmira Agustiní, María Luisa Bombal,
Escritoras que figuran en la Breve Historia de la Novela Hispanoameri- Mana Brunet, Silvina Bullrích (argentina), Sor Juana Inés de la Cruz,
cana de Fernando Alegría (México, 1959): Ma. Luisa Bombal, Marta Teresa de la Parra, Beatriz Guido (argentina), Norah Lange (argentínal,
Brunet, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Ma. Luisa Ocampo (mexicana), Clorinda Matto de Turner, Silvina Ocampo, Clara Silva (uruguaya|.
3
Juana Manso (argentina, erróneamente aparece como Mansón), Clorinda En su prólogo a Marta Brunet, Montaña adentro (Buenos Aires,
Matto de Turner, Teresa de la Parra. Juana M. Gorrití (argentina). 1965).

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