Você está na página 1de 13

DECÁLOGO SOBRE TRANSDISCIPLINARIEDAD Y ECOFORMACIÓN.

Barcelona, 28-30 de marzo de 2007

Coordinan: S. de la Torre (UB), M. C. Moraes (PUC/SP), J. Tejada (UAB); M. A. Pujol (UB)


Con la contribución de Edgar Morin, Raul Motta, Gaston Pineau, Emilio R. Ciurana, Joan Mallart...

Somos ciudadanos planetarios. Pero esta nueva ciudadanía no nos viene dada, sino que es preciso construirla
entre todos. Esa es nuestra misión que nos impulsa a buscar caminos para reencantar la educación.

Presentamos los diez campos principales de proyección transdisciplinar y ecoformadora


1. Supuestos ontológicos, epistemológicos y metodológicos de la mirada transdisciplinar.
2. Proyección tecnocientífica. El campo de la religación de los saberes.
3. Proyección ecosistémica y medioambiental: Relación ecológica sustentable.
4. Proyección social: Consecuencias de una ciudadanía planetaria.
5. Convivencia y desarrollo humano sustentable: Visión axiológica y de valores humanos.
6. Proyección en las políticas laborales y sociales: Satisfacción de necesidades humanas.
7 Proyección en el ámbito de la salud y la calidad de vida: En búsqueda de la felicidad.
8. Proyección en las reformas educativas: Formar ciudadanos en la sociedad del conocimiento.
9. Proyección en la educación: Responder a una formación integradora, sostenible y feliz.
10. Proyección en las organizaciones y en el estado del bienestar: Autoorganización y dimensión ética y social.

JUSTIFICACIÓN
El presente Documento, en forma de Decálogo sobre Transdisciplinariedad y Ecoformación es fruto del
esfuerzo y colaboración de un grupo de investigadores, docentes y profesionales participantes en el I Congreso
Internacional de Innovación docente: Transdisciplinariedad y Ecoformación que tiene lugar en Barcelona
durante los días 28, 29 y 30 de marzo de 2007. Surge como iniciativa de los organizadores que pretenden llevar
a la práctica las ideas y actitudes que esta nueva visión transdisciplinar lleva consigo. Es por ello que se ha
seguido en su elaboración un proceso de participación libre de los conferenciantes, ponentes y comité científico,
con visiones diferentes, pero coincidentes en su mirada transdisciplinar. Es un paso más elaborado y complejo
del Documento de Barcelona (2006), pero sobre todo fruto de la participación de un amplio colectivo de
investigadores y formadores, desde la edad temprana hasta la universidad.

La denominación de Decálogo se debe a que consta de diez dimensiones o proyecciones de la


transdisciplinariedad con sus problemáticas y estrategias de acción. Estas reflexiones serán de interés para
quien ya ha tomado o pueda tomar conciencia de las limitaciones del modelo de construcción y transmisión de
conocimiento, basado en la fragmentación de la información y la utilización del método positivista como único
criterio de racionalidad científica. Este enfoque reduce la realidad a un solo nivel, el de lo sensible, dejando
fuera otro tipo de fenómenos de gran importancia en la vida de las personas, de la sociedad y de su conexión
con el cosmos, y la energía sutil.

Transdisciplinariedad y Ecoformación son dos conceptos que emergen vinculados al paradigma ecosistémico,
que encarnan y proyectan una nueva mirada sobre la generación de conocimiento y sobre la práctica educativa.
Ellos serían los ejes que vertebran este documento que se mueve en tres niveles conceptuales: teórico,
estratégico y práctico; que aborda la visión transdisciplinar desde consideraciones ontológicas, epistemológicas
y metodológicas; que se proyecta tanto en el ámbito de la educación y la formación universitaria como en el
social y de las organizaciones. La era caórdica de que nos habla Dee Hock (creador de la visa) es una muestra
de cómo la complejidad y la transdisciplinariedad y la visión ecosistémica penetra en el mundo empresarial y
de las organizaciones.

Entendemos la ecoformación como una manera sintética, integradora y sostenible de entender la acción
formativa, siempre en relación con el sujeto, la sociedad y la naturaleza. El carácter de sustentabilidad sólo es
posible cuando se establecen relaciones entre todos los elementos humanos. Desde el enfoque transdisciplinar la
entendemos como una mirada diferente de la realidad y sus diversos niveles. La ecoformación comporta, entre
otras, las siguientes características: a) vínculos interactivos con el entorno natural y social, personal y
transpersonal. b) Desarrollo humano desde y para la vida, en todos sus ámbitos y manifestaciones de manera
sustentable. La sustentabilidad es un rasgo sustantivo de la ecoformación y de todos los conceptos relativos a
“eco” como ecopedagogía, ecodiseño, ecoevaluación, ecosistemas. c) Carácter sistémico y relacional que nos
permite entender la formación como redes relacionales y campos de aprendizaje. d) Carácter flexible e
integrador de los aprendizajes, tanto por su origen multisensorial e interdisciplinar, como por su poder
polinizador. e) Primacía de principios y valores medioambientales que toman a la Tierra como un ser vivo
donde convergen a los elementos de la naturaleza. Tanto vivos como inertes.

1
Las audiencias y destinatarios de este documento en forma de decálogo de principios, intenciones y
propuestas son los políticos responsables de las reformas sociales, laborales y educativas; el personal de la
administración encargada de gestionar los recursos humanos y materiales; quienes dirigen las instituciones
educativas, formales y no formales; los coordinadores, gestores y responsables de las organizaciones
productivas y de servicios, desde las ONG a las Universidades y Escuelas universitarias; el profesorado
universitario que en su afán por profundizar en la disciplina ha llegado a la fragmentación del conocimiento
descuidado la religación de los saberes; el profesorado no universitario, de educación básica y secundaria, para
que se interese más por las competencias que por la adquisición de conocimientos; los especialistas y
tecnólogos que a través de sus redes nos abren nuevas fronteras en la generación de conocimiento; el
profesorado de educación temprana, que sin duda es el más dispuesto a poner en práctica esta mirada
transdisciplinar aprovechando las situaciones cotidianas de la vida.

Tomamos como faro de nuestras reflexiones, valoraciones y propuestas para la acción, las palabras de Ilya
Prigogine, Nóbel de química, creador de la teoría de las estructuras disipativas que algunos califican de poeta de
la educación. Él nos alerta de que la tolerancia es un valor fundamental en la construcción de la sociedad del
conocimiento y de las civilizaciones futuras, de la racionalidad científica y la social.

La falta de tolerancia es el verdadero problema de nuestro tiempo. Consiste en comprender alternativas del
mundo cultural y en convencernos de que debemos vivir en un mundo múltiple. He aquí, en mi opinión, un buen
objetivo para la Ciencia actual con respecto a la civilización: proporcionar una vida diversa de realizaciones,
mostrar caminos menos lineales, estrechos y acondicionados para el ser humano. No hay que olvidar que fue
precisamente en Europa donde se gestó ese gran proyecto que es la Ciencia y ese sistema llamado democracia;
es decir, la racionalidad científica y la racionalidad social y humanista. Aproximar estas dos racionalidades es
una bella misión para nosotros. De este modo quizá nos acerquemos a una mayor tolerancia y a aceptar la
multiplicidad de la civilización humana. (Prigogine)

1. Supuestos ontológicos, epistemológicos y metodológicos de la mirada transdisciplinar.


Si partimos de que la realidad no es única, ni preestablecida, ni lineal, sino compleja y sistémica, fruto de la
interacción de componentes históricos, sociales, culturales y personales, hemos de partir de determinados
supuestos ontológicos, epistemológicos y metodológicos para abordar su conocimiento. Una realidad compleja
y sistémica, demanda un tipo de concepción y procedimientos acordes con dicha realidad, se trate de una
persona, de una organización o de una confederación de países.

De la fuente “Tansdisciplinariedad” cuelgan tres campos conceptuales principales:


a) El campo científico, epistemológico y metodológico de construcción del conocimiento con sus tres niveles de
realidad, la teoría de la complejidad y el tercer incluido de la lógica no aristotélica. Esos niveles de realidad,
variable en la terminología según los autores pueden concretarse en el plano de lo sensible, material propio del
macrocosmos.
b) El campo de acción ecologizada que se manifiesta en la formación integral del ser humano a través de su
relación con el mundo (eco-formación), con los otros (co-formación, hetero-formación), consigo mismo
(autoformación) y con la conciencia del propio ser (onto-formación) que tiene lugar tanto en el ámbito formal
como no formal. El entorno, el medio ambiente, es el escenario propicio para esta formación integradora porque
pone al descubierto los vínculos entre la persona, la sociedad, la naturaleza y el cosmos.
c) El campo de la actitud transdisciplinar o de vida que busca la comprensión y complementariedad de cuanto
ocurre en la vida y en el universo. Intenta comprender la complejidad de las relaciones entre los sujetos
(alteridad), de los sujetos consigo mismos en búsqueda de sentido y finalidad (autotélica), y de los sujetos con
los objetos que los rodean (actitud planetaria). La actitud transdisciplinar busca la transformación del ser
humano en su totalidad al relacionarse con los otros y con “lo otro”. Una actitud transdisciplinar está abierta a lo
nuevo no confundiendo las diferentes manifestaciones de la realidad con “lo real”.

Por lo que respecta a la metodología de investigación científica se están produciendo cambios importantes. La
confrontación entre el modo de investigar positivista y los métodos de investigación naturalista en el área de la
comunicación interpersonal se ha suavizado. La explicación convencional se concibe como una meta asociada
preferentemente a los estudios cualitativos. Mediante la explicación convencional se asume la perspectiva de
los sujetos sobre su mundo como punto de arranque de la relación entre conducta y norma social. Sin embargo,
esta meta también es detectable en el modo hipotético-deductivo de investigar y en la generación de modelos.
Además, la meta de la explicación causal, tradicionalmente vinculada al modo de investigación hipotético-
deductivo también se ha adaptado a la investigación cualitativa (etnografía, interaccionismo simbólico y
“grounded theory”) de la comunicación interpersonal.

2
El ámbito de la comunicación interpersonal, consolidado como área de investigación inclusiva de contenidos en
el dominio de las ciencias sociales, es un buen ejemplo de cómo las tradicionales controversias metateóricas,
epistemológicas y metodológicas pueden ser encauzadas a través de un discurso que tiene como objetivo la
búsqueda racional y sistemática de aproximaciones, lazos y complementariedades.

No es fácil abordar desde una perspectiva transdisciplinar el ámbito de investigación de la comunicación


humana. El proceso comunicativo es un hecho o actividad caracterizado por los diferentes planos que se pueden
contemplar (distancia interpersonal, intercambio de miradas, conducta gestual, emisiones vocales, conducta
verbal, etc.), saturado de pautas culturales, capaz de contextualizarse y recontextualizarse en cada momento, y
que puede contemplarse como un proceso formado por episodios diversos, cada uno de los cuales está formado
por una secuencia de actos comunicativos del emisor.

Desde una aproximación metodológica, podemos destacar como rasgos de fondo de la actividad investigadora
que la comunicación interpersonal (verbal y no verbal) promueve, estos dos aspectos: 1. Un posicionamiento
pragmático con respecto a forma de entender las metas del conocimiento científico. 2. La toma de conciencia
sobre la necesidad de articular la elección de metodologías con los cuerpos teóricos que los investigadores
sostienen.

2. Proyección tecnocientífica. El campo de la religación de los saberes.


El criterio de confrontación dual para facilitar la comprensión de la realidad (realidad-ficción), de la generación
de conocimiento (verdadero-falso), de la racionalidad científica y social e incluso de la moralidad (bueno-malo)
está perdiendo vigencia ante las nuevas miradas complejas y transdisciplinares provenientes de la epistemología
científica y de la propia física. Así la arraigada confrontación entre ciencia y arte, o ciencia y tecnología,
conocimiento científico y experiencial, mente y cuerpo, onda y corpúsculo, no son excluyentes, como tampoco
lo es la teología y la física cuántica. La mirada transdisciplinar se proyecta en la religación de los sabes siendo
la tecnociencia la manifestación plausible de cómo conocimiento científico y tecnológico se precisan y
complementan. Más aún, las teorías más avanzadas precisan del soporte de la informática como recurso de
investigación. La física, la química, la biología, la medicina, la astronomía, las ingenierías, son buenos ejemplos
de cómo los avances tecnológicos han ido parejos a los avances científicos.

Este encuentro de miradas no se limita a la hermandad entre ciencia y tecnología sino que también se proyecta
en las ciencias sociales y humanas. Así, el conocimiento y las intuiciones de las personas pueden contribuir a la
toma de conciencia de un Proyecto de Universidad de futuro donde la investigación podría adoptar forma de
“encuentros” auténticos en los que cobren sentido complementario razón y emoción. Una manera de generar
conocimiento que amplíe el campo de las capacidades y estrategias como descubrir nuevas situaciones y redes
relacionales, trabajar con cuentos y sueños, desvelar los talentos escondidos, reconocer lo propio y lo diferente
de cada uno, ser agradecido con la vida y las personas que facilitan nuestro aprendizaje y crecimiento. Esto, tal
vez no sea fruto de un “conocimiento científico”, pero sí implica un “saber” de orden superior.

El conocimiento proporciona respuestas, la sabiduría nos regala preguntas e inquietudes por avanzar hacia lo
desconocido, sabiendo que tenemos un hilo para ir tejiendo los nuevos saberes relacionados. ¿De qué saberes
hablamos? ¿Qué comparten y en qué difieren los saberes científicos, profesionales, personales y vitales?
¿Dónde están los límites del conocimiento? ¿Cómo establecer prioridades en la investigación y en la formación?
¿Cuáles serían los criterios de la nueva racionalidad científica? ¿Qué consecuencias comporta la aceptación del
tercer incluido? ¿Cómo distanciarnos con nuevas miradas más amplias y globales, sin perder los detalles que
singularizan y lo hacen diverso? ¿Cómo llevar a la práctica una educación transdisciplinar en los diferentes
contextos y niveles educativos? ¿Cómo abordar la interrelación de los saberes en el contexto actual del
conocimiento disciplinar? ¿Cómo explicar en términos de energía o vibración, todo lo que sabemos y vamos
descubriendo sobre la naturaleza, sobre la realidad, sobre nosotros mismos? ¿Cómo explicar la actividad mental,
la creatividad, la formación, las emociones… en términos de flujo de energía?. Las preguntas crecen
geométricamente conforme avanzamos en cada una de ellas, tanto desde posiciones epistemológicas, como
académicas y educativas. La actitud transdisciplinar está abierta a la pregunta y al diálogo disciplinar.

Estas dudas y preguntas también se extienden al ámbito metodológico. Esta complejidad conceptual genera un
buen número de interrogantes, indecisiones y dudas a nivel metodológico. La disciplina que impone el
procedimiento, sin embargo, no debe estar reñida con la preservación de espontaneidad, o, al menos de la
habitualidad con que contemplamos la producción de actos de comunicación, a modo de moléculas -formada
cada una por átomos- que interactúan entre sí de forma variada y forman agrupaciones de mayor o menor
envergadura. Indudablemente, la perspectiva desde la cual nos ubiquemos conceptualmente –siempre factible,
pero siempre discutible- constituirá el referente que en cada caso asuma la responsabilidad primaria y
vertebradora del planteamiento efectuado.

3
Sólo la interrelación y religación de los saberes pueden ayudarnos a reconstruir desde el conocimiento esta tela
compleja de la realidad; la realidad tanto personal, como grupal, social, natural y espiritual. La interrelación de
los conocimientos adquiridos y los avances tecnológicos. La física, la biología, la genética, la neurociencia, la
astronomía, la medicina, apoyadas por nuevos saberes emergentes como la antroposofía o la energía cuántica en
relación con la vida y la salud, la geociencia, la psicología transpersonal, la trans-historia o la teología cuántica
están ya al alcance de todos a través de Internet. Sólo falta que se abran al mundo académico, científico y de la
formación como potenciales curriculares. Como se afirma desde la ingeniería, habilidades transdisciplinares en
los estudios actuales con visión de conjunto. Por ejemplo: habilidades de ingeniería para estudiantes de ciencias
y habilidades científicas para estudiantes de ingeniería, pero también con otras disciplinas.

3. Proyección ecosistémica y medioambiental. Relación ecológica sustentable


Una de las consideraciones más importantes de la mirada transdisciplinar es la conexión entre el ser humano
con el resto de seres vivos y la naturaleza. La religación de los saberes de los que se hablaba en el primer punto
tiene su correspondencia hologramática entre el todo y las en el principio de armonía entre la naturaleza y el ser
humano. Todo cuanto sucede en la tierra tiene sus efectos en nosotros y cuantas acciones lleva a cabo el hombre
terminan influyendo en la naturaleza.

La Ecología es un nuevo campo de la ciencia que estudia las relaciones entre los seres de la naturaleza y el
medio en el que viven, la interdependencia de los diferentes procesos, el diálogo entre los seres animados e
inertes; o sea un diálogo en el seno de un ecosistema. Somos fruto, pues, de un sistema de interrelaciones entre
el mundo interior y el exterior. De ahí que lo físico, lo psíquico, lo espiritual no son tan contrarios como nos
han hecho creer, sino que se complementan. El ambiente está formado por un conjunto de elementos físicos,
biológicos, socioeconómicos y culturales que interactúan de forma continua. Personas y grupos humanos se
hallan inmersos en una red de interacciones en las que la modificación de alguno de sus elementos repercute en
los demás.

Desde una mirada transdisciplinar, el ser humano y el medio natural en el que se desenvuelve, se
complementan, se enriquecen y precisan. Desde una visión ecosistémica, el medio no solo es un espacio de
libre disposición, sino un entorno lleno de posibilidades que podemos aprovechar o por el contrario se puede
volver contra nosotros, como veremos más adelante. El medio natural es un bien que nos enriquece, pero
inadecuadamente utilizado puede convertirse en plaga. Desde esta perspectiva, el medio es un aliado
importante de la formación. (Torre y Moraes, 2005)

Esto significa que el tema medioambiental tiene consideraciones científicas, socioculturales, políticas,
económicas, históricas, antropológicas, educativas y de salud. No es un simple campo de conocimiento, sino un
espacio de encuentro de múltiples saberes intuitivos, científicos y tecnológicos. A ellas hemos de añadir el
potencial creador de la naturaleza debido a su enorme potencial para trasformarse, para evolucionar, para
reproducirse, para recuperarse cuando es agredido; en suma genera sistemas nuevos y positivos.

Basándonos precisamente en ese potencial destacamos la necesidad de favorecer su sustentabilidad. La ecología


calará en la sociedad hasta llegar a ser un modo normal de entender la naturaleza y actuar para mantener su
equilibrio. Entonces los hábitos individuales y colectivos y los productos o servicios demandados serán más
sustentables.

El cuidado del medioambiente no es cuidado de unos pocos, sino interés de todos. Una responsabilidad mayor
la tienen los políticos por cuanto ha de promover leyes conducentes a la protección de la naturaleza, pero
también las empresas para eliminar los vertidos contaminantes, las industrias e ingenierías para evitar acciones
abrasivas, los investigadores, intelectuales y profesorado, pues al fin la educación es esa acción que se realiza en
el presente con miras al futuro.

La naturaleza nos brinda los elementos básicos para poder sobrevivir en el planeta tierra. Nos proporciona: 1)
agua y oxígeno; 2) recursos energéticos; 3) materias primas; 4 la pesca y la caza; 5) la fertilidad del campo; 6)
el paisaje natural para disfrutar de nuestro tiempo; 7) el equilibrio ecológico. La vida sobre la tierra es posible
sin petróleo y sin energías artificiales, sin energía atómica y sin luz, pero no sin agua ni oxígeno, sin la
capacidad productiva de la tierra y la limpieza atmosférica. Es preciso tomar conciencia de estos dones y en
particular del agua que deberá ser un tema de preocupación política, educativa y medioambiental. El agua habla
y lo hace a través del flujo de su energía, su cristalización, su capacidad para concentrar información y su poder
para generar vida.

No nos cabe ninguna duda de que la naturaleza encierra la sabiduría de los ritmos de desarrollo y cambio.
Cuando el ser humano irrumpe bruscamente, interfiere en ese proceso, desequilibra y altera su funcionamiento,
se deteriora ese medio natural. Es preciso tomar conciencia para impedir en lo posible que las 7 plagas
destruyan ese potencial. Esas 7 plagas de la naturaleza y el medioambiente son: 1) contaminación terrestre; 2)

4
contaminación atmosférica; 3) los incendios forestales; 4) degradación del medio; 5) agotamiento de recursos
naturales; 6) desertización; 7) catástrofes naturales o provocadas. (Torre y Moraes, 2005).

No solo vivimos en la naturaleza, sino de y con la naturaleza. Nuestra vida depende de la calidad de esta
relación. Es por ello que la educación medioambiental reclama mayor atención que la que se viene dando, si
concebimos la naturaleza como el hogar no solo de nuestra generación, sino de las que vengan. Estrategia
transdisciplinar es mejorar el presente mirando al futuro, y eso implica sostenibilidad.

4. Proyección social: Consecuencias de una Ciudadanía planetaria


La transdisciplinariedad no es un mero movimiento epistemológico, disciplinar o cultural; es ante todo una
nueva mirada que tiene su proyección en la vida y en el ámbito social. Una visión de la realidad con
repercusiones en el modo de concebir la ciudadanía, la identidad, la pertenencia. Por eso una reflexión y actitud
transdisciplinares llevan a plantear un nuevo tipo de ciudadanía planetaria, coherente con un saber relacionado.

La excesiva especialización ha llevado en el último siglo a la fragmentación del conocimiento perdiendo el


sentido del saber, del porqué y para qué del conocimiento adquirido y su ética. La lucha de intereses por
parcelas de poder ha fragmentado aún más los conocimientos. La fragmentación del poder llevó al feudalismo
en la edad media y la concentración del mismo en una persona, a las dictaduras y tiranías. Las mal llamadas
democracias de hoy llevan a los políticos a establecer fronteras y discriminaciones que facilitan el control e
impiden al ciudadano ejercer su derecho a la libre circulación. Son “dictaduras democráticas” aquellas en las
que un solo gobernante nos puede llevar a la guerra o actuar en contra de la mayoría de la población
amparándose en leyes que ellos mismos han creado. La balcanización es otra forma de agresión a la ciudadanía
planetaria que atiende a lo que nos une más que a lo que nos separa.

El derecho a la vida y el derecho a la libertad, son derechos inalienables de la condición humana. De igual
modo, la ciudadanía planetaria debe quebrar las fronteras convencionales y reclama el derecho a la igualdad, a
la libre circulación, a las condiciones de una vida digna como seres humanos. La obligación de los políticos no
es restringir derechos a cambio del engaño de la seguridad, sino buscar salidas para mantener estos derechos sin
pérdida de la convivencia y de la paz. Porque esta nace del reconocimiento de los otros, de sus valores y
creencias, y no de la imposición de las leyes y las armas. Cuando las decisiones afectan a seres humanos, las ha
de inspirar la sabiduría y el humanismo, y no la ciencia o la estadística. La tierra es de todos, y lo que es de
todos es nuestro y de quines la habiten, por ese motivo hemos de cuidarla para las generaciones de futuros
ciudadanos.

Sabemos que es una utopía, pero creemos en el poder de la educación y de los pocos medios de comunicación
libres. La “humanidad” de la humanidad no tiene aún derecho, ni ciudad, ni patria, ni filosofía ni lugares
comunes donde depositar nuestro pesar. “La era planetaria dislocó los lugares comunes haciendo de la enrancia
y la incertidumbre nuestro lugar común”. Y esto se comienza desarrollando una nueva conciencia de identidad,
de pertenencia y de conservación. De identidad como ser perteneciente a un todo, de pertenencia al una
ciudadanía de orden superior, de conservación del medio para poder entregarlo a los herederos en mejores
condiciones de las que lo recibió. Es así como cumple con la ley de la evolución cósmica de modo que todo lo
existente tiende a un punto de mejora y perfección.

Las acciones y relaciones de esta ciudadanía planetaria se basarían en la ética de la comprensión caracterizada
por el “bien pensar” y aprendizaje conjunto, en la introspección crítica, en la conciencia de la complejidad
humana, en apertura hacia los demás y en la tolerancia. “Debemos vincular la ética de la comprensión entre las
personas a la ética de la era planetaria, que supone la mundialización incesante de la comprensión. La única y
verdadera mundialización es la de la comprensión, la solidaridad intelectual y la moral de la humanidad”
(Morin, 2001).

Para E. Morin y para nosotros, la comunidad de destino planetario permite asumir y cumplir esta parte de la
antropo-ética relativa a la relación entre el individuo y la especie humana como un todo. De ese modo la nueva
ciudadanía genera un tipo de ética más universal, basada en el nacimiento de la Humanidad como conciencia
común y de solidaridad entre los seres humanos y su relación indisociable con la biosfera. Aceptar la
ciudadanía planetaria es aceptar que la humanidad no es una mera noción ideal, sino una comunidad de destino
como cualquier comunidad con vínculos profundos, conciencia de pertenencia y ética.

Para Lovelock, antes de mediados de siglo gran parte de la humanidad se verá arrojada de lugares cubiertos por
los mares y de otros donde la desertización hará imposible la vida humana. La migración será un hecho
irreversible en el que las fronteras establecidas por los países carecerán de sentido al igual que las actuales
disciplinas heredadas del s. XIX. La ciudadanía planetaria es precursora de la hermandad entre todos los seres.

5
5. Convivencia y desarrollo humano sustentable: Visión axiológica y de valores humanos

En el Decálogo sobre Transdisciplinariedad y Ecoformación está perfectamente justificado un espacio para la


convivencia y desarrollo humano sustentable1. Por una parte, constituye una de las piezas fundamentales para el
funcionamiento de la sociedad. El mantenimiento de la red de convivencia es garante para lograr un equilibrio
entre confluencias de intereses. Por otra, porque una de las manifestaciones de la convivencia, la comunicación
humana, constituye una de las más claras ejemplificaciones de transdisciplinariedad.

Los valores que puedan justificarse desde la transdisciplinariedad y la ecoformación tienen que ver con la
ántropo-ética, como se señaló en el punto anterior y con la sustentabilidad de una vida digan. Valores que tienen
que ver con la “humana condición” en el sentido dado por Morin al término. Somos resultado del cosmos, de la
naturaleza, de la vida, pero debido a nuestra mente ya nuestra conciencia nos hemos vuelto extraños a este
cosmos secretamente íntimo. Es preciso rescatar nuevamente, permanentemente, afianzar, trasmitir y educar en
todo lugar y época, en valores como la vida, la justicia, la igualdad, la ética personal como expresión de la
antropo-ética, la tolerancia, el medioambiente, la paz, la convivencia entre creencias y culturas, el valor de la
armonía; en suma, los valores que nos devuelven a nuestra humanidad sin que por ello debamos renunciar a los
avances del conocimiento y la tecnología. A ellos cabe añadir otros valores ecoformativos encaminados a
formar ciudadanos que valoran y respectan la naturaleza y promueven la mejora social, ciudadanos conscientes,
comprometidos, creativos, libres, con proyectos de vida, abiertos al saber, el amor y la amistad, que tienen la
búsqueda de la felicidad como referente vital.

Educar comporta, desde una mirada transdisciplinar y ecoformadora, valorar, reconocer, respetar y otorgar
confianza y credibilidad a los otros. Frente a la cultura de la desconfianza y el desprecio del tiempo de los
demás, tan arraigada entre políticos y administraciones públicas en general respecto a los ciudadanos, es
preciso ir ganando terreno al valor de la confianza que hace posible la convivencia. Una cultura basada en la
desconfianza entre administraciones y administrados o entre la ciudadanía, lleva al aislamiento y a la pérdida de
la seguridad.

La comunicación humana juega un papel determinante en la convivencia y el desarrollo. Por eso debería ocupar
un puesto clave no solo en la educación sino también en las organizaciones e instituciones que buscan el
desarrollo humano sustentable. La topografía de este campo ofrece una perspectiva abierta en lo referente a la
elección de las unidades fundamentales, la identificación de los procesos básicos, y la atención teórica y
metodológica que debe prestarse a los contextos comunicativos de la vida cotidiana. La consideración de las
señales no verbales como unidades fundamentales de la comunicación humana y el incremento de estudios
mejor dotados de medios técnicos para observar, codificar y medir la conducta no verbal han conllevado el
asentamiento de este tópico como área de investigación con un perfil propio predominantemente orientado al
examen de la conducta interpersonal.

La prioridad de la agenda educativa en los próximos años, afirmamos con Moraes, tendrá que estar dirigida no
sólo hacia las cuestiones relacionadas con los procesos de construcción del conocimiento y el aprendizaje, sino
también a las cuestiones afectas a la sustentabilidad ecológica, a la ciudadanía planetaria como consecuencia de
la evolución del pensamiento, de la inteligencia y de la conciencia humana en una perspectiva integrada. Se
hace preciso preguntarse por la interculturalidad, por la diversidad y el desarrollo pleno de la conciencia
humana, pues la diversidad sustentable es, sin duda, una de las grandes preocupaciones de nuestro tiempo.

Es preciso ir un poco más allá del cultivo de una coexistencia pacífica o pasiva, y caminar en dirección de una
coexistencia activa, conscientemente actuante, ejercitando la participación, la solidaridad y la compasión. Esto
porque sabemos que existe interpenetración sistémica en términos de energía, materia e información, entre lo
uno y lo múltiple, entre lo simple y lo complejo, entre la unidad y la diversidad, afirma Moraes.

La ecoformación no exime de poner referentes educativos, que no son otros que los propios valores de la
humanidad y de la sociedad en sus contextos específicos.

6. Proyección en las políticas sociales y laborales: Satisfacción de necesidades humanas

Una mirada “Trans” tiene sus impactos y relevancia más allá del conocimiento porque es una manera de saber,
de saber hacer, de saber ser y estar en cualquier actividad humana. Eso significa que se proyecta en toda política
y planificación social, laboral e institucional para lograr el desarrollo humano en todas sus facetas y necesidades
básicas. El ser humano como encarnación de valores, necesidades y tendencias se expresa individual y

1
Se utiliza sustentable en este documento en lugar de sostenible para evitar connotaciones económicas
que ha adquirido el término sostenible y remarcar no sólo la posibilidad, sino la voluntad de alcanzar y
mantener de forma permanente los valores humanos y calidad de vida.

6
colectivamente a través de la ciudadanía. La ciudadanía en convivencia sería la superación del individualismo
productivo y del socialismo en tanto que sistema somete a la persona. No hablamos de política de partido,
demasiado sometida a la ideología, sino de una manera de concebir y gestionar los recursos tomando en cuenta
los valores humanos y sociales.

En tal sentido la mirada transdisciplinar estaría a favor de políticas sociales, institucionales, empresariales y
laborales basadas en el respeto, la convivencia, la conservación de los medios naturales, la mejora de las
condiciones de vida, en el consumo razonable y en una productividad que no menoscabe los derechos humanos.
El Humanismo sería para nosotros la respuesta política, social y educativa que haría de contrapunto o balanza a
la globalización

No podemos ser ajenos a la globalización como una manifestación de la “aldea global” de los medios de
comunicación y de las transacciones económicas y empresariales. Pero la forma en que se está desarrollando
presenta consecuencias negativas para los sectores más débiles o menos favorecidos. La globalización
acrecienta la desigualdad entre pobres y ricos y por eso es preciso buscar alternativas políticas que partiendo de
la mundialización, planteen una mejor distribución de la información, de los recursos humanos y naturales, y de
una calidad de vida sustentable.

Abordar este reto significa asumir un marco de valores que oriente un nuevo modelo de individuo. Un modelo
en el que los individuos aparezcan como actores sociales que, desde una posición de incertidumbre como
actitud ética, social y política, tengan una actitud abierta al cambio, y a partir de aquí, actuar en la búsqueda de
modelos de cambio desde los principios del pensamiento crítico y de la constante construcción social (Roger,
1997). Se trata de un modelo de individuo que se sabe social, pero a la vez se sabe que la sociedad es de los
individuos. Con la conciencia de esta realidad actúa sobre su comunidad como elemento constructor y a la vez
construido, en una dialógica constante que comporta el dinamismo desde la incertidumbre. (Roger, 1997). Un
individuo con capacidad de reformar su pensamiento desde un posicionamiento en el que se contempla la ética
del vínculo y la solidaridad entre individuos, la capacidad de pensar en conjuntos interrelacionados en los que
convergen la familia, la perspectiva local, regional… desde perspectivas cívicas elaboradas por los propios
individuos. (Morin, 2001).

La mirada transdisciplinar estaría a favor de políticas sociales, institucionales, empresariales y laborales basadas
en el respeto, la igualdad de oportunidades, la convivencia, la conservación de los medios naturales, la mejora
de las condiciones de vida, la conciliación de la vida laboral y personal, en un consumo razonable y en una
productividad que no menoscabe los derechos humanos ni el bienestar psicosocial de la persona

Políticas y prácticas como la responsabilidad civil corporativa, la gestión del conocimiento, la incorporación de
los valores culturales y ecológicos a los procesos de producción, gestión, y prestación o distribución, entre otros,
serían instrumentos clave que requerirían de la transdisciplinariedad como saber, hacer y ser

7. Proyección en el ámbito de la salud y la calidad de vida: En busca de la felicidad.

Uno de los valores humanos más sagrados e inalienables es el derecho a la vida. No hablamos de la vida física
solamente, sino de la vida mental, emocional y espiritual. En una civilización avanzada del s. XXI las
necesidades vitales tienen que ver con la dignidad humana, con el rechazo a la pena de muerte y a toda clase de
torturas, con el respeto a los animales y al medio natural. Destruir el medio es dañarnos a nosotros mismos. Pero
junto a estas formas de vida, es preciso remarcar el derecho a la formación y desarrollo de capacidades, a una
vida emocional libremente elegida, a una vida espiritual o de creencias que no sea coartada en sus
manifestaciones. En suma, el derecho a gozar de la vida, de la libertad y de autonomía y buscar la felicidad. El
ser humano tiene derecho a buscar su propia felicidad.

Una mirada a las antiguas civilizaciones nos muestra que el medio natural jugaba un papel importante en la vida
y la salud. No solamente les proporcionaba los recursos para vivir, sino para protegerse de las inclemencias y de
las enfermedades. La ciencia ha ido tecnificando cada vez más la vida, la seguridad y la salud con la aparición
de imperios económicos en torno a la medicina de los medicamentos, con la proliferación de toda clase de
seguros de vida, se ha jugado con la ignorancia de las personas y han prevalecido los valores económicos sobre
los humanos. Por eso, desde esta atalaya que es la “Trans” queremos abrir nuevas alternativas a la medicina
tradicional y las formas de vida excesivamente deshumanizadas, hacinadas y expuestas a enfermedades en
arrabales de las grandes ciudades. Rescatar la “medicina de las emociones” basada en la armonía, el desarrollo
de una conciencia positiva y el servicio comunitario desinteresado.

La armonía como elemento de salud. Es preciso invertir recursos en salud preventiva, en educación para el
consumo, en hábitos saludables de vida, que pasan por una alimentación equilibrada, por ejercicio corporal y

7
por el control de las emociones para evitar situaciones de estrés. A decir de D. Servan-Schreiber (2004), en
concordancia con antiguas tradiciones, con actuales orientaciones de la medicina alternativa y con el
pensamiento complejo, la clave de la vida sana y saludable está en la armonía. Armonía entre mente, emociones
y corporeidad; armonía en las relaciones con quienes piensan y sienten distinto; armonía entre la naturaleza y el
medio urbano y de producción; armonía entre los tiempos de trabajo, de descanso y de relación; la armonía
entre las propias potencialidades y las metas a las que aspiramos. Como vemos la armonía es una condición
importante para mejorar la calidad de vida y rescatar la salud perdida. Y la felicidad es ese logro de la armonía
interior con las relaciones de fuera.

El poder del pensamiento positivo colectivo. Si el pensamiento y la palabra son capaces de cambiar la estructura
de una molécula de agua y cambiar la realidad, la intención y actitud positiva tiene un poder y energía
vibracional que es preciso considerar, estudiar y utilizar. El pensamiento o intencionalidad es adelantar lo que se
quiere expresar y realizar. Esa función es la que cumplen los objetivos en cualquier plan de formación o de
ejecución. Marcar objetivos es iluminar metas o faros a los que dirigirnos. Por eso cuando nos comprometemos
cognitiva y emocionalmente con un proyecto o sueño todo a nuestro alrededor coopera en la misma dirección.
Tener intenciones positivas sobre nuestra vida y salud contribuye a que ésta mejore.

El valor del servicio comunitario desinteresado. La investigación está demostrando que la longevidad y la
calidad de vida tienen que ver con el compromiso desinteresado con la comunidad, con la ayuda a los otros. Tal
vez nuestra vida cobra un sentido más profundo y ontológico al sintonizar nuestra humanidad con la de los otros.
El hecho de sentirnos útiles para los demás acrecienta el deseo de vivir y mantenernos saludables. Lo que
llamamos estados de salud o enfermedad tiene mucho que ver con la armonía interna, con el tipo de
pensamiento que predomina en nosotros, y con la conciencia de la propia misión o compromiso con los demás.
No en vano somos seres que precisamos de los otros y con ellos nos realizamos. A la luz de estas ideas cobran
sentido las palabras de Servan-Schreiber: “La gente que participa en actividades comunitarias, no sólo son más
felices, sino que gozan de mejor salud y viven más que los otros” (2004, 232). El voluntariado es un remedio
para el cerebro emocional cuando se realiza con placer. Todo aquello que realizamos con gusto y pensamiento
positivo favorece el sistema inmunológico y por tanto la calidad de vida. La “Trans” nos abre la puerta para
investigar estos nuevos horizontes de la vida, la salud y la felicidad como flujos de energía.

Dando sentido a estos hallazgos, nos encontramos con el movimiento de la medicina energética de que nos
hablan Deslauriers (2005), R. Gordon (2006), R. Torres (2006) basada en la interrelación de campos de energía.
Esta interrelación bioenergética mantiene sincronizadas las funciones del cuerpo; cuando estas relaciones se
desequilibran la alteración se manifiesta en forma de enfermedad. “El universo es una masa gigante de energía;
por consiguiente nosotros, al ser parte del mundo también somos energía, en toda nuestra concepción, ya sea
nuestro cuerpo físico, nuestra mente o nuestro espíritu” (Torres, p.21).

El ser humano desarrolla mejor su destino de crecimiento interior y mejora social y medioambiental sustentable,
cuando alcanza niveles más altos de bienestar y felicidad. No en vano afirmaba Simón Bolívar que los
gobernantes tienen la responsabilidad de contribuir a una ciudadanía feliz.

8. Proyección en las reformas educativas: formar ciudadanos en la sociedad del conocimiento.

La mirada transdisciplinar se apoya en el pasado y toma impulso en el presente para explorar el futuro. El nuevo
paradigma ecosistémico en el que se apoya la mirada transdisciplinar y la ecoformación proporciona ciertas
claves para las futuras reformas educativas. Todas ellas han sido deudoras del paradigma e ideología
dominantes, y por qué no decirlo, del Banco Mundial por lo que respecta a los recursos para ponerla en marcha.
En toda reforma subyace una visión del ser humano, una presión social y mediática, una ideología política y una
concepción psicopedagógica. Una reforma es la confluencia o mediación entre la utopía y la realidad. Por eso
consideramos que las futuras reformas deberían tener como referentes los derechos inalienables como seres
humanos, la realidad social contextualizada en cada comunidad y los principios psicopedagógicos que derivan
de un enfoque ecosistémico.

La sociedad de la información y del conocimiento está regida por el predominio de las comunicaciones y de la
vibración mental sobre las materias primas y su transformación. Los bienes de una sociedad de la cuarta ola (la
ola cuántica), no son ya la materia prima sino la creatividad y competencia de sus miembros para afrontar
problemas y mejorar las condiciones de vida de manera sustentable, respetando la naturaleza y estando atentos a
las señales del medio. La información está al alcance de todos ya desde la edad temprana, por lo tanto no
podemos cifrar la educación en la adquisición de conocimientos, sino en el desarrollo de valores, actitudes y
habilidades para gestionar la información que nos llega, para aprender a relacionarnos, a solidarizarnos, a crecer
interiormente, en suma, a ser ciudadanos éticos y felices.

8
Toda reforma ha de tener al menos un 60% de utopía para que arrastre hacia el futuro y no se estanque en la
problemática del presente. Lo mejor de las reformas educativas es aquello que no llega a alcanzarse pero hace
de motor de cambio. Son esos ideales y aspectos innovadores los que ponen en marcha los mecanismos de una
formación continuada, de una actualización permanente.

Enumeramos algunos de estos referentes:


- El humanismo como alternativa a la globalización, fijando metas que tengan que ver con los más profundo y
universal del ser humano, con valores y derechos a la libertad y equidad, acordes con la dignidad y solidaridad
humana, con la democracia y la convivencia en la multiculturalidad, … La educación proyectada en las futuras
reformas debería tener como finalidad formar personas éticas, saludables, competentes, autónomas capaces de
crecer interiormente y en relación a los otros y sólo en los niveles superiores formar profesionales.

- La ciudadanía planetaria como identidad del pensamiento humanista junto al respecto a las diferencias
culturales y de otro tipo. La diversidad es riqueza. Una educación moderna ha de formar personas autónomas,
independientes, críticas y creativas, capaces de construir su proyecto de vida, de participar en la comunidad y
buscar la felicidad allí donde lo consideren apropiado. Las fronteras construidas por las naciones y/o estados
son artificiales como los son las áreas de conocimiento. Fueron útiles en el paradigma de la racionalidad
cartesiana, pero no en el de la complejidad. La tierra no pertenece a las Administraciones ni a los Estados, sino
a los ciudadanos en tanto que seres humanos sin otras limitaciones que las derivadas del derecho de gentes.
Esta utopía es la que reivindicamos en este documento esperando que cada vez sean más los países que sigan el
ejemplo de la comunidad europea.

- La ecoformación como expresión de de la mirada transdisciplinar nos plantea una visión dinámica, interactiva,
ecosistémica de la educación, contemplando al educando como parte de un todo social y natural. “Entendemos
la ecoformación como una manera sistémica, integradora y sostenible de entender la acción formativa, siempre
en relación con el sujeto, la sociedad y la naturaleza. El carácter de sostenibilidad sólo es posible cuando se
establecen relaciones entre todos los elementos humanos” (Documento Trans) La ecoformación es una manera
de buscar el crecimiento interior a partir de la interacción multisensorial con el medio humano y natural, de
forma armónica, integradora y axiológica. Buscando ir más allá del individualismo, del cognitivismo y
utilitarismo del conocimiento. Partiendo del respeto a la naturaleza (ecología), tomando en consideración a los
otros (alteridad) y trascendiendo la realidad sensible.

- Incorporar los escenarios formativos o de aprendizaje sin abandonar el currículo como organizador conceptual.
Este hace hincapié en intenciones y contenidos formativos, mientras que los escenarios son espacios de
encuentros en los que confluyen intenciones, contenidos, agentes, recursos que interacción para facilitar la
consecución de las mestas establecidas y otros objetivos no previstos. “Es un espacio para comunicar, para
explorar ideas, emociones, sentimientos, conceptos nuevos, habilidades y por que no, procesos de indagación
científica” (Torre, 2007).Los escenarios formativos permitirán el dialogo disciplinar a través de los lenguajes
más variados: verbal, simbólico, musical, visual y plástico, corporal, situacional, virtual. En tanto que
estrategias educativas, los escenarios toman en consideración: toma de conciencia, sentir o vivenciar, pensar,
aplicar e integrar.

- Los tradicionales contenidos curriculares se abordarían como estrategia para el desarrollo de capacidades,
competencias, habilidades y hábitos, acordes con los valores humanos, sociales y culturales. Los contenidos
curriculares se organizarían en torno a grandes temáticas interdisciplinares y escenarios de aprendizaje en los
que confluyen agentes, referentes axiológicos y contextuales, contenidos culturales, recursos telemáticos y de
otra índole, encaminados al logro de las finalidades establecidas.

- Autonomía de los centros tanto por lo que se refiere a la planificación como de la gestión de personas y
recursos en base a proyectos educativos.

- La mediación pedagógica y didáctica basada en el reconocimiento y el estímulo positivo, sobre la bases de los
referentes de valor. La formación de hábitos, de procedimientos, de referentes éticos, debería estar presente en
todo proceso educativo.

- La formación a través de los entornos virtuales será un referente estratégico imprescindible en la educación
del futuro. Si hoy es una alternativa más, en un futuro próximo formará parte de cualquier sistema de educación
presencial. Gran parte de la información que hoy tenemos en libros de texto será accesible desde cualquier parte
con las ventajas de su permanente actualización, facilidad de acceso, Intercambio cultural. El aprendizaje a
través de entornos virtuales favorece la educación intercultural, al poner en común valores, costumbres y
creencias con suma facilidad.

9
- La ecoevaluación recoge el sentir integral y valorativo de los procesos y resultados de la ecoformación. Toma
en consideración, no sólo lo aprendido, sino las circunstancias concurrentes en el proceso de aprendizaje. La
ecoevaluación es integral, participativa, contextualizada, dirigiendo su mirada tanto al reconocimiento de
capacidades y logros como a los aspectos susceptibles de mejora. La ecoevaluación utiliza el aprendizaje a
través de los errores.

- La formación del profesorado. La mirada transdisciplinar tiene el reto de formar al profesorado con
competencias propias de su entorno profesional y a la vez como miembro de la comunidad constituida en una
nueva ciudadanía. La formación de profesorado tiene un fuerte componente de educación ciudadana. Una
educación siempre ligada al análisis que se hace de las características del contexto social económico y político
del momento. En este marco una competencia básica en la formación de maestros es la capacidad de entender la
vida desde una visión creativa y activa, en la que se integren nuevas formas de abordar los fenómenos desde la
construcción colectiva de nuevas formas de sentir, pensar y actuar. (Pujol, 2003).

- El aprendizaje a lo largo de toda la vida, desde una perspectiva transdisciplinar, aportaría recursos para el
desarrollo y autogestión permanente de la persona. Dada la celeridad de los cambios originados por las nuevas
tecnologías, el avance del conocimiento y su impacto en la sociedad, se ha de preparar ya desde la edad
temprana para un aprendizaje continuado a lo largo de la vida. La educación fundamental y obligatoria ha de
asegurar los aprendizajes instrumentales, socioafectivos y actitudinales para un aprendizaje autónomo
permanente. Las reformas educativas han de sobrepasar el marco tradicional de las enseñazas regladas.

- Los recursos personales, didácticos, materiales y económicos, han de ser pilares fundamentales de toda
reforma educativa por cuanto de ellos dependerá la formación y actualización docente. Descuidar la formación
Inter. y transdisciplinar de los educadores supondría construir una nueva educación sin bases ni fundamentos
sustentables. Por ello, toda reforma educativa acorde con los avances tecnocientíficos, sociales y humanos ha de
comenzar con la toma de conciencia de los principios enunciados en este Decálogo y la preparación de los
colectivos docentes a nivel universitario y no universitario. Sin una preparación previa, la reformará no
alcanzará sus fines de educar en base a una ciudadanía planetaria.

9. Proyección en la educación: Responder a una formación integradora, sustentable y feliz. ( infantil,


primaria, secundaria y universitaria).

La fragmentación del conocimiento nos ha llevado a modelos de formación también fragmentados y dispersos
en los que a veces llegan a primar las formas, los contenidos, la burocracia, sobre el propio sentido de la
formación que es el crecimiento personal, el desarrollo de la conciencia comunitaria, los valores ético-
profesionales, la convivencia y la ciudadanía. No hay formación adecuada sin una formación en valores al
tiempo que en capacidades y competencias. Formar es una tarea global entre el sujeto y los agentes de su
entorno, entre los cuales se encuentra el educador, el grupo, el ambiente, el medio. Los modelos derivados de
una ciencia positiva no han tenido en cuento el medio o entorno que se entreteje con otros condicionantes
personales y grupales. Dicho en términos de Pineau, la formación bajo una mirada transdisciplinar se convierte
en eco-formación, esto es en formación integradora de cuanto nos rodea, incluido el medio natural del que
formamos parte. Influimos al tiempo que somos influidos.

El mundo es un espacio de conflicto de intereses donde el diálogo entre antagónicos aparece como motor que
estimula la creación de nuevas emergencia. Un mundo que está por escribir y en el que la educción puede dar
claves para vivir en mundo planetario de humanidad y hermandad en el que muchos soñamos para las
generaciones futuras. En la educación está la cave para hacer realidad esa nueva ciudadanía planetaria regida
por la convivencia, la armonía y la paz.

Para ello es preciso, no sólo reencantar la educación, sino también reinventar la generación y el soplo creativo
regenerador de la propia vida, y rescatar este soplo en los más diversos ambientes educativos, para que podamos
educar a las próximas generaciones y sobrevivir como especie.

Pensar en una nueva educación implica plantearse la necesidad de diseñar, utilizar y evaluar los recursos que la
hagan posible. Implica apostar por la innovación sin renunciar al propio bagaje cultural. Buscar estrategias que
comporten diferentes lenguajes (arte, música, poesía, teatro, cine…), para conectar mente, emoción y cuerpo.
Favorecer el desarrollo de un lenguaje propio de la complejidad en el que se hagan relevantes las acciones como
expresión de procesos y las preguntas como puerta de entrada a la curiosidad y al pensamiento crítico. Supone
optar por modelos explicativos que partan de las relaciones, que apuesten por la identificación de patrones
dentro de entornos holísticos. Demanda por tanto el reto de buscar recursos didácticos que permitan enfatizar

10
las relaciones, la presencia del azar, la causalidad circular y el dinamismo como forma de aproximarse al
estudio la naturaleza, de la sociedad y de la persona..

Es necesario reflexionar acerca de la capacidad que la infancia posee de reaccionar en entornos específicos tanto
en lo que hace referencia a los factores de influencia que tienen las relaciones padres-educadores en los
programas de inclusión infantil, en un marco ecológico, como los problemas de salud medio-ambiental que
deben abordarse desde una perspectiva ecosistémica dada las gran variedad de dimensiones de la realidad
concernientes (ecológicas, culturales, económicas,...).

Por un lado, una aproximación ecosistémica de las estrategias utilizadas en la intervención socio-educativa
deberá de ofrecer una alternativa eficaz a los métodos tradicionales aplicados en el medio escolar. Se trataría de
restar importancia al “modelo clínico” de intervención pues éste impide, de una forma o de otra, la participación
de todos aquellos que no forman parte del grupo de especialistas. Asimismo, cabe superar los fracasos del
“remedio” individual al no quedar identificados los agentes implicados en la interacción ecosistémica (padres,
alumnos, profesores) por lo que los problemas y las dificultades aparecen pasado un tiempo como nuevos
susbsistemas problemáticos. Por otro lado, desde los centros educativos, está la necesidad de explorar
colectivamente la dimensión socio-cultural de los problemas medio-ambientales en relación con el territorio, los
grupos y las prácticas que se generan.

11
10. Proyección en las organizaciones y en el estado del bienestar: Formas de autoorganización y
dimensión ética y social.

Considerando el contexto estructural complejo (en el plano tecnológico, económico, social y político) en el que
se desenvuelven las organizaciones, la mirada transdisciplinar se erige en un recurso vital para aportar las
respuestas a los diversos requerimientos que a los que éstas deben hacer frente.

El pensamiento trans intenta integrar lo subjetivo con lo colectivo y social como dimensiones o subsistemas
complementarios de la realidad. El impacto transdisciplinar afecta no solo a los sujetos sino a las
Organizaciones. Por ello llamamos la atención sobre la necesidad de que las organizaciones, tanto públicas
como privadas, busquen formas de autorregularse en la toma de decisiones, en su ejecución y evaluación desde
perspectivas transdisciplinares. Ya no son útiles las organizaciones rígidas incapaces de adaptarse a las
fluctuaciones que les llegan del entorno. Los nuevos retos de nuestro tiempo demandan flexibilidad
fundamentada en criterio. Piden a las organizaciones una estructura capaz de auto-organizarse tomando como
punto de referencia los fenómenos que les son significativos. Nuestro tiempo necesita equipos de trabajo
abiertos a la flexibilidad. Capaces de renunciar a lo individual, sea a nivel de persona, equipo i departamento,
para avanzar hacía lo colectivo. De forma que cada nueva fluctuación suponga un estímulo a la elaboración de
nuevas respuestas con la finalidad de intervenir en el medio. Se convierte así cada organización en una entidad
compleja, capaz de asumir su acción como estrategia y de definir su itinerario evolutivo asumiendo un
componente significativo de azar.

Es preciso reivindicar la dimensión social y ética de todas las organizaciones. Esto se puede desprender del
punto 4 donde la proyección social nos lleva a definir a la ciudadanía en sus diferentes escalas, desde la
individual, familiar, local, laboral… a la social. Toda organización se encuentra en un nivel escalar dentro del
contexto global. No puede por lo tanto renunciar a la relación entre todo y partes que hace que cualquier acción
tenga consecuentes tanto a nivel micro (local, equipo humano..) como a nivel macro (economía estatal y global,
medio ambiente…) Desde este punto de vista ya no tienen vigencia las organizaciones que renuncian a su
dimensión ética y social pues renuncian a ellas mismas y a su expectativa de futuro. Se hace pues necesario
avanzar hacía organizaciones que tomen como núcleo orientador el concepto de proceso que se dibuja en un eje
temporal a partir de la interacción permanente entre diversidad de escalas que van del macro al micro.

…..
Documento surgido del I Congreso Internacional de Innovación docente: TRANSDISCIPLINARIEDAD
Y ECOFORMACIÓN, con la colaboración, revisión y aceptación, entre otros muchos, de:
Edgar Morin (CNRS. Francia), S. De la Torre (UB. España), M. C. Moraes (PUC/SP. Brasil), M. A. Pujol (UB.
España), R., D. Motta (CIUEM y IIPC. Argentina), G. Pineau (U. Tours. Francia), E. Roger Ciurana (U.
Valladolid. España) J. Tejada (UAB. España), J. Mallart (UB. España), T. Anguera (UB. España), I. Fazenda
(PUC/SP. Brasil), J. Bonil (UAB. España); J. Lloveras (UPC. España); F. Calvo (UB. España). A. Aneas (UB.
España), C. Carreras (UB. España), D. Millan (UB. España), P. García González (OSCM. España), G. Sanz
(UB. España),

Abril de 2007

12
BIBLIOGRAFIA
DESLAURIERS, P. (2005) Zona de alta freqüência. As seis características dos grupos altamente eficientes.
Rio de Janeiro: Best Seller.
GARCÍA P. (2007) Realidad, libertad y proyecto de vida. En Torre, S.(Dir); Pujol, M. A. y Sanz, G. (Coord)
(2007) Transdisciplinariedad y ecoformación. Una nueva mirada sobre la educación. Madrid: Humanistas.
GORDON, R. (2006) El toque cuántico. Málaga: Sirio.
MATURANA, H.(2000).Transformación en la convivencia. Santiago: Dolmen Ediciones
MORAES, M. C. (2003) Educar na biología do amor e da solidariedade. Petrópolis/RJ:Vozes.
MORAES, M. C. (2004). O pensamento eco-sistêmico: educação, aprendizagem e cidadania no
século XXI. Petrópolis/RJ: Editora Vozes.
MORAES, M. C. (2007) Interdisciplinariedad y Transdisciplinariedad en la educación. Fundamentos
ontológicos y epistemológicos. En Torre, S. (Dir); Pujol, M. A. y Sanz, G. (Coord) (2007)
Transdisciplinariedad y ecoformación. Una nueva mirada sobre la educación. Madrid: Humanistas.
MORIN, E (2001), Tenir el cap clar, Barcelona, La Campana.
MORIN, E. (2003) Los siete saberes necesarios para una educación de futuro. Barcelona: Paidós.
MORIN, E. (2004) A religaçao dos saberes. Rio Janeiro: Bertrand-
MORIN, E., ROGER-CIURANA, E., MOTTA R. (2003). Educar en la era planetaria. Barcelona: Gedisa
MOTTA, R. (2006) Complejidad, educación y transdisciplinariedad. Monterrey: ENS Moisés Sanz
PUJOL, R. M (2003): Didàctica de las ciencias en la educación primaria. Madrid: Sintesis Educación.
ROGER, E. (1997), Complejidad, Identidad, Relativismo cultural y individuo [en
línia],<http//:www.complejidad.org>.
SANZ, G. Y TORRE, S. DE LA (2007) Declaración de Barcelona: Transdisciplinariedad y educación. En Torre,
S. (Dir); Pujol, M. A. y Sanz, G. (Coord.) (2007) Transdisciplinariedad y ecoformación. Una nueva mirada
sobre la educación. Madrid: Humanistas.
SEVAN-SCHREIBER, D. (2004) Curación emocional. Kairós: Barcelona
TORRE, S. Y MORAES, M. C. (2005) Sentipensar. Fundamentos y estrategias para reencantar la educación.
Málaga: Aljibe.
TORRE, S. (Dir); PUJOL, M. A. Y SANZ, G. (Coord.) (2007) Transdisciplinariedad y ecoformación. Una
nueva mirada sobre la educación. Madrid: Humanistas.
TORRE, S. DE LA Y GONZÁLEZ, M. (2007) Escenarios. Una estrategia ecoformador. En Torre, S.(Dir.);
Pujol, M. A. y Sanz, G. (Coord) (2007) Transdisciplinariedad y ecoformación. Una nueva mirada sobre la
educación. Madrid: Humanistas.
TORRES, R. V (2006) Universo cuántico. Fundamentos científicos de la mecidita energética. Barcelona:
Ïndigo.

13

Você também pode gostar