Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
.,
la nuevdt
"
.~:\
, ,~,tc; r
-e
'*'"
s :
"f
!.·
,~.
. .
-' ~.emática -,
••.
- ....•
-
:y..
:;: ~.
I
• t ••• \ I
9
TIlE MATHE:~{A'1'IOAI, ANAT.YSIS
OF LOGIe,
una sensación totalmente falsa que tiene base necesaria para que
asentara la matemática vez, el último hombre del que podemos decir que cono-
zones. La primera, creo yo, es que la ense- dsrna fue el nacimiento ció todas las matemáticas de su tiempo fue Henri Poin-
i a, por su aspecto seudohistórico, hacía creer la lógica moderna. The
M,thematical A nalysis of Lo- caré; murió en 1912. En 1" actualidad, la constitución
t máticas habían terminado. En mi juventud
,ID. de George 8001e, es el de un lenguaje y unas estructuras comunes permiten
id personas que al saberme matemático se lIi ro que señala este naci-
miento. que nos orientemos rápidamente en terrenos muy varia-
IIc)mbrllban: "¿ Acaso pueden encontrarse cosas nuevas
dos. Si yo, personalmente, me veo obligado a iniciarme
t máticas?" Creo que esta pregunta es ya
en una rama de las matemáticas que ignoro, puedo
ui itoria contra determinado tipo de enseñan-
conseguirlo en tres meses, porque tengo unas claves
i n que la opinióri pública se dé cuenta, una
comunes. Si no fuera así, necesitaría un tiempo mucho
h y tomado conciencia de la metamorfosis mayor.
rimentado la física reciente, de que la ex-
Las .matemáticas contemporáneas no sólo son un
l B matemáticas ha sido parecida y que, en
nuevo lenguaje: son un lenguaje distinto, porque es por-
ntribuido a ayudarla. Esto es muy impor-
tador de pensamientos y métodos nuevos. Son algo mu-
cho más profundo que un simple lenguaje.
parte, a las matemáticas no se les puede
Cuando hablamos de una actividad matemática siem-
m delo totalmente lineal. Estas se han con-
pre existen dos fases: la que podríamos denominar
a poco en una especie de universo. Tal
fase del discurso de creación, y la del discurso de comu-
11
nicación. A menudo, lo que el matemático comunica es
el discurso ascético, abstracto, que se presenta tal cual
es y no pretende dar ninguna justificación. Pero la
actividad matemática no es esto, o por lo menos no es
únicamente esto. En algunos momentos existe un verda-
dero discurso de creación. Los entes matemáticos no
están ligados, en absoluto, por lazos realmente lógicos.
Se adquiere cierta experiencia de la situación que per-
mite moverse en ella antes de llegar al discurso apre-
miante, que será el de comunicación.
13
hn IIn momento dado, ha sido necesario tomar con- do, claro y preciso que incluso, en algunos casos, em-
1 in de una ruptura entre la enseñanza impartida pieza a superar el terreno de las matemáticas. En Francia
1 Huelas de enseñanza media, por una parte, y he tenido la sorpresa de ver determinadas reglas nuevas
I tudo de la ciencia matemática contemporánea, por . del código de la circulación que han sido redactadas en
I u l. No podía permitirse que se mantuviera indefini- un lenguaje casi conjuntista. Este, al principio, sor-
I 1 nt '1 tipo de enseñanza media que, más o menos, prende no a los niños, sino a sus padres, pero es extra-
I tln n todo el mundo hace unos veinte años. Esta ordinariamente natural y muy cómodo: como máximo,
I t nía, aproximadamente, en la Restauración fran- tendría que comprender una decena de palabras y de
n (primer cuarto del siglo XIX) con una caracterís- expresiones nuevas. En realidad no se paga un pre-
I '11 bustunte curiosa, pues en cada momento había cio muy alto a cambio de poder hablar una lengua re-
IIdOJlllldo la filosofía del tiempo que la había visto nacer: lativamente universal. Este lenguaje conjuntista permite
1, orn 'tría era griega y se basaba casi en una filosofía construir estructuras matemáticas elementales: las al-
10(11 j 1 álgebra se situaba entre la árabe y el si- gebraicas, en el sentido actual de la palabra, y las co-
lo VI j el análisis era del siglo de las luces ..., y aquí rrespondientes a la topología. Asimismo, todas las
donde terminaba más o menos. No había una unifica- matemáticas conocidas pueden utilizarlo como lengua
No era una filosofía de nuestro tiempo. Todo natural de punto de partida ... No cie~a ninguna salida.
rn muy molesto. El gran esfuerzo de renovación
'11M -ñanza de las matemáticas, que tiene lugar en ¿Cuál ha sido el papel del álgebra moderna en
I I lo 1 mundo, trata de que todos se beneficien de esa la renovación de las matemáticas?
1 'i d potente visión sintética y de esas cosas nue- Muy importante. En realidad, ha sido uno de los mo-
, por otra parte, de hacemos hablar el lenguaje tores que ha llevado a la toma de conciencia de las re-
tro tiempo. . laciones existentes entre disciplinas que se estudiaban
habla mucho de la teoría de los conjuntos. Franca- por separado. En contextos extremadamente distintos
t ,1 diré que esta teoría no se enseña nunca excepto aparece la misma situación matemática: la noción de
IIo(IInoH t irccros ciclos universitarios. Incluso, exis- economía. Era totalmente inútil que en diez situaciones
1 I )(1 rias t sorias de los conjuntos, al igual que hay aparentemente diferentes se repitiera un mismo razo-
;(4 lo( xrmetrias euclidianas y no euclidianas. Sin em- namiento.
l, lo matemáticos hablan un lenguaje conjuntista
La primera noción, la de grupo, se remonta a Eva-
o i fu ra HUlengua natural básica. Se trata, simple- riste Galois, a quien podríamos tomar como símbolo
t ,d una cuestión de lenguaje. Un lenguaje cómo- de la evolución contemporánea de las matemáticas.
15
u i6 a los 21 años de edad, en un duelo dudoso,
I r inado de Luis Felipe, y fue el creador de
n de grupo. Sin embargo, esa idea aparece
ubyacente en Euclides. La noción de gr:upo
nte en todas partes, incluso diría que en el
humano, pero, en todo caso, en las matemá-
n sus aplicaciones. Los grupos son extraor-
i im nte universales. Podríamos decir que son la
[uinn h srrarnienta en comparación con los instru-
I lo rt sanales.
tro j mplo muy importante es lo que actualmente
I nomina álgebra lineal. Cuando observamos los
lntercambio entre dos economías, cuando estudiamos
ti i d los precios, todo ello puede geometrizarse
1 forma de un álgebra en espacios de dimensiones L matemática contenida en directamente la geometría es una tarea difícil. Esto lo
I papiro Rhind es rudimen-
i : dimensiones 3, 4, S... Mediante un cálculo I rla, tanto como el lenguaje realizó correctamente por primera vez, hacia el año
i 'O, sto puede representarse por puntos en es- n que está expresada. La 1900, un gran matemático alemán llamado David Hil-
matemática de hoyes un útil
I ios, Es lo que se denomina álgebra lineal, la Itamente sofisticado, y su bert.
tituye uno de los instrumentos fundamentales I nguaje, por lo tanto, tarn- Por el contrario, la teoría de los espacios vectoriales
I6n lo es. Así, no puede
o as prácticas, que abarca desde el cálculo de xtrañar que el profano se permite, a través del álgebra, entroncar con la geometría
iones a los cálculos económicos. Por tanto, sienta desconcertado. euclidiana de manera muy económica. Pero, en reali-
r moderna desempeña un papel extraordinaria- dad, se la algebrifica, es decir, los vectores se introdu-
portante. cen directamente antes de introducir los puntos. Una
vez obtenido el cálculo sobre los vectores, se erige de
ha visto influida la geometría por el ál- nuevo la geometría sobre bases muy sólidas. ¿ Por qué?
d rna? Había algo muy molesto: en Euclides y en la enseñanza
h 1gebrificado. El primer axiomatizador de las de la geometría tradicional, una parte de los razona-
mlltelmAti as fue Euclides, el cual, con los medios de que mientos primeros, los postulados, eran, en realidad,
f n aquella época, intentó, muy conscientemen- falsos razonamientos. La sutileza griega, subrepticia-
liz r un esfuerzo en este sentido. Axiomatizar mente, supo introducir unas dosis de evidencia de tal
17
topología; dice así; "Tomemos un poliedro regular
u ofrecían un aspecto justo. Pero, ~e vez en cualquiera, por ejemplo un cubo; si sumamos el nú-
"ullndlo uando los niños pretendían hacer lo rmsmo, les mero de caras y vértices y restamos el número de aris-
WI , l· 1" N
"IAh, nol, [no son las regla~ de Jueg~. o tas, siempre da dos." Eso era realmente sorprendente.
cOlnplrcndfanmuy bien a qué estaban Jugan?o, mientras Poincaré fue quien, al fin, dio la razón de ello. Desde
podemos definir el juego geométnco de m~ne- el punto de vista topológico, esos poliedros regulares
imple y rigurosa desde el punto de partl~a. equivalen a una esfera. Suponiendo que una de esas
ambia nada el que la geometría se~ un~ dis- figuras es de goma, introduciéndola e hinchándola po-
apasionante por sí misma, que permita ejercer dría aplicarse al interior de una esfera. Sea cual fuere la
, ualidades de imaginación de que hablaba us- manera en que se trace una red sobre una esfera, tendrá
vértices, caras y aristas, y la misma operación dará
siempre dos. En realidad, este dos es una constante
1 renovación de las matemáticas han apare- topológica, es decir, un número ligado a todas las super-
nu vas disciplinas. Se ha creado ~n.a r~ma ficies que son topológicamente equivalentes a la esfe-
mental, como es la topología. ¿Que slgmfica ra, o sea, que por deformación continua pueden equi-
parición? valer a ella. Si tomamos una anilla de cortina, lo que
Ti n u ted mucha razón. La topología es, pro~a- en matemáticas se llama toro, este número será total-
ntc, la más fundamental e interesante de las dIS- mente distinto y todos los poliedros inscritos en ese
aparecidas recientemente. . .. toro tendrán el mismo número topológico.
u s la topología? Esencialmente, significa que se Existe también otro problema famoso, aún no resuel-
atizan cosas que estaban un poco separadas, de- to: el de los cuatro colores. Cómo colorear cualquier
inadas proximidad, convergencia, continuid~d. La mapa plano con un mínimo de colores, pero de manera
logía reina sobre el terreno de la convergen.~la: por que en dos países contiguos no se repita el mismo co-
j plo, en el estudio de las mallas de lo~ tejidos de lor. Se cree que, para el plano, el número es de cuatro,
mto, los nudos, la famosa cinta de M~eblU~... Acabo pero hasta ahora nadie ha sido capaz de demostrado.
d hablar de espacios de más de tres dImensIOnes que Estos problemas topológicos tienen un aspecto desca-
di "ve", en el sentido vulgar de l~ palabra. Hay que bellado, mas no lo son en absoluto: se aplican a proble-
rapaz de razonar correctamente sm ver, ~ ~at~pol~,- mas de física y al concepto que podemos tener de nues-
lo( s una disciplina cuyo desarrollo ha perrnjtrdo ver . tro cosmos, nuestro universo global.
H aquí un ejemplo, debido a E~er, d~ lo que tal vez (Sigue en la pág. 64.)
podriamos considerar como el mas antiguo teorema de
19
18
El matemático moderno lo mira todo con ojos Giuseppe Peana, uno de los lógicos
poco convencionales. La belleza del Apolo y matemáticos cuyos trabajos pueden situarse
de Belvedere sugirió a Felix Klein en la base de la nueva matemática.
una relación entre la estética y las
ruroas de curvatura gaussiana nula.
Un nuevo lenguaje
nueva matemática
mo noticia de actualidad
21
Paralelamente al progreso de la nueva
Georg Cantor es el cread~r de la célebre matemática en la enseñanza elemen~al
teoría de conjuntos. Sus ideas estab~n ha ido apareciendo abundante mate:wl
claramente muy por delante de s~ tiempo pedagógico de características insólttas.
y levantaron grandes controversws.
contemporánea de Newton y aun de Eu- so no sería tan grave si, por lo algo así como pasar de leer la Utl/alltlll d
clides; mientras que en los progr~m~s de enseñanza impartida fuera co- Jean de Mandeville, donde ac P ,,1
la biología, de la física o de la qUlmIca s.e ro es 'que, además, incurría con sobre el origen de los corderos 11 p II I
iban introduciendo los grandes descubr~- frecuencia en errores e impreci- de las flores de algodón, a leer 1)/,1 "'/N 11
mientos del siglo, en tanto que la teona de las especies, de Charles Durwin. l' lo
de la evolución, la estructura del átomo o d ' tan te, en los centros de estudios ya no ocurre hoy día, lo cual no l' P 11"
los polímeros se introducían en el ba~a- , la matemática moderna había ño beneficio. Sin embargo, He pro 111 11
je de conocimientos del hombre medio, hacía ya mucho tiempo carta nuevos problemas que parecen tun ¡(III
los profesores de matemáticas, a~cla?oH 1 za: . difícilmente un catedrá- como los anteriores.
en el pasado y utilizando un lenguaje CIen iv rsidad, un matemático pro-
I tanto del decurso de su ciencia, Pro y contra de enseñar
xplicado otra cosa que mate- la nueva matemática
"El Señor a quien pertenece el oráculo de Delfos no revela ni esconde, sino pro- d rna. Pero, mientras que las
8 impartían una enseñanza La nueva matemática es, en principlu,
vee símbolos." HERÁCLITO rogramas de las escuelas pri- la misma matemática de siempre ('on .1
undarias permanecían anqui- gunas importantes adquisiciones nu
22
Voces ilustres, entre ellas las
El niño que aprende matemática nueva maneja
de Alfred Kastler, premio Nobel, han
una simbología también nueva, por lo general
defendido polémica mente lo innecesario
incompensible para los padres no preparados.
del cambio de la matemática nueva por
/1/ clásica. No obstante, la nueva parece
que gana de modo definitivo la batalla.
24
La matemática modern~ ha obligado, entre otras cosas, a reenseñar
11 los maestros el contenido de la asignatura (izquierd )
1'?/1 efecto~, 1!0r lo general, poco satisfactorios. a ,
111/ esta pagz~a, el universitario y pedagogo belga Georges Pap
/11I1/ de los pumeros de la enseñanza elemental de la nueva ma~'-mática.
de doctrinas no es razón suficiente para el modo de enseñar esta matemática. otra p~te, numerosos maestros y
negar la utilidad de éstas. Algunos jóvenes recién salidos de la uni- 11I, oblIgados a enseñar una nueva
En realidad, la polémica está mal enfo- versidad o de las escuelas superiores t. 'o en cuyos métodos no han sido
cada; no parece que deba ser siquiera emprenden la enseñanza de la matemáti- 11 , Il¡{r~~an el problema, pues al no
objeto de discusión la pertinencia de en- ca con un ejemplar, pero algo peligros, u Ofl:IO con la suficiente profun-
señar nueva matemática. Esto es un hecho espíritu de cruzada. Su principal emp - nsenanza que imparten es de-
incontrovertible y obedece a la pura diná- ño parece ser el conseguir explicar a 1
mica innovadora y siempre cambiante de niños lo mismo que la universidad les hu () parece, el principal problema
la ciencia misma. En el mundo quedan enseñado a ellos, lo cual es manifiesta matemática es el inadecuado
todavía enemigos irreconciliables de Dar- mente erróneo, puesto que la mente dl,1 nto de los canales de transmi-
win, partidarios feroces de que la Tierra niño no funciona del mismo modo. J ,11 V n del profesor al alumno, la
es plana ..., sin embargo, su porvenir es reacción general de los profesores no sólo mejorarlos; pero optar
oscuro y nadie se preocupa excesivamente vicios a este tipo de crítica acostumbra Ón por la supresión pura y
por su existencia. No se trata, pues, de ser muy negativa, pues para ellos la palaln nueva matemática no es una
discutir ahora si es lícito o no enseñar pedagogía no significa gran cosa. Están lible. Ello equivale a conde-
la matemática del siglo XX en el curso del convencidos de saberlo todo, y ese todo, () de creencias simplemente
propio siglo XX. Lo que se cuestiona es mejor que nadie. El espíritu de cruzad ólito no las practique o
1,
?f.
Ab aJo,
. d os páginas
. qtu: 1'.\'1'//1111/ /11'" 1//"
Es equivocado pensar que todo es nuevo en la nueva matemática. el máximo común diuisor; II//tl t' I !tI /,,/
Las fracciones, por ejemplo, son útiles de trabajo que conservan toda . Y l~ 0t:a es dI' /11/ ,,',\111 tlt 1"'1"
La diferencia, Incluso i'S1¡lfim. t'\ , yl,tI, //1,
su vigencia: en esta modernísima clase, los alumnos estudian
fracciones con ayuda de modelos autoadhesivos.
(
mo 'puede verse, no ha habido cambios lista' , per o no h ay rnn
. una 1'a;101I 1111111'111
cónicas, relaciones métricas entre circun- deba apr~nderlas el alumno di' 1'11 I ( 1111
ción delos tiempos, la matemática moder- masiado drásticos.
ferencias, uso de las tablas de logarit-
na y la tradicional.poseen el mismo conte- De lo. que ha desaparecido no es pre- secundaria,
mos, etc.- se considera hoy de tan poco o decir nada; las isogonales, por ejem- En .el campo de lo vi 'jo, 11"1111<11111.. 1
nido, sólo que explicado en otro lenguaje, interés que ha desaparecido del panorama.
vertebrado lógicamente con el uso de otros , no se es~ud~an ya a fondo porque son leng~aJe de lo nuevo, hay IIIlIdlO de 11111
Un tercer bloque de conceptos de la ma- elegir, Po.dríamo~ tomar 01110 ('¡('III!,I •• 1
métodos y reordenado de un modo distinto. pura reliquia griega y, matemática-
temática moderna, desconocidos para la p~~sentat1vo el SIstema binario d(' 1111111 111
Lo que antes era fundamental -deriva- nte, son hoy tan poco interesantes como
clásica, ha llenado el hueco. La introduc- cion, tan caro a la matemática
-das, integrales, ecuaciones, polinomios, 1I?lución de cuadrados mágicos. Eso l'hillll 1111"
ción de un lenguaje simbólico especial y val o. a ~eibniz (1646-1716). hn ti ¡ I
etc.~ continúa siéndolo. Gran parte de la 1\I~credecir que ya no las estudie na-
de un vocabulario matemático nuevo
materia integrante de los programas tra- ino que sólo las estudia el especia- ma binario, todo número Se l'''JlIl' 11 e '"111
completa hoy el cuadro de la enseñanza.
dicionales de enseñanza -estudio de las
'lJJSOYQIlf'HJSWt~ "" -.p
tu, todo término de-este producto " de la lonna Yoa des ••• urth ti. ti 1
a-b"~ •.. ~ &...-rudebpc"04)OSoItlOl'l1
eT ••• h 1. es'
~5J
•
·
·
· .
- ..
.
•
• J + -¡¡:::r
""1-1
+ ... + ~¡'~I J
[6(
_ •••• .,.....,..u...-.eJric:a.
--~
PoorlOllC4.ÓEw.
-0::::=::: •.••......•.
__ .•._ •.•.••
-'411I0)_2'.S_8.S=_
•••• :.:.
,.
e;:~
"'-·eonninpoolhk.parque
I•• o I~
110eumpUrfl 'dfch.
d_
n......-l. y _le
l'_ -l' ~
elcto.:~~m.D.!!J€c..
Al nim vence siempre el jugador que decide quién efectúa la
jugada inicial; suponiendo que la distribución de cerillas sea
la del dibujo, vencerá quien retire cerillas en primer lugar
siempre que siga la siguiente estrategia: escribiendo el número
de cerillas de cada montón en sistema binario, unos encima de otros,
debe hacer que la cantidad de números 1 de cada columna sea par.
ro~ conjuntos admiten, evidentemente, una simple expresión como "tod '
En lenguaje más llano, un conjunto es nat al ' o numero
h iho más preciso y los ha desechado njuntos ? partes; por ejemplo, {1, 2} ur es par o impar, pero no ambas co-
-siguiendo a R. Dedekind (1831-1916)- un
o 11 tltuido por otros. • saco lleno de elementos. Dentro del saco d subconjunto de {1' 2 , 3 , 4} ,e 1 conjun- . sas" , se convierte
. en "el conjunto de los
I,n matemática la situación es ligera- las vocales es un subconjunto del pm:es y el de los impares son complemen-
puede haber números, letras, plantas, per-
11 I 1 diferente, pues, en realidad, sus unto de las letras del abecedario et tarios".
sonas, mastodonte s, zapatos, ..., práctica- f ' c.
'e nt nidos generales no han cambiado; p~es, para el p~ofano, el mejor modo Naturalmente, el interés de los conjun-
mente cualquier cosa. Hay conjuntos de
I oy N saben más cosas, pero las que se gmar un conjunto es considerarlo to~ no se reduce a poder hablar de cual-
números, como el formado por 1,2, 3, Y 4,
I 1111 antes no eran sustancialmente un saco lleno de cosas y rotulado con quier cosa de un modo nuevo, Eso sería
o conjuntos de letras, como el formado por
I 1 IIN. Scncillamente, los conocimientos I Ira, que le dé nombre. En cuanto a lo pedante y excéntrico, además de inútil'
a, e, i, o y u. Hay conjuntos finitos, como
1 i 'O!! se han incorporado a los nuevos y los dos anteriores, y conjuntos infinitos, onuene, basta con enumerarlo explí- el punto de vista conjuntista aporta nove~
h n pasado a expresarse en la misma nte (" contiene' ,1
a , e, i, o, u") o d efInIr-
como el de los números naturales, qu dades m~cho más amplias y constructivas,
1 Il~UIl moderna que estos últimos. La
I I 1 mática no crece destruyendo sus ci-
empieza con el
5,6,7,8,9,
° y continúa con 1,2,3,4,
..., sin terminar jamás. Para de-
I:,n modo inequívoco ("contiene las
), Desde este punto de vista, las
Ocupemonos brevemente de los caba-
llos blancos de los que hablábamos antes -
I ¡ ntos antiguos, sino incorporándolos del pl~no pasan a ser conjuntos de
signar a los conjuntos con comodidad, ~ tpara ver ,. adónde nos lleva el punto d e VIS-
'
1 1111 vo edificio. Este se caracteriza sobre los escribe encerrando sus elemento I los gIrOS en el espacio pasan a ser ~ conjuntista. Tenemos un conjunto infi-
lodo por su lenguaje: el lenguaje conjun- ) de movimientos rígidos con una nito de caballos blancos, B, y otro, N, de
entre llaves y nombrándolos con una le-
ti tll. Y bien, ¿ qué es un conjunto? En , las operaciones pasan a ser con- ca,ballos negros, Ambos poseen el mismo
tra, generalmente mayúscula:
prlm rn aproximación, un conjunto es I p,ares ordenados, etc. En cuanto numero de elementos. Bien, acabamos de
A = {1,2,3,4\ 11I 'lados matemáticos, pasan a ser
cualquier colección, familia o agregado topar con la primera dificultad' 'Que' .
V = {a, e, i, o, u } entre conjuntos; por ejemplo, ifi ' e SIg-
11 ohj los "pensados como formando par- n icado tiene hablar de "el mis monumero'
N = {O,1,2,3,4,s,6,7,8,9,10,1l,
t d una totalidad", tal como decía Cantor.
"A medida que las ciencias (.. .) llegaron a ser más y más exactas, exigieron
ininterrumpidamente más y más de la inventiva matemática y fueron respon-
sables principales de una gran parte de la expansión enorme de todas las mate-
máticas desde 1637. Asimismo, a medida que la industria y las invenciones
llegaron a ser más y más científicas, después de la Revolución Industrial de la
última parte del siglo XVIII y la primera parte del XIX, también ellas estimula-
ron la creatividad matemática (... ). La curva de la productividad matemática
con relación al tiempo se dispara hacia .10 alto con rapidez cada vez mayor ... "
E. T. BELl,
35
Existen infinitos números infinitos, y el menor de ellos
~ 1 número de elementos del conjunto 0,1,2,3, ...; ~ l' eTf
es o' :ambio es el número de puntos que figuran en una recta,
,
un cuadrilátero, IV
un cubo, etc.; \'1 2' es e
1 número de elementos
del conjunto de todas las curvas del plano, etc.
17
lementos, siendo infinito tam- y comprende todos los números reales en-
"más infmito" todavía. Tomemos treOy1.
zar el conjunto S de los puntos Es evidente que S tiene infinitos ele-
an parte de un segmento de lon- mentos. Recordemos que N, el conjunto
1. Todo punto podrá designarse con de los números naturales, también tenía
ro decimal que expresa su longitud infinitos elementos. La pregunta siguiente
tar a partir de un extremo; tendre- es: ¿tienen S y N el mismo número -infi-
, pues, que los puntos del segmento S nito, por supuesto- de elementos? Supon-
qu darán traducidos numéricamente por gamos que podemos contar los elementos
d imales comprendidos entre O y 1. Re- de S como si fueran números naturales
ord mos ahora que los números decimales corrientes; entonces podríamos numerar
pos en un desarrollo infinito de cifras. estos decimales como si fueran nuestros
xisten decimales como 0,8976 que se caballos de antes, obteniendo, por ejem-
"acaban", por decirlo así, con sólo dar plo, la siguiente ordenación:
cuatro cifras exactas; pero existen otros, decimal 1 ... 0,1642098472110875 ... to de los números naturales. Pero, que lo intentáramos, nos sería imposible
como el número 7t (pi), o como el inofensi- decimal 2 ... 0,3141592653576210 .'.. do 1, porque uno-uno quiere decir que contarlos jamás. Conclusión: hay más pun-
vo 12, o como 2/3, que no se terminan decimal 3 ... 0,3333333333333333 . ningún decimal en la lista, que es- tos en S que en el conjunto de números na-
con unas cuantas cifras exactas, ni siquie- decimal 4 ... 0,5210009998513876 . olutamente todos. Con sólo que fue- turales. Es un infinito mayor. Y los hay
ra con uno número muy grande de ellas: decimal 5 ... 0,4444431902743971 . capaces de encontrar uno que no todavía mayores; en realidad hay infmitos
7t =
3,1415926535 ... decimal 6 ... 0,1004287591721659 . i pueda estar jamás, ya fallaría la infinitos. No parece difícil hallar un con-
J2 =
1,4142 ... decimal 7 ... 0,2341415937845100 . ndencia. Y en efecto, así ocurre. junto "más infinito" que S; puesto que S
2/3 = 0,6666666666 ... decimal 8 ... 0,3222218709367287 . e el último número escrito en esa es el conjunto de los números reales entre
cuyo desarrollo decimal es infinito. Incluso decimal 9 ... 0,1987654321098765 . ha construido eligiendo una pri- O y 1, el conjunto de todos los números
el desarrollo de 0,8976 es infmito; basta decimal 10 ... 0,2593758011925375 . fra decimal distinta de la primera reales parece que será "más infinito" aún .
decimal 11 ... 0,4127537856901895 . "decimal 1", una segunda cifra
con añadirle ceros a la derecha: Dado un segmento de longitud 1 y una
decimal 12 ... 0,5611090908727437 . d la segunda de "decimal 2",00'y
0,8976 = 0,89760000000000000 ... recta, ilimitada por ambos extremos, pa-
ivamente. ¿ Puede estar este nue- rece que la recta poseerá más puntos. El
Bien, nuestro segmento S tiene tantos decimal } 1 en la lista que creíamos comple- dibujo de esta página muestra que no es
puntos como decimales infinitos sea posi- que no está 0,257959680006 . rque difiere de todo "decimal n" cierto: cada uno de los puntos del segmen-
ble hallar entre O y 1. Tales decimales de en la lista nte en la cifra n. Luego no los to curvilíneo de longitud 1 está en corres-
infinitas cifras reciben el nombre de núme- ontado, y, lo que es peor, como
Ya los tenemos numerados, o lo que es I pondencia uno-uno con un punto de la rec-
ros reales; el conjunto S es, pues, una parte i6n se repetiría todas las veces
mismo, en correspondencia uno-uno con 1 ta, y viceversa. Como quiera que dos
del conjunto de todos los números reales,
39
38
,
conjuntos poseen el mismo número de ele- matemática. ¿ Hasta cuándo? Quizá has-
ta siempre, quizá no. Los vaivenes de la "La matemática es el trabajo del espíritu humano que está destinado tanto 11
mentos si, y sólo si, es posible estable-
ciencia han enseñado la virtud del escep- estudiar como a conocer, tanto a buscarla verdad como a encontrar/a. "
cer entre ellos una correspondencia uno-
ticismo a los científicos. Además, parece (
uno, concluimos que hay tantos puntos en ____________________ E. GAL()!.'
una recta como en una de sus partes. no muy lejana una reconsideración a fondo
Repárese que el número de puntos de un del lenguaje conjuntista, por lo menos tal
conjunto de puntos no tiene nada que ver como se ha venido utilizando hasta ahora. glo los conjuntos fueron protagonistas de conclusión final. Se trata de 111111 1'0111111
con su medida. En efecto, tanto la recta Hoy son muchos los que piensan que no gunos escándalos más que regulares. La dicción pura y simple, de una 11111 illlHlIl1I
como el segmento tienen el mismo número basta con hablar de conjuntos y de las asi totalidad de la culpa de tales escánda- Cualquiera que sea la respuesta qru- 1 d ,
de puntos y, no obstante, sus longitudes estructuras que se forman con ellos. Se los la tuvieron las antinomias conjuntís- siempre se nos atrapa "en fu '1'1IdI' ju o"
son evidentemente distintas. Número y acentúa cada vez más la tendencia a icas. Hoy han pasado de moda; mañana Naturalmente, tal argumentación no 111111
medida son términos distintos. entender la matemática como un entrama- ueden volver a aparecer (aunque no es de- ventó San Pablo, sino que viene dI ""IV
Cuando Georg Cantor, el "padre" de la do de relaciones entre estructuras conjun- asiado probable). Vale la pena, pues, antiguo. Según Diógenes Lacr 'io, 111 In\'111
teoría de conjuntos, expuso por primera tistas semejantes; el punto de vista funcio- dicarles un poco de espacio. tó Eubúlides.
vez --en pleno siglo XIX- estas desconcer- nal y dinámico predomina sobre el conjun- Vayamos a por la antinomia más anti- Esa antinomia, junto a otras 111
lid 111qu
tantes opiniones, el mundo matemático se tista y estático. Es posible que los día~ ua, la de Epiménides. Aparentemente, pueden encontrarse en textos 11111 1'1110
dividió en dos grandes grupos: el de los la matemática conjuntista tradicional estén ne poco que ver con la matemática ma- relacionados con las matemáticu ('01110
que se irritaron y el de los que se entusias- próximos a su fin y que nuestros hijos o ma: se debe a la pluma de San Pablo, El Quijote, se solucionan 16gi('11I1I 1111
maron. Cantor lo pasó muy mal, pues en su nietos deban enfrentarse en las escuelas uien en la Epístola a Tito (v. 1, 12-13), acudiendo a expedientes muy sut ill'. 01
conservadora época abundaban más los con la llamada matemática categorial que vierte a éste que los cretenses son siem- vamos a la paradoja de Epiménide«. d
primeros que los segundos. Cantor, hom- apunta en el horizonte. Posiblementealgún mentirosos; como testimonio de tal ad- mitiendo que el cerebro hU11I1I1I1l l' UII
bre de ejemplar espíritu científico, decía: maestro vengativo se frotará las manos de rtencia cita a un cretense: Epiménides. órgano que funciona correctamente, 11111
"La libertad es la esencia de la matemá- satisfacción pensando en lo que les espera alicemos más detenidamente la afirma- na explicación tendrá el que I<.l'il1l'11It1
tica", pero a él se la negaron sistemática- a los jóvenes dentro de unos años. n del apóstol: si Epiménides -que es nos cause tantos problemas. Lo qllc' nlltll
mente sus numerosos adversarios, tan tense- afirma que todos los cretenses admitirá es que nuestros hábilo ti I
poderosos que consiguieron mantenerle n embusteros, él mismo se incluye dentro zonamiento sean equivocad s. 1<.11 1" 'lo,
la .crisis conjuntista
arrinconado en una universidad de provin- la categoría; luego miente. Pero si mien- nuestros hábitos de razonami 'nlo on o
de los inicios
cias toda su vida. Teniendo en cuenta que al decir que todos mienten él también rrectos, pero la formulación ti '11I(11I1
¡I'11ti
era, a buen seguro, el mejor y más creativo En la década de los 70 no hay más cri- nte, y, por lo tanto, los cretenses no la paradoja no es correcta. 'lIundo 111111111
matemático de su época, su suerte es todo sis conjuntista que la provocada por su in- unos embusteros. Pero entonces estos mas de que los cretenses mienten, l' 1111110
un tributo a la intolerancia del sistema. troducción en la enseñanza elemental; sin n la verdad, y, particularmente, Epi- en nuestro derecho. Pero al afiruuu qu
Hoy, la situación es muy distinta y la teo- embargo, la situación no ha sido siempre nides también la dice. uno de los miembros de la l'Of'rlldflld,
ría conjuntista se ha adueñado de toda Ia la misma. Por ejemplo, a principios de si- Bien se ve que es imposible llegar a una embusteros miente, debemos l'xl'liclllllO
40
Paradojas similares a la de Epiménides
pueden hallarse en textos tan poco
matemáticos como El Quijote (Cap. LI).
más detenidamente. Un cretense puede es: «"Esta frase es falsa" es una frase fal-
mentir cuando se le antoje; pero si miente sa», ¡lo cual es muy distinto! Los dos adje-
al referirse al enunciado particular que tivos falsa que aparecen en la expresión
afirma que todos mienten, la contradic- no se refieren ni significan 30 mismo.
i6n salta a la vista. Con más precisión, Está claro que si la expresión «Esta frase
hay que distinguir varias cat~gorti'S 'de es falsa» está escrita en un determinado
mbusteros: los cretenses vulgares que lenguaje, la expresión «"Esta frase es
ienten sobre cuestiones vulgares -salvo falsa" es una frase falsa», lo está en un
uando dicen que mienten- son cretenses lenguaje distinto, en un lenguaje que hace
tipo 1; los cretenses que mienten in- referencia al lenguaje anterior, es decir
. r
. Juso cuando afirman que los cretenses en un metalenguaje .
tipo 1 mienten -pero no mienten cuan- El metalenguaje constituyo"én el lengua-
dicen que' ellos mienten-, son cretenses je "un escalón más arriba' , y no es pruden-
otro tipo, de tipo 2; los cretenses que te mezclar sentencias en el lenguaje X
nten, incluso al afirmar que los cre- con sentencias acerca del lenguaje X. No
s de tipo 2 mienten, -pero que no pertenecen a mundos iguales.
nten si dicen que ellos mienten- son Todo lo que antecede es bastante compli-
oses de tipo 3; etc. No es difícil ver cado y, a decir verdad, no parece llevar a
San Pablo redactó mal su Epístola: ninguna parte. En realidad, lo hemos ci-
- 'o y esté vuesa
6 decir primero a qué tipo de em- tado para preparar el terreno, porque si
, ." d s términos de un mismo senon .,. ros pertenecía Epiménides. bien es verdad que en el dominio de la se-
ñor un caudaloso no dividia o . Igo dificultoso Digo, pues, que sobre
r d atento porque el caso es de importancia Y a na como casa de audiencia, en la explicación anterior es un esbozo mántica pura hubo problemas en tiempo de
, I abo delta una horca Y u l rí d la
I rl taba una p,uente, y a e iuz aban la ley que puso el dueño de no, e explicación más detallada debida Russell, en el de las matemáticas puras
u I el orelinario habla cuatro Jueces, que J ~ "Si alguno pasare por esta pu~nte de un~ trand Russell (1872-1970). El mé- también los hubo, y grandes.
u nI y del señorío, que era en est,a ;orma. ué va; y si jurare verdad, déjenle pasar,
general para afrontar esas parado- La primera paradoja estrictamente ma-
rl otra ha de jurar pnmero adon e Y sd q la horca que allí se muestra, sin
P '. por ello ahorca o en h luego el de distinguir entre lenguaje y temática aparecida fue la de Cantor. Tra-
V I elij re mentira, muera . condición della, pasaban muc os, Y .
r mi i6n alguna". Sabida esta ley y la ngur~sa dad y los jueces los dejaban pasar libre- nguaje. Por ejemplo, analicemos bajando con su escala de número infinitos,
n lo que juraban se echaba de ver que de~~~na v~~ hombre. juró y dijo que para el juramento uiente expresión: «Esta frase es Cantor probó que dado un conjunto A de
m ntu, ucedi6. pues. que tomando jurarne ue allí estaba. Y no a otra cosa. Repararon, los
, ¿ es o no es falsa? Esta forma de x elementos ---con x finito o infinito-, el
111 h cla. que iba a morir en aqu:"a horca ~ombre le dejamos pasar libremente, rnmtro en
u n el juramento. y diJeron: SI a este.. si le ahorcamoS. él juró que iba a monr en ar carece de sentido, puesto que conjunto formado por todas las partes
I u [ur m nto, y. conforme a la ley. debe m~rll~.~isma ley debe ser libre." Pídese a vu~sa rner- , a a contradicción. Pero, profundi- de A tenía un número de elementos mayor
qu 1111 horca. y. habiendo Jurado verdad. po d t I hombre que aún hasta agora esta n dudo- O poco, nos damos cuenta de que lo que x. La paradoja surge al considerar
el. llar gobernador. qué harán los Jueces e a .
mente hubiéramos querido decir el conjunto de todos los conjuntos. Por un
V u P nso:s~. --~
43
- - -~ - ----
En las bibliotecas, .las características, colocación, etc., de cada libro Doble página de los Prin 'ipill M111111 111111h 11
se agrupan en un catálogo. Si los libros son muchos, este catálogo es otro donde puede apreciarse La Si1//{/lII// /'./ ,,111111
libro, que algunos bibliotecarios incluyen entre los que figuran en el simbólica de esta C(J'lII/,lt!illll/l" /lb 1 11
Por lo tanto, el conjunto de sus partes Ello era del todo justificado, pues se aca- que se tenía de los fundamento di' 11111111
es menos numeroso que el propio conjunto. I aba ~e encontrar una paradoja en la ma- temática se profundiz6 llxtrllOldulI1I 11
He aquí otra antinomia. l mática y no en cuestiones de semántica mente,
No fue ésta la única de las contradic- má~ o me?os intrascendentes. Hay que .De las soluciones que f¡ • d it-rnn 11I tI)
ciones. El propio Bertrand Russell, es el d cir también que esta amenazadora si- enigmas hablaremos más "dl·IIIIIII', 1'1111
autor de la más famosa e ingeniosa de to- 1~lnción fue extraordinariamente benefi- ya. ~ue ~e ha mencionado el Origl'lI di 111
••<l
lO
11> das. Supóngase que se distingue entre 'I,osa, ya 9ue del enfrentamiento de opi- CriSIS, bien vale la pena 1I\l'IWiolllll 111111
.2:¡¡ conjuntos "normales" y "anormales"; mo?es salieron, no una, sino varias so- bién su final. En 1908, '1 propio U 11 I 11
:E por "normales" entendemos aquellos con- 111 rones ; por añadidura, el conocimiento hallaba la primera de la Ilohlt'illlll 11111
juntos que no se contienen a sí mismos.
Por ejemplo, el conjunto de los árboles MlOLWOWUJ.. 1'0 CÁIiDIN.lL .üUTBlfft'IC
~.
DJ 8Et.WTJON8 nON
hT.,Cls-tl.:>.(Tl/'),,').CTI"/',,'k
IlIU..•.
TIV. r"'I'.,.".
¡""ill
"' ••
• ,,"1'171.'1-;. Hp.': D"(P¡Q).'l._ D"I(Qtl.)UP.IQ''>..: .at-U. I-:Td_I,P"XCÚ·T.,.(TI/').'),_T "1', •••. 1•••••• "1
mal", pues tal conjunto no es ningún ár- D"(PI Q).'A.•. 0!}¡{). JI. P.'Q"' .•• D'(Jli or .}. .ss',".
§ V'.
:71 ~, •• hT,QtX.I--+I.PI'fXCC¡·T.:\CH'Ij ••.•• J
••
Q
Russell se preguntó por la naturaleza del •I:":~"" :«,&Q..:::>·(3:\)' :\CO'Q •• _Q'f). (1) J-: Qr~í! -+ 1 .XCQ'Q_ ~-Q")., :>.(/'r:\ (,11,'. - 'f'I','"
,"
:ea'"
Q conjunto de todos los conjuntos_normales, U1Q.l--.I.>.'t'q·Q .• -Q'''A.,.Qt).fl_l .• CD'Q.A_Q".t. (2)
•..•
(3)p' :>1-:QtX~l-+ J .XCO'Q .• -fJ"'\,)
~
1;
e
11>
.,
•
¿ era normal o anormal? Si era normal.
no se contenía a sí mismo, con lo que
GJ
hl).H,II}]
•. (I),.J("II"!l1"35.~
1(;~I,;)~;•.I.~~.).caIQ
:>.D'~PIQ).'A_D"P.'Q"'.
:>.D'\Plo}.,<h-D"F,'
(4)
1-.(4) • .s2'42.:>I-:Hp.'.(T¡l't;.IQ).·
(M3·202•.s7·33]
~:n. I-:Qp.fl_l.XC(l'Q.).(l'lf.,I).·)..
(1' /'r'"
•.••
-Ir
Vlt'. Il"d
V") "I'~'A
1,')"1'.'.
•••II·.·V ••"
t ) I
t'l."
1'1"1'
, ••
TI J( ,1-.ClI (1)
'l--•.,,:l't23. )1-:Hp')'('3
•. , .:l7'26 .• 22'4..1.)
.•).It •• Q",Il
,"
lado, el conjunto de sus partes debe ser geniosísima paradoja mantuvo en vilo a > .08<)·14._3<.:», IIp.:>. ¡;IJI~ TITIP. 1-:c-Q",Il. x_ .• ",(I'(,I.) .11- V"",,\ (U'V ,.,
más numeroso, en virtud del teorema de los matemáticos varios años y provocó (a72·59]..a'"2]
1-.a8O'14 .a84·36.)
C!P
~ :Bp.'.D-MCD'T.
(') 1-._14'161. ll-: Rp. ~-Q"X. XCO'CJ.).,. -IJ".
[-.82'51] ) .", IJIa·V"•• '" 11"1'.'.
tal maremágnum de discusiones entre los
I
[.3N'2] ,.a~¡;IJI}.a·JI.
Cantor; por otro, como se trata del con- [_14J ~.a'Ó:IJI)-' (a)
(alO'll'2(I·35]:>h.Hp:(!'iX).If_Q"A.:\C(I·lh),( l' (JI'V". 'IllIh"I,'. 111
junto de todos los conjuntos, el conjunto profesionales como pocas veces se ha visto >.(I}.(.).(S)._a.». Prcp
'.(1).(2).
'-(3).«).
~hHp'~'(3,)
».Pn>p
.• -Q"'.'C<I·~ 01,
49
H
En estas páginas se muestra cómo los axiomas (A" A2' A:J son a modo de troncos
de árboles de los que brotan ramas, los teoremas (T" T). Cuando un teorema
se deduce de otros, le llegan flechas procedentes de éstos, y habrá flechas de
ida y vuelta en caso de que dos teoremas sean equivalentes, es decir, cuando
so impliquen mutuamente. Es posible también que un teorema resulte equivalente
a algún axioma; entonces, éste puede ser remplazado por aquél. Así, en cierto
sentido, puede decirse que la elección de los axiomas es arbitraria.
mi ma rama puede estar conectada también distinta, aparezcan precisamente 11por conjunto y qué reglas de juego
las mismas ramas. Quizá, 10 que antes 1'11 tarán permitidas con esos con- ~e ahora, entenderemos por conjunto
varias. Ello significa que el teorema
una rama (un teorema), ahora sea un trOI1 luego nos pondremos a deducir de aq~e~o que satisface los axiomas de la
lliz do por la rama se deduce de los teona y pensaremos tal es axiomas
.
t'(llr0l1n08 qu llegan hasta ella. co (un axioma), y viceversa. Lo que en ver con las reglas de juego, y ésta de
dad importa es que se respeten las regln manera que no puedan surgir antinomias.
también ramas "de ida y vuelta" tra teoría de conjuntos. Eligiendo
deductivas y se mantenga el entramado . Todas las teorías axiomáticas de con-
orr sponderán a teoremas equivalen- ,as c~n cuidado no hay que temer
total en toda su complejidad. Juntos, como la de Zermelo-Fraenkel o la
d ir, a enunciados que con dis- lmomIas; precisamente, los axio-
El método de trabajo de la matemátir de, Von Neumann-Bernays, tienen en co-
p labras, expresen la misma verdad. nsarán de manera que las anti-
moderna es muy semejante al de Euclidc I ~un el renunciar a la concepción intui-
I supueato, la elección de los axiomas puedan aparecer. Esta es la
sólo que más perfecto y acabado. SU) 011 trva de que cualquier propiedad de un objeto
n i to sentido arbitraria; puede par- una teoría formalizada frente
gamos que queremos edificar una teorí ex~resada en el lenguaje corriente otorgue
d un cierto conjunto de enunciados o intuitiva, como la de Cantor.
matemática, por ejemplo la teoría de 011 entIda~ o carta de naturaleza al conjunto
t () onjunto distinto. Lo único impor- l que un concepto de conjunto
juntos. Empezaremos por definir una de obJet~s que satisfagan esa propiedad.
l 11 que, aunque sea a partir de tron- mo el de "un saco lleno de ele-
rie de axiomas que nos aclaren qué enu 11 Con propiedades como "tener el pelo rubio"
Ii tintos, y en posición posiblemente podía llevarnos lejos. A partir
esta concesión intuitiva no ofrece peli-
o 51
. David Hilbertfue el creador
'1"",/ /" primeras axiomatizaciones de la teoría de conjuntos 2
del formalismo y una de las figuras fundamentales
'" /",/ X "rlllI'[o-Fraenkel, enunciada en 1908 Y perfeccionada en 192 . en la génesis de la matemática actual.
1 lit 11,,,,10 1'011 ella, entendemos por conjunto aquello que verifica tales
" 1"",,, , prl'Scil/C[ilmdopor completo de las ideas intuitivas que hubiéramos
"",1 '/0 ,,/1'III'r COIIanterioridad. La versión que aquí se da de ella
", I",plificm[a para hacer inteligible al no especialista una formulación
ti iN1,,,, 1 "I/Id/O más complicada (el símbolo E significa "pertenece a").
primeros números impares es n2• Llame- más, puede comprobarse para todo n, y
mos T a este enunciado: siempre es cierta. Nunca falla. Es una
fórmula verdadera, pero no demostrable, a
T: 1 + 3 + 5 + ... + (2n -1) = n2
menos que A5 se incorpore a los axiomas.
Si deseamos probar T, es seguro que de- El conjunto de axiomas amputado de A5
bemos apoyamos para ello en A5' el llama- se dice que es incompleto, pues no toda
do axioma de inducción, que reza así: fórmula. "legal" es susceptible de ser pro-
A5: Un conjunto X que contiene al nú- bada. Cuando toda fórmula verdadera pue-
mero O y que si contiene al n contiene de ser probada, el sistema de axiomas se
también a su siguiente, n + 1, contiene a llama completo.
todos los números naturales. Veamos ahora lo que se entiende por
No hay escapatoria posible, pues el axiomas independientes. Un ejemplo his-
teorema T está en una rama que parte del tórico es lo mejor en este caso, sobre todo
tronco A5: se necesita A5 para probar T. si el axioma es tan conocido como éste:
or lo tanto, si del conjunto de axiomas "Por un punto exterior a una recta pasa
e la aritmética se elimina el A5' del con- una, y una sola, paralela a ella." Euclides
unto de fórmulas válidas en aritmética ha- y centenares de sus sucesores se esforza-
á que eliminar T. Pero T es una fórmula ron estérilmente en intentar demostrarlo
ue no carece en absoluto de sentido; es a partir del resto de los axiomas de la
57
56
La variación de un solo axioma (abajo) proporciona dos geometrías:
la euclídea y la hiperbólica, compatibles con el teorema de las paralelas,
y una tercera, la elíptica o de Riemann, incompatible con ese teorema.
Tales geometrías "aberrantes" fueron utilizadas por primera vez
por Einstein (derecha) e integradas desde entonces
en los cálculos astronómicos. Derecha, abajo,
el telescopio de Crimea, el mayor del mundo.
geometría. A todos les parecía que no era tructivo: supusieron que el axioma no era
un axioma, sino. un teorema, deducible cierto y postularon que por un punto ex-
por tanto de los axiomas. Pero todos es- terior pasa más de una paralela. Riemann
taban equivocados, tal como demostraron supuso también que no era cierto, pero él
Gauss (1777-1855), Bolyai (1802-1860), se inclinó por la hipótesis de que no pa-
Lobachevski (1792-1856) Y Riemann sara ninguna paralela. Ambas suposicio-
(1826-1866). Era un axioma, y no podía nes eran en aquellos tiempos peores que
probarse a partir de los otros axiomas. un sacrilegio; sin embargo, y de modo ex
Este hecho se describe matemáticamente traño, aceptándolas no se llegaba 11
diciendo que el axioma de las paralelas es ninguna contradicción. Sencillamente, HI'
independiente del resto. obtenían dos geometrías (la hiperbólica y 111
El procedimiento de prueba que usaron elíptica) distintas de la euclídea, pero sin
Gauss, Bolyai y Lobachevski es muy ins- contradicciones. Todavía más: no tardó
58 59
Kurt Godel no sólo ha sido I 1ft
. brillante lógico de la ¡,¡ 1" l.
sino el que más desconcierto ha .fllm",,,,/,,
Sus teoremas establecen (1/11 ",1, ,
,1"
e insalvables limitaciones (11 /l1It1
de la matemática y del pensamiento 11/1",,,,,,,
de la geometría euclídea; lo que se probó El checoamericano Kurt Godel, proba- Lo de "hipótesis del continuo" se debe a
es que si la geometría no euclídea fuera blemente el lógico más famoso del siglo, y que el conjunto R acostumbra a desig-
inconsistente, también lo sería la euclídea. quizá de la historia, nos ha enseñado mu- narse genencamente como "el continuo".
Pero queda por probar realmente que la chas cosas y ha resuelto muchos problemas
~a hipó.tesi~ de Hilbert no es, a primera
euclídea es consistente -.Bien es verdad que grandes. Expongamos alguno de ellos. En _
Vista, m e~ldente ni inevidente: simple-
llevamos 2.000 años probando teoremas 1900, David Hilbert (1862-1943) pro-
men~~, es matacable por cualquier parte.
geométrico s sin que jamás hayamos po- puso 23 problemas en el Congreso Inter- GOdel, en 1938, demostró que si agrega-
dido probar, a la vez, un teorema y su con- nacional de Matemáticas de París; to- mos este enunciado a la teoría de conjun-
trario. Es tranquilizador, aunque no defi- dos ellos parecían entonces irresolubles y tos como un axioma más, no ocurre nada
nitivo; cualquier día puede aparecer un ge- se suponía que el encontrar su solución re- de particular. En concreto, probó que si
nio matemático desconocido y probar una presentaría avances considerables en las
los ~x~om~s de la teoría de conjuntos más
contradicción de ese tipo. distintas ramas de la matemática. Desde
la hlpotesls del continuo fueran inconsis-
El sueño de Fausto de todo matemático es entonces han sido estudiados a fondo, y tentes, la teoría de conjuntos sola también
probar que su ciencia está libre. de contra- buen número de ellos han sido y¡t resuel-
lo. sería. Por si fuera poco, probó que lo
dicciones. que resiste todos los asaltos. El tos. El problema que llevaba el número uno
ismo sucedía con el hasta entonces mis-
sueño .del matemático es probar que su de la lista, llamado "hipótesis especial del
er~oso axio~a de elección. Ni la hipó-
ciencia es consistente. Y no sólo eso; su continuo", ha sido uno de los atacados SIS del contmuo ni el axioma de elección
sueño incluye el que sea completa, es de- con éxito por GOdel.
uede demostrarse que sean falsos. En
cir, que todo teorema que haya sido o Ya se ha visto anteriormente que el 963, Paul Cohen (n. 1934) dio el defi-
pueda ser pensado sea susceptible de ser conjunto de los números naturales, N, po- tivo carpetazo a la cuestión probando
probado o refutado. Por desgracia, este am- see menos elementos que el conjunto de e si se suponía que fuesen falsos, tampoco
bicioso programa, --el programa de Hil- los números reales, R. Hilbert lanzó la hi-
llegaba a nmguna contradicción. Por lo
bert- es sólo un sueño. Un sueño del que pótesis de que no era posible hallar ningún
to, ni puede probarse que sean vá-
nos despertó cruelmente en 1931 Kurt conjunto -infinito, por supuesto- con más
os ni que sean falsos. Se trata, de dos
Godel (n. 1906). elementos que N, pero con menos que R.
vos axiomas z·ndependz"entes del resto.
O puede hacer con ellos lo que quiera,
"En lugar alguno mejor que en el análisis combinatorio puede verse la falacia nar con ellos o sin ellos -o incluso
contenida en la bien conocida sentencia de Kronecker: «Dios creó los números tra ellos-o Nunca incurrirá en contra-
naturales; lo demás es obra nuestra». Una descripción más acertada sería: i6n, aunque, eso sí, edificará matemáti-
«Dios creó el infinito, y el hombre, incapaz de comprenderlo, tuvo que inventar istintas.
los conjuntos finitos». " on todo y ser mucho, esto es sólo una
G. C. ROTA , la menos conocida,· de lo llevado' a
por Godel. El resultado más célebre
60
de Güdel es el que demuestra la imposibi- axiomas con uno más -precisamente el
lidad del sueño de Fausto. Godel probó teorema-, y ya está. Ya hemos demos-
qlJ.e. ~i..se toma un conjunto de axiomas trado el teorema, puesto que es UIÍ axioma
lo suficientemente amplio -que contenga y los axiomas son obviamente nenucib\~
los axiomas de la aritmética como míni- de sí mismos. Pero el procedimiento fa-
mo- no es posible probar, con las armas de lla, como era de temer, pues volvemos a es-
deducción del sistema, que tal conjunto tar como al principio: habrá otro teorema
sea a la vez consistente y completo. Es verdadero e indecidible en el nuevo sis-
decir, que en caso de ser completo conten- tema axiomático.
dría contradicciones. Y en caso de no con- -Oodelxpues, ha mostrado en cierto modo
tener contradicciones -es decir, caso de las limitaciones de la matemática. E
ser consistente- habría siempre teoremas no puedeJprobarlo todo; en particular, DO
verdaderos que nunca podríamos de-' puede probar su propia consistencia.
mostrar. Tras tan importantes descubrimientos
Curiosa situación, que nos condena a que han hecho de Godel una figura casi
aceptar que siempre habrá teoremas cuya mítica para los matemáticos, podría pen-
certeza podremos comprobar para todos los sarse que su nombre fuera ampliamente
casos particulares posibles, pero que nunca conocido. Pero la matemática no es una
podremos demostrarlos. ciencia popular; según testimonio de Bour-
Existe, claro está, una manera que po- baki, cierto profesor universitario esta-
dríamos calificar de fraudulenta de probar dounidense afirmó en el curso de
uno de estos teoremas-fantasmas: puesto conferencia -y en presencia del propi
que es un teorema verdadero ¡puede tomár- Godel- que nada nuevo se había visto
sele por axioma! Ampliamos el sistema de lógica desde los tiempos de Aristótele