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José y Ana González

Miami, Florida, miércoles 16 de enero del


2011 (Escribe Hugo Marino Romero) En
Ministerios El Buen Pastor Internacional
que dirige la Pastora Lidia Rodríguez hay
varios matrimonios y personas a nivel
individual que por casi más de dos décadas
vienen acompañando a la Madre Espiritual
de MEBPI.

En esta ocasión nos referimos a José


“Pepe” y Ana González que desde el mes de
abril de 1992 vienen acompañando a la
Sierva del Señor. Ambos son muy activos en
sus respectivas responsabilidades.

Pepe y Ana en casi dos décadas han


recibido bendición del Señor con la llegada
de tres hijos: Samantha Michel, la hija mayor y David José y Samuel Josué. Ellos tienen 19, 17 y 14 años
de edad respectivamente y para bendición de Dios, los tres también son miembros de MEBPI.

Samantha canta en el coro y David es un joven multifacético diestro con el violoncello el saxofón y la
guitarra, tiene además mucho conocimiento de percusión. El menor, Samuel colabora con todo lo que se
le indique dentro de la obra de la iglesia.

Según “Pepe” González: “Recuerdo que la Pastora Lidia formó la iglesia y nos invitó. Ana y yo estábamos
casados. Un día domingo llegamos al local ubicado en Coconut Grove y el Señor me habló y me dijo esta
es tu casa”.

Ana, por su parte dice de su matrimonio: “Recuerdo que cuando nos casamos Pepe me regaló una Biblia
y comencé a leerla porque tenía ansias del conocimiento de Jehová. En ese tiempo era católica. Cuando
leí los 10 mandamientos, especialmente el que dice: No tendrás dioses delante de mí, ni te harás imagen
ni semejante… me sentí culpable y sabía que estaba en un error porque adoraba imágenes y no a Dios”.
“Desde ese momento -dice Ana- busqué intensamente a
Dios, me puse de rodillas y le pedí que me llevara a la iglesia
donde él quisiera. Todavía no era cristiana pero sentía que
Dios tenía grandes cosas para mí”.

Esa fue la solicitud adecuada de Ana González que desde


hace varios años es Directora de Música de MEBPI. Dirige al
pueblo en alabanzas para llevarlo a intimar con el Señor a
través de los cánticos de adoración. Otra de sus
responsabilidades es presentar a la iglesia música que
edifique y conduzcan a los miembros a una mayor adoración
a Dios.

El camino de los esposos González ya estaba designado por


Jehová. Al respecto el hermano González cuenta que desde
1987 conocía a la Pastora Lidia Rodríguez. Estaba en el
College y una condiscípula de nombre Maggie me hablaba
de ella. Todavía yo no había conocido a la dama que iba a
ser mi esposa. “No obstante -agrega- esta amiga hizo
despertar en mí el espíritu de hambre por conocer a Dios”.

Por su parte la hermana Ana señala: “Antes de llegar a


MEBPI, interpretaba música clásica, pero había dejado de practicarla casi 10 años. Un día los hermanos
de la iglesia fueron a orar por uno de mis hijos que estaba enfermo. Vieron el piano y me dijeron que
tocara algo. Me había olvidado un buen poco porque tenía muchos años de haber aprendido el do, re,
mi, fa, sol”.

Agrega que un sábado en el templo ubicado en


Coconut Grove, la Pastora Lidia me dijo que
tocara. Me sentí muy nerviosa, ella desde ese día
comenzó a ungir mis manos. Subraya que no toca
de oído. “Aprendí música estudiando el
pentagrama pero todavía no había desarrollado
ese habilidad que Dios había reservado para mí. La
Pastora Lidia oró mucho por mí para que el Señor
despertara en mi persona nuevamente el don de
tocar con destreza el piano”.

“En 1992 -indica- comencé a ser la pianista de la


iglesia, o sea seis meses después de haber llegado
a MEBPI. Estaba embarazada de mi segundo hijo,
David. Cuando llegamos al templo Samantha
todavía no había cumplido un año. Recuerdo que
tuvimos una cantata de Navidad y estaba esperando dar
a luz a David. Era el mes de diciembre, eso fue un
domingo. Al siguiente día nació mi primer hijo varón. Ese
alumbramiento fue para mí una gran bendición”.

Nuestro segundo hijo, Samuel, nació como a los nueve


meses de estar en la iglesia. Cinco años después (1997) la
Pastora Lidia me constituyó como Directora de Música.
Tengo la bendición de trabajar con excelentes hermanos
como Enrique Leiva con la trompeta, Samuel Siles en el
bajo, Juan Bagnasco, con la guitarra y los cantores a los
que considero como mis hijos.

Dios me ha dado el privilegio de dirigir el Ministerio de


Música. Todo el crédito, el mérito y alabanza se lo damos
al Señor. Nosotros tenemos muy pocos ensayos. Los
profesionales ensayan a diario y nosotros practicamos
apenas dos horas. Pienso que el Señor nos bendice y nos
capacita con las alabanzas y música nueva. Pepe y Ana
dicen que contrajeron matrimonio siendo muy jóvenes,
pero que han aprendido a educar a sus hijos con orden.

Ana
menciona que ha compuesto algunas canciones de
alabanza a Dios. Entre ellas: “A dónde Huiré de tu
Presencia”, que está en el CD. Recuerdo que en una vigilia
que tuvimos toda una noche, había una alabanza en mi
corazón que no dejaba de fluir. La compuse después de
llegar a casa. El Señor me la dio.

Pero manifiesta que su primera composición es una


canción muy especial. Dios me la concedió en mi casa y
tiene por título: “Yo sé que Él vive”. Esa noche le había
pedido al Señor y le dije que quería componer canción
para Él. He tenido una tercera que se llama: “Gloria”.
Trata de que los cielos narren su gloria.

“Pepe” González enfatiza: “A nuestra amada Pastora


Lidia la considero mi madre espiritual. Mi esposa y yo le
tenemos gran aprecio y la queremos mucho. Sabemos el
trabajo que tiene en sus manos, admiramos como el
Señor la usa por su integridad y firmeza. Ella tiene un
inmenso amor para todo el pueblo”.
Por su parte Ana subraya: “Doy testimonio que desde nuestro primer día en MEBPI nuestras vidas han
cambiado mucho. Yo amo a Jesucristo, hemos crecido y aprendido de nuestra amada Pastora, ella nos
ha enseñado como hacer las cosas mejor para el Señor”.

Mi responsabilidad como Directora Musical. Es


seleccionar la música que se va a tocar en
todos los servicios, consultando primero con la
Pastora Lidia. Organiza asimismo la música en
lo que es la instrumentación y arreglos a la
canción.

“Quiero entrañablemente a mí esposo. Los


cambios y el crecimiento espiritual es algo que
carecen las personas que no conocen al Señor.
Tal vez les llegue otro tipo de bendición pero
no tienen la felicidad que Dios nos da a
nosotros como matrimonio”.

Para culminar la entrevista la hermana Ana


dice: “A los jóvenes les aconsejo que no dejen
que nadie opaque la bendición de predicar la
Palabra a sus amigos, estamos viviendo
tiempos duros en que el diablo anda buscando
a la juventud para destruir su futuro. Les
aconsejo que no les de vergüenza proclamar y predicar a Cristo a sus amistades y en la escuela”.

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