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DuvierdelDago deldago@cubarte.cult.

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Editorial Nuestro grupo editorial entrega a los lectores Arte por Excelencias, una revista
concebida para dejar testimonio de los procesos creativos dentro de las artes
plásticas y sus protagonistas en países de las Américas y el Caribe. Desde
la perspectiva del periodismo cultural y su multiplicidad de géneros, preten-
demos conformar un espacio de alcance internacional dirigido a la consoli-
dación del pensamiento analítico, reflexivo –tan disminuido hoy frente a los
imperativos del mercado del arte–; un medio encaminado a la legitimación
de valores conceptuales y estéticos, al fomento de la diversidad interpretativa
y la conciencia del debate, la actualización bibliográfica y la recuperación de
la memoria histórica.

Con la edición de este Número Uno –donde hemos podido contar con el res-
paldo y la colaboración de prestigiosos especialistas y artistas de la plástica–,
damos un paso significativo en el establecimiento de una red de intercambio
informativo y cultural que, con toda seguridad, irá expandiéndose entre cura-
dores, críticos, museógrafos, investigadores y creadores de diferentes regio-
nes del mundo.

José Carlos de Santiago


Director General

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DIRECTOR GENERAL: JOSÉ CARLOS DE SANTIAGO editor JEFE: david Mateo CORRESPONSAL PERMANENTE EN CUBA: MARÍA CARIDAD GONZÁLEZ editora asistente: charo guerra editor gráfico: rodríguez diez (R10) COORDINACIÓN: JULIET AGUILAR CEBALLOS COLABORACIÓN
EDITORIAL: AGENCIA INFORMATIVA LATINOAMERICANA PRENSA LATINA S.A. FOTOGRAFÍA: josé luis díaz montero publicidad: Manuela gonzález SUSCRIPCIONES Y ATENCIÓN AL CLIENTE: yolanda casco TEL.: + 34 (91) 556 00 90. TEL.: + 53 (7) 204 81 90 ADMINISTRACIÓN: ÁNGEL
GONZÁLEZ CONSEJO EDITORIAL: yOLANDA WOOD, LESBIA VENT DUMOIS, RUFO CABALLERO, JOSÉ VILLA SOBERÓN, MANUEL LÓPEZ OLIVA PUBLICIDAD Y CORRESPONDENCIA: ESPAÑA MADRID 28020 C/ CAPITÁN HAYA, 16. TEL.: + 34 (91) 556 00 40. FAX: + 34 (91) 555 37 64. ANDALUCÍA. RAFAEL
MARTÍN TEL.: + 34 (95) 570 00 32. FAX: + 34 (95) 570 31 18. CUBA L 1 52 cancun@excelencias.com D.F. alejandra maciel, alejandraexcelencias@yahoo.es. PUERTO VALLARTA JALISCO. CONSUELO ELIPE RAMOS, CALLE febronio uribe 100. plaza santa maría 404 c. zona hotelera.
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Nelson Herrera Ysla
Vivimos momentos muy complejos en el universo del arte
contemporáneo, según las señales que llegan desde todos lados,
ya sea desde dentro del país donde uno vive como estando fuera.
Nunca antes ha habido tal cantidad de creadores y expresiones
conviviendo a la par, produciendo obras en las más sorprenden-
tes técnicas y soportes; nunca tantos museos y galerías, eventos
nacionales e internacionales, centros de arte, revistas, subastas,
ferias, bienales, ventas millonarias. Por instantes, son tiempos de
confusión, dudas, incertidumbre. Tanto, que muchos hoy se pre-
guntan cuáles son los requisitos y los límites para que algo creado
por las manos de un artista, o por la más refinada tecnología, sea
considerado obra de arte.

Imágenes: Cortesía del autor

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Sin detallar los factores que posibilitan nuevos eventos en el panorama gene- Hoy, el conocimiento de la realidad
estos singulares acontecimientos puedo ral del arte, tales como programas de material y del individuo –gracias al
afirmar, de inicio, que existe un claro residencias de artistas, becas, talleres, desarrollo de la ciencia, la tecnología,
desbordamiento de los contenidos del festivales especializados, proyectos in- las comunicaciones– está al alcance
arte, de sus formas, de sus estructuras ternacionales, que multiplican aquí y de casi todos los seres humanos y no
de exhibición, un auge de los cruces allá la presencia de artistas de (y en) solamente de los artistas, pero son és-
disciplinarios que posibilitan concebir cualquier lugar del mundo. tos los que asumen ese sentimiento de
una obra en la que el artista acude no que todo puede cambiar, de que todo
sólo a los materiales, instrumentos y Estamos, pues, a las puertas de un es susceptible de transformación más
técnicas tradicionales, sino también a fenómeno complicado, nada fácil de allá de los límites impuestos por las
la estadística, a la sociología, a la an- desentrañar, comprender, desmontar, instituciones y la sociedad. De ahí la
tropología y al cine, buscando expresar donde mucho tiene que ver la nueva constante reacción no sólo en el ám-
más de lo hasta ahora alcanzado; es actitud del artista ante la realidad que bito específico de la creación sino, por
decir, elaborar un discurso artístico vive y ante la propia realidad del arte. ejemplo, contra los modos tradiciona-
más complejo en la medida en que la Si hubiese que localizar el origen de les de exhibición de obras al desbor-
realidad, la vida, se ha tornado también todo esto, no dudaría en aseverar que dar el espacio cerrado de la galería y
mucho más compleja. tuvo lugar en el ya lejano 1917, gracias salir al espacio total de la ciudad en
al gesto del artista francés Marcel Du- un intento por alcanzar al peatón, al
Experimentamos en el planeta un pro- champ cuando decidió colocar un uri- ciudadano, a aquellos que permanecen
gresivo aumento de los eventos dedica- nario de porcelana blanca, firmado con indiferentes al arte. Esta actitud abre
dos a la promoción y a la comercializa- seudónimo, en el interior de una ga- caminos insospechados en la histórica
ción del arte. Ahí están, en un primer lería neoyorkina. Su gesto provocaría, relación de las expresiones artísticas y
nivel juntas pero no revueltas, las bie- quizás sin una conciencia total acerca el individuo, y ha dado lugar en los úl-
nales, las subastas y las ferias para de- del mismo, y sin repercusión inmedia- timos años, a una las más interesantes
mostrarlo: cada una con sus especifici- ta, un verdadero cisma en la historia y controversiales manifestaciones del
dades, territorios, dominios, claro está, del arte: en lo adelante ya nada sería arte contemporáneo: la llamada estéti-
pero hoy vemos cómo se benefician igual. Esta actitud desencadenó pro- ca relacional o arte de conducta, que se
unas de otras, aun cuando son concep- gresivamente una respuesta contra lo expande rápidamente por los confines
tual y estructuralmente diferentes. En “establecido” en otros artistas hasta con infinitas variaciones.
ocasiones intercambian métodos para convertirse así, con modalidades diver-
María Alós y Nicolás Dumit
atraer público y expertos sin prejuicios sas, en una reacción contraria hasta de
(República Dominicana)
de ningún tipo. Y, por si fuera poco, lo propiamente alternativo, disonante, El museo peatonal, 2002
a ellas habría que añadirles cada año durante años y décadas sucesivas. Con el apoyo del Lower Manhattan Cultural Council

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Si, por otro lado, tomamos en cuenta italiana pero con intereses marcados
la capacidad del artista para absorber por superarla desde su primera edición
la información que gravita a su alrede- en 1951. Su influencia regional no se
dor por las vías auditiva, táctil, olfativa, hizo esperar, ya que años más tarde se
no sólo visual, el asunto se complejiza. suman a ella las de Medellín, San Juan,
Nos coloca a críticos e historiadores Cali (durante los años 70), hasta que
ante la necesidad de reconocer modos La Habana, Cuenca, Santo Domingo,
de expresión mediante el uso de es- Lima, fundan las suyas en la década
tos sentidos en la elaboración de los de los 80, casi a la par de otras en leja-
discursos estéticos. La multiplicidad nas tierras: Sídney, Estambul, El Cairo,
de problemas que deben preocuparnos Dakar, Lyon, Liverpool. Durante las dé-
a todos pero en particular al creador cadas de los 90 y del 2000 irrumpen
hoy, en cualquier lugar, lo convierten, con fuerza Mercosur, Kwangju, Butan,
querámoslo o no, más que en artista, Sharjah, Praga, Moscú, Sevilla, Valen-
en un intelectual otro, casi en idéntica cia, Ushuaia. Con toda probabilidad,
medida que filósofos, ensayistas, so- en estos instantes, deben estar ya sur-
ciólogos, académicos, escritores. Esta- giendo y organizándose otras en alguna
mos en presencia pues de un individuo ciudad que desconocemos.
dispuesto a contribuir al pensamiento
actual, al debate público de cualquier De manera modesta, con perfiles ba-
problema, dejando atrás aquellos tiem- jos –no internacionales como las men-
pos en que el artista estaba atento a lo curador, eje sobre el cual ha de girar cionadas arriba–, aparecieron otras en
bello, a la creación pura de formas, a y articularse el complicado entramado América Latina si repasamos Colom-
la descripción de la naturaleza y de la del evento. Sin entrar a relatar o deta- bia, México, Venezuela, imbuidas prin-
sociedad. Su actitud hoy es, por ende, llar el surgimiento y significado de este cipalmente por el reconocimiento de su
más crítica que en tiempos pasados, nuevo tipo de intelectual, todo parece producción artística local. En Centro-
impulsada por la conciencia de un rol indicar que apareció en la década del américa, a partir de ese mismo criterio
más activo que pasivo. 80 para llenar un vacío del sistema del nace en 1978 la Bienal de Arte Paiz
arte contemporáneo que ni siquiera los en Guatemala, a instancias de una fun-
Sería ilusorio describir todas las posi- conservadores y coleccionistas, histo- dación privada de igual nombre, que
bilidades que se abren hoy al artista y riadores y galeristas, críticos y acadé- de inmediato logra repercutir en otras
al arte. Bastaría decir que son mucho micos, existentes ya en tantos sitios y instituciones similares del área –em-
más complejas y numerosas que cuan- ciudades importantes, habían logrado. presariales, bancarias– hasta alcanzar
do surgieron los primeros salones en el La bienal surge para convertirse en un la totalidad de sus países: Costa Rica,
siglo xviii o se inauguró la primera Bie- hecho real al mostrar cada dos años, y El Salvador, Panamá, Nicaragua, Hon-
nal Internacional de Arte en el mundo, por espacio de uno, dos, y hasta tres duras, en un intento por revitalizar sus
en la ciudad de Venecia, a finales del meses, buena parte del sistema del escenarios tradicionales y el mayor es-
siglo xix: 1895, para ser exacto. arte cuyas bases, procesos y perspec- pacio cultural de la región.
tivas se desarrollan hoy en progresión
¿Cómo entonces mostrar, ver, palpar, lo geométrica a diferencia de otras ex- Mientras esto sucedía en nuestro con-
que está sucediendo alrededor nuestro presiones de la cultura: cine, literatu- tinente e islas, a lo lejos, la ciudad de
y, a la vez, en tantas partes diferentes? ra, danza, teatro, música, arquitectura, Venecia ampliaba su espacio cultural
¿De qué manera contribuir para que el limitadas a una progresión aritmética. A al organizar paralelamente bienales de
público entienda mejor la velocidad de pesar de que la bienal es sometida a cine y de arquitectura, y se dedicó a re-
los cambios que ocurren en el universo críticas constantes en tanto “modelo” dimensionar su histórica Bienal de Arte
del arte, así como la aparición de pro- hegemónico, global, dominante en opi- yendo más allá del cerrado marco de
puestas y tendencias, o el sentido de nión de algunos para la exhibición múl- los pabellones nacionales mediante la
ciertas instituciones, de la enseñanza tiple e integral de obras, todavía no ha inclusión de eventos paralelos que, en
actual, o el significado de las diversas aparecido otro evento más eficaz que algunas ediciones, alcanzaron la suma
escalas en la producción simbólica? pueda reemplazarla en la actualidad. de 34 con algo más de 500 artistas
participantes. De gigantesca vitrina
La galería tradicional parece no ser su- El surgimiento y desarrollo de nuevas internacional del arte, concebida para
ficiente para tan gigantesca empresa. naciones y el consiguiente aumento de “ponernos al día” y concentrada princi-
Tampoco el museo a pesar de sus ricos producciones simbólicas, indicó que palmente en el área de los Jardines de
acervos, su tradición, su historia. Me- Venecia no era suficiente para “mos- Castello, se convirtió en un gigantesco
nos aún la feria de arte, de corta dura- trar” lo que acontecía. A mediados del espectáculo visual por toda la ciudad.
ción en el espacio y en el tiempo. Es siglo xx surge, pues, en el continente Esas bienales que surgieron más tarde,
ahí cuando entra a desempeñar su pa- americano, al otro lado del Atlántico sin embargo, no siguieron fielmente el
pel la Bienal como alternativa posible, y de la vieja Europa, la Bienal de San modelo italiano de vitrina –aunque sí
factible, y junto con ella la figura del Pablo, a imitación quizás de la pionera se interesaron por los eventos paralelos

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y exposiciones especiales, incluso de
carácter histórico y ensayístico– ya que
los tiempos exigían un tipo de evento
más afín a la necesidad de dotar a sus
contextos de mayor configuración inte-
lectual a partir de la invitación también
a reconocidas figuras de la historiogra-
fía y la crítica, las instituciones acadé-
micas, la promoción, en medio de cues-
tionamientos a aquel modelo arraigado
en Venecia. De ahí que lucharan por
imprimirle un cierto carácter reflexivo;
es decir, la bienal como espacio y en-
cuentro para el debate y la confronta-
ción de ideas –no sólo para la exhibi-
ción de obras– y escenario idóneo para
la realización de proyectos capaces de
movilizar en profundidad la opinión pú-
blica al elevar el grado de conciencia Robert Stephenson (Haití)
sobre la propia naturaleza del arte, la Sin título, 2003
cultura y la sociedad. Las obras, los Impresión digital
91,5 x 44 cm
proyectos artísticos, concretados for-
malmente o en procesos, devenían así
medio extraordinario para transformar
las nociones del arte mismo, sus al-
cances, sus territorios, sus modos de
integrarse e insertarse en otras esferas
de la vida, asimilar entrecruzamientos
con otras disciplinas, seducir a más
amplios sectores de público.

Es en medio de ese contexto ideológi-


co y cultural que surge la Bienal de La
Habana. Prácticamente desde su inicio nuestras instituciones
asume estos fundamentos necesarios
que ya se encontraban en boca de mu-
especializadas actúan,
chos. Su desarrollo acelerado propició por lo general, de forma
que, en su tercera edición, 1989, sen- fragmentaria, subordinadas
tara las pautas para una profundización a sus exclusivos intereses
de tales fundamentos e iniciara así un
camino más prometedor que otras en y no ven el extraordinario
el mundo. Gracias a ella surgió un pen- potencial que Las Bienales
samiento nuevo en torno a este tipo de significan para la cultura y
evento internacional, aunque no haya la memoria en sus disímiles
impactado lo suficiente sobre las mo-
destas bienales nacionales abundantes niveles
en tantas ciudades de Latinoamérica,
ya que éstas no lograban comprender
aún su papel en tanto puentes de co-
municación entre artistas, instituciones
y público, ejes movilizadores del pen-
samiento, espacios culturales amplios,
ejercicios de recapitulación y, sobre
todo, contribución a la memoria colec-
tiva de cada país y del mundo por su
resonancia en la vida social y política.
No está de más apuntar que la mayoría
de las bienales nacionales en nuestra
región aparecieron en momentos difíci-
les debido a conflictos locales intensos,

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auge de la violencia, dictaduras mili- que las acompañan, que una Bienal de insertarse en esos territorios donde se
tares, pobreza extrema, analfabetismo, Arte? La Bienal está llamada a desem- libran las más intensas batallas por el
corrupción, desapariciones y secues- peñar ese papel aglutinador, moviliza- enriquecimiento espiritual e intelectual
tros, que las mantuvo, de alguna ma- dor, de individuos y sectores sociales de la sociedad: su aparición fugaz en
nera, alejadas de los cambios operados hacia un propósito común donde con- los medios de información sirve ma-
en el mundo del arte a nivel global. No vergen acciones de la comunidad ar- yormente para dar a conocer a artistas
era para menos. Y si a ello añadimos el tística e intelectual, local y global, aún ganadores y respaldar las campañas de
tradicional desinterés regional hacia la cuando Centroamérica, América del relaciones públicas de sus patrocinado-
cultura, entenderemos mejor su esca- Sur, no hallan todavía una definición res. Hasta ahí, o quizás un poco más.
sa trascendencia en el interior de sus adecuada, efectiva, de sus megaeven- El medio académico, las instituciones
contextos particulares. Hoy, a varias tos en el campo de las artes visuales. dedicadas a la investigación, historia-
décadas de distancia de la primera Más allá de los contextos en los cuales dores, críticos, curadores, artistas re-
creada en el continente, descubrimos surgieron y de los actuales, mucho me- conocidos, estudiantes de arte, perma-
que el mantenimiento de la mayoría jores por cierto, nuestras instituciones necen al margen.
de nuestras bienales ha sido posible especializadas actúan, por lo general,
por el apoyo de entidades privadas, de forma fragmentaria, subordinadas a Sin embargo, Latinoamérica está hoy
empresas tenaces, promotores indivi- sus exclusivos intereses y no ven el ex- en mejores condiciones para afrontar
duales y grupos que luchan frente a traordinario potencial que las bienales el desarrollo de sus eventos culturales
toda adversidad. significan para la cultura y la memoria ya que existe una mayor conciencia
en sus disímiles niveles. regional, continental, en tanto grupo o
Con sus logros y sus defectos, con sus comunidad de naciones; hay un papel
virtudes y desaciertos en cada uno de En la década de los años 90, por más activo de sectores sociales antaño
nuestros países, podemos preguntar- ejemplo, Venezuela contaba con cerca marginados de las instancias de poder;
nos, sin embargo: ¿qué mejor espacio de diez bienales regionales, casi una se fundan bancos a nivel continental
para captar, cada dos años, el vertigino- por cada Estado, y se pueden contar y se crean uniones de naciones en el
so desarrollo del arte, la variedad de sus otras en varios países del continente. lado sur; surgen bloques económicos
expresiones, las líneas de pensamiento Lo curioso es que la mayoría no logra regionales y se reconfiguran las relacio-

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nes históricas con Europa y los Estados Y no se trata de satanizar el mercado, tradicional, o a un proyecto complejo en
Unidos. Las bienales actuales, sean pues éste es su lugar en el sistema glo- su proceso, en su estructura. Al mis-
del nivel que sean, por consiguiente, bal del arte desde hace más de 400 mo tiempo conoce de paneles, mesas
debían reflejar (o ser) eco de estos años, alcanzado con maestría y efica- redondas, conferencias, debates, que
cambios fundamentales, puesto que en cia por saberse insertar en economías fijan coordenadas del pensamiento
cada uno de nuestros países existen in- de vertiginoso desarrollo cuyos com- en torno al arte, así como performan-
telectuales formados en la crítica y en ponentes esenciales son vistos casi ces en varios sitios, sesiones de video
la curadoría, en la historia y en las in- todos como mercancías. Las ferias proyección, acciones vinculadas con la
vestigaciones lo suficientemente infor- son respuestas distinguidas que cier- ciudad. Tal conjunto implica tiempo,
mados acerca de cuanto acontece en el tos grupos de poder dan a la cultura atención para su adecuada aprecia-
universo del arte contemporáneo. Con visual contemporánea. Cada vez más ción y goce. Pudiera visitarla apresu-
más razón que entusiasmo, es hora de numerosas e influyentes, estos even- radamente pero la distancia entre las
que sean convocados a la acción como tos comerciales devienen verdaderos sedes y espacios que la acogen se lo
agentes del cambio, figuras capaces de espectáculos de muy corto tiempo que impediría.
asumir los nuevos tiempos que vivimos opacan en ocasiones a las bienales,
y de hacer oír sus voces, nuestras vo- pues algunas ferias logran reunir más En Cuba nos asiste una modesta pero
ces, como comunidades, pueblos y na- de cinco mil personas la noche de su larga experiencia desde 1984 cuando
ciones en el concierto universal. inauguración y promediar unas 120 mil se realizó la primera Bienal de La Ha-
en cuatro días de duración. Al ir de un bana. Con sus altibajos en sucesivas
El curador está en condiciones de stand a otro, el espectador, potencial ediciones, este modelo de evento ha
otorgar visibilidad pública a las com- comprador o no, ejercita así su “cultura permitido un contacto real con produc-
plejas expresiones artísticas que hoy del zapping”, originada y promovida día ciones simbólicas de casi todas partes
experimentamos, sin que ello signifi- tras día desde la televisión y de paso, del mundo sobre la base de una noción
que restar protagonismo a las obras y más o menos, puede tomarle el “pulso” de la cultura visual como goce estéti-
proyectos de arte que son, en primera rápidamente a cierta zona del arte con- co y ejercicio de reflexión: esto último,
instancia, el sentido de una bienal o de temporáneo como pocos eventos son lamentablemente, es lo que falta en la
cualquier otro evento similar. capaces de hacer. mayoría de las bienales que se realizan
en nuestro continente. Todavía preva-
La bienal es un desafío para todos los La bienal, por su lado, obliga a ese cu- lece, digámoslo así, una visión “pro-
involucrados en ella. El reto mayor que rioso, indiferente o avisado espectador vinciana” de este fenómeno de natu-
nos ocupa hoy. Una apuesta y un ries- a una reflexión mayor, a interrogarse raleza global.
go por sostener una vigorosa y fructí- cuando se enfrenta a una obra sencilla,
fera relación con el público desde el
punto de vista ético, pues cada edición
pone en juego una multiplicidad de
valores culturales, morales, sociales,
políticos, en los que no tienen cabida,
por cierto, las exacerbadas cifras y los
cantos de sirena del mercado que cada
día constituyen el mayor peligro de las
bienales. El mercado se ha convertido
en un espacio donde se sancionan,
“santifican”, obras y artistas por enci-
ma de cualquier otro valor, incluso el
histórico. El mercado, se sabe, ha revi-
talizado el coleccionismo, tanto público
como privado, las ventas y subastas, y
ha colocado en las nuevas bolsas de va-
lores a numerosas ciudades del planeta
adonde acuden gentes de todas partes,
ya directamente o mediante internet.
La feria, cara elegante y satisfactoria
del mercado, ha sabido asimilar el mo-
delo bienal en beneficio propio para
aparecer ante todos como espacios
verdaderos de cultura, cuando en rea-
lidad se trata de otro tipo de valores,
pura performatividad financiera donde
el coleccionista es la figura y el fondo
verdadero.

10
El mercado se ha convertido
en un espacio donde se
sancionan, “santifican”,
obras y artistas por encima
de cualquier otro valor,
incluso el histórico

A pesar de que vivimos tiempos difíciles,


nuestras sociedades y naciones parecen
estar dispuestas, hoy más que nunca, a
enfrentar toda clase de desafíos en el
continente. La cultura se alza como uno
de los instrumentos más preciados con
que contamos para enfrentarlos, pues
su riqueza destaca por encima de las
vicisitudes históricas y cotidianas que
muchos de nuestros gobiernos tratan
hoy de superar mediante vías idóneas
que nos hagan salir del atraso colonial
y republicano que aún pende, y colo-
carnos así en el estadio de moderniza-
ción, paz, bienestar y democratización
que necesitamos.

Las artes visuales están llamadas a con-


tribuir modestamente a ello desde su lu-
gar en la cultura contemporánea. Su ca-
pacidad para generar provocaciones en
las esferas estética e ideológica es uno de
los más eficaces métodos para adquirir
una cierta conciencia del fenómeno: los
artistas lo saben, y parte del público…
pero no en igual medida. Las bienales
apuntan hacia esa dimensión humanista
de sólidas implicaciones sociales, no así
el mercado del arte. Por eso es necesario
desarrollar al máximo ese evento princi-
pal de nuestras culturas visuales, junto a
otros de diversas esferas, y no ceder ante
la opulencia y el poder del dinero que hoy
pretende ordenar y regular tantos aspec-
tos de nuestras vidas.

Nelson Herrera Ysla (Cuba)


Crítico de Arte y Curador Simón Vega (Puerto Rico)
herrera@wlam.cult.cu Ciudad encajada, 2004-2006
Instalación

Roberto Diago (Cuba)


Obbatalá siempre, 2005
Caja de luz, madera y foto en blanco y negro
84 x 74 x 11 cm

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MAKE A WISHeduardo ponjuán 2008
Instalación (detalle). Dimensiones variables ponjuan@cubarte.cult.cu
12
yolanda wood

Cuando concluyó el pasado siglo, el arte del Caribe se encontraba en un


momento intenso de visibilidad internacional. Los años 90 fueron fértiles en la apertura de
los intercambios regionales y en importantes proyectos expositivos a escala mundial. Nunca
antes la creación plástica caribeña había tenido un tal dinamismo. Una intensa trayectoria
mostró las expresiones artísticas de los diferentes territorios del archipiélago caribeño, esti-
muló las inquietudes y reveló –también– los desfases propios de sus diversos niveles de rea-
lización y madurez en las prácticas contemporáneas. En las islas el proceso había adquirido
mayor intensidad en la segunda mitad del siglo xx, en general, pero no todas llegaban allí en
similares condiciones en cuanto a la fundación de una tradición artística y con las institucio-
nes necesarias para favorecer la proyección pública del arte y la formación de los creadores.
Ese proceso se expresaba con disimilitudes cronológicas. En las de mayor población y ex-
tensión territorial se distinguía una práctica artística realizada por nativos desde finales del
siglo xix, con la que debatieron las tendencias modernas, asociadas a la renovación estética
y a la búsqueda de un arte de expresión nacional. Pero la puesta al día de unos y otros con
la apertura hacia nuevas tendencias artísticas durante la segunda mitad del siglo xx, ocurría
en momentos de gran internacionalización del arte, de desplazamientos de estudios hacia los
Estados Unidos y las antiguas metrópolis de precedencias en otras artes que favorecieron el
diálogo transversal entre creadores de diferentes disciplinas. En fin, una efervescencia co-
lectiva fue creando los puntos de enlace en una región que se redescubría en su creatividad
y visualidad, y lo hacía en circunstancias en que se debatían temas de multiculturalismo,
racialidad, migraciones y discursos de género, en los cuales el Caribe y sus artistas, tenían
cosas interesantes que decir a partir de la historia reciente y las inquietudes socioculturales
contemporáneas.
Cubiertas de catálogos: Cortesía de la autora
13
En el panorama expositivo del dece-
nio que terminó el siglo, el Caribe pro-
yectaba una imagen no homogénea,
pero sí –en común– exploratoria, y se
revelaba a escala internacional como
arte emergente de tendencia antihe-
gemónica, por el mismo modo en que
mostraba el rostro de una producción
capaz de desvanecer las fronteras cul-
turales que la habían situado en los
márgenes del mapa cultural diseñado
desde los centros del poder, e inaugu-
raba con ello una puesta en evidencia
de sus potencialidades artísticas como
lugar del mundo.

Por otra parte, ciertas tendencias inter-


nacionales hacia el arte étnico, ciertas
nostalgias de lo primitivo y ancestral
con un signo epocal en Les magi-
ciens de la terre, las reivindicaciones
de África –cada vez en mayor peligro
de extinción– que vibran en esta parte
de Afroamérica1 que es el Caribe, así
como la significación de las diásporas
de antillanos en Estados Unidos y en

1
Véase Nancy Morejón: “Afroamérica ¿la in-
visible?”, Poética de los altares, Letras Cuba-
nas, La Habana, 2004, p. 7.

El carácter esencialmente
temático de las bienales, reveló
a los artistas caribeños que
sus múltiples incertidumbres e Europa occidental, fueron factores que Desde dentro
comenzaron a tender la vista de los ob-
inquietudes eran compartidas por servadores hacia ciertas zonas –como Todo comenzó desde el interior mismo
creadores de lugares cercanos y ésta– que habían estado silenciadas de la región. Proyectos de trascen-
distantes en el mapamundi en las cartografías culturales del ámbi- dencia internacional surgidos paulati-
to occidental. Y digo así porque artis- namente en los últimos tres decenios
tas, países y exposiciones importantes marcaron un ritmo y definieron parte
habían ocurrido antes de ese decenio de la intensidad del proceso al finalizar
dentro y fuera de la región, pero la di- el siglo. Grandes acontecimientos como
námica de los acontecimientos en los la Bienal del Grabado Latinoamericano
90, hizo aflorar un sello de signo re- en San Juan de Puerto Rico (1970), la
gional, que resultaba ahora del mayor Bienal de La Habana, Cuba (1984), y
interés; bien que esas mismas tenden- la Bienal de Pintura del Caribe y Cen-
cias internacionales mencionadas, que troamérica (1992) en Santo Domingo,
se presentaban como oportunidades República Dominicana, constituyeron,
para los márgenes, contenían múltiples desde diversas perspectivas y enfo-
contrasentidos por propiciar con sus ques, lugares propicios para ese ma-
nociones, tendencias falsificadoras y yor dinamismo dentro del archipiélago,
engañosas hacia los sistemas de valo- creando un efecto de cascada (pre-
res estético-artísticos de los países del fiero esta imagen más tropical, fres-
sur. El mismo Caribe, que distinguía su ca y sonora, que la de bola de nieve
existencia como espacio artístico en el que correspondería utilizar). Con estas
decenio que cerró el siglo, tendría que bienales se inauguraron momentos im-
afrontar estos desafíos de nuevo y en portantes de confrontación y diálogo
nuevas circunstancias. entre los artistas, críticos y curadores

14
del Caribe, de Latinoamérica y de más CaribArt se celebró en Curazao, en 1993. y debatió el primer proyecto regional
allá. Otros territorios de las Pequeñas Organizado por la Comisión Nacional para realizar un libro de Historia del
Antillas se incorporaron a esa búsque- de la UNESCO de las Antillas holan- Arte del Caribe con carácter colectivo y
da de alternativas de encuentro como desas, se trató de un suceso sin pre- el aporte de todos los territorios.
ocurrió en la isla de Guadalupe, donde cedentes, pues en una de las islas del
en 1991 comenzó Festag (Festival de Caribe neerlandés se dieron cita, en un Sin dudas habría que resaltar de modo
las artes de Guadalupe), y que bajo el magno encuentro, artistas y estudiosos muy especial tres bienales surgidas en
nombre de Índigo se extendió a Fes- del arte de la región. De manera orgá- el Caribe entre los años 70 y 90: la del
tival caribeño de las artes plásticas a nica el evento integró las artes de todas Grabado Latinoamericano en San Juan,
partir de 1995. Estos festivales man- las Antillas en un concepto de partici- de Puerto Rico; la de La Habana y la de
tuvieron esta isla del Caribe Oriental pación selectiva por países y en corres- Pintura del Caribe y Centroamérica.
como punto de interés durante casi pondencia con sus escalas demográ-
toda la década. ficas. Creó además espacios teóricos Cuando se proyectan internacional-
mente las megaexposiciones de la úl-
tima década del siglo, ya han ocurrido
más de diez ediciones de las Bienales
del Grabado Latinoamericano en San
Juan, que si bien incentivaron la pro-
ducción en el ámbito específico de la
estampa, a partir de la tradición que
esta manifestación había adquirido
en Puerto Rico, tuvo menor repercu-
sión en la participación caribeña insu-
lar que, con excepción de República
Dominicana y Cuba, no poseían un
movimiento gráfico de competitividad
regional e internacional. Cuando se ini-
cia la década que terminó el siglo han
acontecido cuatro ediciones de la Bie-
nal de La Habana, en las cuales desde
sus inicios fue relevante la presencia
de los artistas del Caribe no sólo en
su aspecto cuantitativo, sino porque
además de incluir reconocidas figuras
que marcaron pautas en las nóminas
caribeñas, contribuyó a dar a conocer
nuevos valores de la plástica regional.
Si bien esa presencia durante las Bie-
nales de la década del 90 tuvieron
altas y bajas,2 la participación de cari-
beños insulares en las primeras cuatro
ediciones significó la muestra de 136
artistas 3 y, algo muy importante, pro-
venientes algunos de países como Su-
rinam y Guyana, con una producción
artística bastante desconocida dentro
y fuera de la región, sólo mostrada en

2
I Bienal (1984), 42 artistas de 5 países;
II Bienal (1986), 63 artistas de 9 países; III
Bienal (1989), 14 artistas de 5 países, y IV
Bienal (1991), 17 artistas de 6 países. (Es-
tos datos no incluyen a Cuba que por ser país
sede podría desvirtuar la real participación de
los restantes territorios insulares del Caribe).
3
Países del Caribe insular participantes en las
primeras cuatro bienales de La Habana: Puer-
to Rico, República Dominicana, Cuba, Guya-
na, Martinica, Surinam, Guadalupe, Haití, Ja-
maica, Trinidad y Tobago, y Guyana francesa.

15
gaexposiciones que se realizaron fuera carácter esencialmente temático de las
del Caribe en esos años. bienales, reveló a los artistas caribeños
que sus múltiples incertidumbres e in-
En 1992 se inauguró en Santo Do- quietudes eran compartidas por crea-
mingo la Bienal de Pintura del Caribe dores de lugares cercanos y distantes
y Centroamérica, la que como indica en el mapamundi. Desde la Bienal de
su nombre, se limitaba al ámbito de la La Habana se tejieron redes de simili-
pintura con carácter competitivo. En tudes y disimilitudes que hacían más
ella se proponía una visión más amplia amplia y segura la mirada del artista
de la producción artística al incluir te- caribeño ante sí mismo y ante su pro-
rritorios de la zona circuncaribe centro- pia contemporaneidad.
americana. Cada una de estas biena-
les activaba, a su manera, el circuito La presencia en estos eventos de crea-
artístico de la región. Por la índole de dores, críticos, curadores y comisarios
sus convocatorias expandían y con- del ámbito regional e internacional pro-
traían el espacio caribe, y colocaban la pició, desde dentro, el lanzamiento de
producción regional en diversos planos proyectos que entablaron conexiones
de confrontación estético-artística con de diversa índole con otros del Caribe,
Latinoamérica y el Tercer Mundo. So- y actuaron como multiplicadores en el
bretodo, la Bienal de La Habana, por propio archipiélago y fuera de él, du-
su propuesta más abierta en cuanto a rante los años 90.
la creación dentro de las tendencias
del arte contemporáneo, constituyó Hacia afuera
un sitio de redescubrimientos para los
artistas del Caribe en el uso de otros El entusiasmo de todos fue apropián-
Cuba previamente por la Casa de las posibles modos de hacer, y en la pues- dose del panorama artístico, y surgie-
Américas4 y el Festival de la Cultura ta en valor de los que empleaban. El ron iniciativas de diversa envergadura
Caribeña5 de Santiago de Cuba, me-
diante exposiciones colectivas.

En la V Bienal de La Habana (1994),


considerada por la crítica la expresión
de la madurez conceptual del evento,
la nómina caribeña de veinticuatro
artistas se enriqueció con coleccio-
nes muy relevantes por la contempo-
raneidad de las propuestas y con la
presencia –por primera vez– de países
como Aruba, Bahamas y Curazao, que
nunca antes habían tomado parte en
acontecimientos internacionales de
esta magnitud. Otras dos Bienales
ocurrirían aún en la década que cerró
el siglo, simultáneamente con las me-

4
Exposición Arte de Surinam. Abril, 1983.
Casa de las Américas, Cuba. Participaron 27
artistas.
5
From the National Collection. Guyana, 1987.
Participaron 11 artistas.

16
como las exposiciones: Un nouveau re- torio, lo cual creaba un gran contraste
gard (Francia, 1992); Karibische Kunst en relación con las restantes nóminas,
Heute (Kassel, 1994); Caribbean Vi- muy interesantes por sus propuestas
sions (Florida, Estados Unidos, 1996); contemporáneas.
Caribe: exclusión, fragmentación y pa-
raíso (Extremadura, España, 1998) y De diferente carácter fue Caribbean
Mitos en el Caribe (Casa de las Améri- Visions8 realizada por un equipo de cu-
cas, La Habana, Cuba, 2000). radores de instituciones estadouniden-
ses de Florida, Connecticut y Nueva
Fueron acciones múltiples y aunque Orleans. Cuando se revisa la nómina
puntuales, se concatenaban llegan- por países se constata una suprema-
do a instalarse en un tejido donde se cía de base lingüística (lo cual redujo
descubre un circuito. En diverso grado, significativamente el impacto regional
todas fueron exposiciones importantes, y –en términos de participación– de la
también diferentes. En su organización muestra): mayormente países angló-
y financiamiento participaron institucio- fonos antillanos y países con poderosa
nes públicas y privadas, nacionales e presencia de emigrantes en la Florida,
internacionales. Ninguna se propuso una como Haití, Puerto Rico y Cuba, espe-
práctica de continuidad, lo cual influyó cialmente de este último todos los ar-
en su carácter de acontecimiento único red de comunicación entre las insti- tistas, con excepción de Wifredo Lam,
e irrepetible. No obstante, estas megaex- tuciones y los agentes movilizadores eran residentes en Estados Unidos. En
posiciones impusieron un ritmo a esa de los territorios insulares, hecho sin los textos de los catálogos se incluyen
década. Su pulso fue muy intenso y alen- precedente en la historia del arte ca- las voces de Derek Walcott y de Rex
tador para el arte de las islas. La acción ribeño. El catálogo incluía las voces de Nethelford, quienes aportan importante
experimental y exploratoria ha sido ya un críticos e historiadores del arte de los sustancia al análisis de las problemáti-
síntoma indetenible en las artes plásti- países representados, mediante textos cas del arte y la cultura del Caribe.
cas de la región, sin que se produjeran que proponían en algunos casos los
cambios significativos en las plataformas primeros intentos de sistematizar la La exposición Caribe insular, exclusión,
institucionales, en la enseñanza y en la producción artística de territorios del fragmentación y paraíso (1998) cons-
promoción, aún donde se reconoce más Caribe insular, como ocurre en un ar- tituyó una muestra muy coherente y
establecida la institución-arte. Si bien tículo sobre Barbados y las pequeñas trascendente para el arte caribeño con-
ellas contribuyeron sensiblemente a am- islas anglófonas caribeñas. Es intere- temporáneo por los rigurosos criterios
pliar la visibilidad de la producción artís- sante que el texto central del catálogo de selección de los artistas, la calidad
tica contemporánea regional, también proponga una lectura de la exposición de los textos y la máxima actualización
pusieron de relieve la compleja dinámica desde una estética creole, comprendi- según las más recientes tendencias de
del fomento artístico para países situados do el término en su acepción antropo- la producción. Un intenso trabajo de
en los márgenes de los grandes centros lógica y cultural. contacto con los artistas y críticos de
hegemónicos del arte, la persistencia de los territorios dio carácter a la novedad
estereotipos estético-artísticos sobre esa Entre 1994 y 1995 ocurrieron dos expositiva.
producción, y los ejes polémicos en que megaexposiciones de muy diferente
se debate cuando se recoloca en los cir- carácter en Alemania y en Miami, la El siglo terminó en La Habana, con la
cuitos de legitimación internacional. primera en el contexto de la gran ex- megaexposición Mitos en el Caribe, or-
posición internacional Documenta. El ganizada por la Casa de las Américas.
En las cinco exposiciones mencionadas, hecho fue trascendente porque por Muestra temática que se propuso una
la nómina de artistas caribeños osciló primera vez el Caribe aparecía con una nueva reflexión y extensión de lo mítico
entre 35 y 109 artistas; significa que exposición regional en un evento como en el Caribe insular a otras zonas del
en el plazo de seis años fueron mos- Documenta,7 y si bien en esta muestra pensamiento social y cultural contem-
tradas, solamente en estas megaexpo- hubo una representatividad de artistas poráneos, e integró artistas de diversas
siciones, obras de más de 250 artistas jóvenes e importantes, el aspecto del islas antillanas en torno a un discurso
caribeños, la mayoría de ellos de los exotismo, aún prevaleciente en la mi- muy original por su museografía y de-
territorios del Caribe insular. rada europea, se manifestó con mucha bates teóricos.
fuerza por el predominio del llamado
Como se ha dicho, la primera de es- arte naif de Haití, en detrimento de
tas megaexposiciones, aconteció en mostrar artistas actuales de ese terri- 7
Países más representados: Haití (11 artis-
Francia en el año 1992, bajo el títu- tas), Puerto Rico (8 artistas), República Do-
lo de Una nueva mirada al Caribe. El minicana (7 artistas) y Cuba (7 artistas).
6
Países con mayor participación: República 8
Países más representados: Jamaica (14 ar-
trabajo curatorial se realizó desde los tistas), Trinidad y Tobago (7 artistas), Puerto
Dominicana (21 artistas), Guadalupe (16 ar-
propios países caribeños, lo que si bien tistas), Jamaica (15 artistas), Puerto Rico (13 Rico (6 artistas), Haití (6 artistas), Cuba (6
daba un sentido de democratización artistas), Martinica (11 artistas) y Trinidad y artistas), Barbados (5 artistas) y Guyana (5
participativa,6 ponía en evidencia una Tobago (10 artistas). artistas).

17
Estas megaexposiciones revelan un Yolanda Wood (Cuba)
proceso de proyección internacional Profesora. Doctora en Ciencias del Arte y
del arte del Caribe contemporáneo que Crítica de Arte
venus@cubarte.cult.cu
tuvo su génesis en acontecimientos re-
gionales de gran trascendencia, y que
dialogó con ellos mediante un circuito
de exposiciones y bienales que, si bien
surgían de la propia dinámica de sus
artes plásticas, las alentaron e incita-
ron. Mostraron diversas facetas de esa
proyección internacional del Caribe in-
sular, dieron mayor visibilidad al arte
caribeño dentro y fuera de su espacio
geográfico. ¿Y qué legó esa década
que concluyó el siglo a la proyección
del arte caribeño insular de esta nue-
va centuria? ¿Reflexión, leyenda, evo-
cación o añoranza? (No se pierda el
próximo capítulo).
Cojímar, 18 de octubre de 2008

18
Unos segundos después, otro personaje respira profundo y co-
menta: “¡Última gran democracia! Debe ser una puta broma”, a
lo que no resta sino el suspiro de Kevin Spacey, entre la sorna y la
impotencia. Miles de personas afroamericanas fueron descalifica-
das para votar, en nombre de extrañas confusiones con los nom-
bres y apellidos de criminales. Nada importó: la opción bomba
nuclear desató sus efectos sobre nuevas Hiroshima y Nagasaki:
al sentar a un flamante ignorante en la presidencia, cuyo nivel
de estulticia era directamente proporcional, desde luego, a su
grado de beligerancia, una cultura joven con ansias de globalidad
emprendería nuevas guerras económicas que pretextaban pueril-
mente la exportación de la libertad para perseguir la nivelación
por rufo de la moneda y el petróleo de la periferia. Ocho años de necedad
fueron el precio de tamaña aventura bushista, gracias al arrobo de

caballero un presidente que confundía sin más a una etnia con una banda
de rock. Ese hombre era el rey del mundo. Pero es que, ocho años
más tarde, el espectáculo ya no da más, sobre todo no entrega
las garantías económicas que tanto importan al país de la comida
rápida y el estrellato de Julia Roberts y, venga la esperanza, triun-
fan los demócratas, sin necesidad de mucho conteo mecánico o
manual. En un discurso esperanzador, donde el “Sí podemos”
recuerda vaga pero alentadoramente el “Sí se puede” cubano (las
antípodas comulgan), el presidente negro asegura que sólo en

voces como ecos


los Estados Unidos de América un hombre negro puede llegar a
la presidencia y cumplir todos los sueños para el país. La nueva
democracia nace de la misma arrogancia de la hegemonía, pero
Que América es un pueblo joven lo evidencia, primero que todo, es dable pensar que intentará realizar muchos de los sueños; la
la historia misma de los Estados Unidos. El arco de sentido que pregunta sería: ¿Lo dejarán todos esos ciudadanos que amaban
iría, en lo fundamental, de las elecciones presidenciales de 2000 a Bush porque “al fin tenemos un presidente que nos representa
a las de 2008 habla, como ninguna otra muestra, sobre la juven- y nos defiende en la arena internacional?” ¿Ese negro en el trono
tud de América. En 2007 la HBO publicó un teleplay, Recuento, podrá hacer realidad los sueños de millones de inmigrantes que
con Kevin Spacey, Laura Dern y John Hurt, donde se exhibía el un día fundaron el país y hoy lo padecen, como observara iróni-
espectáculo público, propio de una feria, con el cual se dirimió el camente Martin Scorsese en su filme Gangs of New York? ¿El
barullo electoral en los Estados Unidos de 2000. Ante las peli- proyecto de la mundialización conocerá un giro que desconecte
grosas proximidades de los votos para George W. Bush y Al Gore, economía y marcialidad y se ocupe en verdad de un posible en-
y frente a las razonables dudas que desatan los métodos elec- cuentro de las subjetividades?
trónicos de votación (los chads hundidos pero no perforados), se
decide convocar a un conteo mecánico. Y se hace. Pero la distan- Éste es un relato, a no dudar, propio de un pueblo joven. O sea,
cia entre uno y otro candidato continuaba siendo insignificante y no hay que ir a otros pueblos con la coartada del atraso económi-
las imágenes ofrecían la vacilación de no pocos ancianos ante la co y social más estrepitoso para comprobar el espectáculo tragi-
tarjeta mecánica: ¿demócratas o republicanos? cómico del pueblo joven. Luego, si nos paseamos por otros países
y visitamos museos, galerías, salones de arte, encontraremos, no
Lo segundo sonaba a camino sobado, a ruta riesgosa otra vez, a de balde, una extraña persistencia de la memoria. El pueblo joven
exclusión en nombre de la hegemonía y la libertad global, pero lo olvida el olvido y se ancla, como para siempre, en los estantes
primero traía consigo la sospecha del comunismo, de los negros tranquilizadores de la memoria. Confortantes armarios. Allí se de-
gobernando el país, de los gays y las mujeres haciendo de las posita y se reza; allí se funda y se forja todos los días. El pueblo
suyas. Dios nos libre de semejante elección; pero había que votar. joven se define y se niega todos los días: veinticuatro horas des-
Votar otra vez, que se convoca entonces –no sin mucha resisten- pués, en definitiva, se volverá a definir. El pueblo joven padece
cia– a un conteo manual. Y en medio de ese conteo, la Corte Su- un ansia de identidad, de autorreconocimiento, de Historia en
prema de (In)Justicia da el golpe de Estado institucional: sitúa sin mayúscula, que se expresa como hambre de definición: voracidad
más, en la presidencia, a George W. Bush, por derecho propio y por definirlo todo, por contornearlo todo, por hacer tangible lo que
porque era menester la salvaguarda de la imagen universal de los vaga y vuela como el tul.
Estados Unidos. Había que ver la imagen cínica de una brillan-
te Laura Dern, respirando profundo, sonriendo histriónicamente, El pueblo joven necesita nutrirse de sí, saber a precisión, rozar
presta a anunciar la última decisión. Ella era, como diría Lars von lo intangible, dominar la razón, desplegar la virtud del espejo. El
Trier, “la jefa de todo esto” en la Florida y anunció el golpe final. A pueblo joven no sacia jamás su hambre de definición, que viene
esa licencia legal para desconocer, de forma despampanante, el de un hambre ancestral –ancestral dentro de la misma juventud–
menor signo de la democracia se le llama en los Estados Unidos, en cuanto a la identidad, ese concepto moderno que trata de per-
“la opción bomba nuclear”. filar el rostro allí donde lo complejo se expresa en lo rizomático,
en lo que no se somete, en lo que no se deja perseguir ni atrapar
Había que atender los diálogos entre los personajes para seguir por la definición. En instalaciones, variaciones objetales, pintu-
comprendiendo el funcionamiento de una cultura joven hinchada ras, fotografías, performances, dibujos, intervenciones, el pue-
de sí. El personaje de Hurt reclama que “el mundo observa. So- blo joven cifra en la metáfora la posibilidad de su perpetuación.
mos, teóricamente, la última gran democracia. Si no resolvemos El pueblo joven lo apuesta todo en cada empeño; sale a darlo
esto de una manera digna del puesto en disputa, ¿qué esperan- todo en la primera oportunidad. Por eso sentimos en no pocas
za damos a los países que quieren compartir nuestros valores?”. ocasiones que el afán trascendentalista del arte que inunda (la

20
idea es exacta: el arte que inunda) resulta capaz de pretenderlo doscientos dólares a la negra nigeriana, ésta podrá resolver, por
todo, de decirlo todo, de atraparlo o comprenderlo todo en una un mes, la continuidad de su vida. El final es irónicamente demo-
sola obra. Fotos que intentan ser el dato de una memoria o na- ledor: el orden se restituye, y los fabricantes de realidades de los
rración total, instalaciones que aspiran a reordenar el mundo así medios prosiguen su espectáculo (su desidia) como si tal cosa.
como disponen los objetos en el espacio, pinturas cósmicas –y
cómicas– donde el logos adquiere la densidad de la pasta. Fotos Entretanto, van naciendo, en unas y otras partes, hornadas de
quemadas, huellas de huesos, salpicadura y provocación, desafío creadores, de gente joven a la que le importa un pepino dónde
a la primera. Impetuosidad. En un típico pueblo joven es posible empieza y dónde concluye la convención o el consenso sobre el
sorprender, por ejemplo, una airada discusión de horas acerca de videoarte; gente que no cree en las fotos quemadas ni en las
los límites del videoarte. huellas de los huesos o los pasos de los antepasados; gente que
no cree en la indulgencia perdonavidas del ejecutivo afable. Es-
Eso es típico del pueblo joven: el hambre de identidad se expre- cuchan un eco, retoman ese eco, pero son conscientes de que se
sa en el hambre de definición, pero el hambre de definición se trata de ecos. Mientras tanto, trabajan, registran, crean, piensan
expresa en la sed de la clasificación. Aun cuando el videoarte su mundo, sin mucho ánimo de fundar nada en cada palabra, en
de los maestros –ya no el de hoy– contemplaba n variaciones cada gesto, en cada objeto. América debería confiar en esos jóve-
morfológicas: la experimentación visual sobre imagen electrónica, nes que se sacuden el marasmo de las resonancias de siglos y se
la videoinstalación incluso de emplazamiento urbano, un acting apremian a hacer lo suyo fuera de los planetarios y las normas de
filmado, una performance donde el medio puede actuar lo mis- los maestros, fuera de los manuales y las preceptivas.
mo como registro que como reescritura, etc., todavía hoy deben
discutirse durante horas los límites clasificatorios del videoarte. A menos que advirtamos un buen día cómo estos jóvenes de hoy
Discurso ideal allí donde se escapa la sustancia, donde huye la empiezan también a escuchar voces por todos lados, duros ecos
materia. Si sabemos que en el arte contemporáneo los lindes, las que resuenan en sus oídos, y comienzan también ellos, entonces,
fronteras, los géneros no son más que convenciones movedizas a levantar un dedo, a medir la creación, a dictaminar confines.
a merced de una clara máxima: importan la contundencia de la Los pueblos jóvenes viven atrapados en ciclos. ¿Cómo huir de la
idea a comunicar y la idoneidad de los medios expresivos convo- noria en los días en que la última democracia piensa que pudo
cados para encauzarla (sea cual sea la naturaleza de éstos), ah, realizarse y cuando los años por venir deben encargarse de trocar
no, preciso es clasificar, subdividir, demarcar, excluir, jerarquizar. el discurso ceñudo en realidad cortante y sonante, no en mera
El acento didascálico moderno haciendo de las suyas sobre el hiperrealidad de los medios?
plasma corredizo de lo posmoderno: el afán de la trascendencia.
Todo esto se esgrime en nombre de una palabra que se ha vuelto ¿Existirá en América un modo de violentar la dinámica de los
patibularia: el rigor. Cuántos crímenes no se cometen a tenor de ciclos y de escapar a la dictadura de la definición?
esa aspiración. ¿Qué diablo es el rigor, fuera de la facultad para
entender la complejidad y las variaciones infinitas de los fenóme- Rufo Caballero (Cuba)
nos? Cada vez que se alza un dedo en nombre del rigor, el cono- Doctor en Ciencias del Arte y Ensayista
cimiento tiembla. Cada vez que aparece un maestro de escuela ensayo@cubarte.cult.cu
con vocación de pedagogo nacional –cuanto menos–, tiembla la
ilusión. Soliloquios; gente que necesita un público de diletantes
prestos al aplauso. El hambre. El hambre que lo fundamenta todo
y lo argumenta todo en nombre del rigor, la definición, la identi-
dad. Ah, los pueblos jóvenes.

El anhelo de rigor del pueblo joven prefiere la erudición a la cul-


tura. Ya sabemos que la diferencia fundamental entre una y otra
radica en que la primera acumula conocimiento, en tanto la se-
gunda sabe qué hacer con él. El rigor del pueblo joven batalla
denodadamente por “estar informado”. Estar informado es repetir
hasta el cansancio las categorías y nociones establecidas por los
centros de la corriente principal. Si a alguien de la periferia joven
se le ocurre proponer una noción es un lunático, está desinfor-
mado, es un novelero, pues en otras partes el concepto se usa
de otra forma. El sujeto joven está condenado a repetir, como
marioneta que cumple su rol, el pensamiento que viene de tierras
remotas, más validadas por la tradición.

El enfoque folclorista y el paisaje de una feria de las vanidades


y de una humildad fingida no provienen únicamente del pueblo
joven. En la película Ocho, donde igual número de realizadores
aspira a convertir en ficción las ocho líneas de desarrollo –más
bien de supervivencia– que se traza la ONU ante la impudicia de
la barbarie en las no-vidas de la periferia, cortos de ficción que
son en verdad panfletos ingenuos, de una pedagogía tierna, Wim KADIR LÓPEZ NIEVES
Wenders plantea la idea, estética y éticamente aberrante, de que Esso, 2008
un grupo de africanos salten de los ordenadores para recordarles Técnica mixta sobre metal, 100 x 150 cm
a editores y magnates del mundo mediático la pertinencia de los
créditos financieros personales y parciales, con vistas a menguar
la desnutrición y la insalubridad, la falta de protección de la gen-
te que sobrevive en el borde. A ver: si un millonario le extiende Ilustración de cabezal / ARES
21
22
23
Orlando José Bedia nunca ha sido propiamente un artista. Nunca
ha querido serlo. De una u otra manera siempre ha estado tratando
Hernández de evitarlo, de huir, de escaparse del arte, como haría cualquier ani-
mal acosado, en peligro. Exactamente como uno de esos venados o
zorros que en muchos de sus cuadros se hallan extraviados dentro
del laberinto de la ciudad moderna, acorralados por inclementes
cazadores o desplazados de su hábitat original por la invasión de la
tecnología, y sin otro remedio que demostrar en ocasiones su anima-
lidad (su naturalidad) mediante destemplados aullidos o dirigiendo
feroces dentelladas al cuello de sus perseguidores. Porque el Arte
–llamémoslo ahora por su gran nombre propio, con A mayúscula–
es aquello que siempre ha perseguido y acorralado a otros objetos y
prácticas culturales y estéticas, y ha rechazado y excluido también
a una gran variedad de creadores. Estoy consciente de que una acu-
sación como ésta va a requerir de muchos argumentos. Pero antes
de seguir adelante me gustaría decir que de los creadores visuales
que conozco, José Bedia ha sido de los pocos (y quizás también uno
de los primeros) en darse cuenta exacta de ese peligro y de estable-
cer una metodología seria y responsable para contrarrestarlo.

The Slow Spreading of Sound, 1992


Very short Story of the Destruction of the Indies, Carrillo Gil, México

24
A diferencia de artistas cuyas estéticas estas culturas a veces geográficamente culturas “negras” que se aplicó al con-
han sido más o menos centrípetas (es distantes –uno de los grandes méritos junto indiferenciado de las variadísimas
decir, arte-céntricas, dirigidas hacia el artísticos e intelectuales de José Be- culturas de los afrosubsaharianos, mu-
vórtice histórico de la cultura de Occi- dia– podría estar encubriendo involun- chos de ellos traídos luego como escla-
dente), la de José Bedia ha demostrado tariamente otras verdades. Verdades vos a las colonias de América. Lo tris-
ser, por el contrario, totalmente fugiti- más o menos amargas, dolorosas. te, lo inadmisible, es que buena parte
va, centrífuga. Y como toda tendencia de estas concepciones y terminologías
centrífuga sólo puede salir disparada A nuestro juicio, esa “gran unidad” presuntamente “científicas” aún sigan
hacia los bordes, hacia los márgenes; reside sobre todo en el hecho de que vigentes y continúen ratificando aque-
su estética se ha dirigido siempre a las estas culturas son el producto de un llas viejas dudas y desprecios, y funcio-
llamadas (desde el “centro”) “cultu- mismo proceso de dominación colonial. nando como instrumentos todavía efi-
ras periféricas” que, en nuestro caso, Son las culturas que el capitalismo eu- cientes en el trabajo de discriminación
tratándose de cubanos, de caribeños, ropeo y luego norteamericano han ido y exclusión comenzado hace quinientos
de latinoamericanos, muy bien podría- “construyendo” paulatinamente desde años. La obra artística de José Bedia
mos llamar sencillamente nuestras cul- 1492 mediante la destrucción o alte- no puede entenderse (no debiera en-
turas. Y aunque si bien es cierto que ración de sus estructuras originarias, y tenderse) separada o ajena a esta si-
una buena parte de eso que llamamos que las disciplinas que posteriormente tuación de conflicto cultural que aquí
nuestras culturas ya pertenece al Oc- se han encargado de su difusión, de hemos esbozado.
cidente moderno, hay otra parte que su interpretación, de su estudio han
siempre se ha resistido a dicha per- bautizado de muchas maneras, casi Quizás valga la pena hacer un breve
tenencia. O cuyos lazos con la moder- siempre aceptando denominaciones repaso de la situación. El Arte, del que
nidad occidental son sólo de carácter provenientes del vocabulario del misio- hemos dicho que Bedia ha tratado de
ligero, ornamental, externo. Es sobre nero, del colonizador, del esclavista, y huir, y al que hemos otorgado la condi-
todo a esa parte resistente, testaruda, últimamente del etnólogo, del antropó- ción genérica de algo peligroso o ame-
no-negociable de nuestras culturas a la logo: culturas “salvajes”, “primitivas”, nazador, ha sido siempre concebido
que aquí nos referimos. ¿Y a cuáles de “tribales, “aborígenes”, “originarias”, como un producto autónomo o auto-
ellas se ha dirigido o se ha enfocado la “étnicas”, “tradicionales”, “pre-moder- generado por la “culta” sociedad eu-
estética de Bedia? Probablemente a to- nas”, y en otros casos “populares”, “in- ropea del Renacimiento, un producto
das. Pero especialmente a las de África dígenas”, “afro-americanas”. La lista del que supuestamente carecían todas
y América. Y en el caso de América ni de tales denominaciones ha sido exten- las sociedades “descubiertas” y colo-
siquiera habría que distinguir entre las sa, y sigue enriqueciéndose, pero todas nizadas. Ésa es la parte de la historia
del Norte, del Centro o del Sur, con las han tenido como principal objetivo dife- –o del mito– que todos hemos apren-
del Caribe flotando en el medio como renciar a estas culturas de aquella que dido y que acaso estemos obligados a
fragmentos más o menos independien- siempre ha sido concebida como la ver- desaprender. Esa supuesta ausencia
tes o autónomos, que es como nos ha dadera y única Cultura, y que hoy reci- de verdadero arte (como de verdade-
enseñado a verlas la geografía-política be el impreciso nombre de cultura glo- ra ciencia o de verdadera religión) ha
del nacionalismo. Fuera de sus induda- bal. El caso es que esas culturas otras sido y sigue siendo uno de los tantos
bles particularidades locales existe en- (nuestras) han sido y aún continúan argumentos demostrativos de la infe-
tre todas ellas una especie de denomi- siendo vistas no sólo como diferentes, rioridad de los colonizados, lo cual ha
nador común que permite entenderlas sino como inferiores, deficitarias, retra- permitido justificar las viejas y nuevas
en su gran unidad. Uno puede pensar sadas en comparación con las culturas crueldades e imposiciones realizadas
que ese denominador común tiene que aparentemente superiores que han dis- en nombre del progreso, de la civiliza-
ver con cuestiones tales como la visión frutado de la potestad de bautizarlas y ción, de la “modernidad”.1 En realidad
mágica, religiosa o cosmocéntrica que catalogarlas a su antojo. No bastó –no el arte occidental no es un producto
muchas de esas culturas comparten, o podía bastar– con llamarlas según sus intrínsecamente europeo heredado de
con el carácter respetuoso y armónico nombres propios: cultura huichol, ai- la Grecia clásica, sino más bien la con-
de su trato con la naturaleza, o con el mara, quechua, shipibo, uitoto, cashi- secuencia de una larga confrontación
uso de un tipo de pensamiento (y de nahua, lakota, yoruba, bakongo, porque entre determinadas prácticas estéticas
lenguaje) de carácter mítico y simbóli- en definitiva ni siquiera se estuvo muy
co muy diferente al pensamiento lógi- seguro de que esas sociedades tuvie-
co, racional, que impera en la cultura ran no ya una cultura, o un arte, o una
1
Sobre el conjunto de problemas relaciona-
occidental y occidentalizada moderna. dos con el tema Modernidad/Colonialidad/
filosofía o una ciencia propias, sino de
De-colonialidad véanse los textos del filósofo
Todo esto no deja de ser cierto. Pero si se trataba de seres humanos con de- argentino-mexicano Enrique Dussel, del so-
nos proporciona una visión aún incom- recho a portar tan importante insignia ciólogo peruano Aníbal Quijano, y del teórico
pleta, insuficiente del fenómeno. Una nominal. En vez de nombres propios cultural argentino-norteamericano Walter Mig-
visión que tiende a ser idílica, des- se les asignó entonces etiquetas gené- nolo, así como de los estudiosos Arturo Esco-
problematizada y por lo tanto discreta- ricas o imaginativos “etnónimos” que bar, Ramón Grosfogel, Edgardo Lander, entre
otros que, aunque no se refieren de manera
mente falsa. La alegría de descubrir y aún siguen circulando sin mayor co- particular a la problemática estética, ofrecen
demostrar equivalencias, parentescos mentario en el mundo académico; para un panorama teórico muy coherente y actuali-
o “aires de familia” entre elementos de no mencionar el oprobioso apelativo de zado sobre estos temas en América Latina.

25
del sector hegemónico de la sociedad ni menos que otra forma de establecer toria (que uno sigue imaginando provi-
europea y todo el conjunto de prác- la jerarquía ante las diferencias. En el sional) el establecimiento de esa gran
ticas culturales, estéticas, simbólicas, plano de las creaciones visuales esta división entre el Arte por un lado y las
mágicas pertenecientes a las socie- pugna tuvo lugar entre la pintura so- “artesanías” por el otro. El conjunto
dades que Europa fue descubriendo bre lienzo y la pintura corporal, entre de estas exclusiones alcanzó el rango
y dominando como parte de su cam- la escultura de mármol o de bronce de verdad taxonómica universal con la
paña colonial. En ese sentido, el arte y los trabajos con madera, plumas o aparición de las disciplinas conocidas
no es tanto un objeto nuevo dentro del semillas, entre lo “eterno” y lo “efíme- como Estética, Historia del Arte y Crí-
horizonte de la producción material y ro”, entre lo “bello” y lo meramente tica del Arte, a finales del siglo xviii,
espiritual del ser humano como el re- “útil”, entre el “genio individual” y la las cuales terminaron por adjudicar
sultado final de esa pugna conceptual, simple pericia “anónima” de la “comu- al arte de tipo occidental su primacía
ideológica, filosófica por el poder, por nidad” o de las individualidades colec- entre todas las prácticas estéticas.
la supremacía, por la hegemonía, la tivas. Esta confrontación se produjo Esta arbitraria división jerárquica se
cual Europa ya había alcanzado en el también, y con la misma fuerza, con ha conservado casi con la misma in-
terreno militar y económico y que re- respecto a las manifestaciones creati- transigencia dogmática de los inicios
quería ser completada también en el vas de los sectores populares o sub- y la mayoría de las instituciones cultu-
terreno estético, así como también en alternos dentro de la propia sociedad rales y educativas actuales (Museos,
el terreno religioso y científico. Ni más europea y tuvo como su principal vic- Universidades, Editoriales, etc.) conti-

26
Nayery, 2004 núan, incluso en nuestros propios paí- ción profesional como artista educado
Acrílico sobre tela, 18,5 x 90 cm ses, enfatizándola y reproduciéndola en la tradición occidental moderna, o
Col. Orlando Hernández
sin mayor sobresalto. invocando su empleo de materiales y
técnicas indiscutiblemente artísticas
José Bedia ha desmentido con su obra En nuestra opinión, más que dentro del (pintura sobre lienzo, etc.) o su vincu-
esa tendencia falsamente escalonada, discurso de la historia del arte, con su lación a instituciones características de
secuencia de tendencias, corrientes, la circulación del arte, como la galería
progresiva del arte occidental,
estilos y modas, la obra de José Be- o el museo, es confundir o desvirtuar
advirtiendo sus negligencias, sus dia debe situarse en el centro mismo las cosas. Durante más de treinta años
omisiones, sus exclusiones, sus de este ya medio-milenario conflicto Bedia ha estado moviéndose, por así
culpabilidades intercultural o civilizatorio. Y no preci- decirlo, y con todas sus fuerzas, en un
samente con un pie en ambos extre- sentido opuesto al movimiento histórico
mos –como a menudo podría pensar- del arte occidental que, como bien sa-
se– sino afincado sólo (o sobre todo) bemos, ha sido o ha pretendido ser, un
en uno de ellos. Atenuar o minimizar movimiento rectilíneo uniforme, lleno
la bien definida adscripción de Bedia de quebraduras y desvíos pero supues-
Munanseke Bacheche, 2004 al polo subalterno, popular, indígena, tamente progresivo, ascendente. José
Acrílico sobre tela, 18,5 x 90 cm tradicional, o como queramos llamarlo, Bedia ha desmentido con su obra esa
Col. Orlando Hernández tomando como argumento su forma- tendencia falsamente escalonada, pro-

27
gresiva del arte occidental, advirtiendo sino cosmológicos, sagrados, utilitarios, El Arte termina siempre por
sus negligencias, sus omisiones, sus o lo hagamos sólo de forma condescen-
neutralizar las agresiones y
exclusiones, sus culpabilidades. Por diente, metafórica, refleja muy bien el
eso, siempre que ha podido, ha tratado miserable estado de la cuestión. Pero disconformidades y convertirlas
de ir dejando el arte a la zaga, a sus lo cierto es que en relación con el arte en poderosos anticuerpos. Toda
espaldas, de convertirlo en una de esas occidental la posición de Bedia ha sido la cultura occidental moderna –y
sombras alargadas (desgraciadamente deliberadamente disidente, rebelde,
inevitables) que se extienden detrás de subversiva.
el Arte como una de sus formas
sus veloces personajes. Y ya sabemos más acabadas– se ha sostenido
que los artistas generalmente no huyen No obstante, Bedia no ha sido exacta- gracias a ese ingenioso mecanismo
del arte, sino que lo buscan, lo vene- mente un revolucionario (como podría de defensa
ran, lo sirven. O en última instancia esperarse de un modernista, de un
tratan de transformarlo, de transgredir vanguardista) sino más bien una es-
algunas de sus viejas reglas para ha- pecie muy particular de retrógrado, de
2
Estela Ocampo: Apolo y la máscara. La esté-
cerlo avanzar, para “modernizarlo”, lo tradicionalista. Y esto requiere de una tica occidental frente a las prácticas artísticas
de otras culturas, Icaria editorial, Barcelona,
cual no creo que haya sido del todo su inmediata explicación, de modo que no 1984.
intención. En sentido estricto, no ha sea interpretado como algo negativo o
sido el arte de tradición occidental lo incluso reaccionario. Aunque su obra
que su obra ha tratado de impulsar, de se dirige velozmente al futuro, lo cier-
promover, de engrandecer, sino esas to es que José Bedia se ha pasado la
variadísimas prácticas culturales y es- vida mirando hacia atrás, hacia el pa-
téticas que responden a formas de vida sado, hacia tradiciones tan viejas como
Open Nkuto (Your eyes) Young Man, 1989
y pensamiento muy diferentes a las que el mundo, tradiciones que aún tienen Riverside Studios, London, England
la modernidad occidental ha entroniza- mucho que aportar a nuestra desequili-
do como el “deber ser” de todas las brada e incompleta contemporaneidad.
sociedades del mundo. Aunque, desde O para ser exactos, mirando hacia atrás
luego, en este intento José Bedia haya y hacia los lados, ya que una porción
tenido que recurrir al lenguaje del arte significativa de ese pasado aún for-
como un recurso o una tecnología más ma parte del presente de muchas so-
entre las muchas disponibles. Pues no ciedades. Según su propia confesión,
se trata de desechar al arte, sino de toda su obra es un intento por reunir
des-jerarquizarlo. El hecho de que to- los pedazos que han ido quedando en
davía nos resistamos a incluir bajo la el camino de aquellas destrucciones y 3
José Bedia: Oral history interview with José
denominación de “arte” esas prácticas olvidos para intentar armar con ellos, Bedia, by Juan Martínez, February 13, 1998.
estéticas que algunos llaman “imbrica- como en un gran rompecabezas, la Smithsonian Archives of American Art.
das” (Estela Ocampo)2 por hallarse re- imagen nueva, reciclada, de la sabidu-
pletas de contenidos no sólo estéticos ría, la creatividad y la belleza de todos Bedia en Yarinacocha, Pucallpa, Perú
Foto: O.H.

28
esos pueblos y culturas.3 En eso su es- de defenderse, de resistirse, de mos- por muchos representantes de las van-
tética podría sintetizarse gráficamente trarse arisco, resbaladizo e insociable guardias, muchas de cuyas negaciones
por uno de los más conocidos símbolos en relación con el “espectáculo” de la y destrucciones generalmente no han
(adinkras) de la cultura akán (del pueblo cultura occidental, del arte occidental. ofrecido nada mejor que lo negado y
ashanti, de Ghana) que representa a un Podría decirse que de Occidente prefi- destruido, sino por una especie de ren-
pájaro llamado sankofa, que mientras rió siempre las etapas “pre-modernas”, cor, de malestar, de resentimiento que
vuela hacia adelante va mirando tam- el paleolítico, el neolítico, las edades no resulta explicable sólo desde una
bién hacia atrás, y resume el respeto del bronce y del hierro, cuando Occi- perspectiva estética. Las razones de su
que en nuestro avance por la vida todos dente no era aún Occidente, ni Europa rechazo han sido siempre más amplias,
debemos al pasado, a la obra de nues- era aún Europa. Desde entonces se ha más profundas, porque han sido razo-
tros antecesores. Un pasado, digámoslo mantenido en un constante forcejeo por nes históricas, éticas, filosóficas, polí-
también, definitivamente selectivo, ya desembarazarse de la privilegiada con- ticas, además de estéticas.
que no somos hijos de “cualquiera”, ni dición de creador de “obras de arte”
de “todos”, sino de una familia deter- en cuyo papel nunca ha logrado sentir- Una declaración muy temprana de Be-
minada, de un pueblo determinado, de se completamente a gusto. De ahí que dia, que no me canso de citar, es aque-
una cultura determinada. Y en el caso su actitud hacia muchas tendencias y lla donde él mismo se califica como un
de Bedia, ya sabemos muy bien quié- escuelas artísticas, ya sean antiguas artista de formación occidental que de
nes componen su linaje y de quiénes se o modernas, así como ante sus más manera consciente y voluntaria intenta
siente verdaderamente deudor. aplaudidos representantes y maestros, dejarse influir por las culturas “autóc-
haya sido muy moderada, cuando no tonas”, originarias, primales (como las
Ni siquiera en los momentos iniciales recelosa, y en muchos casos hasta ra- llama Robert Farris Thompson) y que
de su carrera –carrera que comenzó dicalmente hosca, despectiva. No por las mismas ejerzan un cambio trans-
más o menos a ciegas, pensando que hacerse el excéntrico o el iconoclasta, cultural en él. Debemos observar que
se trataba de otra cosa– Bedia dejó que ha sido la actitud general seguida se trata de una radical inversión del

29
sentido habitual en que siempre hemos
entendido estos procesos de transcul-
turación. Una actitud personal muy cer-
cana, por cierto, a aquella que provocó
la mutación etnogenética sufrida por
el marinero español Gonzalo Guerrero
en el siglo xvi, quien se convirtiera en
un miembro pleno de la cultura maya,
según refiere el sabio chileno Alejandro
Lipschutz.4 La idea de Bedia, sin em-
bargo, no es la de proponer un abrupto
retorno a la pre-Arcadia, ni la de con-
quistar un ridículo estatus de buen
salvaje rousseauniano, porque es pre-
cisamente el adjetivo “salvaje” lo que
Bedia ha estado desmintiendo, criti-
cando, poniendo en entredicho, sino la
de experimentar a nivel personal, sub-
jetivo, sicológico y también corporal,
sensorial, como creador, como artista,
la recuperación y reivindicación de todo
aquello que fuera injustamente desca-
lificado y excluido por Occidente. Creo
que esta actitud auto-descolonizadora
que Bedia ha venido desarrollando de
forma natural, por cuenta propia, resul-
ta importantísima para el pensamien-
to estético latinoamericano, africano y
asiático, y acaso constituye una lección
aprovechable para los propios creado-
res de Europa y Norteamérica. En rea-
lidad no conozco una declaración más
lúcida y bien dirigida en el contexto del
necesario proceso de descolonización
de nuestro pensamiento, de nuestros
gustos, de nuestros saberes y discipli-
nas que, como bien sabemos, se hallan
aún profundamente afectados por el
eurocentrismo.

Una de las posturas más productivas


en ese proceso de descolonización,
des-occidentalización o des-moderni-
zación en que se inscribe la obra toda
de José Bedia, ha consistido en su
participación personal en lo que yo lla-
maría experiencias culturales unitarias, Buey suelto, 2004
Técnica mixta sobre pared, dimensiones variables
generalmente vinculadas al ritual, a las Col. Familia Bedia
festividades colectivas, pero también a
un sinnúmero de actividades y ocupa-
ciones cotidianas propias de nuestras
sociedades indígenas, populares, tradi-
cionales, donde, como sabemos, no se
presenta esa fragmentación y diferen-
ciación jerárquica de saberes y cono-
cimientos sobre el mundo que carac-
terizan al Occidente moderno. Y donde
“naturaleza” y “cultura”, por ejemplo,
no son concebidas como mundos se- 4
Alejandro Lipschutz: Perfil de Indoamérica de nuestro tiempo. Antología 1937-1962, Editorial
parados e independientes. Como parte Ciencias Sociales, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1972, pp. 229-251.

30
de ese amplio proceso de aprendizaje las formas normales, naturales, sino más importantes artistas de Cuba y de
o entrenamiento transcultural, Bedia también las superiores, y a incorporar Latinoamérica. De manera que el Arte
ha participado en un sinnúmero de elementos de juicio y de sensibilidad ha resultado ser mucho más fuerte.
experiencias y su obra artística se ha- que siempre nos pertenecieron y que Como esas células malignas que ante
lla repleta de testimonios de primera habíamos mantenido prejuiciosamen- la amenaza de un agente medicinal, an-
mano. Siempre he pensado que Bedia te ignorados, sofocados, al margen. tibiótico, son capaces de modificar su
ha debido escribir o hablar con más A diferencia de otros muchos artistas propia estructura genética o algo así, o
frecuencia sobre estas experiencias latinoamericanos y de otras regiones de mimetizar la de su organismo recep-
personales como parte importante de coloniales, su programa artístico no tor con tal de camuflarse y conservar
su proyecto artístico, sin temor a ser sólo ha incluido referencias temáticas su integridad, el Arte termina siempre
acusado de didactismo; hacer explíci- o alusiones simbólicas, que han sido por neutralizar las agresiones y discon-
to el verdadero carácter de su relación los recursos más empleados desde la formidades y convertirlas en poderosos
con los miembros de esas sociedades y época –aún no del todo cancelada– de anticuerpos. Toda la cultura occidental
grupos culturales, con sus individuos, los pintoresquismos localistas propios moderna –y el Arte como una de sus
con sus lugares, con sus historias, con del “indigenismo” y el “afronegrismo”, formas más acabadas– se ha sostenido
sus objetos, con sus rituales, porque en sino que se ha apropiado respetuosa- gracias a ese ingenioso mecanismo de
muchos casos han sido relaciones ba- mente de metodologías de creación, de defensa (sin olvidar, desde luego, que
sadas en la amistad directa, en la con- técnicas, de materiales, de soportes, de también ha contado con una amplia va-
fianza, en la familiaridad o en el com- formatos, todos ellos cargados de pro- riedad de mecanismos ofensivos para
promiso ritual, y cada vez menos en fundos significados culturales, capaces asegurar su continuidad y su suprema-
distanciadas aproximaciones librescas; de expresar por ellos mismos un amplio cía, como puede comprobar cualquiera
hacer aún más visible (más legible) la conjunto de conocimientos históricos, que se interese en los estudios del co-
manera en que estos acercamientos cosmológicos, filosóficos, rituales. De lonialismo).
han ido transformando su propia con- esta manera, José Bedia ha ejercido
cepción del mundo, su sistema de co- también con su obra una fuerte presión Esta especie de doble condición (de
nocimiento, sus métodos de creación, sobre las disciplinas que se han dedica- pertenencia impuesta por un lado y
sus pensamientos, sus sentimientos. A do al estudio del arte (especialmente la no-pertenencia deseada por otro) ha
pesar de lo que siempre ha pretendido crítica de arte), obligándolas a desviar- debido provocar en el creador una si-
la mentalidad occidental moderna en se de su vieja ortodoxia y a convertirse tuación conflictiva que siempre se ha
relación con las disciplinas y saberes (y en sucursales de la Antropología, o de mantenido discretamente soterrada,
desgraciadamente la creación artística esas nuevas ramas conocidas como pero que en modo alguno constituye
y literaria nunca ha sido considerada Antropología estética y Estética trans- un secreto. Bedia se halla desde hace
del todo como parte de esos saberes) cultural, lo cual puede considerarse muchos años en una encrucijada muy
los artistas son también productores de –en ausencia de las inevitables formas molesta, quizás dramática, producto
conocimiento, de teorías, y no “manos de conocimiento que deberán surgir de de esa bifurcación o disyuntiva entre
que pintan” o hacen objetos. Tengo la nuestras propios sistemas culturales, sus más profundos ideales éticos, es-
impresión de que al dejar sus teorías ya liberados del eurocentrismo– un téticos, culturales, y el destino real de
exclusivamente a cargo de la “visuali- gran paso de avance en relación con su obra dentro del mercado capitalista.
dad”, de la “objetualidad”, es decir, de la mirada superficial, despreciativa o El mercado le ha proporcionado, des-
la obra artística, Bedia corre el riesgo condescendiente que la Historia del de luego, determinadas recompensas
de perder el control sobre el significado Arte, la Crítica y la Estética han dedi- de orden material o económico, y ha
y la intención general de su trabajo, el cado siempre a estos asuntos. Todos ayudado indirectamente a la difusión
cual queda entonces a merced de las los que hemos tenido algo que ver con internacional de sus obras y de los con-
lecturas de los críticos, de los curado- Bedia, con el estudio de su obra, y con tenidos que ellas trasmiten, pero tam-
res, de los interpretadores, quienes no algunas de esas experiencias debemos bién ha impedido (o ha contribuido a
siempre contamos con todos los argu- estar agradecidos por esos beneficios. impedir) que esas ideas formen parte
mentos. O podemos desviarlos o adap- o interactúen dentro de un proyecto
tarlos a nuestros propios intereses. Pero seamos sinceros, aunque José Be- cultural más concreto, más específi-
dia nunca ha sido propiamente un ar- co. Creo que José Bedia vive –aunque
Lo importante, sin embargo, es que tista, tampoco ha dejado de serlo. Por a veces trata de olvidarlo– en una gran
esta posición estética, epistemológica, suerte (para algunos) o por desgracia tensión espiritual. Por una parte, el lado
ética y política de José Bedia también (según nuestro punto de vista) su es- profano, materialista, práctico: es un ar-
nos ha obligado poco a poco a trans- fuerzo ha sido en vano. Hasta el mo- tista contemporáneo exitoso que vende
culturarnos, y a hacerlo en esa misma mento no ha podido lograrlo. Después su obra en el mercado (aunque resulta
dirección “inversa”. Su obra nos ha de muchos años de inteligentes manio- interesante saber que nunca ha recha-
ayudado a desprendernos de algunos bras y sutilísimas escaramuzas, todas zado el uso de formas tradicionales de
lastres occidentales (coloniales) que sus tentativas por ser considerado algo intercambio, de regalo, de trueque o de
afectaban nuestras formas de ver, de más que un artista a la manera occi- pago en especies). Pero, por otro lado,
pensar, de valorar las prácticas esté- dental han terminado en un fracaso: es alguien que hace esas mismas obras
ticas, y que considerábamos no sólo José Bedia ha llegado a ser uno de los con un propósito muy distinto: para

31
Ndoki Malo, 1991, acrílico sobre papel
amate, 242 x 120 cm, col. Orlando Hernández

aprender, para transformarse, para tra-


tar de convertirse en alguien espiritual-
mente mejor. El mercado capitalista del
arte ha alejado inevitablemente la obra
de Bedia de sus destinatarios “natura-
les”, aquellos para quienes esos men-
sajes podrían resultar verdaderamente
provechosos, capaces de generar o in-
centivar cambios profundos, positivos.
Y no me refiero sólo a su alejamiento
de Cuba, donde sus obras apenas son
vistas, sino en general a su desconexión
de los ambientes culturales con los que
ha estado en contacto, y para cuyos in-
tegrantes su obra apenas existe, sobre
todo por hallarse insertada en ese siste-
ma de galerías, museos y mercado que
les resulta prohibitivo o que constituye
un circuito más o menos desacostum-
brado o ajeno. Desde luego que esta
circulación mayormente elitista es algo
“inversión” o en el objeto de especula- ca otra (nuestra) se debilita. Cada vez
consustancial al sistema del arte, pero
ción intelectual que su obra proporcio- que (sin proponérselo) estimula con su
en el caso de Bedia las consecuencias
na, con la posibilidad de que muchos obra la pasión exótica por lo “indíge-
de esta incomunicación resultan mucho
de tales espectadores y consumidores na”, por lo “africano”, por lo “afrocu-
más lamentables. Al hallarse a merced
lleguen incluso a ignorar, subvalorar o bano”, por lo “mágico”, por lo “ritual”,
de estos mecanismos, su extraordinaria
despreciar a esas culturas y de paso permitiendo que tales elementos sean
obra se dirige a un público “global”, o a
también a sus reales productores. Éste interpretados (o malinterpretados) co-
esa extraña “tribu” o comunidad cultu-
sería uno de los peligros que mencio- mo curiosidades “etnográficas”, es de-
ral formada por los coleccionistas, por
namos al inicio. Pero no el único. cir, como elementos culturales no sólo
los curadores, por los críticos, por los
diferentes sino inferiores a los de una
estudiosos, por los demás artistas, que
Cada vez que Bedia ejerce sus habili- supuesta cultura “culta” (y presumible-
si bien son capaces de interesarse sin-
dades como artista e incrementa con la mente “no-etnográfica”), su intención
ceramente por entender y descifrar mu-
calidad de su obra el “aura” o la jerar- estética positiva se deteriora, pierde
chos de sus contenidos, y disfrutar de
quía social y cultural del arte occiden- energía. Cada vez que Bedia traslada
su belleza, en otros casos pueden ha-
tal, su estética transcultural, su estéti- a sus obras todo ese rico bagaje de
llarse interesados sólo en los valores de

32
conocimientos y experiencias cultu- ran a un mundo distinto o separado del futuro que muchos imaginamos des-
rales y estéticas “tradicionales” está nuestro) indígenas, nativas, vernácu- jerarquizada, igualitaria y respetuosa
cooperando involuntariamente con la las, populares, tradicionales, y a cuyo de las diferencias.
reanimación artificial del arte de Occi- supuesto “estatismo” y “tradiciona-
dente, con su resucitación simbólica, y lismo” hemos cooperado también no- La Habana, noviembre de 2008
haciendo que resulte menos notoria su sotros mismos con nuestro exagerado
debilidad con respecto a la vitalidad y interés por lo “estético”, con nuestras
coherencia de esas prácticas estéticas intromisiones e interferencias “etno- Orlando Hernández (Cuba)
no-occidentales de las cuales su obra gráficas”, “folklóricas” y ante cuya Investigador y Crítico de Arte
orlandohp@enet.cu
ha partido. amenaza probablemente han reaccio-
nado de manera fingida, ficticia, com-
De cualquier forma, lo que permite a portándose de forma innecesariamente
Bedia conservar su espíritu positivo y conservadora, proteccionista, o de ma-
optimista a pesar de esos conflictos nera estereotipada y oportunista frente
y disyuntivas, es la confianza en que a los incentivos monetarios provenien-
alguna vez dejaremos de ser los Otros tes del mercado turístico. En el mejor
para volver a ser Nosotros mismos. No de los casos, estas intromisiones han
para convertirnos en los nuevos ocu- impedido o demorado el desarrollo de
pantes del Centro sino para recuperar nuestras propias modernidades (si es
al menos el lugar que verdaderamente que éstas fueran necesarias), introdu-
nos corresponde dentro de la infinita ciendo cambios y modificaciones a lo
variedad de culturas del mundo. En mejor indeseados. Quizás por eso me
ese empeño la obra de Bedia debe ser gusta imaginar la obra de José Bedia
vista como un ejemplar adelantado, no sólo como el producto de un indivi-
prematuro, del arte que con seguridad duo, de una subjetividad individual, de
serán capaces de hacer los integrantes un “artista” contemporáneo, sino como
de esas sociedades y grupos culturales la obra de un miembro aventajado de
que hoy llamamos (como si pertenecie- esa sociedad multitransculturada del

Espíritu de fuego, ca. 1987


Acrílico sobre lienzo, 100 x 100 cm, col. Orlando Hernández

33
mabel poblet

No todo lo que vemos es real, 2006. Técnica mixta, instalación, 25 x 19 X 6 cm

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34
ESTERIO SEGURA

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La historia se muerde la cola, 2008
Fibra de vidrio cromado, fibra natural y papel, 155 x 40 x 40 cm

35
tres que conservan la condi- alimenta esta forma de enca-
ción de inéditos–, en revistas rar el ensayo. Según sus con-
especializadas, y algunos con fesiones, él descree de la ob-
premios en importantes con- jetividad –aunque parezca lo
cursos literarios. La reflexión contrario– pues le parece algo
sobre obras, artistas, exposicio- falso e iluso “sólo en la me-
nes, eventos y etapas o momen- dida en que asumo la exalta-
tos del arte cubano, abarca un ción de mi subjetividad, en la
amplio espectro que va desde medida en que soy sincero en
maestros de la vanguardia del cada palabra, puedo, tal vez,
siglo xx hasta artistas jóvenes ser objetivo”.
que sobresalen en el panorama
actual de la Isla. Rufo esgrime la dúctil hibri-
dez del ensayo en la que se ar-
Agrupados en cuatro bloques ticulan, por igual, el argumen-
temáticos que contienen cues- to y la metáfora, o el ejercicio
tiones de orden historiográfico, poscrítico a la vez que la prosa
interpretaciones de poéticas, inspirada en la tradición más
críticas puntuales y juegos pos- densa del ensayismo de aliento
críticos, los textos se anuncian orteguiano, tan consustancial a
bajo sugerentes títulos, lo que la literatura del continente; es-
evidencia la cualidad del autor cribe desde las certidumbres
como excelente titulador, algo que ha madurado durante años
poco frecuente en el gremio li- de probar sus herramientas crí-
LAS AGUAS DE EXPIACIÓN DE terario nacional. ticas, una de las cuales tiene
RUFO CABALLERO que ver con el desafío que para
Rafael Acosta de Arriba Entre las coordenadas sus- él representa la exégesis del
tanciales que sostienen este arte y la necesidad de expre-
El pensamiento siente una voluminoso cuerpo crítico de sar sus ideas con pasión y luci-
fruición muy parecida a la más de cuatrocientas páginas, dez. Cuando reconoce que “la
amorosa cuando palpa el cuerpo hay una que sobresale desde especulación fértil, jugosa, es
desnudo de una idea. el primero hasta el último de uno de los cometidos menos
Ortega y Gasset los ensayos: la elegancia de un alienantes de la crítica”, nos
lenguaje a la vez que inspira- remite a aquella otra certeza,
Mucho se ha escrito y publica- do, con donaire, una prosa del ahora de Borges, de que el crí-
do sobre el arte cubano en los más exquisito linaje dentro de tico tenía que ser por encima
últimos años; tanto, que parece la tradición literaria cubana. de todo, y sobre todo, un buen
como si aún estuviese vivo el Aquí han sido despejados los escritor de ensayos.
gran boom que disfrutó nuestra extravíos retóricos, la adjeti-
creación a inicios y durante la vación sin sentido, y esa recu- La otra coordenada que deseo
década de los 90 del siglo pasa- rrente manía de “demostrar la subrayar, complementaria a la
do. Sin embargo, desvanecida la vasta cultura” del que escribe anterior, es el enorme apetito
efervescencia y pasada la moda a expensas de juicios propios, de conocimientos de que hace
del arte cubano en los principa- elementos que lastran una par- gala, lo que le permite multi-
les circuitos internacionales del te de la producción crítica na- plicar en dimensiones geomé-
arte, resulta curioso, mas siem- cional, en particular la menos tricas su saber sobre el arte
pre bienvenido, el incremento de experimentada. cubano y el arte en general.
la publicación en Cuba de estu- Así, establece analogías sor-
dios, investigaciones y aproxima- Caballero ha encontrado, y prendentes, cruza disímiles
ciones críticas sobre el tema. maneja con destreza, el algo- referentes, introduce citas ati-
ritmo del ensayo como prosa nadas y oportunas, emplea un
Se incorpora ahora Agua bendi- literaria de rango artístico per rico juego de las conjugaciones
ta. Crítica de arte, 1987-2007, se, combina el lenguaje culto más diversas y va construyen-
de Rufo Caballero, autor con con la frase coloquial, engarza do para delicia del lector, una
una docena de títulos publica- el conocimiento teórico con el arquitectura de razonamientos
dos en los últimos tres lustros, dicharacho del cubaneo más para legitimar hipótesis y pre-
profesor universitario y uno de auténtico, la imaginación es- supuestos teóricos.
los críticos más reconocidos peculativa con el dato que pro-
dentro y fuera del país, en te- viene del rigor académico. Se Si atendemos a las profeso-
mas que abarcan las artes vi- engendra de esta manera una ras, Lázara Menéndez, autora
suales, el cine y la cultura con- estrategia escritural que, sien- del enjundioso prólogo, y Ma-
temporánea en su sentido más do eficaz no cabe duda, alcan- ría de los Ángeles Pereira, de
amplio. za su mayor valor en el vigor y cuya mano es la abarcadora
en la esbeltez. y expresiva nota de contracu-
Pensar el arte es la divisa del bierta, es en el abordaje a la
libro, compilación de ensayos El autor reveló en uno de sus obra artística puntual de un
publicados, casi todos –salvo libros anteriores el credo que creador donde la empresa in-

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terpretativa del crítico alcanza dolo, las lecturas y los matices tura de ideas. Rufo nos muestra VISIBLE E INVISIBLE, CLARO
de manera particular niveles con que la información va con- la posesión de un lenguaje que EN EL BOSQUE
muy elevados. Diría que es la formando las preferencias del no puede decirse acabado aún, Luis Lorente
destreza y hondura de la mira- pensamiento, su sensualidad. precisamente y sólo por su per-
da fresca, entrenada una y otra sistencia de someterlo a cons-
vez en la ponderación de las No incurriré en la tentación tantes renovaciones y tensiones Mientras avanzo en la lectura
virtudes o defectos de una pie- de mencionar textos que me de perfección. de Visible e invisible, imagino
za, de una poética determina- interesaron más que otros; en la prodigiosa mano de Pedro de
da. Cabe añadir en este punto esta compilación se respira No albergo duda alguna de que Oraá –mano de pintor y de es-
algo no menos significativo del equilibrio de calidades, y cada Agua bendita… entrará al pa- critor, sin que la balanza pueda
libro y del estilo de su autor, ensayo aguarda por igual la norama editorial cubano por la inclinarse a un lado solamen-
su desenfado y naturalidad, su interrelación con el lector. Es puerta ancha o, como dice la te–, asistido por un pensamien-
valentía y honestidad al involu- un raro mérito en este tipo de Dra. María de los Ángeles Pe- to de hondo y abundante poder
crarse y correr los riesgos rea- libro. Como se podrá apreciar reira, será un acontecimiento reflexivo.
les del oficio en un medio en el durante la lectura de Agua ben- editorial. Diría más, le auguro
que impera la popular “teoría dita… aquí hay una mirada que reconocimiento, gustosa lectu- Se trata de un texto revelador,
del callo pisado”, o lo que es combina la sustanciosa entra- ra, seguros premios y, por su- lleno de observaciones incisivas
lo mismo, todo está muy bien ña académica (que mucho se puesto, las polémicas –su pre- que alumbran el ancho horizon-
mientras no me rocen aunque agradecerá por los estudiantes mio mayor– que gestará entre la te de las artes plásticas cuba-
sea con el pétalo de una rosa. de arte) con la variedad de en- crítica o, mejor aún, estoy se- nas; un compendio de ideas
Y es que el espesor del conoci- foques: semiológico, epistemo- guro de que propiciará los nue- avaladas por su condición varia
miento y la autoridad que éste lógico, desde la antropología, vos caminos interpretativos a la de creador, testigo y protago-
otorga, le son sumamente úti- los estudios culturales y, por crítica de arte en el país. En el nista imprescindible. Por tanto,
les a nuestro autor para ejercer supuesto, el estético. largo itinerario de aprendizaje- multiplicadamente valioso.
el criterio. desaprendizaje que representa
Armado del método de la metá- el arte cubano desde que es La recopilación de ensayos, ar-
En el libro desfilan bajo su mi- fora crítica, como diría el escri- estudiado por la academia y la tículos y notas breves que con-
rada las obras de muchos de tor cubano Alberto Garrandés, crítica, un libro como éste es forman este volumen aventuran
nuestros más relevantes artis- los juicios del ensayista pene- esencial para contribuir a su una especie de excursión, con
tas, desde la vanguardia del tran la materia del arte pero, a historia no escrita aún. requeridas paradas necesarias
pasado siglo hasta la actuali- la vez, la del contexto socio-his- en acontecimientos, épocas y
dad: Carlos Enríquez, Marcelo tórico donde éste se desarrolla. Guardo la íntima y plena satis- artistas, cuya trascendencia ha
Pogolotti, Mariano Rodríguez, Tales análisis están despojados facción de haberlo leído con la reclamado en su momento el
Raúl Martínez, Antonia Eiriz, de la rigidez o de las predispo- convicción de que constituye inevitable comentario de Pe-
Servando Cabrera Moreno, Nel- siciones de bandos y banderías, un aporte significativo a la en- dro de Oraá.
son Domínguez, Pepe Franco, provienen de la inteligencia; sayística nacional y, al mismo
Moisés Finalé, Rocío García, así se evita caer en fetichismos tiempo, a la gestación de un Este libro tiene la utilidad del
Juan Roberto Diago, José Toi- o simplezas a los que son tan pensamiento de la visualidad puente que posibilita la comu-
rac, Franklin Álvarez, Agustín dados los juicios políticos o en cubana que no cesa de crecer nicación no sólo entre las per-
Bejarano, Rubén Rodríguez, materia sociológica en el pano- pero necesita esfuerzos intelec- sonas muy vinculadas al mundo
Reineiro Tamayo, Cutty, Kadir rama cultural. Los análisis de tuales de esta envergadura. del arte; su inflexión alcanza
López, Aisar Jalil y, de mane- contexto, así como los de arte, esos límites pero los rebasa
ra particular, Arturo Montoto, surgen de una rigurosísima in- La Habana, octubre de 2008 para servir a un lector más am-
a quien dedica cuatro textos. vestigación y una amplitud de plio, interesado en la urdimbre
Otros ensayos tienen que ver fuentes que permiten la pon- Rafael Acosta de Arriba (Cuba) de las artes plásticas y, a la vez,
con momentos, etapas del arte deración madura a la vez que Investigador y Ensayista necesitado de asistencia en su
y asuntos de la sociología cul- autónoma del autor. racosta428@yahoo.com comprensión.
tural del país.
Que el lenguaje es pensamien- Libro semejante a una embar-
Visto de conjunto, el archipié- to, y a la vez un eficaz surtidor cación fabricada para acometer
lago de textos –según los llama de símbolos es fácilmente apre- un bosquejo alrededor de algu-
la Dra. Lázara Menéndez– se ciable en la prosa de Rufo Ca- nas zonas de la tierra del arte
ofrece como un código crítico ballero. El autor pule la frase, cubano, que comienza en el gé-
multidisciplinario sobre arte estudia los engarces de las imá- nesis mismo de las cosas con
cubano donde afortunadamen- genes, pondera las palabras que unos rápidos apuntes sobre los
te no abunda el empaque aca- va a utilizar, no sacrifica nunca precursores como José Nicolás
demicista y sí la iluminación y la forma a la vez que deja intac- de la Escalera, el primer pintor
amenidad de la buena literatu- ta la esencia de su discurso. En cubano, autor de los murales de
ra sobre arte. sus últimos libros, y en éste de la iglesia de Santa María del Ro-
forma particular (a pesar de ser sario. Y continúa luego con los
En esta selección se pone de un libro-compilación que cubre primeros grabadores: Vermay,
manifiesto el abolengo del gus- más de diez años de escritura), Mialhe, Laplante, extranjeros
to y, acoto de pasada, algo que se puede apreciar la construc- cuya visión –diríamos limitada–,
casi nadie acepta: el gusto no ción del estilo en el lenguaje del les impidió captar la realeza de
depende de la voluntad, al me- autor. Hay mucha racionalidad nuestro ámbito. Así pasa Pedro
nos totalmente. En él se incor- en esta prosa grácil a la vez que de Oraá también por Landalu-
poran, integrándolo e influyén- mucha sensualidad en la estruc- ze, el cínico; la fundación de

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la gran escuela San Alejandro, peja el tiempo. Un artículo que Acaba de salir de imprenta en en el espacio; “La terracota, la
en l818, y por Chartrand, uno rompe el cuerpo tradicional de Santiago de Querétaro, México: cerámica; lo más noble”: imá-
de esos pintores que no pudo la crítica para elegir otro len- Lescay, espíritu en formas, que genes en colores y coordenadas
aprehender en su totalidad los guaje como discurso, porque la en 177 páginas hace un amplio técnicas. La mano trasmite al
misterios del paisaje del país, mirada de Pedro tiene el don recorrido por la obra del artista barro su impulso de vida, por
a pesar de sus sublimes aproxi- de captar –y poder descubrir y plástico cubano Alberto Lescay ello quizá toda cerámica debie-
maciones al entorno cubano. describir– el reflejo poético de Merencio. Como se conoce, la ra considerarse sagrada; “Siem-
la obra plástica. plástica de Lescay está com- pre dibujar, ya sea mentalmente
En movimiento, a un ritmo con prometida con el descubrimien- o sobre un soporte cualquiera”:
sus pausas, el arte y la pintura Visible e invisible es un libro to (y la exposición) de la reali- con imágenes en blanco y negro
en particular, adquieren inde- que los lectores agradecemos. dad espiritual del Ser Humano o colores de diversas técnicas y
pendencia en este libro, e irán Las puertas que franquea, des- sumergida en su materialidad. materiales utilizados por el ar-
ganando esos espacios donde de diversos presupuestos, se Dicho así, parecería casi un tista. En el dibujo, a mi modo
el nervioso pincel deja atrás a han quedado abiertas, con todo cantinfleo de mi parte, pero de ver se manifiesta un Lescay
la academia, sus cánones y su listo para que la palabra siga no hallo otra manera de definir diferente, hecho a las sutilezas
ortodoxia. El autor se detiene hallando nuevos y más claros la relación entre Éste y El Otro de las tintas, el conocimien-
en el año 1927, para comentar en el bosque. lado de las personas, las cosas to de los soportes y, más que
la oleada moderna que irrumpe y los procesos históricos. Es todo, con un total dominio de la
con los nombres de Arístides Luis Lorente (Cuba) como si en la obra de este artis- línea; “Pintar es el divertimento
Fernández y Víctor Manuel, Escritor ta, la dialéctica histórico-políti- más sufrido que conozco”: un
mariaga@enet.cu
entre otros. Y después llega- co-cultural caribeña contuviera viaje por su obra pictórica más
rá Eduardo Abela y su Estudio muchos más elementos de los significativa, construida a partir
Libre de Pintura y Escultura, que se suelen tener en cuenta, de amplios trazos, mezcla de
Mariano y Portocarrero. De y el temple espiritual de todas técnicas, colores mayormente
modo que Pedro de Oraá, sin y cada una de las individuali- térreos y cálidos, libertad for-
pretenderlo, es capaz de tra- dades humanas que han sido, mal y compositiva y un estilo
zar sintéticamente un amplio son y serán, ocupara siempre el que, creo que para simplificar,
panorama de la historia de la primer plano. suelen llamar “expresionismo
plástica en Cuba. abstracto”, pero lo mismo in-
Hace unos años, el mismo que cluye objetos y personas reco-
Entre las páginas sobresalientes esto escribe creyó ver partir la nocibles que espacios y movi-
del libro quisiera destacar, de la obra de Lescay de tres momen- mientos que no vacilo en llamar
primera y última sección, algu- tos iniciales: magia, eros y vue- misteriosos.
nos textos de perfil ensayístico lo, para extenderse luego por
como “Entrada a la pintura cu- un camino que nadie mejor que La sexta parte consta de una
bana”, “Las afinidades de Orí- el propio creador definió con “Cronología ilustrada del ar-
genes”, “Trayecto de los Once”, la frase “Veo el espíritu y trato tista” (1950-2007); las fotos
“Una experiencia plástica: los de mostrarlo”. De eso se tra- en sepia y color que aparecen
Diez pintores concretos”, y “No- ta, hacer visible. Digo visible: relacionadas después de la cro-
ticias comentadas de la Galería algo que puede señalarse con nología, grafican momentos im-
Color-Luz”, de gran valor tes- la mano, ser descrito, poseer portantes en la vida de Lescay.
timonial. Pedro analiza en ese color. Además de su temática Y, por último, aparecen unas
texto la importancia y las fun- PARA VER EL ESPÍRITU centrada en la espiritualidad de “Referencias sobre el Artista”,
ciones de las galerías de arte, a Antonio Desquirón la raíz conga en la cultura cu- con bibliografías pasivas y ac-
las que considera instituciones bana, la obra de Alberto Lescay tivas; ilustraciones, fotografías
“filantrópicas y creativas”. Y, en Ignoro si curar un libro –orga- Merencio posee marcas estilís- y cubiertas con obras del autor,
particular, Color-Luz, creada en nizarlo, ser responsable de to- ticas muy personales. publicidad gráfica original, au-
La Habana en 1957 para la pro- das la imágenes, de todas las tores de palabras para catálo-
moción y venta del arte cubano viñetas, de todos los textos lo Concebido en cinco partes y gos, obras de, o sobre, Lescay
de vanguardia, e inaugurada mismo críticos que informati- dos anexos, el volumen reserva en otros soportes.
por el poeta José Lezama Lima vos– lo incapacite a uno para una sección a los textos críticos
quien, cuenta Pedro, la catego- escribir una reseña sobre el y cuatro más a las disciplinas No es justo cerrar la reseña sin
rizó en su discurso como “em- mismo. Pregunto, porque eso artísticas en las que ha incur- reconocer las delicadas viñetas,
palizada del bambú aporético estoy haciendo ahora y no me sionado Lescay: “Concibo la realizadas por Lescay expresa-
de las imágenes”. parece prudente atraer sobre escultura a partir del espacio mente para el libro, así como
este hermoso tomo un estrépi- total”: con imágenes en blanco la colaboración de fotógrafos,
En la sección segunda, la de to que no merece. Como creo y negro de todos sus monumen- diseñadores e impresores don-
los escritos más breves y de que el libro salió bien y tampo- tos y algunas de sus obras am- de se aúnan creatividad, saber
perenne ojo crítico en relación co me disgusta recordar todo bientales y de pequeño forma- técnico e imaginación.
con la más cercana contem- lo que hicimos –siempre des- to, así como sus coordenadas
poraneidad, sobresale por su de una ciudad del interior de técnicas. Quizá la escultura re- Para terminar, creo que el arte
naturaleza inconfundible el Cuba– para reunir en un espa- suma mejor que cualquier otra cubano contemporáneo debe
poema “El onomante” con el cio editorial armonioso y lógico manifestación lo que expresá- agradecer al Sr. José Oleszcovski
cual inicia el texto “Aisar y la la visión útil de la obra de un bamos en el párrafo anterior: Wasserteil, de México, el prin-
comedia humana”: volvamos al creador que está vivo y no cesa desde los héroes de la Patria cipalísimo papel que tuvo en la
festín/ nada aciago nada defi- de trabajar, me atreveré a ha- conmemorados hasta cuerpos materialización de un libro tan
nitivo/ la isla navega y se des- cerlo y que sea lo que sea. que surgen reclamando su sitio hermoso y oportuno sobre un

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creador residente, no sólo en la de fieras, de piñas y cenáculos, es la Uma Thurman de ese Kill la hipocresía llueve a mares.
isla de Cuba, sino en la orien- de arribismos y frivolidades. Un Bill que demanda la escena A las poses, el guiño vasco;
tal provincia de Santiago de mundo de farándula, en el que plástica cubana”. a la aparente mansedumbre,
Cuba: lograr un objeto editorial valen más la astucia y las rela- el chirriar de las cadenas y el
eficiente y atractivo lejos de la ciones personales que la inteli- No le teme a nadie. Para ella sadomasoquista dolor/placer
experiencia acumulada por las gencia y el talento. Un campo no hay mitos ni autoridades del látigo. Ésas son, en defi-
editoriales habaneras, podría minado donde, para salir ai- intocables. Con el látigo en la nitiva, las metáforas de nues-
señalar un interesante camino roso, se precisa de la megalo- mano, no entiende de conce- tras vidas: la rebelión tras la
para el libro de arte cubano. manía. “¿De qué vale escribir? siones, lo cual me parece de máscara de la aceptación y la
Sospecho que nos sostiene la una valentía estremecedora. defensa de la individualidad
Antonio Desquirón Oliva (Cuba) más pura y personalísima va- Aun cuando el “chuchazo” no tras la “jaula de hierro” de
Crítico de Arte nidad […]”, nos dice. Eso me viniera al caso, no importa. El Max Weber, tras el yugo de lo
desquiron@yahoo.com
parece genial, de una autenti- tema es el coraje de colocar la general-social.
cidad sin límites. sentencia en letra impresa.
El anterior es el penúltimo pá-
Claro, detrás de toda esa des- Tampoco le teme a la hipérbo- rrafo del ensayo (porque lo es,
fachatez, de ese descaro del le. De hecho, le encantan los con todas las de la ley) “Rocío
lenguaje, hay un rigor interpre- juicios categóricos, absolutos García. Proyecto para un exor-
tativo y una densidad filosófica fascistoides, como ese relacio- cismo sincero de la nación”. Y
de “a llorar que se perdió el nado con el dibujo de Adonis es también una de las mejores
tete”. La autora demuestra una Flores de la serie “Arañados” cosas que he leído sobre la ar-
descomunal habilidad para el (el de los inodoros), que por tista, escrito además con una
desmontaje del alcance semán- cierto, de entrada nos dice, belleza literaria fabulosa. Así
tico de poéticas y obras, así para darse pista, que lo tiene que anímate, Elvi, que no hay
como resulta impresionante su en su casa. motivos para llorar.
poder de asociación cultural, de
engarce y entrecruzamiento de Ahí va el juicio que les digo: Otro rasgo que tienen en común
significados. Sólo alguien muy todos los trabajos del libro, es
imbuido de los favores de la Esa misma obra fue rechaza- su aliento poscrítico. Elvia se
teoría y el pensamiento “duros” da en el III Salón de Arte Con- va siempre por la tangente; sus
puede llegar a conjugar de una temporáneo Cubano, en aque- aproximaciones son oblicuas,
manera tan orgánica el registro lla sección que se ideó para rizomáticas, descentradas. Nun-
más high con giros sumamen- la Fototeca de Cuba, “La idea ca directas o frontales. Para
te coloquiales, barrioteros, que dibujada”. Les puedo asegurar ella la crítica es un juego, una
frisan el desparpajo y la vul- que ésta supera con creces descarga en la que confluyen
VANIDADES Y RIZOMAS garidad. El resultado final es todas, absolutamente todas anécdotas, narraciones litera-
Píter Ortega Núñez prosa de una personalidad tan las que allí se mostraron. rias, chismes, divagaciones y
propia que perturba al lector, jodederas de todo tipo. Diga-
El observatorio de línea (Edi- lo desestabiliza. Lo “funde”. Y Y que sufran los voceros de la mos que toma sus objetos de
ciones Unión, 2008) es un también suscita envidias disí- mesura!!! estudio como meros pretextos o
libro antiacadémico. Grose- miles. Sanas y mezquinas. Elvia pies forzados para el lucimien-
ramente antiacadémico. Creo posee un estilo que la convierte No quiere decir esto que los to de sus virtudes escriturales.
que es el libro más bohemio en rara avis dentro del contexto textos de Elvia carezcan de Y para provocar, claro está. En
que he leído, y eso me fascina, insular, y eso no se perdona. Ni rigor. Para nada. Ella es rigu- el texto sobre Ernesto Benítez,
no puedo negarlo. Elvia Rosa se perdona ni se tolera. rosa en la medida en que se uno llega al final y apenas se ha
Castro se permite todas las li- caga en la retórica del “rigor”, mencionado al artista. La in-
cencias del mundo: numerosos Se trata de una prosa rica, que la “medida”, la “sobriedad”, terpretación es adyacente, ca-
neologismos, digresiones que se disfruta con creces. La autora consciente de que cuanto im- muflada. Lo que sí queda muy
ahondan en su vida personal (eso de “la autora” ya me está porta realmente es la solidez claro es que estamos ante al-
de manera arbitraria y antoja- dando cosa, no sé, me parece de la interpretación, y la cali- guien que, además de escribir
diza, declaraciones en extremo que estoy cayendo en la frigidez dad de la prosa. extremadamente bien, sabe un
egocéntricas. que impugné arriba. Ni un “la montón de filosofía, historia,
autora” más, Elvia y al carajo), Los análisis en torno a las obras antropología, teoría de la cul-
Elvia se mofa de las poses que además es mi amiga, usa de Adonis son de una consis- tura. Aunque también aprende-
academicistas afectadas, ple- mayormente oraciones cortas, tencia y claridad aplastantes. mos sobre la obra de Benítez,
tóricas de encartonamientos sin exceso de subordinadas, La lectura que hace de la pieza no hay que ser injustos.
y dobleces. Ofrece cientos de sin el vicio –tan frecuente en “Visionario”, por ejemplo, es-
trompetillas a la frigidez críti- nuestro contexto– de adjetiva- tableciendo nexos con las teo- El resto de los ensayos es igual-
ca, a la asepsia escritural que ciones innecesarias, estériles. rías del “panóptico” de Michel mente “de culto”, en especial
en nombre de la austeridad y el Y todo ello se agradece mucho, Foucault, resulta en suma reve- “Puras conjeturas”, “Retorno a
tino están conduciendo nues- al igual que ese humor delicio- ladora. Luego nos dice: la utopía…” y “Mariano Rodrí-
tro ejercicio del criterio hacia so que se respira en los textos, guez: el trasiego de las formas
terrenos de un enorme letargo, sutil pero efectivo, funcional. Los paradigmas mutan o se y la fijeza de su pintura”. Este
mediocridad, cobardía. Parece Humor, ironía, sarcasmo. Irre- relajan. El destino se cuece último es de una valía tal que
indicarnos a cada instante que verencia. Sobre todo irreveren- en el ritual del juego y en la debió ser premiado en “Guy
dejemos los simulacros de eti- cia. Ya lo dijo Rufo con la luci- complicidad de los bares, no Pérez Cisneros” 2008. Que no
cidad, que este “mundillo” es dez que lo caracteriza: “Elvia en concilios solemnes donde haya obtenido ni una mención

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resulta ridículo. Tal vez por no una idea más cercana de lo que experiencia práctica– remiten atravesar la vía en medio de
tratarse de un aprendizaje sus- acontece en las avenidas; múl- a los principios técnicos de la aguaceros, la convivencia en la
tentado en el didactismo burdo tiples intercambios que tienen acuarela, rebasada en la prác- calle de quienes hacen uso de
y esquemático, rígido. El de El- lugar sobre el asfalto. tica por Camejo a partir de su transportes y de quienes van
via es el aprendizaje que due- dominio de otros medios y sus a pie. En ese derrotero figuran
le, el que demanda neuronas De ese modo, el libro nos intro- especificidades. Lo que Tonel algunas vistas del Malecón, así
audaces. El que me gusta, en duce en el paisaje urbano hecho remarca, es un detalle bien como los diferentes túneles de
definitiva. por Camejo y de continuo con significativo en la pintura de La Habana. Los autos, que lla-
ese curso iluminador, un texto Camejo, responsable de las maban la atención por un prota-
Sábado 22 de noviembre, 2008 de Antonio Eligio Fernández cualidades que la luz alcanza gonismo fantasmagórico, ceden
(Tonel) nos recibe para condu- en sus obras, responsable tam- el paso en favor de la gente que
Píter Ortega Núñez (Cuba) cir con detenimiento la mirada bién de las trasparencias, los habita la ciudad. De eso dan
Curador y Crítico de Arte y también las reflexiones, hacia contrastes, las aguadas. Es la cuenta la progresión de la serie
piter.ortega@yahoo.es
el interior del proceso de crea- clave de cómo consigue pintar Sueño, y también de otras pie-
ción, su desenvolvimiento y sus los ascensos (o descensos) vo- zas sin título.
más íntimas y medulares moti- látiles, atrapar las vibraciones
vaciones. En consecuencia, el de los días intensos del verano, La ciudad vista con los ojos de
análisis de Tonel denominado: los desmedidos aguaceros, la Luis Enrique Camejo, puede es-
“Ciudad que son ciudades: pin- opacidad tropical de los invier- tar de verde, y mostrar su pro-
tura y espacio urbano en la obra nos, los tonos de la impacien- greso hacia el turquesa en en-
de Luis Enrique Camejo”, resul- cia, de la espera, del transitar tornos que inspiran una extraña
ta un recorrido singular que ubi- de ambas. simpatía. El glamour ilumina las
ca a La Habana como contexto vidrieras, y la luz alcanza sitios
esencial donde todo comienza Las 145 imágenes a color con de encuentro en los cuales figu-
para el artista, una urbe defi- que cuenta el libro, lo convier- ras imprecisas exhiben, en unos
nitiva y, sin embargo, distante ten en una suerte de galería, y casos, su solvencia; en otros,
de los estereotipos turísticos resume así un lapso temporal su desilusión. Un extraño fulgor
que la nombran. Una Habana, que va del año 2005, hasta el acompaña cada una de las tra-
como pude ver luego paso a presente. Semejante volumen vesías durante el día y también
paso, “construida” a partir de de piezas de Camejo, favore- las que ocurren en la urdimbre
las encrucijadas de quienes la ce, por una parte, el estudio discreta de la noche.
habitan, una y múltiple a la vez: acerca de esa obra centrada
en atmósferas, sentidos del es- en el paisaje urbano o en el Con un azul profundo sucede
VIAJAR CON CAMEJO pacio, del tiempo. tema de la ciudad –según se otro episodio. En él, describe
Caridad Blanco de la Cruz prefiera–, y también, la frui- de manera semejante una vista
Luego de haber encauzado ción contemplativa. hacia la calle desde el interior
Una visión citadina, donde la luz esas iniciales precisiones, To- de una galería y la Serie Pa-
dibuja la amplitud de la noche, nel repara en la seriedad (y el Pese a que el libro resulta sin namá. No importa el destaque
es la imagen que sirve de pre- compromiso), con que Camejo dudas un balance, la presenta- de otro lugar para esta ciudad
sentación al libro de arte titula- concreta la pintura, se detiene ción de las obras deja a un lado de Camejo, que son ciudades
do Luis Enrique Camejo Vento. en los pormenores de lo que de- el posible registro cronológico, como afirmara Tonel, un con-
La naturaleza de esa proposi- nomina “ritual” de acciones im- y se aviene a un particular or- cepto que la trasciende a ella
ción, el concepto que en ella prescindibles, y apunta lo que denamiento cromático marcado como enunciado de un espacio
se traduce, es la primera señal en él mismo son: “Acciones de por las portadillas y los detalles único, porque se nos muestra
que se nos da para ascender en apariencia manual […] que no de color en la esquina superior en un fluir que es más que un
pos de esa ciudad sobre la que desdicen nunca de la dimen- de las páginas. Las tonalidades hecho, mucho más que una su-
una y otra vez vuelve la pintura sión intelectual de la pintura”, y van a definir el ritmo, la suce- matoria de lugares.
de Camejo. La vista monocro- tampoco de lo tenido en el gre- sión de las piezas, aún cuando
mática de Madrid exhibida en mio artístico como oficio. no se destaquen las oscilaciones Un último capítulo de este li-
la portada, distingue el deseo en la intensidad de un mismo bro singular, y de los continuos
de dialogar y relacionarse con Esa visión de Tonel, respetuosa tono. El sobrio diseño de Eduar- desplazamientos que atestigua
la urbe española donde se en- e inclusiva, en relación con los do Moltó traduce lo ideado por a través de sus 154 páginas,
cuentra PrinterMan Industrias diferentes medios de expresión el artista: sugerir movimiento, lo constituyen una veintena de
Gráficas, lugar de impresión del arte contemporáneo, se de- conseguir incluso que el lector acuarelas y un pequeño grupo
en 2008 del libro que se había tuvo esta vez incluso en el sig- participe de él, en ese tránsito de piezas donde se presentan
proyectado. nificado que cobra el lugar don- cromático en que se suceden sus ferrocarriles. A modo de
de se materializan las pinturas los diferentes segmentos. conclusión, se reitera, desde
El espacio al cual nos asoma- de Luis Enrique Camejo pero, ellas, ese don para el contras-
mos desde la cubierta, recrea sobre todo, resulta precisa y es- Con el gris se inician los que te y la narratividad en el valor
un modo singular de iluminar clarecedora en los entresijos del podemos llamar capítulos gráfi- que posee Camejo; lo mismo
la oscuridad, ése que consi- proceso, entendido éste como cos, y es justo con la obra “Cru- con el óleo que con la pasta
guen las pinceladas del blanco totalidad. Su narrativa conver- zando 26”. Ella nos coloca de acrílica, o con la mezcla de
al rebasar las paredes de cris- sacional permite distinguir, casi plano en la avenida, en la ruta ésas y otras técnicas. Las acua-
tales, escribir anuncios en el ver, eso que él distingue como trazada por los automóviles, y relas nos dejan atisbar el fluir
aire y destellar incansables en los procedimientos más caros también por su estadía en las de sus ciudades de “agua y
el alumbrado público, sugirien- al artista, algunos cuyo origen gasolineras. Tenemos allí va- humo”, hablándonos desde lo
do así movimientos y también, –según su análisis y también rios momentos de espera para menos permanente, el tránsito

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fugaz, la travesía. No pueden menor la urgencia de desplazar tífica”, aún moviéndonos en la como “azarosos”, tan ficticia-
ser menos las atmósferas que esa necesidad de “decirse” ha- tan traidora como vistosa me- mente reales como ejemplos de
ha conseguido el artista, irre- cia el territorio, no tanto de la tafísica propia de la teoría del una verdad ficticia. Creo más
mediablemente contextuales, crítica y la denuncia, como el arte, debe su verdad a la fatal oportuno detallar aisladamente
cuando han querido aprehender de mostrar, y demostrar, que la subjetividad de una narración, algunos conceptos esgrimidos
esas calles nuestras, rutas de acción de “orquestar” (eso es de un cuento) se unen para tra- por el compilador que citar los
lo contradictorio y convulso de en definitiva toda compilación) zar un mapa de conocimiento, títulos exactos de cada capítu-
estos tiempos. una serie de documentos escri- una cartografía donde “pasión” lo, si bien los sintagmas que a
tos y teorizados por otros impli- y “verdad” se conjugan para continuación vamos a enumerar
El libro Luis Enrique Camejo ca un gesto para nada sencillo: levantar un testimonio teórico, vienen en defensa de esas “na-
Vento, consigue expresar de el de tomar partido, el de com- una narración crítica, en efecto, rraciones críticas” cuya impor-
manera diáfana, una coherente prometerse. de la producción artística cuba- tancia habíamos señalado con
personalidad plástica y es, aho- na (de dentro y fuera) durante anterioridad. Así los hechos,
ra mismo, una valiosa referencia Como bien dice Didi-Huber- el período histórico que se ini- en los capítulos citados nos
sobre el artista. En otro sentido, man, en su magnífico ensayo cia con la constatación de que encontramos con que la situa-
vierte al caudal del arte cubano sobre Brecht, Cuando las imá- el muro de Berlín había caído ción proyecta una “entrada al
una puntual reflexión acerca de genes toman posición, tomar para siempre (1993), y las pri- laberinto”, “una especulación
la pintura, a partir de ese viaje partido, o posición, es situarse meras señales (2005) de que el cartográfica”, una “autonomía
que es el libro mismo y cada dos veces, por los menos, sobre capitalismo económico triunfa- como espejismo”, unos “signos
una de las ciudades que se los dos frentes que conlleva la dor –en su voracidad y egoísmo discursivos, construcciones y
avistan, y las historias que con acción de encararse ante una brutales– se estaba devorando relatos”, unas “revisiones del
ellas se nos cuentan. determinada realidad, puesto a sí mismo, arrojando impune- mito”, unas “voces y subjetivi-
que toda acción electiva es fa- mente a la miseria a millones dades laterales”, unos “despla-
Caridad Blanco de la Cruz (Cuba) talmente relativa. Se trata, en de trabajadores, tal como pode- zamientos heterotópicos” con
Crítica de Arte y Curadora efecto, de afrontar algo, pero mos comprobar ahora mismo, desviaciones en “insularidades
cblanco@cubarte.cult.cu
también debemos contar con tres años después de aquellas y memoria”, o unos “descen-
todo aquello de lo cual nos incipientes señales. En efec- tramientos de representación y
apartamos, lo no seleccionado, to, lo más hermoso y válido de lenguaje”. Si bien la mayoría de
el “fuera de campo” que existe las “narraciones críticas” y los los textos están escritos, como
detrás de nosotros, que qui- “cuentos morales” es que nada no podía ser menos, por críticos
zá negamos pero que, en gran es fortuito (lo parece, eso sí), y y teóricos cubanos, también es-
parte, condiciona nuestro mo- nada se deja al azar. Por cierto, tán presentes visiones “desde
vimiento, por lo tanto nuestra “azar” es uno de los muchos el exterior”, pero corresponde a
posición, y consiguientemente nombres que posee la idea am- la inteligencia crítica y teórica
nuestro “equilibrio”. De ahí el pliada de toda “verdad en arte”. cubana lo mejor de la selección
peligro de toda compilación: si- No existiría ninguna “verdad presentada. Desde el magnífi-
túa, a quien acomete la acción, histórica” sin la pulsión prece- co prólogo de Rufo Caballero,
en el frágil y movedizo territorio dente de una “verdad cultural”, hasta los lúcidos y dolientes
desde el cual atisbamos, en el de una sospecha, de un indicio, ensayos de algunos de los pe-
productivo abismo de la duda, de un ínfimo rasgo iluminador. sos pesados de la especulación
tanto el éxito como el fracaso. Nunca, con anterioridad, una crítica de la Isla, o de la diás-
Nosotros, los más infieles, es compilación de textos teóricos pora cubana desperdigada por
una compilación de textos crí- sobre arte fue, sin parecerlo, el mundo, tal serían los casos
ticos y teóricos en torno al arte tan dialécticamente histórica, de Lupe Álvarez, Gerardo Mos-
cubano de los últimos quince tan interpeladora de un deter- quera, Magali Espinosa, Danny
años, realizada por Andrés minado momento en el tiempo Montes de Oca, o el ya citado
Nosotros, los más Isaac Santana, y que lleva en que, si bien se conocía “aque- Rufo Caballero, autores todos
infieles su subtítulo la muy importante llo que ya fue (1993)”, nece- de extraordinarias aproximacio-
Luis Francisco Pérez (más adelante explicaremos el sitaba del arte para atisbar “lo nes a la realidad artística cu-
porqué de esa importancia) y que indefectiblemente llegará bana, textos algunos conocidos
Comencemos por un lugar co- aclaratoria frase de “Narracio- (2005)”. con anterioridad, pero no por
mún, si bien necesario, para nes críticas” sobre la produc- ello menos admirables luego
situarnos en el justo emplaza- ción artística de la Isla, así Nosotros, los más infieles (mil de una segunda lectura. Si los
miento al que queremos llegar. como de artistas cubanos fuera apretadas páginas sin ningu- nombres reseñados son todos
Toda compilación es, en su más de ella. na concesión a la agradecida ellos, en mayor o menor medi-
natural esencia, un “decirse” a visualidad de la obra a la que da, conocidos en España para
sí mismo, una acción no des- Tanto el afortunado título (que estamos tan acostumbrados), quienes seguimos la actualidad
provista de una determinada potencia la cualidad ficcional reúne casi cien textos teóricos artística e intelectual cubana,
violencia blanca que el compi- de todo documento de cultu- agrupados en ocho extensos no resultaría menos apropiado,
lador se inflige a su propia inte- ra), como la no menos acerta- capítulos en los cuales Andrés por desconocidos e inespera-
ligencia, como demostración de da aceptación de que se trata Isaac Santana abre caminos dos, leer otras muchas aporta-
una determinada fe y honesti- de “narraciones críticas” (que para situar ese ingente magma ciones que configuran el vastí-
dad, indispensables para hacer privilegia el deseo de que la teórico dentro de unos cauces simo panorama orquestado por
creíbles, en un exterior tan difu- compilación no abandone nun- tan necesarios como subjeti- Andrés Isaac Santana, máxime
so como necesario, las tesis de- ca su cualidad “artística”, o si vos, tan indispensables como cuando desde este lado del
fendidas en la acción misma de se quiere, el mantenimiento de pasionales, tan rigurosos como Atlántico lo que se conoce del
compilar. Igualmente no sería la idea que toda “verdad cien- caprichosos, tan “científicos” arte cubano es siempre aquello

41
que –dirigido institucionalmen- artística española durante esos conocemos mucho –se diría que Luis Francisco Pérez (España)
te o no– sale al exterior, y no mismos años, no menos em- nos llega por ciencia infusa– de Crítico de Arte y Comisario
siempre con las mejores inten- blemáticos y decisivos por es- lo que ocurre más allá de nues- luisfran2121@terra.es
ciones, ni con el mismo grado tos pagos, aunque únicamente tras fronteras. Una mentira más
de honestidad. Caso aparte, se- fuera por derribar los falsos pe- de las muchas que nos confor-
rían los artistas cubanos que ya destales que siguen incólumes man. Nuestra ignorancia es tan
viven fuera de la Isla. en el pánfilo acomodamiento arrogante como burda y letal.
burgués que domina la escena Leyendo detenidamente Noso-
Junto a Fernando Castro, tuve artística española contemporá- tros… humildemente nos per-
el honor de presentar Nosotros, nea, teoría y crítica incluidas. catamos de ello. Humildemente
los más infieles en la librería también nos alegramos de que
del Reina Sofía de Madrid, y mi Dice bien Rufo Caballero en el un libro tan decisivo para en-
primera impresión del ambicio- prólogo: Nosotros… se burla tender y calibrar el arte cubano
so ensayo (es básicamente un de la pretensión de hegemonía durante los últimos quince años
ensayo, más que una acertada e a cualquier nivel. De hecho, se haya podido ser publicado por
inteligente compilación) fue de burla, con inteligencia sagaz, de una pequeña editorial española.
envidia. No tenemos en Espa- muchas más cosas. Entre otras, Madrid, noviembre 2008
ña nada parecido (ni de lejos) por ejemplo, de la pobre falacia
al respecto, y que diera una que supone creer, desde el mal
cabal imagen de la producción llamado Primer Mundo, que aquí

De la serie Espiral, 2008. Escultura en acero, 2 x 1.20 x 1 m

42
Galería
Excelencias
un nuevo espacio en Madrid
para el Arte Contemporáneo

Jorge López Pardo


Nuevo proyecto No. 1, 2008,
tiza grafitada sobre cartulina, 120 x 80 cm

La Galería Excelencias, un espacio dedicado a la promo-


ción, exhibición y comercialización del arte contemporáneo,
abrirá sus puertas para reflejar la labor de los artistas y las
obras más representativas de las principales tendencias de
las artes plásticas en las Américas y el Caribe.

La galería será inaugurada con una exposición de carácter


benéfico “Arte y Solidaridad”, la cual contiene obras de más
de cien artistas que han expresado su apoyo a los afecta-
dos en Cuba por los huracanes Ike y Gustav. Los fondos de-
Ángel Ramírez rivados de la comercialización de estas piezas serán íntegra-
Sin título, 2008, mixta sobre cartulina, 38 x 56,5 cm mente destinados a la ayuda de los damnificados.

La organización de la exposición ha sido posible gracias al apoyo


del Grupo Excelencias, la Fundación para el Desarrollo Humano
de América y el Caribe (FUCADHU), Iberia, el Club de León
y Ayuda en Acción, los cuales se han sumado al proyecto
“Galería Solidaria con Cuba Hoy”, de la Unión de Escritores
y Artistas de Cuba (UNEAC).

La Galería Excelencias se ubica en la Calle Magdalena No. 8,


en la esquina de la Plaza Tirso de Molina, entre el Teatro Apo-
lo y la Hemeroteca Nacional, en las inmediaciones del Barrio
de las Letras. Esta iniciativa busca insertarse en el propósi-
to del Ayuntamiento de Madrid de extender el ambiente cul-
tural de la ciudad.

La galería forma parte del Proyecto Cultural Excelencias,


para la promoción del arte contemporáneo a través de ex-
posiciones, conferencias, talleres y otras acciones; que in-
cluye además una revista impresa Arte por Excelencias, un
espacio virtual (www.galeriaexcelencias.com), así como un
Periódico Digital (www.arexnews.com), destinados a refle-
Ernesto Javier Fernández Zalacaín jar las principales tendencias, acontecimientos y noticias del
Toma de la Habana II, 2007
arte contemporáneo en las Américas y el Caribe.
Impresión digital / papel Luster Epson 3x
89,5 x 89,5 cm. Ed. P.A
43
na en el año 1936, y luego desde 1942 hasta 1944. Sus
estancias en La Habana fueron coincidentes con instantes
de máxima actividad cultural y marcaron derroteros ciertos
para la historia del arte y la cultura cubana. En la segunda
visita, Max Jiménez halló una ciudad en plena efervescen-
cia artística: exposiciones que hacen historia; pintores en
pleno desarrollo: Mariano, Portocarrero, Cundo, Diago; un
movimiento escultórico de primera línea; la presencia de ar-
tistas de diversas nacionalidades: Siqueiros, Reder, McNeil,
Lerner, Hidalgo de Caviedes; además de publicaciones e ins-
por José Veigas tituciones como el Lyceum, el Patronato de Artes Plásticas,
la Sociedad Nacional de Artes Plásticas en constante movi-
miento cultural. En uno de sus textos el artista, de cierta
forma, describe este ambiente: “La Habana tiene un lujo
de pintores fantástico, tantos y tan buenos que eso mismo
contribuye a cierta desvaloración. No los nombro porque son
de sutileza erizante, no se pueden encajonar juntos”.

En estas condiciones favorables se organiza su primera expo-


sición personal en la galería del Lyceum & Lawn Tennis Club,
donde presenta doce telas que abordan diversos temas entre
otros, varios referidos a personajes negros y mulatos que, se-
gún el escritor Salarrue, tienen en sus ojos la “tristura del in-
dígena”, y a los que nombra “negros con el alma melancólica
de indios”. Esta muestra llamó notablemente la atención de la
crítica y del público habanero. Pérez Cisneros lo incluye en su
imaginaria “Sala de la Amistad” y contrasta esta actitud tan
abierta ante el visitante con la que causó la exposición que
realizara en San José, años después, y que pasó prácticamen-
te inadvertida. El investigador Ramón Vázquez, en el texto
que escribiera para la gran exposición de Max Jiménez en el
Museo Nacional en 2002 afirma: “Pocas tradiciones artísti-
cas le deberán tanto a un solo artista como la costarricense
le debe a Max Jiménez”. Sin embargo, en realidad el medio
artístico de aquel país, ortodoxo y nada inclinado a aceptar las
vanguardias artísticas no podía asumir la obra de un creador
tan disconforme, inquieto y heterodoxo como él.

Retrato de Max Jiménez, por Maribona, 1929


Revista Social, La Habana, febrero, 1930

Si los archivos no se abrieran y se despreciaran como luga-


res inservibles y lúgubres, correríamos el riesgo de que per-
sonalidades como Max Jiménez Huete (1900-1947) fueran
ignoradas hasta en su propio país, a pesar de ser uno de los
artistas más significativos de Costa Rica, tanto en el campo
de la plástica como en el de la literatura.

Este trotamundos, escultor, pintor, dibujante, grabador,


fotógrafo, poeta y bohemio vivió y trabajó en La Haba-

44
En Cuba la situación era bien diferente. Las vanguardias,
desde la década del veinte, habían ocupado la “plaza” sin
derribar las murallas “enemigas”. Un cierto equilibrio man-
tenía la situación en algo así como una “paz beligerante”.
Académicos y modernos se repartían las instituciones, los
salones, las publicaciones y hasta los premios. Max Jimé-
nez, en nuestro medio, se rodeó de intelectuales como Guy
Pérez Cisneros, José Gómez Sicre, Enrique Labrador Ruiz,
Ramón Guirao, Jorge Mañach, por supuesto todos del bando
insurgente.

Hace apenas una década su obra ha sido reconsiderada por


críticos y especialistas después de haber padecido largos
años de olvido e indiferencia. Investigadores como Alfonso
Chase, Bernal Herrera, Luis Ferrero y Ana Mercedes Gon-
zález han contribuido a rescatar la memoria de un artista
que merece el reconocimiento y su definitiva inserción en la
historia del arte latinoamericano.

Por el momento guardamos el expediente Max Jiménez Huete


en la caja no. 24/ Expedientes de Artistas Extranjeros/ Letra
J. Esperamos volver a abrirla pronto ante el reclamo de una
información, o para archivar nuevos datos sobre el artista.

Noviembre, 2008

José Veigas (Cuba). Investigador MAX JIMÉNEZ


Al borde del abismo, ca. 1940-1941
monte@cubarte.cult.cu Óleo sobre tela, 76 x 61 cm, col. Jiménez-Odio

45
kadir
46 López nieves www.kadirlopez.com kadir@kadirlopez.com Agua natural, 2008
Técnica mixta sobre metal, 103 x 75 cm
www.diamontarte.com
Duelo, 2007
De la serie Sombras y reflejos, UV sobre papel fotográfico, 112 x 87,5 cm 47
José Manuel Noceda

Recuerdo que años atrás la información


sobre el panorama artístico centroamericano era es-
casa y confusa. Sobre países como Nicaragua era
más desalentadora aún. No por casualidad, una de
las exposiciones que intentó escrutar ciertas zonas
del istmo llevó por título Tierra de tempestades.
Nuevo arte de Guatemala, El Salvador y Nicaragua
(1994-1996), en alusión no a las inclemencias del
tiempo, sino a los avatares de esos países envueltos
en conflictos llamados de “baja intensidad”, que le
hicieron mucho daño. Indudablemente, esa inesta-
bilidad erosionó notablemente la proyección inter-
nacional del arte centroamericano y, en particular,
del nicaragüense.

Patricia Belli
Tatuado, 2007
Escultura, dimensiones variables

48
La situación que condujo las riendas Asimismo, Nicaragua cuenta con una mo Centroamericano, en Tegucigalpa
curatoriales de aquel proyecto ya no bienal nacional auspiciada por la Fun- (noviembre del 2008).
es la misma. Sin embargo, no creo dación “Ortiz-Gurdian”. A pesar de los
que éste sea uno de los enclaves con pesares, las bienales –vitrinas o no, Fue alentador hallar un panorama bien
mayor visibilidad en Centroamérica. A cuestionadas o alabadas–, continúan diverso, con destaque para la presencia
Nicaragua se le tiene más bien por un siendo plataformas útiles para evaluar mayoritaria de artistas jóvenes interesa-
país de poetas y escritores, dada su determinadas zonas del acontecer vi- dos en restituir la vitalidad a ese tejido
tradición literaria, heredada de figuras sual contemporáneo. Quizás funcionen cultural. Una somera observación de lo
tutelares como Rubén Darío y con- mejor, incluso, en el universo circuns- allí acontecido dejó entrever la puesta
temporáneas como Ernesto Cardenal, crito de lo nacional, como es el caso, al día en relación con los lenguajes y
Sergio Ramírez o Gioconda Belli; pero en donde permiten tomar el pulso y la medios de mayor actualidad. Si bien
también exhibe cierta tradición en el temperatura de manera acompasada a no quedaron ausentes la pintura ni el
campo de las artes plásticas, con Ro- una escena artística específica y bien dibujo, otras tipologías de lo artístico
drigo Peñalba, Armando Morales, el delimitada. trazaron las pautas principales, con én-
Grupo Praxis, Alejandro Aróstegui (de fasis en la instalación, el arte objeto,
hecho, uno de los tres fundadores de Así lo observé desde mi condición de el video, la videoinstalación, el género
Praxis) a la cabeza. jurado en noviembre del pasado año, documental o en obras tributarias del
cuando quedó finalmente inaugurada la web art y las tecnologías de la informa-
Después de estos nombres, la infor- VI Bienal de Artes Visuales Nicaragüen- ción. Hubo propuestas interesadas sólo
mación es mucho más escasa y frag- ses, una oportunidad inigualable para en cuestiones de lenguaje, otras inte-
mentada, y sólo sobresalen creadores acercarse a ese contexto y un buen ractivas, mientras buena parte de lo
aislados. Cuando se habla del arte con- medidor del quehacer contemporáneo expuesto confirió atención a problemas
temporáneo allí, una de las referencias en el país. A concurso se presentaron agudos de la realidad nacional, desde
obligadas es Raúl Quintanilla, artista y las propuestas de 39 artistas con 76 la perspectiva crítica del arte.
pensador agudo que lideró el colectivo obras. Desde el proceso de admisión
Artefacto (lo integraron además, David Como algo que siempre se agradece,
Ocón, Denis Núñez, Aparicio Arthola y más allá de la muestra del concurso, la
La bienal nicaragüense se está
Patricia Belli…), con una vida activa bienal facilitó un contacto más profundo
de 1992 a 2002, un grupo alternativo, convirtiendo en una plataforma con otras particularidades de la escena
ajeno a los manejos de la institución de lanzamiento de figuras nicaragüense, como las exposiciones
arte, y un hacer explosivo de raíz multi- emergentes paralelas. En primer lugar estuvo la
disciplinaria que tuvo gran impacto en apertura de la individual de Orlando So-
los medios intelectuales nicaragüenses. balvarro, Amerrisque en vuelo, en el Pa-
Su plataforma editorial fue la revista Ar- se pudo intuir algunas de las lagunas lacio de la Cultura, uno de los maestros
teFacto, con igual voluntad iconoclasta que inciden sobre la práctica artística del arte nicaragüense a quien se dedicó
y problematizadora. En la actualidad, nicaragüense, como las limitaciones en esta edición del evento. Otras muestras
Raúl edita la revista Estragos. la formación de los artistas, el desco- abiertas fueron Tres + una… Cuatro, co-
nocimiento del ABC en el diseño de la lectiva de los artistas Ricardo Miranda
La otra es Patricia Belli, creadora intere- información curricular, en la presenta- Huezo, Rodrigo Peñalba, Gabriel Serra
sada en tensar cuerdas entre las políti- ción de los trabajos, en la descripción y Laura Baumeister, en las Galerías del
cas de género y la autorreferencialidad, de los proyectos y sus racionales, en Centro Cultural Managua; la personal de
con un manejo versátil de los materiales la selección de las obras a someter a Patricia Belli, Estructuras y superficies
y de sus poéticas. Patricia está hacien- concurso y en su posterior puesta en y Metáforas del contexto, así como una
do mucho, además, por llenar los vacíos escena, o en sopesar la dimensión real de los estudiantes de La Espora, ambas
en la enseñanza del arte en su país. Es de un evento de esa naturaleza, por en la Sala Latinoamericana del Palacio
el alma y gestora de Espira / La Espora, sólo poner algunos ejemplos. Nacional de la Cultura.
prometedor proyecto inscrito dentro de
las acciones de pedagogía alternativa Al final del camino quedaron seleccio- La bienal nicaragüense se está convir-
–al estilo de iniciativas cubanas como nados 17 artistas con un total de 29 tiendo en una plataforma de lanzamien-
Galería DUPP, de René Francisco Rodrí- obras. Los dos premios estipulados en to de figuras emergentes. De ediciones
guez o Cátedra de Arte de Conducta, de las bases recayeron en Wilbert Carmo- anteriores provienen artistas como Er-
Tania Bruguera. La Espora se financia na (primer premio del certamen) y en nesto Salmerón, quien ya alcanza cierta
mediante patrocinios extranjeros, se Cristina Cuadra, mientras obtuvieron circulación regional y estuvo invitado a
nutre de las colaboraciones de artistas, mención Ricardo Miranda Huezo, Ros- la Bienal de Venecia. De este modo, el
curadores y críticos locales o foráneos, sana Lacayo, Marcos Agudelo y Zenelia evento puede considerarse mecanismo
y ya cuenta con aceptación en el istmo, Roiz. Esta cita integra un circuito bien significativo para evaluar la compleja
pues entre los matriculados figuran no articulado de bienales nacionales, de contemporaneidad nicaragüense, sope-
sólo alumnos de Nicaragua, sino tam- modo que estos seis artistas ya deben sar los aciertos y las limitaciones de esa
bién de Guatemala, Honduras, Costa estar alistando sus obras para repre- escena, y devenir, además, foco agluti-
Rica y El Salvador. sentar a Nicaragua en la Bienal del Ist- nador del endeble circuito de promoción,

49
circulación y consumo de la artes en ese
enclave centroamericano, si otras insti-
tuciones aunaran esfuerzos con ella y le
prestaran la atención que amerita. Por
lo pronto, se plantea hoy como espacio
de actualización al interior del país y
uno de los puentes posibles del entorno
en que se inserta.

Más allá de las tormentas que todavía


la sacuden, lo apreciado en Nicara-
gua testimonia un ligero despertar de
la visualidad del país. La propagación
de los medios mixtos y de las nuevas
prácticas artísticas, o las preocupa-
ciones en torno a la cultura global, las
condiciones culturales periféricas, los
problemas de identidad, la violencia,
la marginación, la historia, la hibridez
cultural, la transterritorialidad, las pro-
yecciones hacia el espacio público y la
ciudad como escenario o las nuevas
cartografías que diseña nuestra civili-
zación, constituyen algunas de las co-
rrientes de producción y pensamiento
que han influido y que funcionan como
claves esenciales para entender este
resurgimiento.

José Manuel Noceda Fernández (Cuba)


Investigador. Curador y Crítico de Arte
noceda@wlam.cult.cu

Cristina Cuadra
Columpio mombacho, 2007
Registro fotográfico-instalación
Dimensiones variables

50
Wilbert Carmona
Regalo, 2007
Video-instalación
Dimensiones variables

Marcos Agudelo
Desintegración 0.1, 2007
Técnica mixta
Dimensiones variables

51
Adriana Almada

Apuntes de una exposición

La invisibilidad del arte paraguayo en el escenario internacional no


se discute, es un hecho. Una costra de silencio envuelve la produc-
ción cultural del país. En el Cono Sur, inclusive, el Paraguay sigue
envuelto en brumas, apenas conocido por la literatura de Augusto
Roa Bastos y la brutalidad de Alfredo Stroessner.1

52
Cuando la crítica argentina Victoria Ver- La exposición se realizó a finales de El retorno de los brujos
lichak me propuso presentar una mues- 2007 en el Centro Cultural Recole-
tra de arte contemporáneo paraguayo ta, punto referencial del movimiento Fredi Casco trabaja desde hace varios
en Buenos Aires, ambas sabíamos que artístico en Argentina, bajo el título años el descalce, el ligero desplaza-
no sólo había que luchar contra este Paraguay esquivo y hoy está pronta a miento de la representación. Desde sus
desconocimiento sino también contra comenzar un ciclo de itinerancia por al- ensayos en polaroid, a finales de los 90
el prejuicio generalizado de los argen- gunas capitales de Sudamérica. Obras –cuando “retrataba” el aura de tallas
tinos que asocian al Paraguay sólo con de Bettina Brizuela, Fredi Casco, Sara religiosas barroco-guaraní sustrayén-
ciertas prácticas folclóricas y con una Hooper, Carlo Spatuzza, Ángel Yegros y doles toda sacralidad y sumergiéndolas
población marginal constituida mayori- Marité Zaldívar permiten vislumbrar la en el mundo del video–, hasta poste-
tariamente por empleadas domésticas condición, tan esquiva como seducto- riores instalaciones con las que provo-
y obreros de la construcción.2 ra, de un país que ha sido siempre “el caba desconcierto a partir de mínimos
sueño de nadie”.3 gestos, el artista propone fracturas en
las habituales coordenadas de percep-
1
La producción cultural del Paraguay tiene
una larga historia de invisibilidad, fruto de Privadísimo ción del mundo.
sucesivas guerras y dictaduras. En la segun-
da mitad del siglo xix, el Paraguay conoció Situada en la delgada frontera que La obra expuesta en Buenos Aires tie-
“la guerra grande” contra Brasil, Argentina separa (o vincula) lo público y lo pri- ne por título El retorno de los brujos,
y Uruguay. El país quedó en ruinas, con una vado, la obra de Bettina Brizuela gira vol. I: Los desastres de la Guerra Fría–,
población diezmada constituida mayoritaria-
mente por mujeres y niños. En el xx sobrevino
en torno a una cuestión medular: la y fue antes bien recibida en la Bienal
la guerra del Chaco, contra Bolivia. La primera reconsideración simbólica de la memo- de Porto Alegre 2005 y la Bienal de
gran dictadura fue la de Gaspar Rodríguez de ria, que pendula entre la construcción Valencia 2007. A partir de fotografías
Francia (1817-1840) y la última, la de Alfredo sociocultural y las íntimas pulsaciones adquiridas en el mercado de pulgas en
Stroessner (1954-1989). Tanto las guerras personales. Exploración, momificación, Asunción, Casco recompone el Para-
como las dictaduras han sido y son objeto de
excavación: un mismo procedimiento guay domesticado por 35 años de “paz
reflexión en la obra de varios artistas contem-
poráneos. que, en diferentes fases, exhuma el re- y progreso”. Son documentos que, sin
2
Esto se explica por la numerosa población
cuerdo, lo inmoviliza y lo proyecta. Pri- mayor trascendencia histórica, testi-
paraguaya asentada en Buenos Aires, resulta- vadísimo exhibe las huellas de la propia monian la actividad diplomática bajo el
do del exilio económico, que asciende a unos historia, desarrollando una arqueología régimen de Stroessner, actividad des-
dos millones y medio de habitantes. El Para- de la intimidad, concepto que bien po- lucida y rutinaria de la que se hacía eco
guay llega a casi seis millones de habitantes. dría extenderse a otras propuestas de la prensa cotidiana, con obsecuencia o
la autora. Mediante la impresión direc- resignación. Casco amplía las imáge-
ta de objetos de uso cotidiano sobre nes, originalmente de pequeño forma-
planchas de yeso, Brizuela traza un in- to, y las interviene digitalmente. Apo-
ventario de hábitos contemporáneos: el yada en breves pero precisos toques de
ritual de los días en un mundo ordinario humor, esta serie exhibe buena dosis
que no diferencia la rutina del heroís- de sarcasmo y alienta a explorar las ra-
mo, o bien, los funde en la vacuidad de mificaciones laterales, vitales, de la úl-
la producción serial. Son precisamente tima dictadura, cuyos rasgos violentos
esos contornos vacuos –muchas veces han sido aparentemente erradicados
heridos por la fuerza del desprendi- pero cuyos gestos banales han persis-
miento– los que definen la identidad tido en el protocolo del poder, hasta
de las cosas, articulando y reordenan- hace muy poco.
do las secuencias de un relato que ad-
quiere gran intensidad poética. Projects

el Paraguay sigue envuelto Sara Hooper llega a sitios extraños y


en brumas, apenas conocido hasta perversos por caminos conven-
cionales. De técnica casi renacentista
por la literatura de Augusto
y aire japonés en la paleta, su obra ha
Roa Bastos y la brutalidad de sido macerada en el claustro de las pro-
Alfredo Stroessner pias divagaciones y los propios miedos.
Projects es una serie a lápiz encarada
con vistas a la producción pictórica,
3
Expresión de la politóloga paraguaya Line
Bareiro.
apela al subjetivismo del intracuerpo.
Fragmentos viscerales se pliegan y
contrapliegan, como entidades fantas-
máticas que asumen las formas de las
sociedades y los individuos. De origen
SARA HOOPER. De la serie Projects, 2007
Grafito sobre papel, 30 x 45 cm argentino, con más de tres décadas de

53
residencia en el Paraguay, la artista ha CARLO SPATUZZA. De la serie Spatuzza Carterista, 2005. Instalación, carteras de mujer realizadas en
permanecido siempre “extramuros”. vejiga de vaca, acrílico, metal, goma y luz fría, dimensiones variables
Hooper no se ha integrado aún al cir-
cuito local del arte y su inclusión en
esta muestra ha sido un statement,
testimonio del hermetismo de un país
que se abre o se cierra aleatoriamen-
te. Su trabajo solitario –urdido puertas
adentro en una ciudad sin espacios pú-
blicos y con una vida cultural reticen-
te– da cuenta de la inadaptación pero
también de una actitud de resistencia
ante un Paraguay que oscila entre la
hospitalidad y la hostilidad para con el
extranjero.

Spatuzza carterista

Carlo Spatuzza dispone, bajo campa-


nas de acrílico transparente, extrañas y
sugerentes carteras de mujer realizadas
con vejiga de cerdo y herrajes antiguos.
Las presenta sobre precarias mesas de
metal –como las que se usan en los
mercados populares del Paraguay para
vender carne asada– utilizando los có-
digos de inventario de las grandes ca-
sas de diseño. Mediante este dispositi-
vo paródico elabora un “retrato social”
a partir de “objetos acompañantes”,
según los llama el artista. Al igual que
las personas, cada una de estas carte-
ras tiene nombre y olor, piel y memoria.
Los rótulos, en guaraní, ofrecen claves,
si bien encriptadas, para aproximarse a
la trama de tensiones y conflictos que
evocan las piezas.

Sometida a largos procesos químicos,


la materia de estas obras adquiere un
refinamiento poético, más que visual
y táctil. La delgada membrana ani-
mal marca el límite entre el afuera y
el adentro, configurando un espacio de
frontera sobre el cual se imprimen los
acontecimientos. Superficie y órgano,
la piel –gran fijador de perfumes– es
el soporte que retiene lo evanescente.
Así, estos cuerpos traslúcidos incitan al
consumo de historias preservadas en-
tre veladuras, típicas de una sociedad
conservadora.

Réquiem

Desde sus inicios, en los años 60, la na-


rrativa visual de Ángel Yegros ha estado
signada por la seducción de los detritos.
Si bien ya entonces incluía en sus obras
elementos de procedencia diversa (des-

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BETTINA BRIZUELA. De la serie Privadísimo, 2003-2005. Impresión de objetos cotidianos sobre yeso blanco.
Instalación, dimensiones variables, 30 x 10 x 3 cm cada pieza

de chapas de publicidad callejera hasta utopía. Agitando su solitaria carnadura, colectiva, desde una posición romántica-
uñas y pelos humanos), recién a partir estas obras anudan el tiempo cósmico restauradora y al mismo tiempo crítica e
de los años 80, seducido por la poéti- y el tiempo humano, el tiempo natural irónica”, según sus propias palabras. La
ca de Tinguely, su lenguaje se afirma en y el tiempo biográfico, el tiempo magno iconografía institucional del país (mapas,
el uso reiterado del desecho industrial y el tiempo nimio. En el cruce de estos banderas, escarapelas) ha sido incluida
y se enriquece luego con la utilización tres ejes, la apelación a lo orgánico re- y reformulada en muchas de sus obras,
ecléctica de materiales: vidrio, metales, sulta del deseo de constatar la existen- en las cuales se hacía visible la tarea de
piedras semipreciosas y fibras naturales. cia de un núcleo vital en un país cuyos reconstrucción cultural emprendida por
A éstos hoy suma elementos orgánicos y recursos naturales son cotidianamente las mujeres en el Paraguay, después de
resinas químicas. En esta obra el artista expoliados. la guerra del 70, labor reparadora que al-
despliega una trama de saberes antiguos canza rasgos terapéuticos. En esta oca-
y referencias lingüísticas al Paraguay an- Banderas sión, las “banderas” tienen una función
cestral y al de su propia biografía. La simbólica diferente: no fijan un código
mitología personal se aloja en los bordes El trabajo de Marité Zaldívar exhibe identitario sino que, apropiándose de
porosos de la historia colectiva. Réquiem una vinculación estrecha con las cultu- elementos de la naturaleza, se instalan
responde a una “poética de los bordes” ras originarias y los hábitos rurales de por encima de diferencias y particulari-
(donde prima lo indefinido) y apela a la la sociedad mestiza, relevando la deu- dades. Estos paños tejidos con algodón
energía de la cosa misma: no estamos da histórica, social y ética que el Para- en capullo, semillas, cortezas de árbol,
ante la perspicaz crudeza del objeto en- guay, como país, tiene con los pueblos tabaco o ajo, apuntan a una propuesta
contrado sino frente a la alquimia de la indígenas que hacen parte de su tejido filosófica de armonía. “Nuestra identidad
materia. Yegros somete a sus criaturas social y sobre cuyo territorio ancestral es un pasaje de la materia”, dice la ar-
a enfrascamientos sucesivos, generando ha desarrollado su vida como nación tista. Una materialidad contemporánea,
cápsulas traslúcidas, ambarinas. Envasa independiente. a la que ella llama “premoderna” y que
al vacío trozos de madera calcinada, una tiene aire de conjuro o encantamiento.
gigantesca piel de víbora o una forma- Marité Zaldívar construye su teko (ma-
ción marina fosilizada. Suspendidas en nera de ser y estar en el mundo, en Adriana Almada (Paraguay)
apresurada envoltura, son crisálidas de guaraní) a partir de la materia. Trabaja Curadora y Crítica de Arte
memoria que evocan la amenaza o la “la reposición de la memoria personal y aaalmada@click.com.py

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Entrevista a
Lourdes
Fernández
Directora de ARCOmadrid 2009

¿Cuáles fueron a su juicio los principa- noamericanos en Europa. Junto a ellos se Cada uno de estos espacios expositivos
les logros de ARCOmadrid 08, y en qué presentarán prestigiosas galerías españo- tiene su propia historia en ARCOmadrid.
medida influyeron en la concepción del las, europeas y norteamericanas que re- Expanded Box es la evolución del progra-
certamen para el 2009? flejarán una amplia visión de la práctica ma dedicado a la aplicación de las nue-
El principal logro de la pasada edición artística actual a nivel mundial. vas tecnologías en la creación artística,
fue su consolidación como una de las que comenzó llamándose The Black Box
líderes en el panorama de ferias inter- ¿Qué representatividad han tenido el arte hace cuatro años. Performing ARCO es
nacionales, así como la tendencia al alza latinoamericano y caribeño en las edicio- una de las apuestas más recientes para
de las ventas, el aumento del número de nes de ARCOmadrid, y qué se espera en mostrar una disciplina artística menos
coleccionistas nacionales e internaciona- esta edición? frecuente en los circuitos comerciales,
les y la creciente presencia de galerías Latinoamérica ha sido siempre una de pero que aporta retos y planteamientos
de Asia y América Latina. nuestras señas de identidad. La presen- estéticos en el panorama de las nuevas
cia de Brasil, invitado de honor el año tendencias.
¿Cómo ha afectado la crisis económica a pasado, simboliza la apuesta por refor-
la feria, en cuanto a expositores y países zar el protagonismo del continente Ibe- SOLO PROJECTS es una sección conce-
participantes? roamericano en la Feria. A raíz de esto, bida para los proyectos de artistas indivi-
Tal y como se comportan los aconteci- esperamos que se siga consolidando año duales. En la elección, ¿se ha tenido en
mientos, es necesario estar a la expecta- tras año la presencia de galerías, no sólo cuenta el principio de representatividad
tiva. Espero que la cultura, en su sentido brasileñas, sino de toda Iberoamérica, tal por tendencias y regiones?
más amplio, no se vea gravemente per- y como podrá constatarse en esta edición Estos artistas han sido seleccionados
judicada por la crisis y que la situación donde el público encontrará numerosas por un grupo de prestigiosos comisarios
se estabilice. Confío en el arte contem- salas de Brasil, Colombia, Argentina, internacionales: Moacir dos Anjos, Colin
poráneo como excelente valor-refugio México y Perú. Chinnery, María Inés Rodríguez, Virginia
porque su revalorización no depende de Pérez-Ratton, Susanne Neubauer, Jacopo
las fluctuaciones financieras, sino que ¿Qué papel concede ARCOmadrid a la Crivelli Visconti, David G. Torres y Alistair
tiene su propia dinámica. Al igual que gestión comercial? ¿Cómo ha logrado ar- Hicks. Si bien hay una gran diversidad
otros bienes tangibles, como las antigüe- monizarla con los presupuestos cultura- geográfica que cubre prácticamente to-
dades, los vinos o los metales preciosos, les y artísticos que sostiene la Feria? dos los continentes, no es el criterio re-
las obras de arte son bienes físicos con ARCOmadrid es una feria comercial. Por gional el que ha primado en la selección
valor en sí mismos, y es en períodos de eso, para nosotros, la gestión comercial sino la calidad artística, un principio que
recesión económica cuando muestran su es básica y, en este sentido, el coleccio- va más allá de las fronteras y las nacio-
mejor cara en la obtención de rendimien- nismo nacional e internacional constitu- nalidades.
tos. La gran obra de un artista reconoci- ye otra de sus grandes fortalezas. Faci-
do nunca va a perder valor. litar que los coleccionistas de primera ¿Cómo valora el lugar que ocupa hoy AR-
línea visiten Madrid, incentivar la ad- COmadrid entre los eventos internacio-
¿Cuáles son las regiones y países más quisición de arte español e internacional nales de las artes plásticas?, y ¿cuáles
representados? y fomentar el joven coleccionismo, son son sus perspectivas de desarrollo?
Estamos constatando una presencia líneas de prioridad a partir de presupues- ARCOmadrid ha logrado consolidarse, a
cada vez mayor de salas de mercados tos culturales y artísticos que satisfagan lo largo de estos años, como una de las
emergentes, sobre todo del asiático, con la demanda de los coleccionistas y los ferias de arte contemporáneo más presti-
importantes galerías de China, Corea y amantes del arte. giosas del mundo. El reto ahora es man-
Japón, además de la India, país invita- tener esa posición. Las perspectivas son
do especial en esta ocasión. También se PERFORMING ARCO y EXPANDED BOX seguir creciendo en calidad, hacer un
consolida la relación entre ARCOmadrid constituyen también otras secciones im- gran esfuerzo por afianzar nuestro colec-
e Iberoamérica, ya que uno de nuestros portantes en la edición del año 2009. cionismo, y trabajar en algunos cambios
principales objetivos es servir de cauce ¿Contribuyen a actualizarla en las nuevas para conseguir que ARCOmadrid tenga
a la promoción de galerías y artistas lati- tendencias del arte contemporáneo? personalidad propia.

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RENÉ FRANCISCO
INTÉRPRETE
Nuevos trabajos en el barrio Buena Vista
www.renefranciscorodriguez.com
Exposición colateral a la X Bienal de La Habana
27 de marzo / 27 de abril

Galería
Villa Manuela
Calle H, no. 406
e/ 17 y 19, Vedado,
Ciudad de La Habana,
+537 832 2391
LOS CARPINTEROS
Alto parlante - Cohiba (díptico), 2007 www.loscarpinteros.net loscarpinteros@cubarte.cult.cu
WC/paper, 153 x 112 cm
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juan carlos
alom
marianalomj@hotmail.com
www.juancarlosalom.com
La Ceiba, 2008
Plata sobre gelatina, 37 x 37 cm
rené peña
ellisale@yahoo.com

Minerva, 2007
De la serie Untitled Album
Impresión digital, 100 x 134 cm
Edición de 5
Sección coordinada por
Ares (Cuba)
Humorista gráfico
www.areshumour.com

Cristóbal Reinoso nace en Santa Fe, Argentina, en 1946.


Comenzó haciendo dibujos animados para televisión pero muy pronto se
dedicó de lleno al humor gráfico. Desde el año 1973 publica diariamen-
te en el periódico Clarín, de Buenos Aires. Colabora con publicaciones
argentinas y extranjeras dedicadas al género. Ha editado varios libros
que recopilan su trabajo en esas publicaciones, y ha obtenido numerosos
premios en salones internacionales de humor gráfico.

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La mejor oportunidad para conocer las nuevas propuestas de la pintura, la escultura y el arte conceptual multimedia de
Latinoamérica será del 27 al 30 de marzo, cuando Merrill Lynch arteaméricas –la primerísima feria de arte latinoamericano–,
reunirá las obras de maestros y jóvenes talentos en el Miami Beach Convention Center.

Durante cuatro días se ofrecerán a la venta obras de pintores y escultores de relevancia internacional como Fernando Botero,
Lygia Clark, Wifredo Lam, Armando Reverón, Jesús Soto, Rufino Tamayo y Joaquín Torres-García. Asimismo, Merrill Lynch
arteaméricas abrirá las puertas del futuro al mostrar lo más reciente de la vanguardia latinoamericana, representada por artistas
como José Bedia, Tony Bechara, José Pedro Costigliolo, Eduardo Chapela, Bastón Díaz, León Ferrari, Carmen Herrera, Kcho,
Hugo Zapata, entre otros.

Cerca de 70 de las mejores galerías de las Américas y España estarán representados en esta séptima edición de Merrill Lynch
arteaméricas. Entre las que han confirmado su presencia están: Aldo de Sousa, Alvear Arte, Fundación Alfonso y Luz Castillo /
Arte x Arte, Archimboldo, Del Infinito Arte, Dharma Galería, Fundación Leopoldo Torres Agüero, GM Espacio de Arte, Pabellón
4, Javier Balina, RO Galería, Van Eyck Galería de Arte y Vía Margutta Arte Contemporáneo, de Argentina; Fundación Es Art
y Salar Galería de Arte, de Bolivia; Alonso Arte, Galería El Museo, Galería Entrearte y Galería Sextante, de Colombia; Galería
Jacob Karpio, de Costa Rica; dpm Arte Contemporáneo, de Ecuador; Galería Fernando Pradilla y Joan Guaita, de España;
Galerie Bourbon-Lally y Galerie Marassa, de Haití; Alfredo Ginocchio, Aqua Gallery, EDS Galería y Quetzalli, de México; Galería
Arteconsult, Aleman y Grimberg, de Panamá; Artco Galería, Enlace y La Galería, de Perú; Alinka Arte Contemporáneo, Arawack,
Arte Berri y Lyle O. Reitzel Gallery, de República Dominicana; Galería Sur, de Uruguay; Artepuy, Galería Durban Segnini, Galería
Okyo, Henrique Faría Fine Art y Juan Ruiz Galería, de Venezuela.

Estados Unidos está representado por Aldo Castillo Art Gallery, Chicago; PanAmerican Art Projects, Dallas; Alejandra von
Hartz Fine Art, Amat Gallery, Arévalo Arte, ArtSpace / Virginia Miller, Art Vision Gallery, Beaux Arts, Cernuda Arte, Dot Fifty
One, Hardcore Art Contemporary Space, Diana Lowenstein Fine Art, Durban Segnini Gallery, dpm Arte Contemporáneo, Latin
Art Core, PanAmerican Art Projects, Praxis International Art, Sammer Gallery, Signature Art y The Americas Collection, Miami;
Cecilia de Torres LTD, Galería Solar, Henrique Faría Fine Art, Latin Collector y Leon Tovar Gallery, Nueva York; A. Cueto, Gómez
Fine Art y Latitude Art Project, Puerto Rico; Ruiz-Healy Art, San Antonio; y Blue Morphos Gallery, West Palm Beach.

Prestigiosos museos e instituciones respaldan a Merrill Lynch arteaméricas. De la Florida participan: Arts Connection,
Bass Museum, CIFO/ Cisneros Fontanals Art Foundation, Lowe Art Museum, MAM / Miami Art Museum, MOCA / Museum
of Contemporary Art, Museum of Art Ft. Lauderdale, Rubell Family Collection, The Patricia & Phillip Frost Art Museum, y,
acompañados por el Museo del Barrio de Nueva York, MoLAA de California, Museo de Arte de Puerto Rico, la Colección Patricia
Phelps de Cisneros de Caracas, Venezuela y el Banco Interamericano de Desarrollo de Washington D.C.

Merrill Lynch arteaméricas está dirigida por Leslie Pantín, presidente; Emilio Calleja, vicepresidente; y Diego Costa Peuser,
director de arteaméricas y publicador de Arte al Día Internacional y director de la feria PINTA en Nueva York. Merrill Lynch
vuelve a ser el patrocinador principal de arteaméricas por séptimo año consecutivo.

Para más información visite

www.arteamericas.com.

EXCELENCIAS AC /4
7A FERIA ANUAL DE ARTE LATINOAMERICANO

MARZO 27-30, 2009


MIAMI BEACH CONVENTION CENTER
arteamericas.com

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