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Algunos objetos son capaces de combustionar generando así el ambiente necesario para crear
energía en forma de luz. La luz emitida por estos objetos hacen posible la diferenciación de
materia a nuestro alrededor. Diferentes intensidades posibilitan el reconocimiento de
diferentes objetos.
La combustión creada en nuestro interior, que es quien alimenta el alma, nos permite gozar de
nuestra vida llenándola y permitiéndonos reconocer diferentes emociones.
La teoría de la caja de fósforos, expresada por Laura Esquivel en “Como agua para chocolate”
nos sugiere que todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior; y al combustionarse
los fósforos, alimentan la energía del alma, creando así una momentánea sensación de felicidad.
En el momento en que el alma no cuenta con la energía suficiente para vivir, cae perdida en una
deprimente obscuridad, de la cual se dificulta cada vez mas el poder escapar… llegamos a caer
como en un espiral…infinitamente.
Se dice que cada fósforo necesita, para poder encender un detonador y un ‘’oxigeno’’ que
alimente el fuego. Cada cierto tiempo nos encontramos ante destinos detonantes, quienes
reviven una nueva explosión. En la autentica elaboración de un fósforo, para que este arda es
necesario oxigeno, que lo haga combustionar y una vela, quien ayuda a la masa a prenderse. El
aliento de una persona querida, este soplo es lo que en nuestro caso remplaza al oxigeno.
Mientras que esa vela, tenemos que descubrirla nosotros mismos. Una ayuda, algo que genere la
primera chispa. Puede ser cual quiero tipo de alimento para el alma, como una canción o una
sensación o tal vez incluso un recuerdo….alguna caricia que nos recuerde o algo que nos haga
sentirnos deslumbrados, iniciando así el fuego.
Debemos pero tener cautela al momento de encender los cerillos, debido a que una emoción
demasiada intensa genera una llama tan resplandeciente que nos posibilita observar el camino
olvidado y nos llama a querer recorrerlo nuevamente, dejando así al cuerpo inhabitado y frío.
Laura Esquivel nos da un claro ejemplo de este ultimo punto en el capitulo 12 ‘’tortas navideñas’’
‘’…sentía que estaba llegando al clímax de una manera tan intensa que sus ojos cerrados se
iluminaron y…apareció un brillante túnel…un silencio mortal se difundió…la tomo poco tiempo
darse cuenta de que Pedro había muerto…”
Lo que aquí ocurre es que Pedro es superado por el éxtasis alcanzado junto a su mujer
anhelada ,Tita, y se ve atraído por una fuerza muchas veces mayor a la de la voluntad , la
necesidad de saber de donde viene, volver al origen!
Creo que es claro que la intensidad de la luz nos muestra diferentes objetos, es distinto lo que
se distingue en la noche, tan solo con la luz de la luna a lo que podemos observar con la luz del
sol. Pienso que dentro de nosotros existe algo que nos permite identificar lo que sentimos , una
luz que nos permite ver esos sentimientos, sin ella no podemos sentir, o no sabemos lo que es
sentir, y llega un momento en que la luz emitida supera lo cotidiano y nos deja ver algo de lo que
no sabemos nada, ‘’un túnel’’ o cualquier cosa que incita nuestra curiosidad, que solamente por ser
humanos la poseemos, esto , de una manera inconciente nos atrae, y muchas veces nos
encontramos sumergidos de un lugar sin escapatoria.
La teoría de la caja de fósforos reúne todas estas ideas y las expone de una manera mas simple,
relacionando con algo conocido y fácil de relacionar, como los fósforos. Pienso que esa relación o
comparación tiene sentido debido a que si analizamos ambas idas por separado, concuerdan.
Laura Esquivel encontró así, a través de la abuela de John, una manera simple de explicar lo que
de fuerza a nuestra vida, lo que impulsa seguir sintiendo a pesar de que eso implica, sentir no
solo sensaciones agradables si no desagradables. Nos explica en una reacción química como
funciona nuestro mundo interno, que es lo que lo mueve y cual es su alimento para mantenernos
vivos.
Estar vivos no solo significa estar conciente y determinar nuestro propio camino, sino ser
posibles de sentir las emociones que relacionan a cada acto o suceso de nuestra vida con nuestra
felicidad. Una persona que no es capaz de sentir, no vive.
Anais González
Cuenca Ecuador
Ensayo sobre Masa para fósforos, libro:
Como agua para chocolate de Laura
Esquivel