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Fecha captura: 15/07/2005 Fecha artículo: 14/04/2005
URL Original: http://www.intramed.net
Recopilado por: Dani (trufito) Autor artículo: Dr. Checcacci
Título: Lactancia materna y lactancia artificial
Asunto: El Dr. Checcacci, es editor responsable de IntraMed en la especialidad de Pediatría.
http://www.clubdelateta.com
El contenido de este artículo esta recogido a través de canales públicos vía Internet de acceso general. La publicación en
este documento es meramente de difusión pública debido a su interés en opinión del recopilador y debe ser acogida
como tal. Gracias.
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Actualización pediatrica
Lactancia materna y lactancia artificial
Desarrollo
(Artículo de revisión) -
Ya desde el siglo pasado (1871), las ideas acerca de las ventajas del alimento materno para el niño
no difieren de nuestras convicciones actuales: "es el tipo de alimento perfecto, constituye una nutrición
análoga a su debilidad, fácil de cambiarse en su propia sustancia". En la búsqueda de otro modo de
alimentación que no fuera el seno materno, se aconseja la alimentación directa de los animales;
descartando la posibilidad de ser amamantados por nodrizas, ya que existía el peligro de que el niño podía
tomar el carácter y las inclinaciones, así como enfermedades de la misma". En este caso, el animal elegido
fue la cabra, por su leche nutritiva, por la docilidad y afectuosidad de que es susceptible este animal hacia
la criatura que lacta.
Con esta breve introducción queríamos señalar que las inquietudes acerca de los beneficios de la lactancia
materna y la posibilidad de encontrar un sustituto acorde cuando ésta no es posible, datan de muchos
años. En la actualidad existe un gran número de profesionales dedicados a la promoción de la lactancia
materna, pero a su vez otorgando otras opciones para madres que, por distintos motivos de índole personal
o laboral, no se encuentran en condiciones de brindar a su hijo su propia leche.
Lactancia materna
La lactancia materna es la mejor forma de alimentar al bebé.
La lactancia natural confiere innumerables beneficios nutricionales, inmunológicos y
relacionados con el desarrollo del niño:
Las madres que dan el pecho a sus hijos suelen recuperarse más rápidamente después del parto,
también logran alcanzar en forma más rápida el peso que tenían antes del embarazo y encuentran una
forma sencilla de espaciar los nacimientos, ya que mientras están amamantando la ovulación está inhibida.
Ellas están más tranquillas, menos expuestas a cambios en su estado de ánimo, y desarrollan un vínculo
más cercano con el bebé.
La incidencia de alimentación materna en los Estados Unidos se elevó desde el 20% en 1970, hasta alcanzar
su pico en tiempos más recientes, alrededor del 62%.
De éstas, el 30% continuó amamantando a los 6 meses después del parto. Luego se observó una disminución
estable en la lactancia natural; así en 1989 solo el 52% de las madres comenzó con la lactancia materna, y
menos del 20% continuaba dando el pecho a sus niños a los 6 meses.
Son varios los factores que pudieron haber contribuido a que la lactancia materna disminuyera:
Escaso énfasis en los medios de difusión sobre los beneficios que tiene la lactancia natural.
Una disminución relativa en la progresiva atención que tendría que recibir la lactancia materna por parte de
quienes tienen a su cargo la atención de la salud; y
Campañas de difusión destinadas a las madres, de leches preparadas infantiles, a través de los medios de
información o de correspondencia directa.
En estudios realizados en Argentina se observó que al mes de vida sólo el 26% de los niños recibían lactancia
natural parcial y un 14% lactancia artificial. Se encontró asociación estadística entre el tipo de lactancia y el
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origen socio - ocupacional de la familia, observándose mayor prevalencia de lactancia natural completa en los
estratos más altos del ordenamiento social.
La lactancia natural es una técnica aprendida, tanto para la madre como para el bebé.
La madre debe aprender la mejor posición para poner al bebé el pecho, en la cual lo pueda
amamantar bien, y por otro lado, el bebé debe aprender formas efectivas para prenderse y sostener el
pezón para recibir el calostro o la leche.
En los últimos 50 años, cada vez es mayor el número de madres que dan a luz en hospitales, lejos de su
familia, (tradicionalmente, las técnicas de amamantamiento se transmiten dentro de la misma familia, de
una generación a otra), asistidas por el personal del hospital, que tiene muy poca experiencia en brindar
conocimientos sobre lactancia materna, o incluso, carecen de ella. Recientemente, se ha adquirido la
costumbre de que la madre y el niño abandonen el hospital y sean enviados a su hogar uno o dos días
después del parto, mucho antes de que "llegue" la leche materna. Es natural, entonces, que los primeros
días de la lactancia materna representan para las madres un desafío frente al cual suelen rendirse, porque
creen que no tienen la cantidad suficiente de leche y porque algunos bebés pierden mucho peso en la
primera o segunda semana en el hogar. No obstante, existe una evidencia de que los bebés y las madres se
benefician con 6 o más meses de lactancia materna. En 1992, la American Academy of Pediatric Comité on
Nutrition dio a conocer una nueva recomendación, por la cual habría que prolongar la lactancia natural
hasta los primeros 6 o 12 meses de vida.
Debido a que la ocitocina también provoca contracciones uterinas, muchas madres, en los primeros
días del postparto pueden experimentar cólicos uterinos durante uno o dos minutos después de cada
mamada. Estas contracciones le confirman a la nueva madre que el reflejo de eyección está funcionando,
disminuyen las hemorragias y ayudan al útero a recuperar el tamaño previo al embarazo. Los sentimientos
de seguridad y bienestar experimentados por la madre, refuerzan el reflejo de ocitocina, mientras que el
mismo es inhibido por el dolor, la ansiedad o la falta de confianza.
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Con respecto a la higiene, es conveniente que la madre higienice sus mamas una vez al día. Hay
que mantener seca la zona del pezón e impedir su irritación e infección provocada por la prolongada
lactación inicial, humedad o el roce de la ropa. La dieta debe contener calorías suficientes para compensar
las secretadas por la leche y las empleadas en su producción. La madre que está amamantando necesita
una dieta variada, suficiente para mantener su peso, y que sea rica en líquidos, vitaminas y minerales. La
leche es importante, pero no debe sustituir a otros alimentos esenciales. La idea de que algunas sustancias
como la cerveza, el té, la malta, la avena son galactogénicos es errónea. Hay que desaconsejar la toma de
medicamentos, el tabaco y el alcohol, ya que pasan a la leche materna y tienen efectos sobre el niño.
En el buen funcionamiento del equipo madre/bebé es importante considerar que: una madre sana y bien
descansada produce leche adecuadamente; el bebé debe ser puesto en el pecho de 8 a 12 veces por día; y
que además se lo debe poner en aquella posición que resulte más efectiva para que el niño se prenda al
pezón. La mayor parte de los bebés nacidos a término, que reciben lactancia natural, en los primeros días
de vida pierden hasta el 10% de su peso. Esta pérdida de peso se debe en parte a la pérdida de orina y de
heces y al desprendimiento de los restos del cordón umbilical. También se debe a que en los primeros 3 a 5
días de vida sólo reciben calostro, que es relativamente poco nutritivo. Sin embargo cuando la lactancia
materna funciona bien, en la consulta a las dos semanas de vida, el niño está muy cerca del peso que tuvo
al nacer o incluso puede estar por encima de él.
¿Cuáles son los mitos sobre la lactancia materna en un niño con escaso
crecimiento?
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Para el niño que está recibiendo lactancia materna, y que ha alcanzado el peso que tenía al nacer, un
incremento de 15 a 30 gr. Por día significa ganar peso en forma adecuada. Algunos bebés aumentan hasta
60gr. Por día durante los 2 o 3 primeros meses. Si el bebé no aumenta correctamente de peso, y se
encuentra recibiendo lactancia materna exclusiva habría de evaluar si hay:
Sin embargo, la causa más frecuente suele ser un problema específico en la técnica de
amamantamiento:
Mamadas muy espaciadas: si las mamadas están muy espaciadas entre sí se está alterando el
principio de oferta y demanda. El bebé no toma el pecho con la frecuencia deseada, la leche es retenida y
la hipófisis produce menos prolactina; al día siguiente la madre tiene menos leche disponible, y aún menos
en los días subsiguientes, creándose un círculo vicioso.
El bebé no se prende bien al pezón: por estar plano o invertido y en consecuencia no sería
sencillo para el bebé prenderse al pecho y mantener el pezón en la profundidad de la boca. El resultado
final es que el volumen de leche que es liberado no es el adecuado.
El reflejo de eyección está escasamente desarrollado: el bebé puede no tener una deglución
rítmica con cada succión y la salida de leche estar disminuida. Los antecedentes maternos pueden revelar
angustia por el parto, por la atención del recién nacido, por una enfermedad o por otros episodios de su
vida.
El bebé no tiene el ritmo efectivo de succión - deglución: el bebé puede haber aprendido a
prenderse mal al pezón, o estar empleando el pecho como un "pacificador", o se pudo haber acostumbrado
a un escaso reflejo de eyección.
Cuando la lactancia materna se pone en práctica, se podrán recoger los beneficios de tener
bebés alimentados a pecho realmente sanos. Podemos decir que los bebés alimentados con lactancia
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natural presentan una dieta completa y muy adecuada hasta los 6 meses de edad, ya que contiene
vitaminas A, C, E y Acido Nicotínico con variaciones estacionales y dietéticas que está relacionado con el
balance vitamínico de la madre. Sólo hace falta aportar vitamina K y D para asegurar el crecimiento de un
niño y una madre agradecida.
Lactancia artificial
Cuando no es posible el amamantamiento (por patología tanto de la madre como del niño, o
por factores socioculturales no modificables por profesionales de la salud) o cuando solo es en forma
parcial (cuando el bebé no aumenta de peso) existe la posibilidad de brindarle las fórmulas para lactantes.
Tales preparaciones deben ser de óptima calidad y adaptadas a las características funcionales del niño,
como lo es la leche humana.
Los sucedáneos de la leche materna deben ser ante todo completa y balanceada, es decir,
que una vez reconstituída siguiendo las instrucciones, debe aportar proteínas, lípidos, hidratos de carbono,
aminoácidos y ácidos grasos escenciales, minerales,oligoelementos y vitaminas en proporciones similares a
la leche materna tomada como estándar internacional.
A nivel industrial la leche de vaca es sometida a procesos destinados a hacerla más adecuada
a la fisiología del lactante. Estas modificaciones tienden a disminuir el contenido de proteínas, fósforo,
sodio a través de la dilución, a sustituir la crema de leche por grasas y aceites para mejorar su absorción, a
la adición de minerales y vitaminas dentro de los márgenes establecidos, orientados a satisfacer las
ingestas recomendadas de nutrientes para niños en la primera edad de la vida, y lograr un aporte
energético similar a la de la leche materna (65-70 kcal/dl ).
Tratar con displicencia éstas cuestiones puede ser causa de alteraciones a nivel nutricional.
En este sentido resulta concluyente el trabajo de Gibson y col., quienes revisaron la relación
ácido linoleico/ácido alfa linolénico, llegando a la conclusión de que una relación 10/1 o mayor es
desaconsejable desde el punto de vista nutricional, debido a que los lactantes que recibieron ésta fórmula
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presentaron índices reducidos de función visual y niveles tisulares más bajos de ácido docosahexanoico.
Según estos autores hace falta una relación 8/1 o similar a la leche materna( 5/1) .
La proteína soluble del suero lácteo (la parte acuosa remanente luego de separar la crema y
la coseína mediante coagulación) constituye el 60% del aporte proteico de la leche humana, a diferencia de
la leche de vaca, en la que el 80% del contenido proteico es caseína. Esta última forma (en el estómago del
lactante) un coágulo duro, difícil de digerir y por lo tanto de absorber, mientras que la lacto albúmina
forma coágulos blandos, como copos, fáciles de digerir, que permiten una absorción más completa.
Para prematuros y recién nacidos de bajo peso la mayor concentración de cistina de las
fórmulas con predominancia de suero es ventajosa, pero no para los recién nacidos de término en
crecimiento.
La osmolaridad de la leche materna varía entre 100 y 200 mOsm/l. con respecto a los
preparados comerciales en nuestro país, alguno de los cuales se le acercan y otros se le alejan bastante,
con una dispersión aproximada entre 275 y más de 300.
Comparada con la leche de vaca, la leche materna posee un bajo contenido de calcio y
fósforo; lo cual trae una serie de ventajas;
menor capacidad de buffer
faborece el desarrollo de flora bacteriana característica con efecto protector sobre el tracto gastrointestinal
no sobrecarga el manejo renal inmaduro de fosfatos
La relación Ca++/P 2/1 es internacionalmente aceptada para fórmulas infantiles, y, a pesar
de la notoria diferencia de biodisponibilidad, se ha demostrado una mineralización ósea similar a la
obtenida con la lactancia materna.
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FORMULAS ESPECIALES
Debe hacerse una distinción entre las fórmulas infantiles para lactantes normales nacidos a
término y las diseñadas para lactantes con necesidades especiales, por ejemplo:
prematuros
bajo de peso al nacer
alergias
trastornos metabólicos
patologías adqiridas (diarreas)
patologías congénitas (déficit enzimático)
Fórmulas de continuación:
Las llamadas fórmulas de continuación (que denominaremos grupo 80/20) son destinadas a
ser "parte líquida de la dieta del infante" (hasta 12 meses de vida) a partir de los 6 meses, y para niños de
corta edad (hasta 3 años); éstas se refieren al aporte energético, contenido en nutrientes, pureza, y buena
calidad de las materias primas y precauciones durante su procesamiento.
Fueron los paises industrializados los primeros en asimilar las ventajas de estas fórmulas en
una etapa en la que los lactantes requieren mayor cantidad de proteínas, minerales, vitaminas y energía
para completar su maduración fisiológica. La disminución de la prevalencia de anemia ferropénica asociada
a la difusión de fórmulas fortificadas con hierro, fue un hecho con influencia decisiva sobre las
recomendaciones de la Academia americana de Pediatría. Las fórmulas de continuación no son completas;
deben complementarse con cereales, frutos y leguminosas.
Es importante destacar que aun después del primer semestre de vida, la leche sigue siendo
el alimento más importante del niño, por lo que es razonable que su formulación tienda a compensar o
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Después del segundo semestre la leche de vaca adecuadamente fortificada puede ser un alimento
satisfactorio para niños sanos que crecen y comen normalmente.
Leche de vaca:
La leche de vaca es un alimento que debe ser modificado para hacerlo apto para la
alimentación del niño pequeño.
Según los procesos industriales a que es sometida su observación y/o la dilución y ebullición
doméstica que sufre para adoptarla como alimento para los niños pequeños, resulta insuficiente en
vitaminas A, D, C y definitivamente insuficiente en ácidos grasos esenciales. Esto último tiene relevancia
especial en los más pequeños y en la recuperación de niños desnutridos.
Se han estudiado lactantes alimentados con leche de vaca entera fluida en el primer año de vida,
lo que determinó un aumento significativo de sangre oculta en materia fecal en relación a niños
alimentados con pecho. Como la sangre oculta junto con un pobre aporte de hierro determinó una anemia
ferropénica, se constató retraso en la maduración neurológica y posteriormente se verificó la correlación
de ésta con deterioro en el área cognoscitiva.
La forma de dilución más popular es al 75% (una parte de agua y tres partes de leche) con el
agregado del 7% de azúcar. En este caso la leche resulta deficitaria en vitaminas A, D, C, E, Acidos grasos
esenciales, hierro, zinc, los que deberán ser suplementados.
Después del segundo año de vida, la leche de vaca es un alimento de superlativa calidad y su
consumo deberá ser estimulado. Su proteína es excelente y es la fuente de calcio (junto con sus derivados)
principal y casi única de la dieta de los niños argentinos.
La leche larga vida o UAT o uperizada es esterilizada mediante un golpe de calor de alrededor
de 140º C durante dos segundos, dentro de envases herméticos. Es el método que menos pérdida de
nutrientes provoca, inclusive por el envase, que es opaco a la luz, con lo que se evita la pérdida de
vitaminas, en especial del grupo B.
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http://www.intramed.net/actualidad/art_1_pag.asp?idActualidad=27226&pagina=3&nomCat=Artículos
Calostro: es la secreción de la última parte del embarazo y los 2 - 4 primeros días postparto. Tiene
un color amarillo limón fuerte, su reacción es alcalina y su densidad es 1040-1060, a diferencia de la leche
humana madura que es de 1030. La cantidad de calostro por día es de 10 a 40 ml. El calostro contiene
varias veces más proteínas que la leche humana madura y más minerales, pero menos hidratos de carbono
y grasas. También contiene algunos factores inmunológicos exclusivos, leucocitos y anticuerpos. Alrededor
de la cuarta semana de lactación, el calostro asume las características de la leche humana madura.
Agua: las cantidades de agua y de sólidos en la leche humana y en la de vaca son relativamente
iguales.
Proteínas: la leche humana contiene 1,15 gramos por 100 de proteínas, frente al 3.3 gramos por
100 de la leche de vaca.
Minerales: la leche de vaca contiene muchos más minerales que la humana, excepto hierro y
cobre. El contenido mineral de leche de vaca es de 0.7 - 0.75 y el de humana 0.15 - 0.25 el hierro de la
leche de mujer, aunque es poco, puede ser suficiente para el niño porque se absorbe mejor. La necesidad
de calcio y fósforo es grande, pero la alimentación al pecho mantiene los adecuados equilibrios.
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Alcance: El Código se aplica a la comercialización de los sucedáneos de la leche materna y a cualquier otro
alimento para lactantes administrado con mamadera o indicado para sustituir parcial o totalmente la leche
materna. Los sucedáneos incluyen: leches artificiales con o sin modificación para lactantes, cereales o
harinas para lactantes y edulcorantes para mamaderas. El Código se aplica además a mamaderas y
chupetes.
Publicidad: No se permite ninguna publicidad al público de los productos comprendidos en el Código.
Muestras: No se permite a las empresas ni al personal de salud dar muestras gratis de alimentos para
lactantes, mamaderas o chupetes a las madres y sus familiares.
Consultorios y maternidades: No se permite la promoción de los sucedáneos (afiches, muestras, folletos) ni
la acción de empleados de las empresas fabricantes o disribuidores de dichos productos en los Servicios de
Salud.
Equipos de Salud: Los fabricantes no pueden dar regalos ni muestras de alimentos al personal de salud, y la
información que distribuyan debe ser científica y objetiva.
Etiquetas: El etiquetado de los productos debe destacar la superioridad de la lactancia materna, y que las
fórmulas deben ser utilizadas sólo por indicación del personal de salud, y éste debe advertir los riesgos de
su uso para la salud. No debe contener textos e imágenes que idealicen su uso.
Productos: Todos deben ser de alta calidad y adecuarse a las condiciones cismáticas y de almacenamiento
de cada país.
El equipo de Salud debe vigilar activamente el cumplimiento de este Código para fomentar la lactancia
materna .
Paso 1. Tener una política escrita de lactancia materna, que sea periódicamente comunicada a
todo el personal.
Paso 3. Informar a toda mujer embarazada sobre los beneficios y el manejo de la lactancia materna.
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Paso 4. Ayudar a las madres a iniciar la lactancia durante la primera hora posparto.
Paso 5. Mostrar a las madres cómo amamantar y cómo mantener la lactancia materna, aún si deben ser
separadas de sus bebés.
Paso 6. No dar a los recién nacidos ningún otro alimento o bebida que no sea leche materna.
Paso 7. Practicar la internación conjunta, facilitando que los bebés y sus madres estén juntos las 24 horas
del día.
Paso 9. No recomendar a los recién nacidos normales chupetes u otros objetos artificiales para succión.
Paso 10. Fomentar la creación de grupos de apoyo a la lactancia materna y derivar a ellos a las
embarazadas y madres en el momento del alta.
Resumen y Conclusiones
Se considera que la lactancia es la alimentación más adecuada para los niños, ya que tiene
un aporte adecuado de energía y nutrientes esenciales.
El hecho de amamantar es beneficioso tanto para el niño como para la madre. Hemos
observado que el niño presenta menor incidencia de infecciones respiratorias, enfermedad atópica,
diarreas, septicemia, infecciones en el aparato urinario, entre otras.
Las madres que dan el pecho a su hijo se recuperan más rápido después del parto, están más
tranquilas, incluso desarrollan un vínculo más estrecho con el bebé.
Los niños alimentados con leche materna presentan una dieta completa hasta los seis meses
de edad; requiriendo aporte de vitamina K al nacimiento y vitamina D después del primer semestre, que se
complementará con dieta acorde. Por lo tanto serán niños realmente sanos.
Recientes estudios que compararon la leche humana con preparados artificiales llegaron a la
conclusión de que no son equivalentes en seguridad nutritiva pero que se puede obtener un perfil
aminoacídico cercano al que se obtiene con la lactancia natural. Para prematuros y recién nacidos de bajo
peso se observó que la adición de cisteína era ventajosa, no así para los recién nacidos en término.
La osmolaridad de la leche materna vería entre 100 y 200 mOsm/I con respecto a preparados
comerciales, alterando la tolerabilidad digestiva y aumentando la carga renal de solutos que para el
sistema excretor inmaduro del lactante puede tener consecuencias graves.
Las fórmulas lácteas se caracterizan por estar preparadas para cada situación en
especial. Por ejemplo para lactantes con necesidades especiales (diarreas crónicas, alteraciones de
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absorción, intolerancia a proteínas, grasas e hidratos de carbono), las cuales deben ser de fácil absorción,
poseer baja osmolaridad y fácil administración.
Las fórmulas para prematuros suelen tener agregado de cisteína, taurina y carnitina.
En las fórmulas de inicio el contenido de sodio es menor, con agregados de vitaminas,
minerales e incluso hierro en proporciones adecuadas para la edad.
Las fórmulas a base de proteína de soja: están ideadas para lactantes con diarrea
o intolerancia a la lactosa y/o alergia a la leche de vaca. Se logran crecimientos idénticos a los observados
con fórmula en base de leche de vaca. No son adecuados para prematuros ni de bajo peso, por carecer de
cisteína.
La leche de vaca debe ser modificada para hacerla apta para la alimentación del niño pequeño, ya
que es deficitaria en vitamina A, D, C. E y en ácidos grasos esenciales. Esto es de relevancia en los niños
más pequeños y en los desnutridos. Carece de hierro y produce pérdidas microscópicas en los primeros
meses de vida.
Conclusiones
Tales beneficios se observan en el niño por tener una mayor resistencia a infecciones de
todo tipo, diarreas, enfermedades alérgicas, enter otras, incluso se cree que podría incrementar la
inteligencia en ellos.
Las mamás también se ven beneficiadas por la pronta recuperación, tras el parto, de su
peso, encontrando también una forma de espaciar los nacimientos por estar inhibida la ovulación;
anímicamente se encuentran más tranquilas y pueden de este modo estrechar el vínculo con su hijo.
De todos modos, aquellas mamás que no pueden amamantar (por los motivos que fuere) tienen la
opción de ofrecerles a sus hijos las fórmulas lácteas, que están destinadas a cubrir todas las necesidades
nutricionales del niño. No obstante, sea cual fuere el tipo de alimento que reciba el niño (la leche materna
o fórmula láctea), el mejor complemento nutritivo para su crecimiento es el amor que una mamá pueda
ofrecerle a su hijo.
Bibliografia
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