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La alienación o contradicción
En su teoría de la alienación Karl Marx, que en distintas obras, sobre todo en sus
Manuscritos económico-filosóficos (1844), analizó con suma profundidad el problema de la
alienación, parte de que ésta caracteriza las contradicciones de un determinado nivel de
desarrollo de la sociedad. Relaciona la alienación con la existencia de la propiedad privada
y de la división antagónica del trabajo. Entendida de este modo, la alienación abarca toda la
actividad humana, pues cada tipo de dicha actividad se convierte en monopolio de un grupo
aislado de personas, cuyo hacer es extraño a todos los demás miembros de la sociedad. es
muy importante ademas saber que marx creo una entraña a la filosofia en los años de 1805-
1809 en los cuales escribio obras que describian la realidad humana de el hombre. En sus
obras clásicas de las décadas de 1850 y 1860, Marx sustituye la categoría de alienación, que
figuraba en sus primeros trabajos, por todo un sistema de conceptos, entre los cuales la
alienación también aparece como característica concreta de las relaciones de producción del
capitalismo.
Componentes
El concepto marxista de alienación incluye cuatro componentes:
Críticas
La teoría marxista de la alienación es atacada por los partidarios de la economía de
mercado, generalmente bajo los siguiente argumentos socioeconómicos:
1. La necesidad de trabajar afecta a todos los seres humanos como una condición del
mundo, un fruto de la escasez, y no una condición del capitalismo. Se busca primero
satisfacer la necesidad de supervivencia, luego el trabajo ha ido sofisticándose,
básicamente por la multiplicación de necesidades y la intensificación de las
relaciones humanas, origen del comercio.
2. Es necesaria la acumulación de capital, como un paso más en la sofisticación y
multiplicación de las necesidades que por su naturaleza no pueden satisfacerse
produciendo bienes o servicios simples, para afrontar procesos productivos más
largos, y la división del trabajo dentro de esa misma unidad de trabajo.
3. El trabajo no es necesariamente un lugar de recreo, antes al contrario; en principio
sirve para ganar dinero que le será útil al individuo para satisfacer otras necesidades,
propias o ajenas. No todos nos autorrealizamos con las mismas actividades, ni todos
nos autorrealizamos dentro del trabajo, porque el trabajo es un medio para conseguir
otros asuntos.
Teoría marxista
Marx trata del problema de empleo a partir del análisis del proceso de
acumulación capitalista. La acumulación capitalista genera un proceso de
exclusión de mano de obra que tiende a formar una reserva permanente de
personas, a través de una progresiva sustitución de mano de obra por maquinaria,
lo que coincide con las ideas de Ricardo sobre la introducción de nuevas
maquinarias.
Dicha reserva de mano de obra sirve como reserva en sí misma para los períodos
de expansión capitalista y a la vez como mecanismo de presión para la baja de los
salarios. La acumulación genera un excedente de mano de obra, pero a la vez,
precisa de él para continuar la acumulación: es causa y condición de la
acumulación capitalista.
Dice Marx en El Capital: “el incremento del capital lleva consigo el incremento de
su parte variable, es decir, de la parte invertida en fuerza de trabajo. Una parte de
la plusvalía invertida en fuerza de trabajo. Una parte de la plusvalía invertida
necesariamente tiene que volver a convertirse en capital variable o en fondo
adicional de trabajo. Si suponemos que, sin alterar las demás circunstancias, la
composición del capital permanece invariable (...) es evidente que la demanda de
trabajo y el fondo de subsistencia de los obreros crecerá en proporción al capital y
con la misma rapidez con que este aumente (...) la acumulación del capital
supone, por tanto, un aumento del proletariado.”(Marx, 1973, Pág. 557).
Los salarios tienen una relación inversa con las ganancias de los capitalistas o
empresarios, pues el aumento de los salarios genera una baja de la tasa de
ganancias. Esta situación trae como consecuencia que los empresarios tengan
que decidirse entre invertir más o no. Si toma la primera opción el volumen global
de ganancias obtenidas puede compensar la disminución porcentual de la tasa de
ganancia y, la disminución de la inversión capitalista inicia un ciclo descendente de
la economía, un excedente de trabajadores y, finalmente, una baja de los salarios
y una recuperación de la tasa de ganancias.
En la medida que no varíe la composición del capital (en su componente variable o
destinado a la compra de fuerza de trabajo y constante, o destinado a los bienes
de capital), la crisis son el mecanismo propio del capitalismo de generar
desempleo coyuntural, y así, bajar los salarios y mantener las ganancias. Pero ello
no alcanza, es decir, en el propio proceso de acumulación debe existir un
mecanismo de ajuste de la relación salario-ganancia y no esperar hasta que el
ajuste los provoque la crisis.
Esto es uno de los factores que llevan a los capitalistas a invertir de manera
creciente en capital constante, maquinarias, nuevas tecnologías, métodos
modernos de producción, etc.
Marx señala que aunque el aumento del capital total supone también un
crecimiento del capital variable (y la demanda de fuerza de trabajo que este
representa), y este ritmo de crecimiento comienza a ser menor que el de la
población obrera y, por tanto, surge un excedente o sobrante de los trabajadores,
que tiende a ser mayor cuanto mayor es el ritmo de la acumulación capitalista.
Esta población obrera sobrante se genera por dos vías: el despido de los obreros
que antes tenían trabajo, y la imposibilidad de conseguirlo por una parte de los
nuevos contingentes de trabajadores.
• Los que tiene trabajo esporádico, en malas condiciones y por ende siempre
están dispuestos a ingresar al trabajo formal. Son los precarios e informales que
Marx llamó SER intermitente.
• Los que están en sectores que serán destruidos y están en espera de ser
reserva. Marx los llamó SER latente.
En la década del 30 el mundo capitalista se vio afectado por la crisis más grande
hasta ese momento, la crisis del 29 al 33. A la par de esta crisis se produjo otra
desde un punto de vista teórico, dado que la teoría neoclásica fue construida
sobre la base de un capitalismo ascendente de finales del siglo XIX y por tanto, no
podía dar respuesta a los nuevos fenómenos que acontecían.
Sin embargo, existen otras ideas de los neoclásicos de la que Keynes, a partir de
su crítica, expone sus propios argumentos.
“De este modo la teoría clásica supone que los obreros tienen siempre la
posibilidad de reducir su salario real, aceptando una rebaja en el nominal. El
principio de que el salario real tiende a igualarse con la desutilidad marginal del
trabajo, claramente supone que los obreros están en disposición de fijar por sí
mismo el salario real, aunque no el volumen de ocupación que de el se deriva.
La teoría tradicional sostiene, en pocas palabras, que los convenios sobre los
salarios entre los empleados y trabajadores, estos pueden, si lo desean, hacer
coincidir sus salarios reales con la desutilidad marginal del trabajo resultante del
empleo ofrecido por los empresarios con dicho salario. De no ser cierto esto, no
queda razón para esperar que exista tendencia a la igualdad entre el salario real y
la desutilidad marginal del trabajo.” (Keynes, 1976, Pág. 24).
2. Los trabajadores nunca discuten el salario real, pues este depende del nivel de
precios de los productos en el mercado; ellos discuten el salario nominal.
3. Contradice el planteamiento de que los salarios reales y los nominales varían de
forma proporcional, es decir, al bajar unos bajan los otros, por lo que los
trabajadores se niegan a prestar servicios por el salario nominal ofrecido,
actuando de esta manera sobre el salario real. Aunque el no fundamenta esta
apreciación pudiera pensarse que se basa en cualquiera de estos criterios:a) Al
disminuir el nivel de ocupación, el salario nominal, baja algo, pero el nivel de
precios disminuye más, buscándose por los empresarios el fenómeno de la
elasticidad precio, mayor que la unidad.
Esta convicción nos había conducido a pensar que los trabajadores podían
encontrar empleo si aceptaran una reducción de sus salarios reales, y este era el
único obstáculo que encontraba la ley de Say para conducir la economía al pleno
empleo.
Desde este punto de vista, la oferta no puede crear su propia demanda en el modo
de producción capitalista, debido precisamente a su propia ley fundamental. Es
decir, antes de que una crisis de proporciones universales, como la del 29 al 33,
hubiera evidenciado que la oferta no crea su propia demanda, ya esta ruptura
había sido descubierta por Marx y Engels.
Para Keynes, no eran los elevados salarios la causa del masivo desempleo
involuntario que existía en Inglaterra, en los Estados Unidos y en otros países
desarrollados en la época de Gran Depresión. La verdadera causa había que
buscarla en un problema de insuficiencia de demanda agregada, y,
fundamentalmente, en el componente más volátil de la misma, que era la inversión
privada de los empresarios.
Desde este punto de vista, Keynes creía que, en tiempos de crisis, no había
tiempo para esperar que las fuerzas de mercado se pusieran a corregir por sí
solas los desequilibrios, y defendió públicamente la necesidad de que el Estado
tomara cartas en el asunto y se encargara él mismo, directamente, de dirigir la
economía hacia la dirección adecuada. A falta de una demanda de mercado
espontánea suficiente, proponía que fuera el Estado el que completara su
insuficiencia con una demanda pública adicional destinada a favorecer las ventas
y la producción de las empresas (es decir, el empleo).
Por su parte, los sindicatos hacen otro tanto de lo mismo al imponer su poder de
monopolio en el lado de la oferta del mercado de trabajo. En lugar de dejar en
libertad al trabajador para decidir que llegue a un acuerdo libre con el empresario,
guiados ambos exclusivamente por las exigencias de sus respectivos
comportamientos individuales racionales --que en el fondo comparten, pues se
basan ambos grupos, según los neoclásicos, en la búsqueda consecuente de la
maximización de sus respectivas funciones de utilidad--, en vez de eso, lo que
consiguen los sindicatos es hacer efectivo un monopolio en el mercado de trabajo,
generando así todos los efectos nocivos que la teoría económica convencional
asocia con el monopolio, como uno de los fallos de mercado típicos, a saber: la
obtención de precios más altos y cantidades más bajas de las que
corresponderían en igualdad de circunstancias a la situación de libre competencia.
Si ellos culpan al Estado y a los sindicatos de ser los responsables últimos del
elevado nivel salarial y hacen recaer sobre el elevado nivel de salario la
explicación del desempleo, la solución que ofrecen no puede ser más lógica desde
su propio punto de vista.
Se trata de poner todos los medios al alcance de la sociedad para conseguir que
los salarios desciendan hasta su nivel de equilibrio, de forma que, una vez puesta
en práctica de verdad la flexibilización del mercado de trabajo, y eliminada de
hecho la rigidez, se volvería el equilibrio.
“Para Marx, los cambios que se producen en la esfera de la producción son los
que determinan los cambios en la esfera de la circulación.” (Molina, E, 1979, Pág.
43)Para Marx el desempleo es inherente del sistema capitalista. Los capitalistas
en su afán de aumentar sus ganancias tratan de aumentar la rentabilidad
invirtiendo cada vez más en capital fijo, ya sea mediante la introducción de
equipos más modernos, nuevas tecnologías y métodos, con lo que la tasa de
crecimiento del nivel de empleo va disminuyendo, es decir, la demanda de trabajo
depende del capital variable. Por tal razón plantea que una parte del desempleo es
estructural, pero a la vez existe un desempleo coyuntural, provocado por las crisis
cíclicas propias del sistema, constituyendo una necesidad del mismo de contar
con un ejército de obreros para los períodos de expansión económica y para que
ejerzan presión a la baja de los salarios.
Pero tanto Marx como Engels no se limitaron a trazar el derrotero general del
desarrollo futuro de la sociedad; en el proletariado, en la clase obrera descubrieron
la fuerza social encargada de llevar a cabo esta gran transformación: destruir al
capitalismo y construir el socialismo. De forma reducida podemos ver las
principales diferencias de estas teorías en el cuadro que aparece a continuación:
En conclusión:
• La teoría marxista del empleo parte de la oferta para explicar las causas del
empleo, siendo este producto del proceso de acumulación capitalista. La demanda
de trabajo depende del capital variable por lo que la disminución proporcional en
su inversión provoca un exceso de mano de obra, formándose el ejército industrial
de reserva.
Karl Marx.
Karl Heinrich Marx, conocido también en castellano como Carlos Marx (Tréveris,
Alemania, 5 de mayo de 1818 – Londres, Reino Unido, 14 de marzo de 1883), fue un
intelectual y militante comunista alemán de origen judío. En su vasta e influyente obra,
incursionó en los campos de la filosofía, la historia, la sociología y la economía. Junto a
Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico. Sus escritos más conocidos son el
Manifiesto del Partido Comunista (en coautoría con Engels) y el libro El Capital. Fue
miembro fundador de la Liga de los Comunistas (1847-1850) y de la Primera Internacional
(1864-1872).
Biografía
Karl Marx fue el tercero de siete hijos de una familia judía de clase media. Su padre,
Herschel Mordechai (luego Heinrich) Marx, quien era descendiente de una larga línea de
rabinos, ejercía la abogacía en Tréveris, su ciudad natal. Era además consejero de justicia,
sin embargo recibió fuertes presiones políticas, por parte de las autoridades prusianas que le
prohibieron continuar con sus prácticas legales de acuerdo a su religión y le obligaron a
abrazar el protestantismo para poder mantener el cargo en la administración de Renania. Su
madre fue Henrietta Pressburg, nacida en los Países Bajos, y sus hermanos fueron Sophie,
Hermann, Henriette, Louise, Emilie y Caroline.
Realizó sus estudios de Derecho en la Universidad de Bonn pero los dejó para estudiar
Filosofía en Berlín. Se doctoró en 1841 en Jena con una tesis titulada Diferencia entre la
filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro. Pronto se implicó en la elaboración
de trabajos en torno a la realidad social, colaborando en 1842 junto con Bruno Bauer en la
edición de la Gaceta Renana (Rheinische Zeitung), publicación de la que pronto llegó a ser
redactor jefe. Durante este período también frecuentó la tertulia filosófica de Los Libres
(Die Freien). La publicación finalmente sería intervenida por la censura, y posteriormente,
Marx tuvo que marchar al exilio.
El periodo de París
Establecido en Bruselas, funda la Liga de los Comunistas, tras lo cual se declara apátrida,
ateo y revolucionario. Tras el periodo revolucionario de 1848 y la publicación del
Manifiesto del Partido Comunista, en coautoría con Engels, se traslada a Colonia, donde
organiza un nuevo diario, "Nueva Gaceta Renana" (Neue Rheinische Zeitung). Su nueva
publicación alcanza un éxito inmediato, en el contexto de una época de fuerte sentimiento
social y compromiso revolucionario. En consecuencia, es prohibido por el gobierno renano.
Tras la derrota de la Comuna de París de 1871, que significó un duro golpe para la
Internacional, Marx se retiró de la lucha política y se dedicó a la escritura de su
pensamiento. El 14 de marzo de 1883 falleció en Londres y su tumba se encuentra en el
cementerio de Highgate.
Vida familiar
Marx en 1882.
Karl Marx se casó con Jenny von Westphalen, hermana del ministro de Interior prusiano,
amiga de infancia con la que se comprometió siendo ya estudiante, pero sólo consiguió
casarse con ella tras la muerte de los padres de ésta, que se oponían a la relación, y tras
conseguir una cierta estabilidad económica (eventual) como director de los "Anales franco-
alemanes". Vivieron con fuertes penurias económicas debido a la irregularidad de los
ingresos de Marx, a la persecución política (que censuraba y clausuraba las revistas que
publicaba) y a tener que mudarse constantemente de país. Marx tuvo con Jenny von
Westphalen 6 hijos, en 1849 esperaban ya el cuarto, en 1855 ya habían fallecido tres
-Guido, Franciska y Edgar- convulsiones, bronquitis y tuberculosis serían las causas, la
pequeña, Eleonora Marx formó parte del movimiento feminista y Laura Marx, se casó con
el dirigente socialista francés Paul Lafargue, y se suicidó junto a él en 1911.
Con ellos vivía Helene Demouth, quien les ayudaba en las tareas domésticas y tenía una
excelente relación con la familia Marx. Era especialmente cercana a Karl, tanto así, que se
supone que tuvo un hijo ilegítimo con ella que fue reconocido por Friedrich Engels como
propio para evitar controversias dentro del matrimonio de Karl y Jenny.
Marx tuvo una vida personal dedicada de forma exhaustiva al estudio de las diferentes
disciplinas del pensamiento y en especial de la filosofía e historia lo cual implicó que nunca
tuviera estabilidad económica; sin embargo, contó siempre con el apoyo fiel e
incondicional de su amigo Engels.
Pensamiento
Testigo y víctima de la primera gran crisis del capitalismo (década de 1830) y de las
revoluciones de 1848, Marx se propuso desarrollar una teoría económica capaz de aportar
explicaciones a la crisis, pero a la vez de interpelar al proletariado a participar en ella
activamente para producir un cambio revolucionario.
La obra de Marx ha sido leída de distintas formas. En ella se incluyen obras de teoría y
crítica económica, polémicas filosóficas, manifiestos de organizaciones políticas, cuadernos
de trabajo y artículos periodísticos sobre la actualidad del siglo XIX. Muchas de sus obras
las escribió junto con Engels. Los principales temas sobre los que trabajó Marx fueron la
crítica filosófica, la crítica política y la crítica de la economía política.
Otros autores, entre los que destaca Louis Althusser, argumentan que los escritos de Marx
no forman un todo coherente, sino que el propio autor, al desarrollar sus reflexiones críticas
sobre la economía política durante la década de 1850, se desembarazó de su propia
conciencia filosófica anterior y comenzó a trabajar científicamente. Desde esta perspectiva
no existiría una ciencia marxista, sino un científico, Karl Marx, que fue un pionero en la
comprensión de los mecanismos fundamentales que rigen el funcionamiento de la sociedad
moderna, en especial con su reelaboración de la teoría del valor, y cuya obra cumbre fue El
Capital.
Una interpretación sobre el desarrollo de la obra de Marx, proveniente del francés Louis
Althusser, considera que los escritos de Marx se dividen en dos vertientes. Esta
interpretación es relevante en la exegética marxista, pero a la vez es muy polémica y pocos
autores la mantienen al día de hoy. Althusser encuentra dos etapas:
¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al
trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que
se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino
que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del
trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo
suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción
de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su
carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción
física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en
que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el
trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le
pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. (...) Pertenece a otro, es
la pérdida de sí mismo. [1]
Piensa que el hombre se realiza modificando la naturaleza para satisfacer sus necesidades
en un proceso dialéctico en que la transformación de agente y paciente es transformación
mutua. La autogeneración del hombre es un proceso real, histórico – dialéctico,
entendiéndose la dialéctica como proceso y movimiento a través de la superación sintética
de las contradicciones.
Cuando Marx habla de 'realidad' hace referencia al contexto histórico social y al mundo del
hombre. Asegura que el hombre es sus relaciones sociales.
Para Marx, lo que el hombre es no puede determinarse a partir del espíritu ni de la idea sino
a partir del hombre mismo, de lo que éste es concretamente, el hombre real, corpóreo, en
pie sobre la tierra firme. El hombre no es un ser abstracto, fuera del mundo sino que el
hombre es en el mundo, esto es el Estado y la sociedad.
Políticamente, el pensador alemán aboga por una sociedad comunista. Entre el hombre
alienado (aquel que no coincide consigo mismo) y el hombre comunista (aquel que
finalmente es igual a hombre) se coloca el proceso transformador. Sólo en la sociedad
comunista habrá desaparecido toda alienación.
Sin embargo otros autores, incluido Erich Fromm, niegan la "ruptura epistemológica" y
sostienen que la idea de enajenación es la fundamental durante todo el pensamiento de Karl
Marx. Más cercanos al humanismo, no consideran que haya un joven y un viejo Marx y
reivindican la continuidad de su obra alrededor de un concepto del hombre y su enajenación
en el capitalismo.
Críticos de Marx
La importancia de Karl Marx en el panorama intelectual y político del siglo XIX, y de su
legado en el siglo XX, han provocado numerosas críticas a su obra y su persona. En el siglo
XIX, las principales críticas provenían de intelectuales y organizaciones del movimiento
obrero que sostenían posturas políticas distintas a las de Marx. Entre otros, Bakunin,
anarquista y rival en la inspiración de la Internacional, consideraba autoritario a Marx.
[cita requerida]
Durante el último tercio del siglo XIX y, sobre todo durante el siglo XX, la fuerza del
marxismo en los ambientes intelectuales y organizaciones políticas de todo el mundo hizo
que numerosos pensadores conservadores y liberales intentasen refutarlo. Algunas críticas
se centran en elementos concretos de la obra de Marx, mientras otras se oponen a alguna de
las versiones del canon marxista elaborado por las organizaciones políticas y los
intelectuales socialistas o comunistas.