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CONTENIDO
Proverbios 22:6 nos dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no
se apartará de él”. Es probable que muchos de nosotros creemos que esta promesa no se
ha cumplido en repetidos casos, pero no culpemos a Dios; no pensemos que Él ha
faltado a su promesa. La culpa es nuestra.
No es suficiente que los alumnos lleguen aceptar las normas y principios del
Evangelio en una forma mecánica y abstracta. No basta que adopten las leyes morales
del cristianismo tratando de poner en práctica las enseñanzas de Jesús. Todo esto está
incluido, pero es mucho más. Es necesario que cada persona, niño, joven o adulto,
llegue a situar en el centro de su vida y experiencia a Dios revelado en Jesucristo. Que
cada uno llegue a sentir esa misma experiencia de San Pablo cuando dijo: “Ya no vivo
yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20).
Recordemos que el mandato de Dios para nosotros, padres, pastores, maestros y todo
cristiano es: “Instruye, educa...”. Ojalá podamos ver nuestros errores y podamos
enmendarlos con la ayuda de nuestro Dios y que nos prestemos a ser los instrumentos
usados por el Espíritu Santo para ayudar a la formación de vidas consagradas al Señor.
Ese es el verdadero significado de la Educación Cristiana.
Soplaron vientos fuertes, pero el árbol quedó en pie. Aquel viento en vez de
derribar al árbol, lo hizo más firme y fuerte. Pasaron algunos años y el árbol
principió a dar mucho fruto, y el hortelano se gozó grandemente, pues su trabajo
y esfuerzo estaban recompensados. Él había hecho la parte que le correspondía,
y Dios le había dado el crecimiento haciendo que aquel arbolito se convirtiera en
árbol fuerte y fructífero.
Si algún maestro tiene oídos para oír, oiga. Los dos árboles son alumnos; el
padre y el hortelano son maestros. El uno decoró su alumno con grandes
enseñanzas y verdades para que fueran contempladas, pero ellas nunca vinieron
a ser parte de la vida del niño. El otro maestro trabajó de tal manera que las
verdades que desarrolló llegaron a ser aceptadas por el alumno y formaron parte
de su vida. Esto hizo crecer al niño espiritualmente, y aquellas verdades
aprendidas llevaron mucho fruto en su vida.
EJERCICIOS
INSTRUCCIONES
CUESTIONARIO
2. ¿Qué nos manda Dios en Proverbios 22:6? ¿Hay alguna promesa si cumplimos
con este mandamiento?
5. ¿Por qué tuvo éxito Jesús en su ministerio como Maestro? Escriba cinco
razones.
10. ¿Cuáles son los errores de los maestros de Escuela Dominical que pueden
compararse con los del padre de familia de la parábola de los dos árboles?
11. Compare el trabajo del hortelano con el trabajo del verdadero maestro cristiano.
12. ¿Por qué piensa usted que muchos hijos de creyentes rechazan las enseñanzas
cristianas?
15. Lea detenidamente toda la lección y subraye todas las palabras nuevas que
encuentre en ella. Busque el significado de cada una de ellas en un diccionario.
Seguidamente, escriba cada una de esas palabras nuevas en el espacio siguiente:
(regresar al índice)
Un hogar cristiano feliz es el hogar más hermoso en el mundo. Dos personas que
conocen y aman a Cristo han unido su amor, intereses y futuro en un deseo común, el
glorificar a Dios. El hogar debe ser un lugar de inspiración, consuelo y descanso para el
cuerpo y la mente.
Una iglesia nunca es más fuerte que las familias. Cuando la vida de la familia se
desintegra, la nación está perdida, y es lo que estamos viendo hoy en día en los países.
Incluso muchos países que se han llamado cristianos, tienen grandes problemas por
causa del descuido en el hogar.
Lot triunfó en su ambición política, y llegó a ser el Juez de Sodoma. Pero su vida en
el hogar y su testimonio fracasaron, de tal manera que llegó a ofrecer a sus hijas a los
hombres perversos de Sodoma (Génesis 19:5-11). Los avisos de la destrucción que les
sobrevenía, les pareció como una broma a sus yernos (Génesis 19:14). Podría ser que
Sodoma se hubiera salvado si Lot se hubiera interesado menos en la política y se
hubiera preocupado más por su hogar.
En los planes divinos nunca encontramos que Dios quisiera que el hogar fuera
únicamente un internado, un hotel o un lugar donde se suplen solamente las necesidades
físicas del niño. El hogar debe ser el lugar donde los padres y los niños viven juntos en
un ambiente sano y bajo circunstancias que los conducirán al desarrollo espiritual.
Prácticamente el niño pasa casi todo su tiempo en el hogar durante los primeros seis
años de su vida. Y se ha descubierto que esos primeros seis años de existencia son los
más importantes porque son los años más impresionables. El niño es amoldado por los
sentimientos, las opiniones y la conducta que reina en el lugar donde vive, come y
duerme. Desde que el niño es muy pequeño aprende por medio de la imitación; después
lo hace por medio de la comprensión. Las costumbres de la vida y las actitudes de la
mente se determinan antes que el niño tenga entendimiento completo. Podemos decir
que el hogar es el invernadero donde la planta tierna ha de ser protegida y formada
durante sus años más susceptibles o impresionables.
El niño tiene todo derecho de ser comprendido, amado y educado. El hogar debe ser
el primero en reconocer, garantizar y velar porque estos derechos sean alcanzados. Es
el hogar donde el niño recibe sus primeras y más permanentes ideas de Dios. No recibe
tanto de la calle como del hogar, ni tanto en la escuela como de la madre. No es lo que
oye en la iglesia, sino lo que ve en sus padres lo que el niño acepta.
La influencia del hogar en la vida de cada niño es muy grande. Recuerden, padres
cristianos, que ustedes tienen un gran privilegio y una gran responsabilidad. Dios ha
colocado en sus manos esas vidas tiernas que esperan ser guiadas por el camino que les
hará felices mientras peregrinan en esta tierra y que les llevará a gozar de la vida eterna
con Cristo. ¿Está usted dispuesto a aceptar su responsabilidad de criar a sus hijos en la
disciplina y amonestación del Señor? Recuerde que la influencia del hogar es más
poderosa que la influencia de la iglesia o la escuela. Acepte este reto.
CUESTIONARIO
3. ¿Puede una iglesia ser fuerte si la vida espiritual de las familias que la integran
es muy débil? ¿Por qué?
6. Si los padres son cuidadosos en velar por las necesidades materiales de sus hijos,
¿estarán cumpliendo con toda su responsabilidad como padres cristianos? ¿Por
qué?
7. ¿Por qué Dios no quiso que el hogar fuera sólo un lugar donde el niño come,
vive y duerme?
8. ¿En qué forma es amoldado el carácter del niño?
13. En los primeros seis años de vida, ¿quién tiene más influencia sobre el niño, la
madre, el padre o los amigos? Diga por qué.
15. Después de leer la lección, haga una lista de palabras nuevas; subráyelas y
escríbalas en el espacio en blanco. Seguidamente, busque el significado de cada
una de ellas en un diccionario.
(regresar al índice)
Sin embargo, es una verdad muy dolorosa, porque a pesar de que el niño es la
propiedad de más valor en el hogar, es el que más se descuida. Puede ser que se cuide
de que el niño tenga la comida que necesita, la ropa que debe ponerse y que se suplan
todas sus demás necesidades físicas, pero ésta es sólo parte de su responsabilidad como
padres cristianos. Pero con gran frecuencia se encuentra que el hogar cristiano ha
olvidado su deber más importante: velar por el desarrollo espiritual del niño.
De todos modos los factores que entran en la formación de un hogar cristiano, el niño
consume más tiempo, dinero, amor, oración y cuidados que todos los demás
combinados. Esto es cierto en un hogar donde el cuidado del niño es tomado con la
seriedad y responsabilidad que es planteada en la Palabra de Dios.
La tarea más importante que los padres tienen es el cuidado de su hijo. En esta
responsabilidad, muchas veces, se le da preferencia a los negocios, placer o comodidad.
Dios habla a los padres de la misma manera como la princesa de Egipto habló a la
madre de Moisés: “Lleva a este niño y críamelo, yo te lo pagaré” (Éxodo 2:9).
¿Hasta qué punto deben los padres sacrificar su propio placer y comodidad por el
bien de su hijo?
Los padres pueden llegar a convertirse en esclavos de los deseos caprichosos de sus
hijos. El sacrificio debe hacerse siempre que sea por la satisfacción de sus necesidades,
las cuales son esos factores que contribuyen a su bienestar físico, su desarrollo mental y
la formación de su carácter. Estos nunca deben ser sacrificados por el placer o
comodidad de los padres.
El niño es la mayordomía más significativa no sólo porque él hace las demandas más
grandes, sino porque él provee las posibilidades creativas más sublimes.
Cuando los padres traen una nueva vida al mundo, también vienen con ese bebé
nueva responsabilidad con un potencial sorprendente. Una vida ha sido prestada a los
padres. Esta vida será moldeada y formada según los patrones o modelos de conducta,
conversión y maneras de vivir que ya existen en la forma diaria de vivir de los padres.
El medio ambiente del hogar no fija el destino eterno del niño, pero sí ejerce una
marcada influencia en lo que será después.
¿Son los padres responsables en la formación del carácter del niño? (Véase
Proverbios 22:6).
Los padres proveen el medio ambiente del hogar y el ejemplo. Estos dos factores no
forman, pero sí tienen una influencia definitiva en la formación del carácter del niño.
No hay duda que en la vida de Timoteo, el ejemplo y las enseñanzas de su abuela Loida
y de Eunice, su madre, tuvieron una gran influencia en prepararlo para su ministerio
fructífero con el apóstol Pablo (II Timoteo 1:5).
Algunos padres dominan de tal modo a sus hijos que no permiten que ellos
desarrollen su propia personalidad. Esto es incorrecto, y puede corregirse por medio de
un esfuerzo sincero de parte de los padres de desarrollar en el niño una personalidad que
se asemeje a la de Cristo en vez de que sea a su propia semejanza.
Si deseamos que el niño sea veraz, sincero, amoroso, trabajador, honrado, temeroso
de Dios, respetuoso y que tenga todas las demás cualidades buenas, no las aprenderá en
la calle o en la escuela, ni con los amigos o maestros, ni cuando ya sea un joven; las
aprenderá de sus padres por medio del ejemplo que éstos le hayan dado desde que ese
niño llegó al hogar. Muchas veces somos cuidadosos de nuestro testimonio, palabras y
hechos, cuando estamos fuera del hogar, pero nos olvidamos que nuestro ejemplo como
cristiano dentro de él es de gran valor también. Todo padre debe recordar que sus hijos
están aprendiendo de él aún antes de que ellos puedan hablar o caminar.
Dios puso muy alto el valor de un alma, a tal grado que dio a su propio y único Hijo
para que derramara su sangre en la cruz del Calvario para redimirla.
Con cada niño, Dios ha encomendado una vida que debemos cuidar, nutrir y ayudar a
que se desarrolle hasta que llegue la madurez. No es un regalo, sino un préstamo. Cada
niño es un “talento precioso” que podemos invertir para la gloria de Cristo o que
podemos descuidar y aún hacer como aquel que enterró el talento (Mateo 25:14-30).
La delincuencia juvenil sería uno de los problemas menores si todos los padres se
tornaran a Dios, aceptando completamente su responsabilidad de nutrir y disciplinar a
sus hijos y estar conscientes de que tendrán que dar cuenta a Dios de lo que hicieron
con esos “talentos preciosos”: los niños que les fueron encomendados.
¿Hará Dios responsable a los padres por la conducta de sus hijos? Él lo hará. Una
adecuada ilustración se encuentra en la historia de Elí y sus hijos. Él permitió que ellos
deshonraran el nombre de la familia y trajeran vergüenza sobre el nombre del Señor.
Elí no supo disciplinar a sus hijos en las faltas que cometían (I Samuel 3:13; lea también
Proverbios 22:15; 23:13-14; Hebreos 12:9).
CUESTIONARIO
1. ¿Cuál debe ser la posesión de más valor en todo hogar? ¿Por qué?
4. 4. ¿Hasta qué punto deben los padres sacrificar su propio placer y comodidad
por el bien de su hijo?
7. 7. ¿Con qué contribuyen los padres para ayudar a la formación del carácter del
niño?
8. 8. Dé un ejemplo bíblico que demuestre la influencia que los padres tienen sobre
sus hijos en la formación de su carácter (Busque uno distinto al que se mencionó
en la lección).
10. 10. ¿Por qué debemos ser cuidadosos con nuestro testimonio cristiano dentro y
fuera del hogar?
11. 11. ¿Cómo se podría evitar el problema de la delincuencia juvenil?
12. 12. ¿Por qué decimos que cada niño es un “préstamo” o un “talento precioso”
que Dios da a los padres?
13. 13. ¿Cree usted que Dios hará responsables a los padres por la conducta de sus
hijos? ¿Por qué?
15. 15. Después de leer la lección, haga una lista de palabras nuevas; subráyelas y
escríbalas en el espacio en blanco. Seguidamente, busque el significado de cada
una de ellas en un diccionario.
(regresar al índice)
El hogar cristiano es una escuela donde se imparten clases diarias sobre ética cristiana
y vida santa. El libro de texto es la Biblia. El gran Maestro es el Espíritu Santo. El
Huésped invitado es el Señor Jesús.
Cuando leemos la Palabra de Dios nos damos cuenta muy luego del inmenso valor
que Dios mismo ha puesto sobre el hogar en lo que se refiere a las responsabilidades y
posibilidades para la formación de criaturas de fe ardiente y vida piadosa
(Deuteronomio 6:5-7; Salmo 78:4-7).
Al estudiar al pueblo judío no podemos dejar de admirar la importancia que ellos le
dan en sus vidas a la educación religiosa, contribuyendo ésta a la prosperidad y
permanencia de este pueblo. Josefo, un historiador judío, dijo de su pueblo: “Nuestro
cuidado principal es el de educar a nuestros hijos, y lo consideraremos el negocio más
importante de nuestra vida doméstica”. La educación judía se dirigía conforme a lo que
ahora llamamos el plan intensivo. El hogar, la escuela y la iglesia se reforzaban uno a
otro. Estos tres cooperando juntos intensificaban y perfeccionaban el entrenamiento
religioso. Hoy existen el hogar, la escuela y la iglesia, pero no hay cooperación entre
ellos para desarrollar el programa de la educación religiosa.
La educación judía comenzaba con la madre. Sus deberes religiosos en relación con
el hogar modelaban el carácter de sus hijos. Mucho antes de que el niño pudiera asistir
a la escuela o a la sinagoga, las oraciones particulares y en familia y las ceremonias
domésticas, fueran los sábados o de las fiestas religiosas, se grababan indeleblemente en
su mente. Sentado en el regazo de su madre, el niñito aprendía las historias de
patriarcas, profetas, estadistas, guerreros, poetas, príncipes y patriotas. Las mujeres de
todos los países bien pueden aprender de las madres de Israel en cuanto a la enseñanza
de sus hijos.
Durante los años más formativos de la vida, del nacimiento a los seis años, la madre
es la compañera constante del niño, y casi su única maestra. De ella adquiere las
enseñanzas para la formación de su yo espiritual y moral. La presencia misma y el
ejemplo de una madre ejerce constantemente una influencia elevadora y estimulante.
La delincuencia juvenil sigue a la ignorancia o la negligencia de una madre durante los
días de la niñez en los cuales se forman los hábitos y las costumbres. Debido al carácter
permanente de las primeras impresiones, la contribución de una madre se multiplica con
interés compuesto. La influencia de una madre es de gran alcance no sólo sobre el
individuo, sino sobre la nación. Verdaderamente, “La mano que mece la cuna rige al
mundo”; y una buena madre es de más importancia que el conquistador de un reino.
El padre comparte con la madre una responsabilidad igual por el ambiente del hogar.
Él representa de manera especial el punto de vista masculino. Por su contacto con el
exterior, él es más capaz de dar a conocer a los niños el contenido de la sociedad,
mientras que la madre explica mejor las relaciones personales. En una familia bien
ordenada, el padre es como una corte de apelaciones. A él se le concede cierta
autoridad y cierta calidad heroica que la madre le atribuye en la presencia de los niños.
Mientras que la influencia de la madre es más marcada durante la niñez, la del padre es
más grande en el período de la adolescencia. Cualquier padre que tenga una idea
correcta de la función de la familia y una apreciación adecuada de las posibilidades que
encierra su hijo, hará del hogar el centro de su programa y subordinará a él todos los
otros intereses. Hasta que haya un reconocimiento general de que el hogar es la
universidad más importante del mundo, y los padres sus más grandes maestros, no será
posible estimar en su valor justo el medio ambiente que amolde los años de la niñez.
CUESTIONARIO
4. ¿Por qué decimos que la educación judía se dirigía conforme al plan intensivo?
7. ¿Cómo explica usted la expresión: “Una buena madre es de más importancia que
el conquistador de un reino”?
10. ¿Debe por eso el padre cristiano comportarse como un tirano? ¿Por qué?
12. ¿Por qué debe ser el hogar el centro del programa de vida y trabajo para todo
buen padre cristiano?
13. ¿Por qué se dice que el hogar es la universidad más importante del mundo y los
padres sus más grandes maestros?
14. ¿Habrá padres que nunca enseñan nada a sus hijos? ¿Por qué?
15. Después de leer la lección, haga una lista de palabras nuevas; subráyelas y
escríbalas en el siguiente espacio. Seguidamente, busque el significado de cada
una de ellas en un diccionario.
(regresar al índice)
LECCIÓN 5 (regresar al índice)
¿Qué dicen algunas personas en cuanto a la influencia de los padres sobres sus hijos?
Hay muchas opiniones y varias actitudes que una persona puede tomar en cuanto al
efecto de la enseñanza cristiana. Algunos asumen que todo es asunto de suerte y que a
los padres sólo les toca esperar para ver qué es lo que pasará con su hijo cuando crezca;
no deben preocuparse mientras el niño está pequeño. Esta actitud no está de acuerdo
con la Palabra de Dios. Proverbios 22:6 nos dice: “Instruye al niño en su camino, y aún
cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Es lamentable que hay muchos padres hoy día que tienen esta actitud de indiferencia.
Los niños pequeños hacen lo que quieren, crecen sin ninguna orientación porque los
padres están esperando que éstos crezcan para principiar a enseñarles y corregirles; pero
cuando los hijos ya han crecido se dan cuenta que es muy tarde para comenzar esta
tarea, porque el niño no quiere aceptar la disciplina que se le quiere imponer.
Otros dicen que cada niño trae un destino y que cualquier cosa que el niño debe llegar
a ser, esto será cuando sea grande.
Esta última actitud es la correcta. Reconoce el efecto de las influencias malas sobre
la vida del niño y el papel que juega su propia voluntad, pero tiene fe profunda en el
poder de las enseñanzas cristianas para contrarrestar las otras influencias malignas. Esta
actitud se basa simple e incondicionalmente en las promesas de la Palabra de Dios y se
lleva a cabo con la seguridad de que es posible criar a un niño que glorifique a Dios y
no al enemigo y al mundo.
Es muy fácil para algunos padres excusarse diciendo que ellos hicieron su parte, pero
que alguien o algo intervino e hizo fracasar sus esfuerzos. Los padres y los maestros
tenemos que estar dispuestos a tomar toda nuestra responsabilidad en la tarea de educar
o entrenar al niño. Las buenas intenciones no son suficientes.
Algunos padres cristianos han procurado criar a sus hijos en el camino recto, y sin
embargo, han fracasado. ¿Por qué? La Biblia nos da el método de impartir la
educación cristiana a los hijos: “Criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Si lo
hacemos así, por la fe descansemos en las promesas de Dios. Se nos ha dado la
seguridad de un buen éxito en este trabajo. “Si instruimos al niño en el camino que
debe andar, Dios nos ha prometido que cuando llegue a viejo no se apartará de él
(Proverbios 22:6).
Ser padre es una gran responsabilidad, pero ser padre cristiano es una responsabilidad
mayor, porque no sólo debe velar por las necesidades físicas de su hijo sino que debe
darle importancia especial a sus necesidades espirituales.
CUESTIONARIO
1. ¿Deben los padres cristianos esperar a que sus hijos crezcan para principiar a
darles instrucción religiosa? ¿Por qué? Escriba tres buenas razones.
2. ¿Por qué un hijo que se le deja que haga lo que él quiere durante sus primeros
años de vida, cuesta que acepte la disciplina después, a tal grado que a veces es
imposible lograrlo?
3. ¿Cree usted que un niño mentiroso o desobediente ya nació así? ¿Por qué?
4. ¿El buen entrenamiento hará que el niño posea un carácter cristiano? ¿Escriba
algunas razones.
5. Si el buen entrenamiento no forma un carácter cristiano, ¿para qué sirve la
instrucción que se le da a los niños?
6. ¿Cree usted que en nuestras iglesias hay muchos padres que evangelizan a sus
hijos? ¿Qué razones tiene usted para creer esto?
8. ¿Cómo pueden los padres evitar las influencias malas que pueden afectar a sus
hijos?
9. Ya que hay influencias malas que no pueden evitarse ¿Cómo se combaten éstas
para que no lleguen a perjudicar la vida y el carácter del niño?
10. ¿Será posible para los padres cristianos criar a sus hijos con la seguridad de que
sus vidas glorificarán a Dios, y no al mundo y al enemigo? ¿Cómo pueden
lograrlo?
11. ¿Pueden los padres cristianos culpar a una persona o a la iglesia por el fracaso de
sus hijos? ¿Por qué?
12. ¿Cuál es el método que la Biblia nos da para impartir educación cristiana a los
hijos?
13. ¿Por qué ser padre cristiano incluye una responsabilidad más grande?
14. Subraye todas las palabras nuevas. Busque el significado de cada una de ellas
en un diccionario, y seguidamente escriba cada palabra en el siguiente espacio.
(regresar al índice)
A veces es muy fácil amonestar para algunos padres, maestros de Escuela Dominical
o Superintendentes de la misma, predicadores y todos aquellos que les gusta dar
“pláticas” a los niños. Pero el peligro más grande consiste en dar amonestaciones sin su
acompañante escritural, la disciplina (manera de criar, educar o alimentar al niño).
Toda amonestación sin disciplina puede hacer que el niño se sienta dudoso, sin interés y
aun antagonista al evangelio.
La madre que amonesta a su hija para que “ame a todas las demás niñas”, pero que al
mismo tiempo se muestra en actitud jactanciosa e indiferente con otras señoras de la
comunidad, habla tan fuerte con esa manera de actuar que su amonestación no será
recibida por su hija. Es importante que los padres vivan todos los preceptos y
proverbios que tan libremente dicen a sus hijos lo que deben hacer. Viviendo lo que se
dice no sólo tiene más valor y aceptación por parte de los niños, sino que también es
muy probable que disminuirá el número de amonestaciones.
La sabiduría adquirida por la experiencia puede ser pasada a otros por medio de la
amonestación, pero puede convertirse en regaño cuando se repite constantemente la
misma cosa sin un propósito determinado. También el tono de voz debe ser tomado en
cuenta.
Cuando hacemos algunas prohibiciones a los niños, debemos decirles la razón o
razones de las mismas. No esperemos que el niño obedezca ciegamente sólo porque sus
padres lo dicen. Él tiene una mente y necesita razones en las cuales pensar, que puede
comprender y que le traigan convicción. Es muy fácil decir “no debes hacer esto”, pero
es difícil explicar el por qué, y sólo nos damos cuenta de ellos cuando el niño nos
pregunta ¿por qué no lo debe hacer? Nunca debemos dar como razones: “Porque en
nuestra iglesia no creemos en tales cosas” o “porque lo digo yo”. Estas razones no lo
convencerán.
Sólo los padres que están dispuestos a ser amonestados por el Señor, están en
condiciones de amonestar en el Señor. ¿Están ustedes aceptando las amonestaciones de
Dios? ¿Está su vida en condiciones de amonestar en el Señor? ¿Están las relaciones de
esposo y esposa creando un ambiente propio para la amonestación espiritual de los
hijos? Dios quiere ayudar a los padres cristianos en sus relaciones mutuas, con sus
hijos, en el hogar y en el trabajo para que vivan de acuerdo a las amonestaciones del
Señor.
DISCIPLINA INDIRECTA
¿Qué es importante, lo que se les dice a los hijos o lo que en realidad son los
padres? El ejemplo de los padres, lo que los hijos ven en ellos diariamente, es lo
que vale mucho más que las palabras. Hay un refrán que dice: “Lo que haces
habla tan fuerte que no oigo lo que dices”.
Muy pocos son los padres que están conscientes de que su actitud y conducta
impresionan la mente de sus hijos de una manera poderosa y perdurable. La
disciplina se necesita demostrar con hechos, pues no sólo consiste en repetir
proverbios. Dar instrucciones puede ocupar sólo unos minutos al día, pero
disciplinar por medio del ejemplo es un proceso continuo. Es muy importante
enseñar la Palabra de Dios a nuestros hijos, pero es más importante aún
demostrar la Palabra de Dios en nuestra vida diaria.
Los niños son lo que son sus padres. De ellos aprenden por medio de su vida
religiosa y espiritual durante las veinticuatro horas del día y los siete días de la
semana. Es cierto que muchos niños de hogares inconversos que se convierten,
incluso hay hijos que se vuelven más fuertes espiritualmente que sus padres,
pero lo corriente es que los niños de hogares cristianos aprenden todas las
doctrinas fundamentales de la Palabra de Dios por medio de la vida y el ejemplo
de sus padres.
Los padres deben demostrar a sus hijos que los aman y es bueno que no sólo
lo demuestren con hechos, sino que de vez en cuando se los digan con palabras.
Muchos niños se dan cuenta que se suplen sus necesidades físicas o materiales,
pero no se hace con amor.
Si en el hogar los padres juegan con sus hijos, toman en cuenta sus deseos e
intereses, hacen planes juntos, van a la iglesia como familia, tienen un tiempo
devocional y de adoración en el cual los niños toman parte activa, allí habrá
bendición y felicidad. Allí los niños aprenderán a orar y leer la Palabra de Dios.
Si padres e hijos trabajan juntos en el hogar, si no muestran preferencias por
ciertos hijos, en ese hogar los niños estarán aprendiendo muchos hábitos buenos
y su ambiente será de paz y felicidad.
Recuerden que la paciencia, bondad, mansedumbre, templanza y fe serán
igualmente aprendidos. Las influencias silenciosas que nutrirán y desarrollarán
el carácter del niño en el Señor son el fruto del Espíritu Santo en la vida diaria
de los padres cristianos. Cuan atractivo será Cristo para aquellos hijos, porque
es Él quien ha dado ese espíritu de amor, gozo y paz a su hogar.
Para muchos padres disciplinar a los hijos significa, según ellos, forzar la
arbitraria autoridad paternal. Creen que el hijo disciplinado es aquel que salta
cuando oye el ruido del látigo; que no debe bajo ninguna circunstancia expresar
una opinión o hacer una decisión; el que obedece sin hacer preguntas, aún de las
órdenes más descabelladas. Pero esta no es una forma de criar a los hijos en la
disciplina del Señor, ni podemos llamarle “disciplina cristiana”. Esto sería criar
a los hijos en un ambiente de violencia.
El extremo opuesto es el de criar a los hijos sin ningún control paternal y por
lo mismo sin ninguna disciplina. El niño hace lo que se le antoja y luego
domina la vida de los adultos que le rodean. Entre estos dos extremos está el
camino que se debe seguir.
Las madres y padres que han renunciado a su deber de disciplinar a sus hijos
también han perdido privilegios y alegrías. La disciplina tiene dos funciones
principales: la de formar hábitos en el niño que le serán útiles y la de modificar o
cambiar todos aquellos que son inservibles o malos. Si un niño posee un mal
hábito no nació con él, lo adquirió por medio de la imitación o el aprendizaje.
Todo hábito malo debe ser corregido.
Cuando los padres imponen una disciplina a base de temor, los hijos obedecen
porque es su deber, pero no lo hacen porque lo desean y quieran agradar a sus
padres. Tienen miedo de quebrantar la autoridad paterna. ¿Será ésta la
disciplina del Señor? Como cristianos, ¿Estamos obedeciéndole por temor o
porque le amamos y deseamos honrarle?
Cuando los padres hacen que sus hijos les obedezcan ciegamente y por temor,
llegará un día cuando su hijo o hija se revele. La expresión: “Hazlo porque yo te
ordeno” no es una razón para que el niño obedezca. Con frecuencia y
honestidad los padres deben analizar lo que han dicho. ¿Les gustaría que
alguien a quien ustedes necesitan obedecer tomara esta misma actitud? El
problema de disciplina abarca no sólo a los hijos, sino también a los padres.
Deben estar seguros que están demandando obediencia no sólo por su propio
beneficio, sino por el bien de sus hijos. El padre que no practica la disciplina en
su propia vida, no podrá imponerla en sus hijos. Si el padre y la madre ganan el
respeto y amor de ellos, éstos les obedecerán con alegría. Todo padre que es
firme en sus decisiones y cumple lo que promete ganará el respeto y admiración
de sus hijos.
Otra cosa que es importante que los padres sepan es que el juego es algo muy
real e importante en la vida del niño. Él lo considera tan serio como el trabajo
para el adulto. Muchas veces la desobediencia del niño es provocada porque el
padre interrumpe al niño en su juego de una manera sorpresiva y demanda
obediencia inmediata. El niño necesita tiempo para hacer los arreglos necesarios
en su juego antes de obedecer. Por ejemplo, un niño piensa no venir
inmediatamente a comer o acostarse porque está jugando. La niña vendrá con
gusto si le advertimos que es tiempo de que acueste su muñeca porque también
es hora de que ella vaya a comer o a dormir. En vez de hacer que Juanito
interrumpa su juego bruscamente, le podemos decir que debe estar listo para
venir a la mesa durante cinco minutos. También le podemos advertir que debe
venir tan pronto como termine de descargar su camión.
CUESTIONARIO
3. ¿Por qué es importante que los padres vivan lo que enseñan o dicen a sus hijos?
4. ¿Por qué es importante que les digamos a los niños las razones de nuestras
prohibiciones?
5. ¿Cómo debemos dar nuestras amonestaciones a los niños y de qué medios nos
podemos valer para darlas?
6. ¿Por qué son importantes todas las influencias espirituales que el niño recibe
antes de su conversión?
7. ¿Por qué sólo los que están dispuestos a ser amonestados por el Señor, están en
condiciones de amonestar en el Señor?
8. ¿Cómo explica usted el refrán: “Lo que haces habla tan fuerte que no oigo lo que
dices?
10. ¿Por qué se dice que los niños son, lo que son sus padres?
11. ¿Cómo pueden los padres cristianos mantener en su hogar un ambiente lleno de
paz y felicidad para sus hijos?
13. ¿Qué debemos utilizar para que la disciplina sea practicada con sabiduría?
15. ¿Por qué deben los padres evangélicos formar en sus hijos hábitos cristianos
desde muy temprana edad?
16. ¿Por qué no es bueno hacer que los hijos obedezcan por temor?
17. ¿Cómo pueden los padres ganar el respeto, admiración y amor de sus hijos?
18. ¿En qué forma los padres pueden provocar a sus hijos para que les
desobedezcan?
19. ¿Por qué no es bueno castigar al niño por toda falta que comete?
20. En los espacios en blanco, escriba las palabras nuevas. Luego busque el
significado de cada una de ellas en un diccionario.
(regresar al índice)
EL MAESTRO CRISTIANO
En las lecciones anteriores hemos procurado dejar muy claro que los padres
Cristianos tienen la primera oportunidad y privilegio de brindarles a sus hijos Educación
Cristiana. Sabemos por la dura experiencia, y con tristeza lo diremos, que hoy día el
hogar cristiano ha echado sobre los hombros de la iglesia gran parte, sino toda, la
responsabilidad de esta tarea. Por esa razón la Escuela Dominical ha alcanzado un
primer lugar en los dominios de la enseñanza cristiana. ¿Está aceptando su iglesia esta
gran responsabilidad? ¿Hay cristianos consagrados en su iglesia dispuestos a sacrificar
sus energías tiempo y aún dinero para dedicarse a la difícil, pero importante tarea de
instruir a los niños, jóvenes y adultos de su congregación y comunidad?
El sublime mandamiento de Cristo de enseñar a todas las gentes es, hasta cierto
punto, obligatorio para todos los creyentes del mundo entero. Pero juntamente con el
mandamiento nos dio una promesa: “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). El Señor quiere que enseñemos actitudes,
apreciaciones, hábitos, conducta, procedimientos y todas las cosas mandadas por Él.
Hoy más que nunca se necesitan maestros consagrados al Señor; que dediquen todo
su corazón, entusiasmo, tiempo y energía a la tarea de instruir a otros, para que tanto los
niños, los jóvenes y adultos de nuestra iglesia, crezcan espiritualmente. Solamente así
podemos tener una iglesia fuerte, con creyentes llenos del Espíritu Santo, dispuestos a
honrar y servir al Señor.
El maestro, para que pueda cumplir con su verdadera tarea y responsabilidad, debe
ser una persona convertida y llena del Espíritu Santo. El maestro que no es cristiano en
hechos y en verdad, desacredita el puesto sagrado que tiene, y su primera
responsabilidad es arreglar su vida con Dios o renunciar al cargo que desempeña en la
iglesia.
CUESTIONARIO
7. ¿Qué requisitos debe llenar toda persona para ser maestro de Escuela
Dominical?
9. ¿Cuándo podemos decir que una vida está identificada con Jesucristo?
10. ¿Cómo explica usted la expresión: “La vida de quien enseña es la vida de lo que
enseña?
11. ¿Por qué es importante que el maestro muestre interés en sus alumnos?
14. Enumere las cualidades que debe revelar la experiencia y el carácter del maestro
de Escuela Dominical.
15. Después de investigar el significado de las palabras nuevas que encontró en esta
lección, escríbalas en espacio que a continuación se le indica.
(regresar al índice)
Muchos maestros trabajan mes tras mes sin ningún propósito definido, excepto el de
presentar el material que se les ha dado. No tienen un objetivo, a uno le falta interés,
vigor y propósito. También les faltan los medios para medir el resultado de la
enseñanza. No se dirige a ninguna parte, y por lo tanto no sabe si ha llegado o no al
lugar deseado. Es por eso que una de las ayudas más importantes en la enseñanza es la
de tener propósitos claros y definidos.
Jesús nunca enseñó sólo porque se lo pidieran. Él lo hizo con un propósito, y siempre
tenía fines definidos que lograr. Él sabía lo que quería y se disponía a realizarlo. Él
entendía a donde iba y caminaba hasta legar a la meta, sin importarle todos los
obstáculos y la oposición que encontrara.
El dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia
(Juan 10:10). “No temáis, manda pequeña; porque al Padre ha placido daros el reino”
(Lucas 12:32). La vida que Él trajo y de la cual enseñaba era eterna, no temporal; era
espiritual, antes que material. Insistió en fijar su atención en las cosas más importantes
(Mateo 5:10-12).
Jesús no sólo trató de ganar a sus discípulos a una fe en Sí mismo como Salvador,
sino también como Rey. Quería que ellos creyeran que Él era el Mesías prometido y el
Rey que vendría (Juan 4:25,26). También Jesús tenía como propósito preparar y
ensañar a sus discípulos a que fueran sus testigos. Él les dijo: “Venid en pos de Mí, y os
haré pescadores de hombre” (Mateo 4:19). Con este fin los envió a enseñar y
evangelizar bajo su dirección (Mateo 28:19). Si leemos detenidamente las enseñanzas
de Jesús descubriremos que Él siempre tenía un propósito definido que deseaba lograr.
¿Cuál debe ser el propósito del maestro cristino al enseñar? Para formar el destino
inmortal de un alma de acuerdo con la Palabra de Dios, el maestro debe:
La vida más abundante que Cristo enseñó a sus discípulos debe ser el tema
maravilloso del maestro cristiano. I Corintios 2:9 dice: “Cosas que ojo no vio,
ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado
para aquellos que le aman”. Es el privilegio del maestro cristiano revelar al Dios
cuya grandeza es inescrutable, y Sus propósitos llenos de gracia para sus hijos.
Es en la Biblia donde aprendemos del interés que nuestro Dios todopoderoso
tiene en esta tierra, que es sólo como un punto en la inmensidad del universo, y
de Su gran amor para todas las criaturas sin esperanza e impotentes que la
habitan. Todo maestro debe estar consciente del precio tan alto de un alma
inmortal y de la eterna felicidad que Dios quiere brindar a cada ser humano.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan
3:16).
II. Guiar a cada alumno a recibir y confesar a Jesucristo como Salvador y Señor.
Tal como lo hizo Jesús procurando despertar en sus seguidores esa fe
salvadora en Sí mismo como el único Redentor, el maestro necesita reconocer su
responsabilidad de presentar a Cristo como el único Camino, el único medio de
obtener la salvación y vida eterna. Cada alumno debe ser guiado a poner en el
Señor Jesús su fe y confianza, acepándole como su Salvador personal. Para
lograrlo, el maestro no dejará de presentar claramente el plan de salvación tal
como lo encontramos en la Palabra de Dios. Debe orar por cada alumno en
forma sincera, procurando por medio de palabras oportunas y cariñosas, traerle a
un encuentro personal con Cristo.
Nunca hemos de presionar a ninguno para que haga tal decisión, pues debe ser
espontánea y voluntaria, como resultado de un tiempo de preparación cuidadosa,
y no por insistencia del maestro. El alumno ha de estar convencido de su
necesidad personal y anhelar lo que Cristo le ofrece. Aceptar a Cristo es sólo el
primer paso. El maestro no estará satisfecho hasta que haya logrado que cada
alumno rinda su vida completamente a Cristo como el Señor de su existencia.
III. Preparar y enseñar a cada alumno a cumplir los propósitos de Dios en su vida.
Todo cristiano ha de “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo”. Por lo tanto, el maestro debe ser un edificador de vidas y
un ganador de almas. Es su responsabilidad obedecer al mandato divino:
“apacienta mis corderos” (Juan 21:15).
a. Adoración
b. Conducta Recta
c. Servicio
El crecimiento espiritual se manifiesta también con hechos por medio
del servicio. El niño creyente debe ser tomado en cuenta como un
cristiano activo, listo y deseoso de servir al Señor. Muchas veces hay
quejas de que en nuestras iglesias no existe entusiasmo por servir. Se le
deja la responsabilidad a una sola persona habiendo jóvenes, niños y
adultos creyentes con deseos de aprender, pero ninguno se ofrece para
hacer algo. ¡Padre cristino, pastor y maestro de Escuela Dominical,
ustedes tienen en sus manos la gran oportunidad y el privilegio de dar
esta clase de instrucción!
1. Trataré en todo tiempo de vivir una vida cristiana de oración que sea un digno
ejemplo a mis discípulos.
2. Seré fiel a la iglesia, aceptando sus doctrinas, practicando sus reglas, fielmente
asistiendo a sus servicios y sosteniendo a sus líderes.
3. Trataré de ser un ganador de almas trabajando personalmente por presentar los
postulados evangélicos a los que no son salvos e invitándoles a venir a la casa de
Dios.
4. Estimularé a mis discípulos convertidos a que se unan a la iglesia.
5. Asistiré a las reuniones de maestros y oficiales de la Escuela Dominical,
compartiendo en los planes tanto como me sea posible, y seré guiado por los
reglamentos adoptados.
6. Procuraré hacer planes para pasar cuando menos una hora cada semana en la
preparación de mi lección, y estar presente a tiempo el domingo en la mañana.
7. Trataré de conocer bien a cada uno de los miembros de mi clase, visitando a los
discípulos en sus casas, o poniéndome en contacto con ellos por todos los
medios posibles fuera de las horas de clase.
8. Trataré de que mi enseñanza progrese este año asistiendo a las clases de
preparación o leyendo al menos un libro que trate sobre la parte que a mí toca en
el trabajo de Escuela Dominical.
9. Me pondré en contacto cada semana con los ausentes de mi clase o haré arreglos
para que estos contactos se lleven a cabo por los miembros de mi clase.
10. Procuraré aumentar la lista y asistencia de mi clase por medio de la visitación
personal y estimulando a los miembros de la clase a traer nuevos alumnos.
CUESTIONARIO
4. ¿Cuál debe ser el propósito triple del maestro de Escuela Dominical al enseñar?
6. ¿Qué debe hacer el maestro para lograr su propósito de guiar a cada alumno a
los pies del Salvador?
13. ¿Por qué la influencia del maestro de Escuela Dominical no es tan poderosa
como la de los padres?
14. ¿Qué oportunidades de servicio se les puede conceder a los niños creyentes de
nuestra iglesia?
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LECCIÓN 9 (regresar al índice)
Debemos reconocer las posibilidades potenciales que trae en sí cada recién nacido.
Necesitamos preocuparnos porque las primeras impresiones que reciba sean las
correctas. La mayor parte de los problemas que surgen en la niñez y en la adolescencia
hallan su solución en tres palabras: COMIENCE MAS TEMPRANO. Por esta razón
principiaremos nuestro estudio desde los primeros años de vida.
INFANCIA
(Del nacimiento a los 3 años)
Hoy día muchos padres y madres no han reconocido que sus hijos son una
herencia de Dios, y descuidan dedicarlos al Señor. Por esta razón la iglesia tiene
la Lista de Cuna con un propósito triple:
PRIMERA NIÑEZ
(Niños de 4 a 5 años)
Los padres y los maestros saben que se necesita mucha paciencia para
contestar al torrente de preguntas que brotan de un niño. ¿Será justo que
llevemos a un niño a un lugar donde ha de descubrir algo nuevo y luego le
privemos del derecho de ser oído? Al regañar a un niño cuando pregunta y al
obligarlo a que permanezca en silencio hay peligro de que suprimamos su
búsqueda natural del saber, además, de su deseo natural del expresarse.
Los padres y los maestros deben ser estrictamente veraces al contestar las
preguntas del niño. Si la contestación es sincera, debe satisfacerle; por otra
parte, no es necesario que la explicación sea de su comprensión. Si el niño
recibe una contestación que no le satisface puede ser que él mismo suplirá una
respuesta a su pregunta, pero en tales casos respetará más a quien confiesa su
falta de información sobre el asunto.
Aun cuando se hace todo esfuerzo para rodear al niño con la verdad, es
posible y no improbable que descubra una mentira aun en este período temprano
de la vida. Las mentiras de los niños de esta edad pueden dividir en tres clases:
a. Las declaraciones exageradas. Pueda ser que haya oído hablar a sus
padres en estos términos y él ya se ha formando el hábito de hablar así
también. Quizás quiera impresionar a otros, y por esto cuenta grandezas
de sí mismo.
b. Las respuestas inexactas. Estas pueden ser que se deban en parte a la
distracción, y en parte al olvido. El niño no puede contestar con
exactitud, y por eso da la contestación más fácil que se le ocurre.
c. El engaño provechoso. Un niño puede descubrir que una mentira le sirve
muy bien para salir de un apuro, y así puede adquirir la costumbre de
mentir cuando halla que nadie lo descubre, o porque se le castiga cuando
confiesa una falta. Es mejor estimular al niño a confesarlo todo, sin
esconder nada de sus padres, pero las mentiras no deben pasar
inadvertidas.
Así como el niño llega a amar a su padre y a su madre, puede llegar amar a
Dios. No puede comprender a Dios como Creador y Soberano, pero le
comprenderá como padre.
CUESTIONARIO
3. ¿Por qué es tan activo el niño desde que nace hasta los tres años?
5. ¿Cómo aprende a distinguir entre lo bueno y lo malo el niño que está en esta
primera etapa de la vida?
6. ¿Por qué no es bueno pegarle al infante por cualquier falta, así como tampoco es
bueno consentirle todo?
10. ¿Por qué no debemos reprender al niño de esta edad cuando hace preguntas?
11. ¿Por qué es importante que respondamos con veracidad las preguntas de los
niños?
13. ¿A qué clase de la Escuela Dominical van los niños de 4 y 5 años cuando la
división de clases se hace según las edades?
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NIÑEZ MEDIA
(6 – 8 años)
Está muy claro que el niño necesita más que nunca un programa lleno de
actividades. Pasará mucho de su tiempo en:
A. EL JUEGO
Los juegos de los niños de estad edad son diferentes a los de los niños de la
etapa anterior. Notaremos que:
1. El niño ya no juega solo. Asistir a la escuela le proporciona
compañeros. Tienen juegos con reglas sencillas. Antes todo el juego
tenía por centro al niño mismo; pero ahora tiene una disposición
creciente de cooperar con otros y de promover el interés del grupo más
bien que de sí mismo.
2. Su juego tiene propósitos más definidos. Ya no es el ejercicio sin objeto
de otros días, ahora hay evidencias de un propósito constructivo. Quiere
adiestrarse en ciertos movimientos, tales como tirar la pelota para que
pueda tomar parte en el juego. Los juguetes ya tienen más significados
que antes. Los juguetes sencillos hechos en el hogar, que se adapten a su
instinto constructivo, son mejores que los que sólo sirven para divertirle.
La esencia del juego es el goce de la actividad más que la admiración
pasiva de una perfección mecánica.
3. El sexo determinará el juego y los compañeros del mismo. Entre los
cinco y seis años notamos alguna diferencia entre los niños y las niñas en
el escogimiento de sus juegos. Los varones prefieren los juegos activos
que requieren contiendas y luchas. Las niñas gozan más con sus
muñecas y muebles en miniatura. Las muñecas sin vestidos despertarán
los instintos de modista y costurera; en cambio el trabajo manual del
varón producirá buques, barriletes, trompos y toscos juguetes.
B. EL TRABAJO
A. LO VERDADERO Y LO IMAGINARIO
Ahora se le debe presentar la Biblia tal como le será presentado en los años
venideros. Debemos decirle al niño la verdad y mantenernos fiel para que no
sufra la agonía de la duda y pierda la confianza en el hogar y en la iglesia, ni en
sus padres y maestros.
B. LO BUENO Y LO MALO
El niño principia a comprender algo del gran conflicto entre el bien y el mal.
Reconoce que él mismo está siendo atraído a esta guerra. Comienza a sentir la
experiencia del fracaso moral y a reconocer su propia debilidad. Descubre que
hay niños buenos y malos. Distingue entre sus hechos buenos y malos, no sólo
por las consecuencias, sino también por el efecto sobre su propia paz y
felicidad. Una mentira a los cuatros años es asunto mucho más serio para el
niño, que a una edad menor. Una conciencia no endurecida es un aliado
poderoso para el bien. El niño concienzudo es el producto de una atmósfera en
donde “todo lo amable, todo lo que es de buen nombre” se comunica
espontáneamente.
Es por eso que tanto los padres como los maestros deben ser cuidadosos de
poner en práctica todo lo que tratan de enseñar con palabras a los niños. Es un
error irreparable decirle a un niño que la mentira es algo horrible, y entonces
contradecir este dicho al engañar a otra persona no diciéndole la edad exacta del
niño. Un niño tiene toda la razón de creer que sus maestros y sus padres
practican lo que enseñan, hasta que descubra que no es así.
NIÑEZ AVANZADA
(9 – 11 años)
I. FÍSICAMENTE ES UN EXPLORADOR
B. El amor a la naturaleza.
El niño anhela estar fuera de la casa. Los campos y los bosques le llaman. Le
encantan las aventuras y halla en los montes un mundo hasta ahora desconocido.
A. Las colecciones
En esta edad se apodera del niño una pasión para investigar máquinas de toda
clase. Aprecia los juguetes mecánicos, trata d averigua los principios de su
movimiento, y si lo destruye no lo hace por maldad o intencionalmente, sino
más bien con el propósito de reconstruirlos. No sólo los juguetes, sino los
relojes de toda clase corren peligro. Es bueno proveer al niño de objetos que
satisfagan su curiosidad mecánica. Además, si le proveemos herramientas
convenientes, el niño podrá desarrollar las ideas que le proporcionan sus
investigaciones.
C. La lectura
D. La memoria
Los niños y las niñas de nueve a doce años ya no tienen los mismos intereses,
ni gozan de los mismos juegos. Los varones sienten repugnancia hacia la
conducta tranquila de las niñas; mientras que las niñas hallan grosero el
comportamiento ruidoso y bullicioso del muchacho. A esta dad el niño está
aprendiendo lecciones de lealtad a su grupo; en cambio entre las niñas, celos
insignificantes quedan como fuerza que las divide y estorban la cooperación del
grupo como unidad. El grupo de niñas trata con indiferencia despreciativa a
otros grupos rivales; mientras que los de varones pelean abiertamente. Los
miembros de los grupos de niñas también se desprecian y pelean entre sí; en
cambio los varones son leales a los miembros de su grupo y se defienden unos
con otros.
B. La tendencia a la organización
El grupo de niños o niñas tiene poca organización, siendo éste el primer paso
en esta dirección. Los niños de esta edad descubren que pueden conseguir más
por medio del esfuerzo organizado o de cooperación mutua. Esto viene a ser
motivo tan fundamental como el deseo de compañerismo. Los varones y las
niñas se organizan de diferente manera. Las niñas se agrupan con fines sociales
o caritativos; además, les gusta formar sociedades secretas, industriales y
literarias, tres veces más a menudo que los varones. En cambio, éstos forman
sociedades para actividades al aire libre y clubes atléticos. Los motivos de las
niñas se acercan más a la de los adultos, se organizan para fomentar la
sociabilidad, para adelantar sus propios intereses, para mejorarse así mismas y a
otros. Los varones se parecen más al hombre primitivo; se juntan para cazar,
pescar, viajar, pelear y para competir en superioridad física unos con otros.
En los primeros años, el niño imitaba a las personas, no a los ideales. Más
tarde en la vida concebirá ideales desligados a la persona. Ahora todos sus
ideales están representados por algún personaje conocido. Su héroe es una
persona. Los varones encuentran sus héroes en la vida diaria. Las niñas, al
contrario, los encuentran generalmente en los libros. Los varones escogen
invariablemente como sus héroes a hombres, pero las niñas pueden buscar su
ideal lo mismo en un hombre que en una mujer.
Todos los ideales bíblicos deben conducir a Cristo. Jesús es el Héroe de los
héroes. La culminación de todas las lecciones de los héroes debe ser llevar a los
niños a que hallen su ideal en Cristo.
B. El uso de la Biblia
Los padres y maestros pueden hacer mucho para que conozcan bien su
división en libros, capítulos y versículos, así como el contenido de sus
narraciones. Buscar rápidamente los capítulos y versículos es un ejercicio
provechoso y a la vez agradable para los niños de esta edad.
Puesto que en ninguna otra época de la vida podrá el niño aprender tanto y
recordar tan bien, debemos darle las verdades espirituales a las cuales pueda
recurrir en las emergencias del futuro. Los himnos, los salmos, versículos y
porciones escogidas, lo mismo que los hechos de la geografía y la historia
bíblica, deben ser aprendidos con toda exactitud. Mucho que no comprendan
ahora les será revelado a la mente por medio de sus experiencias futuras, y les
servirá como baluarte de fuerza contra las tempestades venideras de la tentación
y la duda.
El niño debe tener formado ya el hábito de asistir al culto público. Más tarde
será difícil obligar a ello al adolescente. Si el niño viene a los servicios debe
sentir que le reciben con agrado y quieren que venga. Una parte del culto debe
ser adaptado a su comprensión y para su participación. Un himno, una oración y
un sermón para los niños bien pueden emplearse sin menoscabo de las normas
del culto. Ellos gozarán del culto verdadero si está dentro de su capacidad de
comprensión.
CUESTIONARIO
4. ¿En qué se diferencian los juegos de los niños en esta etapa de la vida a las
anteriores?
12. ¿Cómo podemos evitar que los niños de esta edad se escabullan de la escuela
para irse al campo?
13. ¿Qué medios usa el niño de 9 a 11 años para hacer sus investigaciones?
15. ¿Por qué los niños de esta edad sienten aversión al sexo opuesto?
16. ¿Cuáles son los diferentes motivos que las niñas y los varones tienen para
organizar sus grupos?
17. ¿Cómo pueden los padres y maestros ejercer su influencia sobre estos grupos de
niños y niñas sin que éstos se den cuenta que se está interviniendo en sus
actividades?
18. ¿Cómo debe aprovechar el maestro de Escuela Dominical estos años en que
todos los ideales del niño están representados por algún personaje?
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SEMANA DE REPASO
LECCIÓN 1
LECCIÓN 2
LECCIÓN 3
LECCIÓN 5
1. ¿Por qué los padres no deben esperar a que sus hijos crezcan para principiar a
preocuparse por su educación cristiana?
2. ¿Por qué razones el buen entrenamiento no forma directamente un carácter
cristiano en el niño?
3. ¿Por qué es importante que los padres cristianos evangelicen a sus hijos?
4. ¿Cuál es el método que la Biblia nos da para impartir educación cristiana a los
hijos?
5. ¿Por qué ser padre cristiano es una responsabilidad más grande?
LECCIÓN 6
LECCIÓN 7
LECCIÓN 8
1. ¿Qué pasa cuando un maestro está enseñando sin tener un propósito definido?
2. ¿Cuáles fueron los propósitos de Jesús al enseñar?
3. ¿Cuál debe ser el propósito triple del maestro de Escuela Dominical al enseñar?
4. ¿Por qué el maestro debe ser, además de ganador de almas, un edificador de
vidas?
5. ¿Por qué la influencia del maestro de Escuela Dominical no es tan poderosa
como la de los padres?
LECCIÓN 9
LECCIÓN 10
(regresar al índice)
BIBLIOGRAFÍA
2. Benson, Clarence H. Guía de Pedagogía, Libro V. San José, Costa Rica: Editorial
Caribe.
3. Benson, Clarence H. Guía para el Estudio del Niño, Libro IV. San José, Costa Rica:
Editorial Caribe.
4. Erb, Alta Mae. Train Up a Child (adapted fron Nurture of Children) Christian Living
Series.
(regresar al índice)
http://www.institutoalma.org/CorazonYVida/Edu-idx.html
2/1/2007 15:44:20
cuáqueros