Você está na página 1de 3

En el siglo XVIII, el economista Adam Smith planteó la paradoja del diamante y el agua.

Esta
paradoja considera que a pesar de que el agua es tan útil para los seres humanos y esencial para
el sustento de la vida, sin embargo, es menospreciada y vendida excesivamente
barata. Contradictoriamente, los diamantes, cuya utilidad real para la vida es nula y
sirven únicamente en su condición de joya, se venden a precios altísimos. Las
personas pueden sobrevivir sin diamantes, pero si estuvieran en medio del desierto durante tres días,
valorarían un vaso de agua más que todos los diamantes del mundo. Los diamantes cuestan más
debido a su limitada reserva, lo contrario a la relativa abundancia del agua, que hace que cueste
poco. Pero en el momento que llegara a escasear, valdría más que todos los diamantes, y petróleo del
mundo. La conclusión de la paradoja de Smith afirma: Si la exigencia depende de la utilidad del
producto, el agua debería ser más valorada. Esta paradoja nos sirve introducción para recordar la celebración del
Día Interamericano del Agua (DIAA), celebración que se hace en América entera, con el propósito de sensibilizar a
la sociedad de lo importancia que es para la vida, aquel líquido precioso, que muchas veces menospreciamos.

El DIAA nace en noviembre 1992, cuando la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental
(AIDIS), la Asociación Caribeña de Agua y Aguas Residuales (CWWA), y la Organización Panamericana de la
Salud (OPS), firmaron una declaración en La Habana, Cuba. Los firmantes de la Declaración del DIAA vieron que
América Latina y el Caribe, cuentan con abundantes recursos hídricos, mientras que en muchas otras regiones, el
agua no abunda, y está distribuida de forma desigual entre las regiones.

El Día Mundial del Agua se origina en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el
Desarrollo llevada a cabo en la ciudad de Mar del Plata, Argentina en el año 1992, después de la cual, La
Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de febrero de 1993 la resolución por la que el 22 de marzo
de cada año, fue declarado Día Mundial del Agua.

A pesar de lo vital que es este recurso natural, no está bien administrado ni protegido en las regiones. En
muchas áreas pobres, el acceso al agua potable o a los servicios de agua es problemático. En otras áreas, los
servicios de abastecimiento de agua son asequibles, pero la calidad no es ideal para salud.
El acceso al agua potable en suficientes cantidades es un derecho, no un privilegio. Por eso todos los
ciudadanos deben velar por este derecho.

Es frecuente ver a la gente que deja el grifo abierto indolentemente cuando lava los
platos o cuando se baña, puesto que no le cuesta nada el servicio. Se ve la
irresponsabilidad de las industrias que contaminan ríos con desechos tóxicos, por
evitarse pagos relacionados con el tratamiento de sus desechos.

Enfermedades bacterianas y parasitarias como el cólera, se transmiten por lo general,


con el agua contaminada. Muchas enfermedades infecciosas pueden ser contraídas al
bañarse, o al ingerir pescado o mariscos crudos o parcialmente cocinados en aguas
residuales provenientes de la costa. Se ve la irresponsabilidad de las industrias que
contaminan ríos con desechos tóxicos, por evitarse pagos relacionados con el tratamiento de sus desechos.

Enfermedades bacterianas y parasitarias como el cólera, se transmiten por lo general, con el agua contaminada.
Por esto, y por muchos casos más, se establece el DIAA, para informar y alfabetizar al público de América, la
importancia del agua en nuestras vidas. Es un llamado de atención, para aquellos que no la cuidan, y la gastan
irresponsablemente. Si ha habido bastantes mejoras en la distribución del agua potable en áreas deprimidas de
América Latina y el Caribe, y crecientes mejoras en la salud, en los niños, los estudios siguen revelando que
muchas enfermedades se siguen atribuyendo a la ingestión de agua contaminada.

Estas enfermedades siguen siendo una de las principales causas de muerte infantil. El DIAA destaca, por
consiguiente, la relación entre el agua y la buena salud; los individuos, comunidades y gobiernos necesitan
colaborar entre sí para asegurarse de que haya agua potable. El agua no solamente reduce la incidencia de las
enfermedades, sino que mejora la calidad de vida, por eso cuidémosla, comprometámonos a
no malgastarla, cada gota cuenta.

Tengamos en cuenta que afrontamos un aumento rápido en la demanda hídrica. Cada día el
planeta está más poblado, y a esto se suma la contaminación, cada vez mayor, del medio
ambiente, el calentamiento global, y la falta de una protección estricta de los recursos naturales. Nosotros somos
privilegiados porque vivimos en zonas en que abunda el agua, y por eso no la cuidamos como se debe. Por eso el
cuidado de nuestros recursos naturales está a cargo de organismos internacionales que velan por el medio
ambiente
1. Lavado de las manos y los dientes y al afeitarse. No dejar correr inútilmente el agua y
emplearla sólo cuando es necesaria.

2. Uso del inodoro. Descargar el agua sólo cuando es indispensable.

3. El baño y lavado del cabello. Cerrar el agua cuando se está enjabonando.

4. Limpieza de los utensilios de cocina. Enjabonar todo primero y luego enjuagar. No dejar correr el agua sin
necesidad.

5. Lavado de la ropa. Usar la lavadora a su máxima capacidad cada vez, lo que ahorra agua y energía. Cuando se lava
a mano, hay que mojar la ropa, frotar ligeramente y luego enjuagar. No dejar correr innecesariamente el agua.

6. Preparación de alimentos. Usar solamente el agua necesaria. No desperdiciar los caldos.

7. Aseo de la vivienda. Usar un balde de agua para medir y controlar la cantidad de agua para el
lavado del piso u otros lugares. No emplear mangueras porque se gasta el agua innecesariamente.

8. Riego del jardín. Tratar de no emplear agua potable, sino reutilizar el agua que se haya empleado
en otros fines. Es mejor regar al atardecer y usar solo el agua necesaria, así la tierra absorberá el
agua y no habrá mucha evaporación. Rediseñar los jardines con plantas que requieran poca agua.

9. Lavado de automóviles. Eliminar la costumbre de emplear mangueras, más bien usar un trapo húmedo y una
cantidad controlada de agua en un balde. Estas sencillas medidas pueden ahorrar

RECORDEMOS QUE SI COMBATIMOS EL DESPERDICIO PODREMOS CONTRIBUIR A QUE TODOS Y TODAS


CONTEMOS CON AGUA HOY, Y EN EL FUTURO.

¡NO AL DESPERDICIO, NI A LA ESCASEZ!

Você também pode gostar