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Atacameños

Ubicación Geográfica
Son una etnia indígena de Sudamérica que habitó en el interior del desierto de Atacama (Norte de Chile
y la Argentina y Sur de Bolivia), en torno al curso del río Loa hasta Copiapó, ocupando también las
quebradas y valles de este desierto y los faldeos de la cordillera de los Andes incluyendo toda la Puna
meridional o Puna de Atacama.
Sus descendientes actuales en gran parte viven en las tierras ancestrales formando parte de la población
criolla con el conjunto llamado “Colla”.
Antecedentes Históricos
Los atacameños, atacamas (forma más utilizada en la Argentina), también llamados alpatamas,
kunzas, likan-antai o likanantaí (en su idioma llamado kunza).
En 1536 llegan los primeros conquistadores españoles y es finalmente anexada en 1556 al dominio
español. En el siglo XVIII el atacameño Tomás Paniri se une a los levantamientos de Túpac Amaru II y
Túpac Katari.
En 1824, la región pasa a formar parte de Bolivia y en 1883 parte de Chile. En 2007 se estima la
población de “atacameños o licanantai” de 21.015 personas.]
Los atacameños protegían sus poblados con murallones construidos de rocas, verdaderos fuertes
llamados pucará.
Formas de Vida
Desarrollaron una importante artesanía en cerámica y, además, fueron el primer pueblo que comenzó a
utilizar el mineral de cobre que extraían de Chuquicamata y el oro de Inca.
Los nombres de sus aldeas hoy en día aún subsisten, como los oasis de Quitor, Chiu-Chiu, Lasaña,
Turi, Topayín, Susques, Calama, Toconao, Antofagasta de la Sierra y uno de los más importantes
y centro de su cultura, el oasis de San Pedro de Atacama junto a la antigua ciudad de Tastil.
Su idioma era el kunza recientemente extinguido, se mantienen algunas pocas palabras en el uso
coloquial.
Fue un pueblo agricultor y ganadero que tuvo la capacidad de aprovechar la escasa agua existente y
obtener cosechas abundantes.
Debido al escaso terreno agrícola, los alimentos de este origen no eran suficientes por lo cual se criaban
las llamas y alpacas como animales de carga y también se alimentaban con su carne y se vestían con sus
pieles y la lana que obtenían de ellas.
Crearon un sistema de siembras en terrazas, con el fin de que el agua no escurriese y evitar el arrastre de
la capa del suelo orgánico y fértil. Sus cultivos fueron variados, se alimentaban principalmente de
verduras que ellos mismos sembraban y cosechaban tales como calabazas, zapallo, ají, porotos,
tabaco (usado principalmente con fines rituales), tunas, maíz y sobre todo papas.
También se alimentaban de carne ya que criaban animales y de pescados y mariscos que intercambiaban
con los changos que se asentaban en la costa, por medio de trueques, principalmente les intercambiaban
su carne hecha “charqui”.
Su organización social se constituye por comunidades pequeñas autónomas aisladas en las cuales las
familias están relacionadas por un linaje común. Siendo un hombre de edad mayor quien ocupa el cargo
hereditario de jefe.
Leyendas
Los Atacameños creían en varios dioses, según sus creencias, estos dioses vivían en lo alto del volcán
Lincacabu, también en una vida después de la muerte, por este motivo sepultaban a sus muertos con
todo lo necesario para el largo viaje que les esperaba.
El alicanto
Pájaro mitológico de la Región de Atacama, que conocieron los mineros de la Colonia, cuando los primeros
cateadores salían a recorrer nuestra árida geografía en buscar de riquezas. La leyenda es muy antigua,
del siglo XV, antes de la llegada de los españoles, época en que nuestros antepasados indígenas,
trabajaron las primeras vetas que fueron parte importante en los ricos adornos de oro y plata del Imperio
Inca, en el Cuzco. Cualquiera sea su origen esta leyenda se arraigó en Atacama y aquel minero que
recorre el desierto buscando reventones de riqueza, su derrotero, piensa secretamente en encontrar esa
ave misteriosa de la cual muchos cateadores dieron fe de haberla ubicado y que, por fortuna, les llevo a
encontrar el anhelado tesoro.
¿Cómo es el Alicanto?: Mediano, como del tamaño de un pato cordillerano, delicada cabeza, como la de
un cisne; hermosos colores, elegante vuelos, ojos maravillosos. Los mineros lo distinguían en las
soledades de Atacama, desde mar a cordillera, por el color del mineral que había saciado su apetito
(amarillo oro; plomo plata). Otros lo identificaban por su belleza cuando volaba en procura de su comida,
puesto que era su
característica principal el mimetizar sus alas antes de alimentarse. Los cateadores eran felices cuando lo
ubicaban en pleno vuelo y su sueño siempre ha sido que se pose en un cerro, “a la vista del cateador”,
pues eso seguro que allí existen buenas vetas de algún derrotero. Se cuenta que los mineros antiguos
procuraban, sigilosamente, llegar al lado de este y espiar el lugar de la montaña donde había encontrado
buena veta de un mineral valioso. Lo dejaban comer tranquilamente y tras su partida llegaban para
compartir tan anhelados tesoros de la naturaleza. Algunos mineros contaban que le costaba retomar
vuelo, por el pesado metal.

Diaguitas
Ubicación Geográfica
La cultura Diaguita se desarrolló en el Norte Chico de Chile, que abarca desde el río Copiapó en el norte
hasta el Choapa en el sur. Este territorio se caracteriza por un ambiente semiárido, atravesado por
múltiples valles y cadenas montañosas que unen la Cordillera de los Andes con el Océano Pacífico.
Antecedentes históricos
Los Diaguitas vivieron de la agricultura. La construcción de sistemas de regadío les permitió cultivar una
gran variedad de productos, tales como maíz, quinua, porotos y zapallos. No esta claro aún si junto con la
agricultura practicaron también la ganadería, la que sí fue definitivamente integrada a la economía local
con la llegada de los incas. El mar ofreció a estas poblaciones una gran cantidad de recursos, tales como
peces, moluscos y mamíferos (lobos de mar, ballenas, etc.). Para explotar especies de mar adentro,
empleaban balsas con dos flotadores hechos cuero de lobo marino.
La manifestación artística más conocida es la cerámica, caracterizada por diseños geométricos aplicados
en dos colores sobre una base de otro color. Este tipo de decoración se encuentra en vasijas de distintas
formas (ollas, urnas, jarros-pato, cuencos y escudillas). Se caracteriza por diseños muy complejos, que
han sido interpretados como probables representaciones de visiones chamánicas. Se piensa que ciertos
diseños geométricos del arte rupestre de la región, fueron realizados por los Diaguitas.
Se cree que la sociedad Diaguita estaba organizada en pequeñas aldeas independientes dirigidas por
líderes de la comunidad. Pese su pertenencia a una misma cultura, cada valle y quizás cada localidad,
mantenía su autonomía. Con la invasión incaica, la sociedad Diaguita fue reorganizada en sistemas
duales, donde cada valle tenía una autoridad que gobernaba la parte alta y otra que gobernaba la parte
baja, con esta última subordinada a la primera.
Formas de vida
La gran mayoría de las vasijas decoradas que han servido para caracterizar a esta cultura proviene de
ajuares de tumbas. La forma más común era construida con cinco grandes lajas de piedra, formando una
verdadera caja rectangular, donde era depositado el difunto. Le acompañaba un ajuar que podía consistir
en aros, hachas, pinzas, cinceles de cobre, espátulas o cucharas de hueso finamente talladas y vasijas
cerámicas. El patrón de asentamiento, es uno de los aspectos menos conocidos de la cultura Diaguita. Se
supone que vivían en pequeñas aldeas construidas con sencillas chozas de barro, madera y paja,
distribuidas a lo largo de los valles y cerca de los campos de cultivo. La cultura Ánimas habría sido el
ancestro más directo de los Diaguitas, ya que los diseños y la forma de las vasijas de esta última cultura
muestran nítidas reminiscencias estilísticas de la primera. Con la incorporación de este territorio al
Imperio Inca, los Diaguitas pasaron a ser agentes importantes de la expansión incaica hacia Chile Central.
Como consecuencia, a la llegada de los españoles, la presencia Diaguita se extendía mucho más allá de
su territorio de origen, alcanzando incluso regiones trasandinas.
Mapuches
Ubicación Geográfica
Originalmente, los mapuches, "Gente de la tierra", habitaban por el norte desde el Valle del Aconcagua
hasta la isla Grande de Chiloé por el sur, alcanzando hasta la Patagonia de Argentina por el este. Antes de
la llegada de los españoles, los mapuches practicaban la pesca y la caza de animales menores para
alimentarse.
Antecedentes Históricos
A lo largo de los largos años de resistencia Mapuche contra la dominación española, se destaca el valor de
un guerrero cuyo nombre
era Lautaro, quien, después de vivir con los españoles como esclavo y aprender las técnicas de guerra de
éstos, vuelve a su pueblo para dirigirlo, como Toqui (“Caudillo“), en contra de los invasores. Les demostró
que los jinetes españoles no eran dioses.
Estos nuevos bríos dados por Lautaro a su gente les permitieron acercarse a la capital del país, pero
cuando las fuerzas mapuches se preparaban para asaltarla, su joven líder fue asesinado por un miembro
de una tribu de alianza. Los mapuches deciden no continuar el ataque, sino volver a sus casas y defender
sus fronteras, una lucha que duró trescientos años más. Lautaro es actualmente muy reconocido por los
chilenos, mapuches y no mapuches, por su valor y astucia a favor de la libertad del pueblo mapuche.
En 1881, se firmó un Acuerdo de Paz entre el pueblo Mapuche y la República de Chile, cuyo gobierno
redistribuyó las tierras indígenas y dejó para los Mapuche, terrenos, en su mayoría, montañosos y no
productivos. Mientras el gobierno entregaba a los colonos entre 40 y 400 hectáreas, las familias
mapuches recibían un promedio de 6 a 20 hectáreas.

Formas de vida
El profundo sentimiento de apego a la tierra y al medio ambiente natural (en mapudungun, su lengua,
“mapuche” significa "gente de la tierra"). La palabra Mapu o tierra es esencial en el contexto cultural
Mapuche ya que está íntimamente ligada a una dimensión sobrenatural y sagrada y, de este modo, para
los Mapuche la tierra no es propiedad de nadie en particular, sino patrimonio de toda la comunidad.
La tendencia a trabajar en comunidad y mantener fuertes lazos familiares (el mingaco es un trabajo
colectivo que se realiza para ayudar a un miembro de una comunidad en el período de la cosecha y que
aún se practica hoy en día).
La construcción de casas tradicionales de madera cubiertas con
junquillos, conocidas como ruca, consideradas por los Mapuche
como la posesión doméstica más importante, donde la familia se
reúne durante el día, tanto en prácticas cotidianas como en
ocasiones especiales.
Dentro de la estructura social de la cultura Mapuche, existe un
jefe, denominado Lonko, quien está a cargo de su extensa
familia o comunidad.
La mujer ha cumplido un rol muy importante tanto en la
religiosidad Mapuche como en la transmisión de la cultura. La
“Machi” es quien se comunica con los dioses de la vida y la
“Kalku” es quien conoce los dioses de la muerte.

Onas
Ubicación Geográfica
Eran un pueblo indígena americano, hoy extinto, de la Isla Grande de Tierra del Fuego a la que
ellos llaman Karukinka. El
nombre "ona" proviene del idioma yagán y ha prevalecido sobre selk'nam, que era el nombre
que les daban los tehuelches. Antes de su casi extinción, eran nómadas terrestres, cazadores y
recolectores.
Antecedentes Históricos.
Los primeros selk’nam provinieron de los grupos nómadas continentales de la Patagonia
meridional. Los cuales habrían cruzado el territorio fueguino antes que se constituyera en isla
hace aproximadamente unos 10 mil años. Posteriormente, y gracias a los permanentes cambios
termo ambientales, se desencadenó la separación definitiva entre el istmo fueguino y el
continente al término de la última glaciación.
Compartían la isla con un pueblo emparentado, los haush, que compartían con ellos muchos
rasgos culturales y físicos y también con dos pueblos canoeros (nómadas marinos): los kawésqar
o alacalufes y los yaganes. Los selknam habitaban principalmente el norte y centro de la isla y
habían terminado por confinar a los haush en el sureste (Península Mitre). El contacto con el
hombre blanco comenzó en 1520 cuando Magallanes descubrió el estrecho que lleva su nombre
y vio las fogatas de los indígenas que motivaron el nombre del territorio. Posteriormente, los
contactos continuaron en forma esporádica hasta las últimas décadas del siglo XIX con la llegada
de misioneros salesianos y de hombres blancos a colonizar y explotar la isla. Los territorios que
antes eran el libre hogar de estos cazadores nómadas, fueron cercados. Muchos de ellos
rompieron las cercas y cazaron y comieron la carne de las ovejas, a la que llamaron "guanaco
chico" o "guanaco blanco". Estos hechos condujeron a la consumación de un genocidio que
acabó casi completamente con ellos. Este contacto permanente tuvo devastadoras
consecuencias para esta etnia, pues además les transmitieron enfermedades contagiosas y los
desplazaron de sus territorios de caza. En 1881 eran alrededor de 4.000 a 5.000 individuos.
Formas de vida
La base de la organización era la familia, padre, madre, hijos, pero a esta se incorporaban los
parientes que ocupaban el mismo territorio, llamado haruwenh. Había muchos territorios
perfectamente delimitados. Formaban "clanes" de 40 a 120 miembros con jurisdicción sobre un
territorio de caza. Los hombres tomaban esposas de otros clanes.
Construían dos tipos de viviendas, llamadas kawi. Una de forma semicircular y la otra en forma
de cono. Las construían con palos enterrados en la tierra con los que formaban una estructura
que cubrían con pieles de animales, usada generalmente en el invierno. Celebraban ritos de
iniciación masculina durante los cuales los ancianos revelaban los secretos tribales a los jóvenes
o klóketen, tal rito iniciático era llamado h'ain; realizado al producirse la pubertad daba a los
jóvenes la categoría de adultos, si a muchos observadores externos les puede llamar la atención
el "body-art" -los cuerpos eran pintados-, sorprendieron aún más a los testigos presenciales por
las durísimas pruebas -en especial de resistencia física- a que eran sometidos los iniciados. Las
mujeres estaban excluidas. Los ritos se basaban en un mito que narraba cómo los hombres
habían derribado una organización previa dominada por las mujeres.

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