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4. A primera vista podía concluirse que ese mundo ya no era maya y, sin embargo, al
indagar a los pobladores ninguno dudaba un solo instante en definirse como tz’utujil
pero “tz’utujil sampedrino” o “tz’utujil atiteco”. Igualmente “kaqchikel catarineco”
o “kaqchikel de Pana” o “de San Antonio”. La identidad residencial era la que se
proponía como definitoria. Un pedrano, aunque trabaje o viva en otro lugar,
afirmará siempre su origen. Esa identificación con el territorio implica, ante todo, la
identificación con una historia común que se proyecta y afianza cada año en la fiesta
del santo patrono a la que asisten pedranos que nunca se movieron del pueblo y
pedranos emigrados a la capital guatemalteca e incluso a Estados Unidos. Ningún
sacrificio es imposible cuando se trata de pasar la semana de fiesta en “su” pueblo2.
Esta fiesta que, como todo el resto, evoluciona de año en año. Antes era el baile de
Moros y Cristianos, hoy son los juegos electrónicos y las orquestas de rock las que
acaparan la atención.
5. Sin embargo, ante la pregunta de si se identifican como “mayas”, por lo general, se
recibe como respuesta un alza de hombros. Ese término no parece ser un atributo
categorial definitorio. Esa identificación sólo parece adquirir valor dentro de los
discursos oficiales de las asociaciones indígenas que reivindican derechos de una
sociedad indígena amplia. No es un término significativo para la gente común en
situación cotidiana.
3 La lengua Kaqchikel es hablada por los pueblos del sur del lago; el tz’utujil por
los del nordoeste,(...)
4 Para referirnos a una etnia consideramos que debe reunirse una serie mínima de
condiciones: una clar(...)
6. Existen otros signos identitarios que no han sufrido modificaciones: todos los
habitantes del lago, sin excepción, se comunican a través de una lengua maya y la
utilizan como elemento distintivo frente a los otros pueblos. Kaqchikeles, tz’utujiles
y kichés son grupos que desean mantenerse diferenciados3. Hasta aquí aparecen
evidentes los signos identitarios que designan una étnia4. Con respecto a los
referentes culturales, además de la lengua, existen múltiples rastros de una
trayectoria cultural común que se exterioriza a través de sentimientos colectivos,
normas de conductas y una forma particular de percibir e interpretar la realidad,
pero esas señas resultan confusas y, con frecuencia, contradictorias de un grupo a
otro, de una familia a otra, de un individuo a otro. Todo depende del grado de
escolarización de los individuos, de su nueva adscripción religiosa, de sus
elecciones políticas, de su situación económica, de sus posiblidades de
desplazamiento hacia otros pueblos o ciudades cabeceras, de sus conveniencias
personales que varían de año en año y, de muchos otros factores que, como lo
veremos más adelante, resultan determinantes para su definición identitaria.
7. Es en este terreno movedizo de sentidos en donde quisiéramos adentrarnos. La
mayoría de los pobladores del lago no se identifican solamente étnicamente. Tienen
otras facetas identitarias y eso por la función que ocupan en el seno de la
comunidad, las profesiones que ejercen, el nivel económico que poseen, las
posiciones políticas o religiosas que esgrimen, los conflictos que no logran resolver,
las normas que ya no respetan, las aspiraciones que poseen.... Cada poblador se
identifica a sí mismo en forma particular. Cada uno establece diferencias entre su
familia y la de los vecinos. Cada uno se imagina siendo diferente y con modelos que
no obedecen siempre a los cánones tradicionales. Es cierto que muchos quieren ser
como sus padres o abuelos pero ahora hay nuevas elecciones, otros referentes
posibles: el turista y su forma de vivir y vestir, los héroes de la televisión, los que
emigraron y regresaron al pueblo con una moto potente, el que obtuvo un título
universitario, el que ganó mucho dinero “vaya a saber cómo”...
8. Ante este panorama la tarea del antropólogo se dificulta grandemente porque las
discordancias y discrepancias internas del grupo se convierten en elementos
constitutivos de la realidad. Detrás del esplendor del paisaje de esa región y de las
facilidades de estadía, es necesario admitir que se trata de un mundo de
inestabilidad y opacidad casi total. Para intentar comprender y acceder a esa
complejidad es pues necesario empezar por determinar las causas y las
consecuencias de los cambios que se han producido en los últimos años.
Cambios de la región
9. La región se encontró en el epicentro de un conflicto de extrema violencia entre
1980 y 1992 como consecuencia de los enfrentamientos entre la guerrilla y el
ejército, a lo que se sumó la nefasta participación de los comisionados5. Una vez
normalizada la situación, los pueblos se incorporan mal que bien a la corriente de
“modernidad” que los sacó con precipitación excesiva del inmovilismo en el que los
había sumido el terror y la falta de comunicación con el exterior.
5 Gente de los pueblos nombrados y armados por el ejército para vigilar a sus
vecinos y denunciarlos s(...)
10. Los cambios se deben en gran parte a factores introducidos desde el exterior pero
algunos tienen su origen en el interior mismo de los pueblos. En el primer caso
podemos citar, a modo de ejemplo en el ámbito agrícola, el uso cada vez más
frecuente de abonos químicos que modificaron la producción y facilitaron la
plantación y la exportación de legumbres. También resultó significativa la subida
del precio del café en el ámbito internacional a partir de la última década del siglo
XX y la repercusión casi inmediata en pueblos como Santiago Atitlán y San Pedro,
los que entonces consagraron la mayor parte de las tierras al cultivo intensivo de
este grano en detrimento del maíz. Actualmente la baja que se constata en los
medios bursátiles ha llevado a la ruina a no pocos campesinos que invirtieron todos
sus esfuerzos, ahorros y esperanzas en el café.
11. En el ámbito de los transporte observamos también grandes transformaciones: hasta
el 2000 ir de Panajachel a San Pedro suponía un viaje de dos horas y media en barco
y, si se quería llegar antes, se debía alquilar una lancha privada y pagar entre cien y
ciento veinte quetzales (20$). Hoy en día el viaje directo, en grupo cuesta poco más
de un dólar por persona. El trayecto insume sólo veinte minutos. Ese hecho facilita
las relaciones con Panajachel y Sololá y conlleva un mayor flujo de visitantes y
también de pobladores que se desplazan con sus mercaderías (legumbres o
artesanías) sin mayores dificultades. Directamente o indirectamente se han abierto
mayores posibilidades económicas.
6 Para mayor información sobre este tema puede consultarse: Perich, Perla:
Historias, historia del Lag(...)
17. El individuo que ha estado escolarizado durante bastante tiempo, lo suficiente como
para alcanzar el nivel secundario (en algunos casos incluso el universitario) y goza
de cierto bienestar económico, está sometido, por una parte, a una serie de presiones
y controles de su propia sociedad. Por otra, duda del antropólogo que representa a
sus ojos una amenaza y, al mismo tiempo, una esperanza. Amenaza porque es
alguien que puede rechazarlo si no se comporta como “auténtico maya”7 y
esperanza porque quizás le ofrezca una nueva oportunidad de trabajo, una beca, un
viaje...
18. Esa persona se definirá ante el antropólogo a partir de una identidad que él supone
considerada como ideal por su interlocutor: “padre de familia”, “humilde maestro
rural” dedicado casi exclusivamente a la docencia; además “pobre agricultor de
maíz” y, sobre todo, defensor y conocedor del patrimonio cultural de su pueblo. Con
respecto a sus actividades en una ONG se asumirá como “lingüista”, “historiador” o
“escritor” dedicado a conservar el conocimiento y la lengua maya. Omitirá decir
cuánto gana, en cuántos proyectos internacionales participa, cuáles son sus
actividades políticas y cuántas becas ha obtenido.
19. Ante un vecino utilizará otra estrategia y se definirá más bien como “maestro” y,
por ejemplo, “historiador”. Eso le asegura prestigio y cierta autoridad. Lo de
“agricultor” no lo mencionará porque en el pueblo todos saben qué cantidad de
tierras posee, qué cultiva y pueden calcular fácilmente cuántas ganancias o pérdidas
obtiene. Lo que se abstendrá de mencionar es cuánto puede ganar con su
participación en las ONGs y lo presentará como una acción benévola y en servicio
de la comunidad. De la misma manera mantendrá en secreto otras actividades
lucrativas e incluso será reticente en cuanto a sus orientaciones o proyectos
políticos.
20. Se produce aquí un cruce irresoluble entre una identidad previa atribuida al
individuo por el antropólogo (un maya definido por una serie de características que
lo hacen necesariamente diferente de él ), una identidad consensual que le es
otorgada por su propia sociedad y una identidad ideal que sería algo así como la
exteriorización discursiva de lo que el individuo quiere ser o supone que su
interlocutor quiere que sea.
21. Lo anterior no significa, ni mucho menos, que todos los individuos que tengan un
cierto grado de formación, gocen de las mismas posibilidades o las “negocien” de la
misma forma pero, casos así, no son excepcionales. De todos modos estos adultos
controlan bien lo que podríamos definir como una identidad múltiple o compleja
que se deriva del multiempleo, situación que era inimaginable veinte años atrás.
22. Es interesante constatar que no sólo “los intelectuales” sino en general los adultos y
no pocos ancianos, a veces sin escolarización alguna, logran aprovechar los
beneficios económicos de la “modernidad” adoptando sólo parcialmente la
ideología que los cambios conllevan. Un adulto puede continuar creyendo en los
valores tradicionales para organizar y administrar su vida familiar y, al mismo
tiempo, vestido con el pantalón bordado que saca de su baúl para las festividades, ir
a abrir una cuenta en el banco y elegir la que le asegure mejores intereses. Para él es
posible establecer un equilibrio. Es impermeable a propuestas de grandes cambios
sociales y culturales y permeable en lo que respecta a la economía.
23. Cuando en los adultos se establece la duda con respecto a los valores tradicionales,
el problema se resuelve en una especie de dualismo cultural en el que dos modelos
son, al mismo tiempo, valorados y criticados. Los adultos son consciente de que si
se funden en el modelo de la modernidad acaban con el modelo tradicional y
pierden su identidad original. Por otra parte, si se conforman con la tradición
pierden los beneficios y las ventajas que ofrece el progreso. Esta situación me
parece que es, a grandes rasgos, la que define la situación de los pueblos del lago y,
posiblemente, la de la mayoría de los pueblos mayas de Guatemala. En ella se
originan las multipertenencias, las pluralidades identitarias. También la renovación
constante de estrategias identitarias. Según las circunstancias y, las conveniencias,
los individuos se asumen “tradicionalistas” o “católicos conservadores”; “sin
opiniones políticas” o abiertamente “guerrilleros” como ocurrió después que acabó
la época de violencia y se declaró la amnistía. El desafío queda pendiente: ¿Cómo
administrar la diversidad sin ser desestructurado? Cada uno resuelve este dilema a
su manera y con resultados variados.
24. Si maestros o jóvenes intelectuales mayas del lago, quienes parecían adherir
plenamente a todas las ideas “modernas”, hoy se interesan por el pasado y las
historias de los ancianos, lo hacen en parte, por convicción y en parte, porque se han
dado cuenta de que dentro del marco de la reforma educativa puesta en práctica y,
dentro de muchos proyectos nacionales e internacionales sobre educación o
derechos humanos, etc., son aquellos que puedan catalogarse como “bilingües” y
“biculturales”, los que tendrán mayores oportunidades. Las estrategias identitarias
se renuevan casi continuamente y atañen, tanto la identidad de la persona, como a la
del grupo o la de una fracción del grupo