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PREGON DEL AÑO 2008

Autor : MANUEL VICO ARIAS

Me embargan muchas emociones,


que no seria capaz de enumerar...
¿Temor?. ¿Dudas?...... ¡No!...
Quizás otras de mayor intensidad.
Aquellas que nacen en el alma,
y que a veces, no se saben manifestar.
Son sentimientos, creencias y algo mas...
En mi vida por mi solo,
poco pude alcanzar,
sin la ayuda de mis padres,
familia, amigos y mucha gente mas.
Me siento privilegiado por,
el cariño que todos me habéis sabido dar.
Y en especial, por el Amor que el Padre-Dios,
a todos sus hijos da.
Yo te pido Virgen mía,
Virgen de la Piedad,
que me ayudes en este momento,
a poder saber estar.
Me ilumines y fortalezcas,
para intentar pregonar,
la Pasión de tu Hijo Amado,
a tus hijos bastetanos,
devotos de tu Piedad.

PRESENTACIÓN
Sr. Presidente y miembros de la Federación de Cofradías.
Sr. Alcalde del Excelentísimo Ayuntamiento de Baza.
Sres. y Sras. cofrades, amigos/as todos de la Semana Santa bastetana:
Ante todo, mi gratitud por las palabras de presentación, y no lo digo con falsa modestia, sino
convencido de ello, al ser producto más de la amistad y cariño que Antonio Vallejo me tiene, que por
los méritos de mi persona.
Quiero que mis primeras palabras sean un reconocimiento a la magnífica labor llevada a cabo por los
cofrades bastetanos que, por desgracia, ya no están entre nosotros porque disfrutan del descanso y de
la presencia real del Padre. Gracias a todos ellos: Juan de Dios Castellano, Ramón Checa, Paquito... y

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tantos otros que fueron capaces, con abnegación, sacrificio y entrega, de superar dificultades y hacer
de nuestra Semana Santa una manifestación de Fe y Vivencia cristiana. Estoy seguro de que hoy ellos
están con nosotros.
Un saludo cordial a los pregoneros que me precedieron, reconociendo que no estaré a su altura.
Estoy convencido que supieron transmitir los sentimientos y valores de los que se alimentan los
cofrades bastetanos. Por ello mi admiración y gratitud.
PRELIMINAR
Hace unos años me propusieron ser el pregonero de la Semana Santa y por motivos de salud no pude
aceptar.
El 13 de Octubre de 1965 a las diez de la mañana tomé posesión de mi primera escuela en Huéscar.
El 13 de Octubre de 2007 a las diez de la mañana, mi amigo Antonio Vallejo me dice: Manolo... es
deseo de la Federación de Cofradías que seas el pregonero de la Semana Santa de 2008.
¡Qué coincidencia! ... Quizás destino... casualidad. Como creyente pienso que... –“ni un solo cabello
cae de tu cabeza sin el consentimiento de Dios.”
Es para mí un honor ocupar hoy este lugar a la vez que una enorme responsabilidad.
No comprendo qué ha podido ver en mí la Federación de Cofradías y su Presidente para encargarme
este pregón que, con humildad, he aceptado.
En mi larga vida profesional he intentado ser aprendiz del MAESTRO y mi contacto más permanente
con las cofradías fue el periodo en el que mi amigo Paco Castillo me llamó para formar parte del
equipo de la Federación.
No soy poeta, ni escritor, ni tengo otro título que mi buena voluntad, mi cariño a la Iglesia y a esta
maravillosa ciudad a la que debo acogida, cariño, trabajo y vida... (han nacido en ella mis hijos y mis
nietos) y, sobre todo, gratitud.
Por eso os pido que seáis comprensivos con mi nerviosismo, mis fallos y posibles lapsus, totalmente
involuntarios, porque mi corazón está palpitando más de la cuenta y mi cabeza no piensa al ritmo que
mi corazón late.
¡Disculpa Señor que este humilde maestro sea tan osado, sabiendo de sus limitaciones, e intente
pregonar lo más hermoso que pudiste dar a la humanidad! Tu vida por la salvación del género
humano.
- Pregonar tu Pasión, Muerte y Resurrección.
- Reflexionar viéndote en los distintos Pasos de la Semana Santa bastetana:
- Rescate, Santa Cruz, Misericordia, Nazareno, Amor, Méndez...
- Meditar sobre estos Misterios.
- Beber del amor que derramaste en el madero de la Cruz.
- Naciste para amar y marcarnos el camino y en ese camino nos encontraremos.
¡No sales a la calle para asombrar por la plasticidad de tus imágenes o la riqueza de tus tronos...!
¡No eres un acto folklórico más...! Cada persona que te ve así es una nueva espina en tu corona sobre
tu sien y un gramo más del peso en la Cruz hacia el Calvario.
Pero aún así, llegaste a la Cruz y eres capaz de decir...”perdónalos porque no saben lo que hacen”.
Y lo más hermoso es que, con tu salida procesional, llegas al corazón de muchos hijos tuyos,
cofrades, costaleros, hombres y mujeres que ven en TÍ el dolor de tantos humanos que hoy padecen,
física y moralmente, el dolor que Tú padeciste: incomprensión, injusticia, mentira, orgullo, vanidad y
muerte a la ilusión y a la esperanza.
PREGÓN
Pasado el frío del invierno y la soledad del desierto de la Cuaresma... llega la primavera.
La primavera está aquí y con ella la explosión de amor, que nos hace comprender el milagro de la
Creación.
Ha muerto el grano de trigo para que nazca el pan de la vida.
La naturaleza despierta. Cada brote de las plantas es una nueva manifestación de las ganas de vivir. El
sol ilumina más. El aire trae perfumes de ilusión y esperanza, sacados de los pétalos de las flores, que
el Creador regala para vestir el altar del corazón de cada uno de sus hijos.
En el atardecer, el astro rey, se resiste a ocultarse en el horizonte y la vida en cada rincón de nuestra
ciudad, respira un aire distinto. Se respira a Semana Santa.
Baza, milenaria e histórica, está orgullosa de su Semana de Pasión. Sus calles, plazas y templos se
preparan para acoger a pasos y nazarenos.

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Nuestro espíritu vive el sentido penitencial en la organización de nuestra Semana Mayor y también la
esperanza de la alegría de la Resurrección.
Baza se dispone, a través de su fe, a mantener un diálogo permanente con el Cristo en el que cree y
con su Madre, a la que adora.
JESÚS DE NAZARET. Es, sin duda, el personaje más importante que ha habido en la historia de la
humanidad. Es el cimiento en el que se basa la cultura occidental. Si no hubiera existido, nuestro
mundo no sería lo que realmente es.

¡Es Domingo de Ramos! Palmas y olivos...


Alegría y cantos de gloria... Jesús en un borrico entra en nuestros pueblos y aldeas...
Hosanna,...Hosanna...
Este día tiene algo especial... Baza se viste con sus mejores galas. Estrena color y vida. Se contagia la
alegría...Se huele a Semana Santa...
Tú, Jesús, tan lleno de gozo, pero conociendo el corazón de los hombres. Esos mismos que te vitorean
te llevarán al Calvario.
¡Qué contradicciones tiene el corazón humano! Alabanza y traición.
¡Tú lo sabes y lo aceptas! ¡Porque sin pasión no hay gloria! ¡Sin muerte no hay vida! ¡Sin sufrimiento
no hay Resurrección!
Ayúdanos a morir a muchas cosas para poder vivir otras mejores.

Mañana de Lunes Santo...primer día de Pasión...calles impregnadas de olor y sentimientos, aroma de


incienso, cera, flores frescas y marchas cofradieras.
Baza empieza a vivir esos días de nerviosismo, ansiedad y emoción...
El barrio de Santiago se prepara para la primera de sus estaciones de Penitencia... paso rápido de
nazarenos...cofrades todos... costaleros ciñen sus fajas y entran bajo la ermita del trono de la imagen
serena y sobrecogedora de Nuestro Padre Jesús del Rescate.
Bajo la joya mudéjar del templo de Santiago, que tan magistralmente fueron capaces de elaborar
aquellos maestros del siglo XVI, sin duda para ennoblecer aún más la imagen de nuestro Redentor, la
imagen de Jesús del Rescate se prepara para procesionar las calles bastetanas.
Se respira fervor y oración...
Sobre el Paso, muchas ilusiones. En su mirada humildad, nobleza y obediencia. En sus brazos, el
corazón de los bastetanos.
Cristo portado en los hombros de las mujeres de Baza... Delicadeza y paso firme...Amor y
sufrimiento.
¡Mira esta imagen bastetano!... Detente... ¿Has contemplado su rostro?
...Jesús pregona su Pasión. Humilde y cansado, pero con la fuerza de su verdad e inocencia. Ha sido
declarado culpable... Su boca entreabierta, párpados caídos, cejas enarboladas por el dolor, su sangre
aflora en las sienes y cae sobre su rostro.
Pilatos te condenó
ante el pueblo soberano.
Han pasado veinte siglos
y todos nos lavamos las manos.
De amor redento lloras, suspiras,
y al hombre miras pidiendo amor,
pero hoy el hombre se aleja frío
de TÍ bien mío, no oye tu voz.
M.S.R.
No es un Cristo derrotado... Mira la fuerza de su expresión... Nos habla... Escucha:
- Libérate del imperialismo, del ego que nos quiere convertir en el centro del mundo y destruye la
experiencia de vivir y compartir.
- Aprende cada día a decir gracias ¡Que bonita oración si supiéramos decir gracias...! sería suficiente.
- Aprende a no aferrarte a nada. Confía en Dios. Despréndete de todo aquello que pueda interponerse
al amor de Dios y a tus más cercanos.

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- Cultiva el amor. Pide perdón. Denuncia injusticias, pero sin revanchas. Exigiendo cambios sociales.
Mirándote me recuerdas a muchos que han sido juzgados y los hemos condenado a la desigualdad y a
la injusticia.
A muchos que tuvieron que dejar su tierra, su familia, el cariño de los suyos, porque el hambre les
obligó abuscar el pan en otros mundos, y después de pasar la tristeza de las pateras, al llegar a ese
mundo que creían el paraíso, se encuentran la injusticia de un salario ridículo, de vivir marginados, de
ser diferentes y muchas veces rechazados.
A tantos hermanos que han cometido algún delito y están en prisión, que tienen que pagar su culpa
pero que claman ser tratados como personas cuando salen a la calle y nos piden comprensión porque,
como humanos, su corazón cosecha amor.
Pensando en todo esto, Jesús del Rescate, te miro y bajo los ojos... Pienso.

En 1952 un grupo de jóvenes bastetanos tuvieron la hermosa idea de fundar la Hermandad de la Santa
Cruz.
Sus pretensiones eran hacer una estación de penitencia con un paso sencillo, por su escasez de
medios, pero movidos por la ilusión, frescura y entusiasmo de la juventud.
Un paso con la insignia cristiana. Cruz de nogal. Signo de Amor y Esperanza. Sobre esa cruz una
mantilla, especie de sudario donde secar el sudor y las lágrimas del sufrimiento, a veces callado, de
tantos hermanos nuestros.
En 1955 estos jóvenes tienen la feliz idea de poner a María al pie de la Cruz.
¡Que afortunado fue Sánchez Mesa cuando, por inspiración de Alguien más allá de lo humano,
esculpe esta preciosa imagen de la Madre de Dios!
En nuestra religión monoteísta, con ausencia de diosas, el papel de la mujer es preeminente.
Baza se siente orgullosa de ensalzar a la mujer a lo largo de su historia, haciéndola signo de
veneración y advocación en muchos casos.
Nuestra Dama... Ya en el mundo ibérico y dentro de una sociedad machista, un escultor saca de la
piedra a esa mujer sobria, firme y misteriosa, con categoría de diosa, para guardar las cenizas de una
cultura.
Nuestra Patrona... Allá por el siglo XI-XII un escultor anónimo crea una imagen pequeña, estática,
sencilla, casi imperceptible, limpia y entregada; guardada y misteriosamente descubierta, sufrida y
callada, que sólo habla cuando el pico del sufrimiento le hace clamar ¡PIEDAD!
Esta imagen de María los bastetanos quieren hacerla llegar a las retinas y al corazón de los hombres,
en las Vírgenes de nuestra Semana Santa, bajo las advocaciones de Soledad, Esperanza, Dolores...
María corredentora en la misión de Jesús. ¡Mujer y madre!
Madre dichosa, no por ser madre biológica, sino porque, en palabras de Lucas, “escucha la palabra de
Dios y la guarda”.
¡La mujer de hoy en el aliento de María!
Jesús fue el primero que, en una sociedad en la que el hombre lo era todo, puso a la mujer en la
misma escala y dignidad del varón. María de Betania, María Magdalena, María su madre... lejos de
las fabulaciones del Código da Vinci.
En estas imágenes vemos la esperanza de tantas mujeres que hoy sufren de malos tratos, violencia de
género y de injusticias que avergüenzan al mundo moderno.
María Santísima está en la juventud. Juventud que pasa de normas, formulismos religiosos,
incomprensión de instituciones civiles y religiosas, pero una juventud con proyectos, que reclama su
protagonismo y que su voz sea escuchada, pero que necesita beber del sentimiento y esperanza que
María siempre tuvo.
1. La utopía del espíritu venciendo a la materia.
2. La ilusión frente al desencanto.
3. Pero convencidos de que las ideas y la justicia perduran y son posibles y que el materialismo
pasa.
Son las nueve de la noche. María, al pie de la Cruz, sale de la casa del Padre. El pueblo la espera en la
Plaza Mayor.
Seguro que Alonso de Covarrubias, proyectando esa magnifica puerta de nuestra Colegiata, quería
regalar este momento de plasticidad a los hombres y mujeres de Baza, para que, entre tanta belleza y

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emoción, sus cuerpos se conviertan en templos de oración y recogimiento.
Por las calles de Baza, haciendo su estación de penitencia, con un sencillo pero sublime paso, los
jóvenes bastetanos de la Santa Cruz visten a Dios de gala, catequizando y haciendo vivir el misterio
de María al pie de la Cruz.

En el barrio de la Churra, antes de la llegada de los almohades, había una ermita que, tras los Reyes
Católicos, se reconstruyó y donó a los mercedarios. En 1897 el pueblo de Baza pide a la orden que se
haga cargo de este templo como Casa de la Madre bastetana… Nuestra Virgen de la Piedad, también
Casa de María Santísima de la Soledad.
Piedad y Soledad. Dos virtudes, dos atributos de la Santísima Virgen, dos virtudes que hacen a todos
nosotros ser más sencillos en la vida y que nos llevan a aceptar y comprender más a los que nos
rodean.
Miércoles Santo, día de la Soledad bastetana.
Año 1947. Año de su fundación. Año importante en mi vida. En él nací.
Sánchez Lozano, escuela de Salcillo, encontró la inspiración divina para esculpir esta talla.
Virgen de la Soledad, siempre me ha cautivado la expresión de tu cara, el enigma de tus ojos, el
destino de tu mirada.
Tus manos parecen recoger a cada una de las madres del mundo, que aceptan los interrogantes de la
vida, tantos y tantos sufrimientos y alegrías. Problemas de hijos, escollos en el devenir diario.
A tantas personas que sufren de soledad... mayores, marginados por cualquier etnia, drogas,
condición social...
Tu cara es espejo y respuesta a buscar el sentido de la vida...

¡Que estrecho es el paisaje


del hombre en el Calvario!
¡Que orfandad de luceros
asolan al penado!
El acerbo dolor
traspasa el fino manto
de tu piel destinada
a albergar los naufragios.
Es tu cuerpo, María
celestial Tabernáculo.
Aquellos suaves dedos
de sus cálidas manos,
que tanto acariciaste,
están ensangrentados;
en su húmedo cabello
gotean rojos astros;
el vigor de su imagen
se aproxima al ocaso;
el brillo de sus ojos
nublado con presagios,
sus pies itinerantes
hendidos, desollados.
La corona de espinas,
la cruz, los latigazos,
lastiman tus adentros
más fuertes y más trágicos.
Es tu pasión más honda.
Los ecos más amargos
crecen por tu impotencia,

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por tu ansia de evitarlos,
y te duele el amor
y el amigo ultrajado
y las múltiples llagas
de tu Jesús amado.
Tú subes por la cuesta
tras el cordero manso
llevando todo el peso
de sus treinta y tres años,
más largos que la Cruz
más altos que el Calvario.
Te acosan lejanías
que abrigan tu regazo,
se clavan los recuerdos
con cada nuevo paso,
los días de su infancia
fustigan tiempos mágicos,
y caen sobre tu espalda,
en voz del populacho,
las soeces blasfemias
y los gritos profanos.
Tú, madre dolorosa,
mantienes en tus ámbitos
candentes sentimientos
que reprimen tus labios,
que emergen viejas lágrimas
abrasando tus párpados.
R. A. VALDÉS

¡Tu corazón es grande! ¡Tus manos acogen todo! ¡Madre, ahí tienes a tus hijos...!
Jesús durante su vida pública fue un hombre muy ocupado, no tenía ni tiempo para comer, por eso
buscaba muchas veces la soledad del desierto, del monte...
Los hombres y mujeres de hoy nos agobiamos, nos agobiamos por la actividad constante y
necesitamos también de ratos de intimidad, soledad y silencio.
Tras el paso de la Soledad, el de su hijo “Cristo de la Misericordia”.
¡La misericordia de Dios es infinita!
Paso de horquilleros que, con andar firme y acompasado, llevan a Jesús sobre sus hombros. Seriedad,
majestuosidad y firmeza.
Jesús misericordioso. Nunca adoptó actitud acusadora.
No culpó, acusó ni condenó a nadie. No dio lecciones de moral, echando la culpa a los demás. Sí
condenó la injusticia, opresión, egoísmo y pecado... pero sin culpar a nadie.
Fue crítico con el mundo en el que vivió. Rechazó todas las formas legalistas y moralizantes.
Jesús sanaba, no acusaba. “No he venido a llamar a justos sino a pecadores” MC 2-17
El mal está casi siempre en el espíritu, no en la carne.... “Anda, vete, tus pecados te son
perdonados....” Se levantó y anduvo...
Ama al enemigo, “Padre, no saben lo que hacen”
Ante cualquier culpa, la respuesta....es el perdón. Mujer adultera... hipocresía...todos se retiran... yo
tampoco te condeno.
Baza reza y enmudece al paso del Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Soledad.
Plasticidad e historia, pasando por esa calle tan especial de los balcones de madera y yo,
particularmente, añoro los años en los que pasaba por la plaza de los Moriscos.
Señor, quisiera ser tu cirineo,
cargar sobre mis hombros tu suplicio,

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trocar el Gran Pecado en sacrificio;
limpiar mi ardiente fe con mi deseo.
Señor, quisiera ser “aquel pañuelo”,
secar tu faz sangrante, dolorida,
trocar tu sufrimiento por mi vida;
limpiar mi ardiente fe, mi eterno vuelo.
¡Permíteme, Señor, en tu calvario,
posar en tus abrazos tu agonía,
hilar con penitencia tu sudario!
¡Permíteme, Señor, como a María,
llorar sobre tu pecho mis dolores,
salvar de humana culpa el alma mía!

¡Jueves Santo! Día, junto al Domingo de Resurrección, crucial para un cristiano.


“Día del Amor Fraterno”. “Día de la fundación de la Eucaristía”. “Día del Anuncio de la Pasión de
Cristo”.
¡Noche de oración y traición!
Imposible tener un día con mas carga teológica, vivencial y emocional.
¡Cristo no muere y desaparece! Se queda con los hombres, haciéndose presente en el Pan y Vino de la
Eucaristía, para alimento y fortaleza del espíritu y ánimo, para sentir el deber de la fraternidad.
¡Jueves Santo! Los Cristos bastetanos en las calles de Baza.
Nazareno… Amor... Méndez.
Jesús Nazareno... cruz pesada sobre sus hombros, cabellos mojados por el sudor y sangre de las
espinas de la traición e injusticia.
Alguien le puede confundir con un hombre derrotado, después de pensar que podía ser el
revolucionario político que cambiara el poder establecido.
Tampoco fue un reformador que quisiera cambiar las creencias religiosas de su época.
Pero sí fuiste el revolucionario social que exigía una profunda conversión espiritual que llevara
consigo la igualdad de todos los hombres.
Tu programa.....el sermón de la montaña.
Nadie puede eludir la hermosa tentación de rezar mirando al Nazareno.
Cuando el capataz dice: ¡Al cielo Nazareno...!. Mi mirada se traslada, a la cara de mi Cristo, de mi
Dios muy cercano.
¡Nunca tuve a Dios más cerca, que mirando al Nazareno!

Su rostro, sus cabellos, su cuerpo... me desvelan el misterio más sublime:


“El tener a Dios a mi lado
para verlo en cada hermano
como quiere el Nazareno”.
Capataz que, con tu cuadrilla, llevas a Jesús hacia el calvario. Sé que estas nervioso, pues tu
responsabilidad es grande. Llévalo con mucho mimo, pues, es nuestro Padre.
¡Menos paso quiero...!
El peso de la Cruz es insoportable.
Nuestras culpas las hemos cargado
sobre su cuerpo, ya débil,
y tú, costalero, le estás ayudando.
Una vez recuperado...
¡Paso más rápido...! Vamos...
Que esta Cruz pueda quitarse.
Pero Jesús no se desprende,
porque en ella, encontrará su muerte
y con la muerte la vida

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la vida del creyente.
Tu paso es una viva representación de la vida cotidiana:
- Cólera, ira, pasión, egoísmo.... Sayón.
- Ayuda, solidaridad, cariño... Cirineo.
Te ayudó a llevar la cruz
un hombre humilde del pueblo
y yo te juro, Jesús,
de que quedan Cirineos
que conservan su virtud.
- Entrega, carga diaria, aceptación de su misión, humildad.... Jesús Nazareno.
Señor, que con tu cruz vas a la muerte
por senda de incansables pecadores,
fingiendo ser los grandes amadores,
forjando, sin amar, tu cuerpo inerte.
Señor, ¡que gran funesta hipocresía!:
amor cristiano, amor que hiere y mata,
amor de fariseo, amor que ata
a un falso cristianismo, amor de un día.
Ayúdame a romper las ataduras
que me unen al pecado cual cadenas
y enséñame, de nuevo, sin cansarte.
Perdóname, Señor, por mis locuras,
pues quiero despojar de ti las penas,
y amándote poder desagraviarte.
He tenido la oportunidad, que agradezco de corazón, de poder contemplar, en la intimidad, antes de
ser bendecida, la imagen de la Virgen de la Victoria.
Para mí fueron minutos de oración y meditación.
Os tengo que confesar que me impresionó la belleza de esta imagen.
En tu cara un arco iris de sensaciones:
- Se plasma un profundo dolor.
- Vive una sensación de sorpresa y emoción.
- Es la imagen de la Reina del cielo, de la Madre de los hombres y auxiliadora de los afligidos.
¡Virgen de la Victoria!
¡Que difícil es ver en ti la victoria!
Pero sí... con el dolor también se vence.
Con la humildad se convence.
Con el sufrimiento se forma
y, mirándote a ti, se ama.
Es la imagen perfecta de María, contemplando a Jesús camino del Calvario. Llena de dolor, asombro
e incertidumbre; a la vez que de incomprensión ante la injusticia que se comete con su Hijo.
Felicito a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno por la feliz idea de incorporar esta imagen de
la Virgen a su vida cofradiera.
Comprendo la ilusión que tenéis, os deseo que pronto acompañe al Nazareno en su estación de
penitencia y os animo a superar dificultades.
Sin duda alguna, el día que podáis conseguirlo, habréis ensalzado, aún mas, la Semana Santa
bastetana.

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Cristo del Amor
El amor que tanto necesita el mundo representado en esta imagen que Antonio Barbero regaló con su
imaginería a los ojos bastetanos.
El alma se conmueve ante la imagen de nuestro Cristo del Amor.
Cuerpo dolorido, traspasado por el sufrimiento, cadavérico y conmovedor.
Crudeza en su yaga, brota sangre del corazón amado, que lleno de Amor, se derrama por el costado.
Impresionante gesto de su rostro.
Sus ojos entreabiertos... es su última mirada... su última lección sobre
el amor... el AMOR auténtico.
El amor que todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta... todo lo sufre. No guarda rencor, no tiene
envidia ni se jacta, ni se entristece, pero goza con la verdad.
Mi Cristo se mantuvo firme en el sacrificio y cordero en la paciencia.
Eres fuente de vida, espejo de fe y camino de la eternidad.
Amor de servicio, no de autoridad y servilismo. Lavatorio de pies... El que quiera ser el primero entre
vosotros que sea vuestro servidor...
Amor que manifestó fundando su Iglesia. Iglesia de servicio...
Criticaste las religiones legalistas y normativas de tu época. Quisiste una Iglesia de hermanos
solidarios. Iglesia de igualdad social. No quisiste leyes y de hecho las resumiste en dos: “Amar a Dios
y al prójimo como a ti mismo”. .. ¡QUÉ SENCILLO!
Pero Jesús… ¡qué complicado queremos hacerlo nosotros...!
Tú querías una Iglesia en la que cupiéramos todos… TODOS sin excepciones. ¡Señor!... ¿por qué
excluimos hoy a tanta gente de tu Iglesia?.
“Yo soy la vid y vosotros los sarmientos...”. Hay una sola Vid. TODOS... somos sarmientos.
Apartarlos significa dejar que mueran por la falta de la savia... alimento de salvación.
Tú viviste con todos y tus preferidos... los marginados…pobres...viudas...prostitutas...cobradores de
impuestos...
Tu consejo... Perdón SIEMPRE. Poner la otra mejilla...
Cristo de los Méndez
Pienso que Martínez Olalla encontró milagrosamente el madero que en la casa de los Méndez, según
la leyenda, desapareció, para esculpir esta maravillosa imagen.
Esbelta, de belleza inigualable, representación viva del hombre agotado y entregado a la muerte.
No desesperado... sí entregado. De su boca, en su último aliento, desprende su vida para alimento de
los corazones fríos de los que no vemos, en los que sufren, al Cristo crucificado.
Vaya mi oración, y la vuestra, a nuestro Cristo de los Méndez en este hermoso soneto...
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
porque aunque cuanto espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
A las once de la noche, sobre el cielo de la noche bastetana se vislumbra y eleva la majestuosidad de
nuestra Colegiata y su torre que fray Pedro de S. Agustín (fraile Jerónimo) quiso construir como
senda para llegar al encuentro del Padre y como palio que proteja con su sombra la luz de las estrellas
que pueden molestar al cristo crucificado en sus últimos suspiros de su entrega a la humanidad.

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Paso portado por horquilleros que bajan a su Cristo por las rampas de la Iglesia Mayor al son de
música celestial que los ángeles han compuesto como oración para el Redentor de la humanidad.
Nadie puede inhibirse ante la belleza y espiritualidad que se vive y se siente en la salida procesional
del Cristo de los Méndez.
Un nudo se hace patente en las gargantas bastetanas y la invitación al perdón y el arrepentimiento
fluye en los corazones.
La Madre no puede abandonar a su Hijo y tras el sufrimiento patente reflejado en el rostro del Cristo
del Amor va nuestra señora de la Esperanza para enjugar sus lágrimas y sudor. Para que el Hijo no se
encuentre abandonado...
Madre mía.... ¡Que difícil es tener consuelo y esperanza para la madre que ve muerto a su hijo!
De ahí radica tu valor, tu convencimiento y fe en las palabras, que solamente guardabas tú, en tu
corazón, y que tu Hijo ya te había dicho.
Desde la Encarnación, con las palabras del ángel Gabriel, fuiste fuente viva de fe y esperanza.
Las calles de Baza vitorean y enmudecen ante el magnífico paso de Nuestra Señora de la Esperanza.

Tus costaleros sienten el orgullo de llevar sobre sus hombros a la Madre de Dios, no te mecen, te
ayudan a caminar, y en sus vaivenes parecen mimarte para que puedas afrontar, si es posible, el dolor
y el sufrimiento.
¡Qué bonita es tu cara!
¡Qué gozo es mirarte!
Me das tranquilidad y sosiego
y mi alma se enaltece
por tenerte como madre.
Las luces y las flores
acompañan tu paso
el palio te preserva de la lluvia
y mi aliento intenta calentarte.
¡Que bonita eres Virgen!
¡Virgen de la Esperanza!
Mirándote, te comparo con mi madre.
Cuando tengo problemas
tengo un pañuelo donde secarme.
Y cuando estoy en duda,
solo con mirarte...
la esperanza nunca pierdo
y me animas en cada instante.
¡Que bonita eres Madre!
Aunque llevas mucho lujo
tu humildad no es comparable
y a tus cofrades les dices...
¡Ánimo!... ¡Adelante!...

Después de una noche de oración en el monte de los Olivos, Jesús es entregado por uno de sus
discípulos.
Llega el escarnio, la mofa, el juicio, el sufrimiento, pero sobre todo algo más duro e incomprensible:
el abandono.
Abandonado por todos, sus íntimos amigos no lo conocen, su discípulo lo entrega, las autoridades se
lavan las manos y el pueblo, enfervorizado y manipulado, lo condena a muerte, por la cobardía del
gobernante que, por conservar el poder, le da la razón al pueblo, aun sabiendo de la injusticia.
¿Quién no nos abandona nunca? La Madre.
Madre de los Dolores, Dolores de madre. María atravesada por el dolor del sufrimiento y de la muerte
de su hijo está allí, no lo abandona.

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He aquí helados, cristalinos
sobre el virginal regazo,
muertos ya para el abrazo,
aquellos miembros divinos.
Huyeron los asesinos.
Qué soledad sin colores.
Oh, Madre mía, no llores.
Como lloraba María.
La llaman desde aquel día
La Virgen de los Dolores.
Es la madre abnegada, es la madre comprometida, es la madre... la única que está siempre.
En la mañana del Viernes Santo, la Virgen de los Dolores hace su estación de penitencia. Su mano
izquierda, junto a su corazón, cogiendo los siete dolores representados en esas espadas, parece que no
dejando pasar los momentos de sufrimiento. ¡Agarra y hace suyos los dolores de los hombres! ¡Hijo,
ahí tienes a tu madre! ¡Nuestra madre!
Te han taladrado siete espadas
sus dobles filos te han herido,
fueron las penas anunciadas
que en el principio has asumido.
Siete puñales “clavaos”
te traspasan de dolor,
viendo subir al calvario
¡a tu Hijo, el Redentor!
En la mano derecha el pañuelo que enjuga tantas lágrimas calladas y soportadas de cada uno de sus
hijos.
Evoco los sermones de nuestro querido D. Juan Hernández en el balcón de nuestro Ayuntamiento,
hoy sede del museo.
Hoy estoy seguro de que disfruta de la presencia directa y real de su Virgen de los Dolores. Él supo
llegar a convencernos de estos misterios porque su fe era grande y su entrega máxima.
También al pie de la Cruz otra mujer, María Magdalena, que con la ayuda de Nicodemo recoge el
cuerpo sin vida del amigo.
Por tres horas bien cumplidas
el aliento me duró
hasta que, por las heridas
mortales y repetidas,
el alma se despidió.
Era ya sombra en el mundo,
al esconderse la luz
cuando con llantos profundos
aquel cuerpo sin segundos
fue bajado de la Cruz.
Ya a la última viniste;
contempla aquí con piedad
a tu madre la más triste,
que jamás verás ni viste,
llorando su soledad.
No te ausentes, alma mía;
ponte, en silencio a escuchar
los lamentos de María,
que, sobre la losa fría
del sepulcro, va a llorar.
La Alameda bastetana se viste de color, perfume y vida en esta mañana de Viernes Santo para acoger
la estación de penitencia de estos dos pasos. El barrio de Santiago no duerme el Jueves Santo para
esperar y acompañar a su Virgen y a su Cristo en esta mañana.

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Hay momentos entrañables, la salida de su templo, el paso por los Caños Dorados, por la Alameda y
la vuelta y entrada a su templo.
El negro y blanco de sus cofrades predica la muerte y resurrección. ¡Ánimo, seguid siempre con
vuestra fe y pasión por ser catequistas, con vuestras imágenes, del pueblo de Baza.
Día largo el Viernes Santo, los templos desiertos, despojados de ornamentos. A las cuatro de la tarde,
Don Francisco Cobo, desde la cátedra del púlpito colegial, nos hacía meditar en el sermón de las Siete
Palabras.
Nicodemo y José de Arimatea se disponen a enterrar a Jesús de Nazaret.
El pueblo de Baza quiere asistir a su entierro.
En el recorrido hacia el sepulcro acompañado de su Madre Mª Santísima de la Soledad, cada uno de
los asistentes meditamos sobre lo que el Señor nos aconseja en nuestra función de:
- Cofradías, representadas en sus órganos de gobierno. No vais como eméritos. El cetro que portáis,
más que un símbolo de poder, es un símbolo de responsabilidad. Convertir vuestras cofradías en
centros de reunión, de conocimiento del evangelio, donde se viva el espíritu cofrade de confraternidad
y solidaridad. Ayudar y ofrecer confianza a los jóvenes, animarlos y formarlos para que un día
puedan ser vuestros sucesores. Participar en la vida de la cofradía sin ostentación, pero con el orgullo
de dedicar vuestro tiempo libre a ser cofrades.
Es humano intentar superar la grandeza y belleza de vuestros tronos, pero no olvidéis nunca que no
estamos en una competición. ¡La mía mejor!
Que Cristo fue pobre y rechazaba la riqueza.
Que puede ser escandaloso llevar tronos súper lujosos y vestir a nuestras imágenes con oro y plata
mientras haya hermanos necesitados.
Sé de vuestra ayuda a obras sociales, con parte de vuestro presupuesto, y os alabo por ello, a la vez
que os invito a incrementarlas.
Cristo nació en un pesebre, vivió en humildad y su herencia fue el amor y la solidaridad entre todos
los hermanos. ¡No debemos olvidar nunca esto!
- Costaleros. Ser costalero no es una moda, ni juerga, ni algo más... Debéis estar convencidos que
vuestra fe os dice que, junto a toda la cuadrilla, lleváis a Cristo sobre vuestros hombros. Llevarlo no
es una obligación, ni una pesada carga, es un orgullo y honor. El peso, por quien lleváis en él, se
convierte en bálsamo para vuestros hombros.
Si no lo hacéis con ese convencimiento, pronto volveremos a las ruedas...
¿Cómo quejarme de mis pies cansados
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo suplicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El espíritu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y solo pido no pedirte nada,
estar aquí, bajo tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es solo
la llave santa, de tu santa puerta. (G. Mistral)
- El Ayuntamiento en Pleno acompaña a Jesús.
Alcalde y Corporación, en representación del pueblo de Baza, de todo el pueblo. Jesús os pide que
vuestra autoridad sea servicio, sea trabajo, sea vuestro objetivo la justicia social y conseguir una
sociedad de progreso donde la igualdad de oportunidades sea prioritaria.
- También la Iglesia representada por la jerarquía. Apoyad a las cofradías, indicarles caminos,
fomentad encuentros de formación, ser críticos pero constructivos. Ayudad en vez de poner
obstáculos. Ver en ellas escuelas de catequesis y formación evangélica.

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Cada uno de los hogares bastetanos quiere ser tanatorio del cuerpo del Salvador.
Y después del entierro, la Madre en su silencio, se encuentra sola, su sufrimiento y la aceptación de la
muerte del Hijo, se plasma en la Virgen de los Dolores de la Cofradía del Silencio.
¡Que impresionante y hermoso es tu silencio María!.
¡Silencio y humildad!
Aceptaste tu maternal virginidad,
sin importarte el “que dirán”.
Mas grandeza ... imposible,
pero aún más responsabilidad.
Silencio en el portal,
sin matrona, sin amigos... sin hogar.
Silencio cuando tu Hijo se va...
en el templo y en sus quehaceres del mas allá.
Silencio en el Calvario,
de pie y en soledad.
Ni gritos, ni histerias,
ni desmayos, ni lágrimas quizás.
Tú siempre te quedas atrás,
para dar paso a tu Hijo,
que, en tu silencio está.
¡Te diluyes, para a Jesús manifestar!.
Un silencio mas elocuente,
no hay ni habrá.
Los hombres y mujeres de Baza, acompañan a María, en silencio y oración.
Dame tu mano, María,
la de las tocas moradas.
Clávame tus siete espadas
en esta carne baldía.
Déjame que te restañe
ese llanto cristalino,
y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Deja que en lágrimas bañe
la orla negra de tu manto
a los pies del árbol santo
donde tu fruto se mustia.
Capitana de la angustia
no quiero que sufras tanto.
No habla nadie, solo se oye el redoble del tambor, porque.... no se que decirte Madre mía...
Es muy duro, quizás si te hablo distraiga tu recogimiento. Aquí estoy y permíteme que piense que
puedo reconfortarte aunque sea con mi silencio.
Si en algo se nos distingue a los bastetanos, es por estar siempre dispuestos a ayudar y estar con los
que nos necesitan, por eso esta noche, Baza llora y reza acompañando a su Madre. Madre de los
Dolores.
Presencia de oración y compromiso.

¡Misterio del Sábado Santo! en el que Cristo depositado en el sepulcro, manifiesta el reposo sabático
de Dios, después de llevar a cabo la salvación de los hombres.
Jesús hombre ha muerto. Con su muerte ha puesto fin a su existencia humana.
La muerte es sinónimo de silencio y olvido eterno. Pero nadie muere para siempre. Cada uno sigue
vivo en el corazón del que ha amado.
Nuestra temporalidad en la vida se convierte en permanencia eterna.

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Por Cristo la humanidad es liberada y divinizada para retornar al Padre.
El vivió esta experiencia y nosotros en el Sábado Santo, día de confusión e incertidumbre meditamos
este hecho.
Recuerdo aquellos Vía Crucis que D. Francisco Cobo realizaba. Donde, curiosamente, llamaba a la
oración a los varones bastetanos.
Asomado a la verja de la Iglesia Mayor gritaba… “¡Quiero a los hombres de Baza en el Vía Crucis!”,
incluso atravesaba la plaza Mayor, dando aire a su manteo, en busca de aquel o aquellos que
consideraba mas apartados de la Iglesia.

Y al amanecer del Domingo las santas mujeres, que habían embalsamado el cuerpo de Cristo,
comprueban el vacío del sepulcro.
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?... HA RESUCITADO.
Ellas fueron las primeras mensajeras de la resurrección del Señor.
No fue un retorno a la vida terrena. Él ya participa de la vida divina.
La Resurrección de Cristo es la esencia de la religión cristiana. Es la base de nuestra Fe. Sin la
Resurrección no tendría sentido nuestra presencia en este acto.
Con ella experimentamos el misterio de la cercanía de Dios. Dios en medio de nosotros.
Y, curiosamente, este gran misterio los primeros en conocerlo son los mas débiles... mujeres... niños...

El viernes, Baza a Jesús ha enterrado


en el templo de la Madre,
de la Madre del finado.
Tras la noche el día.
Tras la oscuridad, la luz.
en nuestras vidas, tinieblas.
Tras el pecado, perdón.
No te cebes en la muerte,
no te congratule el mal.
Alégrate de la vida, que,
Jesús, con su Resurrección nos da.
En la mañana del Domingo,
el sol ilumina más.
No es un Domingo cualquiera,
es un Domingo especial.
Los ángeles revolotean la ciudad
y con los niños bastetanos,
formando el coro están,
para proclamar:
¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Cristo vive ya!
¡Que despertar de Domingo!
¡Cristo ha resucitado!
Baza se viste de gala, alegría e ilusión.

¡Ánimo jóvenes bastetanos! Con una semilla así el fruto de la Semana Santa está asegurado.

Y a este humilde pregonero, no le queda nada más que dar las gracias
a todos vosotros por la paciencia de haberme escuchado y al Padre por permitirme haber intentado
proclamar la Pasión, Muerte y Resurrección del Cristo en el que creo.
El hacer este pregón, más que un esfuerzo ha sido un gran honor. Os puedo manifestar, con alegría,
que me ha supuesto muchos momentos de reflexión. Que siempre me ha iluminado mi fe. Que me ha
reforzado mi confianza en Jesús y que en mi pensamiento siempre he tenido y tengo la idea del verso

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de Machado:

“Quien os habla, solo espera, hablar a Dios un día....”


¡GRACIAS!
Baza, Marzo de 2.008.
Poesías de: . Saetas populares.
. Margarita R. Valdés, Gerardo Diego, G. Mistral, Manuel Vico.

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