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SEPTIEMBRE DE 2010
SEPTIEMBRE DE 2010
OPINIONES
...El otro día estaba leyendo una nota de
Dante Gebel que decía: “Se necesitó una
noche para sacar a Israel de Egipto,
Antes de conocer a Jesús todos pero se necesitaron cuarenta años
que pelean batallas para liberar del pecado. Hay veces que aunque Dios nos
"Soy como un esclavo del pecado porque lo que pequeña parte reservada y eso nos sigue
quisiera hacer no lo hago... hay en mi el deseo esclavizando; es como si Dios viniera a
de hacer el bien pero no puedo llevarlo a cabo. quitarnos las cadenas, pero nos quedamos
Entonces, si hago el mal que no quiero hacer, no con una puesta porque nos gusta pero
soy en realidad yo el que hace el mal, sino el seguimos siendo esclavos. Ahora hago la
pecado que mora en mi"; son las palabras que cita pregunta:
Romanos 8:14-15. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de
Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis
recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Hemos recibido el espíritu de adopción, por lo cual Dios nos ha hecho hijos
de él, aún después de haber caído en la condenación del pecado por causa
de Adán y de Eva, y nosotros juntamente con ellos, aún así, por causa de
Jesús también hemos recibido un espíritu tan hermoso, tan bello y tan
inimaginable, por el cual podemos ser llamados hijos de Dios; el espíritu de
adopción, por el cual todos somos guiados, y somos libres, para con Dios
padre, es decir por causa de Jesús y su obra somos salvos, ya no somos
más esclavos del pecado, ni de las cosas del mundo y ya no tenemos más
temor, pues somos hijos del Dios vivo y todo poderoso, razón por lo cual
podemos clamar a él ¡Abba, Padre!
El poder llamar a Dios, nuestro ¡Abba Padre!, no es cualquier cosa, si no implica el aceptarlo cómo
nuestro padre, pues él mediante el espíritu de adopción, ya nos ha llamado hijos, mas nosotros
debemos de aceptar esa condición de ser Hijos de Dios y comportarnos como tal. El que él nos haya
adoptado no solo nos da el privilegio de poder llamarlo ¡Abba Padre!, sino que también, él como un
padre consentidor, nos da regalos, así como también nos corrige cuando hacemos lo que a sus ojos no
es agradable, pues recordemos que él es Cordero y León.
Una persona adoptada queda a la total protección de su nueva familia, adquiriendo derechos respecto a
ésta como si fuese su familia biológica. En nuestro caso dejamos de ser personas del mundo,
rompemos todo parentesco y lazos con el mundo secular y sus afanes y pasamos por el espíritu de
adopción, a ser hijos del Dios Vivo, con todo lo que ello implica.
Colosenses 1:10–13. Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto
en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la
potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos
hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de
las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,…
Necesitamos levantarnos en armas o tomar ciudades violentamente, pues ya Dios por la obra de su Hijo
y ese gran amor, nos ha dado el espíritu de adopción, para llamarnos Hijos, por lo cual el nos ha
libertado de las tinieblas y nos ha independizado del mundo, es por su gracia y por su amor, si somos
diligentes, obedecemos a Dios y aceptamos a su Hijo como nuestro Salvador, que el día de hoy
podemos llamarnos: ¡Hijos del Dios Vivo, Independientes del Mundo que Conoce-
mos, y Dependientes del Amor de Nuestro Abba Padre, Nuestro Amado Padre
Celestial!
-Julio Beltrán-