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El alcoholismo afecta más a los varones adultos, pero está aumentando su incidencia
entre las mujeres y los jóvenes. El consumo y los problemas derivados del alcohol están
aumentando en todo Occidente desde 1980, incluyendo los Estados Unidos, la Unión
Europea y la Europa oriental, así como en los países en desarrollo, como Chile. (Ver:
Alcoholismo en Chile)
Los efectos sobre los principales sistemas del organismo son acumulativos e incluyen
un amplio rango de alteraciones en el aparato digestivo, entre las que destacan las
úlceras de estómago y de duodeno, la pancreatitis crónica y la cirrosis hepática, así
como lesiones irreversibles en los sistemas nerviosos central y periférico. Pueden llegar
a producirse desmayos, alucinaciones e intensos temblores, síntomas del síndrome de
abstinencia alcohólica más grave, y el delirium tremens, que puede ser mortal a pesar
del tratamiento adecuado.
Disminuye el rendimiento
intelectual: Entorpece el juicio,
debilita la atención, aumenta los
errores perceptivos, retarda las
reacciones. Aumenta la fatiga.
Provoca lesiones cutáneas: Capilares dilatados y nariz rugosa de color rojo oscuro.
Tratamiento
La adicción a otras drogas, sobre todo tranquilizantes y sedantes, es muy peligrosa para
los alcohólicos.
El Antabús, fármaco que produce intolerancia grave al alcohol, se utiliza a veces como
adyuvante. Alcohólicos Anónimos, grupo de apoyo para enfermos sometidos a otros
tratamientos, puede servir a veces para la recuperación sin necesidad de recurrir al
tratamiento siquiátrico formal.
Los efectos en el organismo se detallan a continuación y cabe destacar que los más
afectados son el sistema digestivo y el sistema nervioso.
1. Sobre el comportamiento:
• pérdida de la autocrítica,
• satisfacción personal,
2. Cardiovasculares:
• gastritis,
• úlcera,
8. Sistema Nervioso:
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un concepto de miedo, sin saber la persona realmente a
"qué". Se puede considerar una reacción normal frente a cualquier hecho o
suceso extraño, y que se produce ante lo desconocido, anormal, o
imprevisible, lo que da lugar a una sensación de inquietud. La ansiedad deja
de ser una reacción normal para pasar a ser un cuadro patológico cuando
aparece en ausencia de causas lógicas que puedan dar lugar a su aparición.
Los cuadros de ansiedad de una intensidad elevada, sin ningún tipo de tratamiento, dan lugar, en algunos
sujetos, a conductas inadecuadas, como beber alcohol en exceso, comer demasiado, fumar o automedicarse.
Todo ello con un solo fin, aliviar la tensión emocional que su enfermedad le produce, pero dicha conducta
contribuye, a largo plazo, a mantener el problema.
Ansiedad y alcoholismo
La relación existente entre trastornos psiquiátricos y el consumo de alcohol es
de carácter bidireccional, uno da lugar al otro y viceversa. Esto se conoce a
nivel científico como "patología dual" que viene definida como la relación de
todas las sustancias de abuso y dependencia, con determinados trastornos
psíquicos; aunque actualmente este concepto no se considera muy acertado
ya que a nivel práctico psiquiátrico la comorbilidad de varios procesos ha sido
siempre una constante, y de hecho da lugar a varios tratamientos, siendo
importante no el tipo de tratamiento sino el discernir sobre que aspectos hay
que actuar de forma principal al comienzo y cuales hay que dejar en un
segundo plano.
Muchos pacientes afectos de ansiedad, buscan el alcohol como una forma de tratar su enfermedad y
alejarse de sus problemas.
El consumo de alcohol que realizan los pacientes alcohólicos es el origen de su ansiedad.
Así comprobamos que en pacientes con trastornos de ansiedad la presencia de trastornos de alcoholismo se
sitúa entre el 15-33%. La diferencia del intervalo depende del trastorno de ansiedad estudiado siendo máximo
en trastornos de fobia social y menor en trastornos de pánico o de agorafobia.
En la gran mayoría de pacientes el trastorno de ansiedad aparece con anterioridad a la dependencia de alcohol,
debido probablemente a que estas personas utilizan esta sustancia como un medio de autotratamiento para
intentar disminuir las manifestaciones de ansiedad debido a las "conocidas" propiedades ansiolíticas del alcohol.
De otro modo comprobamos que en personas con trastornos de adicción al alcohol aparece de forma frecuente
un síndrome de ansiedad., relación que se encuentra según estudios entre el 23% y el 69%. Variabilidad que
depende del sexo, edad, o tiempo de adicción alcohólica.
También hay que entender que todos los estudios están sesgados debido a que la población general con
problemas de adicción busca más ayuda para su rehabilitación a nivel médico que la población con los mismos
problemas pero que además padece algún tipo de psicopatología.
Por todo ello hay unos conceptos básicos que hay que tener en cuenta en todos estos procesos:
Esta serie de pacientes requieren un abordaje menos rígido que aquellos pacientes alcohólicos sin
patologia psiquiátrica acompañante.
Hay que tratar ambas patologías de forma integral.
Se observa una tasa de recaidas más frecuente, probablemente debido a una gran dificultad en
conseguir una estabilidad o curación simultánea de ambos procesos.
Por último se puede observar que una serie de personas adictas al alcohol de forma crónica padecen
más tendencia a un aumento de síntomas de tipo ansioso.Se pueden producir síntomas que asimilan a
los estados de ansiedad, o actúan como impulsores de reacciones de ansiedad por la sensibilización
del individuo a sus propias respuestas somáticas.
Para poder diferenciar el síndrome de abstinencia de los cuadros de ansiedad generalizada, hay que tener en
cuenta que en los cuadros de abstinencia, la ansiedad aparece bruscamente junto otros síntomas fisiológicos
típicos de la abstinencia, para luego poco a poco ir disminuyendo. Sin embargo en los trastornos de ansiedad, la
ansiedad continuará intensificándose durante varias semanas, volviendo a aparecer síntomas propios de la
misma que habian sido enmascarados por el consumo del alcohol.
Se observa también una variabilidad entre los distintos subtipo de ansiedad, al estudiar las formas de comienzo
de los síntomas de pacientes con problemas alcohólicos o afectos de trastornos de ansiedad. Así, los distintos
tipos de fobia suelen preceder al inicio del trastorno por alcohol, mientras que por otra parte los síndromes
obsesivo-compulsivos o los trastornos de pánico pueden comenzar antes, simultáneamente o después de la
aparición de la adicción al alcohol.
Los fármacos más usados son : Benzodiacepinas que son los fármacos de elección, pero con debidas
precauciones. Otros tratamientos que pueden ser igual de eficaces son los betabloqueantes (propanolol), y la
buspirona.
En los últimos años se están utilizando y con gran porcentaje de aciertos los inhibidores selectivos de la
serotonina (Paroxetina, Fluoxetina, etc...), en algunos trastornos de ansiedad con marcada afectividad, y con la
ventaja añadida de que se evita la posibilidad de que el sujeto pueda abusar de las benzodiacepinas.