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A cien años

Leticia Tellarini

Transcurría la época de los hombres de la escuela de Helmholtz. "La idea de que la mente, y no el cerebro en el
sistema nervioso, pudiera ser la causa de su propio mal funcionamiento, e incluso el origen del mal funcionamiento
del cuerpo, era peor que una herejía profesional. Era una profanación del pensamiento". (6)

Gracias a que las histéricas hablaban, Freud descubrió una nueva forma de la relación humana, surgiendo así una
teoría y, lo que fundamentalmente es el psicoanálisis, una práctica.

Ayer, poseídas por el demonio, simuladoras, imaginativas, hoy "simplemente histéricas". Vemos en la histérica a la
víctima desdichada pero por sobre todo insatisfecha que pasea su fantasmático masoquismo por doquier,
haciéndose presente en las guardias de hospitales generales, y por qué no de los hospicios, ofreciendo su dolor y su
cuerpo sufriente.

A cien años de "Estudios sobre la histeria", me pareció interesante recordar a Anna O. Su mismo recuerdo, me
propone a modo de libre asociación, algunos entrecruzamientos.

José Breuer (1842-1925), de 40 años entonces, llevó a cabo su tratamiento entre 1880 y 1882, quien gozaba de
una alta reputación en Viena, en tanto que Sigmund Freud (1856-1939) apenas se iniciaba como médico. Meses
después de finalizado el tratamiento, Breuer comentó el caso a su amigo y protegido Sigmund Freud, quien quedó
muy impresionado y, tres años más tarde, ya en París, se lo transmitió a Charcot: "Pero el pensamiento de Charcot
parecía estar en otra parte".(6)

En aquellos tiempos el método era la hipnosis y la catarsis.

¿Qué sabemos de Anna O.?

Aquella jovencita de 21 años "de inteligencia sobresaliente, intuición penetrante, voluntad enérgica, ricas dotes
poéticas y fantasías controladas por un entendimiento tajante y crítico", (3) al decir de Breuer; pertenecía a una rica y
respetable familia judía.

Nació en Viena en 1859. Su padre era mercader. Hablaba inglés y leía el francés y el italiano, además de su propia
lengua el alemán.

Practicaba la equitación y se dedicaba a manualidades de aguja.

Sabemos por los documentos, que tenía serias dificultades con su madre, así como un "apasionado amor por su
padre". Nunca había estado enamorada.

En 1882 fue internada en el Sanatorio Bellevue, uno de sus directores fue Wolfgang Binswanger. El psiquiatra
consultante era Kraft-Ebing.

Mientras tanto, Breuer se preocupaba por un diagnóstico anatómico: ¿Tumor de la fosa silviana izquierda?
¿Meningitis crónica?

También se hizo presente una neuralgia facial. Se le administraron grandes cantidades de morfina.

Se destacaba entonces su carácter obstinado, su oposición pueril a los médicos; su falta de religiosidad.

Posteriormente a la muerte de su padre (1881), se trasladó a Alemania con su madre. Allí fue la primera asistente
social. Se ocupó de la prostitución, la trata de blancas, las jóvenes delincuentes, las perturbadas, las abandonadas y
las ilegítimas. Fundó asilos para huérfanas y la Organización de Mujeres Judías en 1904.

¿Y los hombres? ¿Habían quedado tan sólo en sus fantasías? ¿Borraba así las diferencias?

En su vejez se la describe como una persona piadosa, estricta y autoritaria; dedicada a su obra; con sentido del
humor y la belleza y el gusto por la buena mesa.

Falleció en marzo de 1936. Alemania la honró con una estampilla con su imagen. (2)
En el historial, dividido en cuatro períodos, consta una descripción donde Breuer encontró un lastre neuropático a
juzgar "por algunas psicosis en la familia" de Anna.

Por completo insugestionable; sólo argumentos, nunca afirmaciones, influían sobre ella. Tenaz y persistente en su
voluntad, llegaba hasta la testarudez que sólo resignaba por amor a los demás. Bondadosa y compasiva, con ligera
tendencia a la desmesura en sus talantes de alegría y duelo.

El elemento sexual estaba asombrosamente no desarrollado; la enferma cuya vida se volvió transparente para mí
como es raro que ocurra entre seres humanos, dirá Breuer, no había conocido el amor, y en las masivas
alucinaciones de su enfermedad no afloró nunca ese elemento.

Llevaba una vida monótona que sólo la embellecía con su soñar diurno, su "teatro privado" en que revivía unos
cuentos, pero ocultaba su actividad.

Al contraer manifiestamente la enfermedad, Breuer describe una psicosis peculiar, parafasia, estrabismo
convergente, perturbaciones de la visión, parálisis de miembro superior derecho y ambos inferiores, paresia de los
músculos cervicales. Continúa con un período de sonambulismo.

En julio de 1880 el padre enfermó de peripleuritis, Anna se consagró a su cuidado, debilitándose mucho, anémica y
con asco por los alimentos.

A raíz de una tos intensísima (típica tussis nervosa) fue consultado Breuer.

Su ánimo oscilaba entre el adormecimiento y la inquietud.

Posteriormente aparecieron cefaleas, diplopía, paresia de músculos del cuello, anestesia del codo.

Existían dos estados de conciencia, enteramente separados. En uno conocía a su entorno, aunque triste y
angustiada, y en el otro alucinaba, insultaba, arrojaba almohadas y arrancaba los botones de la ropa de cama. Se
quejaba de que se volvía loca, en cuanto al trato a que se la sometía; que algo la martirizaba, repitiendo
"martirizar, martirizar"; sus cabellos le parecían unas serpientes negras conformando angustiosas alucinaciones.
Perdió el lenguaje, cayó en mutismo; luego, sólo hablaba inglés; en sus horas mejores lo hacía en francés o
italiano.

Al morir su padre, no reconocía a las personas, "sólo a mí me reconocía", expresó Breuer.

Anna denominó "talking cure" (cura de conversación) y "limpieza de chimenea" al procedimiento usado por su
médico, quien diría "estando yo presente, era alegre, pero en mi ausencia emergía un desagradable estado de
emoción angustiosa".

Haré una puntuación.

"...y el elemento sexual escasamente desarrollado", decía Breuer. (3)

Lacan nos dice que la transferencia es la puesta en acto de la realidad del inconsciente.(8) ¿Parto imaginario de
Anna?

Sabemos que Breuer le comentó a Freud ciertos detalles del caso que no incluyó en los "Estudios". A Breuer le
indignaba admitir algo sexual entre una paciente y su médico.

Sabemos también que los primeros desacuerdos entre Breuer y Freud fueron a partir del mecanismo de la histeria.
(5)
"Estados hipnoides" para Breuer cuyos productos entraban en la conciencia de vigilia como cuerpos extraños;
versus la "escisión psíquica" como resultado de un "proceso de defensa" (repulsión = Abstossung = represión).

Freud conjeturó que Breuer debió descubrir la motivación sexual de la transferencia, pero que habiéndosele
escapado la naturaleza universal del fenómeno, interrumpió el tratamiento, sorprendido por un "suceso adverso",
entendiendo por tal a "un falso parto histérico de un embarazo fantaseado". Anna participaba a Breuer de sus
tristes historias de amor y duelo, recordando el libro de Andersen "Estampas sin estampas" que se publicó un año
después de la muerte de la madre de Breuer, que se llamaba Bertha; al igual que una de sus hijas, Bertha, que
tenía 10 años cuando Anna lo consultó.
"Secretos de alcoba" decía Breuer, "siempre la cosa es genital" decía Charcot, al comentar anécdotas de sus
pacientes.

¿Qué fue de aquel desdichado final? ¿Cómo se puso fin al tratamiento de Anna O.?

Diversos autores han mencionado este episodio: donde Breuer, requerido por su celosa esposa, huye a Venecia; allí
Mathilde, su mujer, queda embarazada.

"El peso de la realidad sexual se inscribirá en la transferencia". (8)

¿Acaso no es esa misma realidad sexual la que está presente en cada análisis?

Anna O. - Bertha Pappenheim - Joseph Breuer - Parto imaginario - Sigmund Freud -


Amor - la pregunta por el amor - Freud y las mujeres - Fliess.

¿Qué representará el embarazo de Anna? Si es un signo, es algo para alguien.

¿Huella en el cuerpo del deseo del analista?

Algo de esto está dicho. Este embarazo imaginario entonces, estaba destinado a Breuer. No hubo otro para esta
paciente. No tuvo hijos. Quedó soltera.

Este deseo de "hijos" sólo pudo ser puesto en evidencia a través del tratamiento. Sólo mediante la presencia de
Breuer. Freud tranquiliza a Breuer (y la angustia irá a hacer de las suyas). ¿Acting-out de Breuer? ¿Culpa de
Bertha? ¿Por qué no pensar que era Breuer quien deseaba un hijo?, nos propone Lacan. (8)

Además del caso Anna O., a Freud se lo veía en tema con los embarazos. Mientras Martha, su "esposa pobre",
cursaba su sexta preñez (no deseada por Freud). Ida Bondy (ex paciente de Breuer), actualmente "esposa rica" de
Fliess, iba por el primero.(1)

El 24 de julio, en 1895, Freud produce el "sueño de la inyección a Irma", interrogándolo sobre su propio deseo. Año
en el que Anna O. "se repuso dificultosamente de aquel desdichado final..." (1)

En aquel sueño, Freud dice "no es culpa mía sino de Irma, quien habría rechazado la solución y tampoco abría la
boca".(7)

Por esta época Freud estaba concibiendo sus teorías acerca de las neurosis actuales, entre las que destacaba la
angustia de las viudas y abstinentes voluntarias.(10 Esto comienza a orientarnos acerca del tipo de solución
propuesta. Su deseo por Irma aparece bastante claramente expuesto.

Y "...las relaciones de la nariz con la sexualidad eran precisamente las ideas de Fliess que Freud rescata en este
sueño; y, al volver al valor simbólico de la nariz, podríamos agregar que los cornetes son también denominados
conchas (Muscheln, en alemán) por los anatomistas de habla hispana, siendo para nosotros «concha» una
designación vulgar inequívoca".(10)

Anna - Irma - Martha - Mathilde - Mujeres - Embarazo. Nos ponen en tema con la histeria. Y aquí, otro
entrecruzamiento.

Anna, ¿sólo una?

Así como sabemos hoy que Anna O. es Bertha Pappenheim, (2) tenemos derecho a suponer que Irma es Anna
(ananás se leía en la botella de licor junto a otros datos mencionados en el sueño).(7) Anna Hammerschlag, viuda de
Lichteim, en cuyo homenaje Freud llama Anna a su hija.

Freud también tuvo una hermana, llamada Anna, por quien no demostró simpatía (que se casó con Elis Bernays,
hermano de Martha). ¿Forma reactiva de una fantasía incestuosa? Para este asunto podríamos tener otro sueño y
un recuerdo encubridor.(1, 6, 10) Anna, nombre puente entre la hermana y la paciente.(10)

Es así como vemos reunidas a varias mujeres en el nombre Anna. Anna O. - Bertha Pappenheim; Anna Lichteim -
Irma; Anna hermana de Freud: Anna Freud su hija.
Si hablamos de transferencia, si hablamos de Freud, debemos tener en cuenta que será a partir de la propia
historia, de la propia neuro
sis,(10) que Freud abre sus ideas, que encuentra una nueva ruta que se llamará psicoanálisis.

Y así Breuer como Irma, que rechazaron considerar la sexualidad en la trasferencia, Freud no estuvo ciego a ella.
Asumirá su responsabilidad y la de su obra y habrá un destino signado para su hija... Anna.

Bibliografía

1. Didier Anzien, El autoanálisis de Freud y el descubrimiento del psicoanálisis, Ed. Siglo Veintiuno, 1987.

2. Bedo, Tomás y Maggi de García Rocco, Irene, Estudios sobre la Histeria. La señorita Anna O., Ed. Siglo Veintiuno,
1976.

3. Freud, Sigmund, Escritos sobre la histeria, t. II de sus Obras Completas, Amorrortu, 1975.

4. Freud, Sigmund, Interpretación de los sueños, t. IV de sus Obras Completas, Amorrortu, 1975.

5. Freud, Sigmund, Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico, t. XIV de sus Obras Completas,
Amorrortu, 1975.

6. Jones, Ernest, Vida y obra de Sigmund Freud, Hormé.

7. Lacan, Seminario II: El yo en la teoría de Freud, Paidós.

8. Lacan, Seminario XI: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós.

9. Nachon, Sara L. de, El Huracán Bertha. Una transferencia devastadora. Circulo psicoanalítico freudiano. Rev.
1990. La producción psicoanalítica.

10. Rusconi, R., "Por siempre Anna". Trabajo presentado en APA, 1985.

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