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Dificultades de aprendizaje: el quid de la cuestión

Lejos de lo que a primera vista se pueda pensar al leer la expresión, los niños con
dificultades de aprendizaje no suelen presentar un menor nivel de inteligencia que sus
compañeros. Antes al contrario, los niveles de desempeño mental, y la agudeza de
sentidos como la vista y el oído, básicos a la hora de captar información, por lo general
se sitúan en niveles completamente normales. Con frecuencia se trata de un niño que
obedece, intenta concentrarse y comportarse adecuadamente. ¿Dónde está entonces el
quid de la cuestión?

Esther Riobó – Abril de 2010

La expresión “dificultades de aprendizaje” dista mucho de


haber alcanzado un significado consensuado. En realidad, se
trata de un concepto amplio que abarca un conjunto de
impedimentos más específicos en el proceso de aprendizaje. Con
todo, no está de más realizar una primera aproximación del
término antes de examinar brevemente algunos de los más
comunes. [Ver cursos de Atención Infantil]

Como regla general, será necesario tener presente, en primer lugar, que dicho concepto no
está relacionado con aquellas situaciones en las que el niño padece un trastorno emocional o
una situación de retraso mental. Resulta asimismo importante no confundirlas con otros
impedimentos para el aprendizaje ocasionados por factores externos como imposibilidad de
asistir a clase o cambios frecuentes de centro educativo. Tampoco con otras como el autismo,
los desórdenes de conducta o el trastorno de déficit de atención. Este último puede darse de
forma simultánea a la dificultad de aprendizaje pero no se trata de lo mismo.

El Trastorno por Déficit de Atención o TDA es una afección causada por la presencia de un
nivel bajo de los neurotransmisores, norepinefrina y dopamina, en determinados circuitos
cerebrales. Dependiendo de las áreas afectadas, se puede manifestar en forma de
hiperactividad, distracción o impulsividad. El tratamiento consiste en elevar el nivel de los
neurotransmisores a través de la medicación.

Las dificultades de aprendizaje, por el contrario, están causadas por una alteración de las
conexiones, por así decirlo, del cerebro. Es como si dichas conexiones estuvieran
establecidas de una forma distinta y como resultado de ello, se experimentan dificultades en
el procesamiento de la información, cuyo tipo dependerá, al igual que ocurre en el TDA, de
las áreas del cerebro involucradas pero, a diferencia de éste, el tratamiento no es a través de
medicación, sino de rehabilitación que ayude a los afectados a seguir el proceso de
aprendizaje a pesar de la presencia de sus dificultades específicas.

Por tanto, la expresión “dificultades de aprendizaje” hace referencia a aquellos casos en


los que el niño tiene un coeficiente intelectual normal, un ambiente familiar correcto, no
padece carencias sensoriales y sin embargo, presenta un desempeño escolar
acusadamente insatisfactorio.

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En realidad, se trata de un término general asociado a problemas específicos en el proceso de
aprendizaje, que afectan a las habilidades de lectura, escritura, la exposición oral, el
cálculo, el razonamiento y la capacidad de escuchar. Algunas investigaciones apuntan a que
dichas dificultades pueden estar ocasionadas por la forma diferente que tiene el cerebro de
procesar la información, lo que descarta factores como la pereza o ausencia de agudeza
mental. Tal como arriba indicábamos, algunas fuentes lo describen de forma gráfica
señalando que “es como si las conexiones del cerebro estuvieran establecidas de una forma
distinta”. [Ver cursos de Lectura]

El mayor inconveniente de las dificultades del aprendizaje es que no existe una solución
definitiva a corto plazo; nos hallamos ante una cuestión que necesita atención de por vida.
La buena noticia es que implementando las medidas adecuadas, los niños que se ven
afectados por ellas pueden superar satisfactoriamente los estudios y emprender carreras
incluso en ocasiones brillantes.

Síntomas a los que debe prestarse atención

En líneas generales, como hemos indicado, el niño con trastorno de aprendizaje no presenta
una pauta uniforme en su desarrollo escolar y sin embargo, suelen presentar un coeficiente
intelectual normal, buen ambiente sociofamiliar y ausencia de carencias sensoriales o
neurológicas. Los síntomas a los que deben prestarse atención como posibles indicadores de la
existencia de una dificultad del aprendizaje son los siguientes:

· Alteraciones de la función motora, tales como torpeza de movimientos, problemas de


coordinación, etc.

· Nivel de atención bajo.

· Problemas con los cálculos, las series numéricas y otras tareas matemáticas.

· Irregularidades en la lectura y escritura y en el área verbal.

· Dificultades de memoria y percepción

· Problemas leves de emotividad y sociabilidad: poca habilidad social, retraimiento,


agresividad, falta de afirmación personal, etc.

En cualquier caso, se debe tener presente que la presencia de uno o más de estos síntomas
tan sólo indica una posibilidad. Determinar si un niño padece o no una dificultad del
aprendizaje requiere de una evaluación por parte un experto en la materia. Ante la sospecha,
lo mejor es acudir a un centro especializado donde se confirme o descarte tal condición.

Asimismo, es importante recordar que el diagnóstico temprano de las dificultades de


aprendizaje es importante para encaminar a los niños hacia el éxito académico tanto el
colegio como en la universidad, por medio del refuerzo necesario para contrarrestar estos
efectos. Por tanto, es responsabilidad de padres y educadores prestar atención al
comportamiento del niño para identificar cualquier anomalía que pueda apuntar hacia algún
posible obstáculo en el proceso de aprendizaje del menor. Las asociaciones de afectados
suelen disponer de listados de centros especializados a los que acudir para solicitar un
diagnóstico.

Los tipos más frecuentes

Las dificultades de aprendizaje que se dan con más frecuencia son la dislexia, la discalculia,
las disgrafía, los desórdenes auditivos y visuales y dificultades en el aprendizaje no
verbal.

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La Asociación Internacional de Dislexia de Estados Unidos define la dislexia como la dificultad
del aprendizaje relativa al lenguaje, cuyos síntomas se manifiestan en las dificultades de
aprender habilidades específicas de éste, en especial la lectura, si bien a menudo los
obstáculos se extienden a otras áreas relacionadas como la ortografía, escritura y
pronunciación de palabras. Tiene un carácter hereditario, con frecuencia familiar, que afecta
al desempeño escolar y en casos agudos, puede requerir de educación especial.

La discalculia hace referencia a la dificultad en adquirir habilidades matemáticas y se


correspondería, en esta área, con la dislexia en las letras. Se puede manifestar en los
problemas para entender los números como conceptos, dificultades de planificación que
pueden llevar al niño a realizar cálculos incorrectamente, a la hora de resolver problemas
aritméticos, etc.

La disgrafía designa el trastorno de la escritura que afecta a la forma o el contenido y se da


en niños que no presentan problemas intelectuales, neurológicos, sensoriales o de otro tipo.
Comprende dos tipos de síntomas: en primer lugar, aquellos referidos a la postura, forma
incorrecta de sujetar el bolígrafo, manera incorrecta de usarlo (muy rápido, muy lento o con
presión incorrecta, etc.); en segundo lugar, los que afectan a los elementos propios del
grafismo, inclinación y tamaño de las letras, espacio entre las mismas, trazos irreconocibles y
en definitiva, texto difícil de comprender.

El Trastorno de Procesamiento Auditivo ocurre cuando el niño encuentra dificultades a la hora


de procesar información a través del canal auditivo, es decir, le resulta complicado
interpretar los sonidos o mensajes que recibe. No se trata de un problema de la audición, que
es correcta, sino del reconocimiento por parte del cerebro de la información que le llega a
través de ese canal. Como consecuencia, el niño puede mostrarse distraído o encontrar
obstáculos a la hora de seguir instrucciones verbales. Cuando esta misma dificultad se
produce a la hora de procesar la información que se recibe por los ojos, hablamos del
Trastorno del Procesamiento Visual.

Finalmente, las dificultades en el aprendizaje no verbales consisten en un trastorno que se


origina en el hemisferio derecho del cerebro, ocasionando problemas en las funciones de
procesamiento espaciales, intuitivas y evaluativas.

Algunos consejos para los padres

Recibir el diagnóstico de un hijo con dificultades de


aprendizaje puede ser impactante y difícil, más aún
sabiendo que se trata de una condición con carácter
vitalicio que requerirá de la aplicación de medidas con
carácter continuo para paliar los efectos del trastorno y
alcanzar el éxito, sin duda posible.

En primer lugar, es importante tener presente que


cuando se buscan los medios de ayudar a un niño que
sufre dificultades de aprendizaje, lo que en realidad se está buscando es proporcionarle a él
los medios para ayudarse a sí mismo. En este contexto, es importante recordar que la mejor
baza del niño es fomentar su bienestar físico y emocional. Unos padres que no se dejen
intimidar por el diagnóstico, y que a pesar de las dificultades mantengan como prioridad el
bienestar de su hijo, marcarán toda la diferencia.

Así, el fomento de hábitos emocionales sanos en los niños puede ayudarles a gestionar la
frustración con la que, ellos más que nadie, habrán de enfrentarse. Darles espacio para que
se expresen y escucharles cuando necesiten hablar les ayudará a conectar con sus
sentimientos, aprender a calmarse y normalizar sus emociones. Tal como aconseja la

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Asociación Dislexia sin Barreras, el niño debe saber que los padres entienden la naturaleza de
su problema, lo que requiere darle frecuentes explicaciones acerca de sus dificultades. Hay
que hacerle llegar un mensaje muy importante y es que saben que no es tonto, ni vago, antes
al contrario, que lo más seguro es que hayan tenido que trabajar mucho para alcanzar su
nivel actual de desempeño escolar. Sobre todo, deben saber que los padres le seguirán
queriendo, evitando que la ansiedad de los progenitores aumente sus obstáculos.

Informarse en profundidad sobre la dificultad del aprendizaje específica que padece el niño,
convertirse en un experto “no titulado” por así decirlo en la materia, es otro factor de mucha
ayuda por parte de los padres. Involucrarse activamente en la educación del niño,
mantenerse al tanto sobre los últimos avances, conocer las mejores opciones de tratamiento
disponibles y ponerse en contacto con centros especializados son algunas de las acciones que
ayudarán a sentirse mejor ante el reto y lo que es más importante, encontrar la forma más
efectiva de enfocarlo.

Entrar en contacto con otras familias afectadas por la misma dificultad es también una
manera de encontrar apoyo mutuo y poner en común recursos y conocimientos al respecto.
Las asociaciones de personas afectadas por el mismo problema son un excelente medio para
ello, además de un medio eficaz de representar los intereses de sus miembros frente a las
instituciones.

Tecnología al servicio del tratamiento

Al igual que sucede en otros campos, se han producido algunos avances en el área de las
nuevas tecnologías educativas que están resultando de gran ayuda en el tratamiento de las
dificultades de aprendizaje. Tal es el caso de los programas informáticos DiTres, MeMotiva,
Lexia y Crucigramas y Más distribuidos por el centro Rehasoft, una empresa sueca pionera en
España en ofrecer soluciones para Dislexia y TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con
Hiperactividad), entre otros.

DiTres es un software específico para la Dislexia basado en la lectura de voz sintética de


textos, que el ordenador lee para que a través de su escucha, el disléxico pueda asumir el
contenido con facilidad, lo que a su vez implica la apertura de otro canal sensorial. De esta
manera, cada vez que la persona utiliza el programa leyendo y escuchando al mismo tiempo
se aplica el aprendizaje multisensorial, mejorando sus habilidades para leer y escribir,
superando el obstáculo causado por la dislexia. Los niños consiguen trabajar autónomamente
y aumentan su autoestima disminuyendo la frustración y el rechazo. Además empiezan a
disfrutar de la lectura y escritura y se observa una notable mejoría en su rendimiento escolar.

El programa es capaz de leer cualquier libro, periódico, revista y hoja impresa, por medio del
escaneo, así como documentos electrónicos en formato Word, Excel, Power Point, PDF,
páginas web, correo electrónico, etc. Puede ser utilizado en el centro escolar o en casa, y
está disponible en varios idiomas, como el inglés, francés, árabe, alemán, italiano o incluso el
catalán. Las ventajas que aporta esta herramienta es el aumento de la velocidad lectora y de
la comprensión, mayor velocidad al escribir, mejora de la ortografía y desorganización de la
escritura, y aumento de la autonomía, motivación, concentración y atención, con el
consiguiente aumento de la autoestima y disminución de la frustración.

Otra de las soluciones ofertadas por Rehasoft es Lexia, un software que permite la
rehabilitación de la Dislexia y Afasia (pérdida en la función del lenguaje causada por una
lesión del cerebro). Contiene 10.000 tareas clasificadas en grupos metalingüísticos, de
sonidos, palabras, frases, sílabas, conceptos, textos, espacio, etc.

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Primeros avances de la situación educativa en España

Como señala Juan E. Jiménez, de la Universidad de la Laguna, en su artículo “Dificultades


específicas de aprendizaje: mirando hacia el futuro”, en España no ha existido
tradicionalmente el reconocimiento de una categoría de diagnóstico en el campo de la
Educación Especial que corresponda al concepto ‘Dificultades específicas de Aprendizaje’.
Con la promulgación de la LOGSE en 1990, las Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA)
en nuestro país quedaron englobadas bajo el término de Necesidades Educativas Especiales
(NEE). Esta carencia de reconocimiento provocó que se produjeran muy pocos casos de
identificación de dificultades de aprendizaje. La más reciente incorporación del concepto en
la Ley Orgánica de Educación ha abierto la posibilidad de que en España se aborden los
criterios de identificación de este problema, que hasta hace muy poco no ha sido objeto de la
atención específica que necesitaba.

La dificultad añadida inherente al hecho de que en nuestro país las competencias educativas
se hallen transferidas a las Comunidades Autónomas conlleva el riesgo de un desarrollo
desigual de la cuestión. Ha sido precisamente Canarias, de la mano del citado autor Juan E.
Jiménez y su equipo, la pionera en la implementación del modelo RTI, piloto de la prevención
e identificación de las DEA en España desarrollado a través del programa PREDEA. El programa
se ha llevó a cabo en el curso 2008‐2009 e implicó a 300 escolares de infantil de 5 años y de
1º y 2º de primaria (5 a 8 años) además de 40 docentes y orientadores.

Este primer programa autonómico para la atención al alumnado con dificultades específicas
de aprendizaje (DEA) desarrolla actividades formativas para el profesorado, talleres para la
intervención con escolares con estos problemas y acciones para la prevención de las
dificultades específicas de aprendizaje en lectura y escritura.

La puesta en marcha de estas medidas ha hecho de Canarias la comunidad autónoma


pionera en regular, partiendo de la Ley Orgánica de Educación (LOE), la atención
diferenciada al sector de escolares con necesidades específicas de apoyo educativo que
presentan dificultades específicas de aprendizaje. Esperemos que en los próximos años
iniciativas como estas se presenten por todo el territorio nacional.

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Redacción aprendemas.com

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