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Cómo escribir bien

Desafortunadamente no existen unas recetas lógicas que indiquen con claridad: "Debe hacerse esto y todos
contentos". Escribir es un arte y su ejecución depende de cómo cada cual lo conciba, geste y para. Parto
literario -dicen muchos-. Y al igual que a la mujer no puede indicársele cómo parir celebridades, es totalmente
imposible convertir en consumados artistas a quienes profesan la vocación literaria.

Normas o reglas para un mejor escribir :

1ª. Medite detenidamente sobre lo que va a escribir, ordenando las ideas secundarias en torno a la principal.
2ª. Procure que una frase siga a la otra. Los pensa-mientos consti-tuirán una cadena ininterrumpida.
3ª. Lea y relea cuanto escribe.
4ª. No abuse de las expresiones "a fin de que, por lo tanto, esto es", etc.
5ª. Huya de las palabras "finolis" y de las no fáciles al entendimien-to.
6ª. Mucha atención a la repetición de sonidos iguales.
7ª. Nuestro idioma es rico en vocablos. Deseche los extranjeros.
8ª. Procure que nadie recurra al diccionario para entender lo que dice.
9ª. "A menos de ser un genio, lo mejor es procu-rar hacerse inteligible". (ANTHONY HOPE).
10ª. Provéase de buenos diccionarios. Seguro que los necesitará.
11ª. Evite la acumulación innecesaria de adjeti-vos.
12ª. Mucha atención con los barbarismos, vulga-rismo y solecismos.
13ª. Evite las divagaciones. Cansan al lector.
14ª. No debemos olvidar que para escribir deprisa es menester pensar despacio.
15ª. Interrumpa inmediatamente la escritura cuando se sienta cansado. En caso contrario, trabajará
inútilmente.
16ª. Recuerde que las reiteraciones, redundan-cias, consonancias, etc. quitan vida a la expresión.

Precisión con el lenguaje

La precisión es sinónimo de puntualidad, fijeza, exactitud, certeza y determinación (según la R.A.E.). Y en


materia de lenguaje, concisión y exactitud rigurosa.

Si queremos que se nos escuche o se nos lea seamos precisos. Vayamos al grano, eliminando la paja.
Convirtamos la "lechuga" en "cogollo". No cansemos, no forcemos. Naturalidad, sencillez... Tanta, que no
nos importe pecar de "pueriles". Es una forma de llamar la atención con sencillez.

Para ser precisos es imprescindible que nos detengamos en la construcción sintáctica. Construcción que
debemos advertir en castellAno, o español, no está en la opinión de Gonzalo Martín Vivaldi, sometida a
reglas fijas, sino que goza de libertad, de holgura. Libertad que no quiere decir libertinaje, ni la holgura indica
una desconexión arbitraria entre los elementos de la frase. Queremos decir que, en realidad, al escribir, manda
el interés psicológico. Nadie escribe pensando en las reglas sintácticas, como nadie, al pensar, tiene en cuenta
las reglas de los silogismos.

"El escritor -dice Martín Alonso-, que produce sus ideas de un modo íntimo y vital y redacta por instinto o
por reflexión, fabrica las frases a tenor de sus fenómenos mentales, cambiando, a veces, la distribución directa
de los vocablos, para dar más valor expresivo o ritmo a determinadas formas de lenguaje."

¿Quiere decir cuanto antecede que debemos es-cribir "a la pata la llana" como dijera Azorín? Sí. Pero,
¡ojo!: releyendo y volviendo a releer lo releído en honor a la corrección.

Según los Gramática, el pensamiento debe ordenarse así:

1º, el sujeto José Neira


2º, verbo propinó
3º, complemento directo una patada
4º, complemento indirecto a una vaquilla
5º, complemento circunstancial no hace mucho tiempo, en Cebolleira.

¿Quiere esto decir que el orden lógico preceptivo de- la construcción de la frase es el figurado? No, aunque
sí se recomienda que el verbo vaya en primer lugar:

"José Neira propinó una patada a una vaquilla..."

Pero siendo, como es, cuestión sicológica la construc-ción de la frase, no podemos calificar de inco-rrecto
el orden de los siguientes pensamientos:

- Propinó una patada José Neira a una vaquilla.


- Propinó José Neira una patada a una vaquilla.
- Una patada propinó José Neira a una vaquilla.

Lo que no es correcto en castellano es la colocación del verbo al final de la frase:

- Una patada a una vaquilla José Neira propinó.

Admisible, sólo, claro está, si deseamos manifestar desaliño, descuido o desprecio al lenguaje.

Frases desordenadas

Para conseguir la debida cohesión en un párrafo o período, debe procurarse ligar la idea inicial de una frase
a la idea final de la frase precedente o a la idea general de dicho párrafo

Ejemplo:

El edificio incendiado era un chalé de lujo. El fuerte viento reinante avivaba las llamas y les daba una
espantosa intensidad.

¿Cuál de las dos frases siguientes liga mejor con la expuesta?:

a) ... El salvamento de los habitantes del chalé tuvo que hacerse en medio de este brasero ardiente.
b) ... En medio de este brasero ardiente, tuvo que hacerse el salvamento de los habitantes del chalé.

Sin duda alguna, la segunda frase "en medio de este brasero ardiente", liga mejor, más lógicamente, con la
"espantosa intensidad de las llamas".

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