Você está na página 1de 2

Tema: Guerra Fría.

Actividad: Segundo conflicto tipo. La crisis de los misiles

Dirección electrónica para inquietudes: franciscobernal@loscerros.edu.co

GIMNASIO DE LOS CERROS.

ELECTIVA DE HISTORIA.

El siguiente trabajo consta de cuatro preguntas, el total de respuesta debe estar escrito en un
máximo de 2000 palabras y un mínimo de 1,800 palabras, cada respuesta debe citar por lo menos
una fuente bibliográfica, de igual modo, cada respuesta deberá ser redactada a mano en el
cuaderno de la electiva.

1. Según la Fuente B, ¿qué dio a Castro la confianza para hacer frente a los soviéticos a
mediados de la década de 1960? (300 palabras)
2. Compare y contraste las opiniones sobre las relaciones cubano-soviéticas expresadas en
las fuentes B y C. (500 palabras)
3. Con referencia a su origen y propósito, juzgue el valor y las limitaciones de la Fuente A
para los historiadores que estudien las relaciones cubano-soviéticas en la década de 1960.
(500 palabras)
4. Utilizando estas fuentes y sus propios conocimientos, explique la naturaleza de los
cambios ocurridos en las relaciones cubano-soviéticas entre 1962 y 1968.(700 palabras)

FUENTE A:

Comentarios de Khrushchev, después de su cese como Primer Secretario, sobre


reuniones con Castro tras la crisis de los Misiles, en Khrushchev Remembers: The
Glasnost Tapes, Boston. El contenido completo se hizo público en 1990.

Hablé con él (Castro) posteriormente también, después de que hubiese estado ya en la


Unión Soviética dos veces y se encontrara de un estado de ánimo diferente. Nuestro
encuentro fue excepcionalmente cálido y pudimos tener un buen intercambio de opiniones.
Comentamos el pasado en retrospectiva y realizamos un análisis de los acontecimientos
en una atmósfera tranquila. Me di cuenta de que aún no lo entendía. Continuaba creyendo
que habíamos instalado los misiles, no tanto por el interés de Cuba, sino principalmente
por el interés militar de la Unión Soviética y de todo el bando soviético.

Le dije a Castro: “Hay otra forma de ver este asunto. Querías empezar una guerra con
Estados Unidos. Si la guerra hubiese estallado, nosotros habríamos logrado sobrevivir de
algún modo, pero Cuba, sin duda, hubiese dejado de existir. Habría sido reducida a polvo.
Sin embargo, ¡tú sugeriste un ataque nuclear!...” Castro era en esa época una persona
muy irritable. Comprendimos que no había meditado lo suficiente las consecuencias obvias
de una propuesta que situaba al planeta borde de la extinción.

FUENTE B:

Extracto de Profiles in Power: Castro, de Sebastián Balfour, Londres, 1990.


Tema: Guerra Fría.

Actividad: Segundo conflicto tipo. La crisis de los misiles

Dirección electrónica para inquietudes: franciscobernal@loscerros.edu.co

La firmeza de Castro respecto a Moscú provenía de una sensación de confianza. Aunque


el conflicto chino-soviético había debilitado al bloque socialista, también había
proporcionado a Cuba una cierta influencia sobre la Unión Soviética, que estaba ansiosa
por mantener a Cuba de su parte. Sin embargo, Castro procuró mantenerse a distancia de
China, quien estaba intentando explorar las diferencias entre la Habana y Moscú. El
escaso apoyo dado a Vietnam del norte por China y la Unión soviética hizo surgir la
posibilidad de una tercera alienación de fuerzas socialistas, que incluía a Hanoi, el
Vietcong, a los cubanos, y a Corea del Norte. La resistencia de los norvietnamitas a los
atroces bombardeos americanos debió proporcionar inmensos ánimos a los líderes
cubanos. Además, Cuba gozaba del tipo de prestigio entre las naciones del Tercer Mundo
y en muchos sectores de la opinión pública occidental, lo que Moscú difícilmente podía
pasar por alto.

FUENTE C:
Extracto de Fidel Castro, de Robert Quirk, Nueva York, 1993.

Desde principios de la década de 1960, Fidel Castro y los ocupantes del Kremlin (líderes
soviéticos) se habían estado dedicando continuamente a un juego más o menos educado
de chantaje. Aunque sus objetivos estratégicos eran distintos, una parte necesitaba de la
otra y reconocía los límites que no podían traspasar. La Habana sabía perfectamente que
el éxito de la economía cubana dependía en última instancia de las decisiones que
tomaban los líderes soviéticos. La industria del país- sus fábricas, sus granjas estatales
mecanizadas, su sistema de energía y electricidad- funcionaba con el petróleo enviado
desde el Mar Negro. A medida que la economía cubana crecía, también lo hacia su
necesidad de combustible. Para 1966 había empezado a faltarles, y en 1967 los cubanos
pidieron a Moscú que aumentase sus entregas en un ocho por ciento… Moscú aceptó
aumentarlas en un simbólico dos por ciento. Su intención era clara aunque no se
expresase: Fidel Castro debía empezar a mejorar su conducta si esperaba recibir más
ayuda económica. En su discurso de Año Nuevo, enfatizó la gravedad del problema, en
1968. Se negó a hacer concesiones o a aceptar culpa alguna, y culpó de la crisis
energética a la Unión Soviética.

Você também pode gostar