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“Aprendo 2010”
29 - 31 de octubre del 2010
Santo Domingo, República Dominicana
Temática seleccionada: Integración y organización de los equipos docentes
Resumen: Esta ponencia trata la relevancia de la colaboración entre los docentes para el
proceso de enseñanza y aprendizaje. Enfatiza cómo el buen funcionamiento de un equipo
de trabajo fortalece la comunicación efectiva entre sus miembros. Se establece el
concepto de “cultura de colaboración” que debe primar en un centro que busca la calidad
de la educación. Introduce brevemente la importancia de las redes telemáticas en el
trabajo colaborativo de los docentes. Entre las conclusiones que aporta están: la toma de
decisiones son afectadas directamente con la vinculación real de cada uno de los
miembros, es absolutamente necesario la ayuda mutua entre los docentes y que exista un
ambiente agradable de trabajo, la colaboración profesional incide significativamente en los
centros eficaces. Algunas de las recomendaciones sugeridas: cambiar el liderazgo
tradicional de la gestión a uno más transformacional, formar a los docentes en una cultura
de colaboración dejando atrás el aislamiento, que los maestros y maestros sean parte
activa de la toma de decisiones en el centro escolar para una mejora en la calidad de la
educación.
Introducción:
Como todos sabemos, es de vital importancia la participación activa de todos los
actores del proceso de enseñanza y aprendizaje y, en especial, de nosotros los docentes
para lograr un trabajo pedagógico que busque que los estudiantes aprendan. Esta
participación activa puede estar afectada Como mencionamos, anteriormente, ésta puede
estar afectada por muchos factores que intervienen positiva o negativamente en la
consecución del mismo; pero los más comunes los constituyen la “resistencia al cambio” y
“la falta de confianza”. No debe existir el sentimiento de que una persona tiene todo el
conocimiento y que las demás están “por debajo” de ésta. Es necesario entender y
asimilar que todos los miembros de un equipo son, igualmente, valorados y que sus
decisiones son valiosas y aportan una parte importante al proceso de la toma de decisión.
Se definió las estrategias más comunes para el trabajo en equipo a la vez que se enfatizó
acerca de la importancia de elevar el autoestima de los docentes así como su desarrollo
profesional.
Como temas a tratar en la presente ponencia tenemos: el aislamiento frente al
trabajo colaborativo del docente, entre el individualismo y la colaboración profesional,
importancia de la colaboración entre los profesores, liderazgo colaborativo entre los
docentes, liderazgo compartido y toma de decisiones, la importancia de las redes
telemáticas en el trabajo colaborativo de los docentes.
Contenido:
1) El aislamiento del docente
Antes de adentrarnos a los temas que nos proponemos desarrollar en este
apartado, me gustaría comprender la razón de la persistencia de los profesores a trabajar
de manera aislada y entender el porqué de la resistencia a trabajar colaborativamente en
equipo. Hargreaves (2003: 192-193) dice a este respecto que “el aislamiento del aula
permite a muchos profesores mantener un deseado deseo de intimidad, una protección
frente a interferencias exteriores que, con frecuencia, valoran.” Con estas ideas, el autor
enmarca el aspecto psicológico del maestro en buscar el aislamiento o individualismo
utilizado, más bien, como mecanismo inconsciente de defensa ante cualquier interferencia
o crítica que pueda afectar su autoestima o la imagen de él o élla tengan los demás.
Sabemos que la arquitectura de la escuela es un hecho real y tácito pero que no debe ser
un obstáculo para que los profesores trabajen de manera armónica y colaborativa.
Para Remón (2004), el Centro Escolar "típico" presenta los siguientes rasgos:
Antes de llegar al estadio ideal del trabajo de los docentes en el centro escolar, la
colaboración existen fases intermedias que son las más comunes. Gather (2004, 67)
menciona el concepto de “fragmentación” donde se da el caso de que “dentro de la
institución, los docentes se asocian más estrechamente a algunos de sus colegas, desde
distintos grupos”. Según esta autora, la fragmentación no surge exclusivamente en
escuelas muy grandes o en centros de educación secundaria. Esta tendencia aparece en
la mayoría de las escuelas como norma de trabajo.
Otro aspecto que se podría enmarcar como fase intermedia entre el individualismo
y la colaboración entre los profesores es el de “la gran familia” (Staessens, 1991 y Nias y
otros, 1994). Asimismo Gather trata de explicar este tipo de interrelación que él mismo ha
denominado “coexistencia pacífica” cuando expone que “los contactos entre docentes son
amistosos, el apoyo y la ayuda mutua son de importancia primordial, así como la lealtad,
el humor, un ambiente agradable, un funcionamiento de la estructura escolar bien
afinado”. Basándonos en estos autores, cada individuo realiza su labor de manera
independiente sin intervenir con los demás y asume reglas explícitas e implícitas ya
establecidas.
Gather también considera que es necesario que exista “una cultura de colaboración” en
los centros con “la capacidad de reducir, a través del intercambio, las diferencias entre las
representaciones entre los actores y, por tanto, la incertidumbre de la acción pedagógica,
o incluso desarrollar estrategias que puedan aumentar su efectividad.” Podemos entender
que el concepto de “liderazgo compartido” que también podríamos denominar “liderazgo
distribuido” es el que adopta todo lo relacionado a los asuntos normales de la vida escolar
y lo convierte en responsabilidad de todos y cada uno de los miembros del centro
educativo. A través del mismo se pueden crear las condiciones favorables para personas
compartan y participen, comprendan y contribuyan a lo que ocurre en la organización.
Los docentes trabajan mejor en sus departamentos y por áreas de enseñanza que a
nivel macro (Hargreaves, 2002:201). Este tipo de trabajo en equipo no permite, muchas
veces, abarcar todo el entorno del centro y no se puede tener una idea clara de todo el
contexto a analizar por parte de los docentes. Para lograr un cambio de paradigma
genuino se debe tener claro los conceptos de colaboración y colegialidad de los que
Lieberman (1984) afirma “hacen que el desarrollo del profesorado trascienda la reflexión
personal e idiosincrásica y la dependencia de expertos externos, hasta un punto en el que
los docentes pueden aprender unos de otros, poner en común su pericia y desarrollarla
juntos”. Tanto la colaboración como la colegialidad se hacen evidentes cuando se hacen
cambios de reforma educativa. Fierro (1999), por su parte, entiende que “los
colegiados van transitando por distintas etapas, a lo largo de las cuales puede
identificarse tanto un proceso de maduración en términos de grupo que se está integrando
y auto coordinando, como de compromiso y desempeño profesional, es decir, de la
capacidad técnica para evaluar su propia realidad interna, identificar los asuntos
importantes que hace falta atender y trabajar en ello, logrando resultados traducidos en
mejoras en los aprendizajes de los estudiantes.” Sobre la base de los diversos autores,
podemos deducir que los profesores van adoptando manera de trabajo según la madurez
del grupo y la finalidad que buscan, siempre ajustándose a la filosofía y misión del centro.
Estas definiciones son resumidas por Gargallo (1992: 57) cuando dice que “el trabajo
en equipo es un estilo de funcionar en las organizaciones caracterizado por la asunción
departamental de responsabilidades y por la coordinación global”. De la relación de
ambas, añade, “depende la calidad organizativa que sería expresada por la suma de
eficacia y eficiencia”.
De lo anterior, podemos deducir que la profesión docente se auxilia del liderazgo
compartido en el que cada cual aprende de los demás según sus fortalezas y sus
debilidades. “Los propósitos de incrementar el liderazgo de los profesores son
congruentes con un sentido más democrático y comunitario de la gestión.” (Hart, 1995).
La toma de decisión grupal se hace una constante y se deben tomar en cuenta la
colaboración y la colegialidad, una vez se logra la habilidad y la experiencia en las
mismas. No es tarea fácil conseguir las decisiones en grupo de manera espontánea y
rápida, se requiere de un proceso de concretización y de cambios de paradigmas
establecidos. El inconveniente surge cuando los profesores entienden que las ideas y
sugerencias vienen preestablecidas por el supervisor. Para evitar lo anterior, es necesario
que:
Bolívar (2001) defiende la idea de que “el liderazgo debe contribuir a crear una
visión compartida de la escuela, conseguir actuar de acuerdo con dicha visión, y
redistribuir apoyos y recursos que puedan ayudar a que la comunidad escolar se mueva
en torno a dicha visión”. Un centro bien formado y estructuralmente estable es aquel que
ayuda a la formación continua del docente y facilita la práctica en la toma de decisión. Un
centro con estas características promueve un liderazgo donde se tome en cuenta la tarea
a realizar así como las personas involucradas en el proceso.
Las redes telemáticas tienen mucha flexibilidad para el uso del tiempo, permiten la
construcción de ideas en conjunto, facilitan los foros en tiempos indeterminados. Por lo
tanto, mediante las redes telemáticas, los maestros pueden intercambiar opiniones,
conocimientos, experiencias, discusiones, confrontar ideas, aportar sugerencias,
establecer metas, crear datos, hacer comparaciones. Aunque lo anterior es realmente
cierto, nos apena ver nuestra realidad más cercana. La mayoría de los maestros
dominicanos no cuentan con la facilidad de un ordenador, ni mucho menos con el uso
apropiado del Internet. Las compañías telefónicas que ofrecen de base para este producto
tienen un precio muy elevado para personas de escasos recursos. Estos profesores
deben utilizar el computador en las horas laborables del colegio o escuela y, no siempre
cuentan con el tiempo necesario para su uso. Los profesores que trabajan en colegios
privados como es el caso que nos ocupa pueden tener mejor acceso y más facilidad para
utilizar los ordenadores aunque, con tristeza, aclaramos que presentan mucha resistencia.
En la medida que los profesores son entrenados, se les da el tiempo, se les da
práctica, irán adquiriendo destrezas en la tecnología e irán integrándolas cada vez con
mayor frecuencia a su quehacer pedagógico y la irán incorporando a su relación con los
demás docentes en el trabajo colaborativo. Con las tecnologías, se configuran nuevos
perfiles y modelos de liderazgos. El proceso de enseñanza y aprendizaje toma un nuevo
giro que, bien planificado y estructurado, puede servir de reflexión, inferencia, deducción
y análisis. Podemos afirmar que las redes ayudan a crear un enfoque colaborativo de
trabajo entre los profesionales y, en el caos que no ocupa, entre los profesionales de la
enseñanza. Se puede colaborar tanto de manera local como internacionalmente sobre un
mismo tema, haciendo que se fortalezcan los conocimientos desde diversas fuentes.
Este desarrollo se da, principalmente, por la comunicación efectiva y el intercambio de
conocimientos y experiencias previas, formando lo que se conoce como CVC
(comunidades virtuales del conocimiento). Un ejemplo de lo que acabamos de decir, es la
Revista Iberoamericana de Educación.
Una aplicación importante del trabajo colaborativo a través de la web es el BSCW
(basic support for cooperative work) creada por primera vez en 1995. Con esta
herramienta se puedan favorecer las Comunidades Virtuales de Usuarios para crear
zonas de trabajo compartido a través de la Red. El BSCW está basado en el protocolo
http con estructura de cliente-servidor. Este programa permite que varias personas
puedan trabajar en un mismo tema sin la necesidad de estar presente físicamente en un
lugar determinado. Refuerza también la toma de decisiones y el trabajo compartido. “Si
reconocemos que nosotros mismos, docentes, enriquecemos nuestro trabajo al
compartirlo con los demás; que para llevarlo a cabo necesitamos de nuestros apuntes y
nuestros libros; que para presentar cierto tipo de información hacemos uso de
organizadores gráficos; que seguimos “aprendiendo a aprender” a medida que
elaboramos informes de actividades, presentamos nuestras experiencias de aula a otros
docentes o diseñamos proyectos de trabajo, la evaluación de nuestras prácticas docentes
y la reflexión sobre ellas nos hacen cada vez más expertos en cuestiones de enseñanza,
entonces estos principios pueden y deben reflejarse en nuestras prácticas de la
enseñanza”. (Libedinsky, 2000)
Castillo (2004) explica las ventajas que, desde su punto de vista, aporta el BSCW a
través de la Red:
• Creación de zonas para el trabajo colaborativo entre varios miembros (que
pueden, o no, estar lejanos geográficamente o pertenecer a diferentes
organizaciones) desde donde compartir documentos para llevar a cabo
proyectos comunes.
• Entrada restringida a esas áreas mediante un acceso controlado, permitido
solamente a miembros previamente registrados y, en los casos que sea
necesario, limitar sus posibilidades de manipulación de la información.
• Documentos siempre disponibles para todos los componentes del proyecto en
cualquier momento, pues se encuentran almacenados en el servidor BSCW y
no en ordenadores locales.
• Permite almacenar en un mismo espacio todos los tipos de objetos que puedan
resultar útiles en el desarrollo del trabajo colaborativo: documentos de texto,
bases de datos, imágenes, sonidos, anotaciones sobre los mismos,
comentarios, listas de direcciones, etc.
• BSCW hace posible entender el web como un lugar en donde manipular la
información y no sólo leerla o tener acceso a ella, pues admite modificación.
• Una vez que se ha creado un documento concreto y quiere hacerse pública, es
muy fácil disponer de él desde cualquier página web mediante la inclusión de
su URL, sin necesidad de abrir una cuenta FTP.
• Puede convertirse en la puerta de acceso a reuniones y citas entre los
miembros, ya sea en encuentros presenciales o través de la Red (chat,
videoconferencias) pues ofrece los medios básicos para realizar sus
convocatorias.
• Presenta ciertas aplicaciones que pueden ser entendidas dentro de un
contexto workflow o flujo de información como lo es el hecho de que integra
herramientas de comunicación de eventos entre sus miembros.
Por su parte De Benito (2000), destaca las principales características que, a su
entender, constituyen las herramientas básicas para el trabajo colaborativo a
través de la Red.
¾ Multiplataforma: algunas herramientas son multiplataforma, ya que utilizan
estándares que pueden ser visualizados en cualquier ordenador: Mac, PC, Unís,
etc.
¾ Utilizan un navegador: los usuarios acceden a la información a través de
navegadores existentes en el mercado (Netscape o Explorer).
¾ Estructura cliente/servidor: en el caso de las herramientas con la estructura
cliente-servidor no se requiere la instalación del software en el ordenador del
usuario, sino que éste se conceta al servidor que lo contiene.
¾ Permiten trabajar con documentos en diferentes formatos.
¾ Acceso restringido: el acceso a los espacios de trabajo puede ser público o
restringido, en tal caso los usuarios deben disponer de nombre de usuario y clave
para acceder.
¾ Interfaz gráfico: utilizan un interfaz basado en la Web. Posibilitan la integración de
diferentes elementos multimedia: texto, gráfico, vídeo, sonidos, animaciones, etc.
¾ Permiten almacenar, recuperar y modificar documentos con relativa facilidad
Podemos resumir todas las características mencionadas por estos autores en el siguiente
Cuadro.
Actividades a tiempo real a
Actividades través de vídeo/audio‐
conferencia, chat,
presenciales:
Trabajo presencial Liderazgo navegación cooperativa,
aplicaciones
Presentaciones, (mismo lugar) compartido
compartidas, pizarras
reuniones, etc. (diferentes compartidas,etc.
lugares)
Trabajo Colaborativo
en Redes Asíncrona
Centro de recursos
Trabajo Colaborativo a
Distancia
Comunicación e
Intercambio de
Ordenadores Información
independientement
Compartidos e del lugar y el
momento en que se
realicen mediante
correo
Sacado de Salinas, J. (2000) electrónico,
(Esquema adaptado del autor) conferencias
Una de las mayores ventajas que, personalmente encontramos es que no necesita
inversión para su instalación, puede ser utilizado por invitación de un de los miembros y
uno de sus principales objetivos es contribuir a la cooperación y que el mayor número de
expertos posible tenga acceso a la misma documentación. Otra de las ventajas que ofrece
el BSCW es que la comunicación no se produce de manera “sincrónica”: todos
conectados al mismo tiempo por medio del CHAT sino de manera “asincrónica”: cada
cual entra al programa cuando considere oportuno según el tiempo particular. De acuerdo
a Gómez y sus colaboradores, este programa forma parte de un conjunto de “aplicaciones
groupware asíncronas que posibilitan la comunicación que ocurre con retardo de tiempo,
permitiendo a los participantes usarlas a su propia conveniencia”.
Una desventaja que hemos notado es que para hacer un uso efectivo del mismo se
deben conocer las herramientas básicas del ordenador y del Internet como una red de
comunicación. Sabemos que se lleva un tiempo razonable para adquirir, por lo menos el
conocimiento básico, pero si el docente busca ser efectivo y eficiente, se esforzará por
aprender todo lo necesario para la mejora de su desempeño. No podemos permitir que el
uso de la tecnología se vuelva efímera, sin importancia para el proceso, y al margen del
aprendizaje significativo, como sucede a menudo con el uso de la radio y la televisión.
Sabemos que toda innovación requiere de un proceso lento y, a veces, muy largo.
Debemos esforzarnos en lograr metas pequeñas a corto plazo. Una vez pasa el efecto
sorpresa y se esfuman los incentivos, se logra muy poco en la utilización de esta
plataforma. A este respecto nos dice Feliu (1998:106) que se debe establecer como “un
lugar válido para la investigación, el aprendizaje o el desarrollo profesional y personal de
sus miembros”.
Conclusiones.
A manera de colofón, podemos analizar las razones por las cuales el docente persiste
en trabajar solo en su entorno aúlico, un poco aislado de los demás. Se puede concluir
que al evadir el trabajo en equipo, los docentes pierden una maravillosa oportunidad de
crecer positivamente en la adquisición de habilidades y conocimientos para mejorar la
calidad de su quehacer pedagógico. Enfatizamos en la fase intermedia entre el
individualismo y la colaboración, en el sentido de que cuando los profesores se sienten
cómodos con el entorno, se les hace más fácil el trabajo. Resaltamos también que una
visión compartida de las metas, filosofía, objetivos que persigue el centro hacen de éste
una Institución de enseñanza eficaz. Autores como Gather, sostienen la importancia de
crear una “cultura de colaboración” entre todos los actores del proceso y, muy
especialmente, entre los docentes para que se implemente el intercambio de ideas, el
desarrollo en conjunto de actividades, la toma de decisiones. Un centro bien formado y
estructurado se esfuerza por la formación continua de su personal, facilita la colaboración,
crea espacios para ello.
En este mismo orden de ideas, todos sabemos lo trascendental en estos momentos de
la actualización del docente con uso y manejo de la computadora. El uso y manejo del
internet es de vital importancia para lograr enseñar contenidos actualizados. Una forma
sencilla, económica y fácil es la plataforma de trabajo colaborativo, BSCW. Aunque en la
actualidad hay otras plataformas virtuales, hacemos mención de ésta en particular pues
nuestras experiencias colaborativas se han basado en la misma. Una de las claves de
este tipo de plataforma es que ahorra el malestar de las reuniones en tiempo real. Es muy
difícil reunir a un grupo de personas en un mismo lugar y a un mismo tiempo, con ideas e
intereses muy diferentes. A través de la red, se elimina el concepto espacio-tiempo y
ayuda a crear foros de discusiones que facilitan la toma de decisiones en el tiempo y lugar
que cada uno considere.
Recomendaciones
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