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Otra de las cosas que Dios mas aborrece es el divorcio: Malaquías 2:16
“Odio el divorcio, dice Yahvéh, Dios de Israel, y al que hace el mal sin manifestar vergüenza,
Tengan pues mucho cuidado y no cometan tal traición”.
El matrimonio cristiano es una alianza sagrada y comporta la absoluta fidelidad de los esposos.
Cristo es absolutamente fiel a su única Esposa. La iglesia (Mt 28,20).
“y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”
En Israel, así como entre los pueblos cercanos, el adulterio es severamente prohibido y
castigado. La mujer sorprendida en adulterio es condenada a la pena de la lapidación (cfr. Ex
20,14; Lv20,10; Dt 5,21;22, 23‐27; Ez 16, 14; Jn 8,5). Con el pecado de homicidio, idolatría y
violación del sábado, los profetas denuncian el adulterio como una de las cusas del destierro.
El NT es aún más exigente. No insiste en la pena de la lapidación (Jn8, 3‐11), pero subraya la
gravedad del pecado de adulterio y proclama como castigo la pena eterna.
“A los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios” (Hb 13,4). Los adúlteros no entrarán en el reino
de Dios (1 Cor 6,9), Y en cuanto a la gravedad moral, no existe ninguna distinción entre
adulterio del hombre y adulterio de la mujer; son igualmente condenables (Mc 10, 11‐12; 1
Cor 7,4).
El NT es tan firme en la defensa de la fidelidad conyugal, que llega a condenar no sólo el
adulterio en los actos, sino también en el pensamiento y el deseo:
“Yo os digo: Todo el que mira una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su
corazón” (Mt 5,28). Cfr. Ex 20,17. En realidad el pecado nace y se manifiesta primero en el
corazón del hombre (Mc 7, 21‐23).
Otra cosa que aborrece Dios son los deseos de la carne, en Gálatas 3:1, el apóstol Pablo le dice
a los Gálatas que por que se fijan en la ley de Moisés, ya que recibieron el Espíritu Santo sin
haber practicado la ley.
¡Qué tontos son ¡ ¡Empezar con el Espíritu para terminar con la carne!
El cristiano recibe el Espíritu, por que han acogido la fe; acuérdense de Abrahán, creyó a Dios
que se lo tomó en cuenta y lo consideró un justo. Entiendan pues, que quienes toman el
camino de la fe son hijos de Abrahán.
Así los que entran por la fe reciben la bendición junto con el creyente Abrahán. Por el
contrario, pesa una maldición sobre todos los que se van por las observaciones, pues está
escrito: “Maldito el que no cumple siempre todo lo que está escrito en la ley” (Gálata 3:10)
Entonces ¿Para que la ley?; fue añadida con miras a las desobediencias; pero solamente valía
hasta que llegara ese descendiente de Abrahán para quien era la promesa, y fueron ángeles los
que la concertaron, haciendo de mediador Moisés.
Ustedes están en Cristo Jesús, y todos son hijos de Dios gracias a la fe. Todos se han revestido
de Cristo, pues fueron entregados a Cristo por el Bautismo (Gálatas 5:13)
Nuestra vocación, hermanos, es la libertad. No hablo de esa libertad que encubre los deseos
de la carne, si no del amor por el que nos hacemos esclavos unos de otros. Pues la ley se
entera se resume en una sola frase:
“Amarás al prójimo como a ti mismo. Pero si se muerden y se devoran unos a otros, ¡Cuidado!,
que llegarán a perderse todos.
Por eso les digo: Caminen según el espíritu y así no realizarán los deseos de la carne. Pues los
deseos de la carne se oponen al espíritu y los deseos del espíritu se oponen a la carne.
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Siete cosas que Dios aborrece
Pero dejarse guiar por el espíritu no significa someterse a la ley.
Es fácil reconocer lo que proviene de la carne:
Gálatas 5:19
“Libertad Sexual, Impurezas y desvergüenzas; culto de los ídolos y magia; odios, ira y
violencias; celos, furores, ambiciones, divisiones, sectarismo y envidias; borracheras, orgías y
cosas semejantes, les he dicho, y se lo repito: los que hacen estas cosas no heredarán el reino
de Dios.
Gálatas 5:22 (Fruto del Espíritu)
Si ahora vivimos según el espíritu, dejémonos guiar por el Espíritu; depongamos toda
vanagloria, dejemos de querer se mas que los demás y de ser celosos.
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