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Contenidos
Artículos
Amor 1
Autoestima 35
Enamoramiento 44
Narcisismo 46
Pirámide de Maslow 53
Psicoanálisis 57
Referencias
Fuentes y contribuyentes del artículo 75
Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes 76
Licencias de artículos
Licencia 78
Amor 1
Amor
El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre
seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías
y puntos de vista (científico, filosófico, religioso, artístico).
Habitualmente, y fundamentalmente en Occidente, se interpreta
como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, y
resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y
actitudes. En el contexto filosófico, el amor es una virtud que
representa toda la bondad, compasión y afecto del ser humano.
También puede describirse como acciones dirigidas hacia otros
(o hacia uno mismo) y basadas en la compasión,[1] o bien como
acciones dirigidas hacia otros y basadas en el afecto.[2]
Enfoque científico
Richard Dawkins interpreta ambas actitudes
como las expresiones del instinto de
conservación del individuo (egoísmo) y de
la especie (altruismo). Explica que, según
una teoría aceptada por algunos biólogos,
heredamos los genes responsables de tales
actitudes de especies antecesoras, y que,
antes de nuestra llegada, la evolución
biológica estuvo probablemente controlada
por un mecanismo denominado «selección
de grupos»; en virtud de este mecanismo, los
grupos de individuos en los que hubiese más
miembros dispuestos a sacrificar su vida por
el resto tendrían mayor probabilidad de
sobrevivir que los que estaban compuestos
por individuos egoístas; esto daría como
resultado que el mundo terminase poblado
por individuos altruistas. Es una teoría que,
por contradecir directamente la teoría
Representación simplificada de la teoría de Dawkins acerca del «egoísmo» de la
darwinista, genera gran controversia en el información genética. Todos los genes, como unidades de supervivencia, son en sí
mundo científico, aunque proporciona una mismos «egoístas», compitiendo entre sí y con los de otros individuos. Una vez
explicación para el hecho de que alcanzado cierto grado de organización durante el proceso evolutivo de las
especies, la información genética que produzca un fenotipo egoísta será a la larga
actualmente el altruismo predomine en el
autodestructiva a nivel del grupo humano, mientras que la que produzca un
mundo. La explicación personal del autor fenotipo altruista (de egoísmo altruista a nivel de gen) facilitará la supervivencia de
acerca de la supervivencia del altruismo en dicha información. Con los genes actuando irracionalmente, y bajo la «ley natural
el marco darwinista del egoísmo individual, del más fuerte», se producirá inevitablemente una supremacía del «gen de egoísmo
altruista». El intercambio de la reproducción sexual a su vez repartirá dicha
es que la unidad de supervivencia no es el [7]
información genética entre toda la población.
individuo, sino el gen; es decir, bajo este
punto de vista, los seres humanos somos
«máquinas de supervivencia» «creadas» por los genes en su propio beneficio.[7]
Por otro lado, Dawkins explica que la observación de otras especies animales nos lleva a la conclusión de que
normalmente son los machos los que compiten entre sí para conseguir a la hembra. El macho vencedor
probablemente tendría los genes que garantizarían a su descendencia mayores posibilidades de supervivencia. El
Amor 3
cualquier caso, argumenta, por el hecho de ser la primera especie racional, también somos la primera especie en la
historia de la evolución capaz de elegir entre ambos tipos de comportamiento de forma voluntaria, actuando por lo
tanto de forma «independiente» a nuestra propia programación genética.[7]
La evolución parece producirse mediante procesos solapados entre sí y progresivamente refinados. A un nivel
inmediato, funciona mediante un simple, gigantesco e irracional proceso de ensayo y error; los éxitos de determinado
estado de organización facilitan su continuación. No obstante, a medida que la organización se va desarrollando cada
vez más, aparecen de forma espontánea métodos de predicción estratégica, que eligen caminos indirectos que, a
corto plazo, incluso pueden parecer un error, pero que, considerados en conjunto, constituyen un acierto; este tipo de
«conductas» han podido observarse en modelos virtuales de evolución programados en una computadora; la conducta
agresiva y egoísta constituye un primer nivel de superorganización, en virtud de la cual el individuo «comprende»
que para su supervivencia debe «atacar» a sus rivales antes de acudir directamente a la recompensa, y la conducta
altruista es un segundo nivel que surge en el momento en que los individuos desarrollan la capacidad de comunicarse
entre sí; en modelos computacionales se ha observado el desarrollo completamente espontáneo de combinaciones de
ambos mecanismos, de tal modo que un individuo se comunica con otros varios y «miente» al resto en beneficio del
grupo. El egoísmo, de este modo, aparece desde la perspectiva del grupo como un comportamiento táctico, y el
altruismo como un comportamiento estratégico.
Nótese, pues, la falacia que constituye interpretar el egoísmo como una ventaja genética a promover desde el punto
de vista humano, ya que los beneficios de tal ventaja únicamente aparecerían si se mantuviese dicho egoísmo en
todos los individuos y de forma irracional durante miles o millones de años, y ello contando con el hecho de que, con
el uso de la tecnología, la especie no se hubiese autodestruido antes, por no citar los vergonzosos episodios para
nuestra especie que se produjeron durante el nazismo.
La inteligencia se constituye como un nivel adicional de superorganización que permite el análisis de la situación
global y la predicción del mejor camino a seguir mediante la sustitución en buena medida del método físico del
ensayo y error por un proceso paralelo y «virtual», también sujeto a evolución, que se desarrolla íntegramente en el
cerebro de los individuos y que se transmite de forma igualmente «virtual» a las generaciones siguientes mediante la
educación. Por el hecho de ser racionales, todo parece indicar que pronto tendremos la posibilidad de programar de
forma «artificial» nuestra propia evolución de la forma más beneficiosa para todos.[8]
Concepción altruista
El altruismo puede entenderse como altruismo puro, donde no
existen apego ni deseo, como en el caso del budismo, o bien como
«egoísmo altruista», como en el caso del cristianismo, donde
existen apego a un ser superior y el deseo de obtener la salvación.
En la práctica, en ambas religiones existen apego y deseo, y en el
budismo existe una última etapa previa a la iluminación que
consiste en la renunciación a todos los logros conseguidos a
cambio de nada, con el objetivo de destruir el ego completamente.
Para el llamado «altruismo puro», no existe posibilidad de
Trabajadora humanitaria medicando a un niño en
negociación; las relaciones no son competitivas, sino
Léogâne (Haití), tras el terremoto.
colaborativas: uno procura el bienestar de los demás sin esperar
nada a cambio, y los demás procuran el bienestar de uno.
El budismo sitúa al apego y al deseo como emociones negativas que también producen ira y, en definitiva,
sufrimiento. Apego, deseo, ira, miedo e ignorancia (por ejemplo, falta de comprensión del sufrimiento ajeno)
contribuyen a reforzar el ego. En la filosofía budista, el amor real es el amor compasivo, y el amor y el ego son
Amor 4
incompatibles.[9] Recientes estudios científicos han demostrado que la meditación produce un incremento de la
actividad en las zonas cerebrales relacionadas con las emociones positivas y una disminución de la actividad en las
zonas relacionadas con la ira y la depresión.[10] [11]
El «egoísmo altruista» es la filosofía de las relaciones humanas predicada por Jesucristo («ama a Dios sobre todas las
cosas y al prójimo como a ti mismo»).
El altruismo es la forma de entender el amor para Leibniz, quien cree que, si uno realmente entiende y busca el amor,
siempre obtendrá placer en la felicidad de otro.[12]
Amar verdaderamente, y de un modo desinteresado, no es otra cosa que encontrar placer en las perfecciones o en la
felicidad del objeto.[13]
Gottfried Leibniz
La psicología humanista considera que el amor es indispensable para conseguir una autoestima saludable.
Es imposible la salud psicológica, a no ser que lo esencial de la persona sea fundamentalmente aceptado, amado y
respetado por otros y por ella misma.[14]
Abraham Maslow
Abraham Maslow sitúa al amor en el estrato de afiliación, entre el de seguridad y el de
reconocimiento, dentro de su jerarquía de las necesidades humanas.[15]
Matthieu Ricard, doctor en bioquímica y monje budista, pone como ejemplo los
comportamientos altruistas que existieron entre judíos desconocidos entre sí durante la
ocupación ocupación nazi para ilustrar el hecho de que los seres humanos somos
altruistas por naturaleza. «¿Cómo cabe pensar que actuasen por egoísmo en esa
situación?», argumenta.
raramente se satisface». Es una forma de entender las relaciones humanas que se ha extendido durante el siglo XX
desde Estados Unidos a otros países occidentales, y actualmente existe una dura pugna entre sus defensores y
detractores. Francia y Argentina son los dos países que más se resisten a abandonar la cultura del psicoanálisis. En
España, más del 9% de los psicólogos siguen ya este paradigma.[20] [21]
Dentro de la cadena productiva, o, como se la conoce en el mundo anglosajón, «cadena de comodidad», la mentira
también es un elemento válido; de hecho, es un elemento recurrente y necesario para que el sistema no sucumba. Es,
literalmente, lo que en política se conoce por demagogia; se miente al consumidor con propósitos egoístas, y ello
lleva, según los autores anteriormente citados, a una «esquizofrenia» de las relaciones humanas a todos los niveles,
haciendo imposible el amor real.[22]
Werner Sombart consideraba la desnaturalización del amor en la sociedad como una última etapa de un proceso
destructivo de evolución que no es privativo de la cultura occidental: En primer lugar, el amor perdió su
individualidad con el cristianismo, que lo unificó y teocratizó: ningún amor era genuino si no provenía de Dios, si no
era aprobado por la Iglesia. Le siguió un período de «emancipación de la carne», que comenzó con tímidas tentativas
y que se continuó, con los trovadores, con un período de sensualidad más acentuada, de desarrollo pleno del amor
libre e ingenuo. Por último, aparecieron una etapa de gran refinamiento y, como colofón, la relajación moral y la
perversión.[25]
Amor 7
Amor fraterno (figurillas prehispánicas de barro, • Amor sexual: Incluye el amor romántico y el amor confluente. El
250-900 d. C.). Pueblos indígenas del Centro de deseo sexual, según Helen Fisher, es diferente del amor romántico y
Veracruz. Museo de Antropología de Xalapa, del afecto (véase su estudio al respecto). Desde el punto de vista de
México).
la psicología humanista, el amor romántico —y el amor
interpersonal en general— está relacionado en gran medida con la
autoestima.
Simbología
Desde tiempos inmemoriales, el amor y todo lo relacionado con él se ha asociado con símbolos e iconos. De los que
han sobrevivido hasta la actualidad, unos son autóctonos de las diferentes culturas o ligados a las costumbres de
determinados lugares geográficos, y otros, con el paso de los siglos, se han convertido en interculturales o incluso
universales en el mundo civilizado. Las flores, el color rojo, determinados perfumes o la música romántica,
ensoñadora o erótica, son elementos que se repiten en una buena parte de las relaciones amorosas. En el caso de
Occidente, los bombones, entre otros detalles, se interpretan en ocasiones con un significado amoroso. De todos los
símbolos utilizados, los más característicos en la cultura occidental son el cupido, y, sobre todo, el corazón.
Cupido
La figura de Cupido en forma de putto es una imagen recurrente. En el caso
del amor romántico, suele representarse con un arco y unas flechas, las
cuales, a menudo con los ojos vendados, dispara sobre las personas,
produciéndoles así el enamoramiento.
El origen de Cupido se remonta a la mitología romana, si bien su figura ya
existía en la mitología griega bajo el nombre de Eros, el dios primordial
responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también
como un dios de la fertilidad.
La flecha de Cupido también posee orígenes grecolatinos, y su influencia se
hizo notar claramente en la poesía española desde la época medieval, aun
sin la aparición del dios Amor. Bajo múltiples nombres (vira, asta, flecha,
saeta, tiros, arpón, dardo, espina...), aparece en la literatura medieval,
renacentista y posrenacentista con un sentido amoroso que se repite
indefinidamente con pocos matices diferentes y mucha retórica. Sin
embargo, el tema de la flecha alcanza un plano más elevado, teñido de Cupido en la página 708 de la revista Die
toques conceptuales nuevos con dimensión trascendente y expresión Gartenlaube (El cenador, Leipzig, 1894).
A partir del Renacimiento, la figura de los putti llegó a confundirse con los querubines, confusión que perdura en la
actualidad. Tanto los putti como los cupidos y ángeles pueden encontrarse en el arte religioso y secular desde la
década de 1420 en Italia, desde finales del siglo XVI en los Países Bajos y Alemania, desde el período manierista y
el Renacimiento tardío en Francia, y a lo largo del Barroco en frescos de techos. Los han representado tantos artistas
que presentar la lista de estos sería poco útil, aunque entre los más conocidos se encuentran el escultor Donatello y el
pintor Rafael; dos putti en actitud curiosa y relajada que aparecen a los pies de su Madonna Sixtina son reproducidos
con frecuencia.[33]
Experimentaron una revitalización importante en el siglo XIX, y comenzaron a aparecer retozando en obras de
pintores académicos, desde las ilustraciones de Gustave Doré para Orlando Furioso, hasta anuncios. Actualmente son
un motivo muy utilizado como representación del amor en imágenes destinadas a la mercadotecnia; tal es el caso de
muchas postales de San Valentín.
Amor 10
Corazón
El símbolo del corazón es el que más frecuentemente se relaciona con el amor.
Cuando aparece atravesado por la flecha de Cupido, simboliza el amor romántico,
y es la forma común en la que las parejas adolescentes lo dibujan en los más
variopintos lugares para dejar constancia de su amor. También se hace alusión al
corazón real o al pecho de los amantes como fuente y receptáculo del amor, y son
comunes expresiones como «partir» o «romper el corazón» como sinónimo de
crear desamor, «robar el corazón» como sinónimo de producir enamoramiento,
Forma de la vaina de
«abrir el corazón» como sinónimo de ofrecer amor, y una larga lista con
silphium según su
representación en monedas significados en los que los elementos comunes son el amor y el alma.[34]
de Cirene del siglo VII a.C.
El origen del corazón del amor parece ser incierto, y existen diversas teorías. La
idea del corazón como fuente de amor se remonta como mínimo a hace varios
milenios en la India, China y Japón, con el concepto de chakras como centros de
la «energía vital universal», de los cuales el que se encuentra a la altura del
corazón se manifiesta, según se afirma, en forma de amor y compasión.
Respecto al símbolo propiamente dicho, hay quien lo atribuye a una planta
originaria del norte de África, conocida como silphium[35] (generalmente
considerada un hinojo gigante extinto, aunque algunos afirman que la planta es
realmente Ferula tingitana;[36] no confundir con el género actual Silphium).
Durante el siglo VII a. C., la ciudad-estado de Cirene tenía un lucrativo negocio
con dicha planta. Aunque se usaba principalmente como condimento, tenía la
reputación de poseer un valor adicional como método anticonceptivo. La planta
era tan importante para la economía de Cirene que se acuñaron monedas con la
imagen de la vaina o cáscara,[37] la cual tenía la forma del símbolo del corazón
Postal de San Valentín de 1910. que conocemos actualmente. Según esta teoría, dicho símbolo se asoció
inicialmente con el sexo, y, posteriormente, con el amor.[38]
La Iglesia católica sostiene que la forma del símbolo no apareció hasta el siglo
XVII, cuando Santa Margarita María Alacoque tuvo una visión del mismo
rodeado de espinas. Este símbolo se hizo conocido como el Sagrado Corazón de
Jesús, se asoció con el amor y la devoción, y empezó a aparecer a menudo en
vidrieras y otros tipos de iconografía eclesiástica. No obstante, aunque el Sagrado
Corazón probablemente popularizase el símbolo que hoy conocemos, la mayoría
de los eruditos coinciden en que ya existía desde mucho antes del siglo XV.[38]
Existen otras ideas menos románticas acerca del origen. Algunos afirman que la
Primer diseño del Sagrado
Corazón de Jesús (Santa forma actual del símbolo surgió simplemente de burdos intentos de dibujar un
Margarita María corazón humano real, el órgano que los antiguos, entre ellos Aristóteles, creían ser
Alacoque). el contenedor de todas las pasiones. Un importante erudito sobre la iconografía del
corazón sostiene que la imprecisa descripción anatómica que hizo el filósofo,
como un órgano de tres cámaras con la parte superior redondeada y la inferior puntiaguda, pudo haber inspirado a los
artistas medievales a la hora de crear lo que hoy conocemos como la «forma de corazón».[39] A su vez, la tradición
medieval del amor cortés pudo haber reforzado la asociación del símbolo con el amor romántico.[38]
Amor 11
Superstición
El carácter irracional e indescriptible de la
atávica experiencia amorosa y,
probablemente, la existencia de un instinto
religioso natural, hacen que otro aspecto
íntimamente relacionado con el amor sea la
superstición. El horóscopo, la adivinación, o
la utilización de sustancias, objetos y
rituales con cualidades pretendidamente
mágicas o milagrosas, son, entre otras,
creencias y prácticas que persisten desde la Mapa de las religiones predominantes en el mundo.
Yo tengo que decirles que sí, que todo es química. Cada vez que producimos un pensamiento, o tenemos una
motivación, o experimentamos una emoción, siempre se trata de química. Sin embargo, es posible conocer todos y
cada uno de los ingredientes de un pastel de chocolate, y que aún nos guste sentarnos y comerlo. De la misma
manera, podemos conocer toda la química que hay detrás del amor romántico –todavía no la conocemos toda, pero
estamos empezando a conocerla en parte- y aun así ser capaces de captar toda su enorme magia.
Helen Fisher, en una entrevista.[41]
Amor 12
Perspectiva popular
Popularmente, el amor se considera un sentimiento. En los casos más
comunes, dicho sentimiento se basa en la atracción y la admiración de
un sujeto hacia otro.
Habitualmente se asocia el término con el amor romántico, una
relación pasional y sexual entre dos personas que produce una
influencia muy importante en sus vidas; el amor romántico intensifica
las relaciones interpersonales entre ambos sujetos, quienes, partiendo
de su propia insuficiencia, desean el encuentro y unión con aquel que
han juzgado ser el complemento para su existencia.
La subida del nivel de conciencia produce cambios a nivel de la percepción: de repente se comienzan a encontrar
significados donde antes no se veían, el encuentro con el ser amado «parece» estar rodeado de una atmósfera de
cuento de hadas (no sólo lo parece, realmente lo está), y el sentido de la vista se vuelve más atractivo; por ejemplo,
«da la impresión» de que se perciben más y mejor los colores, las texturas, las formas. El ingenio se acentúa, de
repente «uno» se sorprende a sí mismo con expresiones artísticas que por momentos no reconoce como propias, y el
ego se disipa: uno pasa a ver el mundo como si viese una película de cine, de tal modo que se olvida de sí mismo y
de su pareja como cuerpos y los acontecimientos parecen fluir de un modo más suave, más grácil, el espíritu florece
como un manantial compasivo hacia todas las cosas, y en algunos casos se llega a la producción de experiencias
Amor 14
«milagrosas» (realmente, sin comillas), en las que se dan coincidencias sorprendentes (amigos que casualmente
aparecen en lugares totalmente inesperados, canciones que comienzan a sonar en el momento adecuado, y, en
general, la «sensación» de que el mundo se adapta a los enamorados a su paso), lo cual a su vez refuerza el amor y
contribuye a profundizar en el estado aún más. Tal vez por el implacable escepticismo del ego, y por las numerosas
experiencias microtraumáticas y estresantes que, sobre todo en ausencia del ser amado, experimentamos en el
trabajo, en el hogar, en la calle, termina por aparecer una «masa crítica» que de forma irreversible e inevitable gana
la batalla a la fe creada en torno a la magia de la relación amorosa, que era precisamente lo que mantenía el nivel de
conciencia elevado. No obstante, son experiencias que, al evocarlas, y debido a que se fijaron con fuerza en la
memoria, aparecen en el recuerdo, aunque como si procediesen de la nada, como sucedidas en otro universo
inalcanzable. Es lo que los enamorados suelen describir como la «magia del amor», que suele aparecer de forma más
generosa con el primer amor verdadero de la vida, y que generalmente no dura más de unos pocos días, y de forma
discontinua, para ser sustituida por la experiencia del ego, de la personalidad: el apego y el deseo. El individuo deja
de ser creativo y se vuelve rutinario y predecible. Desde su nuevo punto de vista en una conciencia disminuida, y
debido a que ha olvidado completamente su reciente vivencia en un plano superior de la conciencia, él cree continuar
viviéndolo como amor verdadero, pero ya es simplemente un conjunto limitado de emociones, experiencias y
actitudes. La magia (sin comillas) se pierde y lo que antes eran dos almas en una fundidas con el universo (o con
Dios, si se quiere) ahora son vacío interior, y lo que antes era una visión paisajística, brillante, colorida, de
transparencia en el aire, donde en ocasiones, incluso, se mezclaban los sentidos entre sí, ahora es la percepción de lo
que se cree ser el «yo», que realmente es la de un animal homínido sujeto a respuestas mecánicas, un «yo» engañoso,
pobre y fragmentado en decenas o cientos de «yoes» desconectados entre sí.
En cuanto al sexo, en estados evolucionados de la conciencia se produce lo que llamaremos «sexo espiritual». Es una
entrega compasiva al ser amado, donde la unión carnal constituye un elemento de máxima sacralidad: es, de hecho,
el origen de la creación de la vida. El ego no existe, y como consecuencia se pierden todos los elementos morbosos,
que son sustituidos por sentimientos de pureza e inocencia. La tensión emocional que existe en el sexo ordinario es
sustituida por una sensación de fluidez, de flotar en el vacío, acompañada por un flujo suave y sin límites de amor
compasivo que energetiza los cuerpos y que se expande de forma explosiva en el orgasmo, liberándose finalmente
gran parte de la energía acumulada.
Lo que para un nivel de conciencia bajo constituye placer, para un nivel elevado constituye sufrimiento, en ocasiones
casi insoportable. Todo ese sufrimiento, producido por la violencia física del acto sexual y, sobre todo, por el
intercambio de energía agresiva, y que se manifiesta en las expresiones faciales desencajadas y los cuerpos en
tensión de los «amantes», es interpretado como placer por el ego, que, en una espiral sadomasoquista, termina por
aumentar considerablemente tras cada relación sexual. La aparente relajación que se siente tras el acto es en realidad
adormecimiento de las facultades perceptivas. De tanto sufrir, el cuerpo termina bloqueado. Si a ello le sumamos el
sufrimiento cotidiano, el ego que una «persona normal» con una «vida sexual sana» acumula es impresionante, difícil
de eliminar en meses o incluso años.
El amor como energía se experimenta de un modo físico. En presencia del ego, se manifiesta como una especie de
«picor agradable» que recorre el cuerpo, sobre todo por la parte de la cabeza, en dirección ascendente, y que no es
otra cosa que nuestro propio sufrimiento acumulado que abandona nuestro cuerpo energético, y que el ego, en su
ignorancia, interpreta como placer. En ausencia de ego, se manifiesta como un estremecimiento acompañado de la
sensación que experimentamos típicamente por la médula espinal, el cuello y la nuca, llegando en ocasiones a
extenderse a todo el cuero cabelludo, cuando alguien nos hace caricias el tiempo suficiente como para «purgar» el
poco sufrimiento que nos pueda quedar. De hecho, las caricias desatan el paso de energía a través de nuestro cuerpo,
que es la que en tales casos experimentamos. El amor, o mejor, la energía positiva, puede transmitirse sin necesidad
de contacto físico, y es posible que el lector haya experimentado en alguna ocasión la sensación descrita con las
caricias al sentarse junto a otra persona, incluso sin conocerse y hasta dándole la espalda. A medida que con el paso
del tiempo la persona se va deshaciendo del sufrimiento acumulado, se desbloquean los chakras en sentido
descendente y la sensación se termina expandiendo al cuerpo entero, desde las puntas de los dedos de los pies hasta
Amor 15
la coronilla. Es una sensación que puede ir acompañada de otra de frialdad, como si fuese alcohol frío que nos
recorriese.
En la novela Las Nueve Revelaciones, James Redfield explica muchos de los fenómenos que se producen en el
Cuarto Camino, incluyendo la aparición del amor real.
Perspectiva espiritual
En la cultura religiosa monoteísta, el amor suele mencionarse y ser apoyado por Dios, como es el caso del Islam, el
judaísmo y el cristianismo. Aquellas personas cuyo amor está o se supone que está cercano al Amor Universal, o a
Dios, reciben el nombre de santos. Tanto en el budismo como en el cristianismo, el Islam, el hinduismo o el
judaísmo suelen representarse con una aureola alrededor de su cabeza. Los budas presentan aureolas adicionales
alrededor de todo su cuerpo.
Judaísmo
En lo concerniente al amor entre compañeros de matrimonio, éste está considerado un ingrediente esencial de la
vida: «Observa la vida con la esposa que amas» (Eclesiastés 9:9). El libro bíblico Cantar de los Cantares se considera
una metáfora romántica del amor entre Dios y su pueblo, pero, en su lectura literal, aparece como una canción de
amor.
El rabino del siglo XX Eliyahu Eliezer Dessler es citado frecuentemente como definidor del amor desde el punto de
vista judaico, de «dar sin esperar nada a cambio» (Michtav me-Eliyahu, Vol. 1).
Amor 16
Cristianismo
recibir y experimentar el amor de Dios en la contemplación (eros). Esta vida de amor, según el pontífice, es la vida
de santos como la Madre Teresa de Calcuta y la Bienaventurada Virgen María y es la dirección que deben tomar los
cristianos cuando creen que Dios les ama.[45]
Al∙lâh permite al musulmán casarse con una cristiana o una judía aunque una parte de sus creencias contradice al
Islam y a los hábitos de los musulmanes. Y subraya que los cristianos son una gente digna de cariño: «...mientras que
encontrarás que los que están más próximos en afecto a los que creen, son los que dicen: Somos cristianos».[48] [52]
Existen otras aleyas que avisan de que los casos de rechazo hacia el otro (los no musulmanes) no son comunes, y que
tampoco se aplican todo el tiempo. No se permite tratar como enemigos a los que no ejercen enemistad contra los
musulmanes, tampoco se permite clasificarles como enemigos. Más bien, merecen otro tipo de tratamiento: «Al·lâh
no os prohíbe que tratéis bien y con justicia a los que no os hayan combatido a causa de vuestra creencia ni os hayan
hecho abandonar vuestros hogares. Ciertamente, Al·lâh ama a los equitativos».[48] [53]
El Corán abre las puertas del bien, del cariño y del afecto ante los que se enemistan con los musulmanes: «Puede ser
que Al·lâh ponga afecto entre vosotros y los que de ellos hayáis tenido como enemigos. Al·lâh es Poderoso y Al·lâh
es Perdonador y Compasivo». Y entre los comentarios sobre esta aleya está la siguiente: «El afecto después del
rechazo, el cariño después del odio, y la concordia después de la discordia. Al∙lâh es El Que Puede unir las cosas
esparcidas y dispersas. Es El Que concilia entre los corazones después de la enemistad y la dureza y los reemplaza
por el encuentro y la concordia».[48]
Escribe Mahmud Nacua: «El origen en las relaciones entre la gente, por diferentes que sean sus nacionalidades y
creencias, es el hecho de reconocerse, de tener misericordia mutua, la cooperación, la amistad y la paz. La excepción
es el estado de guerras y los combates, que son asuntos que producen odio. Esta excepción es temporal porque el
odio no permanece entre la gente sean cuales sean las huellas de las guerras. El mundo experimentó tanto en las
pasadas épocas como en las recientes muchos ejemplos de guerras que tuvieron lugar entre las tribus, los pueblos y
las naciones. Entre un pueblo y otro, entre una nación y otra en una cierta época, pero fueron seguidos por acuerdos
de paz, pactos y cooperación… Así es la naturaleza de la vida, unos ciclos consecutivos. El mejor de la gente es el
que utiliza los ciclos del bien, de los acuerdos y de la paz para el desarrollo de los factores del bien y del amor
inculcándolos entre los individuos y los pueblos. Este es el camino del Islam y este es el fundamento en el Islam».[48]
Budismo
modo que es posible amar conscientemente y eliminar el sufrimiento asociado al amor ordinario hasta alcanzar el
llamado estado de iluminación, en el que existe un amor incondicional hacia todos los seres sintientes, equiparable al
que, por ejemplo, puede sentir una madre por su hijo. Según esta corriente de pensamiento, el amor mantiene unidas
todas las cosas, y nuestra conciencia crea el propio universo. Para el budismo, todas las religiones son válidas si se
basan en el amor espiritual y la compasión.[54] [55] [56] [57]
El ideal de bodhisattva en el budismo Mahāyāna implica la completa renunciación a uno mismo con el objeto de
soportar la carga de un mundo de sufrimiento. La mayor motivación que uno tiene para tomar el camino del
bodhisattva es la idea de salvación que existe dentro del amor altruista y falto de egoísmo por todos los seres
sintientes, idea que, como deseo que es, emoción perturbadora, deberá abandonarse también en última instancia para
lograr la iluminación.
Hinduismo
Islam y homosexualidad
El islam, al igual que el cristianismo y el judaísmo, no concibe el amor homosexual y rechaza la homosexualidad en
sí misma. En el Corán existe constancia de tal rechazo, como puede verse en los siguientes ejemplos, donde Lot
critica a los hombres de Sodoma por su comportamiento sexual:
Y a Lot. Cuando dijo a su pueblo: «¿Cometéis una deshonestidad que ninguna criatura ha cometido antes?
Ciertamente, por concupiscencia, os llegáis a los hombres en lugar de llegaros a las mujeres. ¡Sí, sois un pueblo
inmoderado!». Lo único que respondió su pueblo fue: «¡Expulsadles de la ciudad! ¡Son gente que se las da de
puros!». Y les salvamos, a él y a su familia, salvo a su mujer, que fue de los que se rezagaron. E hicimos llover sobre
ellos una lluvia: ¡Y mira cómo terminaron los pecadores!
Azora 7:80-84[63]
Y a Lot. Cuando dijo a su pueblo: «¿Cometéis deshonestidad a sabiendas? ¿Os llegáis a los hombres, por
concupiscencia, en lugar de llegaros a las mujeres? Sí, sois gente ignorante». Lo único que respondió su pueblo fue:
«¡Expulsad de la ciudad a la familia de Lot! Son gente que se las dan de puros». Les preservamos del castigo, a él y
a su familia, salvo a su mujer. Determinamos que fuera de los que se rezagaran. E hicimos llover sobre ellos una
lluvia. ¡Lluvia fatal para los que habían sido advertidos...!
Azora 27:54-58[64]
Los países de religión mayoritariamente islámica mantienen actualmente penas legales contra los homosexuales,
como multas y prisión, llegándose incluso a la pena de muerte en 5 países: Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y
Yemen, y algunas partes de Nigeria y Somalia.[65]
Amor 21
Perspectiva filosófica
Si la actitud del amor ha de formar parte, en algún momento, de las descripciones que siguen las tendencias de la
ciencia experimental, deberá definirse de manera tal que pueda ser observada y cuantificada con cierta precisión.
Baruch de Spinoza estableció una definición que puede cuadrar con los requerimientos de las ciencias humanas y
sociales. Escribió al respecto: «El que imagina aquello que ama afectado de alegría o tristeza, también será afectado
de alegría o tristeza; y uno y otro de estos afectos será mayor o menor en el amante, según uno y otro sea mayor o
menor en la cosa amada».[66]
La definición de Spinoza, en la que la actitud del amor implica compartir alegrías y tristezas de otras personas, no
difiere esencialmente de la definición bíblica del amor, ya que el mandamiento sugiere «compartir las alegrías y
tristezas de los demás como si fuesen propias», tal el «amarás a tu prójimo como a ti mismo».
No sólo esta definición se refiere a aspectos observables y contrastables con la realidad, sino que también presenta
aspectos cuantificables, ya que indica que en mayor o menor medida serán compartidos los afectos, mientras mayor
o menor sean la alegría o la tristeza asociada a la persona amada.
De la definición mencionada Spinoza extrae algunas conclusiones inmediatas, tales como los sentimientos que
surgen hacia un tercero. Según sus propias palabras: «Si imaginamos que alguien afecta de alegría a la cosa que
amamos, seremos afectados de amor hacia él. Si imaginamos, por el contrario, que la afecta de tristeza, seremos,
por el contrario, afectados también de odio contra él».[67]
Observamos, en esta expresión, que el odio aparece como una actitud opuesta al amor, como una tendencia a
intercambiar (respecto del tercero mencionado) los papeles de tristeza y alegría como afectos compartidos.
Para Leibniz, la felicidad es al hombre lo que la perfección es a los entes, y esa felicidad radica fundamentalmente en
el amor. El amor a Dios, según el filósofo, debe ser con ternura, y debe tener el ardor combinado con la luz. Así
pues, la perfección humana consiste en amor luminoso, un amor en el que se combina la ternura con la razón.[68]
Amor 22
Perspectiva científica
Enfoque propio de disciplinas tales como biología y psicobiología, llamadas en su conjunto neurociencias, así como
de la psicología y la antropología.
Aspectos biológicos
Los modelos biológicos del sexo tienden a contemplar Base química del amor; visión general simplista.
hambre o la sed.[69] Helen Fisher, investigadora del Departamento de Antropología de la Universidad de Rutgers,
Nueva Jersey, y experta mundial en este tema, describe la experiencia del amor en tres etapas parcialmente
Amor 23
superpuestas: lujuria, atracción y apego, en cada una de las cuales se desarrolla un proceso cerebral distinto, aunque
interconectado, y regulado hormonalmente.[70]
1) El impulso sexual indiscriminado o excitación sexual. Este proceso está regulado por la testosterona y el
estrógeno en la mayoría de los mamíferos y casi exclusivamente por la testosterona en el ser humano, y es detectable
neurológicamente en el córtex cingulado anterior. De breve duración (raramente dura más de unas pocas semanas o
meses), su función es la búsqueda de pareja.
2) La atracción sexual selectiva, pasión amorosa o enamoramiento, regulada por la dopamina en los circuitos
cerebrales del placer. Esta segunda etapa es inusualmente prolongada en el ser humano frente a otras especies (hasta
18 meses). Consiste en un deseo más individualizado y romántico por un candidato específico para el apareamiento,
que se desarrolla de forma independiente a la excitación sexual como un sentimiento de responsabilidad hacia la
pareja. Recientes estudios en neurociencia han indicado que, a medida que las personas se enamoran, el cerebro
secreta en crecientes cantidades una serie de sustancias químicas, incluyendo feromonas, dopamina, norepinefrina y
serotonina, que actúan de forma similar a las anfetaminas, estimulando el centro del placer del cerebro y llevando a
efectos colaterales tales como aumento del ritmo cardíaco, pérdida de apetito y sueño, y una intensa sensación de
excitación. Las investigaciones han indicado que esta etapa generalmente termina al cabo de un año y medio a tres
años.[71]
Otra sustancia que el cerebro libera en estado de enamoramiento es la feniletilamina, que actúa sobre el sistema
límbico y provoca las sensaciones y sentimientos comunes en dicho estado, además de que es un precursor de la
dopamina, de ahí que esta última también se encuentre en grandes cantidades. Una pequeña modificación química
puede hacer que se transforme en un estimulante (anfetamina y metilfenidato) o un antidepresivo (bupropión y la
venlafaxina). La feniletilamina puede encontrarse también en alimentos como el chocolate y quesos fermentados.
Según Helen Fisher, es por ello que el amor romántico es —al igual que el chocolate— adictivo.
La molécula proteínica conocida como factor de crecimiento nervioso (NGF) presenta niveles elevados cuando las
personas se enamoran por primera vez, aunque ésta vuelve a sus niveles previos al cabo de un año.[72]
Tras las etapas de lujuria y atracción, es necesaria una tercera etapa para establecer relaciones a largo plazo:
3) El cariño o apego, lazo afectivo de larga duración que permite la continuidad del vínculo entre la pareja, regulado
por la oxitocina y la vasopresina, que también afectan al circuito cerebral del placer; su duración es indeterminada
(puede prolongarse toda la vida). El apego implica la tolerancia de la pareja (o de los hijos) durante un tiempo
suficiente como para criar a la prole hasta que ésta pueda valerse por sí misma. Se basa generalmente, por lo tanto,
en responsabilidades tales como el matrimonio y los hijos, o bien en amistad mutua basada en aspectos como los
intereses compartidos. Se ha relacionado con niveles de las sustancias químicas oxitocina y vasopresina a un nivel
mayor del que se presenta en relaciones a corto plazo.[71]
El equilibrio de los tres procesos controla la biología reproductiva de muchas otras especies, por lo que se cree que
su origen evolutivo es común. La etología interpreta que el amor humano evolucionó a partir del ritual de
apareamiento o cortejo de los mamíferos (despliegue de energía, persecución obsesiva y protección posesiva de la
pareja y agresividad hacia los potenciales rivales).[73]
Aspectos antropológicos
En una entrevista con motivo de la publicación de su libro Por qué amamos, Fisher comenta que, en la elección de la
pareja, y aunque aún no se conocen los motivos concretos, se sabe que intervienen de forma importante la cultura y
el momento en que se produce dicha elección (por ejemplo, debemos estar dispuestos a enamorarnos). La gente
tiende a enamorarse de alguien que tiene alrededor, próximo; nos enamoramos de personas que resultan misteriosas,
que no se conocen bien. Los hombres se enamoran más deprisa que las mujeres, y tres de cada cuatro personas que
se suicidan cuando una relación acaba son hombres. En cuanto a la pasión, ambos sexos presentan el mismo grado,
pero en los hombres se ha descubierto una mayor actividad en una pequeña región cerebral asociada con la
integración de los estímulos visuales. Es algo que tiene sentido, pues [en general] el negocio de la pornografía se
Amor 24
apoya en los hombres y las mujeres intentan constantemente agradar con su aspecto a los hombres. La investigadora
refiere que, durante millones de años, el hombre ha tenido que mirar bien a la mujer y tomarle la medida para ver si
ella le daría un hijo saludable. En las mujeres, se ha descubierto una mayor actividad en una de tres áreas diferentes,
asociadas con la memoria y la rememoración, y no simplemente con la capacidad de recordar. También durante
millones de años, una mujer no podía mirar a un hombre y saber si podría ser un buen padre y un buen marido. Para
saberlo, tenía que recordar. Y actualmente las mujeres recuerdan cosas como lo que había dicho su pareja el último
día de San Valentín, o su comportamiento con anterioridad. Según Fisher, es un mecanismo de adaptación que las
mujeres probablemente han poseído durante cuatro millones de años, para conseguir al hombre adecuado.[41] [70]
El amor romántico es más fuerte que el impulso sexual. Promueve el apareo, pero, ante todo, promueve el deseo de
consecución de un nexo emocional (queremos que nuestra pareja nos llame por teléfono, que se acuerde de nosotros,
queremos agradarla y deseamos que ambos tengamos los mismos gustos). Una de las características principales del
amor romántico, además del deseo de contacto sexual, es el de exclusividad sexual. Cuando tenemos relaciones
sexuales con alguien y no lo amamos, no nos importa realmente si también las tiene con otros. Pero cuando nos
enamoramos, pasamos a ser realmente posesivos, algo que en la comunidad científica llaman «vigilancia de la
pareja». Por ello, el amor romántico es un arma de doble filo, pues, dependiendo del desenlace de la relación, puede
derivar en una gran felicidad o una gran tristeza, la cual a su vez puede llevar, en casos extremos, al suicidio y/o al
asesinato.[41] [70]
El amor y el odio son muy parecidos, con la indiferencia como el opuesto de ambos. Normalmente hacemos ambas
cosas: amamos y odiamos al mismo tiempo a la persona. De hecho, el amor y el odio tienen muchas cosas en común:
cuando odiamos, concentramos nuestra atención tanto como cuando amamos; cuando amamos o cuando odiamos,
nos obsesiona pensar en ello, tenemos una gran cantidad de energía y nos cuesta comer y dormir.[41] [70]
Aspectos psicológicos
Desde la psicología cognitiva y psicología social, destacan las investigaciones efectuadas acerca del amor de Robert
J. Sternberg, quien propuso la existencia de 3 componentes en su teoría triangular del amor:
1. La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el
vínculo y la conexión.
2. La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades.
3. La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor.
Estos tres componentes pueden relacionarse entre sí formando diferentes formas de amor: intimidad y pasión, pasión
y compromiso, intimidad y compromiso, etc.
Amor 25
Dentro de la psicología social, algunos autores proponen una serie de arquetipos amatorios, como por ejemplo John
Lee: ludus, storge, eros, ágape, manía y pragma.
Desde corrientes psicoanalíticas, para Erich Fromm el amor es un
arte y, como tal, una acción voluntaria que se emprende y se
aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo
vive. El amor es, así, decisión, elección y actitud. Según Fromm, la
mayoría de la gente identifica el amor con una sensación placiente.
Él considera, en cambio, que es un arte, y que, en consecuencia,
requiere esfuerzo y conocimiento. Desde su punto de vista, la
mayoría de la gente cae en el error de que no hay nada que aprender
sobre el amor, motivados, entre otras cosas, por considerar que el
principal objetivo es ser amado y no amar, de modo que llegan a
valorar aspectos superficiales como el éxito, el poder o el atractivo
que causan confusión durante la etapa inicial del pretendido
enamoramiento pero que dejan de ser influyentes cuando las
personas dejan de ser desconocidas y se pierde la magia del misterio
inicial.
necesidad de amor implica darlo y recibirlo […], por tanto, debemos comprenderlo; ser capaces de crearlo,
detectarlo, difundirlo; de otro modo, el mundo quedará encadenado a la hostilidad y a las sombras». Para Maslow,
Amor 26
así como para muchos teóricos de la psicología, las necesidades o pulsiones-deseo descritas por el psicoanálisis
nunca llegan a una satisfacción completa o son acompañadas por el surgimiento de una nueva necesidad, por lo cual
siempre permanecerá en la persona un estado de requerimiento.[74]
Cuando en las relaciones sentimentales existe cierto grado de egoísmo, se producen situaciones en las que uno de los
amantes, por miedo al fracaso, por la inseguridad que le produce su falta de autoestima, polariza su egoísmo en una
muestra extrema y desesperada de altruismo, que a modo de ultimátum se manifiesta por un amor desmedido sin
pensar en los límites de uno mismo, pudiendo incluso llegar a poner en peligro su propia existencia o la de la otra
persona por estar experimentando un estado polarizado de obsesión. En este caso, el que ama, desea y anhela el bien
y la felicidad del ser amado, y lo hace por encima de todas las cosas, pero, en última instancia, esperando obtener
algo a cambio. Desde el punto de vista del budismo, es un amor con apego. En estos casos, el dar sin recibir a
cambio, el sacrificarse y anteponer las necesidades del ser amado por encima de las de uno mismo, suele
considerarse, para las personas que no han cultivado suficientemente el altruismo, es decir, para las personas que no
son capaces de amar sin apego, una antesala al desequilibrio emocional, ya que la persona objeto de la obsesión no
tiene por qué responder tal como se había premeditado; o puede incluso que, bajo una actitud igualmente egoísta, no
agradezca el esfuerzo y exija aún más. No obstante, algunos confunden esa polarización con amor «verdadero» o
«sano», y exigen de la otra persona el mismo comportamiento, pudiendo manifestar frustración extrema y, como
salida a dicha frustración, violencia. Por los resultados evidentes en las noticias a diario, observamos una creciente
tendencia a la violencia de género, en la que los psicólogos actuales apuntan a esta patología de obsesión polarizada
(desencadenada por una baja autoestima) como principal desencadenante de estos conflictos.
Recuérdese que cada uno de los enfoques en psicología tienen su propia aportación a este respecto, congruente con
su propio marco teórico.
Cultura persa
Incluso tras todo este tiempo
El Sol nunca dice a la Tierra «estás en deuda conmigo».
¡Observa lo que ocurre con un Amor como ese!
—Ilumina todo el Cielo.
Hafiz
Rumi, Hafiz y Sa'di son iconos de la pasión y el amor en la cultura y el lenguaje persas. La palabra persa para el
amor es eshgh, que deriva de la árabe ishq. En la cultura persa, todo es abarcado por el amor y todo es por amor,
empezando por el amor a los amigos y a la familia, a los maridos y esposas, y llegando eventualmente al amor
divino, que constituye la meta última de la vida. Hace alrededor de siete siglos, Sa'di escribió:
Los hijos de Adán son miembros de un cuerpo
Habiendo sido creados de una sola esencia.
Cuando la calamidad del tiempo aflige a un miembro
Los otros miembros no pueden continuar su descanso.
Si no tienes compasión por los problemas de otros
No mereces ser llamado por el nombre de «hombre».
Sa'di
• Qing (情), que comúnmente significa «sentimiento» o «emoción», generalmente indica «amor» en varios términos.
Está contenido en la palabra aiqing (愛情). Qingren (情人) es un término usado con el significado de «amante».
Amor 28
• Gănqíng (感情) es el «sentimiento» de relación, vagamente similar a la empatía. Una persona expresará amor
construyendo buen gănqíng, conseguido por medio de ayuda o trabajo prestados a otras personas y apego
emocional hacia otra persona o hacia cualquier otra cosa.
• Yuanfen (緣份) es la conexión de destinos vinculados. Una relación significativa es generalmente concebida
como dependiente de un fuerte yuanfen. Consiste en buena suerte a la hora de hacer un descubrimiento afortunado
e inesperado. Conceptos similares en español son: «Estaban hechos el uno para el otro», o el «destino».
• Zaolian (simplificado: 早恋, tradicional: 早戀, pinyin: zǎoliàn), literalmente, «amor temprano», es un término
contemporáneo usado frecuentemente para los sentimientos románticos o el apego entre niños o adolescentes.
Describe tanto la relación entre novio y novia adolescentes como el enamoramiento de la adolescencia temprana o
la niñez. El concepto indica en esencia la creencia prevalente en la cultura china contemporánea consistente en
que, debido a la demanda de los estudios (derivada sobre todo del sistema educativo altamente competitivo de
China), los jóvenes no crean apego romántico y por lo tanto ponen en peligro sus oportunidades de éxito futuro.
Han aparecido informes en periódicos y otros medios chinos que detallan la prevalencia del fenómeno, los
peligros observados en los estudiantes y los temores de sus padres.
• Durante la noche de los sietes, en cierto momento las dos estrellas Altair y Vega se reúnen realmente a un mismo
lado de la Vía Láctea.
Cultura japonesa
En el budismo japonés, ai (愛) es un amor de cariño pasional, y un deseo fundamental. Puede desarrollarse hacia el
egoísmo o el altruismo y hacia la iluminación.
Amae (甘え), una palabra japonesa que significa «dependencia indulgente», es parte de la cultura de la educación de
los hijos en Japón. Se espera de las madres japonesas que abracen y mimen a sus hijos, y se espera de los hijos que
recompensen a sus madres aferrándose a ellas y sirviéndolas. Algunos sociólogos han sugerido que las interacciones
sociales de los japoneses en la vida de adultos se modelan en el amae entre madre e hijo.
Cultura griega
El idioma griego distingue varios sentidos diferentes en los que se usa la palabra «amor». Por ejemplo, el griego
antiguo presenta las palabras philia, eros, storge y xenia. Sin embargo, con el griego (al igual que con muchos otros
idiomas) ha sido históricamente difícil separar totalmente los significados de estas palabras. Al mismo tiempo, el
texto en griego antiguo de la Biblia contiene ejemplos del verbo agapo con el mismo significado que phileo.
• Agape (ἀγάπη agápē) significa amor en griego actual. El término s'agapó significa «te amo» en griego. La
palabra agapó es el verbo «amo». Generalmente se refiere a un tipo ideal de amor «puro», más que a la atracción
física sugerida por eros. No obstante, hay algunos ejemplos de agape usados con el significado de eros. También
se ha traducido como «amor del alma».
• Eros (ἔρως érōs) es un amor pasional, con deseo sensual y duradero. La palabra griega erota significa
enamorado. Platón creó su propia definición. Aunque eros se siente inicialmente por una persona, con la
contemplación se convierte en una apreciación de la belleza que existe dentro de esa persona, o incluso llega a ser
la apreciación de la belleza en sí misma. Eros ayuda al alma a recordar el conocimiento de la belleza y contribuye
a la comprensión de la verdad espiritual. Los amantes y los filósofos están todos inspirados para la búsqueda de la
verdad por medio de eros. Algunas traducciones lo muestran como «amor del cuerpo».
• Philia (φιλία philía), un amor virtuoso desapasionado, fue un concepto desarrollado por Aristóteles. Incluye la
lealtad a los amigos, la familia y la comunidad, y requiere virtud, igualdad, y familiaridad. Philia está motivado
por razones prácticas; una o ambas partes se benefician de la relación. También puede significar «amor de la
mente».
• Storge (στοργή storgē) es un afecto natural, como aquel que sienten los padres por sus hijos.
• Xenia (ξενία xenía), hospitalidad, era una práctica extremadamente importante en la Antigua Grecia. Era una
amistad casi ritualizada formada entre un anfitrión y su huésped, quienes podían haber sido previamente
desconocidos. El anfitrión alimentaba y proporcionaba alojamiento al huésped, de quien se esperaba recompensa
únicamente con gratitud. La importancia de este amor puede verse a través de toda la mitología griega, en
particular, en la Ilíada y la Odisea de Homero.
Tras mucho pensarlo, al fin Zeus tuvo una idea y dijo: «Me parece que tengo una estratagema para que continúen
existiendo estos seres y al mismo tiempo dejen de ser insolentes, al hacerse más débiles. Ahora mismo —continuó—
voy a cortarlos en dos a cada uno, y así serán al mismo tiempo más débiles y más útiles para nosotros, al haber
aumentado su número». Así pues, Zeus llevó a cabo su plan, y una vez que la naturaleza de estos seres quedó cortada
en dos, cada parte empezó a echar de menos a su mitad, a reunirse con ella y rodearla con sus brazos, a abrazarse la
una con la otra anhelando ser una sola por naturaleza. Desde entonces, el amor de unos a otros es innato en los
hombres y mujeres y aglutinador de la antigua naturaleza, y trata de hacer un solo individuo de dos. Por eso, cuando
se tropiezan con aquella verdadera mitad de sí mismos, sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de
amor, de manera que no están dispuestos a separarse.
De El Banquete de Platón.
Cultura árabe
En árabe, que es una lengua muy rica en palabras sinónimas, existen numerosos sinónimos de la palabra «amor».
Entre ellos, se encuentran: «Al Hobb» («el amor») , «Al Mawadda» («el afecto»), «Al ‘ishq» (una muy fuerte pasión),
«Al Hayâm» (amor que llega a la locura), «As·sabâba» (ternura de la pasión), «Ash·shawq» (inclinación por amor
hacia otra persona o algo concreto), «Al-Hawâ» (amor que domina el corazón), «Ash·shahwa» (amor mezclado con
deseo), «Al Waÿd» (amor muy intenso), «Al-Gharâm» (amor que domina a la persona, y la pasión que tortura),
«At-tîm» (llegar a la locura de tanto amor, amor que domina completamente a la persona).[48]
El amor se manifiesta en diversos círculos: El amor hacia Al·lâh, El amor hacia el Mensajero de Al∙lâh, El amor del
musulmán hacia el musulmán, El amor dentro de la familia musulmana, El amor hacia el no musulmán, El cariño
entre el gobernante y el gobernado.[48]
En un tercer círculo figura el amor entre los musulmanes; este amor se cristaliza en el intercambio de sentimientos de
afecto sincero y en traducirlo en dichos y hechos, en lo malo y en lo bueno. Es una relación íntima y estrecha en la
que los corazones y los espíritus se sienten atraídos unos hacia otros; de este modo, se consigue la satisfacción y el
goce del amor entre las partes que están en armonía.[48]
Ibn Al Qayyem enumera los tipos de amor en el marco social diciendo: «Entre ellos figura el amor que se manifiesta
en un acuerdo acerca de una manera, una religión, una doctrina o un método, una proximidad, un producto o un
objetivo. Existe también el amor con el objetivo de lograr algún beneficio del amado, de su potencia, riqueza,
educación o para satisfacer un deseo. Este tipo es efímero y acaba una vez que se haya logrado el objetivo. El que te
ama para lograr una meta, te abandona al conseguirla. El amor armonioso o el que emana de un acuerdo entre dos
personas es duradero y sólo acaba cuando ocurre algo que ponga fin a este amor. El amor de gran afecto es: “una
aprobación espiritual y una combinación entre las almas”».[78]
Amor 31
• Algunas terminologías vulgares en español, como por ejemplo filito, originado de filia, generan jerarquías de
seriedad o duración de la pareja.
Cultura anglosajona
En la cultura anglosajona la palabra «amor» (love) presenta, al igual que en español, múltiples significados. Pero, a
todos aquellos que existen en el mundo hispanohablante, los angloparlantes añaden un significado adicional, más
relacionado con el simple gusto por algo: I love dancing (literalmente, «amo el baile») corresponde en español a «me
encanta bailar» o «me gusta mucho bailar»; he's a great actor, I love him (literalmente, «es un gran actor, le amo»)
corresponde a «es un gran actor, me encanta», o «es un gran actor, me gusta mucho».[79] El psicoanálisis sitúa al
amor como un comportamiento narcisista, de tal modo que el amor interpersonal es realmente amor a uno mismo en
última instancia. En Estados Unidos, el psicoanálisis ha ocupado durante el siglo XX un lugar preponderante en el
ámbito de la psicología, aunque actualmente existe una dura pugna entre sus detractores y defensores, que se conoce
como the Freud wars. La cultura del psicoanálisis se ha extendido ampliamente por otros países, y actualmente los
dos países que más se resisten a la extinción de esta corriente psicológica son Francia y Argentina.[80]
Véase también
• Amor líquido
• Afecto
• Emoción
• Sentimiento
• Teoría triangular del amor
• Pasión
• Compasión
• Enamoramiento
• Misericordia
Notas y referencias
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[2] Fromm, Eric; "The Art of Loving", Harper Perennial (1956), Original English Version, ISBN-10: 0060958286 ISBN-13: 978-0060958282
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[34] Entrada «corazón» en el DRAE. (http:/ / buscon. rae. es/ draeI/ SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2& TIPO_BUS=2& LEMA=corazón)
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[36] Did the ancient Romans use a natural herb for birth control? (http:/ / www. straightdope. com/ columns/ 061013. html), The Straight Dope,
13 de octubre de 2006.
[37] The Secret of the Heart, www.heartsmith.com. (http:/ / www. heartsmith. com/ guide_history. html)
[38] Keelin McDonell. The Shape of My Heart. Where did the ubiquitous Valentine's symbol come from?. (http:/ / www. slate. com/ id/ 2159800/
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[39] Craig T. Basson. Nature Medicine 6, 857 (2000), doi:10.1038/78598. (http:/ / www. nature. com/ nm/ journal/ v6/ n8/ full/ nm0800_857a.
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[40] Armin Dietz. Herzsymbol & Herzbestattung: Eine Kulturgeschichte des menschlichen Herzens. (http:/ / www. heartsymbol. com/ )
[41] Entrevista a Helen Fisher (http:/ / www. eduardpunset. es/ 427/ charlas-con/ la-quimica-del-amor) en el blog de Eduard Punset.
[42] The mystery behind love-hate relationships. Science blog. (http:/ / www. scienceblog. com/ cms/
the-mystery-behind-love-hate-relationships-10767. html)
[43] Entrada «amor» en el DRAE (http:/ / buscon. rae. es/ draeI/ SrvltGUIBusUsual?LEMA=amor); ver apartado «hacer el amor».
[44] www.centropsicologicocanino.com. (http:/ / www. centropsicologicocanino. com/ )
[45] Pope Benedict XVI. « papal encyclical, Deus Caritas Est. (http:/ / www. vatican. va/ holy_father/ benedict_xvi/ encyclicals/ documents/
hf_ben-xvi_enc_20051225_deus-caritas-est_en. html)».
[46] Evangelio de Marcos capítulo 12, versos 28–34).
[47] Nuevo Testamento. Epístolas - Primera epístola de San Juan: Dios es amor (4:7 - 4:21)
[48] Mahmud Nacua. «El amor y la belleza en el Islam» (http:/ / www. webislam. com/ ?idt=16090). Webislam.
[49] Traducción de los significados del Corán.
[50] TSQ, Sura 49, Al-Hoÿorât «Los Aposentos Privados»: Aleya 13
[51] TSQ, Sura 21, Al-Anbiyâ´ «Los Profetas»: Aleya 107
[52] TSQ, Sura 5, Al-Mâ´ida «La Mesa Servida»: Aleya 82
[53] TSQ, Sura 60, Al-Mumtahana «La Examinada»: Aleya 8
[54] Lama Tsongkapa. El Gran Tratado de los Estadios en el Camino a la Iluminación (Vol. 2). 2007. 270 pp. Librería Bohindra. CIF:
50.042.974-K.
Amor 34
[55] XVI Dalai Lama. Introducción al budismo tibetano. Editorial Paidós. España. 2004. ISBN 978-84-493-1554-1.
[56] Lama Ole Nydahl. Las cosas como son (Wie die Dinge Sind). 2005. pp. 56-72. ISBN 970-94105-6-3.
[57] Pema Cödrön. La sabiduría de la no-evasión. La senda del amor compasivo que lleva a la liberación. Ediciones Oniro. ISBN 84-89920-31-1.
ISBN 978-84-89920-31-6.
[58] Osho. El libro de la Nada (Hsin Hsin Ming). 2004. Ediciones Gaia. ISBN 84-8445-096-1.
[59] Levítico 18,1-30 en Biblija.net. (http:/ / www. biblija. net/ biblija. cgi?biblia=biblia& m=Lv+ 18,1-30& id22=1& pos=0& set=13& l=es)
[60] Levítico 20 en Biblija.net. (http:/ / www. biblija. net/ biblija. cgi?biblia=biblia& m=Lv+ 20& id22=1& pos=0& set=13& l=es)
[61] 1 Corintios 6 en Biblija.net. (http:/ / www. biblija. net/ biblija. cgi?biblia=biblia& m=1+ Co+ 6& id22=1& pos=0& set=13& l=es)
[62] Periódico digital El Nuevo Diario. (http:/ / www. elnuevodiario. com. ni/ internacionales/ 35856)
[63] Conoce el Corán, capítulo 7. (http:/ / es. knowquran. org/ coran/ 7/ )
[64] Conoce el Corán, capítulo 27. (http:/ / es. knowquran. org/ coran/ 27/ )
[65] ILGA State Sponsored Homophobia 2010 (situación de legal de la homosexualidad en el mundo, en inglés). (http:/ / old. ilga. org/
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[66] «Ética demostrada según el orden geométrico» (pág.120) de Baruch de Spinoza – Fondo de Cultura Económica – ISBN 968-16-0497-0
[67] «Ética demostrada según el orden geométrico» (pág. 121) de Baruch de Spinoza – Fondo de Cultura Económica – ISBN 968-16-0497-0
[68] Julián Marías. Conferencia del curso «Los estilos de la Filosofía», Madrid, 1999/2000 (transcripción) (http:/ / www. mercaba. org/ Filosofia/
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[69] Lewis, Thomas; Amini, F., & Lannon, R. (2000). A General Theory of Love. Random House. ISBN 0-375-70922-3.
[70] Helen Fisher. Por qué amamos. Madrid, 1ª edición, 2004. ISBN 978-84-306-0552-1.
[71] Winston, Robert (2004). Human. Smithsonian Institution.
[72] Emanuele, E. (2005). « Raised plasma nerve growth factor levels associated with early-stage romantic love (http:/ / www. biopsychiatry.
com/ lovengf. htm)». Psychoneuroendocrinology Sept. 05. .
[73] Experimentos de imagen cerebral (por resonancia magnética funcional) de Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers en Nueva
Jersey, citada por Javier Sampedro El amor es química... y algo de amistad. Las hormonas definen el calendario amatorio: la testosterona
dispara el deseo y la oxitoscina mantiene la fidelidad (http:/ / www. elpais. com/ articulo/ sociedad/ amor/ quimica/ algo/ amistad/ elpepusoc/
20090118elpepisoc_2/ Tes), El País 18/01/2009.
[74] Cheroky Mena Covarrubias. «Una óptica humanista y conductista de la sustentabilidad» (http:/ / 74. 125. 155. 132/
scholar?q=cache:tr0B1Z-2dpIJ:scholar. google. com/ ).
[75] En su caso, se trata de un tipo particular de amor: el «amor imposible» encarnado por una mujer lejana o un caballero que ha partido a las
cruzadas.
[76] Kay, Paul (March 1984). «What is the Sapir-Whorf Hypothesis?». American Anthropologist. New Series 86 (1): pp. pp. 65–79. doi:
10.1525/aa.1984.86.1.02a00050 (http:/ / dx. doi. org/ 10. 1525/ aa. 1984. 86. 1. 02a00050).
[77] Artículo en Página|12. (http:/ / www. pagina12. com. ar/ diario/ suplementos/ espectaculos/ subnotas/ 11218-3488-2008-09-09. html)
[78] Ibnu Al Qayyem. La medicina profética y Zâd Al Ma’âd.
[79] Entrada love en Word Reference. (http:/ / www. wordreference. com/ es/ translation. asp?tranword=love& B10=Buscar& dict=enes)
[80] «El psicoanálisis va a desaparecer, dice Mikkel Borch-Jacobsen» (http:/ / www. lanacion. com. ar/
738572-el-psicoanalisis-va-a-desaparecer-dice-mikkel-borch-jacobsen). Artículo de Luisa Corradini para el periódico argentino La Nación (14
de septiembre de 2005).
Bibliografía relacionada
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ed. 1991).
• José Pedro Manglano Castellary (2007). El amor y otras idioteces. Editorial Planeta. ISBN 978-84-08-07567-7.
• Carmen Martín Gaite Usos amorosos de la postguerra española. 1ª edición, 1987. 7ª edición, 1988. Anagrama.
Barcelona. ISBN 84-339-0085-4.
• Publio Ovidio Nasón (1995). Amores; Arte de amar; Sobre la cosmética del rostro femenino; Remedios contra el
amor. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-1392-2.
• C. S. Lewis (2007). Los cuatro amores. Rialp. ISBN 978-84-321-2749-6.
• Octavio Paz (1993). La llama doble - Amor y erotismo. Seix Barral. ISBN 978-968-6005-80-6.
• Conchita Ramón Delgado. Diccionario del amor. 1936. Gráficas "RECORT", Barcelona.
Amor 35
Enlaces externos
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• Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Amor. Wikiquote
• Wikcionario tiene definiciones para amor.Wikcionario
Autoestima
La autoestima es un conjunto de actitudes
que dependen de las percepciones,
pensamientos, evaluaciones, sentimientos y
tendencias de comportamiento dirigidas
hacia nosotros mismos, hacia nuestra
manera de ser y de comportarnos, y hacia
los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro
carácter. En resumen, es la percepción
evaluativa de uno mismo.[1]
Abraham Maslow, en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la necesidad de aprecio, que se divide en
dos aspectos, el aprecio que se tiene uno mismo (amor propio, confianza, pericia, suficiencia, etc.), y el respeto y
estimación que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.). La expresión de aprecio más sana
según Maslow es la que se manifiesta «en el respeto que le merecemos a otros, más que el renombre, la celebridad y
la adulación».[2]
Carl Rogers, máximo exponente de la psicología humanista, expuso que la raíz de los problemas de muchas personas
es que se desprecian y se consideran seres sin valor e indignos de ser amados; de ahí la importancia que le concedía a
la aceptación incondicional del cliente.[1] En efecto, el concepto de autoestima se aborda desde entonces en la
escuela humanista como un derecho inalienable de toda persona, sintetizado en el siguiente «axioma»:
Todo ser humano, sin excepción, por el mero hecho de serlo, es digno del respeto incondicional de los demás y de sí
mismo; merece estimarse a sí mismo y que se le estime.[1]
En virtud de este razonamiento, incluso los seres humanos más viles merecen un trato humano y considerado. Esta
actitud, no obstante, no busca entrar en conflicto con los mecanismos que la sociedad tenga a su disposición para
evitar que unos individuos causen daño a otros—sea del tipo que sea— .[1]
El concepto de autoestima varía en función del paradigma psicológico que lo aborde (psicología humanista,
psicoanálisis, ó conductismo). Desde el punto de vista del psicoanálisis, radicalmente opuesto, la autoestima está
relacionada con el desarrollo del ego; por otro lado, el conductismo se centra en conceptos tales como «estímulo»,
«respuesta», «refuerzo», «aprendizaje», con lo cual el concepto holístico de autoestima no tiene sentido. La
autoestima es además un concepto que ha traspasado frecuentemente el ámbito exclusivamente científico para formar
parte del lenguaje popular. El budismo considera al ego una ilusión de la mente, de tal modo que la autoestima, e
incluso el alma, son también ilusiones; el amor y la compasión(simpatía) hacia todos los seres con sentimientos y la
Autoestima 36
nula consideración del ego, constituyen la base de la felicidad absoluta. En palabras de Buda, «el budismo no es el
camino hacia la felicidad, la felicidad es el camino».[3]
Fundamentos de la autoestima
La capacidad de desarrollar una confianza y un respeto saludables por uno mismo [y por los demás] son propios de
la naturaleza de los seres humanos, ya que el sólo hecho de poder pensar constituye la base de su suficiencia, y el
único hecho de estar vivos es la base de su derecho a esforzarse por conseguir felicidad. Así pues, el estado natural
del ser humano debería corresponder a una autoestima alta. Sin embargo, la realidad es que existen muchas personas
que, lo reconozcan o no, lo admitan o no, tienen un nivel de autoestima inferior al teóricamente natural.[4]
Ello se debe a que, a lo largo del desarrollo, y a lo largo de la vida en sí, las personas tienden a apartarse de la
autoconceptualización [y conceptualización] positivas, o bien a no acercarse nunca a ellas. Los motivos por los que
esto ocurre son diversos, y pueden encontrarse en la influencia negativa de otras personas, en un autocastigo por
haber faltado a los valores propios [o a los valores de su grupo social], o en un déficit de comprensión o de
compasión por las acciones que uno realiza[4] [y, por extensión, de las acciones que realizan los demás].
John Powell, conocido divulgador de psicología,[5] confiesa en uno de sus libros que, cuando alguien le alaba
sinceramente, él, en lugar de atenuar sus propios méritos, como suele hacerse, responde: «extiéndase, por favor,
extiéndase». Respuesta que, por insólita, suele hacer reír a la audiencia cuando se cuenta en público. Y también hace
pensar.[1]
José-Vicente Bonet
Grados de autoestima
La autoestima es un concepto gradual. En virtud de ello, las personas pueden presentar en esencia uno de tres
estados:
• Tener una autoestima alta equivale a sentirse confiadamente apto para la vida, o, usando los términos de la
definición inicial, sentirse capaz y valioso; o sentirse acertado como persona.[4]
• Tener una baja autoestima es cuando la persona no se siente en disposición para la vida; sentirse equivocado
como persona.[4]
• Tener un término medio de autoestima es oscilar entre los dos estados anteriores, es decir, sentirse apto e inútil,
acertado y equivocado como persona, y manifestar estas incongruencias en la conducta —actuar, unas veces, con
sensatez, otras, con irreflexión—-, reforzando, así, la inseguridad.[4]
En la práctica, y según la experiencia de Nathaniel Branden, todas las personas son capaces de desarrollar la
autoestima positiva, al tiempo que nadie presenta una autoestima totalmente sin desarrollar. Cuanto más flexible es
la persona, tanto mejor resiste todo aquello que, de otra forma, la haría caer en la derrota o la desesperación.[4]
Autoestima 37
José-Vicente Bonet,[7] en su libro Sé amigo de ti mismo: manual de autoestima, recuerda que la importancia de la
autoestima es algo evidente:
La importancia de la autoestima se aprecia mejor cuando cae uno en la cuenta de que lo opuesto a ella no es la
heteroestima, o estima de los otros, sino la desestima propia, rasgo característico de ese estado de suma infelicidad
que llamamos «depresión». Las personas que realmente se desestiman, se menosprecian, se malquieren..., no suelen
ser felices, pues no puede uno desentenderse u olvidarse de sí mismo.[1]
José-Vicente Bonet
Autoestima 38
Falsos estereotipos
La comodidad no es autoestima
A una persona con la autoestima baja —o «equivocada», según la
terminología de Branden—, cualquier estímulo positivo, a lo más
que podrá llegar, será a hacerla sentir cómoda o, a lo sumo, mejor
con respecto a sí misma únicamente durante un tiempo.[4] Por lo
tanto, los bienes materiales, o las relaciones sexuales, o el éxito, o
el aspecto físico, por sí solos, producirán sobre esa persona
comodidad, o bien un falso y efímero desarrollo de la autoestima,
pero no potenciarán realmente la confianza y el respeto hacia uno
mismo.
El estado de una persona que no está en guerra ni consigo misma La autoestima no tiene nada que ver con la cultura, la
ni con los demás es una de las características más significativas de clase social, los bienes materiales o incluso el éxito. En
los países civilizados y ricos, y específicamente en las
una autoestima sana.
sociedades capitalistas, es frecuente sentirse
Nathaniel Branden «incompleto», peor que otros. El propio sistema fuerza
a la gente a sentirse así.
La verdadera autoestima no se expresa mediante la
autoglorificación a expensas de los demás, o por medio del afán de
ser superior a otras personas o de rebajarlas para elevarse uno mismo. La arrogancia, la jactancia y la
sobrevaloración de las propias capacidades revelan una autoestima equivocada, y no un exceso de autoestima.[4] [1]
La autoestima no es narcisismo
Un error común consiste en pensar que el amor a uno mismo es equivalente al narcisismo. Sin embargo, el
narcisismo es un síntoma de baja autoestima, lo cual significa desamor por uno mismo. Una persona con una
autoestima saludable se acepta y ama a sí misma incondicionalmente. Conoce sus virtudes, pero también sus
defectos. A pesar de ello, es capaz de conocer y aceptar tanto las virtudes como los defectos y vivir amándose a sí
misma. Por el contrario, una persona narcisista no es capaz de conocer y/o aceptar sus defectos, que siempre trata de
ocultar, al tiempo que intenta amplificar sus virtudes ante los demás para, en el fondo, tratar de convencerse a sí
misma de que es una persona de valor y tratar de dejar de sentirse culpable por sus defectos.
Autoestima 39
Indicadores de autoestima
Conceptos análogos
autoconcepto, autorrespeto, autoaceptación.
Autoaceptación
Por autoaceptación se entiende:
1. El reconocimiento responsable, ecuánime y sereno de aquellos rasgos físicos y psíquicos que nos limitan y
empobrecen, así como de aquellas conductas inapropiadas y/o erróneas de las que somos autores.[1]
2. La consciencia de nuestra dignidad innata como personas que, por muchos errores o maldades que perpetremos,
nunca dejaremos de ser nada más y nada menos que seres humanos falibles.[1]
En palabras de Albert Ellis:
'Autoaceptación' quiere decir que la persona se acepta a sí misma plenamente y sin condiciones, tanto si se comporta
como si no se comporta inteligente, correcta o competentemente, y tanto si los demás le conceden como si no le
conceden su aprobación, su respeto y su amor.[1]
Albert Ellis
para el ajuste emocional, cognitivo y práctico de la persona.[6] Agrupando las aportaciones de los autores citados,
se obtendría una definición conjunta como la siguiente:
La autoestima es una competencia específica de carácter socio-afectivo que constituye una de las bases mediante las
cuales el sujeto realiza o modifica sus acciones. Se expresa en el individuo a través de un proceso psicológico
complejo que involucra a la percepción, la imagen, la estima y el autoconcepto que éste tiene de sí mismo. En este
proceso, la toma de conciencia de la valía personal se va construyendo y reconstruyendo durante toda la vida, tanto a
través de las experiencias vivenciales del sujeto, como de la interacción que éste tiene con los demás y con el
ambiente.[6]
Autoestima en el capitalismo
El capitalismo está basado en el individualismo y la competición. Ayn Rand postula que el altruismo nos envilece,
Sigmund Freud identifica el amor con el narcisismo, y Nathaniel Branden considera el egoísmo como algo que
puede ser saludable. Según Branden, el egoísmo entendido como un sentimiento noble es algo positivo, ya que
constituye la chispa que hace que la gente mejore su autoestima; es decir, bajo esta concepción la autoestima
equivale al propio ego. Sin embargo, las sociedades y la justicia están lejos de ser perfectas; no todos son nobles, no
todos tratan de mejorarse a sí mismos sin degradar a los demás; en pocas palabras, no todo el mundo consigue al
mismo tiempo éxito y autoestima positiva, con lo cual el resultado en la práctica es injusticia social. Es decir, existe
gente muy rica y gente muy pobre, y los ricos no se preocupan de los pobres, o incluso tratan de evitar en su propio
beneficio que estos suban en la escala social, al tiempo que los pobres sienten envidia de los ricos y consideran el
sistema injusto. Desde el punto de vista humanista, encontramos tanto a ricos como a pobres con baja autoestima.
Según Lenin, la fase de acumulación capitalista lleva de forma inherente un tipo de fascismo que adopta como
ideología la «defensa del mundo libre», la cultura occidental, y el hemisferio, es decir, el mantenimiento del sistema
capitalista mundial.[9]
Albert Ellis, psicólogo humanista, escribe respecto al fascismo: «¿Cuál es el propósito de valorarse a sí mismo,
conseguir un engrandecimiento del ego o una mayor autoestima? Obviamente, para sentirnos mejor que otra gente:
para deificarnos a nosotros mismos, para santificarnos más que otros, para “elevarnos al cielo en una carroza dorada”.
Bonito trabajo, ¡si se pudiera hacer! Pero desde el momento en que la autoestima parece correlacionarse altamente
con lo que Bandura (1977) llama la autoeficacia, solamente se puede tener un ego fuerte y estable cuando a) Trabaja
uno bien, b) sabe que continuará haciéndolo bien, y c) tiene la garantía de que siempre será igual o mejor que los
demás en trabajos importantes tanto en el presente como en el futuro. Bien, a menos que sea uno absolutamente
perfecto, ¡se necesitan montañas de suerte para esas aspiraciones!»[10]
Según Nathaniel Branden, la autoestima es una experiencia íntima, que reside en el núcleo de nuestro ser. Es lo que
uno, y no los demás, piensa y siente sobre sí mismo.[4]
Autoestima 42
Según Branden, durante la niñez, el grado de respeto, amor, reconocimiento y, en definitiva, educación emocional
que se recibe, va influyendo sobre la autoestima, aunque, no obstante, las elecciones y decisiones propias del niño
son un factor crítico en cuanto a la autoestima que éste cosecha en su camino hacia la vida adulta. No somos, por lo
tanto, meros depositarios de las opiniones ajenas. Del mismo modo, también depende de los adultos el desarrollo de
su autoestima independientemente del pasado que hayan podido tener. Es decir, nadie puede pensar por otro, o
imponerle la fe y el amor propio. Una persona puede recibir amor de todos los que la rodean y seguir sin amarse a sí
misma, puede ser admirada y no encontrar sus valores, puede aparentar seguridad y sentir inseguridad, satisfacer las
expectativas de los demás y no las propias, tener éxito y no reconocerlo.[4]
Alcanzar el éxito sin alcanzar una autoestima positiva es estar condenado a sentirse como un impostor que espera
con angustia que lo descubran.
Nathaniel Branden
No es necesario llegar a odiarnos para poder aprender a querernos más; no tenemos que sentirnos inferiores para
desear tenernos más confianza. No hemos de sentirnos infelices para querer ampliar nuestra capacidad de alegría.
Nathaniel Branden
Autoestima en el comunismo
Por otro lado, el comunismo está basado en la comunidad y la colaboración. Teóricamente es un sistema puramente
altruista basado en el amor bajo la concepción de Leibniz («amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia
felicidad»), y, según autores, «está basado en la promoción de la honra, pero no entendida como un sentimiento
individual, sinónimo de honor, sino como valoración de lo colectivo, el impulso de la autoestima y la ruptura de la
sumisión a intereses oligárquicos».[11] En este caso, el egoísmo se manifiesta como un sentimiento colectivo
compartido por todos los miembros: uno desea lo mejor a los demás, y los demás desean lo mejor a uno. La
autoestima mejora cuando la comunidad en conjunto funciona, y especialmente cuando esta avanza. Uno se siente en
armonía consigo mismo como parte importante del grupo, con el grupo como entidad, y con la naturaleza. Pero,
como sucede con el capitalismo, la imperfección de la sociedad y la justicia lleva fácilmente a efectos indeseados.
Algunas personas pueden no seguir las reglas, y la ausencia absoluta de competición en la sociedad puede hacer que
algunas personas egoístas acumulen una increíble cantidad de poder, o incluso que una sola persona se haga con el
control total de un país. Eso es lo que se conoce como dictadura comunista, a menudo justificada como necesidad
coyuntural. La autoestima, desde el punto de vista humanista, es, en este caso, baja para el líder narcisista y baja para
los trabajadores oprimidos, que ni siquiera tienen la posibilidad de sentirse responsables del grupo.
Desde el punto de vista opuesto, Carlos Alberto Montaner, vicepresidente de la Internacional Liberal, y defensor del
capitalismo, considera que las razones del fracaso del comunismo son: el colectivismo y la represión al ego, el
altruismo universal abstracto contra el altruismo selectivo espontáneo, la desparición de los estímulos materiales
como recompensa a los esfuerzos, la falsa solidaridad colectiva y el debilitamiento del «bien común», la ruptura de
los lazos familiares, las instituciones estabularias, el paso del ciudadano indefenso al ciudadano parásito, el miedo
como elemento de coacción y la mentira como su consecuencia, la desaparición de la tensión competitiva, y la
necesidad de libertad.[12]
Autoestima en el socialismo
El socialismo, sistema ideal para Albert Einstein,[13] tiene individualismo y competición, comunidad y colaboración.
Es un sistema práctico. El individualismo y la competición son menores que en el capitalismo, y el sentido de
comunidad y colaboración son menores que en el comunismo. Como resultado, los ricos son más pobres y los pobres
son más ricos que en el capitalismo y el comunismo prácticos, respectivamente. El sistema garantiza mayor justicia
económica para el grupo mientras la economía funciona, a expensas de individualidad y sentido de comunidad, y con
la autoestima centrada en el desarrollo personal y cultural más que en el escalado social. Cuando no funciona, el
sistema involuciona hacia el capitalismo de estado, donde tanto los ricos como los pobres se vuelven más pobres,
Autoestima 43
siendo normalmente los pobres los que se llevan la peor parte, ya que la falta de dinero constituye un mayor
porcentaje de sus bienes totales. La autoestima, por lo tanto, tiende a volverse baja para los ricos y muy baja para los
pobres mientras el sistema no funcione.
Notas
A.↑ A pesar de ello, y aunque existen numerosos estudios sobre la autoestima, son pocos los que se centran
específicamente sobre este grupo de población.
Referencias
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[7] Página personal de José-Vicente Bonet (http:/ / perso. wanadoo. es/ e/ jvbonetm/ )
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[10] Albert Ellis. Fascismo intelectual. (http:/ / users. servicios. retecal. es/ jureba/ fascismo. htm)
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[12] Carlos Alberto Montaner. El totalitarismo y la naturaleza humana: Cómo y por qué fracasó el comunismo (http:/ / www. ilustracionliberal.
com/ 23/ el-totalitarismo-y-la-naturaleza-humana-como-y-por-que-fracaso-el-comunismo-carlos-alberto-mont. html).
[13] Albert Einstein. ¿Por qué socialismo? (http:/ / dialnet. unirioja. es/ servlet/ dcfichero_articulo?codigo=233264& orden=63165) Monthly
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[14] Paul Wink. Two faces of narcissism (http:/ / 74. 125. 155. 132/ scholar?q=cache:ZBh1hMDVqUEJ:scholar. google. com/ ).
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[16] Daniel Goleman. Healing emotions. (http:/ / books. google. es/ books?id=sjFYFE_OFzAC& printsec=frontcover&
source=gbs_ge_summary_r& cad=0#v=onepage& q& f=false)
[17] Paul Tillich. The Eternal Now.
[18] M. Editor Kending. Alfred Korzybski: Collected Writings, 1920-1950. P. 425. (http:/ / books. google. es/ books?id=Liup07h3fbIC&
pg=PA425)
[19] Paul Tillich. A History of Christian thought.
[20] Ellis, A. (2001). Feeling better, getting better, staying better. Impact Publishers.
[21] Ellis, A. The Myth of Self-esteem. 2005.
[22] Albert Ellis, Windy Dryden. The Practice of Rational Emotive Behavior Therapy. (http:/ / books. google. es/ books?id=pPeFALg673MC&
printsec=frontcover#v=onepage& q& f=false)
Véase también
• Pirámide de Maslow
• Trastorno narcisista de la personalidad
• Inteligencia emocional
• Amor
Enlaces externos
• Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Autoestima. Wikiquote
Enamoramiento
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El enamoramiento es un estado emocional surcado por la alegría y la satisfacción de encontrar a otra persona que es
capaz de comprender y compartir tantas cosas como trae consigo la vida. Desde el punto de vista bioquímico se trata
de un proceso que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas
fisiológicas y cambios químicos ocasionados en el hipotálamo mediante la segregación de dopamina.
Según Yela (2002), a diferencia de la creencia generalizada de que el enamoramiento es un fenómeno impredecible y
aleatorio, un número creciente de científicos sociales han construido diferentes modelos teóricos que describen y
explican el enamoramiento. Las principales características del enamoramiento según la mayoría de autores son:
• Intenso deseo de intimidad y unión física con el otro (tocarlo, abrazarlo, relaciones sexuales…).
• Intenso deseo de reciprocidad (que el otro también esté enamorado de nosotros).
• Intenso temor al rechazo.
• Pensamientos frecuentes e incontrolados sobre el otro que interfieren la actividad normal de la persona.
• Pérdida de concentración.
• Fuerte activación fisiológica (nerviosismo, aceleración cardíaca, etc.) ante la presencia (real o imaginaria) del
otro.
• Hipersensibilidad ante los deseos y necesidades del otro.
• Atención centrada en el otro.
• Idealización del otro, percibiéndolo sólo características positivas en la otra persona.
Enamoramiento 45
El proceso de enamoramiento suele comenzar con una atracción física inicial hacia otra persona. A continuación, se
potencia con una atracción personal hacia ella y se dispara definitivamente cuando existe un conocimiento o una
sospecha de que existe reciprocidad de atracción (que esa persona se siente también atraída física y personalmente
hacia nosotros). El estudio científico de los factores psicosociales y biológicos implicados en el enamoramiento y el
amor no sólo ha generado la aparición de intervenciones cada vez más eficaces en el ámbito de las relaciones de
pareja, sino también la difusión de métodos para atraer y conquistar al sexo opuesto (véase a modo de ejemplo el
método conductual de seducción).
Elementos
• Psiquiatría: Los psiquiatras apuntan a que el amor, por lo menos en sus primeras fases, se abastece
fundamentalmente de química. Una sustancia en nuestro cerebro denominada feniletilamina obliga la secreción de
la dopamina o la norepinefrina, que por sus efectos se parecen a las “anfetaminas”, las cuales producen un estado
de euforia natural cuando estamos con nuestra pareja.
• Genética: Al igual que el resto de animales, los humanos llevamos en nuestros genes el instinto de "procreación",
aunque los individuos pertenecientes al homo sapiens y muchas otras especies se relacionan sexualmente para
mostrar su amor o para satisfacer su impulso sexual, no necesariamente para procrear. Científicos revelan que las
sustancias químicas cerebrales se disparan en las primeras fases del amor, generando atracción y el deseo de estar
juntos.
Características
• Las personas más sensibles ante la persona amada reaccionan con sudoración, pulso acelerado, tartamudeo,
aumento de la presión arterial, risa floja, taquicardia, alteración de la percepción del tiempo, dolor o ansiedad en
el estómago.
• Idealización de la persona.
• Admiración de la persona.
• Atribución de cualidades positivas evitando la crítica.
• Necesidad de estar con la persona.
• Agradar a la persona amada se convierte en la mayor ilusión.
• Distorsión en la percepción del tiempo. La ansiedad da la idea de un paso más lento y el júbilo, de un paso más
rápido.
• Cualquier situación o circunstancia le recuerda la persona amada.
• Ansiedad de estar junto a ésta y al estarlo, no querer separarse.
Referencias
[1] http:/ / en. wikipedia. org/ wiki/ Enamoramiento?action=history
Narcisismo
Narcisismo es en alusión al mito de Narciso, amor a la
imagen de sí mismo.[1] Amor que dirige el sujeto a sí
mismo tomado como objeto.[2]
Sigmund Freud introdujo dicho concepto en el área del
psicoanálisis a través de su obra Introducción del
narcisismo, noción que ya había utilizado con
anterioridad en su obra, pero con una definición más
difusa.
Si bien se puede aludir a una serie de rasgos propios de
la personalidad normal, sin embargo el narcisismo
puede también manifestarse como una forma patológica
extrema en algunos desórdenes de la personalidad,
como el trastorno narcisista de la personalidad, en que
el paciente sobreestima sus habilidades y tiene una
necesidad excesiva de admiración y afirmación.
La psicología humanista considera que el narcisismo patológico coincide con autoestima baja o errónea.[3]
Aspectos conceptuales
Desde el punto de vista psicológico, se puede distinguir un significado psicogenético o psicoevolutivo: el narcisismo
como un escalón necesario y ubicuo del desarrollo de la personalidad. Andrew P. Morrison, profesor de Psiquiatría
de la Facultad de Medicina de Harvard, defiende que en los adultos, una razonable cantidad de narcisismo sano
permite balancear la percepción individual de las propias necesidades en relación con los otros.[4]
Existe además el narcisismo patológico, diagnóstico de uso habitual en psiquiatría y de connotaciones negativas.
Éste designa un rasgo de la personalidad, caracterizado por una baja autoestima acompañada de una exagerada
sobrevaloración de la importancia propia y de un gran deseo de admiración por los demás. En la DSM-IV (manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana, cuarta edición) existe
un subapartado dentro de los trastornos de personalidad denominado Trastorno narcisista de la personalidad, (NPD),
entendiéndose tal como una disfunción grave de personalidad.
Fuera del ámbito psicológico, los términos "narcisismo" y "narcisista" son frecuentemente utilizados
peyorativamente denotando vanidad, presunción, egocentrismo o simple egocentría. Aplicado a un grupo social es
frecuentemente utilizado para denotar elitismo o indiferencia a la difícil situación de los demás. En las situaciones de
discusión, sin embargo, estos términos se utilizan para dibujar paralelismos entre las quejas sobre comportamientos
centrados en uno mismo y el trastorno de personalidad narcisista más que hacia la autoestima sana.
El mito de Narciso
El relato más conocido sobre el mito de Narciso es el que Ovidio relató en su tercer libro de Las Metamorfosis en el
año 43 a. C. La tragedia comienza a gestarse ya desde la concepción del niño Narciso, puesto que él es fruto de la
violencia sexual. El dios-río Cefiso, después de raptar y violar a la náyade Liriope, engendró en ella a un joven de
espléndida belleza, a quien dieron por nombre Narciso. Preguntado sobre si el recién nacido tendría una larga vida,
Tiresias, el sabio capaz de predecir el futuro, contestó cripticamente «Sí, siempre y cuando nunca se conozca a sí
mismo.»
A lo largo de su vida, Narciso, va a provocar en hombres y mujeres, mortales y dioses, grandes pasiones, a las cuales
no responde por su incapacidad para amar y para reconocer al otro. Según el relato de Ovidio, entre las jóvenes
heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta le había condenado a repetir
las últimas palabras de todo cuanto se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor por él,
pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando Narciso
preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco contenta respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, él le
gritó: «¡Ven!». Después de responder: «Ven, ven», Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso
cruelmente se negó a aceptar su amor. Tentado por Afrodita, al contemplar su imagen en el espejo de la superficie
del agua, sintió una fascinación por su propia imagen de la que no pudo sustraerse. No podía tocar ni abrazar al ser
que veía reflejado en el agua, pero tampoco podía apartar su vista de él. En otra versión del mito, uno de los
menospreciados por Narciso se queja a los dioses y Némesis, la diosa de la venganza, se encarga de castigar su
orgullo.
De cualquier modo, Narciso, subyugado por la bella imagen de sí mismo que le devolvía el río, se retrajo de toda
posible relación amorosa con otros seres, e incluso de atender sus propias necesidades básicas, y su cuerpo se fue
consumiendo para terminar convertido en la flor narciso, una flor tan hermosa como maloliente. Mientras tanto, Eco,
consumida de melancolía, se retiró a una cueva donde su cuerpo también se consumió, quedando de ella solo una voz
sin forma que repite, en la lejanía, la última frase o sílaba que se pronuncie.
Narcisismo 48
El narcisismo en el psicoanálisis
El neurólogo austríaco Sigmund Freud (1856-1939) y padre del psicoanálisis, introdujo el concepto de narcisismo en
su ensayo de 1914 Introducción del narcisismo.[5]
En psicoanálisis se entiende por narcisismo una forma de estructuración de la personalidad, y una etapa del
desarrollo del ser humano. Distinguen los psicoanalistas dos tipos: el narcisismo primario de los primeros meses de
la existencia y donde el niño dirige toda sus energías a la satisfacción de sus necesidades. De una manera general, se
refiere, con el término de narcisismo primario, al momento en que el niño se toma a sí mismo como objeto de amor,
antes de elegir objetos externos. Todo su erotismo y/o energía libidinal es autodirigida y el mundo exterior no existe.
El narcisismo secundario, es un concepto que refiere en la extensa obra freudiana a dos ideas distintas:
• a) Una forma de designar estados mentales patológicos (narcisismo esquizofrenico, por ejemplo, o en la «neurosis
narcisista», que es modo como Freud denominó inicialmente las psicosis, también a lo que hoy se llamaría
depresiones mayores o endógenas) donde la investidura libidinal que previamente estaba puesta en objetos recae
ahora, regresivamente sobre el yo;
• b)Una estructura estable (Yo realidad definitivo), donde no hay psicosis, porque existe equilibrio desde el punto
de vista económico (flujo de energía psíquica libidinal). Las investiduras (catexis) estarían repartidas
armónicamente entre los sistemas y los objetos; desde el punto de vista tópico se puede afirmar que el
componente estructural «ideal del yo» y superyó definitivo, se generan a partir del llamado sepultamiento del
Complejo de Edipo.
Narcisismo patológico
Epidemiología
Se estima que en la población general la prevalencia a lo largo de la vida es del 1%, y en las poblaciones clínicas
está entre el 2 y el 16%. Entre el 50 y 75% de las personas diagnosticadas son varones.
Fisiopatología clínica
Resulta desconcertador para muchos el hecho de que el narcisista suele exhibir una aparente autoestima formidable,
y socialmente aparece como una persona muy segura, sabedora de lo que quiere y completamente resuelta. En
realidad con ello el narcisista está camuflando su vacío interno, su carencia real de autoestima. En la infancia
temprana de estos individuos se encuentra a menudo una actitud indiferente o minusvaloradora por parte de sus
progenitores, lo cual les deja una inseguridad que tratan de compensar por medio de una autoevaluación exagerada,
irreal e inflada, (Baumeister, 1996). Algunos clínicos explican la personalidad narcisista sobre la base de una
carencia emocional temprana producida por una madre emocionalmente fría o indiferente, o con una agresividad
encubierta hacia su hijo, (Piñuel, 2007). La consecuencia es que los narcisistas necesitan mirarse continuamente en el
espejo de los demás para saber quiénes son, y al descubrir una pésima imagen de ellos mismos se ven en la
necesidad de ocultarla y esconderla. Desarrollan entonces en compensación una imagen artificialmente
sobrevalorada hasta lo patológico. Las personas inteligentes, sanas, que se percatan de la artimaña, o que
simplemente son más valiosas o agraciadas que ellas se convierten entonces para el narcisista en una amenaza para
esa imagen artificial con la que el narcisista sustenta su autoestima, por lo que su comportamiento con ellos es
manipulativo, y cuando la manipulación no surte efecto, perseguidor.
Los sujetos narcisistas poseen una autoestima muy vulnerable, siendo por esto muy sensible al "ultraje" de la crítica
o la frustración; en relación con esto, las críticas pueden llegar a obsesionarles y hacer que se sientan hundidos y
vacíos. Otro síntoma es el deterioro de sus relaciones sociales como consecuencia de su pretenciosidad y necesidad
constante de admiración. Otro síntoma es la incapacidad para arriesgar nada por la posibilidad de frustración que ello
conlleva.
Narcisismo 49
En el ámbito social los narcisitas naufragan. Las demás personas sólo cuentan para ellos como posible fuente de
gratificación, devolviéndoles la imagen de sí mismos cuya carencia les atormenta y que anhelan insaciablemente. Por
ello suelen elegir profesiones que les proporcionen notoriedad social, reconocimiento o incluso fama.
Interpretación psicoanalítica
Desde el punto de vista freudiano de la psico-patología, la estructuración de una personalidad narcisística, implica
una detención o fijación del desarrollo de la persona a etapas infantiles de profunda gratificación, o en una regresión
del individuo a estos períodos, por su incapacidad para tolerar y enfrentar los retos y fracasos que la maduración y la
vida le imponen (cf. André Green).
reflexión es donde puede sobrevivir este personaje. Sin embargo, Narciso, en castigo a su ser desalmado, es
transformado en una planta que da unas flores muy bellas, de olor nauseabundo, y estéril de fruto y nos dice el mito
que en este tipo de personas hay, a pesar de su apariencia, algo que huele muy mal.
Narcisismo colectivo
Freud, en "La civilización y sus descontentos" enuncia: "Es posible reunir a un considerable número de gente en
amor mutuo, siempre que haya otra gente dejada fuera para recibir las manifestaciones de su agresividad"
Y Erich Fromm, en "Anatomía de la destructividad humana" dice:
"El narcisismo colectivo es una de las fuentes más importantes de agresión humana y sin embargo,
como todas las demás formas de agresión defensiva, es reacción a un ataque contra intereses vitales.
Difiere de otras formas de agresión defensiva en que el narcisismo intenso en sí es un fenómeno
semipatológico. Considerando las causas y la función de sangrientas y crueles matanzas en masa como
las ocurridas entre hindúes y musulmanes en el momento de la partición de la India o recientemente
entre los musulmanes bengalíes y sus gobernantes paquistaníes, vemos que el narcisismo colectivo
desempeña ciertamente un papel considerable, cosa nada sorprendente si tomamos en cuenta que nos
las habemos con las poblaciones virtualmente más pobres y miserables del mundo entero."
En su libro "Desórdenes de la personalidad en la Vida Moderna", Theodore Millon y Roger Davis afirman que el
narcisismo patológico está reservado a "los nobles y los ricos", y que "parece haber ganado prominencia sólo en el
siglo XX". De acuerdo con ellos, el narcisismo podría estar asociado con niveles superiores en la escala de
necesidades de Maslow. Según ellos "Los individuos de naciones menos adelantadas.... están demasiado ocupados
tratando (de sobrevivir)...para comportarse de una forma arrogante y grandiosa".Sin embargo, en opinión de Sam
Vaknim (Malignant self-love) el narcisismo es un fenómeno ubicuo debido a que cada ser humano,
independientemetne de la naturaleza de su sociedad y su cultura, desarrolla un narcisismo sano tempranamente en su
vida. El narcisismo sano se convierte en patológico cuando se produce el abuso, y el abuso es un comportamiento
humano universal. Por "abuso" entiende el rechazo a reconocer las fronteras emergentes del individuo. La represión,
la hiperprotección, y las expectativas excesivas son conductas tan abusivas como el maltrato físico o el incesto.
Véase también
• Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci
• Introducción del narcisismo
• Trastorno psicológico
• Soberbia
Referencias
[1] Laplanche, Jean & Pontalis, Jean-Bertrand (1996), Diccionario de Psicoanálisis, traducción Fernando Gimeno Cervantes. Página 228.
Barcelona: Editorial Paidós. ISBN 978-84-493-0256-5.
[2] Roland Chemana y Bernard Vandermersch (1998, 2004), Diccionario de Psicoanálisis. Página 438. Buenos Aires: Amorrortu Editores. ISBN
978-950-518-105-6.
[3] Nathaniel Branden. The psychology of self-esteem: a new concept of man's psychological nature. 1981.
[4] Morrison, Andrew. Shame: The Underside of Narcissism, The Analytic Press, 1997. ISBN 0-88163-280-5
[5] Freud, Sigmund, Introducción al narcisismo en: Obras Completas, Vol. XIV, Amorrotu, B. Aires, 9ª Edición, 1996. (Traducción del alemán
por José Luis Etcheverry, título original: Zur Einfuhrung des Narzissmus(1914) ISBN 950-518-590-1.
[6] Wurmser L, Shame, the veiled companion of narcissism, in The Many Faces of Shame, Nathanson DL. New York, Guilford, 1987, pp 64–92
[7] Gabbard GO, subtypes of narcissistic personality disorder. (http:/ / jppr. psychiatryonline. org/ cgi/ external_ref?access_num=2819295&
link_type=MEDTwo) Bull Menninger Clin 1989; 53:527–532
[8] Young, Klosko, Weishaar: Schema Therapy - A Practitioner's Guide, 2003, Page 375
Narcisismo 53
Bibliografía
• Sigmund Freud. Obras completas. Volumen XIV: Trabajos sobre metapsicología, y otras obras (1914-1916),
«Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico». Capítulo II: Introducción del narcisismo (1914).
Buenos Aires/Madrid: Amorrortu, 1979. ISBN 978-950-518-590-0
• André Green. Narcisismo De Vida, Narcisismo De Muerte. Amorrortu, 1999. ISBN 950-518-478-6
• Gilles Lipovestky. La era del vacío. Editorial Anagrama, 1986. ISBN 84-339-6755-X
• Christopher Lasch. La cultura del narcisismo. Editorial Andrés Bello, 1999. ISBN 84-89691-97-5
En inglés
• Baumeister, R. F. et al, (1996) "Relation of threatened egotismo to violence and agression: the dark side of high
self-esteem" Psichological Review, 103, (1), pp 5-33
• Jean M. Twenge and W. Keith Campbell, The Narcissism Epidemic. Living in the Age of Entitlement. Free Press.
New York (2009). 339 págs.
Enlaces externos
• Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Narcisismo. Commons
Pirámide de Maslow
La Pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría psicológica propuesta por
Abraham Maslow en su obra: Una teoría sobre la motivación humana (en inglés, A Theory of Human Motivation) de
1943, que posteriormente amplió. Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que
conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan
necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide).
Jerarquía de necesidades
de Maslow
La escala de las necesidades de
Maslow se describe a menudo como
una pirámide que consta de cinco
niveles: los cuatro primeros niveles
pueden ser agrupados como
«necesidades de déficit» (deficit needs
o D-needs); al nivel superior lo
denominó «autorrealización»,
«motivación de crecimiento», o
«necesidad de ser» (being needs o
B-needs). «La diferencia estriba en que
Pirámide de Maslow: jerarquía de necesidades.
mientras las necesidades de déficit
pueden ser satisfechas, la necesidad de
ser es una fuerza impelente continua».
La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas ocupan nuestra atención sólo cuando se han
satisfecho las necesidades inferiores de la pirámide. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento
ascendente en la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo en la
jerarquía. Según la pirámide de Maslow dispondríamos de:
Pirámide de Maslow 54
Necesidades básicas
Son necesidades fisiológicas básicas para mantener la homeostasis (referente a la salud); dentro de estas, las más
evidentes son:
• Necesidad de Bañarse
• Necesidad de respirar, beber agua, y alimentarse.
• Necesidad de mantener el equilibrio del pH y la temperatura corporal.
• Necesidad de dormir, descansar y eliminar los desechos.
Necesidades de estima
Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.
• La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales como confianza,
competencia, maestría, logros, independencia y libertad.
• La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento,
reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.
La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima y el complejo de inferioridad.
Autorrealización o autoactualización
Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para denominarlo: «motivación de crecimiento»,
«necesidad de ser» y «autorrealización».
Son las necesidades más elevadas, se hallan en la cima de la jerarquía, y a través de su satisfacción, se encuentra un
sentido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores
han sido alcanzados y completados, al menos, hasta cierto punto.
Pirámide de Maslow 55
Personas autorrealizadas
Maslow consideró autorrealizados a un grupo de personajes históricos que estimaba cumplían dichos criterios:
Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, entre
otros.
Maslow dedujo de sus biografías, escritos y actividades, una serie de cualidades similares; estimaba que eran
personas:
• centradas en la realidad, que sabían diferenciar lo falso o ficticio de lo real y genuino;
• centradas en los problemas, que enfrentan los problemas en virtud de sus soluciones;
• con una percepción diferente de los significados y los fines.
En sus relaciones con los demás, eran personas:
• con necesidad de privacidad, sintiéndose cómodos en esta situación;
• independientes de la cultura y el entorno dominante, basándose más en experiencias y juicios propios;
• resistentes a la enculturación, pues no eran susceptibles a la presión social; eran inconformistas;
• con sentido del humor no hostil, prefiriendo bromas de sí mismos o de la condición humana;
• buena aceptación de sí mismo y de los demás, tal como eran, no pretenciosos ni artificiales;
• frescura en la apreciación, creativos, inventivos y originales;
• con tendencia a vivir con más intensidad las experiencias que el resto de la humanidad.
Metanecesidades y metapatologías
Maslow también aborda de otra forma la problemática de lo que es autorrealización, hablando de las necesidades
impulsivas, y comenta lo que se necesitaba para ser feliz: verdad, bondad, belleza, unidad, integridad y trascendencia
de los opuestos, vitalidad, singularidad, perfección y necesidad, realización, justicia y orden, simplicidad, riqueza
ambiental, fortaleza, sentido lúdico, autosuficiencia, y búsqueda de lo significativo.
Cuando no se colman las necesidades de autorrealización, surgen las metapatologías, cuya lista es complementaria y
tan extensa como la de metanecesidades. Aflora entonces cierto grado de cinismo, los disgustos, la depresión, la
invalidez emocional y la alienación.
Ciclo de proceso
Maslow definió en su pirámide las necesidades básicas del individuo de una manera jerárquica, colocando las
necesidades más básicas o simples en la base de la pirámide y las más relevantes o fundamentales en la cima de la
pirámide, a medida que las necesidades van siendo satisfechas o logradas surgen otras de un nivel superior o mejor.
En la última fase se encuentra con la «autorrealización» que no es más que un nivel de plena felicidad o armonía.
Críticas a su teoría
Acorde con Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn en el libro Desarrollo a escala humana
publicado en 1986, y también con Paul Ekins en Riquezas sin límites, Atlas Gaia de la economía verde, a esta
concepción de Maslow se le atribuye la legitimación de la "piramidalidad" social. Si las necesidades están
jerarquizadas y son infinitas, la sociedad se configurará también "naturalmente" como una pirámide donde sólo la
cúspide accede a más y a más a costa de mantener abajo a una base cuanto más amplia y desposeída más
conveniente. Esto se contrapone a la visión del desarrollo a Escala Humana, donde se esgrime que las necesidades
son pocas, finitas, clasificables y universales. Forman un sistema de 9 necesidades con cuatro formas de realización:
Subsistencia, Protección, Afecto, Comprensión, Participación, Creación, Recreo, Identidad y Libertad, mediante el
Ser, el Tener, el Hacer y el Relacionarse.
Wabha y Bridwell (1976), en una revisión extensa utilizando la teoría de Maslow, encontraron escasas evidencias de
que este orden de necesidades de Maslow fuese así o de que existiera jerarquía alguna.
Véase también
• Abraham Maslow
• Psicología humanista
• Psicoterapia
Bibliografía
• George Boeree (2003) Teorías de la personalidad, de Abraham Maslow. Traducción: Rafael Gautier. [1]
• Abraham Maslow A Theory of Human Motivation, en books.google.es [2]
• Abraham Maslow A Theory of Human Motivation, en emotionalliteracyeducation [3]
• Abraham Maslow (1943) A Theory of Human Motivation, en psychclassics.yorku.ca [4]
• Abraham Maslow A Theory of Human Motivation, en altruists.org [5]
Enlaces externos
• Abraham Maslow, más allá de la pirámide, artículo en Materiabiz.com [6]
Referencias
[1] http:/ / webspace. ship. edu/ cgboer/ maslowesp. html
[2] http:/ / books. google. es/ books?id=vdvXOxzbiNwC
[3] http:/ / www. emotionalliteracyeducation. com/ abraham-maslow-theory-human-motivation. shtml
[4] http:/ / psychclassics. yorku. ca/ Maslow/ motivation. htm
[5] http:/ / www. altruists. org/ f62
[6] http:/ / www. materiabiz. com/ mbz/ gurues. vsp?nid=22721
Psicoanálisis 57
Psicoanálisis
El psicoanálisis (del griego ψυχή
[psyque], alma o mente; del alemán
Seele, alma -según definición del
propio Freud en su artículo de 1883
Tratamiento psíquico; y ἀνάλυσις
[analysis], análisis, en el sentido de
examen o estudio) es una práctica
terapéutica fundada por el neurólogo
vienés Sigmund Freud alrededor de
1896. A partir del psicoanálisis se han
desarrollado posteriormente diversas
escuelas de psicología profunda o de
orientación dinámica y analítica.
Asimismo, la teoría ha influenciado a
muchas otras escuelas psicológicas y
Freud y otros psicoanalistas en 1922. De izquierda a derecha sentados: Sigmund Freud,
de terapias no necesariamente Sándor Ferenczi y Hanns Sachs. De pie: Otto Rank, Karl Abraham, Max Eitingon y
psicoanalíticas. Ernest Jones.
introspección, constituye un malentendido esperar como objetivo esencial de la terapia psicoanalítica una
comprensión racional acerca de las relaciones causales. Se trata más bien de lograr una reestructuración de más
amplio alcance de la personalidad, muy especialmente de la vida afectiva y particularmente en aquellas áreas que
contribuyen y mantienen la formación de síntomas, o de formas defensivas que causan daño o malestar.
El psicoanálisis clásico se desarrolla durante algunos años con una frecuencia de tres a cinco veces por semana. En el
setting clásico el paciente se recuesta en un diván y habla, en lo posible sin censura, sobre todo lo que siente, piensa,
poniendo en palabras toda ocurrencia que le venga a la mente. Esta técnica se denomina asociación libre y constituye
la regla fundamental. El analista que está sentado tras él, escucha manteniendo una atención parejamente flotante y
comunica al paciente sus interpretaciones, hechas en base al material que va apareciendo durente el proceso
analítico. El analista entrega estas interpretaciones a su paciente tantas veces como considere conveniente y en las
situaciones que decida. En particular el analista captará e interpretará los patrones emocionales y de funcionamiento
psíquico, los mecanismos típicos que el paciente repite en la relación con él en forma de transferencia y,
básicamente, las formaciones del inconsciente que surjan en el discurrir del analizante a lo largo de su análisis.
Independientemente de las variaciones que existen en las diferentes escuelas posteriores a Freud, donde muchas de
ellas modifican este setting o encuadre clásico, el eje central del psicoanálisis como técnica terapéutica es la
asociación libre. Desde la época de Freud y hasta la actualidad se le asigna a la llamada "regla técnica fundamental"
un carácter demarcatorio entre lo que se llama psicoanálisis y lo que es una terapia diversa de éste.[]
Tras años de experiencia clínica, Freud propuso la teoría de que los síntomas histéricos y neuróticos tenían como
causa núcleos traumáticos reprimidos en el inconsciente por ser moralmente inaceptables para el Yo del sujeto.[9]
Freud postuló que estos núcleos patológicos consistían en «uno o varios sucesos de precoz experiencia sexual,
perteneciente a la más temprana infancia».[10]
Psicoanálisis 60
En su artículo de 1914 Recordar, repetir, reelaborar, Freud expone brevemente la historia de su método, desde su
antecesor, la hipnosis. Al referirse a ésta, en particular la «catarsis breueriana», menciona que la misma se enfocaba
en la reproducción de los procesos psíquicos de la situación en la que se adquirieron los síntomas neuróticos "para
que tuvieran su decurso a través de la actividad consciente".[11] Se partía del supuesto de que los síntomas remitían a
esos procesos reprimidos. Junto a la rememorción, la abreacción era otra de las metas a que se apuntaba mediante
esta técnica para lo cual se inducía al paciente a un estado hipnótico.
En un momento posterior, Freud decide abandonar la hipnosis, lo cual suele ser explicado diciendo simplemente que
no era una técnica con la que él estuviera particularmente cómodo, así como que no es de por sí susceptible de ser
aplicada en todos los casos. Por otra parte, se le adjudica como falencia el que tras un período de recuperación, luego
de haber sido aplicada, los síntomas retornaban nuevamente, imponiendo la tarea de repetir el tratamiento. Por otra
parte, también se dice que este método no permite acceder al trabajo analítico a las «resistencias» del paciente. En
cualquier caso, la técnica apuntaba, entonces, a "colegir desde las ocurrencias libres del analizado aquello que él
denegaba recordar. Se pretendía sortear la resistencia mediante el trabajo interpretativo y la comunicación de sus
resultados al enfermo".[12]
En tercer lugar, Freud abandona la focalización sobre un problema determinado, conformándose con "estudiar la
superficie psíquica que el analizado presenta cada vez, y se vale del arte interpretativo, en lo esencial, para discernir
las resistencias que se recortan en el enfermo y hacérselas conscientes".[12]
En 1897, coincidiendo con la muerte de su padre, Freud, aplicó a su propia persona la experiencia clínica acumulada
y comenzó un estudio profundo de sus recuerdos, deseos y emociones que le permitieron reconstruir su infancia. Este
sistemático escrutinio de su psiquismo, considerado acto fundador del psicoanálisis,[13] es conocido como su
autoanálisis.
En el período aproximadamente
comprendido entre 1895 y 1905 Freud,
atravesó por un intenso aislamiento
profesional y personal provocado por la
oposición y a menudo indignación que sus
teorías suscitaban. A pesar de ello, Freud se
mostró particularmente fructífero en estas
circunstancias adversas publicando las que
se consideran dos obras cardinales del
psicoanálisis, La interpretación de los
sueños y Tres ensayos sobre teoría sexual.
El aislamiento de esta época, que el mismo
Freud denominaría «espléndido
aislamiento», fue remitiendo paulatinamente
y ya en otoño de 1902 nació modesta e Sala de espera del consultorio en la casa de Freud, donde tenían lugar las reuniones
informalmente la Psychologische de la "Sociedad Psicológica de los Miércoles".
Mittwoch-Gesselschaft (literalmente:
«Sociedad Psicológica de los Miércoles»). Los médicos vieneses Max Kahane, Rudolf Reitler, Alfred Adler y
Wilhelm Stekel se empezaron a reunir, a iniciativa de este último, en la casa de Freud cada miércoles por la
noche.[14] Este pequeño grupo formó el núcleo de lo que se convertiría, en 1908, en la Asociación Psicoanalítica
Vienesa (Wiener Psychoanalytische Vereinigung).[15]
A lo largo de su historia el psicoanálisis no ha dejado de evolucionar conforme nuevos hechos eran descubiertos.
También, debido a los diferentes puntos de vista e interpretaciones de diversos autores, se ha ramificado en varias
escuelas y técnicas de intervención. Entre los colaboradores y sucesores más representativos de Freud, aparte de los
más arriba mencionados, se cuentan, Otto Rank, Wilhelm Reich, Paul Federn, Hanns Sachs, Oskar Pfister, Max
Psicoanálisis 61
Eitingon, Abraham Brill, Sándor Ferenczi, Karl Abraham, Ernest Jones, Marie Bonaparte, Lou Andreas-Salomé,
Karen Horney, Anna Freud, Melanie Klein, Donald Winnicott, Wilfred Bion, Jacques Lacan, Erich Fromm, Erik
Erikson y muchos otros que han refinado las teorías freudianas e introducido las propias. Mención especial, por su
importancia e impacto en el movimiento psicoanalítico, merecen los autores Carl Gustav Jung y Alfred Adler.
Ambos se distanciaron del psicoanálisis, discrepando en especial de la tesis freudiana de la etiología sexual de las
neurosis, y propusieron ideas, conceptos y teorías alternativas.
Técnica psicoanalítica
El abandono de la hipnosis
La técnica analítica tiene lugar con el abandono de la hipnosis. En su
prólogo a la segunda edición de los Estudios sobre la histeria, Freud
asegura que "a quien se interese por la evolución que condujo de la
catarsis al psicoanálisis, no podría darle mejor consejo que el de
comenzar con los Estudios sobre la Histeria, recorriendo así el mismo
camino que yo hube de seguir".[16] Esta indicación, proveniente del
fundador y principal figura del psicoanálisis, muy probablemente no se
deba al azar ni constituya una ocurrencia aislada, sino que porta en sí Diván usado por Freud en las sesiones de
una consideración valiosa respecto a la introducción en el psicoanálisis.
Uno de los conceptos presentes en dicho estudio es el de trauma psíquico cuyo valor para el abordaje de los síntomas
trascendía el campo de las neurisis traumáticas y permitían una extensión del concepto histeria traumática.[17] De
este modo, los síntomas histéricos desaparecían en cuanto era despertado el recuerdo que formaba parte del proceso
provocador de él, haciendo lo mismo con el afecto correspondiente, siendo el proceso postulado como provocador
del síntoma referido con claridad y dando expresión verbal del afecto. Descartada, luego, la hipótesis de la “sugestión
inintencionada” no queda sino suponer que el histérico padece principalmente de reminiscencias. Ahora bien, el
trauma comprende cualquier afecto que provoque los efectos del miedo, la angustia, la vergüenza, el dolor psíquico,
y en el síntoma histérico resulta que dichos traumas corresponden a recuerdos cuyo componente afectivo perdura
largas extensiones de tiempo, incluso años. Más tarde, Freud define a la represión como un modo de coservar, aquí
observa como en un número de casos la supresión de la reacción es lo que mantiene ligados recuerdo y afecto,
circusntancia que provee al recuerdo de una ofensa castigada, aunque sólo fuese con la palabra, una naturaleza bien
distinta de la que fue tolerada sin protestas.[18]
Pero no es la descarga por reacción (o abreacción, según otras traducciones) el sólo medio de la debilitación del
afecto del recuerdo en cuestión: su comercio asociativo, su yuxtaposición a otros –opuestos quizá-, o diversas
correcciones efectuadas por diversas representaciones podrían obtener un efecto similar. Sin embargo, sucede que la
experiencia muestra el modo en que los enfermos están lejos de tener a su disposición tales sucesos, faltando a su
conciencia.
En cuanto al método catártico, Freud consigna al final del ensayo donde se lo presenta las limitaciones que lo
caracterizaban: no era capaz de curar la histeria en tanto disposición, no lograba evitar las recidivas, ni,en el estado
Psicoanálisis 62
productivo de una histeria aguda, evitar la rápida sustitución de los fenómenos suprimidos por otros equivalentes. El
paso siguiente en lo concerniente al método fue descripto en un agregado de 1895 a los Estudios..., donde figura una
dificultad que se suma a las precedentes, procedente de la inhipnotizabilidad de ciertos pacientes, y consistía en un
pequeño artificio técnico, en el cual se aseguraba al sujeto que surgiría para él una imagen cualquiera, la que se le
pedía comunicara, pasando luego a ejercer una presión sobre su frente, señal que podría haberse reemplazado por
cualquiera. Lo que ocurre entonces no es la emergencia –como se esperaba cuando se aplicaba la hipnosis- de la
representación patógena, pero se mostraba una apta para orientar la dirección del análisis por ser una mediación entre
el punto de partida y la representación buscada. Esa formación de compromiso, diríamos ahora, es ejemplificada con
un recuerdo que no obstante ser familiar al paciente, no le ahorra la sorpresa que le depara al revelarle su relación
con la representación inicial, la cual había sido olvidada y que es evidenciada por el análisis.
Según Freud, lo que lo movió a apartarse del método catártico en tanto provocó sobre él su escepticismo fue un caso
que combinaba la más absoluta indocilidad terpéutica, junto a la más completa obediencia en todo otro orden de
cosas en estado de sonambulismo, que luego fue reforzado por una paciente que, tras haber recibido en estado
hipnótico la sugestión de deshacerse del paraguas que había gastado de tanto andar apoyada en él y prescindir en
adelante de su auxilio termina por romperlo contra las losas de la calle al marcar con él el compás de la melodía que
iba cantando, procurado, al decir de Freud, “un completo éxito a una sugestión desatinada”.
Interpretación
En cuanto a la interpretación, su función no es propuesta como un enunciado que refiera el material que ofrece el
caso a una teoría (como el Complejo de Edipo, la nosología psicoanalítica, las tópicas que representan el aparato
psíquico, etc.), sistematizada o no, que incluya la experiencia propia del analista y el consenso de la comunidad
analítica, sino algo que se acercaría mucho más a un desciframiento. En este sentido, el psicoanalista Donald
Winnicott comenta la importancia de «que el analista no conozca las respuestas, excepto en la medida en que el
paciente dé las claves. El analista recoge las claves y hace las interpretaciones».[26]
Transferencia
Freud afirmó que el individuo neurótico, cuyas necesidades eróticas infantiles permanecieron insatisfechas, podrá
orientar sus requerimientos libidinosos hacia una nueva persona que surja en su horizonte, siendo muy probable que
las dos porciones de su libido (la consciente y la inconsciente) participen en este proceso. Es por lo tanto
perfectamente normal y comprensible que una carga de libido se oriente también hacia el psicoanalista. Este proceso
da lugar a lo que en psicoanálisis se denomina transferencia.
Cuando se habla de «transferencia» en la terapia, se considera que el paciente transfiere o reedita sobre la figura del
analista demandas libidinales experimentadas en la infancia en relación a personas que entonces fueron importantes
o significativas. La transferencia ofrece la oportunidad para poner en acto los conflictos infantiles y estructuras
cognoscitivas que condujeron a las represiones y a las distintas formaciones de sus neurosis; y asimismo proporciona
al sujeto las condiciones para rectificar esos hechos que tuvieron lugar en la infancia y que, por permanecer
inconscientes, se habían mantenido refractarios a sus intentos previos de influir en ellos.[29]
La contratransferencia será aquel conjunto de reacciones inconscientes del analista frente a la persona del analizado y
frente a la transferencia. Se le considera un elemento muy importante en el trabajo analítico porque cada uno posee
en su propio inconsciente un instrumento con el cual puede interpretar las expresiones del inconsciente en los demás.
Psicoanálisis 64
Las tópicas
Tal y como aclaran Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis en su "Diccionario de Psicoanálisis" Tópica hace
referencia a una "Teoría o punto de vista que supone una diferenciación del aparato psíquico en cierto número de
sistemas dotados de características o funciones diferentes y dispuestos en un determinado orden entre sí, lo que
permite considerarlos metafóricamente como lugares psíquicos de los que es posible dar una representación espacial
figurada. Corrientemente se habla de dos tópicas freudianas, la primera en que se establece una distinción
fundamental entre inconsciente, preconsciente y consciente, y la segunda que distingue tres instancias: el ello, el yo,
el superyó".[30]
El Yo es una parte del ello modificada por su proximidad con la Diagrama del modelo estructural de tres instancias
realidad y surge a fin de cumplir de manera realista los deseos y (Ello, Yo y Superyó) y de su superposición con el
demandas del ello de acuerdo con el mundo exterior, a la vez que modelo espacial de la psique en la primera tópica de S.
Freud (consciente, preconsciente, inconsciente).
trata de conciliarse con las exigencias del superyó. El yo
evoluciona a partir del ello y actúa como un intermediario entre
éste y el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del ello de una manera
apropiada en el mundo externo. Utiliza el pensamiento realista característico de los procesos secundarios. Como
ejecutor de la personalidad, el yo tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad,
las del ello y las del superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización
integrada.
Los papeles específicos desempeñados de las entidades ello, yo y superyó no siempre son claros, se mezclan en
demasiados niveles. La personalidad consta según este modelo de muchas fuerzas diversas en conflicto inevitable.
Psicoanálisis 65
Mecanismos de defensa
Freud define la represión como un mecanismo de defensa cuya esencia consiste en rechazar y mantener alejados de
la consciencia determinados elementos que son dolorosos o inaceptables para el yo. Estos pensamientos o ideas
tienen para Freud un contenido sexual. La represión se origina en el conflicto psíquico que se produce por el
enfrentamiento de exigencias internas contrarias entre un deseo que reclama imperativamente su satisfacción y las
prohibiciones morales. El yo se defiende del dolor que causa la incompatibilidad reprimiendo el deseo.
En los sueños opera la condensación. Varios elementos presentes en el sueño latente se conjugan, se unen en un
mismo elemento; pueden ser fragmentos de imágenes, frases o trozos de ideas. Estos fragmentos de vivencias
siempre estarán unidos de alguna forma por elementos comunes, que los relacionan y aparecen durante el análisis
por medio de la asociación libre. Un ejemplo de condensación se da cuando soñamos con una persona que reúne
rasgos de diferentes personas, a veces se presenta como una persona determinada y de pronto se convierte o
desempeña el papel de alguna otra más.
El desplazamiento, que también se presenta en los sueños, consiste en que la intensidad, la importancia y la cantidad
de afecto de algunas ideas se desplaza hacia otras de manera que puede mostrar como importante algún elemento que
en realidad es superfluo y, por el contrario, mostrar como imprecisos y sin importancia elementos importantes que
por lo general corresponden a recuerdos de la infancia. El desplazamiento es el proceso que más influye en ocultar el
sentido latente del sueño. Cuanto más confuso y oscuro es un sueño, más ha sido influido por el desplazamiento.
El desarrollo libidinal
El psicoanálisis emplea el término pulsión (impulso que tiende a la consecución de un fin) para el estudio del
comportamiento humano. Se denomina pulsión a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas en el ser humano, y
las necesidades del ello; en este sentido las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el nivel psíquico.
La pulsión es un impulso que se inicia con una excitación corporal (estado de tensión), y cuya finalidad última es
precisamente la supresión de dicha tensión.
Hay dos tipos de pulsiones, la pulsión sexual o de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Thánatos). Para el psicoanálisis
el impulso sexual tiene unas acotaciones muy superiores a lo que habitualmente se considera como sexualidad. La
libido es la energía pulsional, y puede presentar diferentes alternativas según esté dirigida a los objetos (libido
objetal), o bien se dirija al propio Yo (libido narcisista).
El psicoanálisis establece una serie de fases a través de las cuales se verifica el desarrollo del sujeto. Desde el punto
de vista de dichas fases, los conflictos psíquicos - y su posibilidad de resolución- dependerán del estancamiento de
una fase (fijación) o del retorno a una fase precedente (regresión).
Freud distinguió a partir de 1915 diversos momentos y "dimensiones" de una pulsión:
1. La fuente que tiene su origen en lo somático y que se traduce por una tensión, una suerte de impulso (en alemán:
Drang).
2. El Drang mismo, es decir la tensión interior que se traduciría en Trieb (pulsión).
3. La meta que se puede encontrar en un estado pasivo o activo.
4. El "objeto" de la pulsión, que en lo real es un medio, un medio bastante accesorio ya que sólo sirve para
disminuir temporalmente la tensión inherente a la pulsión.
Psicoanálisis 66
La homosexualidad es definida como una perversión causada por una interrupción del desarrollo libidinal en esta
etapa. Para Freud se produce por una fijación en una etapa temprana del desarrollo psicosexual o una resolución
incorrecta del complejo de Edipo. Esta interrupción no permite alcanzar la madurez sexual (heterosexualidad). Un
conflicto de homosexualidad inconsciente puede ser un núcleo constituyente de esquizofrenia o paranoia. Más
adelante, Freud describe el narcisismo como un componente común a la homosexualidad, la esquizofrenia y las
perversiones. Sin embargo, Freud llegaría a reconsiderar su posición con el tiempo, hasta el punto de que en su
conocida Carta a una madre americana, Freud no dudó en afirmar que la homosexualidad «no es un vicio ni un
signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad».[31] Señaló que perseguir la homosexualidad
era una «gran injusticia y una crueldad», y que el análisis, a lo sumo, serviría para devolver la armonía a una persona
si se sentía infeliz o neurótica, independientemente de si era homosexual o no.
1. Período de latencia (desde los seis años hasta la pubertad): en este período se desarrollan fuerzas psíquicas que
inhiben el impulso sexual y reducen su dirección. Los impulsos sexuales inaceptables son canalizados a niveles de
actividad más aceptados por la cultura. Freud lo llamaba «período de calma sexual». No lo consideraba una etapa,
Psicoanálisis 67
• Alfred Adler: difería con respecto a la importancia que daba Freud al factor sexual. Adler hipotetizó un complejo
de inferioridad que explicaría las neurosis y creó un método alternativo para tratarlas. Fue la primera disidencia
importante en la historia del psicoanálisis (1908) al crear una teoría paralela que sustituía la libido por el instinto
de poder.
• Otto Rank: manifestó diferencias con la función del Complejo de Edipo.
• Karen Horney: disentía de las ideas de Freud sobre la sexualidad femenina (criticó el que Freud considerase la
envidia del pene como un fenómeno universal), el origen de las neurosis (a las que atribuía causas culturales), los
mecanismos de defensa y la aplicación de los conceptos de Ello, Yo y Superyó en otras sociedades distintas de las
que analizó Freud.
• Anna Freud: plantea una teoría alternativa acerca del desarrollo, las funciones y los mecanismos de defensa del
yo.[32] Se le considera, junto a Heinz Hartmann y otros, fundadora de la "psicología del yo".
Por otra parte, se crearon escuelas que ampliaron el psicoanálisis freudiano:
• la escuela francesa de Jacques Lacan;
• la escuela inglesa de Melanie Klein: desarrolló conceptos como el complejo de Edipo temprano, el Superyó
temprano, la posición esquizo-paranoide, la posición depresiva, los mecanismos de defensa y la envidia primaria;
• el psicoanálisis interpersonal de Harry Stack Sullivan y sus derivados ulteriores como el psicoanálisis relacional;
Psicoanálisis 68
• el psicoanálisis latinoamericano, entre cuyos pioneros cabe destacar a Enrique Pichon-Rivière en Argentina, a
Durval Marcondes en Brasil y a Ignacio Matte Blanco en Chile.
Aunque todas mantienen los principios básicos de la teoría de Freud sobre el inconsciente, otras partes de las teorías
son ampliadas y reinterpretadas por cada escuela.
Aparte de las grandes escuelas mencionadas aquí, existen innumerables otras orientaciones, institutos y agrupaciones
que se pueden considerar derivadas del enfoque analítico.
Además se ha creado la corriente de la psicoterapia psicoanalítica que, aceptando los presupuestos psicoanalíticos,
utiliza una concepción y una técnica diferente a la del psicoanálisis propiamente dicho.
El psicoanálisis en la universidad
En las universidades el psicoanálisis no suele estudiarse como una carrera independiente, y su ejercicio profesional
requiere estudios especializados, generalmente de quienes han tenido formación en los campos de la Psiquiatría y la
Psicología y que optan por esta corriente de pensamiento como paradigma para el desarrollo de su estilo particular de
psicoterapia. En algunos países existe legislación asociada al tema, pero generalmente los criterios respecto a los
créditos que debe poseer un profesional para interiorizarse en el psicoanálisis provienen de la propia doctrina de este.
En países como Argentina y Francia el psicoanálisis sigue ocupando un lugar central en las facultades de psicología
y humanidades. El psicoanálisis en Chile también tiene cierta presencia académica. En general, sigue vigente en
países de habla hispana y algunos países europeos como método terapéutico y de introspección, pero su vigencia en
otros países disminuyó considerablemente desde mediados del siglo XX.[cita requerida]
resultados a mediano y largo plazo, casualmente aquellos donde el psicoanálisis muestra sus méritos más
importantes.
La Asociación Psicoanalítica Internacional publicó en 1999 un trabajo (Fonagy y otros) en el que se revisan los
principales casos clínicos documentados y estudios sobre la eficacia del psicoanálisis. Los resultados indican que la
efectividad es mayor en los pacientes más jóvenes, que los tratamientos largos tienen mejores resultados, que el
psicoanálisis puede reducir el uso de medicación psicotrópica y que el psicoanálisis se asocia con una mejora en la
capacidad laboral, entre otras conclusiones. Aunque la misma publicación reconoce que los estudios estadísticos
presentan deficiencias metodológicas serias, haciendo notar que "los estudios no pueden demostrar de manera
inequívoca que el psicoanálisis sea efectivo en relación a un placebo activo u otras formas de terapia" y que "la
mayoría de los estudios tienen limitaciones graves que pueden llevar a los críticos de la disciplina a desacreditar los
resultados".[37]
Por su parte, el psicoanalista Robert Galatzer-Levy recopiló y analizó 4 estudios en pacientes adultos y varios
estudios en niños y adolescentes, y estudios en grupos pequeños, en el libro Does Psychoanalysis Work?[38] Galatzer
concluye que el psicoanálisis demuestra ser eficaz para muchos pacientes y hace hincapié en la necesidad por parte
del psicoanálisis de seguir recopilando más datos empíricos.
Críticas al psicoanálisis
Si bien los partidarios del psicoanálisis y algunos autores
postmodernos como Jacques Lacan consideran al psicoanálisis una
forma de ciencia o de conocimiento diferente a las ciencias modernas,
su estatus científico es muy cuestionado. Algunas de las críticas son las
siguientes:
• En su modelo de demarcación de la ciencia, Karl Popper tomó al
psicoanálisis como ejemplo de pseudociencia, porque violaba el
principio de falsabilidad, en contraste con la teoría de la relatividad
de Albert Einstein. Popper observó que, mientras las condiciones de
refutación de las hipótesis de Einstein estaban determinadas con
precisión y Einstein estaba dispuesto a empezar de nuevo si la
evidencia no las sustentaba, las teorías de Sigmund Freud eran
infalsables y le permitían reinterpretar la evidencia cuando no
confirma las hipótesis. Aunque Popper calificaba al psicoanálisis
como pseudociencia no sugiere que no sea racional o que no sea
valioso. Popper mismo declara que el psicoanálisis: "Constituye una
interesante metafísica psicológica (y no cabe duda de que hay
Sigmund Freud en 1926.
alguna verdad en él, como sucede tan a menudo en las ideas
metafísicas)".[39]
• Adolf Grünbaum considera que la teoría sí puede ser falsada y, de hecho, resulta ser falsa.[cita requerida]
• Alan Sokal y Jean Bricmont explican, en imposturas intelectuales, cómo Jacques Lacan usa el lenguaje
matemático en su teoría del psicoanálisis de forma incorrecta y totalmente fuera de contexto para aparentar un
carácter científico.[40] Otros autores, sin embargo, explican que el uso por parte de Jacques Lacan de un lenguaje
matemático significó no el intento de demostrar matemáticamente las afirmaciones del psicoanálisis, sino una
representación simbólica de algunas de tales afirmaciones, con la intención de transmitir la estructura misma en
su funcionamiento y vaciada de las argumentaciones de las llamadas "novelas" de cada sujeto. La respuesta de
Sokal es que tal uso simbólico de conceptos matemáticos, muy probablemente desconocidos por la gran mayoría
de los lectores de Lacan, es de dudosa utilidad. Arkady Plotnitsky (matemático y profesor de la Universidad de
Psicoanálisis 70
Purdue de teoría literaria) ha señalado que también Sokal y Bricmont se equivocan en su libro, puesto que
«algunas de sus aseveraciones concernientes a objetos matemáticos y especialmente sobre los números complejos
son incorrectas».[41]
• El epistemólogo Mario Bunge, en su modelo de demarcación de la ciencia, sostiene que el psicoanálisis es un
ejemplo de pseudociencia porque carece de consistencia externa. Mientras las diferentes disciplinas científicas
interactúan apoyándose las unas en las otras, tanto en sus aspectos teóricos como empíricos, el grave problema del
psicoanálisis, consistiría según sostiene Bunge, en que se trata de una disciplina aislada del resto del
conocimiento, que no interactúa con disciplinas obviamente pertinentes, tales como la psicología experimental, la
neurociencia cognitiva y las ciencias biológicas. Más aún, según este autor, el psicoanálisis es incongruente con
los descubrimientos de estas disciplinas.[42] [43] [44]
Sin embargo, el presidente actual de la Asociación Psicoanalítica Argentina, Andrés Rascovsky, aclara que la
opinión de Bunge es parte de "una línea" de epistemólogos y filósofos, que no coincide con la de otros colegas,
como el epistemólogo argentino Gregorio Klimovsky. Según Rascovsky, "con Freud, fue justamente el
psicoanálisis el que bregó por un campo científico en medio de una psicología ideologizada". Y explica: "No
necesariamente el desarrollo de la ciencia de la subjetividad pasa por la empirismo, por ciencias duras, como dice
Bunge. No podemos reducir el psiquismo humano a una combinación biológica ni a una química".[45]
• Autores como Van Rillaer recopilaron ejemplos sobre la forma en que Freud y otros psicoanalistas descalifican a
sus críticos empleando argumentos de autoridad y falacias ad hominem.[cita requerida]
• El psicoanálisis es considerado una pseudociencia por la psicología cognitiva, la psicología evolucionista, la
biología molecular, la neurobiología y la psiquiatría actual. Le critican el hecho de que se basa en teorías
obsoletas e hipótesis que carecen de apoyo empírico. Ejemplo de ello son sus construcciones metapsicoanalíticas:
el complejo de Edipo, el complejo de castración, la Envidia del pene o la Pulsión de muerte, no poseen base
empírica o científica.[cita requerida]
• B.F.Skinner criticó a los psicoanalistas y psicólogos cognitivos de especular con procesos internos cuando no
disponen de los medios de observación apropiados.[cita requerida]
• Hans Eysenck recopiló y criticó todos los estudios existentes sobre la efectividad del psicoanálisis en su libro
Decadencia y Caída del Imperio Freudiano y concluye afirmando que el tratamiento psicoanalítico no supone
ninguna mejora sobre la tasa de remisión espontánea (sin tratamiento) de las neurosis.[46]
• Freud es criticado por varios autores por haber fraguado sus investigaciones. Historiadores y periodistas
mostraron que hay una gran divergencia entre la evolución de los casos clínicos tal como Freud la relata en sus
textos y los casos reales. Uno de los casos más famosos es el de Sergei Pankejeff (llamado "el hombre de los
lobos"), investigado por la periodista Karin Obholzer. Pankejeff sufría de una grave neurosis y pesadillas
recurrentes que le impedían valerse por sus propios medios. Freud interpretó los sueños del paciente, concluyendo
que estaban relacionados con un trauma sexual de su infancia. Según Freud, al comunicarle el origen de su
problema, Pankejeff se curó completamente. Sin embargo, las investigaciones mostraron que la historia fue muy
distinta. No sólo Pankejeff nunca se curó, sino que siguió siendo tratado por otros psicoanalistas hasta su muerte y
su estado durante ese transcurso empeoró considerablemente. Pankejeff cobraba un sueldo mensual a cargo de la
Fundación Sigmund Freud, con el propósito de mantenerlo oculto en Viena, para que el fraude no se hiciera
público.[47]
Cine y psicoanálisis
La relación entre el cine y el psicoanálisis ha sido en las últimas décadas cada vez más estrecha. Una muestra de ello
es el hecho de que prácticamente todos los congresos y conferencias internacionales de psicoanálisis cuentan con
participaciones de destacados psicoanalistas especializados en el análisis del cine. Por otra parte, la apreciable
cantidad de largometrajes de calidad cuyo tema central es el psicoanálisis, sus principales autores o hasta sus
pacientes famosos da cuenta de una relación recíproca.
Psicoanálisis 71
Aunque el cine y el psicoanálisis nacen juntos (Sigmund Freud publicó junto a Josef Breuer los Estudios sobre la
Histeria en el mismo año en que los hermanos Lumière presentaron su primera película) Freud se mostró muy
escéptico respecto de las posibilidades, significación y alcance de este nuevo medio para el psicoanálisis. Según
consta en su correspondencia con Ferenczi, sabía, sin embargo, que nada podría evitar que se filmara sobre la técnica
y la teoría psicoanalítica, pero mantuvo su posición crítica y llegó a negarse a ser vinculado personalmente con
alguna representación fílmica. Pensaba que no existía una posibilidad seria y respetable de mostrar de manera
plástica las abstracciones a las que había arribado la teoría psicoanalítica. En 1925, a pesar de ello y en medio de una
polémica al respecto con Freud, Karl Abraham y Hanns Sachs entregaron su apoyo técnico y asesoría científica para
la primera película psicoanalítica El misterio de un alma (Geheimnisse einer Seele), del director Georg Wilhelm
Pabst.[48]
En las décadas que siguen y hasta la fecha, el psicoanálisis, la vida de Freud o el contexto histórico de sus desarrollos
han sido temas recurrentes en el cine:
• John Huston llevará al cine la vida de un joven Freud en el biopic Freud, pasión secreta (Freud, también Freud:
The Secret Passion, 1962), interpretado por Montgomery Clift.[49] [50]
• La historia de la relación entre Sigmund Freud y la princesa Marie Bonaparte, incluyendo la asistencia a la huida
de la familia de Freud al exilio, sería llevada a la pequeña pantalla y estrenada en 2004. Princesse Marie fue
dirigida por Benoît Jacquot y protagonizada por Catherine Deneuve como la princesa Marie Bonaparte, y Heinz
Bennent como Freud.[51]
• La película "Mahler auf der Couch" (Mahler sobre el diván, 2010) de los cineastas Percy y Félix Adlon aborda la
conflictiva vida sentimental de Gustav Mahler y evoca con humor los encuentros con su contemporáneo, el
explorador del alma Sigmund Freud.[52]
• El director de cine David Cronenberg tiene previsto estrenar en 2011 A Dangerous Method, la adaptación al cine
de una obra de teatro de 2002 de Christopher Hampton. Sigmund Freud será interpretado por el actor Viggo
Mortensen, compartiendo reparto junto a Keira Knightley (Sabina Spielrein) y Michael Fassbender (Carl Gustav
Jung).[53]
• Un buen ejemplo del tratamiento de Hollywood al psicoanálisis, aunque en la forma de serie de televisión, es la
serie Frasier, protagonizada por el psicoanalista Frasier Crane (freudiano), cuyo hermano Niles Crane (jungianio)
también es psicoanalista, así como los muchos giros cómicos de la serie respecto al psicoanalista. Uno de ellos la
tensa relación de Frasier con su ex esposa que es conductista.
Notas
[1] Freud, S. Consejos al médico.
[2] Freud definió el psicoanálisis de diferentes maneras en muy distintos contextos a lo largo de su obra. Laplanche y Pontalis se refieren aquí a
la definición enciclopédica de 1922 (publicada en 1923) y que es la más ampliamente citada en toda la literatura secundaria sobre el
psicoanálisis: «Dos artículos de enciclopedia: 'Psicoanálisis' y 'Teoría de la libido'».Laplanche, Jean & Pontalis, Jean-Bertrand (1996).
Diccionario de psicoanálisis. Traducción Fernando Gimeno Cervantes. Barcelona: Editorial Paidós. p. 316. ISBN 84-493-0255-2/ ISBN
84-493-0256-0.Freud, Sigmund (1923). Dos artículos de enciclopedia: 'Psicoanálisis' y 'Teoría de la libido' (1923/1922). Obras completas de
Sigmund Freud. Volumen XVIII (1920-1922). Traducción José Luis Etcheverry. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu editores. pp. 231 (a), 242
(b), 234-235 (c). ISBN 978-950-518-594-8.
[3] Jean Laplanche & Jean-Bertrand Pontalis, op.cit. p.316-319.
[4] Roudinesco, Elisabeth; Plon, Michel (2008) [Primera publicación (Dictionnaire de la Psychanalyse), 1997]. «Artículo:Psicoanálisis».
Diccionario de Psicoanálisis. Traducción: Jorge Piatigorsky y Gabriela Villalba. Buenos Aires: Paidós. pp. 864. ISBN 978-950-12-7399-1.
[5] Sigmund Freud, Escritos sobre la Histeria. Biblioteca Freud. Alianza Editorial. ISBN 84-206-7208-4. p. 143.
[6] Ibid. p. 157.
[7] Jean-Michel Quidonoz, Reading Freud. A Chronological Exploration of Freud's Writings. The New Library of Psychoanalysis. Routledge.
ISBN 1-58391-746-2hbk. p. 10.
[8] Ibid., p. 141.
[9] Sigmund Freud, Tres Ensayos sobre Teoría Sexual. Biblioteca Freud. Alianza Editorial. ISBN 84-206-3699-1. p. 49.
[10] Ibid., p. 123.
[11] Freud, S., Recordar, repetir, reelaborar. En. O.C., A.E., T.XII, Bs. As. ISBN 950-518-588-8
Psicoanálisis 72
[12] Ibíd.
[13] Peter Gay (1998). A Life for our Time. Ed. W. W. Norton, London, New York. p. 96.
[14] Peter Gay (1998). A Life for our Time. Ed. W. W. Norton, London, New York. p. 173.
[15] Idem. p. 174.
[16] Freud, S. Estudios sobre la histeria.
[17] Ídem
[18] Ídem
[19] Freud, S., Conferencias de introducción al psicoanálisis. En O.C., A.E. T. XVI, ISBN 978-950-518-592-4
[20] Sigmund Freud. On Beginning the Treatment. (1913c), Standard Edition, vol. 12, p. 134.
[21] Sigmund Freud. Recommendations to Physicians Practising Psycho-Analysis.(1912e), Standard Edition, vol. 12, p. 112.
[22] Jean Laplanche & Jean-Bertrand Pontalis, op.cit. p.37.
[23] Freud, Sigmund, Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico en Obras Completas, Vol. XII, Amorrotu, B.Aires 9ª. Edición 1996,
p. 112, ISBN 950-518-588-X (Título original: Ratschläge für den Arzt bei der psychoanalytischen Behandlung, 1937).
[24] Ibid. p.3
[25] Ibid. p.3.
[26] Cf. Winnicott, La teoría de la relación entre progenitores-infante, En Los procesos de maduración y el ambiente facilitador, Ed. Paidós.
ISBN 950-12-4174-2
[27] Freud, Sigmund: La interpretación de los sueños en: Obras Completas, Vol. IV, Amorrotu, B.Aires 9ª. Edición 1996, Cap. III: El sueño es
un cumplimiento de deseo, pág. 142, ISBN 950-518-575-4 (Traducción del alemán por José Luis Etcheverry, título original: Die
Traumdeutung, 1912).
[28] Ibid. Cap. IV: La desfiguración onírica, pág. 153.
[29] "El psicoanalista francés Jacques Lacan, quien retomó los conceptos de Freud, definió la transferencia como «la puesta en acto de la realidad
sexual del inconsciente»" (Cf. Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Caps. 11 y 12, Paidós, Bs. As. ISBN 950-12-3981-0)
[30] Jean Laplanche & Jean-Bertrand Pontalis, op.cit. p.430-435.
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Enlaces externos
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