Você está na página 1de 3

*** Tomado de La Atalaya, 01/03/1991 págs.

26-30

La “Traducción del Nuevo Mundo”, erudita y sincera

‘¡ESTÁ llena de adulteraciones!’ Eso fue lo que dijeron allá en el siglo XVI los
opositores de la traducción de la Biblia producida por Martín Lutero. Creían que podían
probar que la Biblia de Lutero contenía “1.400 errores y mentiras heréticos”. Hoy se ve
la Biblia de Lutero como una traducción memorable. ¡El libro Translating the Bible
(Traducción de la Biblia) hasta la llama “una obra genial”!
En este siglo XX se ha dicho también que la Traducción del Nuevo Mundo tiene
adulteraciones. ¿Por qué? Porque se aparta del modo tradicional de verter muchos
versículos y recalca el uso del nombre de Dios, Jehová. De modo que no se sujeta a lo
acostumbrado. Pero ¿la hace esto una traducción falsa, adulterada? No. Se produjo con
gran cuidado y minuciosidad, y lo que quizás parezca poco común representa un
esfuerzo sincero por mostrar cuidadosamente las peculiaridades de los idiomas
originales. El teólogo C. Houtman explica a qué se debe lo no ortodoxo de la Traducción
del Nuevo Mundo: “Se han abandonado varias traducciones tradicionales de términos
importantes del texto original, evidentemente para llegar al mejor entendimiento posible”.
Examinemos algunos ejemplos de esto.
Diferente, pero no incorrecta
En primer lugar, en todo caso posible palabras de los idiomas bíblicos originales estrechamente relacionadas se
traducen mediante diferentes palabras españolas, y así se ayuda al estudiante de la Biblia a tener conciencia de posibles
diferencias en matiz de significado. Así pues, syn·té·lei·a se vierte “conclusión” y té·los “fin”, aunque ambas palabras se
traducen “fin” en muchas otras versiones. (Mateo 24:3, 13.) La palabra kó·smos se vierte “mundo”; ai·ón, “sistema de
cosas”; y oi·kou·mé·ne, “tierra habitada”. Sin embargo, muchas traducciones de la Biblia usan simplemente “mundo” para
representar dos de esas palabras griegas, o las tres, aunque en realidad hay diferencias entre ellas. (Mateo 13:38, 39;
24:14.)
Como en los casos anteriores, la Traducción del Nuevo Mundo señala cuidadosamente la diferencia entre gnó·sis
(“conocimiento”) y e·pí·gno·sis (traducida “conocimiento exacto”)... una diferencia que muchas otras versiones pasan por
alto. (Filipenses 1:9; 3:8.) También distingue entre tá·fos (“sepulcro”, una sepultura individual), mné·ma (“tumba”),
mne·méi·on (“tumba conmemorativa”), y hái·des (“hades”, que en la Biblia se refiere a la sepultura común de la
humanidad muerta). (Mateo 27:60, 61; Juan 5:28; Hechos 2:29, 31.) Varias traducciones de la Biblia distinguen entre
tá·fos y mne·méi·on en Mateo 23:29, pero no lo hacen consecuentemente en otros pasajes. (Véase Mateo 27:60, 61, La
Biblia, Latinoamérica.)
Los tiempos verbales se vierten con cuidado y precisión. Por ejemplo, la Versión Nácar-Colunga presenta 1 Juan 2:1
así: “Si alguno peca, abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo, justo”. Poco después esa misma traducción vierte
1 Juan 3:6 así: “Todo el que permanece en [Jesús] no peca”. Si ningún seguidor de Jesús peca, ¿qué aplicación tienen
las palabras de 1 Juan 2:1?
La Traducción del Nuevo Mundo resuelve esa aparente contradicción. En 1 Juan 2:1 dice: “Les escribo estas cosas
para que no cometan un pecado. Y no obstante, si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante para con el Padre, a
Jesucristo, uno que es justo”. En este versículo Juan usó el tiempo aoristo, que indica la comisión de un pecado aislado,
el tipo de error que todos cometemos de vez en cuando porque somos imperfectos. Sin embargo, 1 Juan 3:6 dice: “Todo
el que permanece en unión con él no practica el pecado; nadie que practica el pecado lo ha visto ni ha llegado a
conocerlo”. Aquí Juan empleó el tiempo presente, lo cual indica un derrotero pecaminoso continuo, habitual, que
invalidaría la afirmación que hiciera tal persona de ser cristiana.
Otros eruditos concuerdan
Ciertos términos poco comunes que supuestamente han inventado los testigos de
Jehová tienen el apoyo de otras traducciones de la Biblia u obras de consulta. En Lucas
23:43 la Traducción del Nuevo Mundo registra las palabras que Jesús dirigió a un
delincuente que fue ejecutado a su lado: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en
el Paraíso”. En el griego original no había signos de puntuación, como los dos puntos; pero
generalmente los traductores introducen algún tipo de puntuación para facilitar la lectura.
Con todo, la mayoría de ellos hacen que Lucas 23:43 dé la impresión de que Jesús y el
delincuente iban al Paraíso aquel mismo día. La Nueva Biblia Española dice: “Te lo
aseguro: Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Sin embargo, no todos los traductores
comunican esa idea. El profesor Wilhelm Michaelis vierte el versículo así: “En verdad, ya hoy te aseguro: (algún día)
estarás junto conmigo en el paraíso”. Esta traducción es mucho más lógica que la de la Nueva Biblia Española. El
delincuente moribundo no pudo haber ido con Jesús al Paraíso aquel mismo día. Jesús no fue resucitado sino hasta el
tercer día después de su muerte. Mientras tanto estuvo en el Hades, la sepultura común de la humanidad. (Hechos
2:27, 31; 10:39, 40.)
Según Mateo 26:26 en la Traducción del Nuevo Mundo, Jesús, al instituir la celebración de la Cena del Señor, dice lo
siguiente acerca del pan que pasa a sus discípulos: “Esto significa mi cuerpo”. La gran mayoría de las demás
traducciones vierten ese versículo así: “Este es mi cuerpo”, y esto se usa para apoyar la doctrina de que, durante la
celebración de la Cena del Señor, el pan se convierte literalmente en la carne de Cristo. En la Traducción del Nuevo
Mundo la palabra traducida “significa” (es·tín, una forma de ei·mí) viene de la palabra griega que significa “ser”, pero
también puede leerse “significar”. Por eso el Greek-English Lexicon of the New Testament de Thayer dice que ese verbo
“con frecuencia es equivalente a denotar, significar, implicar”. En efecto, “significa” es una traducción lógica en este caso.
Cuando Jesús instituyó la Última Cena, su carne todavía le cubría los huesos; por eso, ¿cómo pudiera el pan haber sido
1
su carne literal?
En Juan 1:1 la Traducción del Nuevo Mundo dice: “La Palabra era un dios”. En muchas traducciones esa expresión se
vierte sencillamente: “El Verbo era Dios”, y se usa para apoyar la doctrina de la Trinidad. No sorprende que a los
trinitarios no les guste la versión que presenta la Traducción del Nuevo Mundo. Pero Juan 1:1 no se adulteró para probar
que Jesús no es el Dios Todopoderoso. Los testigos de Jehová, y muchas otras personas, habían cuestionado el escribir
“dios” con mayúscula aquí mucho antes de que apareciera la Traducción del Nuevo Mundo, que procura verter con
2
exactitud el idioma original. Cinco traductores de la Biblia al alemán emplean también la frase “un dios” en ese versículo .
Por lo menos otros 13 traductores han usado expresiones como “de naturaleza divina” o “de naturaleza parecida a la de
Dios”. Esas maneras de verter esto concuerdan con otras partes de la Biblia que muestran que en el cielo Jesús sí es un
dios en el sentido de que es divino. Pero Jehová y Jesús no son el mismo ser, el mismo Dios. (Juan 14:28; 20:17.)
El nombre personal de Dios
En Lucas 4:18, según la Traducción del Nuevo Mundo, Jesús aplicó a sí mismo una profecía de
Isaías cuando dijo: “El espíritu de Jehová está sobre mí”. (Isaías 61:1.) Muchos se oponen al uso
del nombre Jehová en ese pasaje. No obstante, ese es solo uno de los más de 200 lugares donde
aparece ese nombre en la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas, el
llamado Nuevo Testamento. Es cierto que no ha sobrevivido ningún manuscrito griego antiguo del
“Nuevo Testamento” que contenga el nombre personal de Dios. Pero el nombre se incluyó en la
Traducción del Nuevo Mundo por razones bien fundadas, no simplemente por capricho. Y otros han
seguido un derrotero parecido. Tan solo en alemán, por lo menos 11 versiones emplean “Jehová” (o la transliteración del
hebreo, “Yahveh”) en el texto del “Nuevo Testamento”, mientras que cuatro traductores añaden el nombre entre
3
paréntesis después de “Señor” . Más de 70 traducciones al alemán lo usan en sus notas o comentarios.
En Israel el nombre de Dios se pronunció sin restricción por más de mil años. Ese es el nombre que aparece con más
frecuencia en las Escrituras Hebreas (“Antiguo Testamento”), y no hay prueba convincente de que no fuera conocido por
el público en general o de que su pronunciación se hubiera olvidado en el primer siglo de nuestra era común, cuando se
inspiró a varios judíos cristianos para que escribieran los libros del “Nuevo Testamento”. (Rut 2:4.)
Wolfgang Feneberg comenta lo siguiente en la revista jesuita Entschluss/Offen (abril de 1985): “[Jesús] no ocultó de
nosotros el nombre de su padre YHWH, sino que nos lo encomendó. De lo contrario es inexplicable por qué dice la
primera petición de la Oración del Señor: ‘¡Sea santificado tu nombre!’”. Feneberg señala también que “en manuscritos
para judíos de habla griega que precedieron al cristianismo, el nombre de Dios no se parafraseaba kýrios [Señor], sino
que se escribía en forma del tetragrámaton [YHWH] en caracteres hebreos o hebreos arcaicos. [...] Hallamos
evocaciones del nombre en los escritos de los Padres de la Iglesia; pero ellos no se interesan en él. Al traducir este
nombre kýrios (Señor), los Padres de la Iglesia estaban más interesados en atribuir la grandeza del kýrios a Jesucristo”.
La Traducción del Nuevo Mundo restablece el nombre en el texto de la Biblia dondequiera que hay razón bien fundada y
erudita para hacerlo. (Véase el apéndice 1D de la Biblia con Referencias.)
Algunos critican la forma “Jehová”, que la Traducción del Nuevo Mundo usa al verter el nombre de Dios. En los
manuscritos hebreos el nombre aparece sencillamente como cuatro consonantes, YHWH, y muchos insisten en que la
pronunciación correcta es “Yahveh” (“Yavé”), no “Jehová”. Por consiguiente, opinan que el usar “Jehová” es un error.
Pero en verdad los eruditos de ningún modo están de acuerdo en que la forma “Yahveh” represente la pronunciación
original. La realidad es que aunque Dios conservó la escritura de su nombre “YHWH” más de 6.000 veces en la Biblia, no

1
En Apocalipsis (Revelación) 1:20, la Nueva Biblia Española vierte el mismo verbo como sigue: “Las siete estrellas significan [ei·sín] los ángeles de las
siete iglesias”. También las versiones Moderna, Reina-Valera y muchas otras vierten “significa” [es·tín] en Mateo 12:7.
2
Jürgen Becker, Jeremias Felbinger, Oskar Holtzmann, Friedrich Rittelmeyer y Siegfried Schulz. Emil Bock lo vierte: “un ser divino”. Véanse también
las traducciones en inglés Today’s English Version, The New English Bible, Moffatt, Goodspeed.
3
Las versiones de Johann Babor, Karl F. Bahrdt, Petrus Dausch, Wilhelm M. L. De Wette, Georg F. Griesinger, Heinrich A. W. Meyer, Friedrich
Muenter, Sebastian Mutschelle, Johann C. F. Schulz, Johann J. Stolz y Dominikus von Brentano. Las de August Dächsel, Friedrich Hauck, Johann P.
Lange y Ludwig Reinhardt tienen el nombre entre paréntesis.
conservó la pronunciación de este nombre que Moisés oyó en el monte Sinaí. (Éxodo 20:2.) Por lo tanto, la pronunciación
no es lo más importante en la actualidad.
En Europa la forma “Jehová” o “Jehovah” se ha reconocido extensamente por siglos y se emplea en muchas Biblias,
hasta en traducciones judías. Aparece un sinnúmero de veces en edificios, monedas y otros objetos, además de en
obras impresas y en muchos himnos religiosos. Por eso, en lugar de tratar de representar la pronunciación hebrea
original, la Traducción del Nuevo Mundo en todos sus diferentes idiomas emplea la forma del nombre de Dios que se
acepta por lo común. Esto es precisamente lo que otras versiones de la Biblia hacen con los demás nombres que
aparecen en la Biblia.
¿A qué se debe la crítica severa?
La Biblia de Lutero se atrajo crítica porque fue producida por un hombre que puso al descubierto los defectos de la
religión tradicional de su tiempo. Aquella traducción abrió el camino para que la gente común viera la verdad de mucho
de lo que él dijo. De igual manera, se critica la Traducción del Nuevo Mundo por ser publicada por los testigos de Jehová,
quienes con franqueza declaran que muchas de las doctrinas de la cristiandad no se hallan en la Biblia. La Traducción
del Nuevo Mundo —en realidad cualquier Biblia— hace esto patente.
De hecho, la Traducción del Nuevo Mundo es una obra erudita. En 1989 el profesor Benjamin Kedar, de Israel, dijo:
“En mi investigación lingüística con relación a la Biblia hebrea y sus traducciones, frecuentemente me refiero a la edición
en inglés de lo que se conoce como la Traducción del Nuevo Mundo. Al hacerlo, cada vez veo confirmado que esta obra
refleja un esfuerzo sincero por entender el texto con la mayor exactitud posible. Este da prueba de un amplio dominio del
idioma original al traducir las palabras originales a un idioma secundario de modo entendible, sin desviarse
innecesariamente de la estructura específica del hebreo. [...] Toda declaración lingüística permite alguna latitud de
interpretación o traducción. Por eso, en cualquier caso la solución lingüística puede ser discutible. Pero nunca he
encontrado en la Traducción del Nuevo Mundo la intención guiada por prejuicio de leer en el texto algo que no está en
él”.
Millones de lectores de la Biblia por todo el mundo usan la Traducción del Nuevo Mundo porque es una traducción
que emplea lenguaje moderno y vierte los términos bíblicos con exactitud. La Biblia completa se puede obtener ahora en
9 idiomas, y las Escrituras Griegas Cristianas por sí solas en otros 2; esta versión se está preparando en otras
20 lenguas. Una traducción exacta requiere años de trabajo esmerado, pero nuestro anhelo es que la Traducción del
Nuevo Mundo aparezca con el tiempo en todos esos diferentes lenguajes, para que ayude a muchas más personas a
adquirir mejor entendimiento de “la palabra de vida”. (Filipenses 2:16.) Porque ya ha ayudado a millones de personas a
lograr eso, verdaderamente es digna de recomendación.

UNA TRADUCCIÓN QUE SE RECOMIENDA A SÍ MISMA

Cierta testigo de Jehová de Alemania conversaba con una señora de edad avanzada, a quien había
leído Habacuc 1:12: “¿No eres tú desde mucho tiempo atrás, oh Jehová? Oh Dios mío, mi Santo, tú no
mueres”. La señora se quejó porque su Biblia decía: “No nos dejes morir”. La Testigo señaló que la
Traducción del Nuevo Mundo se adhiere estrechamente a los manuscritos originales. Puesto que la
anciana hablaba hebreo, fue a buscar su Biblia hebrea, y para sorpresa suya descubrió que la
Traducción del Nuevo Mundo es exacta. Los soferim (escribas judíos) alteraron ese texto bíblico hace
mucho tiempo porque creían que el pasaje original mostraba falta de respeto a Dios. Con pocas
excepciones, las traducciones de la Biblia al alemán no hacen ningún ajuste para corregir esa
enmienda de los escribas. La Traducción del Nuevo Mundo ha restablecido el texto original.

Você também pode gostar