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científica y de masas!*
La claridad en los objetivos y la decisión en la lucha han hecho posible que en esta batalla
participen ampliamente los universitarios de toda Colombia, los estudiantes de
secundaria, los profesores y sectores progresistas de las directivas, y que el movimiento
recoja el respaldo incondicional de los obreros, de los campesinos y del resto del pueblo.
Todo el pueblo colombiano tiene que aprender de la valerosa lucha de los estudiantes,
acogerla con inmensa simpatía y apoyarla.
*
Sustentación de la ponencia de la JUPA ante el VI Encuentro Nacional Estudiantil
formas, aprendiendo en la lucha, ganándose amplios sectores democráticos y marchando
firmemente sin vacilación hacia adelante.
Ante la política demagógica del Gobierno tratando de engañar la opinión pública y dividir
el movimiento, los estudiantes han respondido con unidad, organización y una clara
posición revolucionaria. Las masas han entendido claramente, por experiencia propia, de
su fortaleza cuando, con claridad en los objetivos, luchan unidas y organizadas; y además,
han conocido de la catadura reaccionaria del enemigo, pero lo que es más importante, de
su debilidad y su esencia de "tigre de papel". La organización nacional estudiantil y la
insurrección general de las bases contra las direcciones burocráticas y por una
organización democrática ha sido una gran victoria de los estudiantes revolucionarios.
En todas estas declaraciones y posiciones, que coinciden en esencia con las políticas
reaccionarias del gobierno y el imperialismo, se refleja una determinada posición ante la
lucha de las masas, de desprecio de éstas al calificarlas de "reformistas", de "miedosas",
de "atrasadas"; y de otro lado, la falsa postura de "pontífices", de "maestros de las masas",
de "revolucionarios" que han de vincular las masas atrasadas y reformistas, a la política, a
la lucha de clases y a la toma del Poder". Pero realmente las masas han sido las que han
desbaratado todas estas especulaciones oportunistas y han dado una gran lección, tanto a
la reacción como a las fuerzas revolucionarias.
La actitud ante la lucha de las masas marca una línea divisoria entre los revolucionarios
por una parte, y los oportunistas y reaccionarios por otra. "Frente al actual gran
movimiento revolucionario, todos los partidos revolucionarios y todos los
revolucionarios, tienen que optar entre las siguientes alternativas: ¿Ponerse al frente de
las masas y dirigirlas? ¿Quedarse a su zaga gesticulando y criticándolas? ¿O salirles al
paso y combatirlas? Los auténticos partidos marxista-leninistas y todos los
revolucionarios deben apoyar las acciones revolucionarias de las masas populares,
ponerse firmemente al frente del movimiento de masas y dirigirlas en su avance"1.
Pues, las dos últimas posiciones han sido las de los reaccionarios y oportunistas, mientras
los verdaderos revolucionarios se han puesto al lado de las masas y al frente de ellas,
aprendiendo modestamente de sus enseñanzas.
Esa misma posición oportunista que acusa a las masas de "reformistas" y "atrasadas", y
"víctimas de una maquinaria " de la burguesía, para utilizarlas en su favor, coincide con la
idealista, metafísica y reaccionaria del Gobierno, ante los movimientos de masas. Las
masas luchan y combaten, porque existen condiciones objetivas de opresión y
explotación, porque tienen intereses reales por los cuales lanzarse a la pelea, y es ésta la
única interpretación científica y marxista del origen de la lucha de las masas. Y aunque en
el seno de las masas se presentan distintas tendencias y posiciones, en lo fundamental
éstas no se equivocan en su lucha, identifican al enemigo y aciertan en la defensa de sus
intereses. Es por el contrario, metafísico creer que las revoluciones, los movimientos
populares, se dan por la influencia de agitadores o por pretendidas "máquinaciones" del
enemigo de clase, y sólo persigue esta teoría aplacar el ánimo revolucionario de los
estudiantes, desmoralizarlos y elogiar las "virtudes todopoderosas" del enemigo.
Guiados por estos principios, los revolucionarios hemos aprendido de este movimiento de
los estudiantes colombianos. Y lo que a continuación esbozamos, es un resumen de
algunos de los principios que, en el papel de ser modestos alumnos de las masas, hemos
extraído de la presente lucha. A pesar de qua muchas de estas cosas estaban ya explicadas
en obras marxistas, producto de la experiencia revolucionaria de otro pueblos, fue
necesario que se presentara este gran movimiento revolucionario del estudiantado para
que verdaderamente tomáramos conciencia de una serie de planteamientos y principios
revolucionarios. Esto nos ha confirmado una vez más en la posición marxista de que los
conocimientos se desarrollan en base a la práctica y que son las masas las que hacen la
historia.
1
Viva el triunfo de la Dictadura del Proletariado (Folleto). En conmemoración del centenario de la
Comuna de París. Pekín. 1971. p. 14.
socialista, en la cual la clase obrera avanza a nivel mundial en la lucha por imponer la
dictadura del proletariado y por la construcción del socialismo. Más específicamente,
como lo señala Lin Piao, es "la época en que el imperialismo se precipita hacia la ruina
total y el socialismo avanza hacia la victoria en el mundo entero"2
En Resumen:
2
Prefacio a la segunda edición de Citas del presidente Mao Tsetung.
3
V. I. Lenin. Sobre la caricatura del Marxismo y el Economismo imperialista. (1916). Ed. Progreso,
Moscú. p. 18.
4
V. I. Lenin. El imperialismo, fase superior del capitalismo. Obras escogidas en un tomo. Ed. Progreso,
Moscú. p. 237. 1969.
5
V. I. Lenin. Sobre la caricatura…. p. 18.
6
Idem
7
V. I. Lenin. El imperialismo.... p. 265.
8
Idem. p. 232.
4. El imperialismo es la etapa de "agonía" del capitalismo, una etapa de "transición", a
un sistema económico-social superior, la antesala del socialismo".
En la época del imperialismo, en vastas regiones del mundo las tareas históricas de la
revolución democrático-burguesa —como las nacionales— no se han realizado. Allí el
imperialismo "se alía, en primer término con las capas dominantes del régimen social
precedente —los señores feudales y la burguesía comercial-usurera—, contra la
mayoría del pueblo. En todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas
aquellas formas de explotación precapitalistas (particularmente en el campo), que son la
base de la existencia de sus aliados reaccionaríos"8A.
"En esta era, toda revolución emprendida por una colonia o semicolonia contra el
imperialismo, o sea, contra la burguesía o capitalismo internacional, ya no pertenece a la
vieja categoría, a la de la revolución democrático-burguesa mundial, sino a la nueva ca-
tegoría; ya no forma parte de la vieja revolución burguesa o capitalista mundial, sino de la
nueva revolución mundial: la revolución mundial socialista proletaria.
Estas colonias y semicolonias en revolución no pueden ser consideradas como aliadas del
frente de la contrarrevolución capitalista mundial; se han convertido en aliadas del frente
de la revolución socialista mundial"12. La lucha democrática y nacional en los países
8A
Cita de la tesis "Sobre el movimiento revolucionario en los países coloniales y semicoloniales"
adoptadas por el VI congreso de la Internacional Comunista. Tomado de: Mao Tse Tung Sobre la Nueva
Democracia, Obras Escogidas. t. II, p. 322.
9
V. 1. Lenin. La revolución Socialista y el derecho de las naciones a la auto-determinación. Obr. Esc. p.
164.
10
Sobre la caricatura.... p. 35.
11
V. I. Lenin. Dos tácticas de la Social-democracia en la revolución democrática. Obr. Esc. pp. 72-73.
12
Mao Tse Tung. Sobre la Nueva Democracia. Obr. Esc., t. II. p. 359.
oprimidos, hace parte entonces en esta nueva época de la revolución socialista mundial, y
es éste el único punto de vista marxista para analizar la cuestión nacional y la revolución
democrática. De tal manera que: "Sean cuales fueren las clases, partidos o individuos de
una nación oprimida que se incorporen a la revolución, tengan o no conciencia de este
punto, lo entiendan o no en el plano subjetivo, basta con que luchen contra el imperia-
lismo para que su revolución sea parte de la revolución mundial socialista proletaria, y
ellos mismos, aliados de ésta"13. Es por tanto ésta una revolución democrático-nacional
de nuevo tipo, una revolución de nueva democracia que hace parte de la revolución
mundial proletaria y que conduce al socialismo.
Es éste un tema central que ha permitido aclarar el actual movimiento estudiantil, en gran
parte. Antes de exponer estos puntos, es preciso enunciar la posición reaccionaria y
aparentemente marxista que el oportunismo de todos los pelambres, pero especialmente
el de "izquierda" ha sostenido tradicionalmente en el país, y con mayor elaboración
actualmente, cuando se ha revitalizado con las teorías antiproletarias del Trotskismo y de
la "academia" europea de "profesores" seudomarxistas al estilo de Althusser, Poulantzas,
Marcusse y cía., que no son más que modernos metafísicos burgueses.
Estas "teorías" son fieles exponentes de las divagaciones metafísicas de que "dos se
integran en uno"; que su único objetivo es borrar las contradicciones antagónicas
existentes en la cultura y en otros campos de la sociedad actual. Para el caso de la
educación, dichos "teóricos" se han convertido en verdaderos apologistas de la
dominación burgués-terrateniente en este campo. Según ellos, la educación y la cultura en
nuestra sociedad no puede servir sino para el dominio de las clases dominantes, y la
transformación de la cultura sólo puede realizarse con la toma previa del poder público
por el proletariado. Esta es una interpretación mecanicista y burguesa de la relación entre
la economía y la política, de un lado, y la cultura, en una sociedad dada, por el otro.
Afirman además que los estudiantes y profesores no tienen intereses propios opuestos a la
dominación imperialista-oligárquica, y son simples agentes de la dominación ideológica
de las ciases dominantes, así como la educación simple "productora de trabajo calificado"
para el sistema. Con ello pretenden confundir las cosas y poner lo blanco como negro:
13
Mao Tse Tung. Idem., p. 361.
13A
Mao Tse Tung. Citas del presidente Mao Tse Tung. p. 10.
borrar las contradicciones e "integrar" dos contrarios antagónicos en una unidad, en una
"comunidad de intereses" entre explotados y explotadores, entre dominantes y
dominados.
Esta lucha, entre la vieja y reaccionaria cultura feudal, de una parte, y la cultura de nueva
democracia de las clases revolucionarias dirigidas por el proletariado, de otra, no puede
ser ocultada con ningún artificio "teórico" por los modernos servidores de la reacción, los
oportunistas disfrazados de marxistas. Y esa lucha se presenta también, y de manera
aguda, en el campo de la educación, en donde las fuerzas antagónicas se disputan la
hegemonía, la fuerza nueva, democrática y antiimperialista, (incluyendo estudiantes,
profesores y directivas demócratas), contra las fuerzas de la agresión cultural imperialista
y la oligarquía. La nueva fuerza, avanza incontenible y asesta duros golpes al enemigo.
Además, de que la nueva cultura tenga explicación material en el hecho del surgimiento
de una nueva economía y de nuevas fuerzas sociales y políticas, la cultura y la
superestructura en general, ejercen también su influencia sobre la base económica. Puede
14
Mao Tse Tung. Idem., p. 354.
15
Mao Tse Tung. Idem., p. 385.
16
Mao Tse Tung. Idem., p. 387.
desempeñar el papel principal en determinadas circunstancias. "Algunos estiman que esta
tesis no es aplicable a ciertas contradicciones. Creen, por ejemplo, que los aspectos no
cambian sus respectivas posiciones en la contradicción entre las fuerzas productivas (que
constituyen el aspecto principal) y las relaciones de producción; o en la contradicción
entre la práctica (que constituye el aspecto principal) y la teoría; o en la contradicción
entre la base económica (que constituye el aspecto principal) y su superestructura. Este
punto de vista no corresponde al materialismo dialéctico, sino al materialismo
mecanicista. Es verdad que las fuerzas productivas, la práctica y la base económica
desempeñan por lo general el papel principal y decisivo. Quien niegue esto no es un
materialista. Pero hay que admitir también que en ciertas condiciones, aspectos tales
como la relación de producción, la teoría y la superestructura constituyen, a su vez, el
factor principal y decisivo.
Cuando las superestructuras, tales como la política, la cultura, etc., impiden el desarrollo
de la base económica, las reformas políticas y culturales pasan a ser los factores
principales y decisivos. Al manifestar esto, estamos acaso contradiciendo al
materialismo? No. La razón es que, mientras reconocemos que en el desarrollo de la
historia en su conjunto son las cosas materiales las que determinan las cosas espirituales y
la existencia social, la que determina la conciencia social, al mismo tiempo reconocemos,
y tenemos que hacerlo, la reacción de las cosas espirituales, la reacción de la conciencia
social en la existencia social y la reacción de la superestructura sobre la base económica.
Lejos de contradecir al materialismo, esto significa evitar el materialismo mecanicista y
sostener firmemente el materialismo dialéctico"16A. La afirmación de la validez del
aspecto principal a nivel histórico general no niega sino que presupone el cumplimiento
del papel decisivo que en circunstancias con-cretas puede tener el otro aspecto.
Y más que las especulaciones vacuas, han sido los hechos mismos, la práctica
revolucionaria de miles de seres, la que ha puesto de manifiesto esta gran verdad. La
demostración de la misma tesis del marxismo-leninismo, pensamiento Mao Tse-Tung:
"Para derrocar el Poder político, es siempre necesario ante todo crear la opinión pública y
trabajar en el terreno ideológico"17. Como también lo ha dicho el camarada Mao: "La
cultura revolucionaria es una poderosa arma revolucionaria para las grandes masas del
pueblo. Antes de que se produzca la revolución, prepara ideológicamente el terreno, y
durante ella, constituye una parte necesaria e importante del frente general de la
revolución"17A. Es necesario ganarse la mente, la conciencia de las amplias masas
populares para poder derrotar al enemigo; y a la vez este cambio de concepciones no se da
sino en la lucha misma contra los explotadores. Esa es la dialéctica de la revolución. Sin
la lucha revolucionaria de las masas, éstas no pueden transformar sus concepciones; pero,
a la vez, sin cambiar sus concepciones las masas no pueden desarrollar su lucha
revolucionaria. En este sentido. las elucubraciones baratas de los oportunistas de que "no
se puede cambiar la cultura, la superestructura, sin la toma del Poder político
previamente" quedan hechas añicos. No son más que elogios a la "omnipotencia" de la
dominación cultural del ene-migo y llamamientos a la desmoralización de las masas, al
desarme del pueblo frente a la agresión de los explotadores.
16A
Mao Tse Tung. Cuatro tesis filosóficas "Sobre la contradicción". Pekín. 1966. p. 64.
17
Mao Tse Tung. Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China sobre la Gran Revolución
Cultural Proletaria, Pekín 1967. p. 1.
17A
Mao Tse Tung. Sobre la nueva democracia. p. 397.
Lo realmente decisivo son las masas y su lucha; y esto tiene total validez en el problema
de la cultura. En la contradicción entre la cultura dominante reaccionaria, y la nueva
cultura revolucionaria del pueblo, el papel fundamental y decisivo, lo desempeña el
segundo aspecto que es el principal en la contradicción. La cultura reaccionaria pierde
fuerza con cada día que pasa y está en bancarrota; la nueva cultura revolucionaria
—nacional, científica y de masas— se alza imponente, avanza y asesta duros golpes al
enemigo. La primera muere, la segunda nace. Destacar el aspecto principal en la
contradicción, mirar el lado positivo de la cuestión, esa es la posición consecuente y
revolucionaria. Alabar al enemigo, mostrar la "monumentalidad" de su dominación, y al
mismo tiempo denigrar de las masas y su potencial revolucionario: esa es la posición, y
ese es el papel de los falsos revolucionarios, de los agentes gratuitos de los explotadores.
Asimismo los oportunistas denigran de las masas y las presentan como dóciles
instrumentos del enemigo de clase, como simples "servidores" de su dominación. En este
aspecto, pretenden también "integrar dos en uno. Para ellos, las directivas universitarias,
los profesores y los estudiantes son meramente "agentes de la dominación ideológica de
la burguesía" sin contradicciones con los explotadores. Haciendo extensiva esta "teoría",
los oportunistas para ser consecuentes deberían afirmar que el proletariado también es un
"agente del capital", pues le produce plusvalía a los capitalistas, y por ello es un
"servidor" de la burguesía. Igual deberían afirmar de los campesinos respecto a los
terratenientes.
No menos cierto que para la clase obrera y los campesinos, es lo afirmado para vastos
sectores de la intelectualidad como los estudiantes y los profesores. De resto, ¿dónde está
la explicación de su valiente y denodada lucha, y del avance de su conciencia
revolucionaria? Ya lo decía el camarada Mao, para el caso de China: "Para servir las
necesidades de su agresión, el imperialismo preparó en China a varios millones de
grandes y pequeños intelectuales de nuevo tipo, diferentes de los literati de viejo tipo y de
los letrados burócratas. Pero el imperialismo y sus lacayos, los gobiernos reaccionarios de
China, pudieron controlar sólo una parte de estos intelectuales y, finalmente, sólo un
puñado...; todos los demás escaparon de su control y se volvieron contra ellos.
Estudiantes, profesores, catedráticos, técnicos, ingenieros, médicos, hombres de ciencia,
escritores, artistas y empleados públicos, todos se han rebelado o no quieren seguir más al
Kuomintang" 18 . Igual cosa ocurre en nuestro país a pesar del imperialismo, la gran
burguesía, los terratenientes y todos sus agentes disfrazados de revolucionarios.
18
Mao Tse Tung. Sobre el Libro Blanco de los EE. UU. (1949). Pekín, 1968. p. 4.
19
Mao Tse Tung. Sobre la nueva democracia. p. 398.
III. La Revolución Cultural de nueva Democracia y el Movimiento Estudiantil actual.
Durante el siglo XIX las fuerzas democráticas nacionales siguieron esgrimiendo las ideas
de la cultura burguesa avanzada, como su arma ideológica de combate contra los grandes
terratenientes, el clero reaccionario y la burguesía compradora, representantes y base de
la dominación semicolonial (inglesa principalmente) sobre nuestro país en este período.
Aunque en último término en estas batallas patrióticas de las fuerzas nacionales
terminaron siempre en la frustración de las tareas democráticas fundamentales, sus luchas
hacían parte de la corriente mundial de la revolución burguesa y su ideología y su cultura
de la revolución cultural burguesa mundial.
Las nuevas clases sociales conformadas por el desarrollo del capitalismo nacional
constituyen la base social de la cultura de clase correspondiente a estas fuerzas sociales.
Se creó así, entonces, en nuestro país la base social, el proletariado, de la cultura
revolucionaria más avanzada de la era contemporánea: el socialismo. Con ello, en el
marco mundial de la fase imperialista del capitalismo y la época de la Revolución
Socialista Mundial, comienza en nuestro país el período de la revolución democrática de
nuevo tipo, la Revolución de Nueva Democracia. Las fases iniciales de este proceso han
estado bajo la dirección de la burguesía nacional y la pequeña burguesía sucesivamente y
a estas clases ha correspondido, en consecuencia, la dirección de la cultura democrática
antifeudal y antiimperialista.