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1.1.

Del prefacio:

“Resultó para mí una sorpresa total el que ese contacto con teorías y
prácticas científicas anticuadas socavara radicalmente algunos de mis
conceptos básicos sobre la naturaleza de la ciencia y las razones que existían
para su éxito específico...”

“El resultado fue un cambio drástico en mis planes profesionales, un paso de


la física a la historia de la ciencia...”

“Lo mas importante es que, el pasar un año en una comunidad compuesta,


principalmente, de científicos sociales, hizo que me enfrentara a problemas
imprevistos sobre las diferencias entre tales comunidades y las de los
científicos naturales entre quienes había recibido mi preparación”.

“Principalmente, me asombré ante el número y el alcance de los


desacuerdos patentes entre los científicos sociales, sobre la naturaleza de
problemas y métodos científicos aceptados”.

“...llegué a reconocer el papel desempeñado en la investigación científica


por lo que, desde entonces, llamo “paradigmas”. “Considero a éstos como
realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto
tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad
científica...”

“Mi objetivo fundamental es demandar con urgencia un cambio en la


percepción y la evaluación de los datos conocidos, no ha de ser un
inconveniente el carácter esquemático de esta primera presentación...”

“...cada revolución científica modifica la perspectiva histórica de la


comunidad que la experimenta, entonces ese cambio de perspectiva deberá
afectar la estructura de los libros de texto y las publicaciones de investigación
posteriores a dicha revolución...”

Esta idea, se convierte en vertebral para la estructuración y desarrollo del


presente ensayo. En efecto, en los posibles temas que he examinado para su
elaboración, me ha interesado en forma reiterada el aspecto correspondiente
al papel de los libros de texto en la enseñanza ( y no se si pudiera hablarse de
progreso o avance ) de las ciencias jurídicas, que es la disciplina en la que el
autor se desempeña como docente hace trece años, en particular, en el área
del derecho comercial.

“Es preciso estudiar un efecto semejante – un cambio de distribución de la


literatura técnica citada en las notas al alcance de los informes de
investigación – como indicio posible sobre el acaecimiento de las revoluciones”
1.2. Del capítulo I., Introducción: Un papel para la historia:

“Si se considera a la historia como algo más que un depósito de anécdotas o


cronología, puede producir una transformación decisiva de la imagen que
tenemos actualmente de la ciencia...”

En relación con esta afirmación y, teniendo en mente la advertencia que los


apuntes de clase nos indican, en el sentido de que la propuesta de KUHN es
pertinente aplicarla a las ciencias naturales y, su extensión a las ciencias
sociales o “ciencias del espíritu” de que hablan los alemanes, debe hacerse
con especial cuidado; me inclino por insistir en que algunos elementos del
ensayo de KUHN brindan excelentes puntos de reflexión frente a las ciencias
sociales.

Con esta advertencia, me valdré de las ideas que KUHN expresa, en lo


concerniente al papel histórico de los libros de texto; para irradiarlas en la
enseñanza del derecho comercial, con el objeto de aportar algunas ideas que
contribuyan o generen debate en lo que podría insinuarse como una línea de
investigación, cuyo propósito sería – inicialmente - discurrir sobre si éstos han
contribuido o no a lo que en forma caprichosa llamaremos “progreso del
derecho comercial”.

“Esa imagen fue trazada previamente, incluso por los mismos científicos,
sobre todo a partir del estudio de los logros científicos llevados a cabo, que se
encuentran en las lecturas clásicas y, más recientemente, en los libros de texto
con los que cada una de las nuevas generaciones de científicos APRENDE A
PRACTICAR SU PROFESIÓN...”

“Si la ciencia es la constelación de hechos, teorías y métodos reunidos en los


libros de texto actuales, entonces los científicos son hombres que, obteniendo
o no buenos resultados, se han esforzado en contribuir con alguno que otro
elemento a esa constelación particular”.

“Los episodios extraordinarios en que tienen lugar esos cambios de


compromisos profesionales son los que se denominan en este ensayo
revoluciones científicas. Son los complementos que rompen la tradición a la
que está ligada la actividad de la ciencia normal...”.

Aquí nos formulamos la siguiente pregunta: ¿Es posible una revolución


científica en las ciencias jurídicas, en particular la del derecho comercial?. En
otros términos: ¿Puede hablarse de un rompimiento en la TRADICIÓN a la que
está ligada el surgimiento y desarrollo histórico del derecho mercantil o
comercial?. O estamos resignados a registrar impasiblemente lo que las
fuerzas sociales, con fundamento en las costumbres, usos y prácticas sociales,
van elevando a la categoría de normas mediante su consagración positiva?.
Algunas de las respuestas que demos a los interrogantes formulados,
constituirán el aporte de este ensayo.

1.3. Del capítulo II. El camino hacia la ciencia normal:

“Ciencia normal significa investigación basada firmemente en una o más


realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna comunidad
científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su
práctica posterior”.

“En la actualidad, esas realizaciones son relatadas, aunque raramente en su


forma original, por los libros de texto científicos, tanto elementales como
avanzados”.

“Esos libros de texto exponen el cuerpo de la teoría aceptada, ilustran


muchas o todas sus aplicaciones apropiadas y comparan éstas con
experimentos y observaciones de condición ejemplar...”

Aquí me surge el siguiente interrogante: ¿Podemos hablar de LIBROS DE


TEXTO CIENTÍFICOS en las ciencias jurídicas; en particular en el derecho
mercantil?

Indudablemente, los libros que se emplean para el estudio de las ciencias


jurídicas, aunque no se refieren a experimentos, si contienen o recogen un
buen número de observaciones sobre instituciones jurídicas, su historia,
interpretación, cambio y comportamiento en las relaciones por ellas reguladas.
¿Reflejan ellos una constelación de hechos, teorías y métodos reunidos en los
libros de texto, a que se refiere la propuesta de KUHN?. Una respuesta
tentativa y fácil sería la de afirmar que el modelo de KUHN no aplica a las
ciencias del espíritu. Ya hemos dicho que este aspecto lo tendremos en cuenta;
pero que no obstante el mismo, insistiremos en valernos de sus ideas para
sembrar algunas en el campo del derecho mercantil.

“Pero, aunque este tipo de reunión de datos ha sido esencial para el origen
de muchas ciencias importantes, cualquiera que examine, por ejemplo, los
escritos enciclopédicos de Plinio o las historias naturales baconianas del siglo
xvii, descubrirá que el producto es un marasmo. En cierto modo, uno duda en
llamar científica a la literatura resultante...”.

De esta aseveración, nos preguntamos: ¿Han estado las ciencias jurídicas


inmersas en un MARASMO?. Sobre este particular y, específicamente en el área
del derecho mercantil, citaremos algunos pasajes de la historia de roma (la
conquista de la Galia ), remontándonos 78 años antes de cristo, que nos dejan
preocupados ( o satisfechos?) – no sabría contestar ahora - , contrastándolos
con instituciones vigentes 2.000 años después, para encontrar que si borramos
la distancia del tiempo, prácticamente están regulando situaciones e intereses
económicos iguales. Pareciere que el tiempo ha pasado en vano, o mejor aún,
no ha pasado?.

“Pero hay siempre hombres que se aferran a alguna de las viejas opiniones
y, simplemente, se les excluye de la profesión que, a partir de entonces, pasa
por alto sus trabajos...” Nos preguntamos: ¿Cuándo se pasa por alto, o cuándo
se considera “vieja” una opinión en las ciencias jurídicas?.

“En las ciencias (aunque no en campos tales como la medicina, la tecnología


y el derecho, cuya principal razón de ser es una necesidad social externa), la
formación de periódicos especializados, la fundación de sociedades de
especialistas y la exigencia de un lugar especial en el conjunto, se han
asociado, habitualmente, con la primera aceptación por un grupo de un
paradigma simple...”

“Sin embargo, con un libro de texto, el investigador creador puede iniciar su


investigación donde la abandona el libro y así concentrarse exclusivamente en
los aspectos más sutiles y esotéricos de los fenómenos naturales que interesan
a su grupo...”

“En la actualidad, en las ciencias, los libros son habitualmente textos o


reflexiones retrospectivas sobre algún aspecto de la vida científica...”

“El científico que escribe uno de esos libros tiene mayores probabilidades
de que su reputación profesional sea dañada que realzada...”.

Sobre este particular, en lo atinente a las ciencias jurídicas, me viene a la


memoria un pasaje magistral, escrito por el Dr. Jorge Vélez García, actual
decano de la escuela de derecho de la Universidad Sergio Arboleda,
exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia y presidente en ejercicio de la
Academia Colombiana de Jurisprudencia, en cuya revista número 311 de junio
de 1998, expresó: “También a veces ( ¿acaso, las más de las veces?), hay
quienes emplean la ilustración de los autores como quien empuña un mazo
para golpear a un contendor en la lucha forense...A esto y a mucho más se
halla expuesto el escritor de cuestiones jurídicas. A predisponer en su contra a
aquellos que en la obra no encontraron su caso nítidamente perfilado y
resuelto, o hallan una solución inconveniente a su pretensión, o se topan con
un punto de vista en desarmonía con sus intereses; a padecer el aguijón, no
por inane menos molesto, de los críticos y libelistas de oficio, para quienes
nada de los demás está bien hecho, panfletarios incapaces de escribir la
página de un folleto, pero que en cocteles y corrillos asumen de oráculos
infalibles e implacables frente al ensayo o el libro de un colega...”

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