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APUNTES DE

FUNCIONAMIENTO
ORGÁNICO
OBJETIVOS
 Introducir el concepto de planeamiento estratégico.
 Comprender los conceptos de visión y misión.
 Comprender la interdependencia que existe entre la visión y el entorno.
 Introducir el concepto de pensamiento sistémico.
 Analizar el proceso de toma de decisiones en un marco sistémico.
 Introducir y analizar los conceptos de sustentabilidad y desarrollo sustentable.
 Reconocer la importancia del uso simultáneo e interactivo de estos conceptos.

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PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO
El planeamiento estratégico determina el objetivo de una organización en un determinado plazo de tiempo,
cómo se plantea alcanzarlo y la manera de evaluar si ese objetivo fue cumplido o no. Es un concepto simple, sus
ventajas parecen evidentes. Entonces ¿dónde está la novedad? El planeamiento estratégico proporciona, a través de
las herramientas de análisis que nos acerca, una forma de visualizar, alcanzar y evaluar ordenadamente nuestros
objetivos.
Lo que a primera vista parece sencillo, cuando se traslada a una organización o grupo de personas adquiere
en seguida un tono de mayor complejidad. Basta verlo a la luz de los distintos plazos a cumplir, los objetivos
individuales de las personas que los integran y la inmersión en un entorno permanentemente cambiante. Para
hacerle frente a lo que presenta ahora una mayor complicación, el planeamiento estratégico hace uso de los
conceptos de misión y visión.
Definir la misión de una organización es tan simple como responder a la pregunta ¿Por qué hacemos lo que
hacemos? O ¿Qué objetivos hay detrás de nuestras acciones? La misión marca una dirección a seguir, un norte. En
general, indica la razón última por la cual la organización existe, por lo tanto es ajena al tiempo, no tiene plazos.
Existe una misión general y varios objetivos específicos, que son más concretos pero no pueden estar en conflicto
con la misión general.
Mientras que la misión marca una dirección, la visión marca un objetivo a alcanzar. La visión de una
organización es la respuesta a ¿Qué queremos alcanzar? ¿Dónde queremos estar en 1, 5, 10 o 50 años? Por lo tanto,
es evidente que depende de nuestra misión, pero también depende del entorno. La visión es una imagen concreta,
medible, que define nuestros objetivos a diferentes plazos. Esta formulación de nuestros objetivos nos ayudará
también a discernir cuáles son los indicadores que finalmente nos darán una medida de nuestro éxito.
La estrategia responde a la pregunta ¿Cómo vamos a alcanzar nuestros objetivos? Si la misión es una
dirección y la visión una meta, la estrategia es el camino que utilizaremos para alcanzarla. La misma es la
manera de alcanzar los objetivos propuestos, depende de esos objetivos pero también de los obstáculos a los que
nos enfrentaremos y las ventajas con las que contamos.
Visto de esta manera, la cuestión parece más sencilla, sin embargo cuando la misión y la visión abarcan a
más de un individuo surge una serie de cuestiones: ¿Todos compartimos la misma visión? ¿Es posible lograr una
visión compartida? ¿Cómo se hace? ¿Nuestras visiones individuales son compatibles con la visión compartida? Si
queremos llegar juntos todos tenemos que remar para el mismo lado. Por otra parte, cuando varias partes
conforman un sistema cada parte tendrá su visión local como añadido de la visión global ¿Puede la visión local
empañar a la visión global? ¿Debería ser así? Ambas visiones son necesarias, la mano dispara la flecha mientras la
vista debe mantenerse fija en el blanco, pero nada de esto tiene sentido si olvidamos los objetivos generales, es
decir, que el cazador quiere cazar a la liebre. Algo similar ocurre cuando tratamos el tema de la visión a corto y
largo plazo. ¿Qué sucede cuando las mismas son contradictorias? ¿Cómo se puede generar una estrategia que sea
fiel a ambas? La coexistencia de las distintas visiones y su compatibilización no son cosas sencillas, pero son
absolutamente necesarias.
Una vez resuelta esta cuestión, definida la misión y delineada la visión, cuando sabemos a dónde estamos y
dónde queremos llegar, sólo nos queda formular las medidas concretas, a corto y largo plazo, globales y locales, que
nos llevarán, teniendo en mente estos conceptos, a alcanzar nuestros objetivos.

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PENSAMIENTO SISTÉMICO
Tradicionalmente, cuando enfrentamos un problema o una situación, tratamos la situación con un enfoque
analítico. Dividimos el problema en partes y tratamos de ver qué nos llevó a esa situación, buscamos las causas.
Establecemos una cadena de eventos que tiene como eslabón final el suceso que nos preocupa. Creemos con esto
conocer la raíz del problema y tomamos decisiones cuyas consecuencias predecimos de la misma manera, es decir,
construimos una cadena imaginaria de consecuencias empezando desde el eslabón en que nos encontramos.
El pensamiento sistémico es fundamentalmente diferente. Se basa, como su nombre lo indica, en considerar
cada cosa o cada evento como una parte de un sistema y ver el problema a la luz de este enfoque. Un sistema
no es simplemente una colección de partes, un sistema se define como un conjunto de partes y las interacciones
entre esas partes. Son las interacciones las que interesan al tipo de pensamiento que nos ocupa. Esto quiere decir
que en vez de dividir y subdividir el problema para estudiar las partes cada vez más específicas, el pensamiento
sistémico expande su campo visual para incluir al sistema como un todo, donde cada parte es causa y efecto de las
otras.
Miremos un ejemplo para entenderlo mejor. Un granjero se enfrenta a un problema: la calidad de sus
cultivos está disminuyendo. Después de un análisis exhaustivo, llega a la conclusión de que un insecto los ha
infectado, lo identifica como el insecto A ¿La solución? El granjero, como indica su esquema de pensamiento se ve
tentado a aplicar pesticida A para matar al insecto A. Después de todo, el insecto A es la causa de la disminución en
la calidad de sus cultivos y la muerte del insecto A es la consecuencia lógica de la aplicación de pesticida A. Por lo
tanto, eliminando la causa directa, los cultivos deberían recuperar su calidad original. Cuando el granjero implementa
esta medida, la calidad de sus cultivos parece mejorar por lo tanto se convence de que agregar pesticida A es la
solución y agrega más todavía para terminar definitivamente con el problema, sin embargo, la situación no hace más
que empeorar ¿Cuál es el problema en su razonamiento?

Así es como ve el granjero el problema:

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Así es como predice que actuará su solución:

Desgraciadamente, la forma en que ve el granjero el problema representa sólo parte de la realidad. El


insecto A que estaba infectando los cultivos del granjero también estaba controlando el nivel de población de otra
especie de insecto, el insecto B, porque se alimentaba de ella o porque competía con ella por el alimento. Cuando el
pesticida A mató al insecto A, eliminó el control que su especie ejercía sobre la especie B de manera tal que la
especie B, que el granjero jamás había considerado como parte del problema, se convirtió en una amenaza mayor
para sus cultivos.

Esta es la visión completa y sistémica de la realidad, que el granjero no tuvo en cuenta:

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El diagrama se lee de la siguiente manera: cada flecha señala de la causa a la consecuencia y los signos se
refieren a si la relación es directa o inversa. Por ejemplo, a menor cantidad del insecto A dañando el cultivo, mayor
cantidad del insecto B.
En otras palabras, la acción destinada a resolver el problema hizo que las cosas empeoraran debido a que al
ver sólo una porción del sistema e ignorar las interacciones entre las diferentes partes, la solución que se
implementó produjo efectos secundarios inesperados para el granjero.
Por otra parte, observando este ejemplo en detalle, podemos obtener otras conclusiones igualmente útiles:
1) En primer lugar, en un sistema cada parte está conectada con muchas otras partes. Por ejemplo, si
elegimos cualquiera de las instancias del diagrama del sistema que tanto dolor de cabeza le dio al granjero,
podremos ver que se puede partir desde ella, viajar siguiendo las flechas y llegar a cualquier otra de las demás.
Esto significa que cualquier evento causado por una parte del sistema tendrá consecuencias en la totalidad del
mismo.
2) Un lazo es un camino circular desde una parte hasta ella misma, es decir, es la manera en que una parte se
afecta a sí misma. Existen dos tipos de lazos en un sistema, los lazos reforzadores y los compensadores. Antes
de la intervención del granjero, el sistema se comportaba de la siguiente manera: cuando aumentaba la cantidad
de insecto A, la especie A acaparaba el alimento de tal manera que la especie B disminuía manteniendo constante
al número total de insectos. El número total de insectos se mantenía, entonces, estable, y también lo hacía la
calidad de los cultivos. Esto es un ejemplo de un lazo compensador. Como contrapartida, miremos el lazo que
creó la intervención del granjero: a más cantidad total de insectos, mayor aplicación de pesticida, esto hace
disminuir la cantidad de insecto A, lo cual hace aumentar la cantidad de insecto B, esto hace aumentar la
cantidad total de insecto una vez más por lo tanto la solución del granjero es agregar más pesticida todavía, etc.,
etc. De esta manera se entra en un círculo que alimenta el aumento de la cantidad total de insecto cada vez más,
hasta el infinito. Esto es un ejemplo de un lazo reforzador.
3) Los efectos no crecen linealmente al aumentar la magnitud de la causa que los genera. Por ejemplo,
cuando el granjero uso un poco de pesticida A, disminuyó un poco la cantidad de insecto A, disminuyó un poco la
cantidad total de insectos y mejoró un poco el estado de sus cultivos. Sin embargo al usar mucho pesticida A,
disminuyó mucho la cantidad de insecto A, pero no disminuyó mucho la cantidad total de insectos ni mejoró
mucho el estado de sus cultivos.
4) Por último, a veces los efectos no son inmediatos. Al matar al insecto A, el granjero estaba haciendo crecer
la población del insecto B, un efecto directo de esto era el aumento de la cantidad total de insectos. Sin embargo,
al principio la solución del granjero parecía ser buena y sus cultivos mejoraron un poco. Hubo una demora en la
manifestación de los efectos de esta decisión. El granjero no tuvo en cuenta la existencia de esta demora, sólo
se fijó en los efectos inmediatos que eran favorables, descartó la posibilidad de que pudieran haber otros
efectos posteriores y la situación fue catastrófica.
Las características del pensamiento sistémico que pudimos observar mediante este ejemplo
demuestran que el mismo presenta ventajas evidentes para la resolución de los problemas que generalmente
son más difíciles de resolver:
1) los que dependen en gran medida de nuestras acciones pasadas o de las acciones de otros,
2) los que dependen de que mucha gente comparta la visión global y no se limite a su visión local de un asunto,
3) los problemas donde el corto plazo y el largo plazo parecen entrar en contradicción,
4) los problemas recurrentes que en el pasado se han tratado de resolver “razonablemente” y aún así siguen
apareciendo,
5) y los problemas que tienen que ver con un medio ambiente natural o un entorno competitivo.

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SUSTENTABILIDAD Y
DESARROLLO SUSTENTABLE
La sustentabilidad es un concepto sistémico, relacionado con la continuidad de algún aspecto de la sociedad
humana. Su propósito es la configuración de la actividad humana de tal manera que los beneficios obtenidos de la
explotación de un recurso a través de esa actividad no socaven ni degraden ese recurso. Escuchamos generalmente
esta palabra en un contexto relacionado con el medio ambiente, pero no se aplica sólo a él sino a cualquier recurso
finito renovable del cual pueda sacar provecho la actividad humana, es decir, la sustentabilidad es sumamente
importante en un negocio. Hay muchos recursos relacionados a un negocio que pueden ser degradados, uno que no
siempre se considera es el mercado. En muchas ocasiones, las políticas aplicadas pueden degradar al mercado
reduciendo el market share (porción de mercado), quizás obteniendo mayores ganancias en el corto plazo, pero
limitándolas en el largo plazo. Ese es un modelo no sustentable del negocio.

Observemos este ejemplo: un criador de conejos dispone de 100 de esos animales. Los conejos no
pertenecen al ecosistema local, ni interactúan con el resto de los animales de la zona, el criador los compró, los
alimenta y dispone de ellos; los conejos son un recurso fabricado por este hombre, un recurso artificial. Aclarado
esto, observamos que nuestro problema no tiene nada que ver con una cuestión de cuidado ambiental. Cada año
nacen 100 nuevos conejos, podríamos resumir la situación diciendo que por cada conejo nace uno nuevo por año
(esto es lo que se conoce como tasa de natalidad). Las posibles configuraciones para la actividad del criador de
conejos son:
 Vende más de 100 conejos por año, con lo cual cada vez hay menos conejos. El recurso se degrada, algún día
termina por extinguirse y el negocio deja de existir.
 Vende menos o exactamente 100 conejos por año, con lo cual cada año hay más o la misma cantidad de conejos.
El recurso no se degrada y el criador podría seguir explotándolo y beneficiándose de él para siempre, mientras
mantenga esta conducta.

Esto es así porque la venta de 100 conejos por año es el punto de equilibrio de este sistema. Más allá de él,
el recurso se degrada. Conocer el punto de equilibrio de un sistema nos permite saber hasta qué punto
podemos explotar el recurso sin degradarlo.
Sin embargo surge una cuestión, si el punto de equilibrio de un sistema es fijo, entonces una vez que
llegamos a él nos encontramos frente al dilema de elegir entre desarrollo económico o preservación del recurso.
Imaginemos lo siguiente, un día el criador encuentra al amor de su vida, decide casarse y formar una familia, tiene
dos hijos pero sus gastos aumentan porque tiene una familia que mantener y ya no puede solventarlos con el dinero
que provee la venta de sólo 100 conejos ¿Qué debe hacer entonces? ¿Si vende más de 100 conejos será su ruina y si
no lo hace también? Parecería que el criador está entre la espada y la pared, no lo estaría si conociera el concepto
de desarrollo sustentable.

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Desarrollo sustentable significa poder aumentar progresivamente el beneficio que se extrae de un
recurso, sin agotar ni degradar el recurso. En otras palabras, elevar el punto de equilibrio del sistema. Para
hacer esto siempre es necesaria una inversión. Volvamos al criador que dejamos en medio de su problema.
Recordando que la tasa de natalidad indica que por cada conejo nace uno nuevo cada año ¿Qué pasaría si un año el
criador no vendiera ninguno de sus conejos, o de manera equivalente, decidiera adquirir 100 conejos más? Al año
siguiente, 200 conejos tendrían 200 hijos, el criador podría vender 200 conejos ese año y aún así le quedarían 200
que producirían otros 200 el año siguiente y así sucesivamente. Es decir, mediante la inversión de adquirir 100
conejos más, o prescindir del dinero de la venta de 100 conejos en un año, el criador habría elevado el punto de
equilibrio del sistema de la venta de 100 conejos a la de 200.

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EL DESAFÍO: DOMINAR EL SISTEMA
El mundo es competitivo y cambiante, exhibe un marcado comportamiento sistémico donde, al igual que al
granjero, cada decisión que tomemos puede acercarnos a nuestros objetivos o a nuestra ruina. El desafío es,
entonces, unir los conceptos que acabamos de explicar y sacar el máximo provecho nuestra comprensión
del funcionamiento del sistema. Nuestra capacidad de tener claros los objetivos y delinear una estrategia,
conjuntamente con el conocimiento de la necesidad del desarrollo sustentable y el pensamiento sistémico son
nuestra principal herramienta.
Teniendo esto en cuenta ¿Cómo reaccionamos frente a las distintas situaciones que se nos presentan?
¿Cómo reaccionamos frente al cambio? Existen cuatro tipos de reacciones distintas, pueden darse en estado puro
pero también existen como superposiciones de dos o más simultáneamente, veamos cuáles son:
 El avestruz: ignora el cambio, supone que el cambio no va a ocurrir (esconde la cabeza) planifica de manera que
todo siga igual.
 El bombero: sabe que va a ocurrir un cambio, pero no sabe en qué dirección, se prepara para hacerle frente y
atacarlo. En general se opone al cambio.
 El surfista: sabe que va a ocurrir un cambio y lo ve venir. Busca subirse a la cresta de la ola, aprovecha el
cambio pero está limitado por él.
 El arquitecto: no prevé el cambio sino que tiene visión y lo construye. Actúa antes del cambio y es un agente
constructor del mismo.

Dentro del contexto planteado ¿Cuál de estas alternativas es deseable? Subirse a la cresta de la ola y
aprovechar el cambio puede ser muy tentador, también puede ser muy redituable, hay gente que construyó grandes
fortunas de esta manera, en la bolsa de valores, por ejemplo. Sin embargo ¿Qué pasa cuando necesitamos un
cambio? ¿Podemos esperar sentados a que llegue mientras nos preparamos para beneficiarnos de él? Como dijimos,
el mundo es competitivo y cambiante, pero no siempre cambia tan rápido o de la manera que desearíamos. Pero ¿Es
posible construir un cambio? ¿Podemos modificar el sistema?
Todos los sistemas cuentan con puntos llamados puntos de apalancamiento. Estos puntos son puntos
clave donde la intervención a través de ellos puede conducir a cambios significativos y duraderos. En un punto de
apalancamiento, un pequeño cambio en la dirección correcta lleva a un gran cambio en los resultados finales, en la
dirección deseada. La cuestión es encontrar esos puntos.
Tomemos el caso del granjero. Si en ese sistema apalancamos el lazo reforzador, intentamos una
compensación mediante mayor esfuerzo, y hacemos más de lo mismo. No cambiamos la calidad del cultivo de manera
significativa. Lamentablemente cuanto más movemos las palancas tradicionales, el sistema reacciona
compensándolas y más resistencia se causa. El punto de apalancamiento se encuentra en el lazo compensador, no el
lazo reforzador.

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