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DE SENADORES DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PARTIDO DE LA

REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA, LA QUE CONTIENE PROYECTO DE


DECRETO POR EL QUE SE REFORMA Y ADICIONA UN PÁRRAFO A LA
FRACCIÓN I DEL ARTÍCULO 4 DE LA LEY DE COMERCIO EXTERIOR.

C. PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE SENADORES


DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN
PRESENTE

Los suscritos, senadores a la LX Legislatura de la Cámara de Senadores del


Honorable Congreso de la Unión, integrantes del Grupo Parlamentario del
Partido de la Revolución Democrática, con fundamento en lo dispuesto por los
artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y 55, fracción II, del Reglamento para el Gobierno Interior del
Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, sometemos a la
consideración del Pleno de la Cámara de Senadores, la siguiente:

INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA Y


ADICIONA UN PÁRRAFO A LA FRACCIÓN I DEL ARTÍCULO 4 DE LA LEY
DE COMERCIO EXTERIOR, al tenor de la siguiente:

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

México ha continuado progresiva y unilateralmente la liberación de su régimen


comercial. También ha concertado la negociación de nuevos acuerdos de libre
comercio -Panamá, Perú y Corea-. Actualmente lleva a cabo un 85 por ciento
de sus intercambios con interlocutores en régimen preferencial. No obstante los
acuerdos preferenciales no han desempeñado la función primordial, beneficiar
a México y a los mexicanos. En esta época de recesión económica mundial,
hacer una disminución a los aranceles al comercio bajo el principio de la
clausula Nación Más Favorecida (NMF), perjudicarían a los productores
mexicanos de determinados bienes y servicios viéndose vulnerables en su
competitividad.

En los últimos años los resultados económicos de México no han sido


favorables. El ingreso per cápita sólo ha crecido a una tasa modesta, y la
reducción de la pobreza sigue constituyendo un desafío. Parecería necesario,
por lo tanto, acelerar el crecimiento de la productividad, buscar en lo particular,
el mejorar la competencia en el mercado interior.

La reducción o eliminación de aranceles a la importación, no genera empleos,


no fortalece las cadenas productivas nacionales, no incentiva la competitividad
ni aumenta la productividad del sector industrial, en suma no busca los más
amplios beneficios para la sociedad mexicana.

La reducción unilateral de aranceles, disminuiría el poder de negociación del


Gobierno mexicano, relativo a nuevos acuerdos comerciales, frente a las
naciones con las cuales aún no se tiene un Tratado de Libre Comercio.
Los aranceles a la importación son un instrumento regulador del comercio que
se establece para proteger a una industria nacional, a través del aumento en la
tarifa sobre el producto a importar, elevando su precio y hacerlo menos
competitivo dentro del mercado al que pretende introducirse.

El régimen fiscal que nuestra Constitución determina para el comercio exterior,


se conforma por diversas contribuciones que los particulares deben aportar al
erario público, como es el caso del pago de los impuestos generales de
importación y exportación, derechos, cuotas compensatorias establecidas por
la Ley de Comercio Exterior, aprovechamientos provenientes de las cuotas
compensatorias, entre otros.

Desplegamos a continuación un análisis constitucional, respecto a la regulación


del comercio en México.

La Constitución Política establece en su artículo 73, que el Congreso de la


Unión tiene facultades:

"X. Para legislar en toda la República sobre ... comercio..."

Conforme a lo dispuesto en los artículos 73, fracción X, y 131 párrafo primero


de la Carta Magna, el Congreso de la Unión tiene facultades para legislar en
toda la República Mexicana en materia de comercio (interior y exterior), a
efecto de regular o prohibir por motivos de seguridad o de policía, la circulación
en el interior de la República de toda clase de efectos, cualesquiera que sea su
procedencia. En cuanto al comercio exterior, el Congreso tiene la facultad de
imponer las denominadas medidas "no arancelarias", tales como cupos,
licencias de importación, permisos, certificados de origen y normas oficiales
mexicanas, entre otras.

La fracción XXIX otorga al Congreso de la Unión una facultad amplia para


establecer no sólo aranceles, sino en general contribuciones al comercio
exterior, facultad que reitera en el artículo 131 primer párrafo de la Carta
Magna.

Por regla general, los impuestos se establecen mediante leyes expedidas por el
Congreso, de manera excepcional el artículo 49 concede al Ejecutivo Federal
facultades extraordinarias para legislar en los casos de urgencia a que se
refiere el artículo 29 y sobre comercio exterior, conforme a lo previsto en el
segundo párrafo del artículo 131.

Tenemos entonces que el artículo 131 primer párrafo establece la facultad


exclusiva de la federación para gravar las mercancías, en cumplimiento a lo
previsto en la fracción XXIX del artículo 73.

El segundo párrafo adicionado mediante publicación en el Diario Oficial del 28


de marzo de 1951, permite al Congreso de la Unión delegar al Ejecutivo
atribuciones legislativas, a efecto de modificar o establecer medidas
arancelarias y no arancelarias, siempre que se cumplan los requisitos previstos
en dicho precepto. Al final de cada año el Ejecutivo deberá someter a la
aprobación del Congreso el uso de la facultad delegada, de manera tal que
esta Soberanía puede o no renovar estas facultades, según lo considere.

Los antecedentes del artículo 131 de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos, remontan a la Constitución de Cádiz en su artículo 131,
fracción décimo séptima, establecía como facultad de las Cortes, "el
establecimiento de las Aduanas y Aranceles de derechos", es decir, el
Legislativo tiene 197 años, aplicando el control constitucional de los aranceles
al comercio exterior, y no así, al Ejecutivo Federal.

En uso de su facultad para establecer contribuciones sobre el comercio exterior


prevista en el artículo 73, fracción XXIX de la Carta Magna, el Congreso de la
Unión expidió la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación,
que establece los aranceles a las mercancías.

Con fundamento en el artículo 131 segundo párrafo de la propia Constitución,


mediante el artículo 4, fracción I de la Ley de Comercio Exterior a fin de regular
el comercio exterior, el Congreso de la Unión faculta al Ejecutivo Federal para
aumentar, disminuir o suprimir los aranceles a la importación y exportación
expedidos por el propio Congreso mediante la Ley los Impuestos Generales de
Importación y Exportación.

De lo anterior, tenemos que el Ejecutivo Federal está facultado para cooperar


con el Congreso de la Unión, y sea aquel quien en casos de urgencia,
establezca, modifique o suprima medidas al comercio exterior y el tránsito de
mercancías. El Congreso de la Unión de ninguna forma delegó
permanentemente su facultad de regular y legislar el comercio, puesto que tal
hecho le estaría prohibido por ministerio constitucional; solo se delegó al
Ejecutivo la posibilidad para determinar, anualmente, y actuar frente a una
situación de emergencia. Tal delegación de facultades, es un acto
constitucionalmente potestativo del Congreso, procedente en caso de que éste
considere conveniente otorgarla. El requisito sine qua non, es la revisión y
aprobación del Congreso de la actuación del Ejecutivo en uso de la facultad
delegada.

Al ser una facultad explicita para ser utilizada en caso de urgencia, es que se
impone al Ejecutivo a informar de forma anual al Congreso de la Unión, las
razones de urgencia que motivaron las medidas adoptadas, siendo Congreso
quien calificará el uso de la facultad otorgada a partir de la fundamentación y
motivación que le presente el Ejecutivo.

Cabe examinar, de forma preponderante cuáles son las implicaciones jurídicas


en caso que el Congreso determinara no aprobar el uso de las medidas
adoptadas por el Ejecutivo.

El artículo 131 constitucional establece que será al presentar el presupuesto


fiscal de cada año, el momento en el que el Ejecutivo someterá la aprobación
de su actuación en la materia objeto del presente análisis. Para ello, deberá,
evidentemente, presentar un informe que contenga todas y cada una de las
medidas arancelarias y no arancelarias que haya adoptado, fundando y
motivando -las razones de urgencia- que amparan su actuación.

La práctica legislativa nos demuestra, que en la aprobación del presupuesto


fiscal el Congreso de la Unión aprueba las medidas arancelarias tomadas en el
ejercicio fiscal anterior por el Ejecutivo, pero no ha existido un pronunciamiento
respecto a las medidas no arancelarias.

Si posterior a su análisis, el Congreso de la Unión decidiera no aprobar el uso


de dicha la facultad, la consecuencia sería en dos ámbitos:

1.- No renovar para el año siguiente la delegación de facultades al Ejecutivo, y


2.- Se dejan sin efectos legales las medidas arancelarias y no arancelarias que
el Ejecutivo Federal haya tomado, puesto que de no ser aprobadas por el
Congreso, las mismas carecerían de fundamento constitucional.

Es decir, si la facultad se delega para ser utilizada en casos de urgencia, debe


entenderse que la facultad que goza el Ejecutivo está sujeta a un ámbito
temporal de validez; por tanto de no existir la convalidación de las medidas, a
través de un acto del Congreso de la Unión, consideramos que las medidas
devienen en inconstitucionales.

Dada la trascendencia de la política comercial del país y de la aplicación de sus


instrumentos administrativos, la Ley de Comercio Exterior reserva al Ejecutivo
Federal facultades que ejerce de una manera privativa e indelegable, por tanto,
el artículo 4 de la Ley de Comercio Exterior, regula la delegación de las
facultades establecida en el artículo 131 constitucional. A primer juicio
podemos señalar dos incongruencias entre el texto constitucional y legal:

1.- No se refiere que la delegación concedida al Ejecutivo es de carácter


temporal.
2.- Tampoco sujetó el ejercicio de la facultad concedida a la existencia, a juicio
del propio Ejecutivo, de condiciones o situaciones de urgencia. Sin embargo,
dado el principio de supremacía constitucional los límites a las facultades del
Ejecutivo se encuentran debidamente establecidos.

Por lo anteriormente expuesto, sometemos a la consideración de esta


Soberanía el siguiente:

PROYECTO DE DECRETO

ÚNICO.- Se reforma el artículo 4 y se y adiciona un párrafo segundo a la


fracción I del mismo precepto de la Ley de Comercio Exterior, para quedar
como sigue:

Artículo 4º.- El Ejecutivo Federal tendrá las siguientes facultades y


obligaciones:

I. Crear, aumentar, disminuir o suprimir aranceles, mediante decretos


publicados en el Diario Oficial de la Federación, de conformidad con lo
establecido en el artículo 131 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, únicamente en los casos en que así lo justifique la necesidad
de garantizar el abasto de bienes y servicios sociales nacionalmente
necesarios, y sólo durante el tiempo en que persista esa necesidad,
observando los lineamientos que para tal efecto emita el Congreso de la
Unión al aprobar la Ley de Ingresos de la Federación para cada ejercicio.

El Ejecutivo Federal, al hacer uso de las facultades a que se refiere el


párrafo anterior, deberá exponer las condiciones o situaciones de
urgencia que las justifican, motivación que será valorada por el Congreso
de la Unión para su aprobación, conforme a lo dispuesto por el párrafo
segundo del artículo 131 constitucional.

TRANSITORIO
ÚNICO. El presente decreto entrará en vigor al día de su publicación en el
Diario Oficial de la Federación.

Dado en el Salón de Sesiones de la H. Cámara de Senadores, a los 4 días del


mes de diciembre del año dos mil ocho.

SUSCRIBEN

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